ECC Ediciones propone en “Estado
de Caos” un voluntarioso cómic de intriga política publicado en la línea
Vertigo que a pesar de las buenas intenciones del equipo creativo formado
por el guionista Mat Johnson y el dibujante italiano Andrea Mutti no acaba de
desarrollar en mi opinión plenamente todas las posibilidades que el potencial de la historia planteada permitiría.
En un futuro cercano, EEUU
está inmerso en una reñida campaña electoral entre los dos grandes partidos de la que puede salir reelegido el segundo
presidente negro de su historia. Cuando los servicios secretos detectan la
preparación de un atentado por parte de un grupo de extremistas nacionalistas,
la única solución para desbaratar sus planes es recurrir a Ted Akes, un antiguo
héroe de guerra convertido en comentarista político conservador y defensor de los derechos de los Veteranos. De
este modo, Akers casi por accidente acabará infiltrado en una organización con
la que siente más de un punto de conexión y quedará hechizado por el magnetismo
de su líder hasta el punto de replantearse la misión y dudar si permitir que Estados Unidos se someta a un
Estado de Caos.
Mat Johnson el guionista de “Estado
de Caos” (muy libre traducción del título original Right State, por cierto) plantea
un ambicioso y retorcido thriller político cuyo puntos fuertes son el
acertado escenario realista a partir del que se desarrolla la trama, inspirado
en las tensiones existentes en la atomizada sociedad norteamericana y sus peculiaridades
presentando a un hipotético grupo extremista de puritanos nacionalistas
norteamericanos como el elemento galvanizador para provocar un vuelco de poder
y el conflicto interno del
protagonista quién debe desbaratar los planes de aquellos con los que realmente
simpatiza traicionándolos.
Sin embargo, ese potencial que a
priori tiene el atractivo planteamiento de Johnson acaba por desperdiciarlo con un
pobre desarrollo no logrando nunca de construir situaciones ni giros de guión que logren el grado de tensión dramática e intensidad que la historia precisaría y acabando
por refugiarse constantemente en la explotación de los tópicos y convenciones más
manidos del género con lo que al lector avezado le costará desembarazarse de la sensación de ya leído e identificará rápidamente los referentes de la predecible historia.
Johnson, quizás como consecuencia de su inexperiencia en el
medio, no acaba de desplegar todo el potencial de recursos que el Cómic le
permitiría y acaba convirtiendo la historia con pretensiones de convertirse en
la versión comiqueril de “Libra” de Don DeLillo en un precipitado entretenimiento tributario de series televisivas de series como “24” y “Homeland”.
No toda la responsabilidad
de los defectos del cómic son de Johnson sino que buena parte de ellos
corresponde al impersonal dibujo de Andrea Mutti, un dibujante todoterreno que
no acaba de involucrarse aparentemente demasiado en la historia y cuya confusa
narrativa y caracterización de los personajes añadido a su mortecino tratamiento
del blanco y negro saturado de grises acaba pasando factura al conjunto del cómic.
En fin, creo que “Estado de
Caos” es un cómic con los suficientes elementos como para haber dado mucho más
de sí, sin embargo sus autores no han sabido o querido sacar el máximo partido
al potencial que la historia ofrecía. Una pena.
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