No me esperaba yo una nueva entrega de las aventuras de “Jazz Maynard”, serie que creía era una trilogía pero que su equipo creativo, el guionista Raule y Roger Ibáñez, recuperan con buen pulso en este cuarto álbum que ahonda en el peligroso y bohemio universo que han recreado en el Raval barcelonés.
En esta nueva entrega, nos encontramos con un Jazz Maynard que intenta rehacer su vida en su antiguo barrio intentando romper los lazos con un pasado delictivo que le persigue, atormenta y tienta. Mientras Jazz se aferra a su trompeta y sus orígenes para salir adelante mientras que en el barrio el encarcelamiento de Judas ha provocado la irrupción de un siniestro capó, Calígula, dispuesto a usurpar su puesto por cualquier medio, aunque ello suponga acabar con Jazz y sus amigos. En el inevitable enfrentamiento, ¿quién prevalecerá? Tendrán que leer el álbum primorosamente editado por Diábolo Ediciones para enterarse.
A estas alturas no voy a descubrir el talento de Raule e Ibáñez que les ha llevado a triunfar con esta serie en el siempre complicado mercado francés pero sí creo que es de destacar el grado de madurez que ambos autores alcanzan en este álbum. Raule demuestra conocer las convenciones del género negro y muestra su habilidad para desarrollar las distintas tramas que se inician en este álbum sin que se solapen entre sí ni mermen el desarrollo de unos personajes que ya resultan familiares al lector de entregas precedentes al tiempo que incorpora nuevos y atractivos villanos en la mejor tradición del género negro. Los personajes que presenta Raule, se mueven en la ambigüedad de los que viven en el filo de la navaja rigiéndose por su particular código de honor no escrito que lleva a anteponer y defender a los amigos y familia ante todo aunque ello suponga el sacrificio propio.
En esta nueva entrega, nos encontramos con un Jazz Maynard que intenta rehacer su vida en su antiguo barrio intentando romper los lazos con un pasado delictivo que le persigue, atormenta y tienta. Mientras Jazz se aferra a su trompeta y sus orígenes para salir adelante mientras que en el barrio el encarcelamiento de Judas ha provocado la irrupción de un siniestro capó, Calígula, dispuesto a usurpar su puesto por cualquier medio, aunque ello suponga acabar con Jazz y sus amigos. En el inevitable enfrentamiento, ¿quién prevalecerá? Tendrán que leer el álbum primorosamente editado por Diábolo Ediciones para enterarse.
A estas alturas no voy a descubrir el talento de Raule e Ibáñez que les ha llevado a triunfar con esta serie en el siempre complicado mercado francés pero sí creo que es de destacar el grado de madurez que ambos autores alcanzan en este álbum. Raule demuestra conocer las convenciones del género negro y muestra su habilidad para desarrollar las distintas tramas que se inician en este álbum sin que se solapen entre sí ni mermen el desarrollo de unos personajes que ya resultan familiares al lector de entregas precedentes al tiempo que incorpora nuevos y atractivos villanos en la mejor tradición del género negro. Los personajes que presenta Raule, se mueven en la ambigüedad de los que viven en el filo de la navaja rigiéndose por su particular código de honor no escrito que lleva a anteponer y defender a los amigos y familia ante todo aunque ello suponga el sacrificio propio.
Raule muestra una cuidada planificación manejando con mano experta los recursos del cómic en su simbiótica colaboración con Ibáñez, convirtiendo de este modo lo que en un primer momento serían redundantes cartelas en la elegante presentación de un personaje o introduciendo flashbacks aprovechando la atrevida composición de página de un Roger Ibáñez que en este álbum quizás firme su mejor trabajo hasta la fecha. El ecléctico Ibáñez se muestra cada vez s más alejado de sus influencias manga (muy evidentes en los primeros álbumes a series sobre yakuzas como “Santuario”) para atreverse en este álbum a seguir los pasos en la composición de página del genial Jim Steranko y en dibujar espectaculares feminas que recuerdan a la “Modesty Blaise” del no menos magistral Badia Romero al tiempo que cuida la ambientación del Raval barcelonés a través de viñetas en las que introduce en los fondos pequeñas intrahistorias al modo de grandes dibujantes de la talla de Bérnet o Altuna. Ibáñez sigue mostrando su maestría con el color para diferenciar y caracterizar la ambientación de los distintos ambientes en los que se desarrolla la historia dotándolos de identidad propia con una paleta muy cuidada de tonos neutros que casa bien con su elegante y estilizado estilo.
En definitiva, “Sin Esperanza” es un excelente tebeo de género y un buen momento para engancharse a una serie realizada por autores patrios que está a la altura de los mejores tebeos que se están haciendo actualmente en Europa. No me parece moco de pavo, oigan.
Más “Jazz Maynard” en El lector impaciente:
“Jazz Maynard 1 y 2”
“Jazz Maynard 3: Contra viento y marea”.
En definitiva, “Sin Esperanza” es un excelente tebeo de género y un buen momento para engancharse a una serie realizada por autores patrios que está a la altura de los mejores tebeos que se están haciendo actualmente en Europa. No me parece moco de pavo, oigan.
Más “Jazz Maynard” en El lector impaciente:
“Jazz Maynard 1 y 2”
“Jazz Maynard 3: Contra viento y marea”.
2 comentarios:
Por dios!!!!...
Eres tan perseverante, desearia que me gustaran mas los comics!...
Tu demuestras tanta pasion, que inspiras a cualquiera!!!
Un besote!!!!!!
Silfide,
Gracias, soy muy obsesivo con lo que me gustan aunque nunca me habían considerado inspirador ;-D
Dales una oportunidad y seguro que acabarás siendo tan apasionada de los cómics como yo.
Impacientes Saludos.
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