miércoles, 23 de junio de 2010

“¿Por qué haces esto?”, de Jason.


Siguiendo con la recuperación de obras publicadas hace algún tiempo, le toca el turno a “¿Por qué haces esto?”, una pequeña joyita editada por Astiberri de un autor tan inclasificable como es el noruego Jason, la obra que para mí inicia su período de madurez y la que engloba sus principales características estilísticas y preocupaciones existencialistas.

En esta historia, asistimos a las desventuras de Alex, un deprimido muchacho que intenta recuperarse de una ruptura amorosa con el apoyo de su viejo amigo Claude. Cuando Claude se ve obligado a realizar un viaje, deja las llaves de su apartamento al mohíno Alex con el encargo de que le riegue las plantas. Cuando este se encuentra cumpliendo su tarea observa en el edificio de enfrente a un misterioso y siniestro personaje que le mira fijamente. Sin darle más importancia, Alex vuelve a su casa pero cuando, días después, se cita con Claude en su casa encuentra en ella al misterioso desconocido y a su amigo asesinado. Con la policía en los talones y siendo el principal sospechoso de la muerte de Claude, Alex sólo contará la ayuda de la desconocida Geraldine para intentar demostrar su inocencia y atrapar al desconocido.

Pocos autores son capaces de evocar en el lector una cantidad de sensaciones e ideas mayor que este autor noruego que a partir de estructuras típicas de género entroncadas casi siempre con algún referente cinematográfico propone la exploración de temas trascendentales y absolutos como la soledad, el amor o la ausencia del mismo. Jason ha ido puliendo su cómic para llegar a la mínima expresión compositiva encadenando las viñetas para provocar pequeñas pausas en la obra que actúen a la manera de koans en el lector, momentos luminosos de lucidez en los que el mensaje que pretende transmitir quede grabado de una manera precisa en su mente, consciente o no. Jason utiliza en sus cómics inexpresivos personajes animalescos que se comportan como hombres contemporáneos con lo que aumenta la sensación en el lector de estar ante actores que actúan bajo el anonimato de unas máscaras que de un modo u otro reflejan los propios comportamientos y actitudes.

"¿Por qué haces esto?" es un estudio sobre el amor y el desamor que deja clara las intenciones del autor desde el propio titulo, un cómic de estructura abierta en el que los personajes sometidos a situaciones excesivas intentan de un modo u otro dar respuesta a la pregunta planteada varias veces a lo largo de una historia cuyo final abierto –y hasta cierto punto pesimista- vuelque en el lector la responsabilidad de poner fin a los hechos mostrados –o no- por el autor. Pero, además, Jason plantea estas abstracciones de un modo juguetón y accesible a cualquiera de modo que el cómic cuenta con distintos niveles de lectura y se puede disfrutar exclusivamente como una obra de entretenimiento, una historia que navega por los géneros con una fluidez pausada. De este modo, la historia que inicialmente parece planteada como una historia costumbrista -y ombliguista- propia de cualquier película de Woody Allen acaba tras un fundido en negro transformada en un rendido homenaje al cine clásico de suspense y a su máximo referente Alfred Hitchcock tocando algunos de sus temas clásicos como el del “voyeur” o el “falso culpable” con homenajes a películas como “La Ventana Indiscreta”, “Con la muerte en los talones” o “Falso Culpable”.

Jason es un maestro a la hora de mantener constantemente la atención del lector yendo un paso por delante de él mediante una estructurada composición de página, compensando la rigidez de sus inexpresivos y fríos personajes “naif” con constantes cambios de perspectivas dentro un plano intermedio que rara vez rompe y la concatenación de viñetas en las que apenas presenta cambios significativos de un modo que le entronca con autores clásicos de la línea clara como Hergé.

En definitiva, “¿Por qué haces esto?” es un pequeño gran cómic del que disfrutar pausadamente, un cómic que admite tantas interpretaciones y respuestas a la pregunta planteadas como lecturas realice cada lector sin renunciar por ello al mero y sano entretenimiento de la lectura de género. Pocos autores son capaces de otorgar tanta profundidad de registros a sus historias con tan escasos medios como este noruego en la que fue su primera obra a color, junto a Hubert, en una colaboración que se ha mantenido a lo largo de obras posteriores. Yo no me la perdería.

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