miércoles, 6 de marzo de 2013

“Reproducción por Mitosis y otras historias”, de Shintaro Kago.



Hoy toca acercarnos a uno de esos mangakas inclasificables y geniales con los que EDT nos impacta de vez en cuando y a mí personalmente me acaban reconciliando con el manga. Se trata de Shintaro Kago que en “Reproducción por Mitosis y otras historias” ha demostrado que bajo todo su efectismo escatológico se esconde un autor preocupado por ahondar y explorar las posibilidades del lenguaje secuencial hasta sus últimas consecuencias.

El conjunto de historias que componen este volumen muestran perfectamente la evolución de este autor que si en la primera mitad del volumen aparentemente solo se preocupa por sorprender al personal con el efecto escandaloso de sus violaciones surrealistas, sus disecciones extremas y sus salvajes perversiones en las que subyace una crítica y una reacción contestataria a la superficialidad y rigidez de las formas sociales contemporáneas, especialmente complejas en la sociedad nipona, a partir de la segunda mitad del volumen y la historia que da título al volumen añade una preocupación formal por, sin abandonar sus obsesiones, desmenuzar el lenguaje secuencial experimentando con las viñetas, su estructura y forma con espectaculares resultados. Es cierto que no en todas de las distintas variaciones entre fondo y forma con las que Kago experimenta logra historias redondas, pero algunas de ellas como la ya mencionada “Reproducción por Mitosis” o “Blow Up” justifican por sí solas la compra del volumen.

Y es que en fondo, Kago más allá de limitarse a buscar la provocación a la mentalidad pazguata y el escándalo del que enseña cacas, culos y tetas por doquier es un observador descarnado e implacable del mundo contemporáneo que no deja de poner en entredicho en sus alegóricas historias las paradojas absurdas de un mundo que intenta comprender desde su propia lógica que, desde el punto de vista occidental, resulta algo morbosa y chocante pero que en el fondo no está alejada de planteamientos undergrounds y punks que seguramente le hayan influido. Así en sus historias cortas busca dan una vuelta de tuerca al absurdo contemporáneo abordando con acidez macabra temas tan oscuros y peliagudos como el estreñimiento femenino o las violaciones de japonesas en las bases militares norteamericanas en Japón, sin obviar la sátira rebelde hacia instituciones niponas como el Sumo o el escritor Ryonosuke Akutagawa, conocido en Occidente por “Rashomon”.

En fin, Kago es un monstruo inclasificable y desconcertante pero que más allá de su volátil y brutal universo macabro no apto para todos los estómagos abre el camino a nuevas formas de entender y experimentar el cómic que despliega ante unos lectores hipnotizados ante su frenesí provocador.