martes, 20 de diciembre de 2011

Punisher, aquél villano de tercera…

¿Qué te atrajo del personaje, especialmente considerando que en ese momento era de segunda o tercera fila?

SG: Esos personajes siempre son los mejores para empezar, para intentar hacerte un nombre. Cualquiera puede escribir una historia pasable de Spider-Man. Nadie se inmuta por eso. Pero crear algo exitoso con un personaje en el que nadie se digna ni a pensar es otra cosa. En aquel momento, en Marvel se consideraba a “The Punisher” como un payaso de tercera categoría. Me acuerdo que la gente de marketing me dijo (una semana antes de que saliese nuestro primer número), que los lectores de Marvel no estaban interesados en las aventuras de un asesino psicótico. Tan sólo les respondí que sí. Porque siempre me había gustado el personaje. Me gustaba su auténtica ambigüedad moral, todas sus evidentes contradicciones. Me gustaba la certeza de lo que se había propuesto hacer, aunque estuviese equivocado. Siempre he visto a “The Punisher” como a un villano. Ciertamente es un criminal que viola la ley de forma periódica, sin pensárselo dos veces. Es un personaje fascinante. Y yo quería escribir cómics criminales, quería escribir una historia acerca de un villano. Los villanos son mucho más interesantes que los héroes, y en particular mucho más que los héroes que generalmente se pueden encontrar en los comic-books. Quería hacer un cómic con un estilo de historia y de narrativa que no se hubiese visto nunca en los cómics Marvel (hasta ese momento), algo muy conciso, con un punto de vista filosófico particular. Mézclalo todo y obtendrás un personaje que no se alejará mucho del que terminé presentando en la mini-serie.

(Con mucho acierto, el amigo y vecino Frog2000 traduce una completa entrevista realizada en 2006 por David Gutiérrez al escritor Steve Grant en la que este analiza el despegue de El Castigador (Punisher) a raíz del impacto que supuso la excelente serie limitada que realizase con Mike Zeck en 1986 - en su momento publicada por Forum como complemento de Marvel Héroes- y que supuso el despegue y el éxito mediático del personaje. En el fondo, es la misma historia de siempre que ya hemos visto repetida tantas veces…Personaje con enorme potencial que nadie aprecia y no triunfa hasta que un joven autor con ganas y suficiente libertad aporta un nuevo enfoque. Y de paso demuestra que ya se contaban historias negras en los cómics de superhéroes antes de Brubaker. La entrevista completa aquí).

lunes, 19 de diciembre de 2011

“Chew: Solo Postres”, de John Layman y Rob Guillory.

¡ Definitivamente, me rindo ante “Chew”! Si tras leer el primer ciclo tenía mis dudas, desde la anterior entrega la serie ha ido creciendo número a número hasta que en la tercera entrega de Planeta, “Solo Postres”, que reúne los números 11 a 15 de la serie, muestra todo su destornillante potencial.

Tony Chu y Amelia tienen su primera cita asistiendo a una cena muy especial en un club exclusivo, descubriremos qué pasó con Poyo, el codiciado e invencible gallo de pelea que conocimos en Yamapalu, y Tony y John estrecharán el cerco sobre el fugado Mason Savoy mientras Chu y Colby van reuniendo casi sin saberlo más piezas del puzzle en torno a la oscura conspiración que provocó la gripe aviar y los intereses económicos que desean que se mantenga el statu quo. Y, para rematarlo, conoceremos a la numerosa y mal avenida familia del agente Chu.

Se podrían decir muchas cosas para glosar las cualidades de esta serie del sello Image pero si algo trasciende número a número al lector son las ganas que le ponen los autores. Sin prejuicios y con mucho desparpajo Layman se vale de las manidas tramas conspiranoicas de Serie B a Z y demás cultura de derribo para, con cariño, humor y originalidad, satirizarlas riéndose de sus convenciones, pero al mismo tiempo dosificando la intriga para mantener en todo momento atrapado al lector sin desvelar demasiado de sus planes.

Layman y Guillory está claro que tienen muy planificada una serie que al parecer llegará a los sesenta números y se divierten enrevesando las distintas subtramas entre sí al tiempo que presentan personajes ridícula y escatológicamente entrañables en una historia río que conviene seguir desde el principio para no perderse y que no se ajusta demasiado bien a los convencionales modelos de arcos argumentales de cinco números impuestos en la industria para la recopilación en TPB. “Chew” no solo entretiene sino que además divierte y sorprende, lo que no deja de tener un mérito enorme teniendo en cuenta lo resabiados que somos los lectores.

A nivel gráfico, Guillory sigue mostrando su personal estilo, versátil y fresco que se ajusta como un guante a las peculiaridades de la serie. Además, en esta nueva entrega realiza en la edición original una serie de homenajes en las portadas (de “Reservoir Dogs a “La Última Cena”) algunos de los cuáles lamentablemente no se disfruten como se debería en la edición de Planeta (¿¿a quién se le ocurre reproducir una portada triple que no se puede desplegar??).

En fin, que “Chew” es una de las propuestas más divertidas, sinvergüenzas e inteligentes que ofrece actualmente el mainstream norteamericano. No la dejéis pasar.

domingo, 18 de diciembre de 2011

“Candy”: de Iggy Pop y Charles Burns a Killer Barbies y Schwarwell

Ya había comentado por aquí en una de las primeras entradas de esta sección que Charles Burns (“Black Hole”) había realizado la portada de “Brick by brick”, noveno disco de Iggy Pop de 1990, pero lo que no dije es que además Burns realizó también la portada del single de una de las mejores canciones del álbum, “Candy”, un dueto con la fantástica Kate Pierson de B-52.

Burns le dedicó una curiosa portada al single que aparentemente no tiene demasiada relación con la letra de la canción, aunque si pensamos enla ambigüedad de una y otra quizás su sencillez oculte una nueva genialidad del autor de “El Borbah”...

Pero es que, además, la relación de “Candy” con el cómic no acaba en Burns. En el año 2000, el grupo punk español Killer Barbies sacó un single para el mercado alemán en el que versionaba la canción de Iggy Pop.

Aparte de versiones de la canción en ingles y en castellano y un par de canciones más, lo curioso es que el disco incluía entre sus extras un cómic realizado por el alemán Schwarwell cuya portada se homenajeaba a la clásica “Tales from the Crypt” de E.C.

A continuación os dejo el video de la versión en inglés de “Candy” de Killer Barbies, en el que el cómic juega un papel importante.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Stan Lee, ¿idiota?.


SL: Nunca he dicho eso. Estoy esperando a que alguien me diga qué es la violencia, y cómo eliminarlas de las historias. En otras palabras, me parece que toda historia está basada en un conflicto, en un problema que debe ser resuelto. Los niños quieren historias donde el conflicto sea más o menos físico. Los niños no leen historias donde no haya un conflicto físico y ese es el éxito de La isla del tesoro y similares. Estoy seguro de que podríamos tomar sus premisas y señalar un millar de cosas en La isla del tesoro que son dañinas, y entonces volvemos al mismo argumento. Podríamos tomar todos los clásicos del mundo, y como he dicho, podríamos coger la Biblia, que es el libro más dañino, lo siento, el libro más violento jamás publicado… El argumento es tan sofista, y tan ridículo, que yo mismo me siento como un idiota aquí sentado intentando razonar algo donde debería llegarse a una conclusión, pero usted ni siquiera intenta encontrar una solución, solo intenta proponer una discusión.
(Me resulta un poco sorprendente el poco eco que ha tenido en la blogosfera comiqueril la traducción que ha realizado Rafa Marín de buena parte del debate radiofónico mantenido por Stan The Man Lee y la doctora Hilde Mosse –discípula del célebre doctor Wertham- en 1968, en torno a la violencia en los cómics, el Code y la psiquiatría. El largo debate del que el párrafo anterior es una muestra nos acerca a un Lee en plena forma que pone contra las cuerdas a la Mosse en muchas ocasiones. No tiene desperdicio y merece la máxima difusión. Se puede leer completo aquí, aquí, aquí y aquí).

viernes, 16 de diciembre de 2011

Eduardo Barreto (1954 -2011)


Lamentablemente, a la muerte de Joe Simon hay que unir la del dibujante uruguayo Eduardo Barreto en el día de ayer.
Barreto fue un dibujante primoroso que destacó en sus trabajos para la Editorial Columba en la que trabajó junto a los más grandes guionistas hispanoamericanos, H.G. Oesterheld ("Kabul de Bengala") y Robin Wood (“Nippur de Laggash”, “Wolf”o “Kayan”).
Posteriormente, en los años ochenta, empezó a trabajar para DC donde realizó una excelente labor en series como “Wonder Woman”su versión de Diana para mí es una de las mejores-o “Los Nuevos Titanes.
Y, sobre todo, en una serie que despertará la nostalgia de los más talluditos, “Atari Force”.
Su último trabajo destacado para DC fue “Lex Luthor: Biografía No Autorizada”.
Sus últimos trabajos, antes de caer enfermo, fueron en “Judge Parker”, “Captain Action” y la tira dominical de “The Phamtom”.
D.E.P.

Joe Simon (1913-2011)

Lamentablemente, Jerry Robinson no ha sido el único pionero del cómic norteamericano – que guste más o menos es el cómic que hemos mamado todos- y del género de superhéroes que nos ha dejado estos días. Me acabo de enterar que el gran Joe Simon, cocreador del Capitán América junto a Jack Kirby, falleció el día 14.

Simon fue una de las figuras clave de la Golden Age, creando –normalmente junto a The King- personajes inolvidables como Bucky, Craneo Rojo o Manhunter y redefiniendo otros como The Sandman.

Simon supo adaptarse como pocos a las circunstancias históricas que le tocó vivir, ofreciendo al público aquellos cómics books que en cada momento demandaba. Así, en el período de preguerras y antes de su incorporación a filas ayudó a que el género superheroico viviera su edad dorada cocreando para Timely y National, siempre junto a Kirby, series y personajes generalmente de corte juvenil, como “The Boy Commandos” o “The Newsboy Legion”.

Cuando tras la guerra, los gustos del público cambiaron se volcó en distintos géneros siendo un pionero del cómic romántico en publicaciones como “Young Romance”, el de terror con “Black Magic”, o el policíaco con “Police Trap”.

Simon formó en los sesenta y setenta equipo con Jerry Grandinetti con quién desarrolló títulos y personajes tan originales para DC como “Prez”, “Outsiders” o “The Green Team: Boys Millonaires”.

Aparte de guionista y dibujante, Simon realizó tareas de editor y durante un corto período de tiempo en los cincuenta tuvo incluso su propia editorial junto a Kirby, Mainline.

D.E.P.

jueves, 15 de diciembre de 2011

“Aama: Olor a tierra quemada”, de Frederick Peeters.

Astiberri acaba de publicar “Olor a tierra quemada”, el primer álbum de “Aama” la nueva serie de Frederick Peeters, en la que el suizo regresa a uno de los géneros en que más éxito ha cosechado, la Ciencia Ficción.

En un futuro lejano, Verloc está pasando una mala racha….Ha perdido su negocio, su mujer y no le dejan ver a su hija. Tras un fortuito encuentro con su exitoso hermano Conrad del que se había distanciando con los años, Verloc , sin comerlo ni beberlo, le acompaña en una misión al otro lado del Universo, en un inhóspito planeta en el que han de contactar con una expedición científica perdida y recuperar una misteriosa y revolucionaria sustancia, la Aama.

No podemos decir que esta primera entrega de “Aama” parta de un planteamiento excesivamente original ya que es el mismo que Peeters utilizase en la excelente “Lupus”, basado en la subversión de las fórmulas típicas de la Ciencia Ficción para tratar y describir las emociones y sentimientos humanos que han sido el objeto de estudio de prácticamente toda su carrera. A pesar de ello, “Olor a tierra quemada” engancha gracias al enorme talento de un autor que ha alcanzado su madurez y maneja como pocos los resortes del medio para hacer interesantes historias que, probablemente, en manos de cualquier otro resultarían infumables gracias a su enorme talento para sugerir emociones en el lector.

En este álbum, Peeters hace un impecable uso de las elipsis narrativas para presentar la historia y los personajes, manteniendo intacto el misterio acerca de lo que es la aama y dosificando con maestría los ritmos y las pausas para epatar al lector y absorber su atención de la primera a la última página.
Resulta interesante comprobar como “Aama” parece una obra mejor acabada gráficamente que “Lupus”, más ambiciosa en el tratamiento y descripción gráfica de los ambientes y mundos en que se desarrolla la historia realzados por la introducción del color y las referencias y homenajes más o menos explícitos a lo más granado de la Ciencia Ficción, de Lem a Lucas, de Mezières a Moebius.

Es un primer álbum de una proyectada trilogía por lo que hay que ser cautos, pero “Olor a tierra quemada” es una lectura hipnótica y sabia en la que Peeters plantea con una nueva forma su argumento de siempre, que más allá de los progresos y la tecnología los seres humanos seguimos siendo esencialmente los mismos, con los mismos intereses, sentimientos, alegrías y miedos. Estoy de acuerdo.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

“Neonomicon”, de Alan Moore, Antony Johnston y Jacen Burrows.

Panini ha reunido en un apañado volumen dos historias – “The Courtyard” y “Neonomicon”- de corte lovecraftiano que Alan Moore realizó para la editorial Avatar junto a la versión mejorada de Steve Dillon que es Jacen Burrows. A ambas las separan siete años, pero más allá de eso la principal diferencia más destacable entre una y otra son los motivos: “The courtyard“es la adaptación al cómic realizada por Antony Jonhston, con la supervisión de Moore, de un relato que este escribió en 1994 mientras que la segunda, “Neonomicon” es la continuación de aquella historia que el propio Moore realizó de encargo para conseguir perrillas con las que ponerse al día con Hacienda.

El agente Sax está investigando una serie de macabros asesinatos rituales sin aparente conexión entre sí, encerrado en un calamitoso apartamento de un barrio de mala muerte. Sax es muy bueno en su trabajo y a partir de una teoría propia basada en las anomalías logra encontrar una conexión entre los crímenes y una extraña droga que se distribuye desde un antro punk. Cuando Sax se sumerge en ese ambiente, comprobará que en el caso, más allá de la truculencia de unos simples asesinatos, se conjugan fuerzas que pueden acabar con la lucidez del detective. Tras unos años, otro par de agentes, Lampers y Brears, investigan la presencia de un nuevo asesino cuyos crímenes tienen las mismas características que los investigados por Sax. Siguiendo las pistas de Sax, Brears y Lampers acabarán prisioneros de una secta que practica extraños ritos con los que convocan horrores abisales sin sospechar que pueden formar parte de un plan que los convertirá en la clave para la destrucción del mundo.

La firma de Alan Moore es sinónimo de calidad en el mundo del Cómic, una marca de calidad que le hace un autor imprescindible para entender la evolución del medio en las últimas décadas. Sin embargo, en las obras recogidas en este volumen nos encontramos con un Moore menor que resuelve a base de oficio unas tramas en las que aúna las formas de películas y series como “El Silencio de los Corderos” o “Expediente X” con la actualización de los mitos lovecraftianos a través de múltiples referencias a la obra de Lovecraft y sus discípulos, en particular, y la literatura de terror norteamericana, en general, con guiños más o menos explícitos a autores tan dispares como Poe o King junto a otros, más escondidos pero evidentes para el que sepa verlos, como al cineasta polaco Borowczyck ("La Bestia").

Contrasta la atractiva resolución de un Moore motivado en 2004 en The Courtyard” –publicado hace en España hace ya unos años por Aleta- con la simpleza que un Moore apurado idea años después en su continuación, “Neonomicon”, donde presenta un blockbuster poco sutil, tan entretenido como efectivo, pero bastante alejado de los trabajos más ambiciosos del barbudo. Una obra, en fin, que satisfará sobre todo a los conocedores de la obra de Lovecraft y sus discípulos por las constantes referencias realizadas por Moore y a los que les atraiga el erotismo superficial, pajillero y brutote de las orgías explícitas ideadas por Moore y Burrows (por exigencias del guión, eso sí) pero que decepcionará a los que siempre esperamos ese algo moore marca de la casa.

En el aspecto gráfico, no voy a ocultar que Jacen Burrows (como Steve Dillon) no es santo de mi devoción. Un dibujante tan llano como inexpresivo que hace de la truculencia de sus cómics y de la llaneza de su estilo sus señas de identidad, destacando, si acaso, por la claridad expositiva de su narración que en este tomo alcanza su cota más interesante en la curiosa composición de página que emplea en The Courtyard”, basada básicamente en dos viñetas verticales por página que permiten imprimir un ritmo narrativo acompasado con el del relato original para contrastar con el derroche visual de las splash pages finales que si las hubiera dibujado Ditko o El Bosco habrían sido alucinantes, pero como las dibuja Burrows no pasan de correctas. En “Neonomicon”, en cambio, no se puede destacar ni siquiera ese hábil recurso, limitándose a realizar un trabajo tan efectivo como rutinario, sobre todo para aquellos que ya hayan leído "Crossed".

En fin, “Neonomicon” es una obra irregular que viene a hacer bueno el dicho aquél que segundas partes nunca fueron buenas…Esperemos que el Barbudo, resueltos sus problemas económicos, se centre para regalarnos nuevas muestras de su genio.

martes, 13 de diciembre de 2011

Y otra librería que cierra…

“Pero...¿Qué ha pasado para que un negocio como el mío en concreto se tenga que cerrar?¿Tan mal ha ido?. Bueno, realmente no, no ha ido tan mal. Al menos no al principio. No ganas dinero (creo que muy pocos negocios abren y ya empiezan a hacer caja a raudales; y hablo de pequeñas o medianas empresas, no de mastodónticos conglomerados de empresas) pero tampoco lo pierdes, y eso ya es positivo. Y así he estado practicamente todo el año, hasta el mes de Julio, mes en que todo empezó a torcerse. Y aún no me explico exactamente que pasó, si alguien dentro del sector me lo puede explicar, estaré encantado de escucharle. Las ventas empezaron a caer en picado. He intentado hacer lo que mejor sé hacer para levantar el negocio (presentaciones, exposiciones, ofertas, he tenido tanta presencia en internet como he podido...) pero nada de esto ha valido, y mientras los meses pasan sin pena ni gloria, los pocos ahorros que tenía se han ído esfumando”.

Un extracto de la despedida y las sinceras explicaciones que Eduard, el dueño de la barcelonesa Pictográfics, da para justificar el cierre de su librería y que podéis leer completas aquí. La verdad, es que leyendo el texto completo es fácil entenderle porque, mires donde mires, es una situación desesperante que se repite sin parar y está acabando con las ilusiones y el pan de mucha gente.

En estos dos años, he seguido desde la distancia de las redes sociales la ilusión que Eduard ha puesto por dar, junto a la sostenibilidad económica que toda empresa precisa, difusión a la novela gráfica, en particular, y construir un espacio digno para el Cómic, en general. Creo que esos objetivos los había logrado y por eso da más pena que tenga que cerrar.


Que miedo da el 2012...

lunes, 12 de diciembre de 2011

“Runaways: Orgullo y Alegría”, de Brian K. Vaughan y Adrian Alphona.



Panini, en su colección Extra Superhéroes, acaba de publicar en un único volumen los dieciochos números del primer volumen de “Runaways”, el cómic de superhéroes que dio a conocer a Brian K. Vaughan al gran público y que a día de hoy y, vista su producción posterior, sigue siendo uno de los mejores.


Runaways” es una historia que se sitúa en los márgenes del Universo Marvel y narra las aventuras de un grupo de adolescentes que de la noche a la mañana descubren que sus padres conforman una alianza de supervillanos secreta conocida como El Orgullo que realizan sangrientos sacrificios a los Gibborim, gigantes con ecos bíblicos más malos que la quina. Horrorizados, los chicos se escapan de casa y, mientras son perseguidos por los papás que tienen grandes planes para ellos, intentan que alguien les haga caso mientras descubren sus nuevas habilidades.



El primer volumen de “Runaways” conforma un arco cerrado, por lo que a pesar de la posterior continuidad de la serie puede leerse con total independencia. Vaughan construye, pese a quién pese, un tebeo de superhéroes entretenido, fresco e inteligente que agradará a un público variado que va desde el chaval que busca un tebeo con unos héroes jóvenes con los que identificarse hasta el lector veterano que aprecie el trasfondo tras la metáfora que encierra un acertado estudio en torno a las problemáticas de la adolescencia y las relaciones paternofiliales. Sin los resabios que lastran en ocasiones Y, El Último Hombre” o “Ex Machina”, Vaughan construye unos personajes entrañables, a los que aporta su innegable talento para los diálogos sin caer en pedanterías haciendo que las inteligentes referencias verdaderamente se inserten en la historia principal sin resultar forzadas.



En el aspecto gráfico, sorprende el dibujo del canadiense Adrian Alphona alejado de la espectacularidad vacua de los superhéroes actuales y más cercano al amerimanga más amable o directamente al Shojo japonés (cosa que no resulta extraña teniendo en cuenta que la serie se inscribió en Tsunami, una línea experimental de Marvel que buscaba atraer chicas al género). A pesar de ello, Alphona se muestra como un excelente narrador que da el tono adecuado a la serie en todo momento consiguiendo que sus personajes –especialmente el elenco de protagonistas- derrochen humanidad y resulten cercanos al lector y resolver con originalidad los momentos más “superheroicos” de la serie. Además, las portadas de Jo Chen son muy chulas.



Runaways” es el mejor tebeo de adolescentes con poderes desde la Kitty Pryde y “Los Nuevos Mutantes” de Claremont. Ya tocaba.