Robert Kirkman sigue
rumiando lentamente los acontecimientos y en esta nueva entrega publicada por
Planeta y que recoge los números 109 a 114 de la serie norteamericana sigue dilatando con
parsimonia el inevitable enfrentamiento entre las distintas comunidades de
supervivientes.
En esta nueva entrega, Rick
última junto a sus aliados los detalles de su plan para atacra la comunidad del
sádico Negan. Sin embargo, cuando Negan llega sorpresivamente a la Comunidad con la intención de cobrar el tributo Rick ve una
oportunidad única de acabar con él. Sin embargo, los planes de Rick no siempre
salen bien y su nuevo error puede poner en peligro no solo su vida sino también
la de todos los que han confiado en sus dotes de líder.
Kirkman se demora en el
desarrollo de los personajes y el desarrollo de su psicología preparando el que
es de suponer su próximo golpe de efecto profundizando en la caracterización de
algunos de los personajes que han ido apareciendo en las últimas entregas como Ezekiel, Jesús, Briana o Negan al tiempo que sigue mostrando en una de las constantes de la serie como los planes de Rick se trastocan y ha de improvisar sobre la marcha con imprevisibles consecuencias.
“Marchamos a la guerra” es
un arco entretenido y que, como tantos otros precedentes y probablemente tantos
posteriores, se devora con interés para dejar la decepción final de no resolver
ninguna de las situaciones que plantea y sustentarse básicamente en el talento para la descripción de situaciones y, sobre todo, la construción de diálogos de Kirkman. Y es que cada vez es más evidente que el guionista no tiene ninguna prisa
por resolver una serie que tantas satisfacciones le ha dado a todos los niveles
y seguirá exprimiendo sus posibilidades mientras le sea posible.
Hablar del dibujo de Adlard
ya es redundante y cansa, porque nada
nuevo se puede aportar a un estilo que se basa en la reiteración de viñetas
similares y la ley del mínimo esfuerzo en el desarrollo de de fondos y personajes. Trabajará con los tiempos muy justos pero Adlard cada vez me
parece un dibujante más limitado y al que, además, no se le aprecía ninguna evolución ni interés por mejorar.
En fin, veremos si esta vez
si, en la próxima entrega Kirkman nos
zarandea y sorprende con nuevos giros y sorpresas que nos dejen
boquiabiertos y sobrecojan como antaño. Cada vez lo tiene más complicado en esta serie, pero también es
verdad que a estas alturas cuenta con el sufciciente crédito como para que
queramos seguir conociendo las desventuras de Rick y cía aunque los muertos vivientes se hayan convertido, para bien o para mal, en la menor de sus preocupaciones.
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