lunes, 6 de septiembre de 2010

De cómo de la genialidad al ridículo hay un trecho muy corto.




Dos creaciones de un mismo hombre, el genial Jack Kirby, que parten de conceptos similares…¿Cómo partiendo de la misma idea -personajes cuasidivinos presos de un destino trágico- se pueden conseguir dos resultado tan antitéticos? ¿Por qué Estela Plateada/Silver Surfer es un personaje que funciona y ha alcanzado fama y notoriedad mientras que Night Racer/Corredor Nocturno nunca la tuvo y cayó en el olvido?

“Predators”, de Nimrod Antal.

Que el cine de entretenimiento norteamericano es puro negocio en el que la innovación y la originalidad son conceptos del que los ejecutivos y productores huyen como la peste lo tenemos todos los espectadores más o menos asumido y somos conscientes de ello cada vez –menos, visto lo que hay que ver- que nos decidimos a acudir a una sala de cine pero que, como en el caso de este “Predators” directamente nos engañen vendiéndonos como una continuación (concepto este sobre el que ya hay que ponerse en guardia pero del que aún esperamos algún tipo de aporte original en el hilo de una historia demasiado larga o compleja para ser desarrllada en una sola película) de la película de los ochenta “Predator” un “remake” encubierto creo que es abiertamente denunciable como un puro insulto a la inteligencia del espectador que por muy friqui que se sea no es por ello tonto.

Predators” se inicia con la caída en paracaídas en un selvático planeta de un grupo heterogéneo de mercenarios, soldados y asesinos varios que han sido sustraídos de sus lugares de origen no se sabe por quién ni por qué. Poco a poco, el grupo de protagonistas liderados por Adrien Brody y Alice Braga (supongo que será la hija de Sonia Braga…) irán descubriendo conforme el grupo mengua que el planeta es un coto de caza y ellos son las presas de un grupo de temibles, feos y feroces alienígenas, los predators del título.

En la sinopsis del segundo parrafillo creo que he dedicado más energía y esfuerzo en resumirles la película que los guionistas en desarrollar el guión de esta nefasta aproximación a un clásico de acción ochentero que algunos recordamos con cariño asumiendo sus carencias. No merece la pena hacer referencias doctas a “El malvado Zaroff” que inició el subgénero de caza al hombre que no creo que ni el productor Rodríguez ni el director Antal ni los guionistas conozcan ni valoren. La confusa película que nos ocupa simplemente se limita a incorporar algunas notas de series de televisión de moda –“Perdidos”- y tomar como base la película original de “Predator” protagonizada por Schwarze para copiar sin demasiados ascos situaciones mil veces vistas en un refrito que adereza con tópicos formulistas de cine bélico y terror caducados hace décadas que no mejoran el sabor de la fritanga pertrechada por Antal. Si con todo la película se hubiera limitado a seguir la fórmula asumida del “remake” pues a lo mejor podría haber servido para pasar un ratillo echándonos unas risas puestos en guardia pero que al insultado y desprevenido espectador le intenten dar el timo del tocomocho incluyendo un par de chorradas supuestamente originales pero sin explicación lógica en el hilo narrativo de una película lamentable y que además queda a medias, probablemente a expensas de una nueva parte que espero nunca llegue a termino, sólo pueden lograr aumentar su irritación Para asegurarnos el ardor continuo en el sinsentido que Antal dirige con oficio se suma las interpretaciones de un elenco de “figuras” a cuál más patética encabezadas por un Adrien Brody que hace el ridículo en su surrealista intento de hacerse pasar a estas alturas por un héroe de acción (una película tan mala de este calibre sólo podría haberla salvado nuestro querido Nicholas Cage, no sé como se le escapó a su agente...) que abrirá los ojos hasta a la despechada Pataky. Destacar si acaso a nivel interpretativo del predator preso y los perros predator que muestran tener muchos más recursos que unos actores que por suerte van siendo eliminados poco a poco de la película (lástima que Brody no desaparezca antes y que Fishburne salga no sé muy bien para qué).

En fin, un lamentable y vergonzoso espectáculo para sacarnos los dineros apelando a la nostalgia. Si estáis a tiempo ni os acerquéis a los cines a ver una firme candidata a la peor película del año y si sentís morriña de “Predator” mi reconmendación es que os pongáis de nuevo la peli del gobernador de California que a pesar de sus carencias no engaña. Avisados quedáis.