martes, 31 de julio de 2012

“Barracuda: Cicatrices”, de Dufaux y Jérémy.


Con sorprendente celeridad en comparación con otras series Norma Editorial se ha puesto a la altura de la edición francesa de “Barracuda”, correctísima serie de piratas del guionista Jean Dufaux y el novel dibujante Jerémy publicando este mes la segunda entrega "Cicatrices".
Han pasado algunos años y el rey de España prepara una expedición para rescatar a la noble Maria de Acevedo de los piratas y recuperar el estratégico diamante Kashar que perteneció a su familia. Mientras en Puerto Blanco, la isla donde los piratas encuentran cobijo, no se ha vuelto a tener noticia del capitán Blackdog y el resto de la tripulación del Barracuda tras partir en búsqueda del legendario diamante. De los tres jóvenes cuyos destinos se cruzaron en el primer álbum, la bella Maria se ha convertido en la poderosa e influyente esposa del más importante tratante de esclavos de la isla mientras Raffy –el hijo de Blackdog- vive amargado al haberse quedado fuera de la expedición emprendida por su padre. Por otro lado, el ambiguo Emilio vive feliz junto a su protector, el capitán Flynn, sin embargo cuando a la isla llega el desfigurado pirata Morkam para ajustar cuentas con Flynn su plácida vida se pondrá en peligro.
 
Tras las buenas impresiones causadas por el primer álbum, en “Cicatrices” el veterano Dufaux mantiene el pulso de la historia centrándose en el desarrollo del triángulo de jóvenes protagonistas y  desvelando el orien del misterioso capitán Flynn, incorporando a la trama nuevos y siniestros personajes y obviando otros tan importantes en la primera entrega como Blackdog de cuya expedición no tendremos noticia en este álbum. Es cierto quizás que este álbum carece del ritmo y la sorpresa que tenía la primera parte, pero el guionista demuestra su oficio,  dando progresivamente un mayor empaque a la historia y preocupándose por hilvanar  las distintas tramas paralelas relacionadas con los numerosos personajes secundarios presentados en la anterior entrega con lo que atrapa  al lector y le deja con ganas de conocer los futuros acontecimientos.
En el aspecto gráfico, no se nota una especial evolución en el correcto dibujo de Jérémy Petiqueux y sí algunos detalles irritantes que no percibí en la primera entrega como cierto descuido a la hora de dotar de expresividad a los uniformes rostros de los personajes mas jóvenes. Más allá de ese detalle, Jérémy sigue mostrando su talento para la narración y el cuidado en el desarrollo de las localizaciones manteniéndose a un nivel inferior en la estela de los Delaby, Marini e incluso Juillard.

Tras esta segunda entrega toca parón al no haber más álbumes publicados en Francia. Esperemos que los autores retomen la serie pronto para que podamos seguir disfrutando del clasicismo de este cómic de piratas.