martes, 2 de julio de 2013

“Superman: El honbre de acero” de Zack Snyder.

Vista el viernes la película que el especialista en la adaptación cinematorgráficas de cómics difíciles (“300, “Watchmen), Zack Snyder se ha marcado sobre el Hombre de Acero y, tras unos días para asentar las contradictorias impresiones que me ha suscitado la peli, creo que Snyder ha cumplido sobre todo con las expectativa de Warner, que buscaba una redefinición del concepto del personaje para actualizarlo, según ellos a los gustos modernos tras la fallida intentona de Singer, y que además permitiese licenciar un buen surtido de merchandising con la venta cruzada. En ese sentido, pienso que se puede considerar que la película de  Snyder cumple con una versión de Superman espectacular y  brutal, en la que prima la acción sobre el sentimiento, y que mantendrá pegado al asiento al gran público palomitero y a la chavalada pero que al aficionado de calidad que ha seguido regularmente al personaje a través de los cómics y las películas clásicas le habrá rechinado en más de un detallito, ya que Snyder se permite cruzar un par de líneas con calculada premeditación que no les habrán dejado indiferentes.

La película  actualiza una vez más el origen de Superman presentando el final de Krypton y la llegada del personaje a la Tierra donde, tras vagabundear en búsqueda de sus orígenes extraterrestres, acabará asumiendo su rol superheroico cuando el General Zod y sus secuaces kriptonianos amenacen con destruir la Tierra si el último hijo de Krypton no aparece.

Snyder en su elaboración del personaje se nutre básicamente de la visión que Geoff Johns ofreció de los kriptonianos y su sociead  gremial –aunque para mí la visión oscura y salvaje de la nueva película está más cercana a una sociedad guerrera como el Thanagar de Hawkman o el Apokolips de Darkseid que al civilizado y tecnológico Krypton – y, sobre todo a la  discutida etapa de Straczynski al frente del personaje aun cuando haya guiños y referencias a diversas etapas del personaje desde Azzarello a Quitely y Morrison. Snyder y Nolan se han nutrido especialmente de los cómics de “Superman” del siglo XXI, respetando  el material de las memorables etapas previas y la icónica primera película de Richard Donner.

De este modo, la base argumental de la película se inspira en los cómics de JMS y la segunda película de Lester/Donner con el enfrentamiento con el general Zod y sus secuaces dando rienda suelta a una historia genuinamente de acción en la que brillan los efectos especiales por doquier recordando en diversas ocasiones en su desarrollo a los videojuegos tipo shooter – cuando Lois es guiada en su huida de la nave por Jor-El- o directamente de lucha en los diversos enfrentamientos de Superman con los kriptonianos. Es en esos aspectos técnicos de la película, como la introducción de los flashbacks para explicar el pasado de Superman y el adecuado tratamiento de la correcta banda sonora de Hans Zimmer lo más lograda, manteniendo la intensidad e interés a pesar de su larga duración.

Sin embargo, y superando con nota en espectacularidad y ritmo a sus predecesoras, es en el trasfondo del “Superman” de Snyder  en el que la película es mucho más discutible y Snyder se ha permitido más licencias. La historia pone en entredicho conceptos tan arraigados en el personaje como el de identidad secreta al rastrear una perspicaz  LL sin dificultades su identidad a partir de las proezas de un joven Clark Kent durante su vagabundeo en busca de su identidad kriptoniana o que la buena interpretación de Kevin Costner como Thomas Kent quede en evidencia  en el bochornoso momento en que llega a sugerir este  a un joven Clark la hipotética muerte de unos niños precisamente para que descubran sus capacidades ... Pero, más allá de estos detalles, sin duda la cuestión más controvertida, es el permitir a Superman en el climax de la película matar a uno de los villanos, poniendo en tela de juicio la esencia del personaje. Y para mí lo que más chirría  no es que Superman mate ya que existían precedentes –discutibles y polémicos, también- en los cómics sino la crudeza con la que Snyder lo ha mostrado en la película en una jugada calculada a la perfección para sembrar la polémica y el debate ya que podría habérsela ahorrado perfectamente sin que para nada desentonase la historia.

En cuanto a las interpretaciones, hay que destacar la brillante labor general del gran elenco de actores secundarios que participan en la película, involucrados plenamente en el proyecto y dando lo mejor de sí para arropar a Henry Cavill, el actor que interpreta al superhéroe, que con un aspecto e interpretación que recuerda el de los actores contemporáneos anteriores construye un Superman solvente. Por otro lado, me ha gustado y sorprendido la Lois Lane de Amy Adams que sabe hacer suyo el personaje a pesar que su físico no se ajuste demasiado al del personaje o al de actrices como Teri Hatcher (mi Lois Lane favorita) o Margot Kidder.

En fin, más que la película en sí que creo cumple con sus objetivos y es un producto de entretenimiento divertido y espectacular resulta mucho más discutible y controvertido el concepto de Superman que Nolan y Snyder describen que chirriará a los que conocen en profundidad al personaje dando pie a  polémicas y encendidos debates hasta la próxima secuela con lo que el provocador y astuto Snyder habrán logrado que su película, para bien o para mal, no vaya a pasar desapercibida. Visto lo que le pasó a Singer, no es poco.