miércoles, 9 de enero de 2008

“Corsarios de Levante” de Arturo Pérez-Reverte.





Tenía pendiente la última novela que Pérez Reverte ha dedicado a su gran personaje el capitán Alatriste. Y no por falta de curiosidad, ya que esta novela publicada tras un lapso de tiempo importante respecto a las cinco anteriores y con todo el revuelo mediático que supuso el estreno de la película por medio despertaba mis recelos acerca del giro que iba a dar a la saga Pérez Reverte. Una vez leída sólo puedo decir que si lo llego a saber me la leo antes.
Pérez-Reverte escapa de las intrigas palaciegas del Madrid de los Austrias dejando aparcados a los grandes villanos de la serie para embarcar al Capitán e Iñigo a bordo de La Mulata una de las galeras que se dedicaba a guerrear y saquear a todo lo ancho del Mediterráneo contra turcos, moriscos y berberiscos. De este modo, nuestros protagonistas visitan las principales posesiones españolas en el Mediterráneo haciendo escalas en Nápoles y Orán, mostrando las difíciles situaciones de vida en aquellos lugares, donde los españoles se encontraban prácticamente abandonados a su suerte. Los encuentros bélicos y las escaramuzas son frecuentes describiendo desde las “cabalgadas” que protagonizaban los orantinos entre las tribús bereberes y árabes en busca de botín y alimentos hasta las expediciones protagonizadas por las naves españolas y sus aliados en su semidesconocida labor corsaria. Precisamente, el plato fuerte de la novela es la batalla naval de Cabo Negro en la que se ven envueltos nuestros amigos entre tres galeras cristianas y ocho turcas.
Pérez-Reverte en esta novela realiza una aproximación eficaz a uno de los aspectos menos conocidos por el gran público de la España de Felipe IV como es su papel de freno en el Mediterráneo a la expansión del imperio otomano. Podrá gustar más o menos el estilo de Pérez-Reverte pero no se puede negar que ha llenado un hueco importante dentro de la novela histórica española que adolecía de este tipo de novelas de aventuras históricas que parecían coto privado de autores anglosajones como Patrick O´Brian dispuestos a dejarnos como los villanos de la historia. Pérez-Reverte es escrupuloso en el manejo de la documentación y la recreación del siglo de oro español mezclando hábilmente elementos tradicionales del mejor folletín y la novela de capa y espada a lo Dumas para crear unas historias ágiles, llenas de aventuras y acción, que entretienen y enganchan por igual a pequeños y grandes. La novela, por otro lado, siendo perfectamente disfrutable como obra independiente gana dentro del marco de la serie presentando a nuevos aliados como el moro Gurriato y aportando información sobre personajes ya clásicos, como Quevedo, Angélica de Alquezar y Gualterio Malatesta, que como némesis del capitán no podía morir tan ignominiosamente en “El caballero del jubón amarillo”.
Esperemos seguir disfrutando de las aventuras del capitán e Iñigo en el futuro porque la buena literatura de evasión nunca está de más.

Más obras de Pérez-Reverte en El lector impaciente aquí.