viernes, 11 de abril de 2008

Tebeos olvidados 2: “Philémon” de Fred


La segunda entrega de los tebeos olvidados nos presenta a uno de los autores más imaginativos e inteligentes de la BD clásica en una serie que es considerada por muchos como una de las más importantes del panorama europeo: el “Philémon” de Fred.

Philémon es un joven despierto ysoñador que vive en el campo junto a su incrédulo padre. Philémon vive entre la realidad y el Mundo de las Letras, un archipiélago de islas situado entre Europa y América que componen la palabra “Océano Atlántico” (¿no habéis visto en un mapa dónde está? Aparecen en todos) y, acompañado, de su fiel amigo, el burro Anatole y el naúfrago Bartélemy realizará sorprendentes viajes por las diferentes letras, aunque la mayor parte de la acción se desarrollará en la primera “A” de Atlántico donde ha naufragado Bartélémy. A lo largo de los álbumes, Philémon saltará del mundo real al imaginario a través de pozos o puertas en los árboles, encontrándose en sus aventuras con todo tipo de seres extraordinarios como los manu-manu, centauros con forma de mano, los marinos de la botella o los miembros de un circo alucinante.

Fred a través de estas historias inventa un maravilloso mundo onírico y surrealista a la manera de Lewis Carroll en sus conocidas novelas “Alicia en el país de las maravillas” o “A través del espejo”, en las que el autor se inspira libremente para desarrollar una obra original y fresca como pocas y que ha servido de influencia a toda una generación posterior (que se lo digan por ejemplo a Joann Sfar).

Fred encuentra soluciones gráficas sorprendentes desde un estilo “naif” que ha llevado a algunos a etiquetar “Philémon” apresuradamente como una obra infantil aunque a lo largo de la serie Fred realiza agudas críticas sobre diferentes aspectos de nuestra sociedad con lo que la simbología onírica de la obra se refuerza y la hace atractiva para cualquier lector adulto. Fred en ningún momento escatima en experimentar con las composiciones y las perspectivas para hacer que el ritmo se acelere o desacelere a su voluntad de una manera en todo momento fluida, pasando de páginas con una estructura clásica en viñetas a otras enormes que ocupan dobles páginas.

“Philemon” empezó a publicarse en la revista Pilote en 1965 y a partir de 1972 se comienza a publicar en álbumes, constando la serie hasta el momento de 15 álbumes publicados por Dargaud y aunque Fred ha anunciado en varias ocasiones la publicación de un nuevo álbum este no ha llegado a aparecer nunca con lo que desde 1987 no ha aparecido material nuevo, aunque se ha reeditado en una ocasión la serie original con nuevas portadas, y recopilado los nueve primeros números en tres integrales.

En España, la obra no ha sido publicada en castellano y sólo se publicaron algunas historias cortas en catalán en la revista Cavall Fort. Una laguna enorme para los buenos aficionados españoles que alguna editorial debería remediar.

Para leer más sobre "Philémon" en francés aquí.

Para leer más sobre "Philémon" en español aquí.

jueves, 10 de abril de 2008

“Viajes por el scriptorium” de Paul Auster

Andaba yo con la mosca detrás de la oreja con la última novela de Paul Auster (“El palacio de la luna”, “Trilogía de Nueva York”) que llevaba durmiendo en una estantería el sueño de los justos desde hace un añito tras las numerosas críticas negativas leídas en diferentes medios. Sin embargo, tras su lectura, creo que no son del todo justificadas.

La novela nos narra un día de la existencia en la vida de Mr Blank, un anciano amnésico recluido en una habitación, a la que no recuerda cómo ha llegado ni qué hace allí. Blank recibe los cuidados de una serie de personajes que van visitándole a lo largo del día y a través de los cuáles intenta rellenar los huecos en su memoria al tiempo que se entretiene leyendo un cuento de ciencia ficción sin terminar que se encuentra sobre el escritorio.

Bajo la apariencia superficial de un cuento no excesivamente elaborado, Auster plantea en esta nueva obra alguno de los dilemas más importantes a los que se ha enfrentado el ser humano desde la antigüedad. ¿Quién soy? ¿Adónde voy? y ¿de dónde vengo? Son las preguntas que Auster formula al lector y a las que él da una respuesta parcial al final de la obra a través de un artificio metaliterario de los que tanto abundan en su obra y en la que se posiciona como defensor de la literatura y la ficción frente a los interrogantes cotidianos de la realidad.

La novela de Auster bajo su aparente simplicidad formal esconde una complejidad de ideas apabullante y resume en buena medida lo que ha sido la obra del autor hasta el momento. Sin embargo, para aquéllos lectores que busquen una lectura evasiva y superficial puede resultar decepcionante. En este relato no nos encontramos con los atractivos personajes marca de la casa… o sí, porque los lectores habituales de las novelas de Auster se reencontrarán en ”Viajes por el scriptorium” con algunos de los personajes aparecidos en anteriores novelas con lo que se refuerza la sensación de ser una obra pensada para un público iniciado o un “especial de Navidad” como alguien ha escrito,

El único personaje novedoso es el protagonista, Blank (Blanco, Nadie), un viejo escritor acabado, Blank, tan indefenso al capricho de los personajes que le van visitando como el propio lector, que devora la novela para encontrar las respuestas a los enigmas que se le plantean al igual que Blank devora su cuento como un medio para evadirse de la cruda realidad en uno de los muchos juegos planteados por el tahúr Auster. El personaje de Blank se encuentra en un estado de indefensión absoluta, indefenso ante el mundo y los visitantes que van desfilando por su habitación, personajes ambiguos y que ofrecen pistas contradictorias acerca de las razones y el objeto del confinamiento de éste en su habitación. Blank sólo encuentra remedio para su total distanciamiento del mundo en la lectura de una obra inacabada que decide terminar. Sin embargo, hasta este acto de creación no será más que un alivio engañoso…

Auster plantea como es habitual en él un ejercicio metaliterario interesante en el que se encontrarán, como en otras de sus obras, ecos –lejanos- de Kafka en lo que no deja de ser su particular revisión del mito de la caverna. Si no han leído antes alguna obra de Auster les recomiendo que no empiecen por aquí y busquen a lo largo de su dilatada obra una más accesible (“La Trilogía de Nueva York”, por ejemplo) y dejen está para más adelante, y si son admiradores del de Brooklyn lean atentos para entender el críptico mensaje del autor más allá de sus falsas pistas y juegos.
El viaje merece la pena.

Más obras de Paul Auster en El lector impaciente aquí , aquí o aquí.

Almudena Grandes gana el Lara

Se falló ayer la séptima edición de los Premios Lara y los pronósticos que les hice por aquí se han hecho realidad. Ganó la obra que para mí era la favorita, “El corazón helado” de Almudena Grandes y falló mi intuición que apuntaba a la excelente “Los príncipes valientes” de Javier Pérez Andujar. Nada que objetar a la calidad literaria de “El corazón helado” del que ya les hablé por aquí pero como soy todavía un poco ingenuo creo que este tipo de premios deben apoyar a autores menos conocidos en lugar de caer siempre en autores consagrados o mediáticos.

Espero que Pérez Andujar y el resto de los candidatos tengan más suerte en próximas ediciones y no se queden a las puertas. La calidad de sus obras lo merece y la literatura española lo necesita.

Si quieren leer más sobre “Los príncipes valientes” pueden hacerlo aquí.
La noticia en detalle aquí.

miércoles, 9 de abril de 2008

“Bokko” de Hideki Mori


Si hay un género dentro del manga que me atraiga especialmente ese es el histórico en el que generalmente a través del relato de unos personajes habitualmente inventados podemos acercarnos a épocas y episodios poco conocidos por el lector occidental. Así, en los últimos tiempos, dentro de este género hemos leído excelentes cómics como “El lobo solitario y su cachorro” del que ya les hablé por aquí, “La época de Botchan” o “El árbol que da sombra”.
El cómic que hoy nos ocupa, “Bokko” del que Ponent Mon lleva publicados cinco volúmenes sin llegar al nivel de excelencia de los anteriores resulta asimismo destacable.

Bokko” se sitúa hace 2.300 años en la turbulenta China del período de los Reinos Combatientes en el que siete reinos luchaban entre sí para hacerse con el control de todo el territorio. Uno de ellos, Zhao, envía un ejército de 15.000 hombres para conquistar la pequeña ciudad fronteriza de Liang, Sus habitantes piden ayuda a la orden de los Mo jia, una hermandad de monjes-soldado antibelicistas especialistas en la defensa de las ciudades sitiadas. Sin embargo, su decepción es enorme cuando la única ayuda que reciben es la llegada de un pequeño monje, Ge Li. A partir de este punto, la historia se centra en la lucha de Ge Li por defender la ciudad de los asedios de los atacantes al tiempo que lucha por ganarse el respeto y la confianza de los ciudadanos de Liang y vamos descubriendo la oscura red de intereses que llevó al noble Ge Li a acudir en solitario en auxilio de Liang.

“Bokko”, se basa en la novela del mismo título de Kenichi Sakemi, y es un cómic altamente adictivo. Hideki Mori sabe dosificar la información acerca de las motivaciones de su protagonista al tiempo que alterna el enfoque de la historia para que en ningún momento caiga en la monotonía de una aburrida sucesión de batallas, incorporando, asimismo, personajes secundarios que ilustren cómo se desarrollaban las reacciones frente al asedio y cómo las decisiones de Ge Li afectan a ambos bandos.
A pesar de tratarse de una historia con un claro matiz antibelicista, Mori no escatima nada a la hora de mostrar la crudeza de la guerra medieval en que las amputaciones y matanzas se ofrecen sin tregua a la sensibilidad del lector pero dosificándolas para no caer en la truculencia gratuita.
Mori no es un dibujante especialmente dotado pero sí bastante efectivo, que sabe mantener el ritmo de la narración con buen pulso a través de los sucesivos capítulos que conforman cada tomo.
En esta obra resulta palpable la influencia de dos maestros del manga como Kazuo Koike y Goseki Kojima y su gran obra, “El lobo solitario y su cachorro”. Mori toma de Kojima su gusto por incorporar elementos de la naturaleza que complementen la acción aunque su aplicación sea mucho más burda, y de Koike, su manera de desarrollar la historia a través de un personaje protagonista al que va enriqueciendo psicológicamente conforme van desarrollándose los acontecimientos.

En definitiva, hasta ahora “Bokko” ha sido un manga muy entretenido y que deja con ganas de más. Veremos si Mori es capaz de mantener el nivel a lo largo de los sucesivos tomos.

Si quieren leer gratis las primeras 52 páginas del tomo 1 pueden descargarlas aquí.

“Spirit” de Miller, ¿quién dijo miedo?

El pavor y la indignación han invadido la blogosfera. Las primeras imágenes filtradas, no sé si intencionadamente o no porque le hacen un flaco favor a la película, con la caracterización de los personajes de la adaptación a imagen real del “The Spirit”, que está realizando Frank Miller (“Sin City”) y cuyo estreno está previsto para el año que viene, han provocado que insignes blogueros hayan dado la voz de alarma respecto al trabajo de Miller y su fidelidad a la idiosincrasia con el personaje creado por Will Eisner.

Las imágenes más que miedo resultan chocantes y un pelín ridículas pero creo que todos debemos calmarnos un poco y no poner el grito en el cielo antes de tiempo.
El hecho que los personajes esté actuando sobre un fondo verde en el que posteriormente se le hará un “croma” plagado de efectos especiales debe invitar a la esperanza y el hecho que un tipo de probada capacidad como Miller a la hora de trasladar la ambientación –ojo, que no hablo de la narrativa, no mezclemos las churras con las merinas - del cómic al cine merece un voto de confianza.
Lo más inquietante de estas imágenes es que de buenas a primera se nos revele el aspecto (o los aspectos) de “Octopuss”, el archienemigo de “The Spirit” que a lo largo de los cómics Eisner siempre mantuvo en la sombra y oculto.

Una versión no tiene por qué ser necesariamente fiel al original, algo que los aficionados al cómic tendemos olvidar deseosos de ver trasladados a la pantalla los personajes que hemos disfrutado en el papel. Es más, una buena versión debe no serlo para que el autor no caiga en la imitación y pueda aportar su propia visión de la obra original, enriqueciéndola al tiempo.
Dejemos trabajar a Miller y valoremos su película terminada y no a partir de imágenes descontextualizadas. Ya tendremos tiempo de analizar intentando no caer en la comparación imposible e injusta con la obra maestra de Eisner.
Realmente, quien debe estar aterrado es Miller ante el regalo envenenado que tiene entre manos…

Los miedosos y los airados aquí y aquí.
Las imágenes aquí y aquí

martes, 8 de abril de 2008

36-39 2: Malos tiempos” de Carlos Giménez




Todavía sin tiempo de releer con calma el primer álbum de la nueva serie de Carlos Giménez ambientada en la Guerra Civil Española aparecido hace sólo unos meses, nos llega la segunda entrega en la que Giménez se centra en contarnos las pequeñas historias de las gentes atrapadas en el Madrid sitiado por las tropas franquistas.

Tomando como hilo conductor de estas historias cortas a la familia de Marcelino, el personaje protagonista de la mayor parte de las historias en el primer álbum de la serie, Giménez nos acerca a las historias de miseria y miedos cotidianos entre la población civil alejada del frente de combate de ese Madrid castizo que tan bien conoce y describió en “Barrio”. Sin embargo, en esta ocasión, Giménez se aleja del costumbrismo esperanzado de esa serie de posguerra para escribir un álbum mucho más cercano a su mejor serie y por la que más reconocimientos ha obtenido, “Paracuellos” al convertir a los niños en los principales protagonistas de los sucesos narrados en este álbum. Niños que pasan hambre, niños que se asustan ante las alarmas y los bombardeos nocturnos, niños obligados a madurar demasiado pronto para buscar alimentos pero, al tiempo, niños que mantienen intacta la inocencia como bálsamo para los horrores a los que se enfrentan cotidianamente y ofrecer una vía de escape en su ingenuidad al lector que no puede dejar de esbozar una sonrisa ante sus reacciones frente a los horrores descritos por el autor. De las historias recogidas en el álbum la más destacable, sin duda, es la que lo cierra, “Sito”. Una historia que rompe la estructura del álbum tanto por su extensión como por los recursos que Giménez emplea. Si el resto de historias son de cinco páginas divididas en seis viñetas, en esta historia Giménez rompe esa estructura de página para aumentar la carga dramática de la historia y desarrollar una narración tan patética como hermosa y que por sí sola justifica la compra del álbum.

Marcelino y su mujer, son personajes arquetípicos, que representan al hombre y mujer anónimos dispuestos a enfrentarse con dignidad a lo injusto de la situación que les ha tocado vivir, sacando adelante a su familia y sirviendo de contrapunto con su posicionamiento profundamente humano a la brutalidad de los milicianos que saquean y provocan disturbios aun sin renunciar por ello, al igual que el autor, a su ideario personal ni sus principios.

Giménez escribe y dibuja un álbum excelente con buen pulso narrativo y una planificación que le lleva a dosificar perfectamente la tensión de las historias que narra. Como bien señala Hernán Migoya en el artículo que sirve de introducción al álbum, el uso que hace Giménez del lenguaje escrito es perfecto para el tipo de historias breves que lo forman, situando la acción y creando el estado de ánimo necesario para que luego sus conmovedores dibujos apuntillen la sensibilidad del lector. No esperen en este álbum sorpresas estilísticas ni novedades en el estilo de Giménez. El autor no hace más que mostrar aquéllos recursos de los que está dotado sin trampas ni cartón y los exprime al máximo con la sabiduría y lucidez que ha demostrado a lo largo de toda su carrera haciendo aquello que mejor sabe hacer: contar historias conmovedoras. Es tan absurdo pedirle a Carlos Giménez a estas alturas de su carrera que “evolucione” como sería pedirle a Goscinny que dibujase Asterix de una manera diferente. Giménez es un clásico de nuestra historieta y un clásico vivo y en forma por lo que creo que todos debemos felicitarnos y disfrutar de la sabiduría y humanidad que desprenden sus historias. Y este álbum es una buena muestra de ello.


La edición de Glénat es bastante buena aunque se le pueden achacar un par de errores graves. En mi ejemplar (no sé si afectará a toda la tirada o sólo una parte de ella) las páginas 32 y 33 están intercambiadas con lo que si no se lee en su orden se pierden el hilo narrativo) y en la página 49 segunda viñeta escriben “habrían” del verbo abrir (¿Cuándo las editoriales se van a molestar en contratar un par de correctores para subsanar los errores ortográficos?). Por lo demás, el artículo laudatorio de Migoya y el más contextualizador de Antonio Martín resultan interesantes y correctos.

Si quieren leer más sobre “36-39: malos tiempos” en El lector impaciente pueden hacerlo aquí.

Si quieren leer sobre otras obras de Carlos Giménez en El lector impaciente pueden hacerlo aquí.
ACTUALIZACIÓN: Gracias al aviso de Walter me entero que Glénat va a sacar en el plazo de tres semanas una nueva edición corrigiendo el error de las páginas intercambiadas. Informan que todo aquél, que como yo tiene un ejemplar en mal estado, puede cambiarlo por uno nuevo en su librería habitual. La noticia aquí.

lunes, 7 de abril de 2008

“Los Falsificadores” de Stefan Rusowitzki


En los últimos años, se han prodigado las películas centradas en el Holocausto judío en los campos de concentración durante la II Guerra Mundial, películas que además suelen ser del agrado de la Academia de Hollywood que las ha premiado con un buen número de estatuillas. Por eso, a nadie pareció sorprenderle que en la mediocre edición de este año de los Oscar se hiciera con el premio a mejor película de habla no inglesa esta irregular coproducción autriaco-alemana.

Los Falsificadores” está basada en un hecho real. Cuando los nazis vieron que la guerra tomaba mal cariz para sus intereses pusieron en marcha la llamada Operación Bernhard, consistente en falsificar las divisas de sus enemigos para llenar sus propias arcas arruinadas y al tiempo hundir las economías ajenas. Para ello, en el campo de concentración de Sachsenhausen reunieron a un grupo de judíos a los que otorgaron un trato privilegiado y bajo la supervisión del también preso Sorowitsch, el mejor falsificador de moneda de su tiempo, lograr falsificaciones perfectas de la libra y el dólar. Los presos intentaron boicotear durante meses la producción de monedas hasta que prácticamente al final del conflicto tuvieron éxito en su gran objetivo, la falsificación del dólar.

Los falsificadores” es una película interesante como irregular, tan llena de posibilidades a la hora de enfocar la historia que el director se ha quedado al final en una anodina tierra de nadie que la asemeja a con otras historias del mismo subgénero con la que comparte lugares comunes como “La lista de Schindler” o “El pianista” pero sin llegar a los niveles de excelencia de estas.
Stefan Rusowitzky (“Anatomía”) podría haber intentado contar su historia desde el punto de vista personal del protagonista, Sorowitsch, y de cómo sus experiencias en el campo le hacen evolucionar como persona desde el egoísmo absoluto del superviviente nato hacia una actitud más solidaria con sus compañeros, profundizando en la carga dramática de la historia para epatar al espectador con un tema que a muy pocos deja indiferente; o centrarse únicamente en la trama de intriga de la operación Bernhard manteniendo al espectador en vilo respecto a los tejemanejes de carceleros y reclusos para conseguir y evitar que consigan las falsificaciones perfectas, alejándose del planteamiento de la "película-testimonio" que tan buena acogida suele tener por el espectador medio. Sin embargo, Rusowitzky adopta una solución intermedia, sin optar claramente ni por un camino ni otro, con lo que al final lo único que transmite la historia es un cierto aburrimiento y un cambio constante de postura en la butaca mientras espera que termine tan mediocre historia.
Buena culpa de la falta de interés de la historia, la tiene la contenida interpretación de Karl Markovics, conocido por la mayoría por su papel en la serie “Rex, el perro policía”, y que con su hierática expresión en cualquier circunstancia que vive llegará a crispar a más de uno (lo mismo le da estar con una chica preciosa que picando piedra que el tipo no mueve una ceja) y sale bastante mal parado en sus duelos con David Striesow, el actor que interpreta al coronel alemán responsable de la operación, y con August Diehl, quien interpreta a un interno idealista, Burger, autor del libro de memorias en que se basó el director y auténtico héroe de la historia.

La película en el aspecto técnico es interesante. Rusowitzky opta por el uso de una nerviosa cámara en movimiento que se convierte en testigo de la historia antes que por la tradicional cámara fija, pero sólo en contadas ocasiones sus planos logran contagiar la tensión que se presupone viven los reclusos prisioneros y, a la postre, la opción no provoca más que incrementar la confusión que el deslavazado guión provoca. Quizás las mejores secuencias sean aquellas en la que los falsificadores son liberados por los mismos reclusos del campo de concentración y se plantea el contraste entre unos desnutridos y torturados y otros rollizos y sanos, sin embargo, resulta muy poca cosa en mi opinión para toda una ganadora de un Oscar e incluso la discutible “El orfanato” hubiera ganado el premio con mayor justicia.

En definitiva, una película muy discreta para un premio tan importante. Esperemos que para este año la cosa mejore y la calidad de las películas presentadas sea superior.


Si quieren ver un trailer de la película pinchen abajo.

Salón del Cómic Barcelona, sobreviviendo a la novedad.

Como el año pasado, les dejo unos apuntes sobre las obras más interesantes que las editoriales van a publicar en la nueva edición del Salón del Cómic de Barcelona. Un buen montón de novedades suculentas que unidas a las regulares pueden llevar a dejarse la nómina completa al que quiera hacerse con todo. Yo aconsejo moderación, que espacien las compras y este mes se hagan sólo con lo que más les atraiga sin exceder sus presupuestos que las economías están muy achuchadas. Por ese motivo reduzco la lista a solo cinco obras, en mi opinión, indispensables. Ya habrá tiempo de hacerse con el resto (espero).

Mis cinco indispensables serían las siguientes:







Lost Girls 1” de Alan Moore y Melinda Gebbie.



El Reductor de Velocidad” de Christophe Blain.



Una selección de obras cuyo importe total ascendería a 104 Euros y que garantiza diversión y calidad por partes iguales. Hay muchas otras obras destacables ("Camelot 3000", "Percevan", "RG 2", "Apocalipsis Friki", "Jazz Maynard 2"...) pero las que en mi opinión nadie debe perderse son estas cinco y si me apuran con las tres cuatro primeras. El resto ya irán cayendo a lo largo del año.


El listado completo lo tienen aquí.

domingo, 6 de abril de 2008

Esto dicen…

El inicio de la semana ha venido marcado en buena medida por la aparición del cadáver de Mari Luz y sus consecuencias. Tenía pensado escribir una entrada al respecto pero Juan Rodríguez en Un Mundo Peculiar se me adelantó con un excelente artículo.


En un orden de cosas más alegre, hay que felicitar a los compañeros de Misión Tokio por la excelente entrevista que han realizado a Félix Sabaté, editor de Glénat y en la que explica cosas la mar de interesantes. Si no la han leído todavía háganlo aquí.

Que las disfruten.

Charlton Heston (1924-2008).


Ha muerto Charlton Heston, uno de los últimos representantes del viejo Hollywood de las grandes estrellas, las luces y la leyenda, y su muerte me llena de sensaciones contradictorias.

Por un lado, Heston en sus últimos años personificó casi todas las ideas y posiciones que más desprecio desde su cargo de presidente de la peligrosísima Asociación Nacional del Rifle. Con su rifle en alto escenificó la puesta en escena de la Norteamérica más profunda, pacata y ultraderechista, dispuesta a defender a ultranza su derecho a portar armas de fuego con total libertad como si siguieran viviendo en el viejo Oeste de los cuatreros y negar que el hombre desciende del mono. Sin embargo, antes de esa bochornosa imagen, Heston fue uno de los íconos de la masculinidad y la épica en un montón de excelentes películas de aventuras en las que solía interpretar al tipo duro dispuesto a enfrentarse a todo y a todos antes que dar su brazo a torcer en títulos como “55 días en Pekin”, “El Cid”, o “Mayor Dundee”. Aunque Heston probó todos los géneros desde la ciencia ficción (¿Quién no se acuerda de “El planeta de los simios” y sus continuaciones o “El último hombre vivo”, adaptación muy libre del “Soy leyenda” de Matheson?) al cine de catástrofes (”Terremoto”, “Aeropuerto 75”) el género que le consagró fue el histórico donde interpretó a personajes de corte épico como Moisés en “Los Diez Mandamientos” o “Ben Hur”, película esta por la que conseguiría su único Oscar.

Si de las personas que mueren debemos quedarnos con lo mejor que nos aportan yo me quedaré con unos cuantos títulos memorables como “Sed de Mal” y olvidaré, como el mismo olvidó a consecuencia del Alzheimer que padeció en los últimos años de su vida, sus posicionamientos personales.

D.E.P.

viernes, 4 de abril de 2008

“Firmin” de Sam Savage


Hay novelas que tienen historias curiosas a sus espaldas. Ese es el caso de “Firmin”, la novela que he estado leyendo estos días por recomendación de mi señora. De repente, un desconocido autor octogenario, Sam Savage, publica a través de una pequeña editorial norteamericana de segunda fila su primera obra y esta, merced al boca oreja se convierte en el acontecimiento literario del año. Pero lo sorprendente no ha sido tanto su éxito en sí sino que ningún avispado editor se diera cuenta de la pequeña maravilla que tenía entre manos.

Firmin” es el relato de la vida de una rata narrada en primera persona. Sí, una rata, pero una rata peculiar con una desarrollada sensibilidad, una memoria prodigiosa y un gusto obsesivo por la lectura que la lleva a devorar en poco tiempo todos los libros de la librería de segunda mano en la que vive. Firmin desprecia a sus congéneres y adora a los humanos, con los que por razones obvias, no puede comunicarse, especialmente a Norman Shine, el dueño de la librería, y a Jerry Magoon, un bohemio vagabundo que la frecuenta y único autor al que conoce. Firmin además es un apasionado del cine que vive enamorado de Ginger Rogers y siente un oscuro deseo inconfesable por las beldades que contempla en la sesión continua del cine Rialto cuando a partir de medianoche cambia la programación de clásicos por la pornográfica. Sin embargo, el proceso de remodelación de la plaza Scollay en el Boston de la década de los sesenta, donde se encuentra la librería en la que vive, provocará graves problemas al bueno de Firmin.

Firmin” es una conmovedora fábula sobre la condición humana a través de las vivencias de una persona atrapada en el cuerpo de una rata en cuyos sentimientos más de uno se habrá visto reflejado en alguna ocasión. Firmin se oculta entre libros para evadirse de la realidad de su miserable existencia ratuna envidiando una existencia humana que se le encuentra vedada, el paria social definitivo y un patito feo destinado a no convertirse nunca en cisne. Savage sabe pasar de la comedia más hilarante al drama en pocas líneas haciendo gala en todo momento de un gran conocimiento literario y un excelente sentido del ritmo y un humor agudo, irónico, por momentos, e inteligente, usando un estilo aparentemente sencillo con el que fácilmente llega y se hace comprender por cualquier lector. El primer capítulo de “Firmin” es excelente y aunque a la novela le cueste mantener el nivel de su inicio con algún altibajo -sobre todo en un capítulo final para mi gusto pelín precipitado en comparación con el resto de la historia- se deja leer con una sonrisa durante sus poco más de doscientas páginas por un lector que simpatizará y se pondrá desde el principio de parte del desgraciado Firmin, un personaje entrañable lleno de flaquezas y debilidades, tan trágico y atormentado como los mejores de Dostoievski o Kafka pero mucho mucho más divertido. En definitiva, una pequeña gran novela sobre un gran personaje que debería ser lectura obligatoria en todos los colegios.

La edición de Seix Barral es muy buena y cuenta con unas preciosas ilustraciones de Fernando Krahn que complementan perfectamente la narración de Savage.

jueves, 3 de abril de 2008

“La venganza del Conde Skarbek” de Yvés Sente y Gregorz Rosinski

Aunque ustedes no lo sepan ando yo estos días un poco malito consecuencia de uno de esos virus gástricos que nos asolan y, debido a las frecuentes visitas que he tenido que hacerle a mi amigo el señor Roca y unos días de ausencia laboral más que justificada, me he entretenido releyendo este estupendo cómic publicado hace ya un par de añitos.

La venganza del Conde Skarbek”, publicado en dos volúmenes por Norma Editorial, se sitúa en el París decimonónico adónde llega un misterioso y rico conde polaco de incierto pasado. El conde se muestra interesado por adquirir cuadros de Victor Paulus, un misterioso pintor desaparecido once años antes, para lo que se pone en contacto con los dos burgueses que disponen de la exclusividad de la obra de Paulus. Skarbek propone a estos que denuncien a Northbrook, el marchante de Paulus, y así pone en marcha un juego de intrigas y venganzas que tiene como principal objetivo vengarse de todos aquellos que arruinaron su vida.

Con espíritu de homenaje a los grandes del movimiento romántico e inspirándose sin complejos en la novela folletinesca de Alejandro Dumas, “El Conde de Montecristo”, Yves Senté plantea un relato de aventuras de las de toda la vida en la que a través del relato de las peripecias del misterioso conde Skarbek trasladarnos desde el París decadente y burgúes del siglo XIX a las Antillas infestadas de piratas sanguinarios pasando por la Polonia nacionalista. Senté, un guionista veterano y que se las sabe todas, mantiene el suspense de la historia y el interés del espectador incorporando constantes giros argumentales y jugando con las identidades del protagonista en un puzzle en el que finalmente encajan todas las piezas. El guión de Senté no resulta especialmente elaborado pero el guionista sabe conjugar perfectamente las dosis justas de erotismo y acción para hacer de esta una obra un divertimento entretenido y que se lee con agrado. Asimismo, el poderoso dibujo del polaco Gregorz Rosinski aumenta la calidad de la historia. Rosinsky da su estilo un toque más impresionista quizás para adecuarlo a la época en el que transcurre el relato, e incorpora un erotismo moderado que ayuda a caracterizar la historia. De los colores un poco desvaídos de los primeros tomos ambientados en París pasa a una explosión cromática en el segundo ambientado en los mares del Sur dibujando maravillosas marinas y abordajes piratas.

En definitiva, un excelente tebeo para pasar una tarde entretenido y que gana con la lectura continuada de los dos álbumes. Si les gustan las historias de pasión y venganza, no dejen de leer “La venganza del conde Skarbek”.

Más obras de Rosinski y Senté en El lector impaciente aquí.

Más obras de Rosinski en El lector impaciente aquí.

Trailer de “Righteous Kill” o Pacino y De Niro, por fin juntos.

Bueno, parece que al fin uno de los sueños húmedos de más de un cinéfilo va a hacerse realidad y vamos a poder ver el duelo interpretativo entre esos dos monstruos de la pantalla que son - ¿qué fueron?- Robert de Niro y Al Pacino a lo largo de toda una película. Ya, ya… Ahora me diréis que compartieron créditos en “Heat” aunque no compartieran ni siquiera un plano…Ó en “El Padrino II”, donde sus historias eran paralelas y por no coincidir no creo ni que lo hicieran en los rodajes.

La película que va a llevarse el honor de reunirlos es “Righteous Kill”, “Asesinato Justo” la han traducido en los telediarios no sé si con muy buen tino, dirigida por Jon Avnet y el dúo dinámico interpretará a la clásica pareja de policías veteranos que se llevan mal pero que deben unirse a pesar de sus antipatías para detener a un peligroso asesino en serie. En principio, todo muy típico y tópico…

El reparto aparte de los dos estrellones lo forman 50 Cent, Carla Gugino, Donnie Wahlberg, Brian Dennehy, John Leguizamo, Dan Futterman, Trilby Glover, Rob Dyrdek, Mark Famiglietti, Denis O'Hare, Katie Chonacas y Brett Granstaff.

El estreno en España se espera para otoño así que mientras esperan pueden echarle un ojo a las primeras imágenes que nos han llegado.







Página oficial de la película aquí .

miércoles, 2 de abril de 2008

La Bañadera del Cómic se mueve

Si dentro del mundillo del cómic hay un colectivo interesante ese es La Bañadera del Cómic. Su publicación online, “Sonaste Maneco” se ha convertido en una lectura indispensable y ahora nos ofrecen una nueva dedicada a realizar monográficos sobre artistas concretos, “Los Cuadernos de La Bañadera del Cómic”, cuyo primer número está dedicado al artista uruguayo Emilio Cortinas, el creador de “Vito Nervio”. Yo que ustedes pondría mi PC a funcionar y me lo bajaría ya.


Para descargar el cuaderno pinchar aquí.


“Los Centinelas 1. Las cosechas del acero” de Xavier Dorison y Enrique Breccia.


Norma Editorial acaba de publicar el último album de Enrique Breccia (“El Sueñero”, “Alvar Mayor”) y Xavier Dorison ("W.E.S.T."), primero de una serie ambientada en la Francia de la I Guerra Mundial.

Este primer álbum sirve de presentación a la nueva ucronía de Dorison en la que el autor nos sitúa en una Francia alternativa donde Taillefer, un coronel del ejército, desarrolla desde hace años el programa de Centinelas, consistente en la creación de soldados mejorados usando como cobayas a legionarios y mutilados. Sin embargo, la falta de una fuente de alimentación suficientemente potente para dotar de energía a los Cortahierros, una especie de “ciborgs” decimonónicos indestructibles, hace que el proyecto sea aparcado por el alto mando tras la campaña de Marruecos. Pasados los años, los avances que realiza un joven inventor, el antibelicista Feraud, en el desarrollo de una pila de radio y el inicio de la I Guerra Mundial provocan que el coronel ponga en marcha de nuevo su proyecto de Centinelas y, aprovechando las graves heridas que Feraud sufre tras su primer combate, le convierta en el primer prototipo del nuevo Cortahierro, quizás la última esperanza del ejército francés para detener el avance alemán hacia París.

De este primer álbum, lo más destacable es la presentación de la entretenida trama que nos propone Dorison y las expectativas que deja abiertas respecto a la continuidad de la historia. Dorison demuestra su habilidad para hilvanar su fantástica historia en los acontecimientos reales que provocaron “La Gran Guerra” y los personajes que construye resultan atractivos aunque muchos de ellos se muevan dentro de los canones arquetípicos que tenemos prestablecidos sobre esta época. Sin embargo, el punto fuerte del álbum es el apartado gráfico en el que Enrique Breccia deja patente una vez más su maestría en el desarrollo de la historia y su talento para la narración gráfica dotando de credibilidad al aparatoso ciborg Cortahierro y toda la imaginería retrotecnológica que le rodea. Breccia explícita los horrores de la guerra con total crudeza e intercala fotos de la época para situar al lector en el contexto que se desarrolla la acción en un perfecto equilibro entre invención y realidad, algo imprescindible en este tipo de obras. Sin llegar a los extremos de obras más personales como “El Sueñero” o “Alvar Mayor” Breccia juega con el tamaño de las viñetas y la composición de la página para hacer avanzar la acción y mantener atrapado al lector, mostrando una gran minuciosidad y detallismo en la caracterización de los personajes y lugares con lo que el juego de ucronía que Dorison propone gana en interés.

En definitiva, un primer álbum más que correcto que deja al lector con ganas de más, sin embargo, me temo que la espera se avecina larga pues el segundo álbum de la serie, “La Marne”, no ha aparecido todavía en Francia. La edición de Norma, excelente.

martes, 1 de abril de 2008

“10.000” de Roland Emmerich.


Si hay algo de lo que adolece desde hace años el cine norteamericano es de esa categoría de películas que pueden gustarle a todos los miembros de la familia por igual y unirles delante de una pantalla una tarde de domingo sin que ninguno refunfuñe demasiado. La industria ha optado por productos dirigidos básicamente a adolescentes y jóvenes que, no nos engañemos, son los que más van -todavía- a las salas y consumen mercadotecnia. Sin embargo, de vez en cuando, aparece alguna película que se resiste a esta tendencia y puede ser disfrutable por cualquiera, independientemente de su edad y sexo. Uno de los últimos ejemplos en este sentido es “10.000” de Roland Emmerich (“Independence Day”, “El día del mañana”).

En “10.000”, Emmerich nos traslada a un pasado mítico en el que una tribu de cazadores de mámuts debe hacer frente a su supervivencia ante la escasez de caza. La hechicera de la tribu les hace participe de una profecía por la que el cazador que despose a la misteriosa Evolet, una niña que aparece en la tribu en medio de una tempestad, será el que salve la tribu. Evolet y D’Leh, un joven cazador cuyo padre abandonó la tribu años antes, se sienten atraídos desde pequeños por lo que cuando los “demonios de cuatro patas” la raptan junto a la mayor parte de los miembros de la tribu, D´Leh recorrerá medio mundo para rescatarla y cumplir la profecía.

Lo mejor – y no es poco – que se puede decir de esta película es que resulta muy entretenida, con un ritmo estudiado para que el espectador esté pendiente constantemente de lo que ocurre en la pantalla y con unos efectos especiales espectaculares que se encuentran en todo momento al servicio de la historia que el director y guionista Roland Emmerich quiere contar aunque parte de la ambientación recuerde demasiado a otro de los taquillazos de Emmerich y, quizás, junto a “El Patriota”, su mejor película “ Stargate”.

La historia que cuenta Emmerich en su ramplón guión nos la han contado en cientos de ocasiones y resulta en exceso predecible aunque hay que reconocer que funciona perfectamente y resulta fácil dejarse llevar por las aventuras en las que se ve inmerso D’Leh y sus acompañantes a la búsqueda de Evolet a pesar de lo ridículos que en ocasiones son los diálogos que elabora. Que nadie espere tampoco ningún rigor histórico en la película (aunque desde ciertos medios se haya publicitado como película histórica), de hecho, abusa, demasiado de las soluciones mágicas y fantásticas (el final no tiene desperdicio) obligando al espectador a asumirlas, como lo que son, magia. A nivel interpretativo, no se puede destacar a nadie atrapados los actores en unos personajes ramplones y llanos que no dan ningún juego para el lucimiento. Si acaso, a la bella Camilla Belle y sus brillantes ojos azules que, imagino, están retocados por ordenador.

Sin embargo, a pesar de todos sus defectos, la película se deja ver con una sonrisa y cubre el expediente de mantener entretenido a cualquier espectador y. si no entusiasmar, al menos no molestar en su planteamiento asumidamente de entretenimiento. Y, dados los tiempos que corren, tampoco es poca cosa.

Si quieren ver imágenes de la película pinchen aquí.

Jim Mooney (1919-2008)

Si hace poco nos enterábamos de la muerte de Steve Gerber hoy, a través de Entre Cómics, nos desayunamos con la desaparición de su compañero en series como “Omega, el Desconocido” o “El Hombre-Cosa”, Jim Mooney, uno de esos dibujantes oscuros y discretos que probablemente dieron mucho más de lo que recibieron de las grandes editoriales norteamericanas Marvel y DC, desarrollando la mayor parte de su trabajo durante el revival de los setenta denominado “Silver Age”.

Mooney aunque llegó a trabajar para el Estudio de Will Eisner y Jerry Iger lo dejó pronto y fraguó su carrera, tras unos inicios como freelance durante la “Golden Age”, en Marvel y DC. Primero en DC desarrollando diversas series, “Dial H for Hero” o “Supergirl”, e incluso, haciendo de negro del creador de Batman, Bob Kane; más tarde, en Marvel realizaría labores de entintador de autores como John Romita en “The Amazing Spiderman” o de John Buscema para “Thor” y haría también los lápices para la mayor parte de las series del trepamuros de la época, “Peter Parker”, “The Spectacular Spiderman” o “Marvel Team Up”.



D.E.P.

lunes, 31 de marzo de 2008

Escanedo o no escaneado, esa NO es la cuestión

Desde hace un par de semanas, en Un tebeo con otro nombre, Pedro Garcia está llevado una exhaustiva labor de investigación para determinar la procedencia del material que está publicando Planeta en sus Clásicos Marvel centrádose, en concreto, en "La Legión de Superhéroes". Pedro, imagino que armado de más paciencia que Job, ha encontrado parecidos más que razonables entre el material que cualquiera puede descargarse gratuitamente de Internet y el que Planeta está ofreciendo con una calidad bastante mala bajo pago.

Por otro lado, en La Cárcel de Papel, Álvaro Pons ha denunciado la escasa labor de restauración que Ediciones B ha realizado en la nueva colección de tomos en los que está reeditando las "Joyas Literarias Juveniles". Al parecer, la editorial se ha limitado a enlomar de nuevo en cartoné seis números manteniendo la rotulación mecánica original y sus colores y prescindiendo de las portadas y cualquier tipo de reseña en la que se incorporase información sobre la autoría de cada historia.

Son dos casos distintos, pero dos casos paradigmáticos de lo poco que le interesan a las editoriales las obras que comercializan. Estas editoriales, haciendo una demostración de marketing pacato, corren a colgar la etiqueta de clásico para despertar la nostalgia del lector que en su día las disfruto o que se quedo con ganas de hacerlo, asumiendo que este va a aceptar su publicación de cualquier manera, sin el menor miramiento en el tratamiento de la obra.

Es hora que las editoriales se den cuenta que los cómics que comercializan no son meras mercancías y que la correcta reproducción de la obra es un servicio más que están ofertando al lector, el cuál no puede dejar de sentirse timado cuando le están vendiendo, en ocasiones, poco más que fotocopias coloreadas. No es suficiente, como en el caso de la LSH, un cuadradito en la contraportada pidiendo disculpas por haber escaneado y ser la reproducción deficiente. Hay que hacer algo más, sobre todo cuando los propios aficionados usando métodos domésticos demuestran que son capaces de hacer mejoras sobre la base del mismo material que vende la compañía. Una cosa así sólo puede ser tachada de dejadez editorial ya que se conforman con las ventas que puedan hacer sin ningún esfuerzo entre los completistas antes que buscar atraer con ediciones de calidad a nuevos compradores y abrir mercado.

En el caso de Ediciones B, se podría argumentar en defensa de la editorial que la obra busca imitar los originales que aparecieron en su momento y con los que presume se identificarán los nostálgicos. Seamos serios, probablemente esos nostálgicos estarían encantados con una edición más digna de la obra que mejorase los colores y les permitiera leer con más facilidad las obras al tiempo que conocer el nombre de los autores que les entretuvieron en su momento y los aficionados que han coleccionado esos tebeos podrían sentirse atraídos por una edición restaurada y documentada.

A criterio de cada uno queda actuar frente a este tipo de publicaciones aunque lo que está claro es que si estos casos continúan produciéndose es porque los aficionados compramos estas obras mutiladas. La editorial simplemente cuida de su negocio aplicando la máxima del “mínimo coste, máximo beneficio”. Si a ellas les va bien –supongo- por qué van a cambiar si venden. Sólo un cambio de hábitos de consumo del lector de cómic puede llevar a que publicaciones de tan escasa calidad desaparezcan del mercado pero mientras haya un número de aficionados importante dispuestos a primar la cantidad de lectura a la calidad de reproducción la historia volverá a repetirse. Y van….


domingo, 30 de marzo de 2008

Esto dicen…

Entre unas cosas y otras, estas últimas semanas no había destacado ningún artículo de la blogosfera. Sin embargo, esta ha venido cargadita. Parece que los blogueros de pro han cargado las pilas en vacaciones.

En el muy recomendable El show de los hombres lobo se han marcado un tanto con el artículo que han escrito sobre los cómics EC y la serie iniciada sobre los Cómics Marvel en los 60. Didácticos y completos, pueden servir de aproximación para todos aquellos que no conozcan unos cómics que marcaron todo el cómic norteamericano posterior. Para leerlos aquí y aquí.

El cuasidivino Jon Osterman en El hijo del relojero ha dedicado una serie de entradas muy interesantes sobre Flash Gordon a lo largo de la semana. Desde su nacimiento en las míticas páginas de Alex Raymond hasta sus versiones posteriores en radio, cine y televisión. Muy interesante. Si quieren leerlos aquí.

En Chiquirritipis, Rotebor ha subido una excelente historia de tres páginas de una de mis grandes debilidades, Alberto Breccia (en realidad, los dos Breccia), quién junto a Carlos Trillo realizaron una curiosísima aproximación al cuento de “La Bella Durmiente”. Para deleitarse aquí.

¿Quién dijo que el domingo es aburrido?

sábado, 29 de marzo de 2008

Alucinado


Pues eso, que he alucinado con la noticia sobre el primer caso de un hombre embarazado. Es cierto que conforme uno pasa del llamativo titular de prensa al cuerpo del artículo pronto se encuentra una explicación enrevesada pero sencilla pero no me negarán que la foto es impactante.

Se trata de un hombre transexual que ha mantenido sus órganos reproductores femeninos por lo que cuando descubrió junto a su mujer que esta es incapaz de tener hijos, juntos decidieron que fuese él, mediante técnicas de fecundación, quien concibiera su retoño.

Hay determinadas cosas que en mi juventud sólo parecían posibles en las páginas de la ciencia ficción más inverosímil que poco a poco se van haciendo realidad y esta es una de ellas. ¿Quién sabe si dentro de pocos años, ya que cada vez parecemos más abocados hacia la androginia y el individualismo feroz, nos encontramos con los primeros casos reales de hombres de nacimiento embarazados y nos volvemos todos hermafroditas sin necesidad de sexos ni sexualidad, como los caracoles? Yo, por si acaso, prefiero que la evolución continúe su lento avance y seguir disfrutando del sexo y de mi sexo mientras tanto.

Ojalá otros avances que presumimos más factibles como la cura de ciertas enfermedades mortales podamos vivirlos también. A mí me sorprenderían menos pero me harían mucha más ilusión.

La noticia aquí.