jueves, 31 de mayo de 2012

“El gran muerto”, de Règis Loisel, Djian y Vicent Mallié.


Planeta reactiva su línea de BD para presentarnos la última serie de Régis Loisel, una interesante aventura de fantasía y misterio de la que se han publicado tres álbumes en Francia y que en España han aparecidos recopilados en un único tomo.

Pauline viaja hasta la Bretaña francesa para recluirse en el campo a preparar un examen. Nada más llegar a su destino conoce a Erwan., un joven de la zona que tras ayudarla a arrancar el coche la invita a su casa. A partir de ese momento, los destinos de Erwan y Pauline se entrelazan ya que los jóvenes son trasladados a un extraño mundo paralelo en el que unos pocos días corresponden a varios años en nuestro mundo y en el que Erwan ha de renovar un extraño ritual para mantener la paz entre los distintos clanes. Sin embargo, algo pasa y cuando, pasados dos años, Erwan regresa al mundo normal descubre que todo parece ir irremediablemente mal en la Tierra e intentará encontrar a Pauline quién ha sido madre de una misteriosa niña que parece ser la llave de todos los misterios.

Régis Loisel se encarga junto a Djann, uno de sus colaboradores habituales, del guión de esta entretenida serie de  fantasía que va de menos a más captando el interés del lector ante el aluvión de misterios que rodean a los protagonistas. En el apartado gráfico, Loisel cede los lápices a Vicent Mallié, con quién ya colaboró en las últimas entregas de “La búsqueda del pájaro del tiempo”, quién realiza un gran trabajo con un dibujo adaptado a la perfección a las características de su maestro y que hubiera merecido una edición a mayor tamaño.

En definitiva, “El gran muerto” es una serie muy entretenida que cuenta como principal defecto el no haber concluido todavía en Francia con lo que deja al lector colgado en lo más emocionante sin desvelar ninguno de los misterios planteados y sin saber a ciencia cierta cuándo y cómo podrá hacerse con el resto de la serie. Teniendo en cuenta que Planeta ha publicado todo el material disponible, es de esperar que en un par de lustros podremos enterarnos de cómo prosiguen las aventuras de los protagonistas.

miércoles, 30 de mayo de 2012

“Los Micronautas”, de Bill Mantlo, Michael Golden y otros.


Que largos eran los veranos de antaño en los pueblos de la piel de toro cuando los niños urbanitas que fuimos nos dispersábamos durante los meses de verano por las tierras de nuestros ancestros a conocer otros tipos de calor y aburrimiento. Había momentos de esparcimiento, claro, pero en aquellos tiempos  y en aquellos pueblos o los tebeos te los llevabas de casa y los releías hasta aprenderlos de memoria o te dedicabas, tras ver “La fuga de Logan” o “El coche fantástico” después de comer, a intentar dormitar hasta que bajaban los calores mientras la casa familiar permanecía en penumbra sumida el sacrosanto mandamiento de la siesta. Ante ese panorama, descubrir en el estanco del pueblo –una casa como otra cualquiera en la que vendían tabaco y libros de baratillo- revistas y tebeos polvorientos de dudosa procedencia, el número de “Los Micronautas” de Ediciones Vertice que reproduzco más abajo salvó mi cordura.
“Los Micronautas”, un grupo de rebeldes interdimensionales exiliados en la Tierra desde su Microverso de origen perseguidos por un cruel dictador dispuesto a acabar con ellos a cualquier precio, era una epopeya cósmica a la altura de “La Guerra de las Galaxias” pero que reducida a las dos aventuras que incluía el tebeo proporcionó a mi imaginación infantil emociones y aventuras sin fin intentando adivinar como continuaba la historia. Me pasé aquel verano y algunos años más buscando la continuación de las aventuras de aquellos personajes pero entre que Internet todavía era Ciencia Ficción y los escasos ejemplares del Rastro se escapaban de mi exiguo presupuesto no fue hasta muchos años después –y una curiosa serie limitada en la que los Micronautas compartían protagonismo con La Patrulla X por medio- en que pude leer completa la saga y comprobar que aquel tebeo tan sobresaliente no solo había sido mágico para mí sino que además pertenecía a una brillante serie de culto al menos dos veces maldita.

Y es que “Los Micronautas” habían nacido en 1979 de la unión de dos autores tan extraordinarios y contestatarios como el esquivo Michael Golden y el sorprendente Bill Mantlo a los que por desgana u olfato para los cómics Starlin dio libertad para  convertir lo que en principio no era más que una serie limitada para promocionar los muñequitos articulados de una empresa juguetera en una aventura épica de alcance cósmico plagada de personajes carismáticos, un canto a la aventura que se extendió durante casi sesenta números y cuatro años gracias a la habilidad de Mantlo para renovar el interés de los lectores, aunque Golden tras los espectaculares doce primeros números abandonase la serie, siendo sustituido por gente tan competente como Howard Chaykin, Pat Broderick, Butch Guice, o Gil Kane, entre otros.
“Los Micronautas”, a pesar de su brillantez y ser uno de los mejores tebeos Marvel de los primeros ochenta, hoy en día es un tebeo olvidado, salvo para unos pocos, ya que por un problema de derechos no se puede o no se quiere reeditar llamado a convertirse en una leyendapara los nuevos lectores que ya no disponen de estancos ni kioscos donde encontrar tebeos antiguos. Por suerte, estos sí disponen de Internet para conocer, valorar y reivindicar esta obra y a sus creadores aunque sea a través de una fría pantalla. Buscadla y disfrutadla.



martes, 29 de mayo de 2012

“First Ware: Batman y Doc Savage”, de Brian Azzarello, Jason Starr, Phil Noto y Phil Winsdale.


Tras la publicación de la serie limitada “First Wave” en la que Azzarello y Morales presentaban  las bases de un mundo paralelo en el que conviven justicieros clásicos de los pulps y el género superheroico caracterizados por no tener superpoderes, ECC publica este mes “Batman/Doc Savage Special” y “First Wave Special” en un único volumen, los dos especiales que en cierto modo sirven de prólogo y epílogo a esa miniserie y en la que los caminos de algunos de sus principales protagonistas vuelven a cruzarse.
En “Batman/Doc Savage” la irrupción del Hombre Murciélago ha supuesto una novedad en la corrupta Gotham donde se cuestionan los métodos del nuevo justiciero hasta el punto de ser perseguido por asesinato. Doc Savage, que también tiene sus dudas sobre la ética de Batman, viaja hasta Nueva York para investigar al nuevo héroe. Por otro lado, en “First Wave Special”, Richard Benson, un oscuro héroe pulp conocido como El Vengador, ha emprendido en Nueva York su propia cruzada contra los malvados amenazando el statu quo establecido y obligando a Doc Savage y Batman a intervenir.
Los dos especiales que componen este volumen resultan lecturas tan entretenidas como superfluas, ya que poco añaden a las características de los personajes enunciadas en la miniserie “First Wave” y solo sirven para volver a verlos interactuar entre sí y comprobar lo diferente de los métodos de unos y otros. Son historias convencionales, desarrolladas con oficio por sus guionistas, Brian Azzarello y Jason Starr, respectivamente, y resueltas gráficamente con eficacia por parte de Noto y Winsdale. Los dos dibujantes,que curiosamente trabajaron en “Jonah Hex”, tienen estilos muy diferentes entre sí y casi contrapuestos pero el disfrutar de su trabajo es el mayor aliciente  del volumen. Noto es un dibujante elegante, de líneas suaves y colores cálidos que contrasta frente al dibujo más tramado, detallista  y realista de Winsdale.



Las aventuras recogidas en este especial solo sirven para profundizar un poco más en el carácter y personalidad de los principales héroes del Universo First Wave y permitir comprobar al lector lo antagónico o complementario de sus comportamientos y métodos  y sus relaciones entre sí, sin llegar tampoco a profundizar demasiado respecto a lo ya explicado en otros tebeos. En principio, todo es muy correcto, pero sí hubiera sido deseable una mayor ambición por parte de unos autores que se limitan a cumplir con oficio y corrección siguiendo las fórmulas tópicas de los “team up”.


La línea “First Wave” podría haber dado mucho más de sí y todo el entusiasmo que auguraba la serie principal poco a poco ha ido diluyéndose hacia unos cómics que transmiten cierta apatía por parte de sus autores que ya debían augurar su aparcamiento en pos a nuevos proyectos de la editorial como “The New 52” y “Before Watchmen”. Una pena porque en “First Wave” había mimbres más que suficientes para contar historias  interesantes.

lunes, 28 de mayo de 2012

“Severed”, de Scott Snyder, Scott Tuff y Attila Futaki.


Entre las novedades presentadas por Planeta en el pasado Salón del Cómic de Barcelona, destaca “Severed”, el proyeo más personal hasta la fecha de Scott Snyder, el guionista de moda tras darse a conocer en “American Vampire” y ganar fama en las series de “Batman”.  Se trata de una miniserie de siete números para Image en la que Snyder colabora con el dibujante húngaro Attila Futaki en la que es la primera incursión de este en la industria norteamericana.

En 1956, Jack Garron es un entrañable vejete manco que disfruta del movimiento de caderas de Elvis Presley por televisión sentado en el sofá de su casa junto a su señora que recibe a través de su nieto un recuerdo de un pasado olvidado que le devuelve de nuevo al terror de su infancia cuando en 1916 se escapó de casa para buscar a su padre y su destino se cruzó con el de un terrible asesino en serie. Pero, ya se sabe, en los cómics el pasado siempre vuelve…

Scott Snyder y Scott Tuff, los guionistas de la obra, plantean un más que correcto cuento de terror en torno al mito común a todas las culturas del hombre del saco, localizado en los Estados Unidos de la I Guerra Mundial en el que cientos y miles de vagabundos y emigrantes andaban de un lado para otro por el país. 

Los guionistas ponen en tela de juicio el marco romántico que la literatura desde Mark Twain en adelante nos ha querido vender de aquel período con una historia a lo Huckleberry Finn oscuro en la que mezclan la aventura inicática con la intriga y el gore aderezado con elementos sobrenaturales. Sin ser una combinación particularmente novedosa ni original, “Severed” funciona eficazmente y cumple su objetivo de hacer pasar un buen rato gracias a la estupenda descripción de los principales personajes y la dosificación de la tensión que mantiene al lector pendiente en todo momento sobre como se va a desarrollar la historia aun cuando sean perfectamente previsibles los pasos a seguir por los guionistas y las reacciones de los personajes.

En el aspecto gráfico, el primer trabajo para el cómic norteamericano de Attila Futaki pasa con nota ya que realiza una estupenda labor con un primoroso dibujo en acuarela con el que potencia las distintas atmósferas de la obra y la caracterización de los personajes describiendo con acierto desde los descubrimientos idealizados del joven protagonista en su viaje iniciático hasta los deprimentes Estados Unidos de los vagabundos y buscavidas y dando con el punto justo de escabrosidad en los momentos más terroríficos de la obra. Futaki muestra que no está falto ni de talento ni de recursos por lo que le vaticino una larga carrera en Estados Unidos.

 En fin, preveo que, a no mucho tardar y aun a pesar de lo trillado del tema, veremos este “Severed” adaptado al cine o a la tele. Snyder me sigue pareciendo un guionista correcto que se mueve con habilidad por sendas ya transitadas pero al que todavía le falta una obra auténticamente novedosa que certifique todo el interés que suscita.

viernes, 25 de mayo de 2012

Estrella del Norte se casa….¿Y?


Pues eso, que estoy muy aburrido del tema este de que casen al díscolo quebequés Jean Paul Beauvier y el revuelo mediático en torno a la “primera boda gay” de los cómics de superhéroes.

Ni es la primera boda entre superhéroes homosexuales y ni siquiera es el único superhéroe homosexual de la Casa de las Ideas, pero más allá de la inevitable poca documentación de los medios generalistas y el predecible veto de los fundamentalistas de turno que a buen seguro ayudarán a subir las ventas aunque solo sea por llevarles la contraria, poco podemos esperar si entre los propios especialistas lo poco que se destaca a estas alturas de la fiesta es que un muchacho se casa con otro muchacho y su repercusión en los medios sin contextualizar la noticia.

Es estupendo que los cómics de superhéroes estén abiertos a la sociedad y el mundo mostrando la pluralidad humana pero eso no es noticia. De hecho, la homosexualidad en los cómics de superhéroes –por no hablar del Cómic en general- no es noticia y, de hecho, sin tanto marketing pero con mayores posibilidades creativas ha estado presente, ciñéndonos únicamente al género superheróico, desde que a principios de los años ochenta del siglo pasado John Byrne lo introdujera en una serie marginal (pero de culto de las de verdad) como fue “Alpha Flight” al caracterizar a Estrella del Norte (como lo conocemos en España desde hace treinta años cuando empezó a publicar la serie Comics Forum y no Northstar como ahora parece que se empeñan en llamarle). O cuando, en la inevitable “Watchmen” de Moore y Gibbons, pocos años más tarde, volvía a tocarse el tema de pasada al hacerse alguna inteligencia velada a la sexualidad de uno de los personajes secundarios. Por tanto, que no nos descubran el mundo: hace más de treinta años sí que era rompedor y valiente presentar a superhéroes abiertamente –bueno, no tan abiertamente- gays. Pero ello, hoy por hoy no debería ser noticia y que lo sea es señal de lo poco que ha evolucionado el género en estas décadas.

Para mí lo interesante de la boda de Estrella del Norte consiste en que me contesten a estas preguntas…¿Es una buena historia?¿Evoluciona el personaje?¿Evoluciona el género?¿O simplemente estamos ante la penúltima maniobra chusca para, aprovechando los elementos más anecdóticos del evento,  vender más tebeos malos como parece ser, teniendo en cuenta que la competencia ahora se descuelga con la rocambolesca idea de hacer cambiar la identidad sexual de uno de sus personajes emblemáticos?. Si solo estamos ante  este último caso, mi  enhorabuena a los ejecutivos que han sabido buscarse el hueco en los medios para publicitar su producto y mi condolencia a los que comparten como yo la idea que el género superheróico puede dar mucho más de sí. Solo una última consideración a esos visionarios: para que los potenciales lectores que hayan ganado se mantengan tras esta brillante operación comercial hay que dejar que los guionistas y los dibujantes cuenten con la libertad creativa para usar el potencial del género para construir utopías originales y novedosas que nos inspiren y no cíclicos infantilismos huecos protagonizados por personajes planos. Historias como las que hace treinta años sin apoyo de prensa, televisión ni Internet se atrevieron a escribir los señores Byrne y Moore y engancharon para bien o para mal a toda una generación de chavales – y no tan chavales- entre los que me hallé con ideas y conceptos  de los que las grandes editoriales y muchos de sus guionistas siguen viviendo.

De otro modo, esta boda gay no deja de ser una anécdota destinada al olvido tras, como decía Warhol, sus cinco mínutos de gloria.

jueves, 24 de mayo de 2012

“Universo DC: Legados 1”, de Len Wein, Joe Kubert, Andy Kubert y VVAA.


Que el universo DC es un batiburrillo que no hay ente cósmico que lo entienda somos conscientes todos los que más o menos seguimos esto de los tebeos incluidos los jerifaltes de la misma editorial. Por eso mismo, cada cierto tiempo sacan una historia que permita poner un poco de orden y sirva para que nuevos lectores tengan al menos una referencia de la larga y rica tradición de una editorial que lleva generando historias y entreteniendo casi ocho décadas. La última obra aparecida en ese sentido ha sido “Legados”, maxiserie de diez números guionizada por Len Wein y dibujada principalmente por distintos pesos pesados de la editorial entre los que destacan nombres como Andy Kubert, George Perez o Jose Luis Garcia-López. ECC Ediciones, la editorial que la edita en España, ha decidido publicarla dividida en dos tomos cada uno de los cuáles incluye cinco números.

Paul Lincoln, un ciudadano corriente que desde su niñez en el Distrito Suicida ha sentido una especial admiración por los superhéroes a los que ha tomado como modelo de conducta, explica la historia de su vida íntimamente relacionada con la historia y evolución de los superseres, narrando en esta primera entrega desde la aparición de los primeros justicieros en la Golden Age, pasando por la Silver Age hasta el punto de inflexión que supusieron “Crisis en Tierras Infinitas”.


Esta primera parte de “Legados” es como digo una lectura ideal para iniciarse en el Universo DC para el lector neófito, pero también resulta atractiva para los más veteranos por el regusto de cómic clásico y la experiencia y calidad de sus autores ajenos a las nuevas tendencias y maneras que se han impuesto en el género. Es cierto que la idea y el desarrollo de Wein, con un narrador interpuesto que desarrolla la historia desde la fascinación del ciudadano corriente ante los superhéroes, resulta poco original y es tributario en exceso a lo que ya hiciera Busiek en los noventa para la competencia en “Marvels”, pero Wein es un guionista con suficiente oficio y empaque como para gestionar este tipo de historias de una manera que resulte satisfactoria a todo tipo de público.


Sin duda, es en el apartado gráfico donde “Legados” resulta más interesante con las aportaciones de auténticos totems de la editorial DC. De este modo, siempre resulta placentero disfrutar de la corrección de los Kuberts (Andy a los lápices y papá Joe a las tintas) y los elegantes y canónicos Garcia-López y Pérez que vuelven a sentar cátedra sobre como hay que dibujar a todos estos personajes y encontrando tanto en el dibujo hiperrealista de Scott Kolins quién dibuja las primeras páginas de todos los números a modo de entradillas. A modo de complemento, cada número incluía pequeñas historias protagonizadas por distintos personajes relacionados con las distintas temáticas y géneros relacionados con los superhéroes (magia, bélico, ciencia-ficción, etc.) guionizadas por Wein y dibujadas por tipos tan notables como Joe Kubert, Walt Simonson, Dave Gibbons, J.H. Williams III o J.G. Jones.

miércoles, 23 de mayo de 2012

“El infinito”, de Robert Kirkman y Rob Liefeld.


 Reconozco que no he podido resistirme y he dejado que la curiosidad enfermiza me venciese y me he leído “El infinito”, el resultado de la combinación de los dispares talentos del guionista Robert Kirkman y el dibujante Rob Liefeld, editado en un TPB por Planeta en el que la mitad del contenido son extras con comentarios autocomplacientes de los creadores sobre lo molones que son y lo encantados que están de conocerse. La cosa empieza a ser sospechosa desde la introducción porque Kirkman adopta un tono laudatorio hacia Liefeld que incluso hace sospechar que puede llevar a confusión y pensarse que se refiere a otro Rob Liefeld distinto al del autor de “X-Force”. Pero no, basta con echar un vistazo al tebeo para ver que se refiere al inefable Rob de siempre.
El tebeo es una historia de viajes en el tiempo en el que el veterano líder de la resistencia de un futuro tiranizado por una organización conocida como El Infinito viaja al pasado para reclutar a su yo joven y otros resistentes y evitar que el fatal destino se cumpla desbaratando sus planes. Sin embargo, el líder de Infinito y sus sicarios también viajan al pasado para acabar con todos los resistentes.

Como digo, Kirkman se declara el fan número uno de Liefeld y el tebeo está pensado para el lucimiento de este dibujando tipos y tipas de anatomía dudosa, vestidos con armadura y cargados de armas imposibles. En ese sentido, la serie cumple su objetivo y es una sucesión de pim pam pums entre personajes con armaduras dibujados todos con la misma cara y con parecidas armaduras entremetiendo Kirkman en los diálogos una tramilla poco original y tributaria de conceptos como “Terminator”, “Días de Futuro Pasado” o “Cable” -vaya, otra creación de Liefeld- sobre viajes temporales protagonizada por personajes planos e inexpresivos que flotan sobre las páginas y que recuerdan sospechosamente en su diseño a otros que todos conocemos.



En fin, un despropósito total. Al parecer podemos dejar de contener la respiración pensando que esto puede tener continuación poque  tras el cuarto número a Kirkman y a Liefeld se les rompió el amor de tanto usarlo y la serie ha sido cancelada. Un claro candidato a peor tebeo del año.


martes, 22 de mayo de 2012

“Hellblazer: Ciudad de Demonios”, de Sean Murphy y Si Spencer.



 Si fuese editor de cómics supongo que entendería mejor la necesidad de miniseries protagonizadas por personajes que al tiempo disfrutan con una asentada colección regular como un medio de impulsar la serie y captar nuevos lectores, pero como no lo soy no acabo de entender muy bien la necesidad de estas miniseries que tampoco ofrecer una variación sustancial respecto al canon establecido.   A “Ciudad de Demonios”, la correcta miniserie de cinco episodios protagonizada por John Constantine y acaba de publicar ECC Ediciones, le pasa un poco eso. Es una miniserie muy correcta pero que no establece grandes novedades, de hecho, me parece más original lo que está haciendo actualmente Peter Milligan en la serie regular, siendo su principal atractivo  disfrutar de la calidad de un dibujante tan interesante como  Sean Murphy,

Tras un altercado con unos pandilleros y un atropello, Constantine es operado a vida o muerte. Parece que todo ha salido bien, sin embargo, los corruptos cirujanos han utilizado su sangre maldita por los poderes infernales para contagiar a los pacientes del hospital y convertirlos en malvados semidemonios bajo sus órdenes, convirtiendo Londres en una auténtica ciudad de demonios. Constantine, ayudado por una enfermera, intentará solucionar el entuerto y revertir la situación.

El guionista británico construye una entretenida y convencional aventura de “Hellblazer” respetuosa con las esencias clásicas de la serie y el personaje desde los tiempos de Delano y Ennis. Aunque, como digo,  la historia no resulte especialmente original, está bien desarrollada y resuelta con lo que puede resultar especialmente interesante para el lector esporádico del personaje.

Por otro lado, el gran atractivo de la miniserie es la presencia de Sean Murphy en el apartado gráfico, uno de los dibujantes de mayor calidad que trabajan regularmente para el sello Vertigo actualmente y que ya había hecho sus pinitos con el personaje en un arco argumental de la serie regular guionizado por  Jason Aaron que lamentablemente continua inédito en castellano. El oscuro y detallista dibujo de Murphy,  casa mejor con historias de terror como esta que con la fantasía para todos los públicos de “Joe, el bárbaro” con lo que  en esta miniserie nos encontramos a un Murphy pletórico y que demuestra una clara mejoría en su sentido de la narración. Murphy realiza  un gran trabajo y ofrece una versión del personaje moderna y acorde con la estética sombría que los más ortodoxos seguidores del personaje demandan, potenciado por un Dave Stewart que hace auténticas virguerias con su tratamiento del color.

En fin, es una lástima que Murphy no se anime a dibujar la serie regular porque junto a Milligan podrían hacer un gran trabajo, pero, mientras tanto, se puede disfrutar de esta interesante “Ciudad de Demonios” que cuenta además, como historia complementaria, con un cuento escrito e ilustrado por David Gibbons.


lunes, 21 de mayo de 2012

Ernie Chan (1940-2012).

Se murió la semana pasada el dibujante y entintador filipino Ernie Chan, uno de los más controvertidos y discutidos de los artistas de esa nacionalidad que empezaron a trabajar con las grandes editoriales mainstream en los años setenta destacando especialmente en las cabeceras de Conan.

Generalmente, Chan no era del gusto de la mayoría de los aficionados que le veían excesivamente tosco, proclive a olvidar con facilidad el respeto de los dibujos originales frente a la finura de otros compatriotas como Nestor Redondo o el también recientemente fallecido Tony DeZuñiga (por no hablar ya de Alex Niño que juega en otra división). Sin embargo, y a pesar que no les falte razón, yo siempre he tenido debilidad desde pequeño por Chan. Y es que, más allá que machacase los lápices de John Buscema como nadie, su estilo enérgico fue de los primeros que aprendí a reconocer y apreciar.
Aparte de su relación con las series protagonizadas por el cimmerio, Chan desarrolló una larga carrera participando en numerosos títulos Marvel y DC.


D.E.P.

viernes, 18 de mayo de 2012

“Los Vengadores”, de Joss Whedom.

Bueno, por fin he visto la adaptación de “Los Vengadores” que tanto éxito de taquilla y crítica ha logrado. Y sí, no puedo más que rendirme a la evidencia y destacar que la película es puro entretenimiento palomitero, cargado de acción desbordante y el resultado está a la altura de las expectativas generadas durante todos estos años. Aun así, y reconociendo que la película no me ha defraudado, me niego a creer que el género de superhéroes cinematográficamente hablando deba reducirse a una mera cuestión de espectáculo y acción sino que también debe dar cabida a otras cuestiones menos prosaicas pero más asociadas con lo que es el medio cinematográfico, como historias más complejas y profundas que el género en los cómics ha demostrado que  también es capaz de proporcionar sino se quiere que en el cine acabe cayendo en la mera parodía repetitiva.

La película cuenta como Loki vuelve a la Tierra con ánimo de conquista, dispuesto a traer un ejército alienígena proporcionado por un misterioso aliado (al final se desvela quién es y se lanza el anzuelo para mantener a la gente entretenida sobre la hipotética segunda entrega durante unos cuantos años más) a través del Cubo Cósmico. Para impedirlo, Furia reúne a Los Vengadores quiénes deberán resolver sus diferencias entre ellos antes de hacer frente al enemigo común.
 
Con algunos cambios respecto a la alineación del grupo original – El Hombre Hormiga y la Avispa son sustituidos por Ojo de Halcón y la Viuda Negra- la versión cinematográfica del supergrupo de la Marvel es una interesante amalgama de influencias de las distintas revisiones comíqueras que a lo largo de las décadas ha sufrido el concepto original, tomando como base los elementos más salvables de “The Ultimates”, intentando y logrando contentar a una amplia franja de púbico teniendo en cuenta el éxito de la película. La historia es más que correcta y tiene todo lo que se puede esperar – enfrentamientos entre los héroes, una amenaza a la que no podrían hacer frente por separado…- resolviendo con acierto Joss Whedom la administración de los ritmos y la gestión de tanto efecto especial para mantener sobrecogido al espectador durante las dos horas y media de peli. Las interpretaciones son correctas con la mayoría de los actores con el rol perfectamente asumido en películas anteriores y otros como el debutante Mark Ruffalo tan convincente como siempre. Eso no quita que en los escasos momentos de pausa los grandilocuentes diálogos y la sobrecargada actitud de algunos de los actores –Crhis Evans y Chris Hermsworth- en la asunción de sus roles bordee el ridículo.
 
Sí, la película es muy divertida para todos los que valoramos en su justa medida y sin prejuicios el espectáculo de blockbusters masivo bien entendido, pero también augura cierta peligrosa infantilización del género superheroico en el cine – en buena medida promovida por la infantlización mayoritaria del género en el cómic desde hace décadas- que puede llevarle a un agotamiento prematuro si la industria no es capaz, una vez salvada la asignatura de adaptar las fantasías superheroicas al cine con acierto, de dotarlo de historias y argumentos que otorguen de mayor profundidad a los personajes y atraigan y mantengan a otro público que ya no se va a contentar solo con el espectáculo sino que cada vez va a demandar más. Ese es el siguiente reto pero, de momento, disfrutemos como enanos porque para enanos está destinada  esta “Los Vengadores”, una película llamada a ser una referencia en su género.

jueves, 17 de mayo de 2012

“La Divina Comedia” de Dante (El Manga).


El tercer título de la línea de mangas que adaptan grandes clásicos de la literatura y filosofía occidental que viene publicando la Editorial Herder esta adaptación de “La Divina Comedia” pensada como un primer acercamiento a la inmortal obra de Dante Alighieri.
 
En el manga, se nos narra a grandes rasgos el viaje de Dante a través de los anillos de los Infiernos, el Purgatorio y el Paraiso guiado por el poeta clásico Virgilio y la amada perdida de Dante, la bella Beatriz. A lo largo de las aventuras del viaje, el atormentado protagonista irá descubriendo cuál es su misión en la vida.
El manga de “La Divina Comedia” es una adaptación muy ligera y no llega a rallar ni la superficie del original, renunciando a presentar tanto la mayoría de los personajes secundarios que pueblan la obra original y la narración de cuyas historias incorporaban las enseñanzas morales que Dante pretendía introducir en la obra así como los numerosos matices e interpretaciones con los que Dante jugaba a partir de la compleja composición de tercetos y cantos de la obra original.
En ese sentido, este manga se limita a reproducir los elementos más conocidos y espectaculares, reduciendo la obra a una esquemática y entretenida aventura en que se presentan  ángeles, demonios y seres mitológicos, quizás muy del gusto del público japonés pero que, en el fondo, no acaba de captar la esencia ni objeto de la obra original y la dotan de una simplicidad gráfica que no hace justicia a la fecunda imaginación de Dante.
En definitiva, esta adaptación al manga de “La Divina Comedia” difícilmente por su sincretismo y simplicidad difícilmente gustará al lector adulto conocedor del original pero sí es posible que anime a otros a acometer su lectura. Si es así, al menos habrá valido la pena.
 
Las otras adaptaciones al Manga:

miércoles, 16 de mayo de 2012

“Los Melones de la Ira”, de Bastien Vivès.


 


Cuando uno se convierte en un autor de referencia y el francés Bastien Vivès ya debe ser considerado como tal, a pesar de su juventud, por su indiscutible talento, los elogios recibidos y los premios que lo respaldan, seguramente debe tener siempre presente eso que decía Oscar Wilde y Jorge Javier Vázquez llevó al extremo para mal de que más allá que se hable bien o se hable mal de uno al menos que no deje indiferente. Y es que la última obra de este autor, publicada en España por Diábolo Ediciones, “Los Melones de la ira” cumple con esa máxima y difícilmente, dejará a ningún lector indiferente, aunque no aclara demasiado sobre si la intención de Vivès era emular a Wilde o a Jorge Javier.

En la Francia rural, Magalie es una joven adolescente que sufre terribles dolores de espalda debido al tamaño desproporcionado de sus pechos. Sus confiados progenitores, agricultores temerosos de dios, dejan de buena fe que la niña sea sometida a exámenes por parte de médicos y políticos para su curación sin sospechar la naturaleza de las atenciones que en realidad estos la dispensan. Pero cuando Magalie explique a su padre los hechos este se tomará cumplida venganza.

Tras el aplauso generalizado alcanzado por “Polina”, Vivès se ha embarcado en una nueva obra de erotismo provocador y endeblez argumental que algunos han llegado a calificar de pornográfica. Yo no comparto el adjetivo porque en ningún caso a mí entender se puede a considerar que el objetivo del autor sea regodearse en la zafiedad ni abusar del cliché fácil, común e industrial asociados al calificativo. Más bien, creo que “Los Melones de la ira” es un paso adelante más en la carrera del autor. Un paso quizás demasiado corto teniendo en cuenta las zancadas anteriores y de discutible acierto, pero en todo caso valiente y coherente con la obra de un autor obsesionado con unas temáticas que están presentes de un modo u otro en sus obras: la exploración e iniciación sexual, la cohabitación entre la ingenuidad y la “perversión” y el aprendizaje. “Los melones de la ira” retoma todas esas obsesiones bajo un nuevo disfraz que Vivès no se ha preocupado demasiado o no ha sabido preparar y por ahí empieza a fallar el cómic, la fabulación inspirada grosso modo en el naturalismo francés.

Sí podríamos preguntarnos acerca de esa reiteración obsesiva y la necesidad de volver sobre esas temáticas sexuales del autor tras “Polina” una y otra vez, ya que más allá del virtuosismo gráfico demostrando como es capaz con una autoimpuesta limitación de recursos de reflejar las experiencias sexuales desde distintos planos “Los melones de la ira” es una obra de escasa relevancia. Podríamos preguntárnoslo, digo, pero como no soy el psicoanalista de Vivès creo que no lo voy a hacer.

Volviendo a “Los melones de la ira”, Vivès no está interesado en ir más allá en lo que se refiere al desarrollo y complejidad de la historia y los personajes, quedándose en unos burdos conceptos brutos que se reducen a un artificio para acercarse a lo que realmente parece preocupar y ocupar su interés, la traslación al papel y dibujo de la sexualidad en sus más amplias manifestaciones abordando todo tipo de variantes sexuales y sin obviar ninguno de sus tabúes ni sus implicaciones más truculentas incluido el incesto pero sin posicionarse él mismo más allá de su elaboración y olvidando o siendo incapaz de reflejar con claridad la moraleja de la fábula, con lo que al final “Los melones de la ira” deja la sensación de ser una obra inacabada, un esbozo de una idea que Vivès no ha ha sido capaz de transmitir claramente.
No me parece que “Los melones de la ira” sea una obra lograda sino más bien un ejercicio de estilo personal y críptico de un autor que en su ensimismamiento escamotea al lector el sentido final de una historia escasamente elaborada. Una pena porque creo que “Los melones de la ira” podría haber dado más de sí si Vivès se hubiera preocupado más de la historia y menos de dibujar tetas y pollas Quizás en la próxima.