jueves, 28 de noviembre de 2013

“Wonder Woman: ¡Nacida para matar!”, de Brian Azarello, Cliff Chiang, Tony Akins y otros.




Nueva entrega publicada por ECC de la interesante “Wonder Woman” de Brian Azzarello, que reúne los números 15 a 19 de la serie regular, en la que sigue desarrollándose el enfrentamiento entre los diversos bandos de Dioses Olímpicos para hacerse con el Trono que ha dejado vacío Zeus tras su desaparición.

Al grupo de aliados de Wonder Woman formado por sus Hermanos se unirán poderosos nuevos miembros como Milan, el Nuevo Dios Orión, que parece sentirse sumamente interesado con Diana, o Ares, el desquiciado y alcoholizado Dios de la Guerra que en tiempos fuera el mentor de Diana. Con estos poderosos aliados, Diana acometerá el rescate del hijo de Zola, el niño predestinado por las profecías a acabar con el Universo. Mientras tanto, el poderoso Primogénito, que permaneció durante 7000 años prisionero en el Centro de la Tierra, y se liberó tras la marcha de Zeus reúne sus fuerzas para reclamar el Poder en el Olimpo sin que Hades ni Poseidón puedan detenerle al tiempo que Apolo, quién ha ocupado de facto el puesto de Zeus y sus hermanos, se preparan para la confrontación.

Entretenidísima sigue siendo la lectura de la versión de “Wonder Woman” de Azzarello quién sigue sin dar tregua al lector a través de una historia-río bien hilvanada que si bien bebe del componente mitológico clásico – las luchas entre los dioses, con sus encuentros y desencuentros – ofrece una revisión remozada y original del mismo que se inspira en parte en la visión contemporánea que de los mismos planteó hace unas décadas el “Bacus” de Eddie Campbell. Con todo el elenco principal de personajes presentado ya, en esta entrega Azzarello juega con ellos con maestría en unos números marcados por la acción y en los que plantea futuras situaciones que mantendrán atrapado al lector en futuras entregas.

Mención especial merece el apartado gráfico, uniéndose a los habituales Cliff Chiang y Tony Akins, dos nuevos dibujantes a los que seguiremos viendo por esta serie como son Amilcar Pina y Goran Sudzuka. Lo mejor que se puede decir es que no desmerecen el trabajo de aquellos y mantienen  el tono de la serie con estilos en los que prima una narración fluida y moderna influida marcadamente por el Manga.

En fin, se puede decir que la “Wonder Woman” de Azzarello es un proyecto tan sólido que incluso en los episodios de transición como estos el entretenimiento está asegurado y da buena cuenta de la labor de un guionista que está realizando uno de sus mejores trabajos mainstream.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Al Plastino (1921-2013)




Me entero que el lunes murió a los 91 años Al Plastino, uno de los dibujantes que durante las décadas de los Cincuenta y Sesenta más contribuyó a engrandecer la figura del Hombre de Acero y ampliar su Universo, formando pareja en numerosas ocasiones con el guionista Otto Binder, a las órdenes del tiránico Mort Weisinger.

Plastino entró en DC en 1948 justo en la época de la ruptura de Siegel y Shuster con la editorial y pronto se convirtió en uno de los dibujantes habituales de Superman junto al incombustible Wayne Boring  del que inicialmente debía imitar el estilo, convirtiéndose en la “segunda unidad”, el dibujante que, gracias a su versatilidad a la hora de imitar diversos estilos, suplía a Boring y Swam cuando a estos no les daba tiempo terminar un trabajo. Gracias a él surgieron personajes y conceptos tan arraigados en el Universo DC como Supergirl o la Legión de Superhéroes o el famoso número en el que Superman se encontraba con el presidente Kennedy.

D.E.P.

martes, 26 de noviembre de 2013

“Blacksad 5: Amarillo”, de Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido.

No hay quinto malo se suele decir y “Amarillo”, la quinta entrega de “Blacksad”, el multipremiado noir del guionista Juan Díaz Canales y el dibujante Juanjo Guarnido publicado por Norma Editorial, no iba a ser la excepción, ofreciéndonos una nueva aventura en la que el protagonista, el detective gatuno John Blacksad, abandona las localizaciones urbanas habituales en las que han transitado sus aventuras hasta ahora para lanzarse a las míticas carreteras de los Estados Unidos de los Años Cincuenta.


Tras su último caso en Nueva Orleáns, hastiado de la violencia que lo rodea John Blacksad decide tomarse su tiempo en volver a casa aceptando un curioso trabajo: conducir un flamante Cadillac El Dorado costa a costa de EEUU por la legendaria Ruta 66. Sin embargo, nada es fácil en la vida del detective gatuno pero pronto las cosas se tuercen y se verá inmerso en un asesinato.
Si por algo destaca este álbum de “Blacksad” es el especial cuidado que ha puesto el guionista Díaz Canales en la ambientación de la historia, dejando que el protagonista ocupe un segundo plano y adopte un rol secundario dentro del estupendo reparto de personajes que presenta en este álbum. Además, el guionista madrileño incorpora para contextualizar la trama múltiples elementos y referencias comunes pero sumamente atractivos y que ya forman del imaginario norteamericano, como la celebre Ruta 66, las bandas de motoristas que la transitaban, los Circos ambulantes y los beatniks errantes y desorientados.
  Desarrollando todos esos elementos a través de una soberbia caracterización de los personajes para adaptar perfectamente su personalidad a las características presupuestas a los animales que los representan, Díaz Canales hilvana una lineal y fatalista trama de enredo, permitiéndose incluso introducir nuevos personajes en la serie procedentes del pasado del protagonista que a buen seguro reaparecerán en futuras entregas y homenajear el malditismo atormentado de la Generación Beat a través de los enfrentamientos entre sus Ginsberg y Kerouac particulares.

En el aspecto gráfico, Juanjo Guarnido vuelve a dejar constancia de su maestría y el mimo con que compone cada una de las viñetas del álbum incorporando multitud de detalles que enriquecen notablemente la lectura sin que por ello se resienta el ritmo de la historia. Como ya es habitual en la serie, desde el doble sentido del  título ya se nos da la pista del color predomiante sobre el resto jugando magistralmente el dibujante granadino esta vez con las tonalidades de amarillo para que se imponga sobre el resto y dote de su propia identidad estética al allbum sin que  esa licencia resulte forzada al lector y entorpezca la lectura. Al contrario, la historia se lee con rapidez gracias, en parte, a lo entretenido y lo sencillo de la trama, pero también a los conocimientos de animación del dibujante que permiten que los personajes fluyan e incluso en parte logre enmascarar lo contradictorio y cogido por los pelos de alguna de sus decisiones en el desenlace de la historia.

 Como siempre, dado el grado de compenetración logrado entre los autores a lo largo de esta década de colaboración, Díaz Canales ofrece a Guarnido múltiples ocasiones para su lucimiento destacando especialmente en este álbum la maravillosa ambientación circense en la que se desarrolla buena parte de la aventura.

En definitiva, “Amarillo” no decepcionará a los seguidores fieles de “Blacksad”, inisistiendo en el éxito de una fórmula que auna calidad y entrentenimiento accesible a un amplio abánico de potenciales lectores, es una estupenda historia de transición en la que el protagonista se toma un merecido respiro antes de emprender empresas mayores que ya estoy deseando leer.

lunes, 25 de noviembre de 2013

“JLA: El Clavo”, de Alan Davis y Mark Farmer.




En estos tiempos que corren en que la actual línea editorial del NUDC genera tanta polémica entre el fandom, conviene cerrar filas, volver la vista atrás y recordar el porqué los superhéroes DC eran tan divertidos y nos gustaban tanto, aprovechando la reedición por parte de ECC Ediciones de “El Clavo”, una miniserie de tres números que Alan Davis realizase como autor completo para la línea Elseworlds a finales de los noventa, y quizás sea la última obra significativa que reivindicó y reprodujo el sentido de la maravilla y espectacularidad  de la DC de la Silver Age.
En una Tierra paralela, en la que Luthor se presenta como el alcalde de Metropolis y Jimmy Olsen es su mano derecha, se está orquestando una campaña de prensa en contra de los metahumanos presentados como la avanzadilla de una secreta conspiración alienígena para dominar el planeta. Con una JLA desorientada y a la expectativa y cuenta con Lois Lane como agente de prensa para limpiar su imagen, poco a poco irán descubriendo que los supervillanos han sido diezmados y numerosos superhéroes están desapareciendo acosados por un enemigo que se mantiene oculto. La confundida y dividida JLA en este momento de necesidad necesita de Superman para que tome el liderazgo de la situación, pero… ¿quién asumirá su papel en un mundo en el que no existe el Hombre de Acero?.

Un Alan Davis pletórico, quizás en el momento más dulce de su fructífera carrera y perfectamente secundado por un Mark Farmer en el entintado,  retornó a DC para ofrecer su homenaje a los héroes de la Silver Age en una historia evocadora de aquellos cómics de los setenta. Para conseguirlo, Davis aprovechó la libertad que le ofrecía la línea Elseworlds para reconstruir un universo superheroico en el que Superman no había sido criado por los Kent y no asumió su papel protagonista para construir una entretenida historia  evocadora en parte de “Legends” o el Universo Mutante marvelita para marginar a los superhéroes pero manteniendo su esencia luminosa y sin caer en el tratamiento oscuro, adulto y atormentado que tanto les limitó en los ochenta.

Davis construye una historia entretenida y fluida que se lee  con gran agilidad gracias a su inigualable sentido del ritmo, desarrollando una trama que hoy en día habría dado para un macroevento de tres años y que finiquita en una miniserie de tres comic books. El magnífico dibujante despliega su talento no solo desarrollando la historia desde un planteamiento en que prima el aspecto gráfico sobre el literario eliminando todo tipo de cartela y cuadro de texto sino que además evoca la esencia de clásicos  como JLA 200 y los clásicos encuentros con multitud de personajes de JLA/JSA  introduciendo en la historia multitud de personajes y grupos clásicos del Universo DC a los que rinde su particular homenaje sin que por ello la historia se resienta ni las viñetas resulten sobrecargadas ni pierda la historia el vertiginoso ritmo ni la espectacularidad que sabe imprimirles en todo momento

Davis en esta obra se sitúa al nivel de excelencia de un George Perez en su habilidad para introducir multitud de personajes en la historia pero frente al estatismo de este además se beneficia de su conocimiento de los mismos para ofrecer perfectas y dinámicas caracterizaciones de los héroes icónicos propias de la Silver Age, demostrando como su estilo ha evolucionado a partir de lo mejor de los Kane, Aparo, Adams, etc que tanto influyeron en su desarrollo.

En ese sentido, “El Clavo” es una obra construida para su lucimiento como dibujante y la entretenida trama está pensada precisamente para conseguir ese lucimiento, pero mérito de Davis es saber encontrar el equilibrio entre los dos aspectos. “El Clavo” es un tebeo retro y nostálgico, evocador de los “buenos viejos tiempos”, que a las alturas de su publicación habían quedado atrás en busca de adaptar a los personajes a unas formas y modas que no casan especialmente bien con la idiosincracia de los personajes DC pero que, en una historia con el tratamiento que les es propio, como es esta lucen de maravilla. 

En fin, “El Clavo” es el homenaje y alegato de Davis  a una forma de entender el género y los héroes DC que ha sido progresivamente arrinconada por los editores pero no olvidada por los aficionados y que solo precisa de autores con la libertad creativa, el talento, cariño  y sabiduría que le puso Davis a este tebeo para volver a brillar. Tal y como están las cosas no es poco, pero si queréis saber la razón porque seguimos fieles a los superhéroes DC, leeros “El Clavo”.

jueves, 21 de noviembre de 2013

“Babel”, de David B.





Si uno, estos días de agobio con el asedio de novedades atractivas que se agolpan en las librerías especializadas, es capaz de resistir y pasar de largo de los expositores y dirigirse a los apartados amontonamientos de las mesas de saldos podrá encontrar tesoros como el tebeo que hoy nos ocupa. Nada  menos que el “Babel”, de David Beauchard, más popularmente conocido en los sospechosos ambientes del mundillo comiqueril como David B., obra cuya primera parte publicara Sins Entido hace ya unos añitos en su Colección Ignatz y que ya ha sido descatalogada.
En “Babel”, David B. inicia el relato intimista de su infancia centrándose en el impacto que le produjo la primera crisis epiléptica de su hermano Jean-Christophe y la incapacidad de su entorno adulto para explicarle la enfermedad lo que provocó que el pequeño David encontrara las respuestas a los vacíos y silencios que le preocupaban en su fértil imaginación, o el impacto de las crueles imágenes de la Guerra colonial en Biafra. La necesidad de entender llevò a David a empezar a dibujar.
David B,. que no es un autor que para nuestras desgracia se prodigue todos los años, es una de las figuras más influyentes de eso que se llamó la Nouvelle BD y en “Babel” deja una demostración palpable de su portentosa imaginación y capacidad gráfica para plasmar mediante viñetas la riqueza angustiosa de su mundo interior añadida a la crudeza de los hechos objetivos que interpreta. En “Babel”, que podría considerarse en principio una obra menor y complementaria de su obra maestra “La ascensión del Gran Mal” (“Epiléptico”), nos encontramos con un David B. que asume un cambio de registro y tratamiento para buscar una voz narrativa más intimista y reconcentrado que intenta explicar(se) cómo nació su vocación autoral.
Por otro lado, en esta obra, David B. entronca de manera expresa su propio universo onírico al del Winsor McCay de “Little Nemo” ofreciendo pasadas las décadas el reverso oscuro de aquella obra maestra del Cómic. David B. cuida con mimo cada viñeta para construir angustiosas y nerviosas composiciones naif en las que los negros y los rojos se imponen para inducir el desasosiego del lector que asiste al exorcismo del autor de sus demonios infantiles.
En fin, “Babel” podría pasar por una obra menor por su extensión y sencilla edición pero encierra entre sus pocas páginas toda la esencia y sabiduría de uno de los autores  más originales e influyentes del Cómic contemporáneo. No dejéis de buscarlo y rescatarlo de la pila de Saldos porque no os dejará indiferentes.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

“Superman: ¡ Contra el demonio de la Quinta Dimensión! ”, de Grant Morrison y Rags Morales.




Finaliza la etapa de Grant Morrison y Rags Morales en la "Action Comics" del NUDC, que he venido analizando aquí y aquí, con la saga que el guionista escocés ha ido planeando con mimo desde el primer número de la serie con la reintroducción de Mxyzptlk, el duende de la Quinta Dimensión en una nueva y remozada versión. ECC ha recogido este último arco argumental en los números 14 a 17 de su serie regular española que recogen los números 13 a 18 de la numeración norteamericana.

El enemigo oculto que ha estado acosando al hombre de acero durante todos estos meses da por fin la cara en un ataque total contra Superman en todas las épocas al mismo tiempo. Se trata de Vyndktvs, el rencoroso rival de Mxyzptlk en la Quinta Dimensión, que cuenta con el apoyo para asestar el golpe definitivo contra Superman de algunos de sus más letales enemigos, incluido Doomsday. Sin embargo, para hacer frente a su amenaza Superman tampoco estará solo y contará con la ayuda de la Legión de los Superhéroes y aliados tan sorprendentes como Krypto y Luthor.

Morrison en su afán de recupera, aglutinarr y reiventar todos los elementos clásicos de Superman se atreve con el más complejo y, porque no decirlo, ridículo de ellos el duende de la Quinta Dimensión Mxyzptlk. A pesar de vivir él mismo en otro plano dimensional distinto la mayor parte del tiempo, Morrison no tiene un pelo de tonto y es consciente que adaptar un concepto tan añejo como el Mxyzptlk original es imposible, por lo que lo remoza en una retorcida y delirante historia interdimensional de las que tanto le gustan a las que incorpora para rizar el rizo un montón de superhéroes y villanos y reducirlo todo a un intercambio de mamporros espectacular y un deselance plenamente coherente con los de esas historias de los años 50 en los que aparecía Mxyzptlk.

Y es que, a pesar de lo enrevesado del planteamiento, el meollo es bastante simple y su desarrollo aparentemente  pobre para tratarse de un cómic de un guionista de la reputación de Morrison, quién sentó cátedra en “All Star Superman” y en esta irregular segunda etapa de “Action Comics” a pesar de partir de planteamientos atractivos no ha logrado un resultado tan unánime como en aquella. Aunque si se conocen un poco los cómics originales los aficionados enterados se darán cuenta que Morrison referencia y capta la esencia entre grandiosa y ridícula de los añejos enfrentamentos entre Superman y Mxzypltk de antaño con un resultado sorprendente aunque seguramente desconcertante para muchos lectores.

El que sí ha ido mejorando a lo largo de estos números es un Rags Morales tan espectacular como siempre que ha intentado poner orden y claridad en la intrincada y confusa trama ideada por el escocés. Por descontado, no lo consigue, pero por el camino nos ha dejado buenas muestras de su cuidadoso y elegante trazo que le refuerza como un dibujante ideal para representar a los personajes más icónicos del Pulp y las mallas.

¿Volverá a repetir una tercera vez Morrison con “Superman? No seré yo el que apueste por ello pues conforme ha ido progresando esta segunda etapa el guionista ha dejando patente el agotamiento de sus planteamientos, aunque conociendo a Morrison nunca se sabe. Yo, de momento, le voy a mandar a la Quinta Dimensión a que se inspire: NOSIRROM.

martes, 19 de noviembre de 2013

“El diablo de los siete mares”, de Hermann e Yves Hermann.





La nueva editorial Yermo Ediciones irrumpe en el panorama comíquero español apostando fuerte con la publicación de “El diablo de los siete mares”, un integral en el que recoge los dos álbumes de la esperada serie de piratas homónima ya concluida en Francia, que viene avalada por ser uno de los últimos trabajos del gran Hermann Huppen, aunque sea acompañado, como viene siendo habitual en sus últimas obras, por su hijo Yves en los guiones. Pocas cosas hay más fuertes que el amor de un padre por su progenie, pero el gran Hermann tras la lectura de esta obra –y otras previas-  creo que debería plantearse si le merece realmente la pena dilapidar su reputación asociándose con la mediocre labor en los guiones de un Yves que no acaba de despuntar y acaba lastrando su labor.

Harriet y Conrad, dos jóvenes amantes sellan un matrimonio secreto en la Carolina del Sur del siglo XVIII, lo que despertará las iras del despótico padre de ella, el poderoso Lord Somerset, señor de una rica plantación que guarda un oscuro secreto. Huyendo de tan tiránico personaje, los jóvenes aventureros se harán a la mar en busca de un legendario tesoro mientras Rob Murdoch, un sanguinario pirata conocido como El Diablo de los Siete Mares, llega a la plantación paterna  para firmar un oscuro pacto con el tirano. Mientras, en el mar, otro aventurero conocido como La Iguana y su lugarteniente persiguen la ilusión de un fabuloso tesoro y su ambición y la casualidad hará que su destino se cruce con el del Diablo, al tiempo que desde el Almirantazgo británico se fletan barcos para acabar definitivamente con la amenaza de El diablo de los siete mares.

A priori, una historia de piratas en la que estuviera involucrado Hermann  Huppen con todos los elementos mencionados, tendría que hacer salivar a todo buen aficionado al cómic europeo de género. Sin embargo, la ilusión se torna migraña y decepción ante el retorcido planteamiento ideado por Yves que, alejándose de cualquier presentación convencional de los elementos en aras a un virtuosismo que no posee, opta por una historia de vidas cruzadas en las que los diversos personajes mencionados protagonizan sus propias aventuras, encontrándose y desencontrándose a lo largo de una narración que acaba volviéndose forzada y, en ocasiones, un tanto ilógica. 

El defecto principal de la historia es, en mi opinión,  la incapacidad de Yves –premeditada incluso me atrevería a decir- para establecer un argumento que hilvane las diversas subtramas y unos personajes con otros, quedando estos finalmente perdidos al capricho de un guionista que plantea y resuelve las más rocambolescas de la manera más pobre o apelando directamente al difícilmente justificable socorrido recurso sobrenatural, lo que acabará provocando la irritación de más de un lector ante semejante tomadura de pelo.

Al disparatado guión se añade que en el aspecto gráfico, el maestro Hermann no parece estar en su mejor momento resultando su trazo, en esta historia de género tan propicia para su lucimiento algo acartonado, cayendo, y creo que es lo peor que se puede decir de un autor tan implicado y arriesgado con su obra como ha sido Hermann Huppen a lo largo de toda su carrera, formulaico y sin la brillantez habitual, cobijándose  en composiciones y recursos que a los conocedores de sus trabajos previos le resultarán muy familiares. 

Es cierto también que su tratamiento del color es brillante y sus perspectivas únicas pero el conjunto acaba resintiéndose lastrado por la labor de Yves y porque Hermann en sus últimos trabajos parece cada vez más ensimismado en deleitarse en el dibujo de elementos paisajísticos o animales y menos dispuesto en implicarse en componer un buen tebeo.

En resumen, “El demonio de los siete mares” es un tebeo lleno de posibilidades desaprovechadas y lo que podría haber sido un bello alegato por el género de piratas acaba convertido en un tebeo del montón. Una pena.

lunes, 18 de noviembre de 2013

“Prophet 2: Hermanos", de Brandom Graham, Giani Milonogiannis, Simon Roy y Farrel Darymple.





Publica Aleta Ediciones un segundo recopilatorio del revitalizado “Prophet”, creado por Rob Liefeld y revitalizado actualmente por el equipo formado por Brandom Graham, Giani Milonogiannis, Simon Roy y Farrel Darymple, quienes han logrado dar nuevo recorrido, como ya comenté poraquí, a la serie y el personaje, ampliando las premisas originales al infinito.

En este nuevo recopilatorio, que recoge los números  27 a 31 y 33 de la serie norteamericana, nos encontramos con un John Prophet anciano pero todavía pleno de facultades que vuelve a la vida tras milenios en animación suspendida tras la guerra. El viejo y desubicado Prophet intentará volver a reunir a sus antiguos hermanos de armas, dispersos por todo el Universo, para seguir luchando en su guerra estelar eterna.

A veces resulta divertido ver cómo una serie se convierte en una revelación para muchos seguidores que proclaman su originalidad cuando realmente no hace nada más que adaptar modelos propios de otras épocas. Y es que la apuesta por la Ciencia Ficción Hard que propone el nuevo “Prophet” entronca directamente con un modelo tan alejado en el tiempo como el “Metal Hurlant” francés de los Druilet, Gillon, Moebius y demás de mediados de los setenta.

El segundo volumen de “Prophet” se reafirma como una propuesta clara por la aventura de género pura y dura con la creación de universos de ficción artificiales en los que desbordar la imaginación, el esbozo de formas de vidas imposibles y mundos extraños por los que, cuan Arzachs modernos se tratasen, deambulan los prophets viviendo las más variopintas aventuras, Una fórmula sencilla pero bien construida y en estos tiempos eclécticos y confusos en que tan de moda está mezclar los géneros sorprende por su pureza.

Este segundo recopilatorio es tan entretenido y adictivo para los aficionados al género de la Ciencia Ficción como el primero. El único pero que quizás se le puede poner a este cómic es que los dibujantes me parecen bastante limitados y no hay punto de comparación con los del modelo que emula encontrándose a años luz de los artistas del “Metal Hurlant” aunque dentro de sus posibilidades cumplen.

En fin, “Metal Hurtlant” fue una propuesta pionera y revolucionaria que sitúo al Cómic en la vanguardia de la Ciencia Ficción en los setenta. “Prophet” está muy lejos tantos años después de llegar a esos extremos de excelencia pero no deja de ser de momento una más que digna serie de género que cumple con el objetivo principal de hacer pasar un buen rato al lector a la espera de acometer tramas más complejas y que se dote a los personajes de una profundidad que empieza a echarse a faltar. “Hermanos”, una historia en continuidad, puede ser un buen punto de partida para evolucionar en ese sentido. Veremos que nos deparan las futuras entregas.