domingo, 2 de marzo de 2008

El aburrido domingo

Para el domingo, día de asueto y desidia por excelencia, que sirve al tiempo de triste epílogo del fin de semana y aun más triste prólogo a la semana laboral entrante, les propongo algunos enlaces con los posts más interesantes que he descubierto en mis vagabundeos por la Blogosfera durante la semana que finaliza y, que por su calidad, creo que nadie debe perderse (por lo menos, en este caso, ningún aficionado al Cómic).

Tras las turquesas cortinas recupera la figura de Cliff Sterrett, todo un clásico, creador de “Polly and her pals” y prácticamente desconocido en España.
Los infatigables amigos de Entre Cómics publicaron un excelente post resumiendo una charla sobre el maestro Jack Kirby de la Wonder Con de San Francisco que ningún admirador del Maestro debería dejar de leer. (¿Se animará alguna editorial a publicar “Kirby: King of Comics” por aquí?).
Y, para terminar con lo mejor de la semana, Anguloagudus, en Cómics en Extinción, recupera todo un cómic en extinción: “Hombre” de Antonio Segura y José Ortiz. (¿Para cuándo una reedición que salve de la extinción la obra de Antonio Segura?).
Ah, y de propina, una entrevista que Álvaro Pons realizó a Segura hace ya algún tiempo.
¡Qué nadie se aburra!

sábado, 1 de marzo de 2008

Impaciente espero…


…la publicación de la próxima novela de Carlos Ruiz Zafón, tras un silencio de siete años, y comprobar si, de nuevo, alcanza los niveles de calidad logrados con “La Sombra del Viento”. Desde Planeta parecen pensar que sí, ya que preparan una tirada de un millón de ejemplares sólo para el territorio español.

De la obra, se conoce poco, por no saberse no se sabee ni el título, pero volverá a ambientarse en Barcelona y el Cementerio de los Libros Olvidados.

Me apetece volver a sumergirme en esa Barcelona mágica (¡Qué grandes novelas se ambientan en esta ciudad!) que Ruiz Zafón sabe recrear tan bien y disfrutar con la sabiduría con que mezcla aventura y misterio desde una sensibilidad poco común.
El 17 de Abril se resolverá el misterio.
.

Para visitar la web del autor, pinchen aquí.

viernes, 29 de febrero de 2008

Nominados del Salón de Barcelona: quiniela y valoraciones


Como todos los años se han publicado los nominados a los Premios del Salón del Cómic de Barcelona para su edición de 2008 elegidos por los profesionales, y yo, como suelo hacer habitualmente, con este tipo de cosas en lugar de publicar la lista entera que pueden consultar en un montón de sitios (por ejemplo aquí o aquí), voy a hacer mi quiniela, completamente subjetiva y parcial.
Antes de ello, un solo apunte, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, se apunta a la polémica con algunas nominaciones en categorías en las que figuran algunos nominados que no cumplen los requisitos o ya han sido premiados en anteriores ediciones en la misma categoría. Ejemplos: en la categoría “Premio Divulgación del Cómic" el año pasado fue premiado Álvaro Pons, y, en la categoría "Autor Revelación", en la que se supone no pueden optar autores con más de dos obras publicadas, figura al menos uno , Carlos Vermut, que ya lleva publicadas más.
En un gesto que le honra el propio Carlos ha sido quién ha denunciado esta situación y pedido el voto, a nivel personal, para Clara Tarnit, y lo mismo ha hecho Álvaro pidiendo el voto para Darías
No se trata de ser mal pensados pero parece un poco sonrojante que ni la propia Ficomic, organizadora del Salón, sepa hacer cumplir las normas en la selección de los nominados. Si tan difícil es encontrar “autores revelación” o “divulgadores del cómic”lo mejor es que cambien la regla y así evitar suspicacias.

Vamos allá con los pronósitico:

Mejor Obra Extranjera: "RG" de Peeters y Dragon.

Autor Revelación Español: Alberto Vázquez.

Mejor obra Autor Español: “Arrugas” de Paco Roca.

Mejor Guión de Autor Español: “El Gabinete del Doctor Salgari” de Santiago Valenzuela.

Mejor Dibujo de Autor Español: “Jazz Maynard 1” de Raule y Roger Ibáñez.

Mejor Revista: "El Manglar".

Mejor Fanzine: Fanzine Enfermo.

Premio Divulgación del Cómic: Pepo Pérez.

A ver cuántos acierto…

Blogs corporativos de Cómic, sí, pero….


Que el fenómeno de los blogs tenía que instalarse en la esfera de las editoriales de cómics es algo que todos esperábamos. De hecho, lo raro es que las editoriales hayan tardado tanto en posicionarse mediante una herramienta versátil, barata y de sencillo manejo como es el blog.
En principio, en la Blogosfera impera el “vale todo”, con las autolimitaciones que el propio autor de la bitácora quiera imponerse, y cualquiera tiene libertad para abrir su blog en el que contar, informar o difundir lo que le apetezca, lo cuál ha dado pie al nacimiento de múltiples blogs particulares, cada uno reflejo de los gustos, intereses y aficiones de sus autores, que dan contada información acerca de todo lo habido y por haber, gratuitamente y rayanos por su calidad, en ocasiones, con lo profesional, lo que ha provocado, a veces, malos entendidos como el protagonizado hace unas semanas por aquí respecto al tratamiento de las informaciones.
En este sentido, la existencia de blogs de las propias editoriales en la que informen y contacten directamente con un público potencial sobre sus proyectos y novedades se hace necesaria y, de esa manera, funcionan blogs como los de Norma, Viaje a Bizancio o Diábolo, por poner sólo tres ejemplos. Bravo por la iniciativa. Es un paso adelante para dar oficialidad a las informaciones, publicitar sus publicaciones y mantener un contacto directo con los lectores que sólo debe servir para mejorar.
Sin embargo, Ediciones Glénat ha desarrollado una política distinta. Sus blogs bajo el sello corporativo de la página de la editorial son claramente subjetivos y “de firma”, con lo que no se hace más que generar dudas respecto a sus contenidos, dado que en determinados casos, sus autores, aparte de informar y comentar sus publicaciones, opinan y comentan sobre lo que les apetece. ¿Cuándo Hernán Migoya, Joan Navarro o Alejo Valdearerna opinan lo hacen individualmente o representan a la Editorial? Nada que objetar a que escriban como ciudadanos particulares sobre lo que les dé la gana pero si lo hacen como profesionales se supone que algún tipo de rigor deben tener y ya tenemos la polémica servida. La situación se vuelve más hiriente cuando en uno de los blogs de la Editorial, el Glob de Alejo Valdearena, se ironiza , bajo el personaje de Fofo, acerca del frikismo de los aficionados haciéndose pasar por uno de ellos. En este caso, ¿la editorial respalda la gracia de Alejo? ¿Ha habido posicionamiento de la editorial? ¿”Vale todo” en un blog corporativo? No lo sé, pero creo que Glénat debería aclarar algo al respecto. Quizás con un mensaje como los que aparecen en los programas de debate en las televisiones o en los periódicos indicando que la publicación no se responsabiliza de las opiniones de sus colaboradores bastaría para desmarcarse y aclarar la cosa, pero mientras esto no suceda Glénat juega al peligroso juego de tomar el pelo a aquellos que les mantienen con sus compras. Ellos verán...

jueves, 28 de febrero de 2008

“Freddy Lombard 2” de Yves Chaland



La temprana muerte de Yves Chaland en 1990 nos dejó sin uno de los artistas de COMIC llamados a renovar este arte en la vieja Europa. Adonde podría haber llegado este portento de la línea clara nunca lo sabremos pero uno puede hacerse una idea leyendo cualquiera de los dos tomos en los que la editorial Glénat ha recopilado las aventuras de su personaje más emblemático, Freddy Lombard.
En este segundo volumen, se recogen los dos últimos álbumes que realizase sobre el personaje Chaland, “Vacaciones en Budapest” y “F-52”, de los cuáles al menos el último se encontraba todavía incomprensiblemente inédito en España. ¿Qué puedo decir de Chaland tras la lectura de todos los álbumes? Que es un autor magnífico y cada nuevo álbum es mejor que el anterior y estos dos en particular, junto a “El Cometa de Cartago”, publicado en el anterior volumen que ya comenté por aquí, son extraordinarios.
En “Vacaciones en Budapest”, Chaland traslada al trío protagonista al azaroso Budapest de la fallida revolución de 1957 desde una zona de recreo del Veneto, tras los pasos de Laszlo, el joven púpilo húngaro de Dina, quién, imbuido de romántico patriotismo adolescente, se escapa para apoyar la Revolución, Charlie y Sweep, le acompañarán a través de la antigua Yugoslavia hasta Hungría con el único interés de correrse unas vacaciones a costa de la acomodada familia del chaval. Sin embargo, una vez en Budapest, y aleccionados por Dina, vivirán múltiples peripecias para intentar salva a Laszlo, que ha caído prisionero de las tropas soviéticas de ocupación y va a ser deportado.
En “F-52”, Charlie, Sweep y Dina, los tres buscavidas protagonistas se enrolan como miembros de la tripulación del flamante F-52, un enorme avión transcontinental de propulsión atómica que va a realizar la ruta París-Melbourne. Durante el vuelo, una niña de clase turista es raptada y sustituida por otra de clase bussiness por unos acaudalados señorones sin que nadie crea a la desesperada madre salvo nuestros amigos que salvando el acoso del jefe de personal que quiere ligar con Dina desesperadamente, intentarán deshacer el entuerto. Mientras tanto, la tripulación intenta atrapar a un espía soviético que se ha hecho con un importante secreto militar.
La única comparación posible que se me ocurre con las propuestas de Chaland en cómic, son las del mejor Orson Welles de películas como “Ciudadano Kane” o “F for fake” para el cine.
Apoyado en los guiones por Yann Lepennmentier, Chaland juega a subvertir y divertir, incomodando al lector con constantes trucos y bromas en unas historias caleidoscópicas en las que las dobles y triples interpretaciones enriquecen unas tramas, aparentemente banales, en las que el autor ironiza y juega al despiste con el lector y la tradición y estructuras predecibles del cómic francobelga de aventuras, personificadas en el Tintin hergeliano. Pocas veces me he encontrado con unos álbumes tan ricos en matices, con un humor tan exquisito y que lleve tan lejos las posibilidades de un medio que sólo alcanza su máximo esplendor en manos de talentos como éste. Cháland subvierte la lógica familiar y prototípica en el desarrollo de tramas y personajes, los temas que trata son adultos, sus personajes en muchos momentos, por no decir casi siempre, amorales y los comportamientos de estos, impredecibles para el lector.
En ningún momento, estos álbumes resultan cómodos de leer. Chaland juega con perspectivas y composiciones, con el tratamiento del movimiento y de la narración entre viñetas (¡e incluso entre páginas!), el ritmo se acelera o desacelera al capricho del autor, y este muestra una variedad de recursos gráficos sorprendente, con una maestría en su uso insultante, logrando enriquecer cada nueva lectura de la obra y mantenerla fresca y moderna como si los años no pasasen por ella (¡"F-52" es de 1989!).
En los extras que incluye la edición de Glénat – por cierto, excelente – Chaland escribe “hay que hacer lo contrario que los demás e inventarse las reglas de un nuevo estilo, porque el estilo es lo más importante que un autor debe trabajar”. Sin duda, él lo consiguió. Estas historias no se olvidan fácilmente.

Si sólo pueden comprarse un tebeo este mes, que sea éste.

Si todavía dudan, visiten su página oficial, aquí.

Icelands en venta…¡Qué no cunda el pánico!



Si se pasan por la web de la editorial verán que sus socios han colgado el cartel de “se vende”.
Esto, por mucho que se diga por ahí, no es ningún drama, más allá del fracaso personal que suponga para sus colaboradores y trabajadores con los que me solidarizo y cuentan con toda mi simpatía porque renunciar a un proyecto en el que se supone se ha invertido dinero e ilusión siempre es un mal trago. Sin embargo, más allá del supuesto romanticismo con que se quiere imbuir toda aventura editorial y que yo no veo por ningún lado, esta puesta en venta para mí no es más que el indicio más claro de que las vacas gordas de los últimos años se han acabado y se avecinan tiempos duros para las editoriales pequeñas que se hayan metido a la aventura aprovechando la coyuntura favorable.
El mercado editorial va a entrar en crisis, si no ha entrado ya, y no hay que ser muy listo para advertir los síntomas. Si suben los intereses, suben las hipotecas y los créditos, baja el poder adquisitivo de los consumidores y sube la inflación (¡subo el precio del tebeo para mantener mi margen de beneficio o hacer frente a la subida de mis costes!), con lo que la gente consume menos (¡No me llega para comprar los tebeos que quiero!) con lo que a los dueños de la editorial, salvo que esté saneada o pertenezca a un grupo, para capear el temporal sólo les quedará la opción de ponerla en venta antes que la cosa se ponga realmente cruda. Supongo que el caso Icelands será algo así.
¿Debemos preocuparnos los aficionados de a pie? Creo que no, (salvo que sólo compren cómics Icelands, claro). El mercado comiquero, a nivel editorial, ha crecido en los últimos años y ahora hay más editoriales dedicadas al cómic que nunca (sólo hace un par de semanas se anunciaba una nueva, Viaje a Bizancio, a la que también deseo suerte), lo que no deja de ser una garantía para que el lector pueda seguir disfrutando de publicaciones regulares (aunque se reduzca la oferta) y –esperemos – para los autores tengan oportunidades de trabajo, aunque, me temo, que los más jóvenes continuarán teniéndolo crudo para poder publicar en condiciones.
El momento de comprobar si todas las buenas expectativas de estos años se quedan en nada o realmente el nuevo mercado es suficientemente maduro como para aguantar la crisis está llegando. Será interesante presenciarlo.

10000 Años A.C

No sé si será buena o mala, pero entretenida parece un rato…




Vean, vean...

miércoles, 27 de febrero de 2008

Salón de Cómic de Granada XIII - Animac XII

Pues eso, amigos y amigas, que el Salón de Cómic de Granada llega a su décimo tercera edición con un estupendo plantel de artistas invitados y actividades interesantes. Este Salón ha ido creciendo año tras año de la mano de los irascibles chicos de Veleta y aunque sólo he estado una vez cuenta con un magnífico ambiente.
Entre los invitados hay gente tan interesante como Juan Giménez (autor del estupendo cartel) o Brian Azaarello, sin olvidar a Jill Thompson o Brian Bolland -creo que a nivel mundial no hay más Brian que se dediquen al cómic así que van a contar con la mayor concentración posible- ni los incombustibles Rafa Marín o Carlos Pacheco, a nivel nacional.
El Salón se celebra desde mañana día 28 hasta el próximo domingo, así que si tienen ocasión no dejen de pasarse y disfrutar de la maravillosa Granada. Quién pudiera…

Toda la información aquí.

…Y, en otro orden, tampoco me importaría pasarme por la Feria de Cine de Animación de Cataluña que llega a su duodécima edición y se viene celebrando desde el día 25 hasta el día 2 con un buen montón de actividades y una buena cantidad de cortos interesantes.

Para enterarse de todo, aquí.


Como no voy ni a uno ni a otro, al menos, me desahogo contándoselo. ;-D

¡Vergüenza!


¡Una, dos, tres, cuatro…Hagan juego, señores!
Tristemente, ayer se batió el record de mujeres asesinadas por sus parejas en una orgía de sangre, drama y celos que se extendió por el país.
¡Hagan juego señores maltratadores! Porque este problema parece, que en lugar de encontrarle solución, se va agravando día a día y ya no se sabe si el difundir este tipo de tragedias no hace más que dar pie a que algún deportivo cavernícola esté dispuesto a batir tan triste marca en competencia directa con sus predecesores.
Cualitativamente, ninguna de estas víctimas es mejor que las mujeres que murieron la semana pasada, el año pasado o hace diez años, pero sólo el punto cuantitativo de la noticia ha hecho que los medios vuelvan a poner el grito en el cielo, que los inútiles dirigentes y candidatos de siempre busquen arañar votos, en su mediocre oportunismo, con medidas que nunca llegarán a tiempo, y que, en unos días, los dramas particulares que tuvieron tan triste desenlace se olviden en medio de la vorágine informativa hasta la próxima en un encogimiento de hombros colectivo de la que dicen que somos la “octava potencia mundial”.
Y, mientras tanto, los cavernícolas y los enfermos seguirán matando porque, total, les sale barato y como en el fondo la mujer es suya no hacen más que devolver la mercancía usada que, eso sí, el respeto a la propiedad privada nadie lo discute.
Lo siento, no puedo entenderlos. Ni desde mi racionalidad ni desde mi emotividad puedo entender a unos hombres –por llamarles algo- que maltratan y ejecutan a mujeres que, en algún momento, cercano o lejano, de sus miserables vidas amaron, desearon y con las que compartieron proyectos comunes.
Me avergüenzo de ellos y me avergüenzo de todos nosotros que no hacemos lo suficiente para que estas tragedias no se repitan día sí, día también.

¡Haced juego, malnacidos, pero con vuestros enfermizos sesos!
La noticia aquí y aquí.

“Canción de Hielo y Fuego 3: Tormenta de Espadas” de George R.R. Martin


¡Este hombre lo ha vuelto a hacer! Y mira que lo tenía difícil a priori con esta novela.
Una historia que se ha alargado y alargado a lo largo del tiempo con continuos retrasos en las fechas de publicación, para aparecer finalmente en dos volúmenes de más de quinientas páginas cada uno, y evitar el mosqueo de la gente que andaba ya dispuesta a tomar a sangre y fuego la editorial porque el tiempo pasa y quién más quién menos piensa que no vamos a llegar a ver el final de esta saga nunca. Sin embargo, en cuanto coges el libro e inicias el primer capítulo, la tensión desaparece y ya no puedes despegarte de una lectura que se vuelve adictiva por momentos, logrando el autor más allá del aplauso de la crítica el que todo escritor valora más, el de los lectores que, de boca a oreja, han hecho de esta saga de fantasía una obra “de culto” que si no perteneciese a un subgénero tan desprestigiado gozaría seguramente de mayor eco.
En este tercer volumen de la serie, volvemos a encontrar a los personajes con los que ya nos hemos familiarizado a lo largo de los dos anteriores volúmenes. Las Tierras de Poniente padecen las consecuencias de la guerra continuada y los ejércitos de los distintos reyes campan por doquier, convertidos en mesnadas, arrasando allá por donde pasan, sin lograr ninguno imponerse a los demás. Los reyes pretenden afianzar sus alianzas a través de matrimonios con aliados y vasallos, sin embargo, las venganzas e intrigas cortesanas por las antiguas afrentas se cobran cada vez un precio más alto.
Mientras sus dragones crecen, en las Ciudades Libres, la última Targaryen, Daenerys, sigue su cruzada para hacerse con un ejército con el que reconquistar el reino del que fue desterrada al nacer, y, en el Norte, los Hermanos de la Guardia de la Noche se enfrentan a amenazas mágicas que creían desterradas para siempre y a la ferocidad de los Pueblos Libres que, unidos bajo un único Rey, esta vez sí parecen en condiciones de arrasar el Muro y los Reinos que protege. Y, entre tanto, el Invierno avanza…
George R.R. Martin arrasa con todo. Sin ningún tipo de miramiento por sus personajes, Martin los transforma o elimina en función de la historia que quiere contar manteniendo siempre al lector un paso por detrás de lo que su imaginación tiene planeado. Al contrario que lo que ocurre en buena parte de las obras de este género que plantean la historia a partir de unos pocos personajes arquetípicos e intocables que autolimitan la autonomía del autor con resultados predecibles y aburridos para el lector, Martin en todas sus novelas hace que la acción avance a través de varios personajes que comparten el protagonismo y aparecen o desaparecen en función de las necesidades de la historia principal. Personajes bien desarrollados y profundamente humanos en sus planteamientos y reacciones, cuyas conductas, en el mejor de los casos, son siempre de una moralidad discutible, pero con los que el lector no tiene dificultades en identificarse al resultarle creíbles y terrenales.
Tomando como modelo histórico inicial La Guerra de las Dos Rosas y coqueteando con una estructura rayana con la novela histórica en una indeterminada época medieval, Martin juega a Dios con sus personajes, sin olvidarse nunca de mantener el rigor “histórico” del escenario que ha creado y sirve de argamasa a toda la estructura de la novela. De este modo, no importa que tal o cuál personaje muera o desaparezca, ni que no hayamos sido testigos directos de todos lo acaecido y nos enteremos por otro personaje. Lo que Martin narra en cada momento es lo que realmente importa y, no se equivoquen, esta capacidad para mantener hechizado a los lectores como si de un encantador de serpientes se tratase no está al alcance de cualquiera.
He tenido guardado este tercer volumen de “Canción de Hielo y Fuego” esperando el anuncio de la cuarta entrega para empalmar uno con otro pero, al final, resulta que me ha pillado el toro y para cuando se ha publicado el cuarto volumen no había empezado con el tercero. No importa, ya me pongo con el cuarto título de la serie, “Festín de Cuervos”, que la cosa está que arde y yo no espero años para leer la continuación. Si no llegamos al final de la saga, al menos que nos quiten lo bailado.

Más sobre “Canción de Hielo y Fuego” en El lector impaciente aquí y aquí.

martes, 26 de febrero de 2008

Antonio Orlando Rodríguez gana el XI Premio Alfaguara de Novela

El cubano Antonio Orlando Rodríguez ha ganado este prestigioso premio por su novela “Chiquita”, en la que una antigua estrella de variedades narra su azarosa existencia a un periodista desde la Cuba colonial de su infancia hasta los principales escenarios de Europa y Estados Unidos, en una trama que mezcla el mundo del espectáculo con la azarosa historia de principios del siglo XX.

Habrá que echarle un ojo…

Más datos sobre la noticia aquí.

(Parece que los grandes premios literarios están dando nuevas oportunidades a escritores de los que podríamos considerar no mediáticos. Esperemos que esta tendencia continúe y los premios sirvan para lo que se supone: difundir la buena literatura más allá que se vendan más o menos libros. Sí, ya sé, soy un ingenuo).

“30 días de oscuridad”, la película, de David Slade

Tenía curiosidad por ver esta película desde que leí hace años el cómic de Steve Niles y Ben Templesmith en que se basa, ya que siempre he tenido la sensación que partía de una idea a la que los autores no habían sabido sacarle todo el partido posible y que en su inevitable adaptación al cine un buen director podría aprovechar mejor. Y, vista la película, creo que no me equivocaba.
David Slade es un joven director que con su anterior trabajo “Hard Candy” demostró que sabía dosificar perfectamente la tensión dramática y el suspense manteniendo a los espectadores pegados al asiento. En "30 días de oscuridad", arropado por un guión firmado por Niles junto a Stuart Beattie y Brian Nelson, opta por no realizar la típica película “gore” para adolescentes y, sin renunciar a la acción, sabe alternar los enfrentamientos entre los sanguinarios chupasangres, que invanden el tranquilo Barrow, y sus habitantes, con momentos cargados de tensión psicológica en la que los humanos, escondidos en sus madrigueras, se preguntan desesperanzados a que tipo de terror se enfrentan mientras crece la tensión entre ellos conforme avanza el mes en medio de la oscuridad y sus esperanzas de supervivencia van desapareciendo. Precisamente, este es el punto fuerte que el cómic dejó sin desarrollar y en el que en la película se hace mayor incidencia, el tratamiento de la personalidad de los habitantes del pueblo, que el cómic en el mejor de los casos esbozaba y en la película se plantea como elemento principal para reflejar el drama psicológico del ciudadano corriente ante una amenaza sobrenatural para la que no está preparado y pone en peligro su supervivencia. Así, la referencia obligada a “La noche de los muertos vivientes” de George Romero es inevitable para entender el planteamiento de Slade y aunque cualquier comparación entre la fuerza del blanco y negro de la película de Romero frente al efectismo escarlata blanquinegro de esta película es odioso, hay que reconocer que Slade sale airoso construyendo una de las películas de terror más entretenidas e inteligentes que he visto en los últimos tiempos.
La película de Slade es muy respetuosa con la trama principal del cómic y sólo a través de la manipulación de los subplots, eliminando alguno de los callejones sin salida más absurdos que aparecían en el original y cambiando el sentido de la relación entre los protagonistas (si en el cómic Eben y Estela son una parejita feliz, en la película están a punto de separarse), ya es capaz de dar mayor hondura a la historia y aportarle suficiente contenido para que sus casi dos horas de duración no se hagan pesadas. También el encuentro con el Extraño está mejor tratado que en el cómic y es aprovechado por el director, al inicio de la película, para rendir un pequeño homenaje al “Drácula” de Stoker con una bella secuencia de un barco abandonado en el hielo y el Extraño llegando al pacífico y nevado pueblo de Barrow en un atardecer crepuscular. Slade juega con la estética para dosificar la truculencia al máximo y ofrecer escenarios y ambientaciones en la que las sombras y la amenaza latente del monstruo acechante contrasta con la espectacularidad de unos asesinatos en que la carga sangrienta está medida para no resultar empachosa. En este sentido, destaca la secuencia aérea de un Barrow invadido en el que los vampiros campan a sus anchas en que sobre el fondo blanco del pueblo nevado las notas de color escarlata y amarillo van señalando donde estos van acabando con los pueblerinos.
A nivel interpretativo, la película es más que correcta destacando Danny Huston en su poderosa interpretación del vampiro Marlow al que Josh Hartnett da réplica a duras penas con una interpretación demasiado plana del sheriff Olesson. El resto del reparto poco conocido cumple sobradamente.
En definitiva, una película de terror entretenida y bien contada que no dejará a nadie con la sensación de que le han tomado el pelo y confirma a David Slade como un director inteligente al que seguir.

"30 días de noche" en El lector impaciente aquí.

lunes, 25 de febrero de 2008

“El Salón” indecente o Normalización así, no

A través de La Cárcel de Papel me entero que la última obra de Nick Bertozzi (“Houdini, el Rey de las Esposas”) editada por Astiberri, “El Salón” viene marcada por el escándalo.
En un titular sensacionalista y ridículo la edición digital de “El Mundo” informa que un librero yanqui fue denunciado por venderle la obra a un niño de nueve años. Oh, criminal, criminal…
Sin entrar a valorar que la obra sea o no apta para venderse a un público infantil no deja de llamarme la atención que haya periódicos que a estas alturas de la fiesta sigan incorporando noticias sobre cómics si estas cuentan con un elemento morboso o exótico que le otorgue un plus de interés ante la opinión pública más allá de la calidad de la obra en sí. Y no es de extrañar, visto el lamentable amarillismo de los medios de comunicación que padecemos, que se busque en cualquier noticia el elemento morboso y en el Cómic, arte bisoño y maltratado por antonomasia, más, pero que la normalización en su tratamiento por los media suponga que una obra reciba este tipo de publicidad no beneficia en nada a un medio de expresión que debe equipararse con otros por arriba y no necesariamente por abajo.
No nos equivoquemos, el “que se hable de mí aunque sea mal” en casos como este no debería valer ni conformar a nadie.

La noticia de “El Mundo” aquí.

Felicidades…

…A Javier Bardem por el Oscar a Mejor Actor de Reparto en su interpretación del siniestro Anton Chigurh en la excelente película de los hermanos Coen, No es país para viejos”, que ya les comenté aquí.
Me parece de justicia que Bardem reciba este galardón no sólo por este papel sino por su excelente trayectoria a lo largo de toda su carrera en la que ha dado vida a una enorme cantidad de personajes huyendo siempre del encasillamiento y superándose película tras película. Además, con este galardón la Academia resuelve la injusticia que cometió hace unos años al no concedérselo por su excelente interpretación del poeta cubano Reinaldo Arenas en “Antes que anochezca”.

Lástima que Alberto Iglesias no haya logrado el premio. Esperemos que a la tercera vaya la vencida.

Palmarés y Ganadores aquí y aquí.


“Fabulas: Lobos” de Bill Willingham, Mark Buckingham y Shawn McManuss


En el nuevo recopilatorio que nos ofrece Planeta y que engloba los números 48 al 51 de la edición norteamericana, la serie “Fabulas” llega a la cincuentena de números cerrando alguno de los arcos argumentales que mantenía abiertos y dejando un interrogante acerca del papel que seguirán jugando alguno de sus personajes más emblemáticos en el futuro de la serie.
En el arco “Lobos”, Mowgli sigue el rastro del desaparecido Lobo a través de Rusia y Alaska para encargarle una misión suicida en el país de las Fábulas de la que dependerá su futuro junto a sus hijos y Blanca. Ascendiendo por una alubia mágica, Lobo llegará hasta el Reino de los Cielos, un reino habitado por gigantes desde el que se tiene acceso al país de las Fábulas y transmitirá al Adversario un recadito de parte de las Fábulas rebeldes. En el siguiente episodio, asistimos a las dificultades de Cenicienta para lograr la firma del tratado de alianza entre Villa Fábula y el Reino de los Cielos al padecer el Rey un dolor de oídos y ser su médico poco ducho en su tratamiento.
El número cincuenta parece marcar un punto de inflexión en la serie con el acontecimiento social más esperado de la colección y confirma que Willingham y Buckingham tienen todavía buenas historias en el tintero que contarnos. Willingham es un guionista al que no le ha importado en ningún momento coquetear con la estructura de distintos géneros (espionaje, thriller, romántico) en sus historias para desarrollar a los principales personajes de la serie y su universo de fantasía y en este número parece dejar abierta la puerta a uno más sobre el que profundizar en el futuro, el particular sitcom que puede surgir de la relación entre Blanca, Lobo y su manada.
En cuanto al dibujo, Buckingham realiza un trabajo aseado en un arco en el que se ve obligado a dibujar elementos que no son precisamente su fuerte, como animales y espacios abiertos constantemente, salvando el expediente dignamente y se echan a faltar los elementos con los que suele adonar la páginas y que dotan a la serie de un particular encanto.
El dibujo de Shawn McManus en el episodio titulado “Lo Grande y lo Pequeño” cumple sin demasiado brillo con un estilo disney muy acusado.
En definitiva, quedamos a la espera de nuevas aventuras dejando a los personajes que tan buenos ratos nos han hecho esperar descansando felices. Ojalá Planeta las publique pronto mientras que amenizamos la espera con el spin off, “Fabulas: 1001 noches de nieve”. Si acaso otro día se lo cuento.

Más sobre “Fábulasaquí y aquí.

viernes, 22 de febrero de 2008

John Byrne y la frivolidad

John Byrne es uno de mis autores maisntream preferidos. En uno de los momentos más bajos del género superheroico supo innovar desde la tradición sesentera de los pioneros para ofrecernos unos cómics inteligentes, frescos y llenos de ideas, ideas muchas de ellas que siguieron siendo explotadas hasta la saciedad por autores posteriores hasta el agotamiento. Sin embargo, Byrne conocedor de sus capacidades y dispuesto a exprimirlas al máximo en una de las industrias del Cómic más conservadoras que existen, tuvo un par -en realidad tres- de momentos de frivolidad memorables, que a la larga acabaron costándole el puesto.
El primero de ellos se sitúa en su etapa de “Los 4 Fantásticos”, una serie en la que realizó la que para muchos – entre los que me incluyo – es la mejor etapa de la serie. En medio de la saga en la Zona Negativa, el amigo John cambió en un episodio la tradicional orientación de página vertical por la horizontal para remarcar el efecto extrañeza que se supone debían vivir los 4F en tan extraña dimensión y transmitírselo a los bisoños aficionados que devorábamos la colección. Los lectores de la época babeábamos con el atrevimiento de Byrne que había conseguido reflotar la serie y situarla entre las más vendidas de la Casa de las ideas. Sin embargo algún editor ya le debía haber cogido ojeriza porque a la siguiente que John quiso salirse de la regla sobre lo que debía ser un cómic-book en una historia protagonizada por Galactus a base de splash-page le fulminaron de mala manera, aunque luego publicaron la historia en la revista Epic bajo el título “La Última Historia de Galactus·.
Sin embargo, aquí no acabó la osadía del autor. En la colección que era su ojito derecho, "Alpha Flight", el grupo canadiense que creó en La Patrulla X, Byrne tuvo la genial idea de narrar una lucha entre Ave Nevada y un elemental de nieve dejando las páginas en blanco e introduciendo únicamente los bocadillos de diálogo. ¿Tomadura de pelo, frivolidad, genialidad? Llámenlo como quieran pero, a la larga, Byrne abandonó también esta serie.
Es difícil valorar pasado el tiempo donde empieza la genialidad del artista y donde termina su excentricidad o divismo. Probablemente, el valorarlo queda al libre albedrío de cada lector pero en este caso creo que la mayoría que leímos (y disfrutamos) estos tebeos en su día todavía añoramos la valentía de este canadiense genial.
Y que Morrison aprenda a ser frívolo.

Más Iron Man…

El otro día les comentaba mis impresiones sobre la nueva película de Iron Man y hoy les muestro el último trailer. Un trailer en el que se da más importancia a la acción y los efectos especiales.
Pinchen y vean.

jueves, 21 de febrero de 2008

Sonaste Maneco 13


Si hay una revista “on line”dedicada al cómic consolidada, esa no es otra que “Sonaste Maneco”. Una revista llena de interesantes artículos que llega a su número trece dedicándolo en exclusiva a “El Eternauta” (a propósito, les debo una entrada sobre el tema, a ver si la semana que viene…).

Aprovechen y pinchen aquí para descargársela que, además, es gratis.

Grant Morrison, Batman y la frivolidad



Les contaba hace unos meses por aquí lo interesante que parecía la nueva colección de Batman editada por Planeta con la presencia de dos pesos pesados como Grant Morrison y Andy Kubert. Pues bien, poco después, el amigo Grant interrumpía su participación en la serie dejando la continuidad de los interesantes arcos argumentales que había iniciado en el alero para tomarse unas vacaciones. Durante este tiempo el dueto estrella fue sustituido por John Ostrander y Tom Mandrake que a buena voluntad no les gana nadie pero no me negarán que no es lo mismo.
Pues bien, en el número 9 de la edición de Planeta se ha producido la reincorporación del amigo Grant a la serie después del descanso, así te compras el cómic y al abrirlo, paf…de repente te encuentras con algo sorprendente. No hay tebeo, ni continuidad ni nada. El amigo Grant se sale por peteneras y nos obsequia con un relato en prosa ilustrado por John Van Fleet. ¿Qué ha podido pasar? Que Andy Kubert estuviera en otro proyecto y no le diera tiempo a reincorporarse a la colección en este número, con lo que Morrison y DC se han buscado una solución de emergencia. Un cuentecito firmado por el amigo Morrison que total, como es guionista, seguro que se le da bien eso de escribir.
Pasado el susto inicial y leído el relato, la verdad es que uno no se recupera. Morrison es un gran guionista de cómic –sobre todo un guionista “de ideas”- pero en el medio literario demuestra ser un más que discreto escritor. La historia que nos cuenta acerca del enésimo enfrentamiento Batman-Joker está bastante mal narrada, carece por completo de ritmo y el estilo resulta pesado, reiterativo y cargante. Si tras el primer capítulo de los diez en que se divide, no lo han dejado supongo que serán capaces de resistir hasta el final y descubrir el nuevo giro que Morrison quiere darle a la relación entre el Joker y Harley Quinn, pero les advierto que se les va a hacer muy duro.
En fin una verdadera frivolidad la que se ha marcado el señor Morrison, no sabemos si obligado o no por las circunstancias. Parece que a partir del próximo número Andy Kubert se reengancha a la serie y podremos correr un tupido velo acerca de este negro episodio en la carrera del escocés.
El número de Planeta se completa con un episodio de Detective guionizado por Stuart Moore y dibujado por Andy Clarke completamente anodino y que, además, queda a medias, pero que tras el impacto anterior casi parece escrito por el Moore bueno (exagero).Un número completamente prescindible. Inténtelo de nuevo el mes que viene.
Más Batman en El Lector Impaciente aquí y aquí.

miércoles, 20 de febrero de 2008

“El Hereje” de Miguel Delibes

Miguel Delibes ("Los Santos Inocentes", "El disputado voto del Señor Cayo") es uno de los autores vivos más importantes de la literatura española contemporánea. Por eso, no dejaba de ser un riesgo que realizase una incursión en la ninguneada novela de género, con “El Hereje”, una novela histórica en toda regla. Si la novela salía mala, probablemente algún sesudo crítico en seguida saltaría, diciendo que Don Miguel estaba mayor y lo mejor de su obra ya se había publicado, pero si salía buena, el mismo crítico mordaz comentaría que un literato de su calibre no debería malgastar su talento en bagatelas vulgares. Sin embargo, “El Hereje” es una demostración de virtuosismo y cómo desde los géneros pueden hacerse obras que los trascienden y engrandencen.
“El Hereje” se sitúa en el Valladolid del siglo XVI y novela un hecho histórico poco conocido, la existencia de grupos reformistas en la católica España de Carlos V a través de la peripecia vital de uno de sus miembros, Bernardino Salcedo. Estructurada en tres partes, en la primera, Delibes se centra en la infancia y juventud de Salcedo, quien nace el mismo año que Lutero colgó la Dieta en la Iglesia de Wittemberg, que provocaría el cisma de la Iglesia Romana, y pasa su infancia y juventud marcada por la ausencia de sus padres. En la segunda parte, Delibes nos narra sus experiencias como acomodado comerciante intelectualmente curioso que, debido a su inquieta espiritualidad y mente abierta, traba conocimiento con los movimientos reformistas de Valladolid, lo que provoca qu,e en la tercera parte de la obra, sea ajusticiado por el Santo Oficio poniendo en peligro su patrimonio y su vida en defensa de sus convicciones y fe.
Delibes haciendo derroche de conocimientos y sapiencia se acerca a un género alejado sólo aparentemente de sus temáticas habituales para construir una novela conmovedora por momentos, documentada siempre y excelentemente planificada. A través de la vida de Dionisio, asistimos a uno de los momentos más interesantes y desconocidos del reinado de Carlos I, así como a las prácticas habituales en la intrahistoria de los habitantes de la España de la época a la que el vallisoletano nos transporta mediante la prosa parca, pulcra y eficaz a la que nos tiene acostumbrados. Una obra que es al tiempo alegato contra la estupidez de las mayorías y los fanatismos en un tiempo en el que pensar o creer en algo diferente a la postura oficial se pagaba con la hoguera.
En definitiva, una excelente novela que llevó a su autor a ganar por segunda vez el Premio Nacional de Literatura en 1999.
Y es que no hay género pequeño sino pequeños escritores…