miércoles, 20 de enero de 2010

Enrique Alcatena: “Dibujar es un placer que requiere esfuerzo”.

P: ¿Por qué hacés comics? ¿Cuál es la satisfacción que te traen?

Alcatena: Amo a la historieta. La amé desde que la conocí, cuando era pibe. Nunca me planteé hacer otra cosa. Más allá de mis limitaciones como dibujante, la satisfacción que me produce el simple hecho de realizarlas es plena.

P:¿Te preocupa la idea de la trascendencia en tu trabajo, querés alcanzar la fama, la gloria?

Alcatena:Todo artista aspira a que su obra escape al olvido, que no es lo mismo que pretender la fama o la gloria. Además, mañana puede caer un meteorito como el que se cargó a los dinosaurios, ¿y de qué serviría la fama entonces, en un mundo heredado por los bichos bolita? Ya lo dijo Buda: todo es ilusión. Suficiente regocijo hay ya en el trabajo mismo.

P: ¿Qué es para vos el arte?

Alcatena:Exploración y descubrimiento, espíritu e intelecto por una vez en armonía.

P: ¿Cuál es el autor de historietas de afuera, que más te gusta en este momento?

Alcatena:Dejame nombrarte tres: Alan Moore, Tony Millionaire y Jim Woodring.
P: ¿Dibujar es un placer o un esfuerzo?

Alcatena: Es un inmenso placer que requiere esfuerzo. No plantearía uno como opuesto al otro. Y cuando digo esfuerzo, no me refiero a un concepto negativo, sino a la disciplina y dedicación que cualquier práctica artística requiere. ¿De qué serviría hacer las cosas de taquito?

P: ¿Leés mucho comic? ¿De afuera o de acá? ¿Sos de esas personas que necesitan estar siempre actualizadas?

Alcatena: La actualización está sobrevaluada. De vez en cuando descubro algo que me interesa, pero fundamentalmente me gusta lo que siempre me gustó, desde el Detective Marciano de Jack Miller y Joe Certa a toda la obra de Crumb. Sigo leyendo historietas, vengan de donde vengan.

(Extraigo unas cuantas respuestas de la interesante entrevista concedida por Enrique Alcatena y publicada hace algún tiempo en el excelente blog 30 preguntas con señores/as del cómic, que acabo de descubrir y que pueden leer completa aquí. Alcatena se muestra como un tipo sensato, humilde y con las ideas bastante claras sobre su vocación. Si no conocen su trabajo, ¿a qué están esperando? Seguramente que más editoriales españolas se animen a publicarlo y/o reeditarlo).

“A” de Nacho Cano.

Este fin de semana, aprovechando la primera salida en pareja de los últimos once meses, fuimos a ver “A”, el segundo musical de Nacho Cano que estos días apura las últimas funciones de la temporada en el antiguo teatro Calderón de Madrid

No teníamos mucha idea de lo que íbamos a ver en “A”, pero acudimos llamados po el buen sabor de boca que nos dejó en su momento·”Hoy no me puedo levantar”, un musical que partía con la ventaja de apuntar directamente a la nostalgia generacional a la que tan expuestos estamos los treinteañeros de hoy en día, y esperabamos que Cano confirmara sus capacidades para el musical en este nuevo espectáculo. Una vez, visto les adelanto que si “Hoy no me puedo levantar” era Mecano, “A” es puro Nacho Cano con lo que ello implica en su carga de misticismo, espectacularidad, horterada y genialidad. Les cuento.

A” se construye en torno a la historia del niño cantor, un niño gitano al que su familia toma por autista y que sólo muestra interés en hacer quinielas y mirar peces. Cuando en la consulta del médico descubren que el niño tiene una voz prodigiosa, la familia se dedica a explotarle hasta que enferma y pierde la voz. A partir de ese momento, se irán desvelando los misterios que rodean al protagonista y las razones que le han llevado a contactar con la humanidad.

Nacho Cano propone en este musical una historia original en la que mezcla temas dispares pasando sin solución de continuidad del tópico cómico que firmaría José Mota al mesianismo ecologista y místico en una historia peor hilvanada que en “Hoy no me puedo levantar” y que sirve como mera excusa para articular las nuevas canciones ideadas para un montaje multimedia espectacular que encuentra su punto más llamativo en la presencia de acróbatas que se descuelgan y bailan en el aire y su principal pero en la acústica del teatro que hacia que se perdiera en ocasiones la voz de los cantantes en medio de la música. Respecto a las nuevas canciones, a mí no me gustaron demasiado lastradas por su carácter narrativo aunque musicalmente Cano demuestra que no ha perdido su habilidad para las melodías pegadizas.

En definitiva, “A” es un espectáculo entretenido que satisfará sobre todo a los fans de toda la vida de Nacho Cano y Mecano, pudiendo resultar un tanto irritante para los demás, aun cuando tenga suficientes alicientes como para que merezca la pena pagar la entrada. Si andan por Madrid y les apetece hasta el 24 tienen tiempo.