Creo que llevo media vida
oyendo y leyendo rumores sobre la adaptación cinematográfica del ya clásico de
Orson Scott Card, “El juego de Ender”, por lo que cuando por fin se puso en
marcha el proyecto a mí ya se me había pasado la ilusión chavalera ante esta
película y acudí al cine con bastante escepticismo Y, sin embargo, la película
ha superado mis expectativas.
La Tierra sufrió hace años
el intento de invasión de una civilización extraterrestre a la que a duras
penas se logró rechazar. Para prevenir un nuevo ataque que podría acabar con la
especie humana, el ejército busca entre niños especialmente seleccionados a su
futuro líder poseedor de las cualidades innatas que les permitan resistir. El
elegido parece ser el pequeño Ender quién será sometido a un riguroso
entrenamiento que forjará su personalidad.
Cuando leí “El juego de
Ender” hace ya muchos años me pareció que Card ya manejaba iinteligentemente ideas potentes
que desembocaban en un sorprendente y acertado final practicando un estilo parco, llano y directo, que se ajustaba a la perfección a la ambientación de
la historia, aunque ello supusiera sacrificar en ocasiones dejar a la
imaginación del espectador buena parte de los elementos de ficción. “El juego
de Ender” era una novela que iba al grano frente a la imagineria hueca de la
mala Ciencia Ficción y “El juego de Ender”, la película, es una aceptable
traslación de la historia de Card al medio cinematográfico pues no solo se ha ceñido fielmente los hechos y mantenido la esencia de la novela original sino que un
director, con oficio pero sin imaginación, como el esforzado Gavin Hood ha sido capaz de aprovechar
con eficacia los efectos especiales actuales para mostrar las espectaculares
batallas y ambientaciones en las que se desarrollaría la historia y sobre las
que Card en la novela pasaba de puntillas y encontrar hueco para plantear las dudas del personaje protagonista embarcado en una cruzada bélica que no comprende. Es cierto que seguramente con
otro director con más personalidad muchos de los aspectos más sesudos de la novela
se habrían visto reforzados (ya me hubiera gustado a mí que se hubiera animado
Stanley Kubrick, que en paz descanse, en su momento) pero el limitado Hood se
muestra fiel al guión consensuado con el escritor para ofrecer una película que
no avergonzará a los conocedores de la novela original y seguramente fascinará
a los que no la conozcan.
Arropado por un reparto de
campanillas con veteranos de relumbrón como Ben Kingsley y Harrison Ford,
destaca entre el grupo de jóvenes actores que participan en la historia el
protagonista, un Ass Butterfiel con un físico a medio camino entre Tobey
Maguire y Elijah Wood, que logra una estupenda interpretación del joven Ender
Wiggins aunque el que se lleve la palma y destaque pero negativo sea Nonso
Anozie,, quién realiza una ridícula y absurda interpretación a medio camino de
M.A. Baracus y el Sargento Hartman de “La Chaqueta Metálica”, del Sargento de
la Escuela de Batalla. Anozie casi se carga él solo la película por lo que
debería replantearse en el futuro su carrera actoral y dedicarse a otros
menesteres.
En fin, “El juego de Ender” a falta de brillantez cumple trasladando con
oficio y corrección la novela a imagen real dejando todo preparado
para la adaptación de la segunda novela de la saga, “La Voz de los Muertos”. Y
es que me parece a mí que a poco que las cuentas cuadren vamos a tener en la
pantalla grande Ender para años. Y si no, al tiempo.
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