domingo, 14 de octubre de 2012

Jimi Hendrix y el repoker de la BD.




Que cuando los franceses se ponen saben hacer las cosas con mucho gusto lo demuestra, por ejemplo, la calidad de la temprana recopilación que se realizó de la influyente y excelente carrera discográfica de ese mito llamado Jimi Hendrix en 1975, cuyas cubiertas fueron ilustradas por algunos de los mejores artistas de la BD del momento.

La primera portada (arriba) es la que recoge los álbums “Are You Experienced” y “Axis Bold As Love” es nada menos que de Jean Giraud/Moebius.

La segunda portada que recopila “Electric Ladyland” nada menos que por Phillipe Druillet.

La tercera portada que reúne los álbumes “Band of Gypsys” y “The cry of love” es obra de Jean Solé.

La cuarta portada en la que se recogen los trabajos de Hendrix, “Hendrix in the West” y “War Heroes” no existe unanimidad respecto a su autoría. Indagando por ahí, he visto que hay quién opina que es de Phillipe Caza aunque parece ser que fue obra del publicista Patrice Leroy.

Al parecer no existió nunca un quinto volumen y, finalmente, apareció un sexto volumen titulado “Greatest Hits realizado por Patrick Leuseur.


Esta gozosa experiencia de los sentidos no estaría completa si no se lee la entrada escuchando al maestro de Seattle.

jueves, 11 de octubre de 2012

¿Por qué en los cárteles de salones de cómics lo de menos es el Cómic?


Robo a las buenas gentes de Entrecomics este cartel realizado por Chris Ware para publicitar el Brooklyn Comics and Graphics Festival porque me viene al pelo para ilustrar la pregunta del título que me venía rondando por la cabeza desde hace bastante tiempo viendo la cantidad de carteles que prácticamente todas las semanas publicitan los distintos salones de cómics y asimilados que se celebran por toda la geografía hispana.

No entiendo muy bien porque prácticamente la totalidad de los autores de esos cárteles tienden a tomar una y otra vez los mismos motivos ilustrativos sin incorporar la narración que en el fondo es lo que diferencia al cómic de la mera ilustración... Abundan los carteles que ahondan en la obra del artista que los realiza, en la historia del medio representando a personajes icónicos y otros que incluyen monumentos representativos de las localidades donde se celebran los festivales. Es lógico que todos esos elementos aparezcan e incluso es posible que en los encargos estén obligados a ello pero creo que lo normal sería incorporar un elemento narrativo –una historia- que diferenciara y ensalzara exactamente qué  se celebra en ese Salón y, sin embargo, los carteles así son muy pocos con lo que el mismo  lenguaje que se pretende celebrar desaparece de la ecuación .

Realmente es en Chris Ware – también le ocurre en muchas de las portadas que publica para libros y revistas- el único autor de cómic que, como en este magnífico cártel,  veo concienciado de lo que implica el llevar el cómic –la narrativa secuencial- más allá de los formatos clásicos y adaptarlo a cualquier soporte sin limitarse a cumplir exclusivamente con mayor o menor empeño con el encargo sin primar  el cómic a otras disciplinas gráficas.

Felicidades, Sr. Ware.

miércoles, 10 de octubre de 2012

“Kirby Genesis: Pioneros”, de Kurt Busiek, Alex Ross y Jackson Herbert.


Jack The King Kirby hizo muchas cosas en su larga y fructífera carrera en la industria del cómic. Pero, seguramente, uno de sus proyectos más desconocidos sea el universo superheroico – el Kirbyverso- que fraguó para Pacific Comics, tras su paso por Marvel y DC, a principios de los ochenta. A Kirby apenas le dio tiempo a sacar un par de números protagonizados por algunos de esos personajes y dejar diseñados muchos más antes de la desaparición de Pacific y su fallecimiento, sin embargo, sus herederos cedieron hace unos años los derechos del Kirbyverso a Dynamite para desarrollar aquellas ideas aprovechando el indudable tirón comercial de la marca Kirby.

El resultado es “Genesis” una serie limitada de la que Panini publicó hace unos meses los primeros números realizada por un equipo tan reputado como Alex Ross y Kurt Busiek a los guiones (Ross también realiza las portadas) y el brasileño Jackson Herbert en el apartado gráfico.

El lanzamiento de una sonda espacial conlleva el despertar de una misteriosa presencia en los confines del Universo y la aparición en la Tierra de múltiples seres extraordinarios de todo pelaje y condición. Kirby, un joven y brillante estudiante, su amiga Josie y el padre de esta un policía jubilado se verán inmersos en esta extraordinaria revolución que puede llevar a la humanidad un paso más allá en su evolución o significar su destrucción.


El que el nombre de Kurt Busiek vuelva a asociarse al de Alex Ross en un proyecto tras esa maravilla que es “Marvels” no deja de ser una garantía vistos los trabajos posteriores de uno y otro (en lo que a guiones se refiere, claro). A partir de la escasa reminiscencia de unos personajes plenamente evocadores de las grandes creaciones de The King para las grandes, Ross y Busiek construyen una vertiginosa y referencial historia de presentación que se convierte en una montaña rusa de cultura de derribo paseando al lector sin pausas desde los confines del espacio a universos mitológicos alternativos y pasando por continentes y ciudades perdidas... Todo en un revuelto al que –creo- Busiek le pone algo de oficio, cordura y orden para que resulte entretenido, aunque los conceptos y enfoques que maneja no resulten especialmente originales ni sorprendentes.


En el aspecto gráfico, el brasileño Jackson Herbert realiza un trabajo solvente dando el tono épico adecuado que los grandiosos diseños de Kirby precisan, logrando que luzcan espléndidamente sin que resulten ridículos ni desfasados, algo que tampoco está al alcance de todos los dibujantes, aunque sus personajes más terrenales resulten algo más acartonados e inexpresivos algo que irá puliendo con el tempo ya que Herbert es un autor bastante joven. Por otro lado, Herbert realiza más de un homenaje al descomunal trabajo gráfico de The King con situaciones y poses que evocan irremisiblemente al trabajo gráfico del maestro.
Kirby Génesis: Pioneros” es una propuesta evocadora y que destila un entusiasmo propio de los fans realizado por solventes profesionales de la industria que no por ello dejan de ser fans, evocador de la obra de uno de los dibujantes con los que seríamos incapaces de entender el género superheroico aunque más allá del cariño y respeto que destila hacia Kirby le falte un punto de genialidad para ser una obra redonda, ese punto que le daba el propio Kirby a sus obras y que separa a los mortales de los genios. En unos meses, veremos como acaba la historia.

martes, 9 de octubre de 2012

“Northlanders: La trilogía islandesa”, de Brian Wood, Danijel Zezelj, Declan Salvey y Paul Azaceta.


En un corto período, ECC ha publicado las últimas entregas de las dos series que ha realizado el guionista Brian Wood para el sello Vertigo de DC en los últimos tiempos antes de embarcarse en otros proyectos. Si de “DMZ” espero comentar algo más pronto que tarde hoy toca  analizar “La trilogía islandesa”, el último gran arco argumental de la otra serie que Wood ha desarrollado para Vertigo,  “Northlanders”, una irregular serie de vikingos en la que Wood nos ha acercado a partir de un tratamiento moderno a la historia de este disperso pueblo de exploradores y vikingos del Norte de Europa.
En esta última entrega que englobó los números 42 a 50 de la serie regular, Wood ha construido una saga familiar a partir del ascenso, apogeo y declive de una poderosa familia de islandeses, los Hauksson, con el telón de fondo de las sucesivas etapas de colonización de Islandia por vikingos noruegos a lo largo de varios siglos.

Es una lástima que Wood no haya mantenido el nivel de esta saga a lo largo de toda la serie porque seguramente de haber sido así las ventas la habrían acompañado más. Abordando el tema central a partir del hilo conductor de  las historias protagonizadas por los tres personajes protagonistas pertenecientes a la misma familia, cada una desarrollada a lo largo de tres episodios, Wood construye  una lectura absorbente gracias al equilibrio que logra entre la documentación histórica que maneja y el tratamiento moderno de unos personajes duros, auténticos supervivientes a los que presenta llenos de contradicciones y presos de un destino fatal al que son incapaces de sustraerse.


 Es cierto que en otras ocasiones, la arriesgada apuesta por construir un cómic histórico a partir de una caracterización de los personajes moderna, especialmente en lo chocante en sus diálogos, ha jugado malas pasadas a Wood pero en este conjunto de historias, seguramente el arco más ambicioso de la serie, logra por fin dar con la tecla de lo que venía intentando a lo largo de arcs anteriores y solo en ocasiones logró, aun cuando vuelva a abordar temas – la venganza, la irrupción del cristianismo entre los vikingos, el rol de la mujer – que ya había tocado en anteriores historias.

Buena parte del éxito de este arco es que Wood ha contado con tres estupendos dibujantes que han sabido ajustarse a lo que el autor demandaba de ellos, compartiendo los tres una narración ágil y directa junto a un estilo sobrio, realista y sucio. Especialmente me han gustado las aportaciones de Paul Azaceta y, sobre todo, Declan Salvey.  Aunque el croata Danijel Zezelj ya he comentado en más de una ocasión que no me entusiasma en esta ocasión tampoco desmerece. Por otro lado, algunas de las portadas de Massimo Carnevale son impresionantes.

En fin, “La trilogía islandesa” es un gran broche final en positivo de una serie ambiciosa que pese a sus buenas intenciones ha pecado en exceso de irregularidad y seguramente el tiempo y las relecturas acabe revalorizando.

lunes, 8 de octubre de 2012

“Grandes Autores Superman: Superman: El hombre de acero”, de John Byrne.



ECC Ediciones inicia la publicación del “Superman” de John Byrne en una cuidada y  accesible edición lo cual no deja de ser noticia teniendo en cuenta como la firma de Byrne, uno de los mayores renovadores de los principales personajes de las dos grandes durante los ochenta, parece haber caído en el ostracismo y cada vez cuesta más acceder a su sus trabajo.

El material que se incorpora en este primer volumen – la serie limitada de seis números “The Man of Steel” y el primer número de la serie “Superman” de 1987, en la que Byrne se mantuvo durante los primeros  22 números- nos abrió a muchos jóvenes aficionados cuando lo leímos por primera vez publicado por Ediciones Zinco acerca de las posibilidades de un personaje que a mí –y creo que muchos de mi generación- que habíamos leído en las ediciones de Novaro y Bruguera nos parecía ridículo y acartonado con su absurda familia y su ridícula familia (Krypto incluido) y que incluso poco tenía que ver con la adaptación cinematográfica del personaje de 1978 de Richard Donner.

 
Tras la revolución que supuso “Las crisis en las tierras infinitas” en la modernización de la anquilosada DC el siguiente paso era actualizar al buque insignia de la Editorial, el icónico Superman, que desde hacia tiempo venía languideciendo con escasa repercusión. Una patata caliente que se le endosó al flamante fichaje de la editorial, el díscolo John Byrne que tras haber llevado a cotas nunca vistas a series como “La Patrulla-X” o “Los 4 Fantásticos”, había salido rebotado de la Casa de las Ideas en busca de mayor libertad creativa.
Byrne a lo largo de “The Man of Steel” con unas pocas pinceladas cumple la misión volviendo accesible e interesante al personaje para una nueva generación de lectores. En esta miniserie, Byrne como si fuese un preciso cirujano, eliminó la carga de absurdos e poderes que habían convertido el personaje en una caricatura de sí mismo y primó la importancia de Clark Kent, el alter ego de Superman, y sus secundarios para dotarlo de mayores posibilidades dramáticas, al tiempo que redefinía en parte su origen y el de algunos de sus villanos más emblemáticos como Lex Luthor, Bizarro o, ya en el primer número de la nueva serie regular, Metallo.

En definitiva, como los buenos vinos, los tebeos incluidos en este volumen no solo han resistido el paso del tiempo sino que incluso resultan más atractivos que en sus primeras lecturas dada la calidad de un inspirado Byrne para construir tramas en las que todo queda perfectamente aclarado y se desarrolla con lógica y pulcritud sino también por el excelente desarrollo gráfico del propio Byrne, entintando primero por Dick Giordano y, posteriormente, por un espléndido Terry Austin, para construir el que para mí es el Superman paradigmático. Poco más se puede añadir.

viernes, 5 de octubre de 2012

Cartel del Tercer Salón del Cómic Social.



Me alegra que uno de los modelos de Salón de Cómic que más me gustan se consolide y llega hasta su tercera edición con un tema la mar de sugerente Cómics, crisis y utopías.

El Cartel - no tengo ni idea de quién es el autor-  me parece bien elegido. V realizando una de las tareas más contestatarias y subversivas que se pueden llevar a cabo estos días: leer.

Más detalles del Salón, aquí.

(El autor es Sergi San Julián. Felicidades)

jueves, 4 de octubre de 2012

“Pepe”, de Carlos Giménez.


Cualquier nuevo tebeo del veterano Carlos Giménez tiene que ser noticia y compra obligada y este es lo primero, además, por motivos ajenos al propio cómic.supone la ruptura –no sabemos si definitiva- de Giménez con su editorial de muchos años, la Glénat/EDT de Joan Navarro y su, sorprendente en principio fichaje, por Panini, editorial que a la chita callando se está haciendo con firmas de prestigio –aparte de Giménez, hace poco un flamante Premio Nacional del Cómic como  Santiago Valenzuela anunció que su próxima entrega de “Capitán Torrezno” iba a ser publicada por esta editorial- para su hasta ahora poco reconocida línea de cómic nacional; y lo segundo, porque Giménez sigue siendo sinónimo de calidad y narración exquisita y en esta nueva serie rinde homenaje a otro superdotado de la historieta patria fallecido hace un par de años, Pepe González.


Giménez en este primer álbum de la serie se acerca a la figura de su amigo y compañero a partir de sus anécdotas de juventud reunidas de los recuerdos de familiares y amigos del finado y convertidas en crónica cariñosa y nostálgica de la infancia y juventud del genial dibujante barcelonés desde sus primeros años en el Barrio Chino de posguerra en el que nació y su incorporación a las Selecciones Ilustradas de Toutain – Giménez disimula con poco entusiasmo los nombres de las personas reales protagonistas de las anécdotas pero no resultará difícil al lector perspicaz, ayudado por la considerable documentación gráfica reunida en el tomo, identificar a unos y a otros- hasta sus pinitos musicales en el grupo Los Dálmatas en los sesenta.

 
Parece que lo del cómic (auto)biográfico –slice of life- lo llaman- y costumbrista es una cosa muy de ahora, pero realmente en el cómic español eso de contar la vida de los dibujantes es una cosa que viene de antiguo siendo quizás los casos de Vázquez y , sobre todo, el propio Carlos Giménez los más destacables. En esta ocasión, no es que la vida de José "Pepe" González  carezca de interés pero hacerla objeto de tebeo viene a cuento del deseo y la inquietud de Giménez por no solo homenajear sino también reivindicar la persona y obra de su amigo, un brillante dibujante de dibujantes del que con cariño destaca sus luces y minimiza que no esconde sus sombras.



Se podría pensar que “Pepe” puede ser una obra menor dado el volumen y calidad de la obra anterior de Giménez pero, y aun es pronto para confirmarlo ya que estamos ante la primera entrega, creo que es posible que nos encontremos ante una obra llamada a convertirse en compendio de toda la sabiduría adquirida por Giménez en toda su obra anterior, ya que desde este primer álbum se pueden identificar las inquietudes, las reflexiones y los hallazgos que conforman su característico estilo.

En “Pepe” se advierte la sensibilidad de la crónica social desde sus primeras páginas con la descripción descarnada del Barrio Chino barcelonés que ya hemos visto practicado en series como “Barrio” o “36-39” y también asistiremos a la brillantez para la construcción del retrato de los personajes a partir de sus anécdotas que nos retrotraerá inevitablemente a “Paracuellos” y, sobre todo, a  “Los Profesionales”. A todo ello, hay que añadirle quizás un dibujo más suelto y preciso porque Giménez con el paso de los años y el abandono de las rígidas cuadrículas –y es una apreciación mía- parece que cada vez dibuja mejor y creo que se le puede considerar, más allá de las comparaciones odiosas, el Eisner español.



En fin, creo que este primer volumen de “Pepe” no va a defraudar a ninguno de los seguidores de Giménez y sus detractores –que los tiene- encontrarán la misma munición de siempre para argumentar su crítica. Pero, además, pienso que el neófito, virgen todavía en su obra, puede encontrar en “Pepe” la puerta de entrada ideal a su particular universo realista al tiempo que se sumerge en la vida de uno de los mejores y menos reconocidos dibujantes que ha dado este país con lo que matará dos pájaros de un tiro. No es poca cosa para una obra menor.

miércoles, 3 de octubre de 2012

“El Jueves” demandado por Mahoma.

Bueno, por Mahoma, no, que en caso que exista seguro que es un dios -¿o un profeta?- con más sentido del humor, compasivo e inteligente que sus airados fieles, incapaces al parecer de entender las sutilezas de la sátira y el humor o dar una respuesta racional a la no del todo inocente pregunta de la genial portada que más que ofender llama a la reflexión teológica y social.

No creo que en la redacción de “El Jueves” haya sorprendido el anuncio de la denuncia de algunas asociaciones de musulmanes lo más mínimo e incluso seguramente se contara con ello como maniobra publicitaria para rascar minutos publicitarios en las televisiones, pero como creo que, a pesar de ello, todos debemos posicionarnos y contribuir en la defensa de los derechos que nos quedan desde mi humilde blog les hago participes de mi apoyo más allá de ser consciente que con ello contribuyo a la operación de marketing.

De hecho, los de “El Jueves” hasta habrán respirado aliviados, ya que en otros países los fanáticos en lugar de interponer demandas –a las que mal que les pese una revista de humor de su larga trayectoria está acostumbrada - los musulmanes se dedican a tomarse la justicia divina por su mano. Esta no será más que otra demanda a archivar que añadir a la colección.

En fin, tiempos oscuros nos está tocando vivir y con la que está cayendo en asuntos tan delicados y materiales que afectan al día a día de las personas más allá de sus creencias como son la sanidad, la educación o la falta de trabajo preocuparse por estas cosas se me antoja que deberían ser secundarios.

Ya nos impartirá Díos, Alá o Galactus en caso que existan la Justicia Divina cuando toque.

martes, 2 de octubre de 2012

“Yo, vampiro: Amor impuro”, de Joshua Hale Fialkov y Andrea Sorrentino.


Ni lo más viejos del lugar se acordaban ya del serial que J.M. De Matteis y Tom Sutton publicaron a principios de los ochenta en “House of Mystery” y que sirve de justificación para que los mandamases de DC incorporasen al NUDC una serie de temática vampírica. Los vampiros siempre venden y por eso resultaba extraño que en DC nunca se les hubiera dado mucha importancia salvo esporádicas y, en ocasiones, brillantes apariciones marginales a diferencia de Marvel donde siempre contaron con un mayor protagonismo. Parece que los tiempos están cambiando y de ahí viene modernizar el concepto de la serie ochentera –que no estaría mal que ECC editase para comparar - para reintroducir por la puerta grande a los vampiros al Universo superheroico DC de la mano de un equipo con escasa experiencia, el guionista Joshua Hale Fialkov, y el dibujante italiano, Andrea Sorrentino. En este primer tomo, ECC ha reunido los seis primeros números de la serie norteamericana.



La historia gira en torno al enfrentamiento entre dos vampiros enamorados: Andrew Bennett, un vampiro bueno alzado como Nomuerto hace 600 años, y Mary, la Reina de Sangre, una vampira mala a la que Andrew convirtió y que quiere llevar a los vampiros a convertirse en la raza dominante en la Tierra declarando la guerra sin cuarte a una Humanidad que considera mero ganado. El bueno de Andrew y la mala de Mary se atraen tanto como se repelen por lo que cuando se encuentran sus enfrentamientos echan chispas.
Joshua Hale  Fialkov tenía un encargo más difícil de lo que pueda parecer ya que escribir sobre vampiros a estas alturas que nos encontramos puede convertirse en un regalo envenenado. Sin embargo, si algo han demostrado a lo largo de su no existencia los más icónicos monstruos que nos dejó el siglo pasado es que aguantan lo que les echen y el concepto resiste más allá de todas las evoluciones, involuciones y perversiones que le echen. Fialkov no lo hace nada mal y aprueba con nota inspirándose para su “Yo, vampiro” más en el “Blade” cinematográfico que en el marvelita para hacer creíble a su vampiro cazavampiros esforzándose en estos primeros episodios por ubicar a los personajes y su historia en el Universo DC con abundantes cameos de lo más granado de la casa –lo que además siempre ayuda con las ventas- y así vemos por aquí en estos números a Constantine y Batman y en los próximos hay preparado un prometedor crossover con otro nuevo invento del NUDC, la Liga de la Justicia Oscura. Fialkov toma todo ese mejunje de referencias inconexas y hace un refrito bastante apañado que seguramente no atraerá a los más puristas talibanes de los superhéroes pero que puede agradar a nuevos lectores –que en el fondo es lo que le interesa a la compañía- atraidos por una temática vampira que no suele fallar. Es cierto también que la caracterización y motivación de los personajes, más allá de los socorridos estereotipos, está llena de medidas lagunas planteadas sabiamente por un hábil Fialkov cuya resolución en el futuro ayudará a hacernos entender como han llegado al punto de inflexión en que se inicia la serie.



En el aspecto gráfico, el italiano Andrea Sorrentino resulta una agradable sorpresa. Le da a la serie un acabado realista, oscuro y adulto más cercano a lo que estábamos acostumbrados habitualmente a ver en series Vertigo como “Hellblazer”, curiosamente cuando el equipo gráfico actual de la serie de Constantine se aleja bastante de esta línea. Sorrentino construye unos vampiros modernos muy atractivos que aúnan sensualidad, salvajismo y elegancia alejados de los cánones románticos.
Andrea Sorrentino como bien se señala en uno de los artículos tiene el mismo gusto que Jae Lee por la sobria elegancia y como él tiene la misma tendencia a primar el impacto visual que la narración aunque lo compense luego con una moderna y efectiva composición de página de la que Jae Lee adolece, a pesar que a Sorrentino se le note su inexperiencia en el género superheroico, especialmente en las siempre difíciles escenas de lucha para las que un dibujo tan estático no es el más indicado.

 Más allá de la larga sombra de Jae Lee –algunas de las poses son clavadas- a Sorrentino también le veo semejanzas con Leonardo Manco y el mejor Marco Zelzelj, autores con los que comparte un mismo gusto por las atmósferas densas y opresivas que se ve reforzada por un estupendo tratamiento del color que le da a la serie una nota muy característica. Un dibujante a seguir.
En fin, esta primera entrega de “Yo, vampiro” es una buena carta de presentación de una serie a la que presumo un enorme potencial a desarrollar en el futuro siempre y cuando a sus talentosos autores cuenten con el tiempo suficiente para ello. Si es así, seguramente nos seguirán divirtiendo.

lunes, 1 de octubre de 2012

“Dax: La mirada del dragón”, de Robin Wood y Rubén Marchionne.

A diferencia de los restantes títulos publicados por ECC Ediciones en su flamante Biblioteca Robin Wood llego completamente virgen al primer volumen de “Dax”, del que no había leído nada anteriormente Sin embargo, es empezar a leer las primeras páginas y quedar seducido una vez más por la calidad de las historias ideadas por un Robin Wood que ha entendido como pocos autores los géneros.
"Dax" va de aventuras orientales, esas que tan de moda estuvieron en los tiempos en que empezó a publicarse en los setenta gracias a la popularización de la cultura oriental merced a series como “Kung Fu” y las películas de Bruce Lee. En este primer tomo, Wood presenta el origen del personaje desde su infancia y sus primeras aventuras en los primeros capítulos de una novela río que continuará en próximas entregas. De este modo, descubrimos como Dax, hijo de unos emigrantes franceses asesinados durante la rebelión de los boxers, es cuidado y criado como propio por un antiguo rebelde al que su padre curó. Desde niño su nuevo padre le enseña artes marciales y Dax da muestra de extraños poderes que le separan de los demás. Cuando su padre adoptivo es asesinado y su hermana secuestrada, el misterioso Dax iniciará su búsqueda lo que le llevará a enfrentarse desde a sanguinarios piratas a depravados manchúes.
Iniciada su publicación a finales de los setenta, “Dax” poco tiene que envidiar a obras más conocidas de Wood como “Savarese”, “Nippur” o “Dago”. En esta ocasión, Wood cambia la localización histórica a la misteriosa China de principios del siglo XX todavía renuente a descubrir sus secretos a la expansión occidental y construye con oficio las efectivas tramas a partir del protagonismo de un omnipresente héroe carismático, el misterioso e individualista Dax una especie de invencible héroe místico que se moverá por la misteriosa China en su misión de rescate, primero, y autoconocimiento, después. Wood rodea  en  todas las historias al personaje principal de un amplio elenco de  personajes secundarios soberbiamente caracterizados que le sirven de contrapunto y le permiten desarrollar con brillantez tramas de género cerradas cuidadosamente resueltas en las que mezcla la ambientación histórica con el fantástico al tiempo que aprovecha la serialización de las aventuras en capítulos de unas diez páginas para su publicación inicial en revistas para incorporar un tema central que mantiene  la continuidad a la historia.
En el aspecto gráfico, Rubén Marchionne demuestra ser un estupendo dibujante con un gusto acusado por los fuertes contrastes y los claroscuros adquirido de Alberto Breccia que le dan una gran originalidad a su dibujo y que Wood, como buen guionista, sabe aprovechar para realzar las tramas que propone.
En definitiva, “Dax” es una correctísima propuesta de tebeo de género que ha resistido perfectamente merced a las buenas artes de su equipo creativo el paso de las décadas y que promete incluso mejorar en próximas entregas. Una pequeña joyita que no debería pasar desapercibida ante otras más populares.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Cartel de la III Salita del Cómic de Cáceres.



Me ha hecho gracia el cartel – en realidad, es una serie de carteles- de la nueva edición de la Salita del Cómic de Cáceres. A veces, lo más simple es lo más efectivo. Creo que la autora se llama  María Ramos.

Toda la información, aquí.

viernes, 28 de septiembre de 2012

“Vengadores Secretos: Los Descendientes”, de Rick Remender y Gabriel Hardman.




Chsssst…Es un secreto, pero al final me he desdicho de mi idea inicial de no seguir con la serie de “Los Vengadores Secretos” tras el nuevo relevo de guionista y el buen sabor de boca que me dejó Ellis y he picado con el primer arco argumental de su sustituto, Rick Remender. Todo hay que decirlo y buena parte de culpa de mi poca resistencia se ha debido a que el tebeo me ha entrado por los ojos gracias a las espectaculares portadas de un Arthur Adams que ya me gustaría se prodigase más.

 
Remender se lanza a la piscina de “Los Vengadores Secretos” -tras haber probado la temperatura del agua en el número anterior en un episodio autoconclusivo en el que el Capi convence a Ojo de Halcón para que ocupe el liderazgo del grupo- en los números 19 y 20 de la edición de Panini con un arco llamado “Los Descendientes”. Al grupo que ya conocíamos, se unen nuevos miembros al tiempo que han de hacer frente a una nueva amenaza potencial de esas para las que se creó el grupo cuando descubren toda una ciudad secreta de robots y similares gobernados por un misterioso Padre que esperan el momento de, como no, dominar el mundo. Los robóticos no son originales sino que reciclan a buena parte de la chatarra que el Universo Marvel ha ido generando desde que existe y por ahí pululan divididos en castas muertebots, visiones, hombres máquinas, simulacros de vida, centinelas, cosechadores y adaptoides.


No había leído anteriormente nada de Rick Remender pero he de reconocer que en este arco demuestra al menos que conoce el Universo Marvel y “Los Vengadores”, tiene ganas y un proyecto de historia propio que desarrollar inspirado en una de las mejores sagas de la etapa de Roger Stern y John Buscema, Heavy Metal”, sin dejarse lastrar por la herencia recibida del omnipresente Brubaker que, para bien y para mal, había monopolizado la serie hasta ahora y de la que Ellis con muy buen criterio pasó totalmente.

Remender parece tener al menos un conocimiento del medio suficiente como para hacer interesante una serie regular y sabe generar más incógnitas que las que va resolviendo en sus tramas con las que mantener atrapado al lector. Por otro lado, también es de agradecerle que por primera vez en lo que llevamos de serie encontremos a un guionista que parece apostar por otorgar su cota de participación a todos los personajes y no marginar a algunos para centrarse exclusivamente con los que le apetece, como hizo Brubaker, y sea capaz de caracterizarlos adecuadamente en función a la personalidad que les conocemos e interrelacionarlos (es de agradecer que por fin veamos una Bestia cercana a la que todos conocemos y el Capitán Britania sea el tontorrón estirado que debe ser para que haga gracia).


En el aspecto gráfico, Gabriel Hardman, un artista veterano en la confección de storyboards pero con corta experiencia en cómics, cumple sin entusiasmar. Se trata de un dibujante de corte realista y sombrío del estilo de Epting o Lark (aunque no es ni Epting ni Lark) que a mi juicio no cuenta con la suficiente espectacularidad para dibujar una serie de “Los Vengadores” por muy secretos que sean ya que en las partes que requieren acción resulta bastante forzado. A ver si logran convencer a Arthur Adams
En los próximos números, parece que la serie se embarca en el megaevento “Patrulla-X vs. Los Vengadores” que, en principio, me da bastante pereza. Pero, bueno, ¿quién sabe? Ya os contaré si eso.

jueves, 27 de septiembre de 2012

“Angela Della Morte”, de Salvador Sanz.


Intentando mantenerme atento a lo que se mueve en el siempre fértil cómic argentino he descubierto a Salvador Sanz, un autor que ya publicase en España hace un par de años su anterior obra larga “Migrador Nocturno” (que se me pasó), y por el que ahora parecen apostar en EDT, merced a su más firme avalador Hernán Migoya, al publicar en España esta“Angela Della Morte”, serializada originalmente en la revista “Fierro”.

 
En una sociedad futurista no demasiado lejana, los avances científicos han logrado clasificar la muerte como la enfermedad final, un parásito invisible que se come las almas cuando estas abandonan el cuerpo material si no son capaces de en un tiempo máximo de 35 minutos entrar en otro cuerpo. Angela della Morte, es una agente de una de las corporaciones que luchan por mantener estos secretos a salvo tanto del común de los mortales como de otro grupo rival con los que luchan por hacerse con la supremacía del sector.
Lo que mejor puede definir a “Angela Della Morte” es que es una obra bastarda de este siglo globalizado pues son tantas las posibles referencias y escuelas que se pueden rastrear en el elegante claro y oscuro del ecléctico blanco y negro de Salvador Sanz que al final ninguna se impone y la obra tiene una entidad propia a través de un renovador ejercicio de género que mezcla el terror macabro con la Ciencia Ficción. En “Angela Della Morte” es más importante la atmósfera oscura, impersonal y opresiva que la coherencia lógica de unas historias que beben tanto de películas como los “Alyen” de Ridley Scott o “Atmósfera Cero”, mangas de terror que van del terror sofisticado y escatológico de Jungi Ito o Hideo Yamamoto adornado con los virtuosismos tecnológicos de Tsutomo Nihei y a blockbusters superventas con la sencillez expositiva de “Bleach” y un estilo que recuerda a elegantes clásicos tan díspares de los que pirran a servidor como Enkil Bilal, Paul Gulacy y J.M. Béroy.



El gran mérito de Sanz es encontrar el equilibrio entre todos ellos para hacer su obra única alimentada de todas esas influencias sí pero actualizándolas y presentádolas de un modo renovado a un lector potencial que no tiene necesariamente por qué conocerlas. “Angela Della Morte” es un cómic macabro e hipnótico que cumple la función principal de divertir y entretener a un público potencial muy amplio y eso hoy por hoy que los cómics de género están cada vez más encasillados de diversas maneras no deja de tener su mérito. Sanz es un autor a seguir porque sospecho que lo mejor de su arte está por venir