Este fin de semana, aprovechando la primera salida en pareja de los últimos once meses, fuimos a ver “A”, el segundo musical de Nacho Cano que estos días apura las últimas funciones de la temporada en el antiguo teatro Calderón de Madrid
No teníamos mucha idea de lo que íbamos a ver en “A”, pero acudimos llamados po el buen sabor de boca que nos dejó en su momento·”Hoy no me puedo levantar”, un musical que partía con la ventaja de apuntar directamente a la nostalgia generacional a la que tan expuestos estamos los treinteañeros de hoy en día, y esperabamos que Cano confirmara sus capacidades para el musical en este nuevo espectáculo. Una vez, visto les adelanto que si “Hoy no me puedo levantar” era Mecano, “A” es puro Nacho Cano con lo que ello implica en su carga de misticismo, espectacularidad, horterada y genialidad. Les cuento.
“A” se construye en torno a la historia del niño cantor, un niño gitano al que su familia toma por autista y que sólo muestra interés en hacer quinielas y mirar peces. Cuando en la consulta del médico descubren que el niño tiene una voz prodigiosa, la familia se dedica a explotarle hasta que enferma y pierde la voz. A partir de ese momento, se irán desvelando los misterios que rodean al protagonista y las razones que le han llevado a contactar con la humanidad.
Nacho Cano propone en este musical una historia original en la que mezcla temas dispares pasando sin solución de continuidad del tópico cómico que firmaría José Mota al mesianismo ecologista y místico en una historia peor hilvanada que en “Hoy no me puedo levantar” y que sirve como mera excusa para articular las nuevas canciones ideadas para un montaje multimedia espectacular que encuentra su punto más llamativo en la presencia de acróbatas que se descuelgan y bailan en el aire y su principal pero en la acústica del teatro que hacia que se perdiera en ocasiones la voz de los cantantes en medio de la música. Respecto a las nuevas canciones, a mí no me gustaron demasiado lastradas por su carácter narrativo aunque musicalmente Cano demuestra que no ha perdido su habilidad para las melodías pegadizas.
En definitiva, “A” es un espectáculo entretenido que satisfará sobre todo a los fans de toda la vida de Nacho Cano y Mecano, pudiendo resultar un tanto irritante para los demás, aun cuando tenga suficientes alicientes como para que merezca la pena pagar la entrada. Si andan por Madrid y les apetece hasta el 24 tienen tiempo.
No teníamos mucha idea de lo que íbamos a ver en “A”, pero acudimos llamados po el buen sabor de boca que nos dejó en su momento·”Hoy no me puedo levantar”, un musical que partía con la ventaja de apuntar directamente a la nostalgia generacional a la que tan expuestos estamos los treinteañeros de hoy en día, y esperabamos que Cano confirmara sus capacidades para el musical en este nuevo espectáculo. Una vez, visto les adelanto que si “Hoy no me puedo levantar” era Mecano, “A” es puro Nacho Cano con lo que ello implica en su carga de misticismo, espectacularidad, horterada y genialidad. Les cuento.
“A” se construye en torno a la historia del niño cantor, un niño gitano al que su familia toma por autista y que sólo muestra interés en hacer quinielas y mirar peces. Cuando en la consulta del médico descubren que el niño tiene una voz prodigiosa, la familia se dedica a explotarle hasta que enferma y pierde la voz. A partir de ese momento, se irán desvelando los misterios que rodean al protagonista y las razones que le han llevado a contactar con la humanidad.
Nacho Cano propone en este musical una historia original en la que mezcla temas dispares pasando sin solución de continuidad del tópico cómico que firmaría José Mota al mesianismo ecologista y místico en una historia peor hilvanada que en “Hoy no me puedo levantar” y que sirve como mera excusa para articular las nuevas canciones ideadas para un montaje multimedia espectacular que encuentra su punto más llamativo en la presencia de acróbatas que se descuelgan y bailan en el aire y su principal pero en la acústica del teatro que hacia que se perdiera en ocasiones la voz de los cantantes en medio de la música. Respecto a las nuevas canciones, a mí no me gustaron demasiado lastradas por su carácter narrativo aunque musicalmente Cano demuestra que no ha perdido su habilidad para las melodías pegadizas.
En definitiva, “A” es un espectáculo entretenido que satisfará sobre todo a los fans de toda la vida de Nacho Cano y Mecano, pudiendo resultar un tanto irritante para los demás, aun cuando tenga suficientes alicientes como para que merezca la pena pagar la entrada. Si andan por Madrid y les apetece hasta el 24 tienen tiempo.
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