miércoles, 23 de septiembre de 2009

“Northlanders 1: El regreso de Sven” de Brian Wood y David Gianfelice.

Átense bien el casco y ajústense el escudo y la espada que nos embarcamos en un drakkar vikingo rumbo al gélido Norte en busca de aventuras… y no, no me refiero al de Vickie el vikingo y su próxima película que no pienso ver, sino en el de “Northlanders”, la nueva colección Vértigo guionizada por Brian Wood y dibujada por David Gianfelice, de la que Planeta acaba de publicar el primer arco argumental que recoge los primeros ocho episodios de la colección americana.

El fiero Sven descubre en el abordaje de un drakkar en medio del mar que su padre en el lejano Norte ha muerto y su tío se ha hecho con la herencia que por nacimiento le pertenece. Sven, que dejó su tierra en su juventud y se ha convertido en un valioso miembro de la guardia varega del emperador de Bizancio, decide abandonar la vida que se ha construido para regresar a la árida tierra de su juventud para hacerse con el dinero de su herencia dejando a sus nuevos súbditos a su suerte. Sin embargo, su tío Gorm no está dispuesto a renunciar por las buenas a su posición, iniciándose una cruenta lucha en la que Sven se enfrentará en solitario contra Gorm y sus esbirros. ¿Logrará Sven recuperar lo que le pertenece?¿Dejará en la estacada a su pueblo para volver a su lujosa vida en Constantinopla?¿Llegará a un pacto con Gorm? Tendrán que leer el tebeo para enterarse.

Brian Wood nos ofrece una interesante y muy entretenida obra de género, tras darse a conocer en la recomendable “DMZ”, mostrándose como un autor más maduro que en aquélla. En "Northlanders", Wood atrapa al lector desde las primeras páginas asistiendo a un relato de acción vibrante en la que los dosificados combaten se suceden casi sin respiro para el lector, pero, además Wood no se limita a la mera concatenación de situaciones y lugares comunes con resonancias a historias ya leídas sino que alterna perfectamente la acción con la construcción de unos personajes interesantes y atractivos a los que vemos evolucionar a lo largo de los distintos episodios de la historia. Quizás algunas de las motivaciones y conductas de Sven, el personaje principal estén cogidas por los pelos, pero Wood ha adquirido las suficientes tablas para disimular las debilidades de la trama a través del dinamismo que imprime a una historia en la que se nota su preocupación por dotar a su héroe de una complejidad generalmente ajena a este tipo de obras. Wood construye unos diálogos magistrales que complementan perfectamente la labor de un desconocido Davide Gianfelice que con un estilo exrpresionista, detallista y elegante, basado en trazos largos y angulosos, logrando un precario y difícil equilibrio entre los escorzos salvajes y enérgicos del “Släine” de Massimo Belardinelli y la sobriedad narrativa habitual de los autores de la editorial Bonelli. Gianfelice imprime a la narración el tempo adecuado que en cada momento la historia requiere. En el aspecto gráfico, tampoco hay que olvidar la labor del colorista Dave McCraig, quien sabe complementar perfectamente la labor de Gianfelice y logra gracias a una paleta muy amplia y rica en matices espectaculares resultados, ni al portadista Massimo Carnavale quien realiza un magnífico trabajo con unas composiciones llenas de fuerza y energía.

La edición de Planeta es bastante buena, reproduce las portadas originales en el interior e incluye un pequeño portafolio con cubiertas realizadas por Adam Kubert y Dave Gibbons. Sin embargo, resulta asombroso que a la editorial se le hayan colado algunos ejemplares –no se sabe exactamente cuántos- con las tapas en italiano y otros con las tapas en castellano y el interior en italiano. Cosas de la globalización y la reducción de costes, pero que dejan en mal lugar a la compañía y obligan al lector a examinar detenidamente el ejemplar antes de adquirirlo. Avisados quedan.

En definitiva, “Northlanders” arranca con paso firme y se agradece el compromiso de los autores por ofrecer una buena historia autoconclusiva a pesar de recorrer caminos bastante trillados. Creo que lo mejor de esta serie está por llegar. Espero no equivocarme.

Más tebeos de vikingos en El lector impaciente:

- Thorgal”
- “La sangre de las valkirias”.
Si quieren visitar el blog de Gianfelice, pinchen aquí.
La página oficial de “Northlandersaquí.

Vicente Molina Foix en su laberinto.

Supongo que ya andarán todos enterados de las opiniones vertidas por el señor Molina Foix en su columna de la revista “Tiempo”. Si hay algún despistado, aquí puede ponerse al día y mostrar su justa cólera ante el ataque frontal a nuestros queridos garabatos.

El mundillo ha cerrado filas y la sarta de lindezas de don Vicente ha tenido pronta respuesta aquí y aquí. Sin embargo, creo que no es suficiente. La pluma de don Vicente hará daño –poco- y encontrará eco en aquellos que piensan igual, por lo que debería tener pronta respuesta más allá del minoritario círculo de la blogosfera en el ruedo de un medio mayoritario como la revista o el periódico donde regularmente escribe el señor Foix o el crítico al que hace referencia.

Está muy bien que cada uno –yo el primero- exponga su opinión en su blog o la deje en los comentarios del blog de Molina Foix (seguro que gracias a este artículo, el caballero ha aumentado las visitas) pero creo que si la Historieta –o por extensión el mundillo que la rodea- quiere defender su recién recuperado lugar en la Cultura debe hacerlo dónde y cómo corresponde más allá de la lucha de guerrillas de autores, aficionados y críticos que se hayan podido sentir aludidos.

Por lo demás, y a título personal, creo que Molina Foix, con esta columna, no ha hecho más que gala de ignorancia e inmadurez, adoptando la actitud, por desgracia demasiado extendida en estos tiempos, del que opina sin conocer sobre lo que habla (o en este caso, escribe). El Cómic previa y posteriormente a que Molina Foix en su tierna infancia no supiera degustarlo ha dado obras hermosas y conmovedoras (por supuesto, muchas más olvidables, al igual que el cine o la literatura) pero que muchos, cada vez más, aprendemos a apreciar y disfrutamos. Lo único que se requiere para ello es tener la curiosidad y sensibilidad (características que se presuponen a un intelectual) necesaria para acercarse sin prejuicios a aquello que desconocemos o al menos ser capaz de respetarlo, de otro modo, la Cultura no se convierte más que en la munición de datos con la que el “intelectual” pretende ningunear a los que considera inferiores a él. No creo que Molina Foix sea tan tonto como puede desprenderse de su columna ni que realmente le preocupe demasiado el peligro que el Cómic suponga para la obra de Ionesco o Nabokov. Más bien, creo que realmente lo que le preocupa es que en el juego de las subvenciones con la inclusión del Cómic haya menos porción de tarta a repartir. En fin, es lo que tiene ser un intelectual de salón.

Ojalá, aunque no lo creo, Molina Foix, en su próxima columna, sea capaz de rectificar su error (basta con que se pase por una librería especializada en cómics y pida asesoramiento al amable dependiente/a para empezar a disfrutar del medio) o al menos se disculpe con los premios nacionales cuya obra ninguneó aunque viendo la poca humildad que gasta lo dudo mucho. Él se lo pierde.