Entre las vacaciones y la montaña de lecturas que tengo pendientes se me había quedado traspapelado el último tomo de “Gotham Central” así que hoy toca solventar tan terrible desliz escribiendo algo al respecto.
Todo se acaba y eso es lo que ha pasado con “Gotham Central” , la serie centrada en la Unidad de Crímenes Mayores del Departamento de Policía de Gotham que tan buenos momentos nos ha dado a todos sus incondicionales.
El último tomo publicado por Planeta engloba los números 37 al 40 de la edición norteamericana y en ellos asistimos a la conclusión de la trama iniciada ya hace unos episodios en torno a Corrigan, el policía corrupto del Departamento. Crispus Allen, el compañero de René Montoya, decide investigar a Corrigan en solitario. Cuando parece que ha reunido las pruebas suficientes para detenerlo, Allen cae en una emboscada de Corrigan, lo que provocará el deseo de venganza de Montoya que irá a por él a riesgo de perder lo que más aprecia, su placa y su novia.
Dramático final el Rucka nos guardaba para el último numero de “Gotham Central” con una René Montoya desequilibrada que queda a la deriva (SPOILER - a la espera de convertirse en una de los principales protagonistas de “52” – FIN SPOILER) y un Crispus Allen masacrado por la espalda (SPOILER.- a la espera de ser resucitado y convertido en el nuevo Espectro en "Crisis Infinita" – FIN SPOILER), un punto final magistral para la pareja de policías que se habían convertido en el verdadero motor de la serie prácticamente desde los inicios de la misma y que deja clara la intención de los autores de no continuar con la misma en el futuro. Rucka firma en estos números la que probablemente haya sido una de sus mejores historias dentro de la serie pero sin llegar en ningún momento a la brillantez que demostrara Brubaker, dotando a la muerte de Allen y la posterior reacción de Montoya de la necesaria tensión dramática, bien secundado por los lápices de Lieber y Kano, que si bien no logran en ningún momento hacer olvidar a Michael Lark ilustran con oficio la trama consiguiendo un par de escenas realmente brillantes.
Ahora que Planeta va a volver a editar los primeros quince números que ya sacara en su momento Norma recomendar a aquellos que todavía no los tengan que se hagan con ellos ya que se trata de los mejores números de la serie y, por último, dedicar un tirón de orejas a Planeta - pero de los que te quedas con la oreja en la mano - por la jugarreta del precio de este último tomo. 96 páginas al mismo precio que las 112 del tomo anterior no son de recibo ni tienen fácil justificación. Esperemos que estas cosas no se repitan.
Todo se acaba y eso es lo que ha pasado con “Gotham Central” , la serie centrada en la Unidad de Crímenes Mayores del Departamento de Policía de Gotham que tan buenos momentos nos ha dado a todos sus incondicionales.
El último tomo publicado por Planeta engloba los números 37 al 40 de la edición norteamericana y en ellos asistimos a la conclusión de la trama iniciada ya hace unos episodios en torno a Corrigan, el policía corrupto del Departamento. Crispus Allen, el compañero de René Montoya, decide investigar a Corrigan en solitario. Cuando parece que ha reunido las pruebas suficientes para detenerlo, Allen cae en una emboscada de Corrigan, lo que provocará el deseo de venganza de Montoya que irá a por él a riesgo de perder lo que más aprecia, su placa y su novia.
Dramático final el Rucka nos guardaba para el último numero de “Gotham Central” con una René Montoya desequilibrada que queda a la deriva (SPOILER - a la espera de convertirse en una de los principales protagonistas de “52” – FIN SPOILER) y un Crispus Allen masacrado por la espalda (SPOILER.- a la espera de ser resucitado y convertido en el nuevo Espectro en "Crisis Infinita" – FIN SPOILER), un punto final magistral para la pareja de policías que se habían convertido en el verdadero motor de la serie prácticamente desde los inicios de la misma y que deja clara la intención de los autores de no continuar con la misma en el futuro. Rucka firma en estos números la que probablemente haya sido una de sus mejores historias dentro de la serie pero sin llegar en ningún momento a la brillantez que demostrara Brubaker, dotando a la muerte de Allen y la posterior reacción de Montoya de la necesaria tensión dramática, bien secundado por los lápices de Lieber y Kano, que si bien no logran en ningún momento hacer olvidar a Michael Lark ilustran con oficio la trama consiguiendo un par de escenas realmente brillantes.
Ahora que Planeta va a volver a editar los primeros quince números que ya sacara en su momento Norma recomendar a aquellos que todavía no los tengan que se hagan con ellos ya que se trata de los mejores números de la serie y, por último, dedicar un tirón de orejas a Planeta - pero de los que te quedas con la oreja en la mano - por la jugarreta del precio de este último tomo. 96 páginas al mismo precio que las 112 del tomo anterior no son de recibo ni tienen fácil justificación. Esperemos que estas cosas no se repitan.
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