martes, 13 de mayo de 2008

Mi Sigrid ideal…



Bueno, como ya estarán enterados, tenemos actriz para interpretar a Sigrid en la próxima película de “Capitán Trueno”, una Elsa Pataky que, a falta de confirmar sus talentos interpretativos, con su sola presencia ya asegurará una buena promoción y taquillaje. A propósito parece que la Pataky se está especializando en participar en adaptaciones de cómics pues en su carrera ya ha participado en títulos como "Iznogud" o "Asterix y Obelix en los Juegos Olímpicos". Toda una admiradora de Goscinny...


Puestos a divagar, creo que mi actriz ideal para interpretar a Sigrid sería la sensual y fatal Verónica Lake, una belleza que se ajusta mucho mejor al tipo de mujer del Norte que se supone es la reina de Thule.

Y, siguiendo, con el juego y puestos a pedir, la que creo se adecuaba más al personaje de las actrices actuales es la oscarizada Charlize Theron.



Y vosotros puestos a jugar a productor ¿a quién elegiríais?

Trailers de “Las Guerras Clon”

El próximo 15 de agosto se anuncia el estreno en los Estados Unidos de la nueva película animada de la factoría Lucas sobre la jugosa franquicia de “La Guerra de las Galaxias”, las “Guerras Clon” y que en España no se estrenará hasta el 29 del mismo mes. Por lo visto, en los trailers el resultado es espectacular.

Si quieren apreciar mejor la calidad de las animaciones pinchen aquí.



lunes, 12 de mayo de 2008

Sinatra, his way




In memoriam...

Miedo

A mí estas cosas me dan mucho miedo, ya lo saben ustedes. La película, digo…
Más información aquí y aquí.

“Iron Man” de Jon Favreau.


Les debía desde hace unos días una entrada sobre la adaptación cinematográfica de “Iron Man” pero es que, desde el miércoles que vi la pelicula, entre trabajos, eventos sociales variados y un caso de astenia primaveral diagnosticado como ataque de apatía aguda consecuencia de estos tormentosos días poca inspiración he encontrado para escribir. Pero, como tras ver “Speed Racer” he llegado con las pilas cargadas aprovecho para saldar la deuda y dejarles mis impresiones.

Les supongo ya a casi todos al tanto que la industria norteamericana ha encontrado en el cómic en general -y en los superhéroes, en particular- la solución a la carestía de ideas que le asolaba (¿quizás es que el cine americano también está asténico? Puede ser, puede ser…). Sin embargo, en las películas que el nuevo género nos ha ofrecido en en los últimos años en muy poquitos casos han sabido dar con el punto para llevar de una manera exitosa al celuloide la magia de la narrativa gráfica. Esto se ha debido a muchas causas entre las que se han repetido habitualmente la simplificación excesiva de las tramas y los personajes, eliminando su carácter épico y heroico –que sean “cómics de superhéroes” es por algo- en beneficio de una pirotecnia de efectos especiales en muchas ocasiones excesiva y vacía, y una elección de actores a menudo dudosa (¿Quién no recuerda el flequillito de Nicolas Cage en “El Motorista Fantasma” o a la portentosa Jessica Alba como Sue Richards en “Los 4 Fantásticos” por poner sólo un par de ejemplos?). Sin embargo, ha tenido que llegarle la oportunidad al superhéroe más conservador y carca del panteón marvel para que al menos uno de estos fallos sea resuelto plenamente, ya que la acertadísima elección de Robert Downey Jr. ("Zodiac") y el adecuado tratamiento que este realiza del personaje lo que eleva esta cinta un punto por encima de la mayoría de las películas de superhéroes.

Iron Man no es un personaje que haya despertado nunca demasiadas simpatías. Ya desde “Tales of Suspense” 39 de 1963 el amigo Tony se dedicó a zurrarle la badana al enemigo por aquel entonces del imperio yanqui en forma de malvados charlies vietnamitas y peligrosos agentes comunistas en unas historias poco brillantes tanto a nivel guión ya que aunque el nombre de Stan Lee figuraba, como siempre, bien grande el argumento era de un ramplón Larry Lieber, como a nivel gráfico dibujadas por el voluntarioso Don Heck (a pesar que el diseño de la armadura y las portadas fue de Kirby tuvo que llegar el maravilloso y misterioso Steve Ditko para dar con la tecla del diseño definitivo rojo y amarillo) cuyo esquema anodino se mantuvo durante años (aunque la popularidad del personaje crecía como consecuencia de su importancia dentro del grupo estrella de la Casa de las Ideas, Los Vengadores) hasta que la llegada de David Micheline a la colección de "El hombre de hierro" le dio más mordiente a la serie haciendo que Stark perdiera el control de la compañía y su problema de alcoholismo se incentivara aunque no por ello el personaje ganara en simpatía.

Tomando aquellos elementos que le interesan del cómic y actualizándolo en una versión más cercana a la que nos ofreció Mark Millar en “The Ultimates” que la de Lee y Lieber en el clásico “Tales of Suspense” 39 de 1963, Jon Favreau realiza un más que correcto repaso a la historia del personaje apoyado en el excelente trabajo de un Robert Downey Jr. que se divierte en su recreación de un socarrón, excesivo y golfete Tony Stark, alejado, en cuanto a carácter, del protagonista de los cómics pero mucho más accesible a todos los públicos.

Stark es un millonario y genial inventor que se dedica a comerciar con armas sin el menor pudor hasta el momento en que es secuestrado en Afganistán por terroristas internacionales (los tiempos cambian y a los charlies hay que cambiarles por un enemigo más cercano al imperio y, ¿quién mejor que unos terroristas vestidos de árabes?). Stark en el secuestro, resulta herido por la metralla y su corazón queda dañado. Los terroristas pretenden que el debilitado Stark construya para ellos armas mortíferas como las que disfrutan los norteamericanos pero este, engañando astutamente a sus captores, construye un aparato con el que mantenerse con vida y un primer prototipo de armadura con el que escapa de sus captores y, a su regreso al país de la tarta de manzana y las barras y estrellas congela la producción de armas de su compañía para centrarse en secreto en mejorar su armadura. Sin embargo, el socio de Stark, Obadiah Stane no está de acuerdo con esta decisión y conspira en secreto para hacerse con el control de la compañía y continuar con sus lucrativos negocios. Ayudado por su secretaría Pepper Potts y su amigo, el coronel James Rodhes, el alter ego superheroico de Tony, Iron Man, se enfrentará a Obadiah.

Iron Man” sobresale respecto al resto de las películas de superhéroes gracias a un guión compensando y al trabajo de un director, Jon Favreau, que deja trabajar a los excelentes actores con los que cuenta y entiende que los efectos especiales –esenciales en una película de superhéroes- están al servicio de la historia que quiere contar y no al revés. Favreau asumiendo que un producto de entretenimiento tiene ante todo que divertir sabe dotar de un ritmo trepidante al guión para mantener al espectador interesado en todo momento por aquello que está ocurriendo en pantalla. Robert Downey Jr se ve bien secundado por un grupo de actores que se toman sus papeles con la profesionalidad requerida y encuentra su contrapunto en los villanos de la historia, un correcto en sus limitaciones Faran Tahir como Raza, durante la primera parte de la película, y un imponente Jeff Bridges que, como Obadijah Slane, por momentos, le roba protagonismo a Robert Downey Jr, lo cuál en una película pensada para su lucimiento es mucho decir. Probablemente los actores encargados de encarnar a los aliados de Stark, Gwyneth Paltrow y Terrence Howard sean los que realicen unas interpretaciones más flojas y su físico menos adecuado a los personajes que interpretan, aunque teniendo en cuenta lo limitado de los personajes resuelven el compromiso con oficio y la cabeza en otras cosas.

En definitiva, “Iron Man” es una película muy entretenida que, a falta de la épica necesaria y todavía no encontrada en ninguna película de superhéroes, la sustituye por una buena dosis de humor inteligente y un ritmo trepidante que deja una sonrisa al espectador. A la espera de la segunda parte quedo.

domingo, 11 de mayo de 2008

“Speed Racer” de los Hermanos Wachowski


Acelerado vengo, amigos, de ver la última y esperada película de los hermanos Wachowski tras la irregular trilogía “ The Matrix”,“Speed Racer”.

Speed Racer” está basada en el “anime” de Tatsuso Yoshida Match Go Go Go”, que en las Españas fue titulado “Meteoro” y fue emitida allá por los primeros setenta -sin confirmar, creo que debió ser el primer anime visto en España- anterior a otros míticos y legendarios como “Mazinger Z” o “Heidi”, de los que estos sí guardo gratos recuerdos infantiles.

El anime y la película nos cuentan las aventuras del intrépido Speed Racer y su extraordinaria familia en el mundo de las carreras de coches. El padre, un luchador de wrestling retirado e ingeniero, tiene una empresa familiar en la que construye bólidos como el Match 5, el coche con el que Rex, el hermano idolatrado del pequeño Speed compite como nadie. Sin embargo, Rex, tras un enfrentamiento con papá Racer, se convierte en la oveja negra de la familia y, tras ser expulsado de las competiciones oficiales, es dado por muerto en una carrera ilegal. El pequeño Speed crece añorando a su héroe Rex y, conforme va a avanzando en su carrera como piloto, se tendrá que enfrentar a los mismos enemigos que su hermano, la ambición de los magnates de las carreras dispuestos a hacer cualquier cosa por mantener el control sobre el campeonato y las trifulcas y zancadillas que en las carreras le pondrán sus estrafalarios competidores. Sin embargo, Speed, al contrario que Rex, contará con la ayuda de su familia, su novia y el misterioso Racer X, un piloto enmascarado que conduce como Rex, habla como Rex y se parece a Rex, pero ¿será el hermano perdido?.

¿Qué es “Speed Racer”? Bueno, pues “Speed Racer” es un delirio visual de primer orden en que los hermanos Wachowski llevan a cabo una cuidadísima traslación del anime y el manga a imagen real que, por momentos resulta fascinante, por momentos irritante, aunque todo ello a un ritmo tan vertiginoso que lleva a que la película se haga corta a pesar de sus dos horas y media de duración en las que el espectador no tiene respiro para pensar si lo que está viendo le gusta o no, apabullado ante el derroche de efectos de los Wachowski.

Los Wachowski toman referencias tan dispares y lejanas como la mítica “Tron”, “Popeye” y “Dick Tracy” para, pasando por la poca reconocida “Un domingo cualquiera”de Oliver Stone, los “Autos Locos”, las películas de serie Z de artes marciales o “Duro de pelar” de Clint Eastwood llegar a cerrar el círculo en la propia secuencia de la persecución de “The Matrix Reloaded” lo que pone en entredicho su originalidad.

Aunque la película pueda parecer un engañoso producto familiar enseguida pierde esa vocación debido a una trama excesivamente compleja para ser disfrutada por un niño, que no por un papá treinteañero, con un inicio espectacular con una vertiginosa sucesión de flashbacks en medio de una carrera de coches que hará las delicias del friquerio. Como no puede ser de otro modo teniendo en cuenta que la referencia de la película es un manga infantil los personajes resultan demasiado planos y arquetípicos salvándose -y salvando de paso en buena medida la película- al ser representados por un elenco de actores de primer nivel que hacen un excelente trabajo teniendo en cuenta los mimbres de los que parten, destacando un enorme – en todos los sentidos -John Goodman, quien demuestra una honradez encomiable en todas las películas en las que interviene y una Susan Sarandon que da un salto cualitativo a cualquier película en la que participe. También hay que destacar a una bella Cristina Ricci, que se luce en unos primeros planos que quitarán los hipos a sus admiradores, y un reencontrado (perdón por el chiste) Mathew Fox que resuelve con soltura su papel de enmascarado Racer-X. Tampoco podemos olvidarnos del protagonista, Emile Hirsch, bastante alejado de sus registros conocidos y que clava el personaje

En definitiva, “Speed Racer” es una película hecha por friquis para friquis y es este público el que disfrutará enormemente de la película de principio a fin y la convertirá en título de culto. El resto sólo lo hará dependiendo de su buena voluntad para seguirles el juego a los Wachowki y asumir que se encuentra ante un producto de entretenimiento hecho para ser disfrutado con los ojos de un niño y dejarles con la boca abierta. Así que sean niños, cierren la boca, siéntense y disfruten.

Ah, y si cogen el coche que nadie me sea garrulo y quiera imitar a Speed Racer que hay cosas que fuera de la pantalla no funcionan.

Aquí abajo les dejo un par de trailers para que se hagan una idea.






Y en El emperador de los Helados y El blog ausente hay un par de reseñas que pueden interesarles.

jueves, 8 de mayo de 2008

“Que viene Richi”

Aprovechando el largo puente que hemos disfrutado en Madrid fuimos a ver en el teatro Alcázar la adaptación que Gabriel Garcia-Soto ha realizado de “The Nerd” una típica comedia de enredo del norteamericano Larry Shue, bastante famosa en el teatro anglosajón y que, entre otros, han representado Rowan Akinson (Mr Bean), en el papel de Richi, que sería el germen de su avinagrado y famosísimo “alter ego", y que aquí interpreta Secun de la Rosa, o Mark Hammil (Luke Skywalker) en el papel de Guillermo, que en España interpreta el televisivo Ángel Martín.

El argumento de la obra nos cuenta las peripecias de Guillermo, un atribulado arquitecto que en el día de su cumpleaños se encuentra en la tesitura de quedarse en Madrid para terminar un proyecto de hotel para el prepotente Valcárcel (Francisco Maestre) o marcharse a Tenerife para estar cerca de su novia Tania (Virginia Rodríguez), que va a empezar a trabajar como meteoróloga de un medio local. Para animarle, Tania y su vecino, el crítico y cínico Alex (Ángel Calvo) deciden montare una fiesta a la que acude además Valcarcel con su pacata mujer (Marta Fernández-Muro) y su repelente niño Zeus (Rafa Ramos). Inesperadamente, en la fiesta aparece Richi, un tipo muy particular con el que Guillermo se siente en deuda porque le salvó la vida en la guerra. Richi viene a instalarse junto a su amigo Guillermo, algo que teniendo en cuenta las “particularidades” de Richi puede ser un cocktail explosivo para cualquiera.

Que viene Richi” es una comedia de enredo que cumple su cometido y con la que resulta fácil dejarse llevar durante la representación basada en unos gags y humor gordo y pelín escatológico que, por qué no decirlo, resulta muy accesible para un gran espectro de público, un poco al estilo de las películas de Paco Martínez Soria o las revistas de Lina Morgan. El peso principal de la obra recae en Secun de la Rosa que hace su personal versión de Richi, procurando no caer en la imitación de predecesores como el archiconocido Rowan Atkinson, algo que consigue plenamente metiéndose en el bolsillo a un público dispuesto en todo momento a pasarselo bien. En esta labor se encuentra bien secundado por estupendos y expertos cómicos como Ángel Calvo, Marta Fernández Muro y Francisco Maestre, gente de teatro que saben dar a la obra un empaque del que por sí misma carece. Probablemente, el punto más morboso y su mayor tirón publicitario es la presencia del caústico e irónico Ángel Martín en su primera incursión en el escenario. La verdad es que a Martín se le nota cierta aceleración al principio de la obra, un apresuramiento que le lleva en ocasiones a proyectar mal la voz y perder la cara al público, técnica elemental para cualquier actor de teatro que Ángel Martín, por momentos, parece desconocer o no dominar. Es cierto, que conforme avanza la obra, su actuación mejora aprovechando las posibilidades de un papel que se ajusta muy bien a su registro televisivo pero que no acaba de rematar.

En definitiva, “Que viene Richi” es una obra intrascendente para pasar el rato. Algo que es el mínimo exigible para cualquier montaje teatral aunque yo personalmente esperaba de la obra y de la actuación de algunos actores algo más. Quizás en la próxima…

martes, 6 de mayo de 2008

“Y, el último hombre. Madre Patria” de Brian K. Vaughan y Pia Guerra.

Bueno, amigos, esto se acaba y conforme nos vamos acercando al final de una de las mejores colecciones Vértigo de los últimos años, Brian K. Vaughan va cerrando las tramas que ha mantenido abiertas a lo largo de la serie. En el último tomo publicado por Planeta y que incluye los números del 49 al 54 de la edición norteamericana se resuelve uno de los principales misterios, el origen de la plaga que acabó con todos los seres vivos con un cromosoma Y en su genética menos el inefable Yorick y su monito Ampersand, la pareja más famosa y vagabunda desde Marco y Amelio (esto no deja de ser una exageración mía).

Por fin reunidos de nuevo Yorick y Ampersand junto a sus protectoras la doctora Mann, su pareja Rose, la espia australiana, y la agente del Cuper Ring 355 y descubierto el origen de la inmunidad de Yorick, el grupo viaja hasta Hong Kong para tratar una extraña enfermedad que afecta a la doctora Mann y descubrir, al fin, la identidad que se esconde tras el jefe de la ninja Toyota y el causante de la epidemia que acabó con todos los hombres. La resolución del enigma resulta tan inesperada como trágica y los protagonistas descubrirán que Yorick no era el último hombre sobre la faz de la Tierra sino más bien el penúltimo.

A estas alturas, poco nuevo puedo añadir de esta serie que no les haya comentado ya en anteriores entradas. Vaughan desarrolla su “road movie” particular con originalidad e ingenio logrando un producto inteligente y entretenido en el que subvierte las reglas de las historias poscataclismo para dar un tratamiento plausible a una situación imposible. De los inicios de la serie, en que las tramas se centraban en la importancia estratégica de Yorick como único hombre vivo y esperanza para evitar la extinción de la humanidad, la situación ha variado con el paso del tiempo y Vaughan en los últimos episodios se centra más en profundizar en el carácter y sentimientos del grupo de protagonistas mientras la “vida sigue” y la sociedad se va recuperando en los distintos países readaptándose a la nueva situación. Especialmente interesantes, en este sentido, resulta la recuperación de personajes que ya habían ido apareciendo en la serie a lo largo del viaje de Yorick como las productoras de “Fish & Bycicle” inmersas en su búsqueda de un nuevo medio para expresarse (estupendo el guiño al cómic) o la labor de Bobbi, la exmodelo enterradora.

Vaughan en todas sus series demuestra que tiene muchas cosas que contar con originalidad y respeto por la inteligencia del lector potenciando el uso de unos ldiálogos entre personajes son uno de sus puntos fuertes, personajes que se salen de los corsés estereotipados para mostrarse vivos, cotidianos y capaces de hablar de cualquier tema de manera brillante.

Pia Guerra, tampoco ofrece nada nuevo, en el aspecto gráfico, un trabajo correcto pero poco espectacular. Sus personajes resultan demasiado rígidos y faltos de expresividad ensombreciendo en parte la labor de Vaughan aunque, todo hay que decirlo, sea capaz de mantener el pulso de la narración de manera correcta. Más o menos, lo mismo se puede comentar de Goran Sudzuka, un dibujante que viene de la animación y todavía tiene mucho que demostrar.

Quedamos a la espera de la conclusión de la historia y el esperado encuentro de Yorick con su eterna novia en París. Conociendo a Vaughan seguro que nos esconde una sorpresa final. En unos meses lo descubriremos.

De la edición de Planeta y su caótico formato a estas alturas poco se puede decir salvo que quizás hubiera sido mejor haber mantenido alguna de las portadas originales en los TPB en lugar del formato elegido demasiado uniforme y soso. Algo que deberían tener en cuenta para próximas colecciones ya que induce a la confusión con la posterior edición para kiosco que es bastante similar.

Más “Y, el último hombre” en El lector impaciente aquí y aquí.
Para ver el sitio web de Sudzuka pinchar aquí o si prefieren el de Pía Guerra háganlo aquí. Pero si prefieren el de Brian K. Vaughan háganlo aquí.

lunes, 5 de mayo de 2008

“El reductor de velocidad” de Christophe Blain




Hoy vamos con una de las novedades del Salón del Cómic que con más interés esperaba, “El reductor de velocidad” de Christophe Blain. Tras su lectura, puedo decir que la espera ha valido la pena.

En “El reductor de velocidad” a través de las experiencias de su protagonista el timonel Georges Guilbert, Blain realiza una de sus obras más personales al reflejar la vida en un barco de guerra, algo que el propio autor conoció de primera mano al realizar su servicio militar a bordo de la fragata Tourville. Blain muestra las dificultades que conlleva el día a día en un ambiente opresivo y cerrado donde las enfermedades, la soledad y el miedo son una constante y en el que los deseos de aventura y la imaginación se convierten en la única válvula de escape de los protagonistas. Precisamente, el motor de la historia recogida en este álbum nace de las ansías de aventura del marinero Guibert y sus amigos Louis y Nordiz quiénes en sus exploraciones por las tripas del antiguo y destartalado acorazado en el que navegan, el gigantesco “El Belicoso”, descubrirán el principal mecanismo del barco, el reductor de velocidad, que rige el movimiento y la velocidad del barco y que, en un descuido, averiarán. Presos del miedo a ser acusados de saboteadores y espías, los amigos escaparán por los laberínticos pasillos del barco donde permanecerán perdidos durante días hasta que son descubiertos mientras la tensión entre el resto de la tripulación crece.

El reductor de velocidad”, que fue premiado en 2000 con el premio Alph-Art “Coup de Coeur” del Festival de Angoulème y su primer álbum en solitario, es el álbum más realista e intenso de todos los que Blain nos ha ofrecido hasta la fecha. Lejos de los ambientes de época de “Isaac el pirata” o del oeste mitificado de “Gus”, Blain crea una historia emparentada con su propia aventura vital a través de una narración en la que la línea entre fantasía y realidad es más sutil que nunca y la caracterización de unos ambientes que conoce de primera mano más lograda que en otras obras. Blain muestra los sucios y oscuros ambientes portuarios y los pasillos del navío con un detallismo y acabado poco habitual en su obra sin abandonar por ello su característico estilo caricaturesco, contrastando con viñetas electrizantes y minimalistas, en las que el predomino de colores violentos y primarios “absorbe” a personajes apenas esbozados a través de rápidos y nerviosos trazos, de modo que. el color se convierte en un elemento narrativo y descriptivo más con el que caracterizar a los personajes y sus estados de ánimo mientras el uso de constantes elipsis narrativas que le permiten ir dosificando la tensión de la historia.

Respecto al carácter narrativo que Blain da a su tratamiento del color hay que destacar el tratamiento de las diferentes zonas del barco que son coloreadas con un color determinado que las caracteriza y diferencia del resto con una doble finalidad reflejar, por un lado, los cambios de temperatura desde la fría cubierta o la sala de timoneles a la asfixiante sala de máquinas y, por otro, situar al lector mediante un mapa cromático de las dependencias del barco tan hábil como sutil.

Blain a través de unos diálogos creíbles enmarcados en bocadillos que en ningún momento ahogan su dibujo va dosificando la tensión creciente de la trama en dos sentidos, por un lado uno intrínseco y psicológico que afecta a los amigos perdidos en el interior del inmenso barco que los ha engullido como una ballena (ojo en este sentido a la anécdota de Georges que es el punto de inflexión de la historia y la comparación no es baladí) quienes temen tanto su deambular solitario como el encuentro con el resto de la tripulación y las consiguientes consecuencias de la avería que han provocado en el reductor; y, por otro, el miedo extrínseco a los protagonistas del resto de la tripulación ante una confrontación con el submarino al que persiguen y que Blain deja que vaya reflejándose poco a poco en la narración a través de las conversaciones entre los tripulantes atentos a cualquier rumor. Frente a estas situaciones de creciente tensión, Blain incorpora secuencias de gran ligereza en la que los personajes fantasean sobre sus sueños y esperanzas y en la que la añoranza femenina, como en buena parte de sus obra, es tema central.

Mediante estudiados paralelismos y contrastes Blain inventa y reinventa unos recurso propios únicamente del cómic y que sólo pueden encontrar explicación en este medio y hacen la obra digna de un estudio en profundidad. La secuencia de la anécdota sobre la juventud de Georges con la ballena muerta en la playa que viviseccionó y la viñeta del calamar abrazado a la ballena aparecen como una onírica representación de la realidad a la que se enfrentan y el miedo al ataque del submarino –calamar- que hunda a la ballena -El Belicoso- hay que analizarlos en la más pura interpretación de las teorías oníricas de Freud pero también como un estudiado mecanismo para sintetizar toda la tensión acumulada en la narración hasta el momento.

A diferencia de otros autores, los personajes de Blain no encuentran ninguna enseñanza al final del viaje de modo que pasada la tensión de la aventura y una vez desembarcado el marinero Georges no “sufre” más allá de las experiencias vívidas y es más bien (esto es una apreciación personal) el marinero Blain quien tenía la necesidad de aprender algo transmitiendo su experiencia marítima, liberado para mostrarse en sus obras posteriores más suelto y humorístico (aunque el humor está presente en esta obra su tono es más oscuro y negro que en obras como “Gus”, por ejemplo).

En definitiva, “El reductor de velocidad”, muestra a un Blain “sin refinar” pero maduro, en el que ya se encuentran presente la mayoría de las obsesiones y recursos que en evolución constante hemos aprendido a admirar en su obra posterior. Una obra imprescindible para los seguidores del autor y una buena oportunidad para quienes quieran iniciarse en la obra del excelente autor francés.Otras obras de Christophe Blain en El lector impaciente aquí y aquí.



domingo, 4 de mayo de 2008

Nuevo Trailer de “Batman: The Dark Knight”.

Ya tenemos nuevo trailer de la nueva película sobre Batman, “Batman: The Dark Knight”. Un trailer bien realizado que sugiere más que muestra (y eso que muestra algunas imágenes espectaculares) y no descubre demasiado respecto al anterior.

Lo mejor que se puede decir en principio de esta película es que mantiene a buena parte del reparto de la primera entrega y al director un Christopher Nolan, capaz de dar un toque inquietante hasta a sus trabajos más comerciales. La incorporación de Harvey Dent y la construcción que el finado Heath Ledger hace del Joker me gustan por lo que se puede ver.
A partir del 18 de Julio el resultado final si andan por Estados Unidos y el 13 de Agosto para distraer de los calores españoles.


sábado, 3 de mayo de 2008

De autores y otros demonios: Jean Giraud/Moebius

Que los autores en general pierden la cabeza cuando les ponen un micrófono delante y de sus bocas pueden salir las mayores simplezas que alguno tomará por dogma de fe incuestionable a estas alturas de la fiesta lo sabemos todos. Pero eso no quita para que dejen de llamar la atención algunas declaraciones realizadas a los medios por “vacas sagradas” del mundillo del cómic que para lo que han dicho bien podrían haber mantenido la boquita cerrada. En esta sección las iremos analizando:

Jean Giraud / Moebius:

"El manga es una máquina de guerra sin escrúpulos. Ha dividido el mundo en segmentos de mercado y se está aprovechando de la debilidad de los jóvenes. Es un chicle mental, atrae pero destruye el cerebro. Y, lo que es peor, mina la libertad de los dibujantes, poniéndolos al servicio de los intereses imperialistas de su país. Lo peor de todo es que no hay forma de pararlo. Haría falta una tercera bomba atómica".

Estas declaraciones sobre el manga del genial autor francés no pueden entenderse viniendo de un autor que hace treinta años fue de los precursores de la introducción del manga en Europa a través de la estupenda “Metal Hurlant”. Aparte que el tono de las declaraciones asusta un poco porque Giraud parece el gran inquisidor Torquemada o Fredric Wertham (el precursor del Cómic Code en uno de sus momentos más alucinados) poniendo a los jóvenes y su “debilidad” como excusa para defender intereses más oscuros.

El manga no es un arma imperialista del emperador Akihito para acabar con las mentes jóvenes de los influenciables occidentales sino que engloba a toda la amplia variedad de autores y cómics procedentes de un país Japón que si por algo se ha caracterizado en los últimos cincuenta años ha sido por asumir posicionamientos completamente antibelicistas. Dentro del manga se hacen cómics excelentes, buenos y malos al igual que dentro de la BD se hacen cómics excelentes, buenos y malos y en su elenco de autores hay gente tan importante y reconocida como Osamu Tezuka (autor claramente “industrial” pero de una calidad incuestionable), Hideshi Hino, Suehiro Mauro, Katsuhiro Otomo, o Jiro Taniguchi por poner sólo unos cuantos nombres representativos.

¿Qué ha podido pasar para que el autor de “El Garaje Hermético”, “El Incal” o “Blueberry” salga con unas declaraciones de este tipo sobre unos cómics que hace treinta años adoraba? Muy fácil. Miedo. Los manga son los cómics más leídos actualmente en todo el mundo y los que realmente están logrando atraer nuevos lectores lo que supone a la larga que la influencia de la BD y sus autores se vea abiertamente amenazada ya no sólo más allá de sus fronteras sino dentro de la misma Francia, que,, no olvidemos, es un país muy dado al proteccionismo más salvaje cuando ve amenazados sus productos.

La solución quizás sea buscar nuevas vías dentro de la BD para atraer a los lectores jóvenes e imitar algunos de los logros del cómic japonés en lugar de despotircar contra él y caer en la rabieta fácil. Hay autores que ya experimentan claramente en ese sentido como Baru y su “Autopista hacia el Sol” pero no sólo la imitación del lenguaje narrativo del manga puede ser la respuesta sino en la búsqueda de nuevos formatos más competitivos o la promoción de nuevas temáticas inexploradas.

La respuesta sólo la conoce el futuro pero declaraciones como las de Giraud no le hacen ningún favor al Cómic.

Las lamentables declaraciones de Giraud en la prensa aquí.

viernes, 2 de mayo de 2008

“Fuera de Carta” de Nacho Velilla

Resulta agradable ver debutar con buen pie a un director novel y ese es el caso de Nacho Velilla que en “Fuera de Carta” logra construir una película que, desde su asumido planteamiento de producto de entretenimiento, logra ofrecer ese “algo más”que muchas veces se echa a faltar en la insustancial comedia cinematográfica española.

Fuera de Carta” nos cuenta la historia de Maxi, un maduro y prestigioso cocinero obsesionado por conseguir una estrella michelin para su restaurante. Su ordenada vida se ve trastocada al tener que hacerse cargo de los hijos que abandonó cuando decidió salir del armario y vivir abiertamente su homosexualidad. La relación con su hijo mayor no resulta sencilla pero todo se complica todavía más cuando se traslada al piso de al lado un futbolista argentino retirado con quién iniciará una relación con lo que tendrá que bregar aparte de con su hijo y el día a día de su negocio con los intentos de su maitre por seducir a su novio.

Cuando Maxi se ve ante el dilema de perder todo aquello que le importa o conseguir la prestigiosa estrella, tendrá que tomar la decisión más importante de su vida.

Partiendo de un argumento de comedia romántica de lo más convencional, que repite situaciones que son resueltas con eficacia pero con poca originalidad, Velilla ofrece un interesante retrato de parte del colectivo homosexual, el de aquéllos que tienen hijos o el de los que por los motivos que sean no pueden expresar abiertamente su condición de una manera abierta y natural, sin caer en los típicos tratamientos bufos propios de otras épocas. Apoyado en un excelente guión (algo que se echa a faltar en la comedia española), Velilla alterna muy bien las tramas para tener al público entretenido en todo momento gracias en buena medida a la labor de un inmenso Javier Cámara sobre el que gravita toda la película y que demuestra el porqué está llamado a ser el Landa de su generación. Del resto de los actores lo mejor que se puede decir es que tienen bien claro quién es el protagonista, bien secundado Cámara por una correcta y profesional Lola Dueñas y un Fernando Tejero que en un papel hecho a la medida de sus limitadísimos recursos, hace gracia.

En definitiva, un excelente debut para un joven director del que habrá que esperar que confirme en próximos proyectos las buenas impresiones dejadas con esta película.

Aquí les dejo un trailer.



Si quieren leer más sobre comedia española en El lector impaciente y ver las polémicas que despierta Tejero en esta página pinchen aquí.

jueves, 1 de mayo de 2008

…Sin embargo, Hulk no se ha enterado.




Eso, al menos, parece a la vista del nuevo trailer que ha aparecido hoy.

Viéndolo, uno se queda con la impresión que se guardan muy poquitas sorpresas para el estreno. Parece que vamos a tener una película con el Goliath Esmeralda en su versión más clásica, con un Banner/Norton huyendo mientras busca una cura, el ejército pisándole los talones y, ya saben “Masa serrrrr más Fuerrrte, Masa pega” o algo así. Vamos, el A,B,C sobre Hulk que Ang Lee nunca se aprendió.

Esperemos que la película aporte algo más que mamporros y efectos especiales. Yo mantengo mis dudas que la primera me traumatizó demasiado.
El otro video y más comentarios aquí.

En el día del trabajo, NO SE TRABAJA…








…Pero eso no quita para que alguno lo haga. Y muy bien. Como por ejemplo, Manel, Forges y El Roto con estos excelentes chistes.







miércoles, 30 de abril de 2008

“Por los pelos” de Paul Pörtner


Como no todo va a ser comentar libros, películas y cómics de vez en cuando hay que dejar espacio al teatro. La última obra a la que he asistido ha sido “Por los pelos” dirigida por Esteve Ferrer y adaptada por Luis Colominas, sobre un texto del dramaturgo alemán Paul Pörtner para evaluar la percepción de la gente ante una determinada situación, y que actualmente se representa en el Teatro Gran Vía de Madrid. Una comedia, que apoyada en la presencia mediática de un reparto popular en el que destacan la experimentada Loles León y un grupo de actores jóvenes, pero ya habituales de la pequeña pantalla, logra su único y principal objetivo entretener y hacer pasar un buen rato a los espectadores durante las dos horas que dura la función.

La obra se centra en una peluquería en el barrio de Chueca donde los dos peluqueros, Tony (Roberto Correcher) y Berta (Norma Ruiz) inician la jornada atendiendo a una variopinta clientela formada por López (Mauro Muñiz), un tipo nervioso y huidizo, Azucena (Loles León), una dicharachera y aburrida señorona con mucho tiempo libre y dinero para gastar, y Romero (Alex O´Doguerty). Cuando se descubre el asesinato de una célebre concertista que vivía en el piso de arriba, Romero revela que es un policía y procede a realizar la investigación del caso junto a su ayudante Lara (Alfonso Montón), un caso en el que el resto de los actores se convierten en sospechosos y la participación del público como testigo de todo lo que ha ocurrido es requerida por el inspector para desentrañar el misterio.

Sin duda, lo más destacable de la obra es su ingeniosa y original trama en la que se busca la implicación de los espectadores a un nivel poco habitual en este tipo de representaciones. Para ello, el inspector Romero excelentemente interpretado por Alex O Doguerty (el chofer de “Camera Café”) recaba sus preguntas a lo largo de la obra y durante la pausa para interrogar sobre el escenario a los sospechosos al tiempo que dirige la situación con habilidad para que sean los espectadores quienes crean estar interrogando libremente a los actores mientras estos contestan directamente a las preguntas dirigiéndose al espectador en un curioso diálogo. Ese planteamiento abierto llega a su clímax final cuando se pide que el público vote cuál de los cuatro posibles sospechosos es el culpable, dependiendo del resultado de la votación la representación de un final u otro.

Entre el reparto, aparte del mencionado Alex O´Doguerty, destacan también Loles León en un papel hecho a la medida de su histriónica personalidad al que sabe sacar todo el partido y que la convierte en el verdadero motor de la obra, y un Roberto Correcher que sabe dar el punto justo de exageración a su interpretación de un dicharachero y desinhibido peluquero. Los actores se lo pasan bien en el escenario en una obra que les exige un esfuerzo de improvisación inusual en este tipo de funciones porque aunque existan probablemente unas pautas generales sobre las que construir los finales y responder la impredecible reacción del público y sus preguntas debe suponerles todo un reto. No se engañen, sortear esas situaciones y además hacerlo con gracia y naturalidad resulta muy difícil y resulta muy meritorio que estos actores sean capaces de lograrlo en todo momento.

Ya saben, si están por Madrid y les apetece, les propongo una excelente opción de entretenimiento. Vayan a ver la obra y cuéntenme quién fue el asesino en su función, que yo les contaré el mío.

martes, 29 de abril de 2008

“Fábulas presenta: Jack: La (casi) Gran Evasión de Bill Willingham, Matthew Sturges y Tony Akins



Los “spin-off” suelen ser productos que tienen un origen sospechoso. Siempre se tiende a pensar, con razón la mayoría de las veces, que nacen para explotar el éxito de la serie troncal con unos productos de una calidad generalmente dudosa. En este sentido, la serie dedicada a Jack de las Fábulas -el del cuento de las habichuelas- se aparta de la tendencia general, con un arranque esperanzador, principalmente, por ofrecer lo que se le presupone a todo cómic, una lectura entretenida, inteligente y agradable de leer.

Da una buena idea de la riqueza de contenidos que ha alcanzado la serie de “Fábulas” y su importancia dentro del sello Vértigo la aparición del “spin off” que hoy nos ocupa, pésimamente traducido como “Fábulas presenta: Jack”.(Supongo que poner en grande lo de Fábulas era importante pero tanto costaba haber sido un poco más fiel al original y traducirlo simplemente como “Jack de las Fabulas?”) y que goza de tan buena salud que ya va por su número 21 en yanquilandia.

Dada la cantidad de personajes y la dificultad de explorar –y explotar- todas las tramas sugeridas en la colección principal nació esta colección en 2006, dedicada a uno de los personajes más interesantes y mayor protagonismo obtuvo en los primeros arcos de “Fabulas”, Jack Horner o Jack de las Fábulas, el cuál por imperativos de la trama principal poco a poco fue quedando relegado en importancia a pesar de su potencial, como aventurero y rebelde sin causa.

La historia que se nos presenta en este TPB publicado por Planeta retoma al buscavidas de Jack tirado en medio de la carretera, justamente como quedó tras su aventura holliwoodiense (“Fables” nº 34 y 35 edición americana. Tomo “Fábulas: Tierras Natales” de la Edición Planeta). distanciado de sus congéneres de Villa Fábula y abandonado en medio de la nada. En este punto, Jack es secuestrado por una misteriosa organización de humanos que se dedican a secuestrar fábulas con vistas a que sean olvidadas del imaginario popular y desaparezcan. Jack es trasladado a la residencia “Ramas Doradas”, una “jaula dorada” donde se encuentran recluidas fábulas tan populares como Alicia y Humpty Dumpty de “Alicia en el país de las maravillas” y “ “A través del Espejo, Dorothy y sus cólegas de “El Mago de Oz”, o Paul Bunyan y su Buey Azul, el famoso leñador canadiense, junto a otras fábulas mucho menos conocidas para los no anglosajones como Sam, basado en el “Negrito Sambo” de Helen Bannerman, la Falacia Patética o John Malvado (estos dos últimos los desconozco por completo si alguien puede darme alguna referencia, se agradecería) y el rencuentro con alguna sorprendentemente resucitada de la serie original.

La residencia está bajo el control del temible Señor Refuse y sus subordinadas, las hermanas Page, quienes, a través de los temibles hombres bolsa, tigres y cuervos aulladores, mantienen amedrentadas a las fábulas que intentan fugarse. Esto cambiará, con la llegada del impetuoso Jack, que en poco tiempo organiza un espectacular plan de evasión que permita huir a todas las fábulas presas. Aunque, claro, si lo organiza Jack no hay ninguna garantía de éxito...

Si en la serie principal, Bill Willingham demostró su pasión por los géneros cinematográficos en los que se apoyó para desarrollar la serie, esta estructura se repite en esta primera saga de “Fábulas presenta: Jack” en la que, tomando como referencia el clásico “La gran evasión” de Sturges nos ofrece su particular tratamiento del género carcelario pasado por el tamiz fabulístico, lleno de referencias que van desde el título de la residencia Ramas Doradas que se refiere al libro "La rama dorada" sobre el origen de los mitos del antropólogo James Frazer hasta la inclusión de personajes procedentes del acervo popular anglosajón más o menos populares hasta las referencias a películas - ¿A qué actor clásico les recuerda Mr Refuse? - o series de televisión ("El Prisionero").

La historia que nos presentan Willingham y Sturges es entretenida y agradable de leer en una trama donde predomina la acción frente a la elaboración y el desarrollo de situaciones, algo que redunda en la sensación de embarullamiento que se observa sobre todo a partir del tercer capítulo en el que tras un excelente planteamiento inicial en el que se describe el carácter de Jack y los nuevos personajes se pasa al desarrollo de la fuga en sí. Es complicado depurar, en este sentido, responsabilidades entre los dos guionistas que firman la obra. A Willingham y su buen hacer lo conocemos todos mientras que el novato Sturges puede despertar más dudas, aunque por el buen sabor de boca que deja la lectura de este volumen se gana el beneficio de la duda a la espera de que, en proximas entregas, profundicen en los personajes y motivaciones que simplemente se esbozan en este arco.

En el aspecto gráfico, nos encontramos de nuevo con Tony Akins, al que ya vimos en el tomo de PlanetaFábulas: las crueles estaciones”, sustituyendo al dibujante titular Mark Buckingham. Akins, en esta serie, da muestras de un estilo similar en la composición al de Buckingham aunque su acabado sea menos detallista y la narración carezca de la fluidez del británico. Asimismo, tampoco me convence el tratamiento de Jack al que en ocasiones dibuja como un trasunto de Lobo cuando quizás precise de una caracterización más delicada.

Respecto a la edición de Planeta, creo que tendría que cuidarse algo más la traducción. No sólo ya por el tema del título de la serie que les comento más arriba sino también por algunos giros y frases que quedan raras (página 4: ¿la expresión “que me diese al ojo” daña la vista). Salvando esos pequeños fallos, nos encontramos ante un excelente cómic de entretenimiento que supone para aquellos que todavía no conocen la serie original una excelente oportunidad para adentrarse en el universo de “Fábulas”, sin ser prisionero de las continuidades.


Más “Fábulas” en El lector impaciente aquí, aquí y aquí.

El blog de Matt Sturges aquí.
Una excelente reseña en Zona Negativa, aquí

lunes, 28 de abril de 2008

“Fun home: una familia tragicómica” de Alison Bechdel



Tenía ganas de leer la última obra publicada en España por Alison Bechdel (última y casi única porque salvo unos pocos álbumes recopilatorios editados por La Cúpula de su tira cómica “Unos bollos de cuidados” (“Dykes to watch out for”) nada más hemos visto por estas tierras de esta autora), una obra multipremiada y con muy buenas críticas, con la vitola de haber traspasado en premios y elogios el cerrado mundillo del cómic para haber atraído la atención de la sesuda crítica literaria que la incluyó entre los mejores libros del álbum , cosa a mí entender improcedente.

(¿Es lógico en un concurso de tartas premiar a un bizcocho? ¿O en uno de motos premiar a un deportivo? Los autores y las editoriales, lo mismo les dan de donde vengan los elogios, por supuesto, pero habría que plantearse entre los críticos si no se le hace un flaco favor al medio ensalzando tanto los premios literarios que recibe un cómic). Una vez leída “Fun Home”, la sensación es contradictoria porque aun reconociendo la valentía de la autora a la hora de contar su propia historia y la ambición, inteligencia y sutileza con que lo hace, lo cierto es que la obra no ha conseguido transmitirme gran cosa, algo imprescindible en este tipo de “slice of life”.

Desde el título, con un juego de palabras que se pierde en la traducción española, que hace referencia al negocio familiar, una funeraria en la que la autora pasó su infancia y adolescencia hasta su marcha a la universidad, la autora echa la vista atrás para contarnos como transcurrió su infancia en una bucólica granja de Pennsylvania junto a sus hermanos y padres, profesores de inglés con fuertes inquietudes artísticas que nada tienen de cómicos y sí mucho de trágicos.

La infancia feliz que podría deducirse de la simple narración gráfica a partir del dibujo de la autora, dotada de un estilo muy detallista con un punto “naif” llena de composiciones que describen una cotidianidad costumbrista y doméstica de lecturas, juegos y visionados de televisión, se rompe en cuanto uno empieza a leer los densos textos de la Bechdel y nos descubre la falta de cariño en la que se desarrolló su infancia, analizada con un punto de distanciamiento y dureza que inevitablemente se contagia al lector.

Tras la muerte de su padre en un accidente de tráfico poco claro y sobre el que planea la sospecha del suicidio, la autora se acerca a la figura paterna, un hombre ensimismado y encerrado en sí mismo, incapaz de salir del armario y aceptar claramente su homosexualidad reprimida. Bechdel procura entender a su padre y a su madre a través de un posicionamiento tremendamente racional y alejado de cualquier guiño efectista y melodramático, aunque la ausencia de cariño y el reproche por una infancia infeliz – aunque en la dedicatoria a su madre y hermanos escriba “lo pasamos muy bien, a pesar de todo” – planean sútiles durante todo el relato al tiempo que, conforme va descubriéndonos la figura del padre en toda su contradicción, se muestra ella misma y su evolución personal hacia la aceptación de su propia homosexualidad que es sólo uno de los puntos en común que comparte con el desaparecido coprotagonista y que me parecen la parte más conseguida de la obra.


Muy instructiva y sincrética de lo que es la obra es la ilustración de la cubierta en la que muestra a cada uno de los miembros de la familia viviendo en el “museo” diseñado por papá Bechdel en una habitación distinta, cada uno encerrado en su propio círculo de aficiones e intereses sin compartir apenas nada con el resto.

Me queda la duda hasta que punto es premeditada la contraposición entre la densidad de los textos y el estilo ingenuo de dibujo. El estilo literario de la Bechdel es recargado y analítico en una comparación constante entre su padre y ella misma con distintos modelos literarios que van desde Scott Fitzgerald, Joyce o Proust , entre otros, o la revelación que la supuso la lectura de “Colette” hasta un punto que raya con lo obsesivo y hace la obra sólo accesible en su plenitud para un público culto y minoritario. Por otro lado, Bechdel no parece sentirse segura de su capacidad para dejar que la narración fluya a través de su dibujo, ahogando en muchas ocasiones las viñetas con cuadros explicativos que nada aportan a la historia principal, un defecto importante pero que no quita mérito a la riqueza de interpretaciones con la que la autora dota a la obra y la convierte en objeto para la reflexión.

Allison Bechdel hoy por hoy me parece una autora sobrevalorada, a la que todavía la falta mucho por mejorar en su narrativa respecto a la interacción entre texto y dibujo por lo que demuestra en esta obra. Sin embargo, creo que tiene margen para hacerlo, lo que me hace pensar que lo mejor de la Bechdel está por venir. Lo estaremos esperando.

La edición de Reservoir Books me parece excelente.


Página web de la autora y últimas tiras de su obra “Unos bollos de cuidado” (traducción La Cúpula), aquí.
En Cómics Vol. 2 hay una entusiasta reseña sobre esta obra. Si quieren leerla pinchen aquí.

sábado, 26 de abril de 2008

Nuevo trailer de “20th Century Boys”, entrevista de Urasawa y un poquito de heavy

Pues nada, ya tenemos un primer trailer de la película que se está preparando sobre el manga de Naoki Urasawa 20th Century Boys” del que ya escribí por aquí.



Tras un trailer tan corto uno se queda con ganas de más, ¿no creen?

Cualquiera que haya leído este cómic sabe del gusto de Urasawa por la mejor época del rock de los años sesenta y setenta, pero si todavía albergaban alguna duda ahí abajo le tienen como un Bob Dylan cualquiera.



De hecho, el título del manga es el mismo que una canción de la mítica banda T-Rex. ¿Qué no saben qué canción digo? Pues esta.



Si quieren saber más sobre el polifacético Urasawa y su trabajo ahí abajo les dejo una entrevista en francés y aquí la pueden leer subtitulada en inglés.

viernes, 25 de abril de 2008

Parecidos razonables

...Por si alguien duda de los parecidos en los personajes de "Las olivas negras" con Sfar, Trondheim y Blain, una comparación.



Los autores:


Los personajes:















Juzguen ustedes mismos.

“Las olivas negras: No comerás el cabrito en la leche de su madre” de Guibert y Sfar


Me gustaría poder decir que este tercer álbum de la serie “Las olivas negras” mantiene el excelente nivel de los dos anteriores y, aunque por un lado lo hace, por otro no.

Me explicó. Esta tercera y última entrega de la serie por el momento, me ha decepcionado, ya que aunque la obra mantiene el excelente nivel de calidad e interés de las anteriores entregas con un excelente dibujo de Guibert y agudas observaciones de Sfar acerca de la religión judía y la sexualidad ninguna de las tramas que se han ido planteando y desarrollando a lo largo de la serie se resuelve. Nos encontramos así con una historia en la que se nos birla cualquier tipo de resolución con un final tan abierto que hace presuponer que la idea de los autores es su continuación aunque el hecho de que en los últimos cinco años no haya aparecido ningún nuevo álbum me hace temer lo peor.

Esta tercera entrega retoma la historia en el punto en la que la dejamos en la anterior entrega, con el pequeño Gamaniel tratando de encontrar a su padre para liberarlo de los romanos “ayudado” por el manipulador Josué mientras que Eliaou, acompañado del profeta Yeshayahu, pretenden impedirlo temiendo por el chico. Cuando llegan a Jerusalén, Gamaniel confunde a un esclavo cocinero con un romano al que ataca instigado por Josué. El ama de la casa en la que sirve el esclavo invita a Gamaniel y sus compañeros al circo donde entrarán en contacto con los gladiadores y los enanos y conocerán sus costumbres, hasta que se vean involucrados con estos en los disturbios provocados en la ciudad como consecuencia de la detención del padre de Gamaniel. Mientras, en el campamento de los zelotes, la mujer de Eliaou engaña a este con uno de los romanos desertores.

Este tercer álbum de la serie mantiene el nivel de las anteriores entregas. Sfar nos ofrece una reflexión acerca de la religión judía –uno de sus temas preferidos, como dejó patente en “El gato del rabino”- a través del pequeño Gamaniel, que es su viva imagen, y sus encuentros con distintos personajes a lo largo de sus aventuras para salvar a su padre. Los distintos aspectos de la religión hebrea se encuentran marcados en este álbum por la personalidad de los acompañantes del niño: el fanático y malvado Josué, el astuto y práctico Yeshayahu (Este tipo se parece mucho a Trondheim, ¿no creen?) y el tontorrón y aguerrido Eliaou. A través de ellos y otros personajes, como el cocinero o los gladiadores Sfar, reflexiona sobre distintos aspectos del judaísmo en unas conversaciones ricas y en las que pone de relieve las contradicciones y matices de la religión. Ante la actitud cerril de estos personajes, Sfar contrapone la picardía de los desertores romanos, trasuntos de Blain y él mismo, que se mueven con el mundo en busca de aventuras y bellas mujeres a las que seducir. Frente a la actitud fantasiosa de unos y de otros, los autores ensalzan el punto de vista práctico y lleno de sentido común de las mujeres del campamento, quienes procuran disfrutar de la sexualidad como única vía de escape de la cerrada sociedad en la que viven.

Resulta muy curioso como se superponen y complementan el estilo de estos dos autores. Si Sfar gusta de incorporar enormes bocadillos de diálogo en la historia sin que por ello se resienta la composición de Guibert, este opta porque sean sus viñetas mudas las que hablen, comunicando, con un estilo más directo que mil palabras, ideas y sensaciones al lector utilizando una técnica de dibujo que va evolucionando a lo largo de los álbumes hacia posicionamiento de “línea clara” cada vez más acentuados, en un claro acierto por parte del dibujante. Dos técnicas que contribuyen a enriquecer la historia que nos están narrando y dejan al lector frustrado ante un final abierto que no resuelve nada.

La edición de Kraken correcta aunque dado el carácter de la historia hubiera preferido su edición en un integral. Y, por supuesto, hubiera mantenido la rotulación manual original en lugar de la simplona rotulación mecánica de los tres álbumes.

Esperemos que Sfar y Guibert encuentren pronto un hueco para continuar la historia donde la dejaron y dar un digno colofón a la historia del pequeño Gamaniel. Sus lectores se lo agradeceremos.

Si quieren leer sobre las anteriores entregas de "Las olivas negras" en El lector impaciente pinchen aquí o aquí.