viernes, 13 de noviembre de 2009

“Diario Azul” de André Juillard.


Recuperamos hoy el cómic con el que André Juillard se dio a conocer como autor completo, “Diario Azul”. No se engañen antes de la publicación de este cómic Juillard ya era abiertamente conocido (y admirado) como un excelente dibujante de obras de género histórico (como la magnífica “Las 7 vidas del Gavilán” junto a Cothias) pero con este álbum en el que cambió radicalmente de registro, publicado hace ya unos añitos por Norma Editorial, se destapó como un excelente guionista cosechando importantes premios (Mejor Álbum en Angoulême 95 y Premio Especial del Jurado en el Festival de Sierre) y elogios de la crítica. Pero vamos con el tebeo.

Louise es una guapa canadiense joven y desinhibida que vive en París. El hecho de no tener cortinas en su casa le ocasiona más de un quebradero de cabeza cuando aparece Armand quién dice haberse enamorado de ella tras verla por la ventana. En principio, Armand no es su tipo pero inicia con él un flirteo que acaba en romance. Mientras Armand se encuentra de viaje, conoce a Víctor un hombre por el que inmediatamente se siente atraída, rompiendo su relación anterior. Louise es feliz pero cuando en su buzón aparece un misterioso diario azul descubrirá que lo que ella había considerado encuentros casuales y relaciones surgidas del flechazo casual en el que cree obedecen a un amor obsesivo de la que es objeto. ¿Romperá Louise con Víctor?¿Volverá con Armand?¿Se conocen quizás Armand y Víctor? Tendrán que leer el tebeo para enterarse.

Juillard en su primera incursión como guionista propuso un tebeo hipnótico y ambicioso en el que a partir de una historia de amor aparentemente casual construye un tortuoso engranaje acerca de lo obsesivo del amor en una historia que va creciendo a lo largo de los tres capítulos en que se desarrolla al que incorpora ciertas notas de suspense que salpimentan el triángulo amoroso conformado por los principales personajes. Juillard logra mantener atrapado al lector a través de los giros que va adoptando la vida sentimental de Louise en una trama bien hilvanada para que los distintos lapsos temporales coincidan acaben coincidiendo como las piezas de un puzzle aunque quizás al autor se le nota todavía falta de pericia a la hora de redondear el final de un álbum en el que todo queda quizás en el aire para que sea el lector quien decida como terminar la historia. Gráficamente, Juillard hace un gran trabajo, en la ambientación en un París perfectamente reconocible y permitiendo al espectador atisbar los secretos que se ocultan en la intimidad de unos personajes que en ocasiones parecen demasiado rígidos y formales en el desarrollo de sus relaciones, prisioneros de un encorsetamiento moral que, por otro lado, resulta muy francés, siendo "Diario Azul" una disección entroncada en lo formal a la que por la misma época realizara Kieslowski en el cine con su Trilogía de los Colores (el parecido entre Louis y Juliette Binoche no me parece anecdótico) o años antes Erich Rohmer con sus Cuentos Morales. Juillard se muestra como un narrador sutil y exquisito a la hora de pausar la historia para dejar que los silencios y las imágenes calen en el observador imparcial que es el lector que en algún momento acabará tomando partido por alguno de los principales protagonistas, Louise y Víctor, yendo un paso más allá en la construcción de la historia que Gibrat, el gran maestro del género.

En definitiva, “Cuaderno Azul”, es un estupendo cómic lleno de matices que conviene releer de vez en cuando para tratar de indagar en la naturaleza humana y en esa cosa tan extraña que es el amor. Si lo leen ya me cuentan.

Pierre Christin reflexiona sobre “Partida de Caza”.


Pregunta: "Partida de caza» es un profundísimo análisis sobre las dictaduras y su ocaso, profetizando casi la caída del comunismo y lo que ocurriría en la Europa del Este unos años después. ¿Cómo ve con el tiempo esta obra y los acontecimientos que sucedieron realmente después?

Christin: "Partida de caza" prefiguraba algo que no existía. En ese momento se decía que el comunismo o el marxismo eran ideologías que no podían morir, pero eran sólo palabras. Gorbachov cambió el vocabulario y se enfrentó a la realidad, y se vio entonces que la realidad era muy pobre. Muchos marxistas dijeron en esa época que los soviéticos estaban equivocados cuando decían que la historia no se puede reescribir, pero el marxismo y Hegel dejaban claro que la historia es un gran manuscrito sobre el que hay que escribir cada día, que siempre era posible que ocurriesen cosas nuevas.

Supongo que si escribí esa obra es porque en fondo pensé que era posible que algo cambiase.

El año pasado fui con Bilal a Chernobyl, un turismo no muy agradable, para escribir sobre el fin del fin. Yo creo que la catástrofe de Chernobyl es la piedra final de esta historia y por mi parte es lo último que haré con Bilal sobre esta parte del mundo.

De todas formas, en Francia “Partida de caza” se vende muy bien, porque para muchos estudiantes es un libro de historia, en el que se analizan cosas que han desaparecido. Y me sorprendo cuando veo un niño de trece años leyendo el libro como un manual, en el que ve algo que ya no existe.
(Pierre Christin, uno de los mejores guionistas que ha dado el cómic europeo, reflexionó hace unos años durante unas conferencias en Valencia sobre una de sus mejores obras, "Partida de Caza" de la que escribí hace unos días. Para leer el resto de las opiniones de Christin pinchen aquí).