martes, 5 de febrero de 2008

“RG 1: Riyad-sur-Seine” de Frederik Peeters y Pierre Dragon.



Tenía mucha curiosidad por leer este nuevo trabajo del suizo Frederik Peeters (“Píldoras Azules”, “Lupus”) por varios motivos: por un lado, ver cómo un autor tan personal como Peeters se adaptaba a realizar un trabajo eminentemente de género – aunque “Lupus”, de la que ya escribí algo por aquí, es una obra de género, enmarcada en la Ciencia Ficción, su temática intimista hace que escape de las convenciones del mismo- y comprobar cómo funcionaba formando equipo, con un colaborador a los guiones (no he leído “Koma”). Leída la obra, debo decir que Peeters pasa la prueba sobradamente construyendo un cómic redondo. Pierre Dragon, seudónimo de un miembro de la policía francesa que prefiere mantenerse en el anonimato (ó lo prefería visto lo visto) asume el papel de argumentista de la historia, aportando sus experiencias dentro de la gendarmería en una brigada especializada en antiterrorismo, los RG, para otorgar el punto de credibilidad a una historia –su propia historia- de la que es también protagonista en el cómic, dejando libertad total a Peeters para el desarrollo, de lo que este se aprovecha para construir una historia respetuosa con la tradición del polar francés y al tiempo renovadora del género y coherente con el resto de su obra.
Peeters da preponderancia al trabajo oscuro de investigación, a las eternas sesiones de vigilancia de la policía a través de la construcción de diálogos y situaciones creíbles, antes que a la acción sin tregua y las persecuciones más propias de las series televisivas, llevando poco a poco la historia al terreno en que se encuentra más a gusto: el estudio psicológico del protagonista, incorporando dentro de una trama realista viñetas que retratan la personalidad y el inconsciente de Dragon, sus traumas y decepciones, logrando de este modo un completo y complejo retrato del personaje a través de su realidad cotidiana y dejando la sensación al lector una vez finalizada la lectura del álbum de conocer a Dragon de toda la vida y que la ambientación policial de la obra no es más que una excusa que Peeters manipula astutamente para centrar la historia en una persona/personaje que le fascina. De este modo, la trama policial centrada en el trabajo diario de los RG, un departamento dentro de la gendarmería francesa centrado en el contraespionaje y el antiterrorismo, queda ineludiblemente unida al deambular de Dragón, girando el resto de los personajes en torno al protagonista. Peeters nos acerca a los métodos de trabajo de un grupo policial auténtico, con sus trapicheos, sus tratos con los confidentes y esa ambigüedad moral en la que presuponemos se mueven todos aquellos que conviven diariamente con el crimen logrando por tanto un álbum que no decepcionará ni a los admiradores de sus anteriores trabajos ni a los aficionados al género que se acerquen a la obra atraídos por su temática policial.
Peeters en esta su segunda obra a color muestra una cierta evolución en su estilo de dibujo para adecuarlo al color. Sus trazos se vuelven más nítidos, menos violentos que en “Píldoras Azules” o “Lupus”, sin embargo, su trazo característico, que lo convierte en uno de los autores más personales del panorama actual, continúa siendo perfectamente reconocible. En esta obra, se aprecia también su esfuerzo en la caracterización del París urbano por el que se mueve Dragon otorgando más detalle e importancia a los fondos que en obras anteriores y, aunque resulta prácticamente imposible no evocar a Tardi en una obra de estas características, Peeters sabe hacerla completamente suya, asimilando de tal modo su hipotética influencia que resulta indetectable.
Espero que Astiberi no tarde mucho en publicar el segundo volumen de la obra (está planificada la realización de tres volúmenes) que ya ha anunciado en sus planes para el presente año y podamos seguir disfrutando de las andanzas de Pierre Dragon y sus RG en su poca reconocida lucha contra el crimen. En cuanto a la edición de Astiberri, como casi siempre, excelente.

lunes, 4 de febrero de 2008

El Cómic sigue en crisis y una nueva editorial nace para demostrarlo.

Pues eso que como el Cómic va fatal y casi no hay industria nace una nueva editorial para paliar tanta carencia con espíritu altruista y abnegado. En este caso, se trata de los amigos de Dreamers liderados por el incombustible Nacho Carmona quienes se lían la manta a la cabeza.

Si quieren información sobre sus proyectos e intenciones pinchen aquí.

Por otro lado, otro incombustible, Breixo Harnguindey de Rossell Cómics, me envía un correo para anunciar la presentación de dos de las últimas obras publicadas por la editorial en el marco de la Semana Negra de Barcelona.
El comisario de policía y escritor de novela negra, Alejandro Gallo, será el encargado de la presentación, el próximo miércoles 6 de Febrero, de “La otra belleza” de Marc Malles y “Asesinatos Victorianos” de Rick Geary en la Biblioteca Can Fabra a las ocho y media.

Si les interesa o quieren más información sobre las obras pinchen aquí.

¡Mucha suerte a los dos!

“Arrowsmith: tan guapos de uniforme” de Carlos Pacheco y Kurt Busiek.

Siguiendo con su política de recuperar obras del sello Wildstorm, Norma ha publicado este mes en un tomo unitario los seis números de esta serie limitada, que hace unos años publicase en España Planeta en formato grapa. El interés principal que tiene esta serie es el de disfrutar con el dibujo acabado, detallista y espectacular de Carlos Pacheco ("Los 4 Fantásticos", "Superman") en uno de sus mejores trabajos junto, esta vez, un Kurt Busiek, pulcro, eficiente y correcto pero alejado de la brillantez de sus mejores trabajos en “Astro City,” o “Marvels”. En “Arrowsmith”, Pacheco y Busiek beben de las ucronias tan de moda en la ciencia ficción de los ochenta y primeros noventa, para plantear un universo paralelo en el que la magia ha sustituido a la tecnología y se encuentra inmerso en plena I Guerra Mundial. En este contexto, Busiek y Pacheco usan como hilo argumental para mostrarnos este nuevo mundo de maravillas las vivencias de Fletcher Arrowsmith, un joven ingenuo de los Estados Unidos de Columba (de los USA, vamos) que se une voluntario al Cuerpo Aéreo Transatlántico (la RAF, vamos) , para viajar a Europa y tras su período de adiestramiento, enfrentarse a la amenaza prusiana en la Galia. De este modo, a lo largo de los seis episodios que forman la serie asistimos al proceso de maduración del joven Fletcher que va aprendiendo a marchas forzadas que en la guerra hay más suciedad y miseria que brillantez y gloria.
En esta obra, Busiek realiza un trabajo en el que demuestra su oficio como guionista capaz de contar cualquier historia de una manera eficaz y entretenida, aunque, en esta ocasión, la trama carezca de la brillantez de obras más conocidas debido al uso de una historia, que, aunque ambientada en un contexto novedoso, hemos visto contada con mayor fortuna en muchas otras ocasiones y no sorprende en su desarrollo ni epata al lector con su mensaje antibelicista, quizás debido a que se queda a medio camino entre el relato épico y la denuncia antibelicista, sin definirse por ninguna. La historia de Arrowsmith encuentra su referente directo en películas correctas como “Galipoli” de Peter Weir o excelentes como “Senderos de Gloria” de Stanley Kubrick (ese mago que se dedica a preparar hechizos alejado del frente sin pensar en sus consecuencias es un claro paralelismo a los generales de Kubrick), o, más incidentalmente, en el mejor cómic sobre la I Guerra Mundial, el indispensable “La Guerra en las Trincheras” de Jacques Tardi.
Busiek consciente de la calidad del dibujante con el que colabora, deja que la historia avance a través de cuadros de texto en los que refleja las cartas que el protagonista manda a diferentes personajes para dejar patente su evolución personal y dejando, por otro lado, completa libertad para que Pacheco desarrolle el universo, quedando la trama un tanto ensombrecida ante la espectacularidad del trabajo del gaditano.
Es en el apartado gráfico, precisamente, donde la obra resulta más interesante, realizando Carlos Pacheco uno de sus mejores trabajos hasta la fecha. Libre de los estereotipos superheroicos a los que se ha dedicado habitualmente, Pacheco da rienda suelta a su imaginación para construir y recrear todo un universo creíble, usando referencias tan dispares como los dioses nórdicos del panteón escandinavo, actores clásicos del cine de aventuras como Errol Flint y recrear toda la imagenería clásica habitual de dragones, trolls, duendes y demás, que Pacheco hace evolucionar de una manera coherente desde una mítica Edad Media hacia una ambientación de los primeros años del siglo XX. Pacheco realiza una labor estupenda de caracterización y reinvención de países y ciudades dotando de coherencia interna toda la historia y dejando la puerta abierta a que si las ventas hubieran acompañado un poco más continuara la serie. Se nota que el autor ha disfrutado dibujando esta serie aunque haya escenas de acción que queden un poco deslavazadas dentro de la narración y les falte un punto de intensidad dramática.
En definitiva, un cómic entretenido pero que no sorprenderá a nadie pero que los fanáticos de Carlos Pacheco no deben dejar pasar.

domingo, 3 de febrero de 2008

Gus Arriola (1917-2008)


A través de la indispensable EntreCómics me entero de la muerte de Gus Arriola, dibujante de origen mexicano desconocido en España, pero que en Estados Unidos creó y publicó durante cuarenta y cuatro (de 1941 a 1985) años la serie “Gordo”, una tira de prensa en la que un granjero metído a guía turístico se dedicaba a mostrar a los turistas yanquis la vida en el lado pobre de la frontera. La serie gozó de bastante popularidad y se llegó a publicar en más de 270 periódicos. Arriola fue premiado dos veces con el National Cartoonist Society (1957 y 1965) y un Inkpot Award de la San Diego Comic Convention de 1981. Al parecer no ha podido superar el Parkinson que padecía desde hace años.

Si quieren saber algo más sobre este autor y dominan el inglés pìnchen aquí o aquí.

D.E.P.

viernes, 1 de febrero de 2008

El advenimiento de Leviatán…


¡¡ Felicidades M&M !!

“El olor de las especias” de Alfonso Mateo-Sagasta


Ya les he hablado en alguna ocasión aquí de Alfonso Mateo-Sagasta un autor que con “Ladrones de Tinta” me dejó con ganas de más. Así, que ni corto ni perezoso, me hice con esta, su primera novela, “El olor de las especias” que he ido devorando durante la última semana en el Metro y lo confirma, junto quizás con Antonio Cabanas ("El Ladrón de Tumbas"), como uno de los mejores autores actuales de novela histórica en España.
En “El olor de las especias”, Mateo-Sagasta nos transporta a la época del califato de Córdoba, cuando esta ciudad era la más moderna, organizada y civilizada de toda Europa frente a los atrasados, divididos y belicosos reinos cristianos de la península. Alvar, un joven villano de Castro que buscaba el amparo de su señor el conde de Castilla, Fernán González, por su participación en una algarada que terminó con la muerte de un conde leonés, se convierte, junto a sus compañeros, en una pieza más de la compleja intriga que los grandes reyes cristianos y sus señores feudales juegan para afianzar su poder, una intriga que le llevará a Córdoba, participar en un magnicidio y conocer el amor.
“El olor de las especias” es una novela que cuenta con todos los elementos que debe reunir una buena novela histórica: personajes creíbles, una trama interesante y un conocimiento de los hechos históricos exhaustivo para no caer en contradicciones que hagan que toda la estructura chirrie. En esta novela, Mateo-Sagasta demuestra que domina las convenciones del género con maestría y partiendo de su amplio conocimiento de la historia (no en vano es historiador especializado en Historia Antigua y Medieval) entrelaza personajes imaginarios con personajes reales de una manera sólida y creíble. La ambientación y caracterización es soberbia, convirtiéndose en los puntos más atractivos de la novela y sumergiéndonos de lleno en una de las épocas más interesantes de nuestra historia. La trama de intrigas en la que se ven inmersos los protagonistas, sin dejar de ser interesante, es una mera excusa para reconstruir con minucioso detalle cómo era la vida cotidiana de los distintos grupos que vivían en la Península y sus relaciones. Quizás el único pero que pueda achacársele a la historia es el final feliz que reserva al inocente protagonista en medio de los juegos de enrevesadas intrigas que, tanto árabes como cristianos, juegan entre sí
En definitiva, una novela entretenida, inteligente y de agradable lectura que si hay algún lector profesor de Historia debería proponérsela a sus alumnos para despertarles el gusanillo por el tema, ya que su lectura seguro les enganchará.

jueves, 31 de enero de 2008

Más Tricicle

Como ya les comenté antes, me quedé con ganas de más Tricicle tras ver ayer “Garrick” así que curioseando por Youtube he encontrado unos cuantos videos sacados de sus anteriores espectáculos:







Que los disfruten.

“Garrick” de Tricicle.



Desafiando a mis amígdalas que desde hace unos días van por libre, fuimos ayer a ver el último espectáculo de Tricicle, el veterano trío cómico formado por Carles Sanz, Paco Mir y Joan Gracia, que apura sus últimas representaciones en Madrid.
En este espectáculo, Tricicle homenajea a John Garrick, el popular cómico inglés del siglo XVIII cuyas obras los médicos recetaban como cura para la depresión. Partiendo de ese planteamiento, Tricicle han montado un espectáculo de una hora y media en la que la sucesión de “gags” tienen como única finalidad e interconexión entre sí la de provocar la son(risa) del espectador sin más. Nada tan sencillo y nada, por otro lado, tan complicado que, en mi opinión, los Tricicle sólo logran en parte porque si bien el espectáculo se deja ver con una sonrisa, aprovechando los actores la complicidad de un público bien predispuesto, dista mucho de lograr la carcajada (salvo contadas excepciones) que buscan. El espectáculo/conferencia de Tricicle se fundamenta en un humor sencillo y blanco, disfrutable por todos los públicos, y el grupo hace buen uso de lo aprendido a lo largo de sus 27 años de actuaciones por todo el mundo. Tricicle da buena muestra de su amplio repertorio gestual para concatenar gag tras gag en rápida sucesión, sin más apoyo en un escenario prácticamente desnudo que el uso de onomatopeyas, palabras sueltas o algún vídeo puntual.
El espectáculo se deja ver con agrado y los miembros de Tricicle se mueven con la soltura y habilidad que dan los años de experiencia aunque, en mi opinión, este espectáculo no se puede comparar en originalidad, ingenio y mala leche a los realizados por otros grupos como Imprebis e Yllana de los que ya les he comentado algo aquí y aquí. De los diferentes gags, destacaría sobre los demás los del faquir y su ayudante y el del museo, aunque estos tampoco sean excesivamente originales. El espectáculo deja con gana de más y, a pesar de su falta de frescura y a la ausencia de propuestas más arriesgadas y sorprendentes, logra su objetivo principal que no es otro que el de hacer pasar un buen rato al público, pero, eso sí, sin la brillantez de otras ocasiones.
Ya saben si se animan hasta el día 2 estarán en Madrid y el resto del calendario de la gira lo pueden consultar aquí.

miércoles, 30 de enero de 2008

“Negro Oscuro” de Mezzo&Pirus.

Los más veteranos conocerán ya la obra del tándem formado por el dibujante Victor Mezzo y el guionista Michel Pirus, porque sus obras han sido ya publicadas en España en revistas como “Viñetas” o “El Víbora” Autores con un gusto exquisito a la hora de hilvanar historias de perdedores, inadaptados y fracasados dentro de los cánones más convencionales del género negro. Autores que ha recuperado La Cúpula en una recopilación de tres álbumes (ocho historias), inéditos en España, titulada “Negro Oscuro” que ningún aficionado al género debería dejar pasar.”
Pirus sabe manejar perfectamente las convenciones del género negro asumiendo todo tipo de influencias literarias y cinematográficas, tanto de aquellos que fijaron en sus inicios sus convenciones como Hammet (“Cosecha Roja”), Chandler (“El Sueño Eterno”) ó Cain (“El cartero siempre llama dos veces”), o la de directores de cine que han renovado ambientes y roles dándole nuevos aires, como Tarantino (“Pulp Fiction”, “Reservoir Dogs”) o Synger (“Sospechosos Habituales”).
Las primeras seis historias cortas recogidas en un álbum titulado “Un mundo extraño”, cuentan historias de personas “normales” que bajo esa apariencia vulgar esconden personalidades salvajes, dispuestas a las más bárbaras soluciones para enfrentarse a las angustias de la cotidianidad: profesoras aficionadas a los “dulces”, chavales dispuestos a sacrificar a su perro por los besos de una mujer fatal o a matar a la novia de su padre para que no le eche de casa. En estas historias cortas es, además, donde Mezzo da lo mejor de sí con un dibujo en blanco y negro denso y conciso, que asume influencias tan variadas como las de Charles Burns (“Black Hole”), Frank Miller (“Sin City”) o José Múñoz (“Alack Sinner”) en la concepción de unos personajes tan deformes y monstruosos en apariencia como puede llegar a serlo su conducta. Entre estas historias cortas se encuentran las mejores de todo el libro y en las que se exploran mejor todas las posibilidades que proporciona el cómic. Me refiero a historias como “Jimmy”, en la que un periodista va interrogando a diversas personas que conocieron al difunto Jimmy para, a través de las versiones distorsionadas de cada uno de los testigos, ofrecer al lector un retrato tridimensional del personaje y las circunstancias de su muerte, ó la mejor para mi gusto “Miss Bow “, en la que desde una ingeniosa composición narrativa los autores consiguen que la historia se desarrolle desde tres puntos diferentes hasta el clímax final.
Las otras dos historias largas, “Killers” y “Mickey, Mickey”, son historias de género más que correctas
Killers” tiene claros tintes tarantinianos, una historia sobre asesinos a sueldo que deben realizar un trabajo aparentemente sencillo pero que, como no podía ser de otro modo, se acaba complicando. La fuerza de la historia radica en los diálogos aparentemente intrascendentes que marcan la narración y dosifican la tensión entre los dos ejecutores y un control excelente del ritmo narrativo y un clímax que supone la violenta realización del encargo para decrecer hacia un desenlace medido e ingenioso resuelto gráficamente de manera genial.
Y, por último, “Mickey, Mickey”, es la más floja de todas en mi opinión. Una historia sobre un atraco a un banco que sale mal. La composición y las perspectivas excesivamente forzadas para mantener la atención del lector se vuelven por momentos confusas y afectan a una historia que aunque nos han contado miles de veces, Mezzo&Pirus, intentan renovar dotándola de un punto de originalidad que aunque a mí personalmente no me acaba de convencer del todo resulta interesante y entretenida.
La edición de La Cúpula es más que correcta y el precio para los tiempos que corremos se me antoja asequible para cualquier bolsillo. Así que si son aficionados al género negro y les gusta viajar entre viñetas por el lado más sucio de la vida, no dejen pasar este cómic.

martes, 29 de enero de 2008

“Los Crímenes de Oxford” de Alex de la Iglesia.

El sábado tocó ración de cine así que tras el obligado atraco en taquilla (¡siete euros que cuesta ya la entrada!) nos decidimos por la última de Alex de la Iglesia, un director con cuyas películas anteriores cargadas de humor negro y originalidad siempre he conectado bien desde su famoso corto, “Mirindas Asesinas” y el borrón de “Acción Mutante” por medio. Sin embargo, “Los Crímenes de Oxford” no ha estado a la altura de las expectativas creadas.
Martin (Elijah Wood), es un joven matemático norteamericano que llega a Oxford para convencer al excéntrico y genial Arthur Sheldon (John Hurt) para que dirija su tesis a lo que este no parece muy dispuesto. Sin embargo, el descubrimiento por ambos de la anciana patrona de Martin y antigua amiga de Sheldon asesinada, unirá sus destinos en una investigación para intentar encontrar a su asesino. Un asesino en serie que a través de una serie matemática avisa de sus futuros crímenes los cuáles si no fuese por esos avisos pasarían desapercibidos. Sheldon y Martin se alían en una carrera contra el tiempo para desentrañar la serie del asesino, entender sus motivaciones y evitar más muertes en una investigación en la que casi todos los personajes son sospechosos.
La película de Alex de la Iglesia, basada en una novela del argentino Guillermo Martínez, tiene un arranque interesante que atrapa al espectador: una conferencia de Sheldon/Hurt en la que defiende las tesis de Wittgenstein: la filosofía está superada y no se puede alcanzar la Verdad ni siquiera por medios matemáticos, premisa que sustentará todo la trama posterior. La dupla protagonista, Hurt/Wood, queda definida y John Hurt, en un papel hecho a su medida, lanza el lazo para atrapar al espectador. Sin embargo, a pesar de ese buen arranque la película se pierde en una investigación carente de intensidad y emoción. Alex de la Iglesia juega a ser Hitchcock y olvida la primera lección: para crear suspense lo primero que hay que lograr es captar la atención del espectador y mantenerle engañado sin que se dé cuenta del engaño. Sin embargo, los cebos del guión de Alex de la Iglesia resultan demasiado burdos en una trama excesivamente previsible, con unos sospechosos demasiado falsos y evidentes, sin que logren engañar a nadie e intuyéndose demasiado pronto quién es el asesino, aunque no se conozcan sus motivaciones hasta prácticamente el final de la historia. La película traquetea irregular y desvaída hasta su predecible final en un cara a cara entre profesor y alumno en el que Hurt le da una última lección al advenedizo Wood y confirma la premisa inicial: no se puede alcanzar la Verdad ni por medios matemáticos.
La película cuenta con un excelente reparto del que Alex de la Iglesia debería haber sacado mejor partido en el que sobresale un John Hurt (“El Hombre Elefante”, Alien, el octavo pasajero”, “El Expreso de Medianoche”) siempre solvente, a gusto en el papel que le toca interpretar, y un Elijah Wood (“El Señor de los Anillos”, “Sin City”)que a mí personalmente me pone de los nervios (me pasa lo mismo con el alter ego de "Spiderman", Tobey Maguire ) dando la sensación durante toda la historia de ser un huérfano sin nadie que lo quiera (aunque su personaje en la película liga con la mirada: chica que ve, chica que seduce el bueno de Martin con su caída de ojos y su camiseta sudada),incapaz de dar la réplica a Hurt en un duelo interpretativo del que sale bastante mal parado. Probablemente, la película habría ganado en interés con una mayor aportación de la carnal Leonor Watling (“Hable con ella”) y, sobre todo, de la perturbadora Julie Cox, quien en sus escasas apariciones es la única capaz de incorporar un elemento inquietante en el ramplón y llano guión perpetrado por de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarria. Ambas hacen lo que pueden con unos personajes parcial y escasamente desarrollados.
Un pésimo desarrollo de los secundarios que en definitiva es la que lastra completamente una historia de suspense sin suspense y desvirtúa el buen trabajo que de la Iglesia realiza como realizador, dando como resultado una película irregular, deshilvanada y plana ideal para ver un sábado por la tarde tumbado en el sofá pero que no justifica gastarse siete euros en ella.
Ustedes mismos.

lunes, 28 de enero de 2008

Angoulême, mon amour.



Un año más en esa pequeña ciudad francesa ha tenido lugar el que todos consideran el mejor festival que se celebra en Europa en esto de los cómics y un año más me he quedado con las ganas de ir. Cuando era más joven, mis limitaciones económicas y lingüísticas lo hacían imposible y hoy por hoy mis condicionamientos familiares (aunque no pierdo la esperanza de convencer a mi media naranja, que a fin de cuentas es un festival en la belle France) y laborales lo siguen haciendo igual de complicado.
De los premiados no puedo entrar en muchas valoraciones porque debo confesar que desconozco la mayoría de las obras pero hay algunas que ya han sido publicadas en España como “RG” ó “Metralla”, que me llaman tanto que más pronto que tarde las verán comentados por aquí (¿“RG” se ha agotado en Madrid?. No lo encuentro en ninguna parte) También espero que de la selección oficial veamos publicados pronto en España algunos títulos con una pinta estupenda (“Crónicas Birmanas” de Guy Deslile y “Par les chemins noir” de David B. por ejemplo) aparte de los ganadores, obviamente, que doy por hecho aparecerán pronto. El Gran Premio de la Villa a Dupuy&Berberian sí que puedo opinar, premio merecidísimo y lo que extraña es que no lo hayan recibido antes siendo autores franceses.

Si quieren ver la lista completa de los Premiados pinchen aquí y si quieren darse un paseo por el Festival para ver lo que se han perdido háganlo aquí.

domingo, 27 de enero de 2008

“La Esppaña de Rajoy” y “La Eszpaña de Zapartero”, ese no es el camino




Como un capitulo más de la precampaña electoral que vivimos, han aparecido publicadas la semana pasada estas dos “joyitas” de la editorial catalana Grup 62, firmadas por plumas tan insignes como César Vidal y Enric Sopena, respectivamente.
Adelanto que no las he leído y ni pienso leerlas, porque no soporto a los autores ni sus "opiniones" en sus ámbitos habituales (televisión, radio, prensa) así que dudo mucho que pudiera asumir esta incursión alevosa en el mundo del cómic, ámbito que prefiero mantener inmaculado de su presencia perniciosa, por lo que si quieren leer un comentario sobre las obras pueden hacerlo aquí.

Sin embargo la publicación de dos obras de este tipo me provoca varias reflexiones: primero, que es saludable para el Cómic que se publiquen obras de este tipo para su incorporación como medio transmisor de ideas y generador de debate a la par que cualquier otro, (algo que cualquier aficionado y visitante habitual a la blogosfera tiene bastante asumido. Y, como muestra, un botón) pero la mayor parte de la sociedad no; segundo: que cualquier obra requiere de unos autores que conozcan el medio en que se desenvuelven para que aunque sus contenidos puedan gustar más o menos tenga un mínimo de calidad, y no, como es el caso, de “vedettes” mediáticas ni mercenarias más preocupadas en que su nombre figure bien grande en portada (¿el dibujante no cuenta o es que prefiere no figurar al lado de estos dos? ; tercero, que las ventas que puedan tener estas obras, que imagino serán importantes, no van a ayudar a atraer nuevos lectores ni a mejorar la imagen del Cómic por la mayoría de la sociedad que lo desconoce, porque, intuyo, que estos cómics están dirigidos a un público no interesado precisamente por el Cómic sino por las opiniones y valoraciones que puedan hacer estos iluminados y por la presencia de los dos principales candidatos como protagonistas, con lo que su interés terminará en el momento en que finalice la lectura de la obra.

En definitiva, que si queremos reivindicar el Cómic frente al resto de la Sociedad, obras oportunistas como estas no creo que sean el camino, independientemente de la proyección mediática que puedan tener.

viernes, 25 de enero de 2008

“Juegos de Manos” de Jason Lutes


Leer la primera novela gráfica de Jason Lutes, publicada en España por La Cúpula, es una buena manera de aproximarse a uno de los narradores gráficos más interesantes que hoy en día pululan por el cómic independiente americano y que, en el momento de su publicación, hace ya unos añitos, fue todo un descubrimiento para mí, no tanto por lo arriesgado de sus propuestas ni la espectacularidad de sus recursos, sino por la capacidad del autor de contar una historia original de un modo en que resulta imposible pensar tras su lectura que pudiera contarse de otra forma mejor.
Lutes planteó la historia como una encrucijada en la que convergen cinco personajes desesperanzados y abocados de manera directa a la depresión o el suicidio, cinco personajes en caída libre y con un futuro bastante negro que sólo en el mutuo apoyo parecen encontrar un resquicio para intentar salir adelante aunque tras su separación ninguno quede indemne ni sus heridas cicatrizadas. Los protagonistas son: Ernie, un joven mago deprimido por el recuerdo de la muerte de su hermano; Al un mago anciano escapado del hospicio con graves y progresivos problemas de memoria; Esther, la ex de Ernie, peleada con el mundo y consigo misma; Nathan, un timador sin suerte que espera dar un buen timo para dejar de vivir en el coche que comparte con su hija, Claire, quién perderá la inocencia infantil antes de tiempo. Lutes escribe un relato en la que la realidad les abofeteaeá cruelmente demostrando que ni la magia ni los finales felices existen y la ilusión sólo es un engaño.
Lutes, que, a pesar de su origen norteamericano reconoce como principales influencias a autores europeos como Hergé (ojo, al homenaje en el personaje del buhonero de la tienda de empeños) y Giardino ("Rapsodia Húngara"), hace un excelente ejercicio de planificación construyendo un cómic de corte existencialista, sobrio y contenido en la que todos sus elementos convergen para atrapar al lector desde las primeras páginas y no soltarle hasta el final, manteniéndole atrapado, tanto por el carácter coral de la obra, que permite elegir con que personaje identificarse como por la extraña fascinación que ejercen las desgracias de los protagonistas en el lector, al tiempo que se explora el lado más oscuro de la sociedad americana - tema explotado hasta la saciedad por el cine y la literatura-, dejando patente las posibilidades del Cómic como medio para hilvanar historias densas y complejas que puedan conectar con un lector adulto. Esta obsesión de Lutes por dignificar el medio y explorar al máximo sus capacidades narrativas contando historias interesantes, sin caer en el ombliguismo ni la excentricidad, sigue apreciándose en sus proyectos posteriores: la ambiciosa y excelente trilogía sobre la República de Weimar, “Berlín”, de la que Astiberri ha publicado la primera parte y anuncia la segunda para este año, y “Houdini, el Rey de las Esposas” junto al dibujante Nick Berttozzi ("El Salón"), de la que ya comenté algo por aquí.
Si todavía no han descubierto que la magia no existe y son sólo juego de manos, lean esta novela. Y si no conocen la obra de Jason Lutes no deberían dejar pasar más tiempo.

jueves, 24 de enero de 2008

Interzona, una buena iniciativa


Acabo de terminar de leer a ratos muertos el número cero de la nueva revista “Interzona”, un proyecto que quiere ser anual surgido de las IV Jornadas de Cómic de San Sebastián y su Semana de Cine Fantástico y de Terror. Una revista que reúne a lo mejorcito de las últimas generaciones de dibujantes y “divulgadores” que han surgido últimamente y están dando a conocer su obra a través de fanzines, revistas y, sobre todo, Internet, junto a otros nombres contrastados del mundillo. Tipos como Paco Alcázar, el Sr. Ausente, Chema Garcia, Jorge de Cascante, Félix Díaz, Elpablo, Mauro Entrialgo, Carlos Hart, Kano, Miguel Ángel Martín, Henán Migota, Miguel Núñez, Jorge Parras, Pepo Pérez , Sergi Puerta, David Rubin, Santiago Sequeiros, John Tones o Carlos Vermut, con Borja Crespo y Rubén Lardín de coordinadores.
La revista está excelentemente editada y presentada (con algún error en la rotulación de alguna historia a mejorar en próximas entregas), los textos sin ser rigurosos en algunos casos están bien escritos, son frescos y originales y se notan las ganas de hacerlo bien. En el apartado gráfico dejando aparte la impactante galería de ilustraciones dedicada a Hideshi Hino (“El Niño Gusano”) destacan – como en casi todas las publicaciones en las que colaboran – las historias de Carlos Vermut y David Rubín, mientras que la de Chema Garcia si bien es impactante y llena de fuerza queda coja a nivel narrativo.
El precio resulta bastante ajustado teniendo en cuenta la periodicidad anual.

Un proyecto a seguir e imitar.

Más información aquí.

Oportunidad



Veo anunciado por aquí que probablemente para el año que viene tengamos película de “Las extraordinarias aventuras de Adèle Blanc-Sec” en el cine dirigida por Luc Besson (“El Quinto Elemento”), un director al que le doy un voto de confianza. Otros, en cambio, están pelín asustados… Sin embargo, con lo que me quedo de todo esto es con la gran oportunidad con la que cuenta Norma de apuntarse un tanto y publicar completa una de las mejores series de mi nunca suficientemente admirado Jacques Tardi. Por favor, que alguien recupere esta serie YA.

¿Qué no conocen la serie? Pinchen aquí o aquí.

miércoles, 23 de enero de 2008

El 11-M en cómic: ¡Qué miedo!

Parece que Panini se va a apuntar un buen tanto con el nuevo cómic sobre el fatídico”11-M” que están preparando Antoni Guiral, Pepe Gálvez y Jesús Redondo dado el pequeño aluvión de noticias que está generando en la prensa escrita como se puede apreciar aquí o aquí. Hoy mismo “ABC” en su versión escrita informaba sobre el respaldo de la Judicatura al proyecto, con las reservas lógicas al tratarse de un procedimiento abierto todavía, del que no existe sentencia firme y todavía deben resolverse varios recursos pendientes.
Panini no ha inventado la pólvora y su propuesta no es original. Sigue de manera obvia la estela del “Informe 11-S” y su fin es atraer al cómic a un potencial lector que no encuentra en sus temáticas, probablemente por desconocimiento, interés pero sí por la actualidad. Una fórmula que ha tenido éxito fuera de nuestras fronteras y dentro de ellas con el cómic sobre la selección de baloncesto campeona del mundo que batió records de venta, "Big in Japan".
Espero que los autores den en el clavo y sepan hacer una obra a la altura de las circunstancias, cosa que preveo no será nada fácil dadas las suspicacias, resquemores y manipulaciones que se han producido en torno a estos hechos y el poco tiempo transcurrido. Me parece una enorme responsabilidad, sobre todo, evidentemente, con las víctimas, pero también con todos los que creemos que una obra de este tipo puede marcar un antes y un después sobre la percepción que pueda tener el españolito medio acerca de las potencialidades del Cómic como medio. Una responsabilidad quizás excesiva.
Probablemente sea demasiado pronto para una obra de estas características pero hay que alabar el atrevimiento de Panini de afrontar este reto. Ojalá salga bien…

Heath Ledger (1979-2008)

Ya les imagino a todos enterados de la muerte del rubio de “Brokeback Mountain” a una edad a la que a uno si es actor yanqui, guapo y salvaje le convierten en un pis pas en mito. Tengo que reconocer que la tan aclamada “Brokeback Mountain” de Ang Lee no la he visto por no haberme recuperado todavía del coñazo que perpetró Lee en“Hulk”. Sin embargo, tenía muchas ganas de ver su interpretación de Joker en “The Dark Night” con esa imagen tan oscura, tan siniestra que se desprende de las fotos y que tanto recuerda al Cuervo de ese otro muerto antes de tiempo, Brandon Lee. Supongo que algún siniestro productor (más siniestro y más cruel que el Joker seguramente) estará flotándose las manos pensando en la publicidad que le va a suponer a la película pero yo no puedo dejar de darle vueltas a que los mejores papeles de Ledger estaban por llegar y nos vamos a quedar con las ganas. Una lástima.

Aquí un enlace con la filmografía de Ledger como pueden ver había un poco de todo.
D.E.P.

Cómics de género, por favor…




Tengo la impresión desde hace tiempo que el cómic de género –cualquier género, elijan el que menos les guste- está desprestigiado frente al eco que reciben las obras de autores, si se quiere más personales, si se quiere más “artistas”, si se quiere más “de autor” (elijan la que quieran porque, independientemente, de la coletilla que incorpore ya saben a qué tipo de cómic me refiero) a los que se pretende de algún modo ensalzar contraponiéndolos con el honrado y mediocre cómic de género. Me da la impresión leyendo algunas opiniones que para ensalzar a unos hay que desprestigiar necesariamente a los otros y me temo que hay algo tremendamente equivocado en ese planteamiento. Probablemente, el género que resulta más desprestigiado desde esos posicionamientos sea el único que el Cómic puede considerar como propio y ha exportado a otros medios como el cine, el superheroico, que, si bien, es cierto parece destinado a una lenta agonía no creo que ello sea debido a la falta de posibilidades del mismo sino más bien a las imposiciones editoriales que frenan desde hace décadas su evolución supeditadas a criterios exclusivamente económicos.
El cómic de género es el tebeo popular, el tebeo que vende, más allá del éxito puntual que pueda tener una obra en concreto. Al negar el cómic de género se niega el cómic popular frente a una concepción elitista de la historieta y de la cultura, que impedirá en último término que el cómic salga nunca de un gueto cultural todavía no tan lejano. Al negar el cómic de género se niega a tipos como Segar, Raymond o Barry, a Kurtzman, a Kirby, a Eisner, Moore ó Miller, tipos que desde un planteamiento abiertamente populista y “de género” hicieron que este medio se desarrollase y sus enseñanzas pudieran ser aprovechadas posteriormente en obras más inclasificables (me niego a no considerar personal las obras de cualquiera de estos monstruos) por otros autores. La esperanza actual que supone el manga no deja de explotar hasta la saciedad un concepto que no hace más que renovar la relación esencial entre cómic/cómics de género y cómic popular coexistiendo con otro tipo de obras más arriesgadas o experimentales. Pero que nadie se engañe, sin las unas no pueden darse las otras y pretender considerar superados los géneros es obviar la historia misma del cómic. Y sin historia no hay ni presente ni futuro.

martes, 22 de enero de 2008

“Expiación: más allá de la pasión” de John Wright


Bajo tan barroco título se nos ofrece la última apuesta del director de “Orgullo y Prejuicio”, John Wright, para convertirse en la gran triunfadora de los Óscar de este año. Y, probablemente, se lleve una buena recua de estatuillas, pues se trata de un dramón de elevado presupuesto muy del gusto de los señores académicos pero que a mí me ha resultado brillante por momentos, los menos, e irregular y aburrida, los más.
“Expiación” está basada en una novela del inglés Ian Mc Ewan, que confieso no haber leído, y cuenta la historia de cómo la pequeña Brione Tallis, una niña ñoña y soñadora de la alta sociedad británica por una concatenación de confusiones y malentendidos destroza la vida de tres personas: la de su bella y sofisticada hermana Cecilia; la de Robbie, el amante de esta e hijo de la dama de llaves de la fastuosa familia Tallis, y la suya propia. Su error llevará a Robbie a la cárcel y, más tarde, a enrolarse en el ejército para participar en la II Guerra Mundial y la desastrosa retirada de las tropas inglesas de Dunkerque. Brione dedicará el resto de su vida y su obra como escritora a intentar expiar la culpa que la consumió por el error que cometió.
Wright plantea una gran superproducción como si de un ejercicio de estilo se tratara, estructurando la historia que de manera que va ganando en intensidad conforme avanza pero que ,en demasiados momentos del primer tercio de la historia, se pierde en un ensimismamiento de gran belleza visual pero que enerva a cualquiera que espere que la historia que le están contando avance.
La película me recuerda -y no me pregunte por qué- “Las Horas” de Stephen Daldry con la que comparte el gusto por mezclar realidad y ficción pero que mientras ésta última diferencia en cada momento al espectador de una manera clara en qué estadio está viviendo, la película de Wright no desvela y alcanza su plenitud hasta el final de la misma con la lacónica, intensa y magistral intervención de Vanessa Redgrave como una anciana Brione que da la puntilla dramática y aclara el destino de Cecilia y Robbie en un contraste magnífico respecto al discurso general de la historia. La película adolece por momentos de una falta de ritmo alarmante perdida en el efectismo visual, el virtuosismo técnico y la amplitud de medios con los que cuenta el director, que se hace palpable sobre todo durante su primer tercio, desarrollado en la mansión de los Tallis. La lentitud con las que - imagino - Wright pretende transmitir la pereza y bochorno de un día caluroso en la campiña inglesa resulta demasiado cansina al dedicarle el detallista director excesivo tiempo. Esta parte de la historia salvando las abisales distancias recuerda al gran Ingmar Bergman de películas como “Fresas Salvajes” o “Fanny y Alexander” pero lo que en este último resulta intenso en Wright es aburrido. La puesta en escena excesivamente teatral y amanerada también tienen ecos de Bergman – sólo ecos lejanos - aunque el trabajo de todo el reparto resulta excelente dada la dificultad de hacer creíbles personajes tan complejos, destacando, aparte de la mencionada Redgrave las actuaciones de Keira Knightley, mucho más guapa interpretando a Cecilia que de pirata, y la jovencita Brione interpretada por Saoirse Roman. Mejora la cosa conforme avanza con las escenas de la retirada de Dunkerque con un excelente plano secuencia de la playa sobresaliente y que, para mí, por sí solo merece pagar la entrada pero para más de uno la soporífera primera parte habrá herido de muerte la historia quitándole cualquier mérito posterior. Lo que nadie podrá negar es la excelente ambientación de la historia y el magnífico trabajo de fotografía realizado por Seamus Mc Garvey, que logran imágenes de una gran belleza aunque luego puestas en movimiento y en el contexto de la historia (que de eso trata el cine) no acaben de funcionar todo lo bien que deberían o la más que correcta banda sonora de Dario Marianelli.
Si les gustan los amores imposibles y disfrutar de las potencialidades de los movimientos de cámara no dejen de ver esta bonita película con demasiada nata para tan poco pastel.

lunes, 21 de enero de 2008

“Arrugas” de Paco Roca


A finales del año pasado salió casi desapercibida en el torbellino de novedades esta pequeña joya que Paco Roca (“El Faro”, “Hijos de la Alambra”) nos ofrece de la mano de la editorial Astiberri y que, sin duda, hay que incluir en cualquier listado de los mejores del año (en mi listado ocupa el segundo lugar, ya saben cuál es el primero).
A través de la historia de Emilio, un director de banca jubilado, Roca nos sumerge en la perplejidad del que ve cómo el tiempo va dictando inexorablemente sentencia, primero con el ingreso en una residencia y la traición de los hijos; más tarde, con la conmoción de entender que la conciencia, la identidad que nos define, desaparecen poco a poco víctimas de una batalla perdida de antemano frente a una enfermedad tan cruel como el Alzheimer. El autor construye una historia cercana, en el que todos reconoceremos en las anécdotas de Antonia, Anselmo, Ernesto, Miguel o el resto de los compañeros de residencia de Emilio las de un padre o un abuelo, provocando al tiempo la amargura y la sonrisa de lo cercano y cotidiano en un álbum cuyo contenido llega a lo más hondo y no puede dejar a nadie indiferente.
Tras el trasfondo de la aventura, vivencias y amistad de los protagonistas hay una realidad que nos afecta a todos, aunque la sociedad y algunos crédulos pretendan negar la evidencia: el tiempo pasa para todos y los achaques, la decrepitud y, en definitiva, la temida vejez está a la vuelta de la esquina y nada podemos hacer para evitarlo. Pero, aunque este mensaje subyace a lo largo de toda la historia, Roca prefiere centrarse en el día a día de los ancianos de la residencia, sus alegrías y sus penas, miedos y heroicidades diarias dosificando las dosis de sentimentalismo para no caer en lo melodramático y restar credibilidad a la historia que nos cuenta, ni opinar sobre los hechos que narra, dejando que la historia hable por sí misma y cada lector saque sus propias conclusiones. Si en “El Faro”, los personajes resultaban demasiado rígidos en el marco de una historia excesivamente previsible, en “Arrugas” no repite errores y sabe insuflar a todos los personajes que pueblan sus páginas de una reconocible humanidad que es muy infrecuente encontrar hoy en día en un cómic y debe servir para confirmar al autor en un puesto muy alto dentro de los historietistas nacionales. Dotado de un gran talento narrativo, Roca expone una amplitud de recursos sorprendente y lleva al máximo las posibilidades del medio para acercarnos a la realidad de una enfermedad, el Alzheimer, que, como bien describe, va minando las capacidades de los enfermos hasta convertirles en meras carcasas de las personas que las ocuparon. Con habilidad Roca incorpora a la narración pequeños retazos de la juventud y la niñez de los ancianos para mostrarnos quizás el cómo fueron o cómo se imaginan que fueron una vez. El dibujo es fluido y detallista, los diálogos medidos y creíbles, y se percibe mucho del cariño y cuidado que el artista ha debido poner en la obra. Todo confluye en el resultado final: un cómic redondo y conmovedor, que no deben dejar de leer ni recomendar a todos aquellos que conozcan. Si en mi mano estuviese sería lectura obligatoria en todos los colegios. Porque insisto, no lo olvidemos, dentro de más o menos años, nosotros podemos ser cualquiera de los personajes de Roca.
Si quieren visitar la página del artista y ver algo de su próxima obra pinchen aquí.