jueves, 6 de octubre de 2011

Glénat resistiendo a la crisis.

Ya andamos otra vez hablando de la crisis económica y como está afectando al mundo del cómic en sus distintos ámbitos (más que nada porque la crisis nos la comemos todos los días y en este blog comentamos tebeos y alrededores básicamente). Si últimamente escribía sobre lo mal que lo están pasando las librerías concretando en casos extremos como el del cierre de los amigos de Enigma Cómics, hoy toca ver como las editoriales tampoco lo están pasando especialmente bien.

Si ya hace algunos meses sabíamos de la perdida de derechos de los cómics DC que ostentaba Planeta a favor de El Catálogo a partir del año que viene (que a lo mejor no tiene nada que ver con la crisis, o a lo mejor sí pero poca gente lo sabe y los pocos que saben callan) estos últimos días estamos siguiendo las peripecias del máximo responsable de Glénat España, Joan Navarro a través de su blog, para mantener el control de la filial que al parecer ha estado a un pelo de ser vendida por Glénat Francia –la empresa matriz- a las gentes de Panini, la empresa más grande del sector y que parece estar dispuesta a pescar chollos en estos tiempos revueltos (ya saben, lo que dicen algunos, que los tiempos de crisis son momentos de oportunidades…para los que pueden y tienen, claro).

Al final, según explican en este comunicado, Joan Navarro y Félix Sabaté se han arriesgado y han comprado ellos mismos Glénat España a Glénat Francia hipotecándose para ello (lo que ya tiene su mérito viendo lo complicado que está hoy en día conseguir para cualquiera un crédito). Joan Navarro (y Félix Sabaté) son gente bregada y experta en estas situaciones convulsas de las que ya han vivido unas cuantas por lo que cuentan y creo que les irá bien, pero su ejemplo poniéndose en primera línea y jugándose sus patrimonios personales en una empresa, su empresa, en la que creen es sintomático de muchos pequeños y medianos empresarios (sí, a esos que les afecta la crisis tanto o más como los demás) que hacen juego malabares y arriesgan sus patrimonios para mantener a sus trabajadores y su independencia a costa de sus propios patrimonios. Es de agradecer esta transparencia de Joan Navarro explicando su experiencia para que más de uno entienda que la mayoría de los empresarios -y los editores- no son necesariamente los malos de la película, sino unas víctimas más de un sistema económico especialmente injusto con los más débiles.

Como era previsible, la línea editorial de Glénat seguirá siendo la misma e imagino que progresivamente irán introduciendo cambios (le cambiarán el nombre a la editorial, el logo y esas cosas, supongo). Habrá que estar atentos a ver como evoluciona el enfermo.

Crisis también significa cambio y a los cambios solo los más resistentes sobreviven. Navarro y Sabaté lo han entendido así y están dispuestos a resistir. Merecen todo nuestro respeto por ello.

Cartel del XIV Salón del Cómic de Madrid.

Bonito cartel realizado por un autor que es una de mis muchas debilidades, Emile Bravo. A ver si con su presencia en Madrid se anima alguna editorial a publicarle más obras en España que estamos caninos…