jueves, 14 de febrero de 2008

Iniciativas a destacar

Dos en concreto:


Uno: Manuel de Caldas llega a su cuarto número de la edición ¿definitiva? de “Príncipe Valiente” en español con los mismos problemas para su distribución en librerías que tuvo con el tercero. A mí no me parece de justicia así que si quieren colaborar con él y su labor pueden ponerse en contacto con Manuel aquí.



Dos: los chicos de Pammhg, probablemente el mejor foro sobre cómics en la actualidad llega al tercer número de su revista digital. Un número especialmente emotivo en el que rinden homenaje a Sebas, uno de sus colaboradores tristemente desaparecido. La revista merece la pena y no tiene nada que envidiar a alguna otra más “profesional”. Si quieren descargársela y comprobarlo por ustedes mismos pinchen aquí.


Lector de manga, lector de segunda.

Nadie duda hoy en día de la preponderancia del cómic japonés (manga) como el más leído y seguido en todo el mundo ganando terreno al de otras nacionalidades, como el norteamericano o el europeo, supuestamente más arraigados.
El manga, hoy en día, cuenta con una legión de seguidores, que viven con entusiasmo su afición, como queda patente si se pasan por cualquier festival o Salón donde comprobarán que los que animan el cotarro son grupos de aficionados, jóvenes, en su mayoría, que no tienen ningún pudor en disfrazarse de sus personajes favoritos, cantar en japonés o lo que les echen, con tal de disfrutar de una manera sana y activa de su afición, llegando a tener sus propios salones exclusivos. A este fenómeno mundial, no ha sido ajeno nuestro país, de modo que junto a las grandes editoriales que rápidamente se posicionaron, han surgido algunas más pequeñas, capaces de competir abiertamente con ellas birlándoles el derecho de más de una serie importante, lo que ha provocado que en España contemos con una gran cantidad de publicaciones todos los meses, que amplían rápidamente el fondo editorial, aunque, claro está, el ansioso lector siempre demande más. Sin embargo, en este idílico escenario en el que las editoriales han encontrado su pequeño paraíso en el que casi todo lo que se publica, se vende bastante bien, hay alguna nube en el horizonte. Por un lado, la falta de crítica de la mayor parte de los aficionados al manga, en su mayoría jóvenes que se iniciaron desde el anime, que ha permitido se asuman con total normalidad ediciones lamentables.
El manga, no nos engañemos, tradicionalmente se publica en su país de origen en ediciones destinadas a un consumo rápido y desechable, pero no parece de recibo que esas prácticas deban importarse también. En España el manga se edita mal, muy mal, en comparación a como se editan los cómics norteamericanos por no entrar ya en las “lujosas” ediciones de cómic europeo. Probablemente, esta aceptación como natural de tan malas ediciones se deba a una cuestión cultural del aficionado. El lector de cómic norteamericano y europeo está acostumbrado a ediciones cuidadas y, aunque las cagadas se produzcan igualmente, suelen ser menos clamorosas y la editorial procura, como mínimo, disculparse llegando en algún caso hasta a retirar ediciones enteras. Buenas ediciones de mangas a mí se me ocurren a bote pronto un par, las de Norma con “Akira” y la de Glénat de “Golgo 13” pero de pifias relacionadas con la edición de manga que pasan prácticamente sin una queja se encuentran ejemplos todos los meses (sin ir más lejos las ediciones que realiza una editorial especializada únicamente en manga cuyas colecciones son prácticamente fotocopias encuadernadas) y en todas las editoriales, auspiciadas por unos aficionados que tragan con todo con tal de contar con la colección de sus sueños a un precio asequible. De modo que la editorial de turno se encuentra ante el escenario soñado: aficionados entusiastas que se hacen prácticamente con cualquier cosa que les quieran publicar y no se quejan demasiado. La situación ha llegado al extremo que desde el blog de una editorial se rían abiertamente de aquéllos que religiosamente les dan de comer en un gesto lamentable del que deberían avergonzarse.
Probablemente, en algún momento la gallina de los huevos de oro se muera y las editoriales decidan cuidar más a aquellos que las mantienen dejándose sus dineros, pero, mientras tanto, de qué preocuparse si estos tragan con todo. Lo que les digo, lector de manga, lector de segunda. Y así nos va.