jueves, 27 de enero de 2011

Mujeres de papel: Elektra de Bill Sienkiewicz

Elekta es uno de los personajes femeninos más fascinantes que ha dado el género superheroico en particular y el cómic norteamericano en general.

Creada por Frank Miller hace aproximadamente 30 años como secundaria de Daredevil (su primera aparición es de Enero de 1981, en el número 168 de la edición norteamericana) pronto fue un personaje que debido a su compleja personalidad eclipsaría al mansurrón del cuernitos en una imposilble relación de la que treinta años después no se ha recuperado.

En muchos detalles Elektra Natchios encarna el ideal femenino para muchos hombres, una mujer araña, vulnerable y mortífera que nos conquista con sus inseguridades y nos arrebata con su desparpajo en las más oscuras artes ninjas.

Frank Miller la otorgó una buena muerte y una mejor resurrección. Pero, en el aspecto gráfico el que ha captado como nadie toda la fatalidad letal de esta compleja e inalcanzable vestal griega no ha sido otro que el por siempre genial Bill Sienkiewicz en obras tan recomendable comoElektra Assassin” y “Elektra: Love and War”.






Apagando la cerillita.


Estaba yo tan feliz ayer comiendo en casa de mis padres en la acostumbrada visita semanal cuando desde el Telediario la siempre correcta y neutra Ana Blanco dio la noticia que llevaba intentando esquivar desde hacia unos días ante la indiferencia familiar más preocupada con razón en preocupaciones más terrenas como la subida de la luz o la fatalmente rutinaria noticia de violencia doméstica. Y aunque me fastidie que con esta entrada contribuya a la publicidad viral y gratuita buscada con un anuncio que realmnte me la trae al pairo tampoco quiero quedarme con las ganas de desahogarme en estas líneas:

¡¡ Johnny Storm, la Antorcha Humana morirá, los Cuatro F serán Tres y el Universo Marvel no volverá a ser lo mismo!! Miedo, pavor, conmoción de un marvelita de pro…No, nada de eso. Solo hastío y un poco de vergüenza ajena ante las maniobras de una editorial desnortada incapaz de cuidar su principal patrimonio –sus personajes- sacrificándolos un año sí y otro también en pos de lograr cinco minutos de publicidad gratuita anual fuera de los circuitos habituales mediante una técnica de marketing facilona y amarillista que por machaconamente repetida – Ana también fue la hermosa heraldo de las muertes de Superman y del Capi- cada vez debería causar menos efecto incluso entre los no aficionados.

Las muertes superheroicas siempre han sido baratas pero en otros tiempos eran gloriosas quizás porque sus ejecutores eran los creadores de los personajes o tipos que habían sido monaguillos antes que frailes y crecieron devorando cómics sabiendo de primera mano que no está bien el tomar el pelo a la parroquia. Muertes como las de los Stacy, la del Espadachín, Flash, Supergirl, Fénix o Marvel nos sobrecogían y se convertían en tebeos míticos que releíamos y comentábamos porque eran maravillosas historias….Muertes fraguadas en otros tiempos en que los editores en lugar de ejecutivos al servicio de las corporaciones que se hicieron con las editoriales pendientes simplemente de aumentar los beneficios se preocupaban no solo de vender humo sino además de contar una historia acorde que al menos mereciese la pena ser recordada y los artistas no se limitaban a repetir formulas anquilosadas con unos personajes por los que no sienten ni padecen pero que les dan de vivir. La muerte de un superhéroe es un suceso cada vez más anecdótico que solo sirve de excusa para su resurrección al poco tiempo en una historia tan ñoña como la anterior.

Nadie va a llorar a Johnny Storm ni se rasgará las vestiduras porque dentro de cinco años nadie se acordará de su muerte entre otras cosas porque ya llevará tres resucitado. Y esa indiferencia que con sus decisiones los editores nos han provocado a los aficionados sí que sea un pago demasiado triste para los que en otros tiempos fueron nuestros héroes.

miércoles, 26 de enero de 2011

“Asedio”, de Brian Michael Bendis, Olivier Coipel y otros.

Terminado de leer “Asedio” uno no sabe muy bien si reír o llorar y es que si el género superheroico no ha tocado definitivamente fondo –otra vez, tras “Heroes Return”- poco le falta tras esta “épica” saga que por gracieta de las cronologías impuestas por el todopoderoso Bendis y su pensamiento único aplicado a los héroes Marvel pone fin a Reino Oscuro y supone el inicio de la Edad Heroica -como si los cómics previos no hubiesen sido suficientemente heroicos. Manda huevos…- y de paso reinicia la numeración de las principales colecciones a partir del mes que viene.

Asedio” es básicamente lo que indica su título, el asedio por parte del todopoderoso Norman Osborn y sus legalizados secuaces del Reino Dorado de Asgard que por esas cosas del destino ha acabado flotando encima de Oklahoma. En auxilio de los asgardianos acudirán los principales superhéroes de la Tierra en rebeldía tras “Civil War” encabezados por el Capitán América que se enfrentarán en las llanuras de Oklahoma a los malos.

Lo primero que sorprende de “Asedio” es su corta extensión –cuatro números más un número cero que sirve de prólogo-, muy escasa sabiendo de lo prolijo de Bendis. Claro que la cosa tiene su explicación si tenemos en cuenta que para no perderse detalle de tan glorioso momento y entenderlo en toda su complejidad hay que seguir también la miniserie paralela “Asedio: Infiltrados”, las principales series regulares de la Casa de las Ideas más las miniseries que sean menester con lo que tirando por lo bajo habría que hacerse con cuarenta cómics, cifra que se aproxima más a las habituales de Bendis, tebeos todos esos que la mayoría he de confesar que no he leído ni pienso leer con lo que seguro que me he perdido muchas de las implicaciones y lecturas de este gran evento. En fin, asumiéndolo, y centrándome solo en la miniserie principal lo primero que se me ocurrió tras acabar el último número es que Bendis tiene su mérito al lograr –casi- hacer pasar por buena “La noche más oscura” de la competencia y con esto creo que ya lo he dicho todo…Los números que componen “Asedio” y que no relatan más que la batalla entre uno y otro bando son un cúmulo de despropósitos que bajo la carcasa molona de un dibujante requetemolón como Coipel y un pretendido planteamiento "realista" de personajes y situaciones enmascaran una pobreza argumental y una falta de originalidad sonrojantes.

Asedio” es un tebeo confuso, plano y aburrido en el que ni las supuestas secuencias de lucha entre unos y otros están bien resueltas y todo se reduce a concatenar poses para el lucimiento de Coipel reduciendo los textos y diálogos a la mínima expresión y reduciendo el potencial del Cómic a la condición de storyboard. Sorprende incluso más cuando el guionista declaró que era una historia que siempre soñó contar y que ha tardado años en planificarla ya que sus limitaciones son evidentes en todos los aspectos, salvo quizás en el número cero, curiosamente dibujando por un artista, Michael Lark, que entre sus principales características destaca por su capacidad narrativa.

En fin, “Asedio” es un pobre colofón al Reino Oscuro y un tebeo perfectamente prescindible al que por esas cosas del marketing convertirán en un punto de inflexión en la historia de los superhéroes Marvel aun cuando por sus propias cualidades es un poderoso argumento para los detractores del género superheroico. Lamentable.

“The Walking Dead”, de Frank Darabont: Conclusiones finales.

La emisión de los dos últimos capítulos de la primera temporada de “The Walking Dead” en LaSexta no hizo más que confirmar lo que ya venía comentando aquí y aquí

La ilusión inicial por ver trasladada a imagen real la obra de Kirkman se fue poco a poco tornando en decepción conforme Darabont y su equipo se fueron alejando a partir del primer capítulo de la obra original para realizar una versión libre que salvo algunos personajes en esencia similares poco tiene que ver ya con el original. Esto de por sí no tendría que ser necesariamente malo –de hecho podría ser muy bueno- si la serie tuviese desde el principio una personalidad propia pero en realidad se queda en una tierra de nadie entre lo “interpretado” del cómic y las “nuevas” situaciones y temáticas aportadas por los guionistas televisivos que no acaban de funcionar lo que la hace especialmente irritante y hace que uno se pregunte la necesidad que tenía Darabont de hacerse con los derechos del cómic para realizar su propio proyecto zombi y evitar de ese modo la constante comparación.

Inevitablemente puede que prejuzgue la serie dado mi conocimiento previo de la obra de Kirkman pero aun así creo que intentando ser objetivo y procurando evitar la comparación la serie tampoco es gran cosa. Quizás lastrada desde el inicio por su corta duración inferior a la de una temporada normal la serie se me antoja bastante plana tanto en la presentación de la mayor parte de los personajes mínimamente esbozados que no aportan gran cosa y que no suscitan especial simpatía (hubiera sido interesante para desarrollar una serie coral y puestos a innovar un planteamiento parecido al de “Perdidos” presentando flashbacks de la vida anterior de los personajes) como en el desarrollo de la trama excesivamente lento y en exceso tributario en su factura de otras obras del género como “Amanecer de los muertos” de Zack Snyder o "28 días después" y su secuela de Danny Boyle.

En fin, solo confesar que no pude resistir más y en algún momento del último episodio di una cabezada. Mucho tendrán que mejorar las cosas en la segunda temporada para que me enganche…

(Ah, y siguiendo con las comparaciones, ¿soy el único que ve un parecido sospechoso entre las dos imágenes de la entrada?)


martes, 25 de enero de 2011

“Scalped: El blues de la reserva”, de Jason Aaron, R.M. Guéra y otros.


Probablemente, sea una regla que no figura escrita en ningún lado pero un síntoma que no falla para determinar el éxito de una serie es comprobar como su trama va alargándose artificiosamente a lo largo del tiempo para mantener al personal atrapado el mayor tiempo posible. Hay diversas técnicas para ello pero una de las más extendidas es incluir episodios autoconclusivos o de corta extensión –spin off- se llaman- dentro de la serie protagonizados por algún personaje secundario cuyo relato poco o nada tiene que ver con la historia principal. Esta fea práctica que es de lo más irritante para el aficionado es, sin embargo, una de las más extendidas dentro del cómic norteamericano más comercial donde –no nos engañemos- se antepone la búsqueda de beneficios antes que la excelencia artística. Sin embargo, hay ocasiones como algunas de las historias recogidas en “El blues de la reserva” en que el equipo artístico –sobre todo, el talento de un escritor como Jason Aaron- convierte esas historias en auténticas joyitas que no solo dan más empaque al relato principal sino que pueden llegar a ser recordadas por sí mismas dotadas de una nueva dimensión que logra despejar el punto en que las abscisas del beneficio económico se cruzan con la excelencia artística.

El blues de la reserva”.es el séptimo recopilatorio publicado por Planeta en el que se reunen los números 35 a 42 de “Scalped”, la serie negra de indios norteamericanos con la que Jason Aaron y R.M. Guèra han dado nuevo lustre al devaluado sello Vertigo y de paso a al género negro necesitado siempre de buenas historias.

El blues de la reserva” podría dividirse en una primera parte en la que Aaron, secuncado por los dibujantes "reservas" de la serie, se dedica a contar historias que poco o nada tienen que ver con la historia principal, protagonizadas por personajes secundarios y marginales; y una segunda que, junto a R.M. Guéra, retoma las andanzas de los protagonistas.

La historia que abre el tomo “Escuchar como gira la tierra” nada tiene que ver con la historia principal pero en mi opinión es la mejor historia de todo el álbum. En ella Aaron desarrolla un emotivo relato en el que mezcla en dosis justas variopintas referencias – el realismo mágico, ecos de Faulkner o Steinbeck y el maravilloso cómic de Raymond Briggs Cuando el viento sopla” para relatarnos a dos voces la historia de amor crepuscular de una pareja de ancianos indios que viven en lo más alejado de la reserva bien secundado por un Danijel Zelzej (“El Diablo”) que en esta historia realiza un gran trabajo merced a su etilo feísta y sombrío de trazo grueso que tan bien se adecua a la historia.

La segunda historia recogida en dos episodios titulada “La buena acción de un español honorable y católico” es un ambicioso hard boiled en dos partes en el que Aaron aborda con brillantez el tema de la homosexualidad en las reservas indias en la actualidad desvelando la orientación sexual de uno de los personajes de la serie. Aaron desarrolla la historia a través de un juego de elipsis que quizás no resulte tan efectivo como debiera debido a las limitaciones de un Davide Furno que es probablemente el menos dotado de la terna de dibujantes que aparecen en este tomo. A pesar de ello, la historia en que se denuncia una hipocresía que no es exclusiva de unos indios que han olvidado su cultura está lo suficientemente bien llevada como para resultar atractiva a cualquiera.

La tercera historia, “Tradición Familiar”, recupera la labor gráfica del dibujante principal R.M. Guéra y sirve de prólogo a un arco de tres números “No deseados” que ya enlaza con la narración principal en el que Aaron explora los orígenes de los protagonistas Dashiell y Carol al tiempo que refleja con habilidad lo complejo de su relación sentimental y resuelve el dilema planteado sobre su propia paternidad denunciando con habilidad de paso la situación social de las reservas indias con un índice de embarazos no deseados y abortos de los más altos de Estados Unidos. En “Tradición Familiar”, aparte de presentar el origen del padre de Dash Caballo Terco, Aaron retoma uno de sus temas más queridos – el conflicto de Vietnam que ya abordara en “El otro bando”- a través de las vivencias de Wade antes de incorporarle de lleno a la vida en la reserva en la trilogía “No Deseados”. Estos tres números son una maravilla narrativa en la que a base de flashbacks y elipsis se nos desvela la niñez de Dash y Carol al tiempo que Aaron desgrana con un admirable tratamiento psicológico las motivaciones que en el presente han de tomar los protagonistas legando a su plenitud en el último número de la trilogía pleno de brillantes recursos para resolver con éxito la complejidad de la historia planteada. Un último número que contrapuesto formalmente a la primera historia da a toda el tomo y las relaciones familiares que trata una coherencia no esperada al inicio de la lectura.

En definitiva, “El blues de la reserva” es un cómic imprescindible a pesar que pudiera considerarse que más de la mitad de su contenido es mero relleno y sin duda es uno de los mejores tebeos que ha aparecido en lo que va de año merced a un inspiradísimo Jason Aaron que se consolida como un magnífico y hondo narrador de género negro más allá de sus escarceos con el género superheroico.

II Jornadas de encuentros con Autores “Autores en Viñetas”.

Desde la asociación “Carmona en Viñetas” me pasan la siguiente información:

“”La Asociación Juvenil Carmona en Viñetas se complace en invitaros a la II Jornada de Encuentros con Autores “Autores en Viñetas”.

Un evento en el que el amor al comic es el principal motor en su organización.

Huir de comercialidad, frivolidad y tópicos típicos sobre el comic es lo que pretendemos. Dar seriedad y dignificar la historieta como elemento cultural es nuestro principal objetivo.

Y para ello hemos preparado un elenco de autores/as digno de cualquier salón nacional. Un cartel como pocos salones o encuentros pueden presumir de tener y todo gracias a unos autores que nos han apoyado desde el primer momento, unos artistas que han decidido unirse a este proyecto.

Os invitamos a esta travesía. A un viaje único por un mar de tinta y papel.

Desde aquí, desde estas palabras os conmino a participar activamente en este nuestro proyecto. Señalad en el calendario en rojo las fechas del 24, 25, 26 y 27 de febrero del 2011. Agustín Padilla, Alberto Jiménez Albuquerque, Belén Ortega, Cels Piñol, Cristina Vela, Eduardo Ocaña, El Torres, Felipe Hernández Cava, Irene Roga, Javier Aranda, Jose Robledo, Marcial Toledano, Mateo Guerrero, Maz!, Noiry, Rafael Fonteriz, Studio Kôsen, Xian Nu Studio...

Gracias y para manteneros informados visitad las webs de la organización.

http://www.carmonaenviñetas.es/

Una estupenda iniciativa para promover el cómic patrio por tierras andaluzas.

lunes, 24 de enero de 2011

Jack Kirby, Will Eisner y las toallas.


Jack era bajito. ¡Él pensaba que era John Garfield, el actor! (Risas) Muy duro, muy duro. Todo lo que ves aquí [señala la portada de The Jack Kirby Collector #13] estaba dentro de él. Pero era un tipo muy bajito, un hombre muy bueno, pero muy duro. Cuando nos mudamos a una nueva oficina en un edificio de oficinas agradable, teníamos un servicio de toallas para que los artistas se lavasen las manos, y comprábamos una toalla para cada uno de los artistas, para que pudieran asearse. ¡La gente que suministraba las toallas, sin embargo, eran de la Mafia! (Risas) Nos estaban cobrando más y más dinero, por lo que mi socio Iger dijo: "Mira, vamos a buscar otro servicio de toallas más barato", porque en ese momento teníamos de diez a quince artistas y estaba empezando a costar dinero. Así que los llamé y dije: "Mire, nos gustaría buscar otro servicio de toallas." Por lo tanto, recibí una visita de su vendedor. (Risas) Llevaba una corbata blanca, un sombrero negro, la nariz rota, ¿sabes? ¡Scarface! (Risas) Y él entró y dijo: "¿Realmente no está satisfecho con el servicio?" Le dije: "Bueno, queremos encontrar otro..." Él dijo: "No hay nadie más que pueda dar servicio a este edificio." (Risas)
Empezamos a hablar en voz alta, y desde la otra habitación entra Jack Kirby. Me dice: "Will, ¿es que te da problemas? Voy a darle una paliza." (Risas) ¡El pequeño Jack Kirby y este hombre alto! (Risas) Le dije: "¡Jack, ve dentro!" Jack dice: "No, no." Y le dice al tipo: "¡Mira, no estamos obligados a comprar tus toallas. Podemos comprar las de los demás!" El tipo me miró y dijo: "¿Quién es él?" Y le dije: "Él es mi artista principal. No le haga enfadar, porque ..." (Risas) Así que este hombre dijo: "Mire, queremos hacer esto amistosamente. No queremos tener ningún problema." Y Jack dijo, "Si viene a verte otra vez, me llamas y le doy una paliza!" (Risas)
(El amigo Bruce en su imprescindible 999 se ha tomado el trabajo de traducir dos imprescindibles entrevistas publicadas originalmente en el "Jack Kirby Collector". La primera se la realizó Glenn Danzig –del que ya comentamos sobre su afición a los cómics por aquí- a The King mientras que, en la segunda, el gran Will Eisner comenta algunas de sus experiencias junto a Kirby cuando este trabajó en su estudio. Las podéis leer aquí y aquí).

Mujeres de Papel: Wonder Woman, de Eduardo Barreto.

El uruguayo Eduardo Barreto no es un autor especialmente reconocido por los fans a pesar de su larga trayectoria que le ha llevado a trabajar con guionistas tan contrastados como H.G. Oesterheld o Robin Wood. Desde mediados de los ochenta, Barretto ha estado trabajando para las grandes editoriales mainstream norteamericanas, especialmente para DC, o haciéndose cargo de la clásica tira de prensa, “Judge Parker”, sustituyendo a Harold LeDoux.

A mí, especialmente me gusta su corta trayectoria de portadista de “Wonder Woman” donde captó perfectamente las características de la princesa amazona planteando una visión delicada, al tiempo que dinámica y enérgica, que casa perfectamente con las características del personaje.

Os dejo una selección de mis preferidas:




sábado, 22 de enero de 2011

“El Eternauta”, de H.G. Oesterheld y Francisco Solano López.


Aprovecho la aparición en España de una nueva y excelente edición de “El Eternauta” presentada por la editorial mexicana RM del a obra maestra de Francisco Solano López y H.G. Oesterheld para releerla con nuevos ojos gracias a esta nueva y completa edición que viene a unirse a la de Norma Editorial aparecida hace pocos años conmemorando su 50º aniversario. La nueva edición que recupera la obra tal y como fue publicada originalmente seriada en la revista “Hora Cero Semanal” entre los años 1957 y 1959, sin ningún tipo de retoque o remontaje, incluye desde el título original junto a los resúmenes que se publicaban de una semana a otra hasta los créditos de la revista y los curiosos anuncios publicitarios que aprovechaban los huecos de página. La edición se completa con abundante documentación extra que incluye ilustraciones de las portadas y cuidados artículos de Juan Sasturiain y Mariano Chinelli junto auna curiosa portada troquelada de Jorge Alderete que a mí personalmente me gusta, siendo quizás el único pero que se le pueda poner la calidad del papel. Pero, más allá de estos detalles y la edición elegida, “El Eternauta” es una de esas raras obras de obligada lectura que no debe faltar en la tebeóteca de ningún aficionado al cómic.
En “El Eternauta”, Oesterheld se introduce  a sí mismo en la historia como oyente de las andanzas de Juan Salvo, un viajero espacio temporal quién se materializa en su estudio para advertirle sobre una próxima invasión alienígena. Separado de su familia, la pacífica vida burguesa de Juan Salvo se ve interrumpida bruscamente y Juan pasa la mayor parte de la historia intentando sobrevivir y reunirse con su mujer e hija al tiempo que es testigo de distintos actos de heroísmo y resistencia a través de un Buenos Aires convertido en campo de batalla contra los aparentemente invencibles invasores conocidos como Los Ellos.
Ese es un somero resumen a grandes rasgos de “El Eternauta” original que quizás podría hacer pensar al lector que no tenga ninguna referencia de la obra que estamos ante una convencional historia de ciencia ficción de los cincuenta tributaria del imaginario de H.G. Wells incapaz de sorprenderle….Se equivocaría de cabo a rabo. El original planteamiento metalingüístico de Oesterheld no ha sido superado hoy en día y la aparente sencillez de su desarrollo enmarcada en una elegante elipsis es tan rica en interpretaciones y claves que no voy a ser yo el que intente ahora desentrañarlas ahora más allá de adelantar que sobre todas sobrevuela el espíritu humanista de Oesterheld que en medio de las peores circunstancias destaca valores comol la solidaridad del hombre anónimo frente a los dones extraordinarios –e imposibles- del (super)héroe solitario.
En el aspecto gráfico, Francisco Solano López se muestra como un excelente dibujante, especialmente dotado para el retrato cualidad que aprovecha astutamente para reflejar a través de las expresiones de la galería de personajes que pueblan la obra -en muchas ocasiones en primeros planos sobre fondos oscuros o directamente prescindiendo del fondo- la desesperación de los humanos frente a los alienígenas e ir desarrollando la historia al tiempo que en otros casos aprovecha hábilmente el espacio en cada viñeta para ir localizando una historia que en buena parte se desarrolla en lugares característicos de la ciudad de Buenos Aires sin que en ningún caso estas parezcan sobrecargadas.
En definitiva, leer por vez primera “El Eternauta” es toda una revelación de las capacidades del cómic a través de una de sus obras más ricas y logradas que mantiene a pesar de los años todo su vigor e interés como solo los clásicos pueden hacerlo. Obra Maestra.

viernes, 21 de enero de 2011

A Adrian Tomine le gustan The Softies.


Como se deduce de su colaboración para la portada del disco de presentación de The Softies, “It’s love” de 1995.

Las melancólicas canciones de soledad, amor y desamor del dúo formado por Rose Melberg y Jen Sbragia encajan a la perfección con la obra intimista de Adrian Tomine, uno de los autores independientes que mejor ha sabido desarrollar eso del “slice of life” en los cómics con obras tan recomendables como “Rubia de verano” o “Sonámbulo y otras historias”.

Desgraciadamente, “The Softies” se separaron en el año 2000 dejándonos un puñado de tristes y bellas canciones pop. Como muestra os dejo un video pobremente reproducido de Rose Melberg interpretando “It’s love”.

¿DC sin censuras?.


Leo en Man of Bronze que DC anuncia la desaparición de sus portadas del sellito de censura que durante décadas adornó sus cómics y los de la competencia (que en esto también se les han adelantado merced al defenestrado Didio), que se mantenía fosilizado en una esquinita desde la década de los cincuenta.

La noticia me parece importante y los futuros historiadores del cómic (los habrá, los habrá…) deberán registrarla en sus anales, aunque con el paso del tiempo curiosamente el sello se había convertido más en una referencia para los que abogaban por su desaparición que de los defensores de lo contrario ya que los criterios de este organismo eran –como, por otro lado, los de cualquier censor- bastante contradictorios.

En definitiva, siempre habrá nostálgicos que echaran de menos los sellitos en las portadas aunque creo que más allá del detalle simbólico de su desaparición sería interesante que los filtros de autocensura todavía existentes en las editoriales y que coartan la creatividad de los autores desaparecieran para que –a lo mejor- los superhéroes de toda la vida evolucionasen, aunque me temo que eso no lo verán nuestros ojines. Y es que me preocupa más la censura que no se ve, que la que se ve...

jueves, 20 de enero de 2011

“Low Moon”, de Jason.

Releo esta recopilación de cinco historias cortas publicada hace algo más de un año por Astiberri y no deja de sorprenderme la capacidad de Jason para ser capaz de sugerir tanto con tan poco.

Low Moon” -por algún motivo desconocido en la edición de Astiberri han prescindido de la acertada coletilla “y otras historias”- es por su carácter recopilatorio un tebeo idóneo para iniciarse en el particular universo de este autor noruego…. Sus obsesiones, filias y fobias quedan fielmente retratadas a través de un aparentemente heterogéneo conjunto de historia que para el seguidor contumaz de la producción jasoniana le puede dejar esa desagradable sensación de ya leído habitual ante los autores que no evolucionan tan rápidamente como nos gustaría y una y otra vez repiten los mismos esquemas y planteamientos desaparecida la sorpresa inicial que producen las primeras lecturas.

Sin embargo, releída con atención la obra esa lectura ha de desecharse por apresurada y podemos afirmar que quizás “Low Moon” sea la obra de Jason narrativamente más ambiciosa al optar por una composición de cuatro viñetas por página que obliga al autor a afinar al extremo sus asumidos condicionantes estilísticos – personajes antropomórficos, planos medios, esquematismo narrativo, las élipsis temporales, la sucesión de viñetas recurrentes o la escasez de diálogos…- para desarrollar como ya es característico del resto de su obra sus parábolas partiendo de distintos géneros clásicos – western, ciencia ficción, thriller, polar, melodrama…- en historias que en el fondo tienen un trasfondo y una moraleja común: reflejar el pesimismo vital del hombre contemporáneo desde un planteamiento irónico y desencantado propio del observador imparcial y desencantado que asume con perspectiva las miserias de nuestra especie.

Son historias que evocan a situaciones y tramas típicas que evocan referentes cinematográficos de lo más variopintos desde los que Jason busca sorprender introduciendo elementos distorsionantes que dan una nota surrealista que contrasta con las convenciones habituales del género. Esto es particularmente evidente en historias como la que da nombre al libro, “Low Moon”, publicada inicialmente seriada en “The New York Times” en la que se desarrolla un western a lo “Solo ante el peligro” en el que se sustituyen las armas de fuego por un tablero de ajedrez y se mantiene en la divertidamente absurda “Proto film Noir” en el que unos trogloditas muy particulares protagonizan su particular versión de “El Cartero llama dos veces” con elementos a lo “Atrapados en el tiempo” cayendo en la autoreferencia a obras tan originales como “Yo maté a Adolf Hitler”. Lo mismo ocurre en la contenida y quizás más evidente “Émilie le envía un saludo”, una historia de venganza en la que es inevitable recordar¿Por qué haces esto?”, una historia correcta pero que no incorpora para el lector habitual de Jason ningún elemento sorpresivo ni arriesgado. Más interesante es en ese sentido “&” en la que el autor experimenta con el melodrama y la tragiciomedia con apuntes negros en una narración paralela básicamente de dos personajes que acaban coincidiendo en la barra de un bar. Para el final, he dejado mi historia favorita del libro, “Estás allí”, una negrísima aventura de ciencia ficción y desencuentros familiares en la que el rapto por un alien de la madre permite al autor reflexionar sobre las relaciones paternofiliales y la repetición de los pasos de los padres por los hijos en un circulo vicioso al que todos parecemos abocados y del que solo la imaginación y la fantasía se postulan como tabla de salvación frente a la incomunicación, la soledad, el desamor y, finalmente, la muerte. Deliciosa.

En definitiva, Jason es un escandinavo tan desesperando como otros artistas oriundos de esas frías tierras nórdicas como Dreyer, Kierkegaard o Bergman pero su enfoque resulta sin duda mucho más divertido.

Ojalá no se demore demasiado la publicación de sus nuevas obras.

Desde aquí os podéis descargar la historia que da título al libro, “Low Moon”, gratis.

miércoles, 19 de enero de 2011

Don McGregor, la política y los editores.

P: Parece como si la política sólo se pudiese incluir en un título cuando el editor no se lee las series. Hay muchas ocasiones en que las series peor vendidas son asignadas a un nuevo creador que hace algo nuevo y las ventas despegan. Pero luego el editor empieza a interferir en el título y la consecuencia es que el creador que aumentó las ventas deja el título.

DM: Una de las cosas que debes saber del mundo de los cómics, es que si algo no se ha hecho cientos de veces antes, vas a pasar por un infierno para poder convencer a la gente que está al cargo de que te permita hacerlo. Si les preguntas, la mayoría de las veces te dirán que no. No tienen nada que ganar si haces algo que nadie ha hecho antes. Para ellos es como si se estuviese cayendo el cielo sobre sus cabezas. Es mejor guardarte el consejo, escribir las historias, y mirar dónde están las aberturas por las que podrás incluir algo innovador que llegue a interesar a un amplio rango de lectores. Si no, no merecerá la pena. Tienes que encontrar la forma de poder hacerlo y que se haga real, o nunca llegará a manos del lector.

Nunca he entendido que ya que el verde es el color preferido de los principales editores de cómic, ¿por qué excluyen las distintas religiones, razas u orientaciones sexuales de su audiencia? Simplemente no lo entiendo. Todas esas personas tienen dinero.

(Ya está disponible la segunda entrega de la entrevista que Frog2000 está traduciendo al veterano Don McGregor. Aparte de analizar su etapa en Marvel y comentar sobre la esperada –y nunca publicada- segunda parte de “Killraven”, McGregor analiza el entramado editorial y las trabas que tuvo que sortear a lo largo de su carrera. Imprescindible).

Ampliando sobre “The Walking Dead”, de Frank Darabont.

Vistos dos nuevos episodios de la primera temporada –el tercero y cuarto- emitidos anoche por LaSexta confirmo mis primeras impresiones. Estos “The Walking Dead” televisivos se desmarcan casi por completo de la adaptación del cómic de Kirkman, Moore y Adlard para ofrecer una versión ecléctica que salvo cuando conviene a los guionistas o a Darabont se atiene al tebeo, “respetando” únicamente algunas situaciones.

Me alegro por Kirkman que habrá cobrado un buen pellizco pero la traslación de la serie al medio televisivo que realiza Darabont me temo que no remonta el vuelo con un desarrollo irregular, un ritmo lento y unos nuevos personajes bastante tópicos que no mejoran a los del cómic adoleciendo además de una falta de medios que da lugar a situaciones un tanto cutres. En fin, que parece que lo más cerca que Darabont ha estado de un tebeo de “Los Muertos Vivientes” ha sido para hacerse la foto que ilustra la entrada (aunque en esta entrevista explique muy ufano que se ha leído el primer TPB de Kirkman y Moore, “Días pasados”. Todo un detalle).

En fin, que mejor me releo los tebeos porque la serie hasta el momento me está decepcionando y lo que es peor me aburre bastante. Veré el final de la temporada la semana que viene y espero que para la próxima temporada, con nuevos guionistas, la cosa remonte porque hoy por hoy no entiendo como esta serie es el éxito que proclaman.

El Cartel del 29 Salón de Barcelona made in Rubén Pellejero.

Supongo que ya lo habréis visto, pero por si acaso no me resisto a subir, el cartel de Pellejero para la próxima edición del Salón de Barcelona que se celebrará del 14 al 17 de Abril con unos cuantos invitados anunciados que ponen los dientes largos.

El cartel es bonito pero soso. Para ser obra de Rubén Pellejero me ha dejado un poco frío la verdad.

Aquí tenéis toda la información sobre el Salón actualizada.

martes, 18 de enero de 2011

“Djinn: La favorita”, de Jean Dufaux y Ana Miralles.

Con nueve álbumes publicados en España por Norma Editorial –y un décimo publicado aparecido en Francia- “Djinn” es una de esas series europeas consolidadas que siempre agrada releer y que vamos a ir repasando a lo largo de una nueva serie de entradas.

Con “La Favorita” se inicia el primer ciclo de la serie en el que asistimos a como la bella Kim Nelson se encuentra en Turquía, adonde ha acudido atraída por la figura de su abuela, la exótica y sensual Jade quién fuera en las primeras décadas del siglo pasado la favorita de Murati, el llamado Sultán Negro. Mientras investiga en la misteriosa y exótica ciudad de Estambul, Kim acabará convertida a su pesar en la pieza clave para descubrir el tesoro perdido de Murati en un juego de conspiraciones que la conectan directamente con la figura de su abuela con la que parece compartir una singular conexión y en la que está en juego su propia vida.

Si algo ha caracterizado a Jean Dufaux a lo largo de su exitosa carrera es haber tenido muy buen ojo a la hora de elegir a los dibujantes con quién ha colaborado en sus series. Marini, Delaby o la misma Ana Miralles son excelentes dibujantes que se han sabido amoldarse a la perfección a la capacidad de Dufaux para armar historias de género que a pesar de su escasa originalidad y el sobreabuso de lugares comunes y tópicos reconocibles por cualquier lector con un mínimo bagaje resultan sumamente efectivas en su objetivo principal que es ofrecer un buen rato de entretenimiento y permitir el lucimiento de sus compañeros a los lápices.

En ese sentido, “La Favorita” no es una excepción y Dufaux plantea con un excelente dominio del oficio una historia aventuras cargada de erotismo y misterio, localizada en Estambul en la que la narración avanza a través del relato paralelo y complementario de las andanzas de las dos protagonistas separadas en el tiempo, Kim y Jade, de personalidades aparentemente contrapuestas. Si la primera es, en principio, la típica turista ingenua y timorata desubicada por el choque cultural con las costumbres turcas, Jade se muestra como una femme fatale de armas tomar que utiliza de toda su sensualidad para conspirar a favor de los intereses de su amo, el Sultán Negro, e imponer su propia autoridad dentro del harén de este. En esta primera entrega, Dufaux plantea la trama y presenta a los personajes ofreciendo lo suficiente como para atrapar a los lectores con un sabio manejo de la dosificación de la intriga que hábilmente sabe promete rmás de lo que ofrece.

Dufaux no se ruboriza en plantear situaciones y personajes estereotipados que evocan desde novelas como “La pasión turca” de Antonio Gala a películas como “El Hamman”de Ferzam Ozpetek, que Dufaux condimenta con buenas dosis de intriga y erotismo coqueteando abiertamente con el softcore a lo Enmanuelle Arsan. A pesar de su falta de originalidad, si el álbum –y la serie- merecen la pena más allá del oficio de Dufaux es por el gran trabajo de la española Ana Miralles, que quizás no fue profeta en su tierra a pesar de venir avisando con obras como “Eva Medusa” y adquirió pronto el reconocimiento que en España no encontró en Francia con esta serie. A pesar que en este primer álbum, Miralles se encuentra todavía adaptándose a la temática se muestra como una buena narradora y sabe explotar y mostrar todo el exotismo de la historia tanto en localizaciones como en personajes que en definitiva son los puntos fuertes de la misma al tiempo que poco a poco va mostrando una evolución que será más evidente en las sucesivas entregas de la serie.

En definitiva, “La Favorita” es un buen punto de partida de una serie que por o, a pesar de, sus asumidas referencias puede atraer a un amplio abanico de lectores que sabrán sucumbir a alguno de sus muchos encantos. Pronto una nueva entrega.