Primera incursión en la obra del noruego Jason y nada mejor que empezar por “Yo maté a Adolf Hitler”, una obra publicada por Astiberri por la que el autor ha recibido distintos premios internacionales. Sin embargo, alguno se preguntará si esos premios son merecidos (el Eisner 2008 a la mejor edición americana de una obra extranjera es a Phantagraphics que nos deja un poco igual y el Publishers Weekly 2007 otorgado por las editoriales pues siempre está bajo sospecha) y no aclaran mucho sobre la calidad de la obra al aficionado despistado. Bien, que nadie se preocupe sobre el merecimiento o no de los premios. “Yo maté a Adolf Hitler” es un pequeño gran tebeo y Jason, si se es capaz de sintonizar con su particular forma de narrar historias, uno de los autores de cómics europeos más interesantes de los últimos tiempos.
En “Yo maté a Adolf Hitler”, como es ya característico en su obra, Jason no da facilidades al lector, con el que no busca en ningún momento empatizar y sí marcar un claro distanciamiento. De este modo, el autor se ciñe a una historia concisa y minimalista en la que el lector ha de rellenar los huecos de la historia y exige su participación activa. Ese consciente distanciamiento se refleja desde el uso de personajes antropomorfos hasta la exigente composición en una distribución de ocho viñetas por páginas y el plano medio. Argumentalmente, Jason niega también referencias al lector mostrando desde las primeras páginas una paradojica sociedad en la que la gente resuelve sus problemas contratando asesinos a sueldo que es una profesión admitida. Precisamente, el protagonista de la historia es uno de esos asesinos que en plena crisis sentimental con su novia recibe un curioso encargo, viajar al pasado a través de una máquina del tiempo que tarda cincuenta años en cargar sus baterías para acabar con Adolf Hitler. El protagonista acepta el encargo, pero algo sale mal y no logra su objetivo siendo Hitler el que viaja a su futuro que no es nuestro presente. Atrapado en el pasado, el protagonista deja transcurrir cincuenta años para poder cumplir su encargo. Sin embargo, Hitler vuelve a escapar y necesitará de la ayuda de su antigua y todavía joven novia para poder acabar definitivamente con el escurridizo dictador. ¿Podrá el asesino acabar con Hitler? ¿La muerte de Hitler asegurará una sociedad mejor? ¿Solucionará el protagonista los problemas con su novia? Tendrán que leer el cómic para leerlo.
Leyendo el anterior párrafo, podría pensarse que estamos ante una enrevesada historia de paradojas temporales. Y en parte es así, aunque Jason enmascara bajo ese aparente argumento de ciencia ficción e intriga una aguda reflexión sobre la incapacidad para comunicarse del hombre moderno y una conmovedora historia de amor y redención que queda subyacente en el lector y va calando poco a poco. Jason ordena lógicamente la trama que se lee sin caer en las contradicciones habituales en las historias de viajes temporales y el diálogo de personajes sólo aparece cuando es estrictamente necesario, fluyendo la narración a través de una cuidada concatenación de viñetas que permite al autor incluso ironizar y dejar un resquicio al humor que quita dramatismo a la historia.
“Yo maté a Adolf Hitler” es un magnífico ejercicio de estilo que demuestra toda la potencialidad de desarrollar una historia rica imposible de transferir a otros medios y muestra a un autor del que hay que esperar grandes cosas. Ya les iré contando.
En “Yo maté a Adolf Hitler”, como es ya característico en su obra, Jason no da facilidades al lector, con el que no busca en ningún momento empatizar y sí marcar un claro distanciamiento. De este modo, el autor se ciñe a una historia concisa y minimalista en la que el lector ha de rellenar los huecos de la historia y exige su participación activa. Ese consciente distanciamiento se refleja desde el uso de personajes antropomorfos hasta la exigente composición en una distribución de ocho viñetas por páginas y el plano medio. Argumentalmente, Jason niega también referencias al lector mostrando desde las primeras páginas una paradojica sociedad en la que la gente resuelve sus problemas contratando asesinos a sueldo que es una profesión admitida. Precisamente, el protagonista de la historia es uno de esos asesinos que en plena crisis sentimental con su novia recibe un curioso encargo, viajar al pasado a través de una máquina del tiempo que tarda cincuenta años en cargar sus baterías para acabar con Adolf Hitler. El protagonista acepta el encargo, pero algo sale mal y no logra su objetivo siendo Hitler el que viaja a su futuro que no es nuestro presente. Atrapado en el pasado, el protagonista deja transcurrir cincuenta años para poder cumplir su encargo. Sin embargo, Hitler vuelve a escapar y necesitará de la ayuda de su antigua y todavía joven novia para poder acabar definitivamente con el escurridizo dictador. ¿Podrá el asesino acabar con Hitler? ¿La muerte de Hitler asegurará una sociedad mejor? ¿Solucionará el protagonista los problemas con su novia? Tendrán que leer el cómic para leerlo.
Leyendo el anterior párrafo, podría pensarse que estamos ante una enrevesada historia de paradojas temporales. Y en parte es así, aunque Jason enmascara bajo ese aparente argumento de ciencia ficción e intriga una aguda reflexión sobre la incapacidad para comunicarse del hombre moderno y una conmovedora historia de amor y redención que queda subyacente en el lector y va calando poco a poco. Jason ordena lógicamente la trama que se lee sin caer en las contradicciones habituales en las historias de viajes temporales y el diálogo de personajes sólo aparece cuando es estrictamente necesario, fluyendo la narración a través de una cuidada concatenación de viñetas que permite al autor incluso ironizar y dejar un resquicio al humor que quita dramatismo a la historia.
“Yo maté a Adolf Hitler” es un magnífico ejercicio de estilo que demuestra toda la potencialidad de desarrollar una historia rica imposible de transferir a otros medios y muestra a un autor del que hay que esperar grandes cosas. Ya les iré contando.
8 comentarios:
Buena reseña... Al fin has caído en nuestras redes :)) ¡Ahora a por El último mosquetero!
Una delicia surgida del frío, jejeje. Una obra compleja en contrapsoición con su estilo simple.
Una maravilla para disfrutar varias veces.
Saludos
Bruce,
Caí enamorado de la moda juvenil. Y "El último mosquetero" está en la buchaca aunque creo que a lo mejor le adelanta "Low Moon". Vas a leer bastante sobre Jason en las próximas semanas por aquí.
Crowley,
Has resumido en una frase lo que yo he necesitado toda una entrada para intentar explicar. Felicidades. ;-D
Impacientes Saludos.
Jason me parece muy poético y está obra la que más. Después de dejárselo a mi novia le dije que me parecía poesía y me preguntó ¿por qué?...no supe que contestar pero tiene un algo muy lindo e inclasificable.
Normalmente estoy de acuerdo contigo pero esta vez siento discrepar. “Yo maté a Adolf Hitler” no es lo mejor para empezar con la obra de Jason. Creo que para entender la mentalidad y la forma de hacer cómic de Jason lo ideal es empezar por “Espera…” o por “¡Chhht!”.
Aunque en el resto aciertas de pleno, Jason es un autor a seguir y todas sus obras son interesantísimas. Yo te recomendaría “No me dejes nunca” y “¿Por qué haces esto?”. No dejes de leerlas.
Saludos.
El Anónimo soy yo, que como no estoy acostumbrado a estas cosas no me salen muy bien.
Disculpen las molestias.
Iñigo
Leox,
¡Qué curioso! A mí más que poético me parece que tiene una ordenación muy teatral y me recuerda un poco al cine de Bergman... En fin, cada uno busca sus referencias.
Iñigo, nada que disculpar,
Puede que tengas razón. A mí me parece que esta es la que mejor sintetiza a Jason como autor y sus preocupaciones. De todos modos, de las que dos que comentas hablaremos largo y tendido. Y por supuesto muestrate en desacuerdo conmigo siempre que lo consideres oportuno.
Impacientes Saludos.
Publicar un comentario