Es una pena que el ministro
Montoro ningunee de tal modo el cine español como para despreciar su existencia y por mera ignorancia o
directamente mala fe a la hora de disparar al bulto esté pasando por alto que
la animación española es por calidad una de las mejores del mundo sin que nada
tenga que envidiar a otras más cacareadas. El último ejemplo lo tenemos con
“Justin y la Espada del
Valor”, obra enteramente española que nada tiene que envidiar a los productos
anglosajones de Pixar o Dreamworks, dando un poco de pena que por falta quizás
de mayor promoción pueda pasar desapercibida (este fin de semana éramos menos
de doce personas en la sala).
Justin es un joven hijo del
mayor abogado del reino y nieto de su principal caballero que sueña con emular
las gestas de su abuelo a pesar que la caballería ha sido prohibida en el Reino
y su padre pretende que estudie leyes como él. Apoyado únicamente por su
abuela, Justin partirá en busca de la espada de su abuelo para convertirse en
el caballero con el que sueña ser y de paso salvar al Reino de los malvados
planes de Heraclio, el caballero renegado que asesinó a su abuelo y reúne un
ejército para conquistar el desprotegido Reino.
“Justin y la Espada del Valor” es la mejor película de animación que
llevo vista a lo largo de año y lo digo con conocimiento de causa ya que por la
edad de mi peque me he tragado unas cuántas. Quizás visualmente no sea la más
impactante pero sí la que, sin el resguardo del aparato comercial de las grandes
corporaciones ni el cobijo de ser continuación de éxitos anteriores o estar
protagonizadas por personajes de tebeo, me ha enganchado más gracias al cuidado que
se percibe en cada uno de los detalles y la construcción de una historia apta
para niños de todas las edades pero con los suficientes guiños cómicos como
para resultar también atractiva a los adultos (no como la tendencia actual que
es precisamente la contraria, que los gags son tan adultos que se olvidan casi
de que los niños han de entender sus guiños ya que se supone son su público potencial). “Justin y la Espada del Valor” practica un humor blanco e inteligente
para contar una historia cargada de aventuras y repleta de una galería de
personajes estupendamente diseñados por los que el espectador no puede más que sentir simpatía.
Con una animación más que
correcta y el trasfondo de una historia de ribetes clásicos modernizada solo lo
justo para satisfacer los gustos de los más jóvenes, “Justin y la Espada del Valor” no inventa nada pero revalida las
fórmulas clásicas en una historia para disfrutar en familia e incorpora valores de siempre que nunca han estar trasnochados.
Ideal para que el ministro
Montoro lleve a sus hijos o nietos aunque quizás ya los haya llevado y se haya
creído que era una peli yanqui.
3 comentarios:
Pues mira, me la apunto. Tenía ganas de verla, pero no estaba seguro de si merecía la pena o se quedaría en otro producto de entretenimiento muy vacío como, por desgracia, ocurre con muchas cintas de animación hoy día. Aunque me temo que esperaré a que salga en alquiler DVD Blu-ray. Es una pena, pero el cine ha alcanzado unos precios de infarto. :(
Buen post! La vi hace una semana y la animación y los personajes están muy conseguidos. Los críos se lo pasaron en grande.
Jolan,
Pues sí, es una pena lo del alto precio de los cines. La pescadilla que se muerde la cola.
Espero que te guste la peli.
Pablo H.
Me alegro que coincidamos en la apreciación. Para mí el principal indicativo que la pelicula merece la pena precisamente es ese que comentas, que los más pequeños se lo pasan bien viéndola y pasado el tiempo la recuerdan.
Impacientes Saludos.
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