Alemania es una gran
desconocida en España en materia de tebeos resultando desconocidos hasta hace
poco sus principales autores. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, algunas
editoriales están empezando a mirar al país germano ofreciéndonos obras
seleccionadas de algunos de los principales autores de esas tierras que nos
muestran su excelente nivel. Una de las editoriales más activas en ese sentido
es Dibbuks que publicó en su momento la entretenida “Hector Umbra” de Uli
Oestertele a la que ha sumado hace pocos meses esta versión moderna de “Don
Quijote” realizada por Felix Görmann, Flix, para su publicación originalmente
en diversos periódicos locales y que ha sido reunidad en un único volumen.
Alonso Quijano es un
enérgico y espigado abuelete que vive aislado en un caserón solitario con la
única compañía de una gata invisible llamada Dulcinea desde el que despotrica
contra el mundo mandando continuas cartas a los periódicos locales. Cuando
Alonso se entera que en las llanuras de su querido Tobosow va a instalarse una
central eólica se armará de valor para cabalgando en su fiel bicicleta
Rocinante enfrentarse a esos nuevos molinos de viento. Tal hazaña le llevará
directamente a una residencia de la que le rescatará su nieto, un chavalejo
llamado Robin y fiel emulador de Batman, con el que retomará el camino de
vuelta a su Tobosow local.
Alejándose de la mera
adaptación contemporánea del clásico cervantino, Flix ha optado por algo más
complejo, consistente en a partir de nuevas aventuras contemporáneas ideadas
por él, captar la esencia de la obra magna de la Literatura española. Se puede decir que a pesar de lo ambicioso
de su objetivo, Flix logra su tarea a grandes rasgos gracias a la interesante y
entrañable galería de personajes que desarrolla y un estilo dinámico y fluido
tributario del gran Franquin y la Escuela de Marcinelle. Flix ofrece una diversa variedad de
recursos gráficos para trasladar al lector la locura de su senil protagonista a
través de un elaborado artificio metalingüístico o intercalando dentro del
plano “real” la realidad imaginada tal y como la perciben los protagonistas.
Este “Don
Quijote” de Flix es una interesante y esforzada aproximación y homenaje a la
obra de Cervantes que consigue a través de recursos propios del Cómic adaptar
parte de la complejidad de la estructura de la novela original y puede además
servir de reclamo para que más de uno retome su lectura allá donde la dejara,
pero además resulta un cómic tierno y sensible en torno a las relaciones de
complicidad que unen a abuelos y nietos, una aportación original del propio
Flix que dota a la historia de un aporte
más de complejidad respecto al original.
Sería un error por parte del
desprevenido lector caer en la comparación entre el Quijote de Cervantes y el
de Flix pues más allá de la inspiración y homenaje que motivan el cómic son dos
obras separadas, desarrolladas en medios distintos y con varios siglos de
diferencia. Además, Flix en su cómic no se ha limitado a la mera adaptación del
original cervantino sino que ha creado algo nuevo y por tanto distinto en lo
que es un síntoma más de la madurez que el Cómic como medio ha alcanzando. Y solo por eso ya merecería una atenta lectura por sus
aficionados.
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