jueves, 17 de septiembre de 2009

“The Winter Men” de John Paul Leon y Brett Lewis.

Llámenme exagerado pero se ha levantado en los madriles estos días una rasca invernal que me viene al pelo para ambientarme y comentarles la lectura de esta miniserie publicada por DC bajo el sello Wildstorm y que Norma editó hace unos meses en nuestro país en un cuco volumen unitario. Se trata de “The Winter men”, un curioso pastiche entre el género superheroico y el negro, una historia ambientada en la corrupta Rusia posoviética.

Kamelov es un antiguo agente del ejército soviético cuyo matrimonio va a pique y que en la nueva Rusia trabaja al servicio del alcalde de Moscú que debe resolver un caso relacionado con la desaparición de una niña a la que se le había realizado un trasplante de hígado. En su investigación, Kamelov descubrirá que el caso guarda oscuras conexiones con su pasado en el ejército soviético cuando pertenecía a un cuerpo de antiguos soldados motorizados ideados como contrapeso al cuerpo de superhombres soviéticos. El melancólico Kamelov tendrá que contar con la ayuda de sus antiguos camaradas de armas cuando debe enfrentarse a las nuevas mafias rusas compuestas por antiguos miembros del ejército soviético y a los políticos corruptos que las controlan quienes extienden sus redes a nivel internacional.

The Winter Men” es un buen ejemplo de tebeo lleno de buenas ideas mal desarrolladas que a mí, personalmente, me ha dejado bastante frío –valga la redundancia- debido a la dificultad de una trama enrevesada y confusa, plagada de diálogos absurdos, que se hace muy difícil de seguir. Siguiendo la moda de la mezcla de géneros que tan de moda está en los últimos tiempos, Lewis construye un thriller negro clásico, con un punto de critica social hacia la corrupta sociedad soviética que es lo más salvable de una historia en el que se realiza un recorrido por las contradicciones de la Rusia possoviética, sin saber muy bien hacia donde quiere llegar el autor con la trama e incorporando a la historia elementos superheroicos que realmente no aportan demasiado al conjunto que queda desdibujado por los continuos bandazos y soluciones ilógicas ideadas por Lewis. Seguramente, al trabajo de Lewis le afectó la azarosa publicación de la serie –la idea original era su publicación como miniserie de ocho números para Vertigo y acabó en seis dentro de Wildstorm- pero eso no es atenuante suficiente para justificar un tebeo decepcionante argumentalmente.

Sin duda, Lo más destacable de este cómic, más allá de los despropósitos del guión, es el excelente dibujo de John Paul Leon, un dibujante con un estilo realista muy definido y que se sitúa en la línea de gente tan notable como Michael Lark o Sean Phillips y en el que la influencia de Howard Chaykin resulta bastante notoria. Paul Leon sabe dar a la historia el tono sucio que requiere a través de un estilo aparentemente descuidado y expresionista que casa a la perfección con la atmósfera decadente de la invernal Rusia. El color de Dave Stewart, basado en una paleta de tonos apagados y colores fríos, refuerza esa cualidad del dibujo de Leon aun cuando viendo las páginas originales sin color creo que la historia hubiera ganado mucho si se hubiera publicado originalmente en blanco y negro porque en ocasiones las elecciones cromáticas de Stewart no hacen más que aumentar la confusión de una historia que Lewis complica demasiado.

La edición de Norma está bastante bien reproduciendo al final de la obra las portadas originales a menor tamaño aunque se echa a faltar algún artículo de fondo que sirviera para contextualizar el cómic en la Rusia posoviética.

Aviso de Robo

A John Paul Leon, el excelente dibujante de "The Winter Men" o "Tierra X", le han robado el original que reproduzco arriba perteneciente a la portada de "DMZ #37" en la pasada Comicon de San Diego. Nunca se sabe con los Internets donde pueden teniendo en cuenta la desregularización del mercado global de originales, así que les pongo sobre aviso por si algún aficionado descubre el original a la venta por ahí.

Si alguien descubre algo, puede ponerse en contacto con John Paul Leon a trávés de su página web, aquí.

El camaleónico Michael Golden.

Entrevistador: Cuando comenzaste a trabajar con Marvel y DC no parecías especialmente influido por los dibujantes más celebres del momento. ¿Tuviste problemas para ajustarte al modelo?

Golden: Yo venía de la ilustración comercial, no del cómic, y mis dibujos eran bastante ajenos a lo que predominaba por aquel entonces. Cuando me pedían que dibujase con un determinado estilo... sí, siempre está esa parte de ti que se niega a cooperar, especialmente cuando uno ha establecido un estilo propio. Pero al cabo tienes que decidir si vas a acomodarte a las exigencias de editores y agentes. Así que cuando estuve en DC aprendí a dibujar a lo Neal Adams, aunque no me sentía cómodo, porque Neal Adams es un dibujante perfecto, puede hacer cualquier cosa, y yo no soy tan bueno ni de lejos. Me salvaba mi habilidad narrativa: tengo un talento natural para contar historias y eso me dio bastante cuartelillo. No me costó demasiado adaptarme una vez superé mis propios prejuicios de artista ególatra. Porque si te están pagando para hacer algo, o lo haces o no cobras.

Entrevistador: ¿Te sientes satisfecho con los comics que has escrito?

Golden: Con algunos de ellos. Puedo revisar algunos con espíritu crítico y sentirme satisfecho con el trabajo que hice, pero no con la inmensa mayoría, a causa de criterios editoriales a los que tuve que ajustarme y que en mi opinión eran arbitrarios o inapropiados. Pero lo hecho, hecho está. No tiene sentido preocuparse por ello a estas alturas. Ya sabes, el cheque tenía fondos (risas), así que... sigues adelante.

Entrevistador: ¿Afectaron esos compromisos a "The Nam"?

Golden: Me parecía que era absolutamente necesario hacer ese cómic, en un sentido cultural. América había mantenido el tabú durante veinte años hasta que hicimos la serie. Comenzamos con unas pocas historias cortas en blanco y negro en una revista titulada "Savage Tales" ("Relatos Salvajes"), y fueron extremadamente bien recibidas. Mucha gente entendió lo que queríamos hacer y pensaban, como nosotros, que era necesario hacerlo. Eran historias bélicas que no tenían nada que ver con el sargento Rock ni nada por el estilo, y desde luego no estábamos embelleciéndolas. Intentábamos, sin más, contar a la gente cómo había sido aquello. Esa pureza no se pudo trasladar a la serie en color, porque teníamos que movernos dentro de los límites del Comics Code, lo cual implica que no podíamos hablar de drogas y muchos otros aspectos de la realidad... Desde luego, no podíamos mostrarlos. Pero logramos esquivar las restricciones un par de veces. Todas las personas que me han hablado de aquella serie desde entonces piensan que fue un trabajo honesto, justo, y que había que hacer.

(Interesante entrevista realizada por Alejandro Romero al gran Michael Golden para Freekshow en la que comenta esa estupenda serie que fue “TheNam” (¿Cuándo alguna editorial se decidirá a reeditarla?) y que pueden leer completa aquí).