Publica Planeta el segundo
integral de “Los Proyectos Manhattan”, la ingeniosa ucronía ideada por el
guionista Jonathan Hickman y dibujada por Nick Pitarra para Image Comics en la
que ofrecen una perspectiva completamente distinta del período de la Guerra
Fría en un cómic protagonizado por algunas de las mentes más brillantes del
siglo XX. Esta nueva entrega recoge los números 6 a 10 de la serie regular.
Tras los acontecimientos de
la primera entrega, los miembros del Proyecto Manhattan tienen claro su
siguiente paso: contactar con sus homólogos del bloque soviético de La Ciudad
de las Estrellas. Y aunque el diálogo entre científicos siempre es más fluido
que entre políticos, los poderes fácticos que dirigen el mundo encabezados por
el Presidente Truman están dispuestos a impedir esa alianza contranatural por cualquier medio.
Además, nos daremos un paseo por la psique de Joseph Oppenheimer.
Pasado el efecto sorpresa
que me provocó la primera entrega, en esta segunda Hickman sigue desarrollando
esta curiosa historia alternativa en la que parece ahondar hasta sus últimas
consecuencias en la famosa frase que señala que entre el genio y la locura la frontera es muy tenue presentando
a los genios protagonistas como tipos bastante desquiciados.
En
esta segunda entrega, Hickman presenta nuevos conceptos interesantes como el de
la Ciudad de las Estrellas o El Illuminatorium, el Gobierno secreto que
realmente dirige el mundo al que seguramente pronto Iker Jiménez dedicará un
programa ;-D. Y es que buena parte de la gracia de la serie es que partiendo de
hechos y personajes reales (El Illuminatorium, creo que no aunque lo mismo Iker
nos sorprende), Hickman les da una significación fantástica retorcida e
irónica, de lo más ingeniosa y atractiva, aunque debería cuidar no caer en
sitios comunes pues lo de mutilar a uno de los personajes más antipáticos ya lo
patentó hace décadas Garth Ennis en “Predicador”.
En el aspecto gráfico, Nick
Pitarra sigue demostrando su habilidad como dibujante ampliando sus registros y
demostrando su habilidad para construir composiciones complejas con viñetas
repletas de personajes y plasmar las delirantes fantasías de Hickman.Sin ser un dibujante especialmente dotado para la acción en esta segunda entrega se defiende bastante bien.
En fin, “Los Proyectos
Manhattan” se consolida como una de las series más imaginativas e irreverentes
del momento. Veremos adonde Hickman es capaz de llevar este planteamiento. De momento, la cosa entretiene.
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