jueves, 23 de diciembre de 2010

Postales Navideñas.

Una de las cosas buenas que tiene esto de escribir un blog es que haces amigos virtuales que se acuerdan de tí y te mandan postales navideñas, lo que, por otro lado, hace más patente lo poco detallista que es uno que no sabe organizarse para estas corresponder. Esta entrada va por ellos:


Gracias, y gracias a todos los que desde sus blogs u otros plataformas sociales han mandado alguna postalilla.

De Roberto Alcázar, Pedrín y los viajes en el tiempo.


Cuando ayer me enteré de la próxima publicación de un coleccionable de “Las Aventuras de Roberto Alcázar y Pedrín” , cómic de aventuras de los años cuarenta y cincuenta que los padres y abuelos de los que leemos este blog devoraban con frenesí cuando caían en sus manos, no he podido dejar de acordarme del maniquí que asistía a los viajes en el tiempo Rod Taylor en El tiempo en sus manos” de George Pal, la mejor adaptación de la maravillosa novela de Wells, La máquina del tiempo”.



Y es que última
mente las editoriales del cómic se están volviendo exploradores del pasado que van desenterrando capa tras capa clásicos nacionales e internacionales en trabajos de campo que a veces no son lo rigurosos que debieran y precisarían de una mejor labor de restauración antes de presentarse al público.

Tras ir completando poco a poco la reedición de autores de los ochenta, setenta y sesenta, ahora parece que se ha puesto la vista en autores y series incluso más antiguas en un intento de seguir explotando comercialmente el único argumento que parece estar funcionando para atraer lectores al tebeo -más allá de reclamo de las adaptaciones cinematográficas- el factor nostálgico.

Y, bueno, vale, no seré yo el que me queje porque el tebeo clásico debería estar siempre disponible pero creo que las grandes editoriales que se encargan de estas reediciones tampoco deberían olvidar con tanto viaje al pasado y la recuperación del tebeo popular de hace sesenta años popularizar y promocionar a los autores presentes y futuros que son por los que ahora mismo habría que apostar si se quiere que el Cómic como medio evolucione y se robustezca frente a otras manifestaciones culturales y de entretenimiento y no transite hacia un callejón sin salida meramente autoreferencial para unos pocos desconectado del presente. Estos tebeos no los van a leer los chavales jóvenes sino mi padre (si se los dejo que está por ver) o yo. Hay mucho talento hay fuera esperando oportunidades.

En fin, que bravo por las reediciones si se hacen con sentido incluso por las que se anunciaron y de ellas nada más se supo perdidas en algún pliegue espaciotemporal (¿Qué fue del "Flash Gordon" de Dan Barry anunciado por Panini?).

Yo, de momento, me voy a ver como la maniquí sigue cambiando de vestidos a razón de uno por segundo. Eso sí, montado en un DeLorean.