
En esta nueva entrega, la acción toma un giro inesperado y se traslada al reino de los Drekkars, donde los servidores de los dragones, han establecido una sociedad fuertemente jerarquizada en las simas y cuevas de El Paso sin apenas contacto con el exterior. En una sociedad en la que su anciano Emperador tiene un rol semidivino, se suceden las conspiraciones y luchas de poder entre los partidarios de fundar un nuevo El Paso y los que quieren mantener el status quo establecido.
En apenas 56 páginas, Bourgier y David son capaces de mostrar todos los aspectos de una sociedad compleja, inspirada en la cultura japonesa, al tiempo que desarrollan una trama de aventuras e intriga que no decepcionará a nadie.

El guionista Fabrice David cuida especialmente el desarrollo de la acción y va dejando pistas que añadir al rompecabezas planteado en la primera entrega, manteniendo la intriga sobre las motivaciones del misterioso personaje que pretende provocar la guerra entre los drekkars y el rey Garantiel. David desarrolla un medido y complejo guión en el que sorprende desde el primer momento abriendo una elipsis respecto a los hechos acontecidos en el primer volumen para trasladar la acción a un escenario completamente nuevo. Sin embargo, el guionista se muestra especialmente hábil a la hora de ir interrelacionando lo acontecido en la primera entrega con lo que está leyendo en la nueva entrega en una lectura que resulta cada vez más adictiva. Todos los aspectos de la sociedad drekkar están perfectamente descritos y desarrollados, contextualizando la serie no sólo en el momento presente sino añadiendo elementos de la historia de los drekkars que explican cómo ha evolucionado la sociedad. Esto que en manos de otros podría hacer la lectura farragosa, David lo soluciona a través de estudiados diálogos de los personajes, que, a pesar de su extensión, no dificultan la lectura del álbum, y un glosario de términos al final del álbum que yo aconsejaría leer previamente para poder disfrutar de la historia plenamente.

Si la historia ideada por David está bien desarrollada, estoy seguro que el resultado sería mucho menos brillante sino fuera por la extraordinaria labor de Bourgier quien recrea perfectamente un universo con reminiscencias medievales en el que está cuidado hasta el último detalle. Bourgier se muestra como un dibujante extraordinario que domina la narración perfectamente y tiene un absoluto dominio de la figura humana y de las localizaciones llegando a superar incluso el nivel mostrado en la anterior entrega. Me gustaría destacar el tratamiento de la luz con el que recrea perfectamente el mundo en penumbras en el que viven los drekkars que consigue gracias a un depurado uso del color basado en una paleta de tonos suaves.

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