Siguiendo
con mi repaso desordenado del Batman de Grant Morrison toca echarle un ojo a la
miniserie de seis episodios que supuso el regreso de Bruce Wayne al candelero,
tras su “muerte” en “Batman R.I.P.” y “Crisis Final”, para la que Morrison
contó en cada uno de los seis números que componen la historia con un dibujante
distinto, y que ECC Ediciones ha reeditado hace poco en un apañado volumen..
Tras
su enfrentamiento con Darkseid, Batman anda perdido y desmemoriado por la
corriente temporal sin ser consciente que su regreso al presente puede provocar
el Apocalipsis planeado por Darkseid. Mientras sus aliados superheroicos intentan
encontrarlo para desactivar la amenaza que supone, un desmemoriado Bruce
Wayne/Batman va saltando a través del tiempo desde la Prehistoria al presente intentado recomponer en sus encuentros
con antepasados y otros personajes DC su identidad sin saber la amenaza que su
vuelta conlleva.
Grant
Morrison nos sorprende una vez más con el arco más desconcertante de todos los que
conforman su paso por la cabecera del Hombre Murciélago, en una historia
contracorriente, alejada de la ortodoxía del justiciero oscuro y urbano tan familiar, aunque, curiosamente, realice una exploración en profundidad en el pasado del personaje situándolo en diversos
momentos de los que han conformado la historia de su familia y resuelva algunos
de los misterios que previamente había planteado con lo que su intención de hacer confluir, a un nivel casi cuántico, las diversas historias y encarnaciones del personaje a lo largo de las décadas sale reforzado. El desmemoriado
Batman irá desfaciendo entuertos en las diversas eras por las que para encontrándose con distintos personajes del Universo DC como Vandall Savage, El
Pirata Negro o Jonah Hex.al tiempo que reune las piezas de su identidad.
Morrison
plantea una historia compleja, enrevesada y difícil, no apta para todos los
gustos, dado lo artificioso de su arquitectura narrativa casi fractal, pero que puede disfrutarse - e incluso se disfruta más - en cada una de sus partes que en la plenitud del
conjunto, ya que seguir las sutilezas de la trama es difícil sin tener muy frescas las
anteriores entregas ideadas por el escocés aunque cada uno de los episodios en
los que vemos a Batman caracterizado - como deidad troglodita, inquisidor,
pirata, vaquero o detective - resulte por sí mismo una lectura entretenida y no
deje de sorprender al lector avisado el cuidado con el que Morrison va
interconectando los diversos elementos que conforman el dibujo del rico tapiz de la historia, aunque a
más de un despistado le habrán empachado para terminar sacándole de la misma. Morrison propone además un cierto
carácter mesiánico y (semi)divino del personaje predestinado en convertirse en Batman incluso
antes de la muerte de sus padres que le obliga a realizar auténtico encaje de bolillos para
hacer encajar su idea de la predestinación mística del personaje con el origen clásico. La conclusión más significativa es que “El Regreso de Bruce
Wayne” no es un tebeo para adentrarse en la historia de Batman y puede provocar tantas filias como fobias aunque su lectura pausada dentro del conjunto del proyecto ideado por Morrison lo convierte en una de sus piedras angulares y quizás la más ambiciosa en cuanto a forma y contenido.
En
el aspecto gráfico, aunque los diversos dibujantes - Chris Sprouse, Frazer
Irving, Georges Jeanty, Lee Garbett, Pere Pérez, Ryan Sook, Yanick Paquette –
cumplen sobradamente en sus respectivas historias la ausencia de un criterio
unitario al tratrarse de dibujantes con estilos tan dispares le resta coherencia a la obra. Especalmente me gustaría destacar el trabajo de Yanick
Paquette y Ryan Sook, cuyos estilos gráficos se adaptan mejor que los demás a
las ambientaciones de las historias que les han tocado en suerte y sus
versiones del personaje me resultan más convincentes..
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