En la estela de la línea en
la que recupera los clásicos “Creepy” y “Eerie” y tras un primer volumen
monográfico dedicado al gran Richard Corben, Planeta publica un segundo tomo
dedicado a recopilar las obras que el no menos carismático Bernie Wrightson
realizara para la Editorial Warren en sus cabeceras principales, “Creepy”,
“Eerie” y "Vampirella". Realmente pocos autores con una trayectoria tan corta causaron tanto
impacto como las pocas historias que un Wrightson en su mejor momento realizase
para Warren y quizás por eso, tanto años después, siguen siendo recordadas y
reeditadas.
En este cuidado tomo
unitario que ha contado con la supervisión de José Villarrubia para que las
tintas del maestro brillen en todo su esplendor se recogen historias
fundamentales del terror en el noveno arte, como las historias que realizase
junto a uno de sus compinches habituales, el guionista Bruce Jones en las que
seguramente son las cimas más altas de su asociación, en historias como “El hombre que Ríe”, “Pastelito Campestre”, “Clarice” y, sobre todo, la destacadísima “Jenifer”. Aunque sea esta última la que más
loas ha alcanzado por parte de la crítica especializada con razón y una de las cimas de la historieta corta de
terror made in E.C. Cómics y por
extensión Warren, cualquiera de las otras tres es buena muestra la gran
compenetración existente entre guionista y dibujante siendo mi preferida de las
cuatro la experimental “Clarice” en la que complementando perfectamente texto y
dibujo se desarrolla una intensa y romántica historia de terror gótico más allá
de la muerte.
Estas cuatro historias ya
justificarían la compra del tomo, pero el resto del contenido también es de lo
más destacable mostrando como el talento de un Bernie Wrightson que daba lo mejor de
sí inspirado y con amplios plazos para desarrollar sus historias puede
desarrollar todo su potencial para el dibujo de los monstruos más macabros y la
consecución de climax terroríficos es casi sobrenatural. En ese sentido, como bien se señala en el
prólogo Villarrubia, Wrightson logra llevar un paso más allá dos influencias
tan distantes como Frazetta o Ingles, reinterpretando el primoroso estatismo
ilustrado del primero junto a la capacidad para el golpe de efecto mostruoso
del segundo
Del resto de historias
incluidas en el tomo mención especial merecen la estupenda “Anochecer”, con
guión del editor Bill Dubay, la impresionante “El gato negro” y la climática
“Aire Frío“ (guionizadas ambas por el propio dibujante) o “Una Saga Marciana”
con guión de Nicola Cuti. En estas historias quedan patentes en el esplendido
dibujo de Wrightson sus influencias literarias adaptando historias de Poe y Lovecraft, mientras que en las otras dos
historias se homenajea a clásicos del cómic como el “Little Nemo” de Windsor
McCay o el “Flash Gordon” de Alex Raymond, respectivamente. También resulta
interesante en ese sentido “Dick Swift y su anillo de energía eléctrica”, una
tierna historia fantástica guionizada por Bill Dubay y que Roger Stern debió
tener en mente a la hora de inspirarse para la famosa “El niño que coleccionaba
Spiderman”.
También en este tomo se
recogen las historias en las que Wrightson exclusivamente realizó tareas de
entintandor de otros dibujantes mostrando que en este terreno fue/es uno de los
mejores, reforzando el trabajo a los lápices de un dibujantes ya consagrado por aquella época
como Carmine Infantino en ““Pastelito Campestre” y “Dick Swift y su anillo de
energía eléctrica”, o un joven talentoso llamado Howard Chaykin en “Reuben
Youngblood: ¡Detective privado!”, un pastiche detectivesco guionizado por Budd
Lewis que para mí es la peor historia de todo el tomo.
Sin embargo, sus historias
en solitario como “El monstruo de Pepper Lake” -una revisión del mito del monstruo del lago
Ness- y sobre todo la historia que cierra el volumen “El monstruo del fango”,
la única en color que es un claro referente precursor de otra de las grandes
obras posteriores del dibujante. “Frankenstein”, vuelven a dejar constancia de
su solvencia artística primando la fuerza de sus composiciones frente a la
sencillez de sus tramas..
Aparte de todas las
historias mencionadas el libro recoge cuidadosamente restauradas las diversas
ilustraciones que Wrightson realizó para las revistas Warren y que demuestran
el descomunal talento como ilustrador del dibujante.
En fin, es una pena que la
etapa de Bernie Wrightson en los cómics Warren no se prolongase más a pesar de contar con
todos las ventajas para ello (Wrightson era la niña de los ojos de Warren y el
dibujante hacía lo que más le gustaba, historias de terror, aplaudidas por el público y la crítica). Sin embargo, duró
poco y probablemente por ese motivo las historias recogidas en este volumen son
tan recordadas y destacables. Un tomo
imprescindible para entender toda una época del cómic.
8 comentarios:
Una compra muy interesante. Vale la pena. Grandes historias de Wrightson... y Bruce Jones, una debilidad mía.
Pacientes saludos.
Tristan,
En esta época, Jones quizás firme sus mejores trabajos. Con posterioridad lo que ha hecho no ha llegado a este nivel aunque puede que el paso del tiempo le haya perjudicado.
Impacientes Saludos.
Pues ya tengo muchas de las historias en recopilaciones de Cimoc o Zona 84 o algo así, pero aún así picaré con este tomo.
Jennifer es una de mis historias cortas favoritas de siempre. Pero es que además Wrightson está ahí que se sale.
Daniel Merrick,
Sí, en todas las historias que dibuja en este tomo está espectacular. Seguramente fue su gran momento artístico.
Impacientes Saludos.
Este, y el de Frankenstein ;-)
Bernie,
Cierto. Lo que pasa es que el Frankenstein es más ilustración que cómic, aunque el trabajo de Wrigthson sea impresionante, claro.
Impacientes Saludos.
PAblo,
de acuerdo que aquí Jones se sale pero su etapa en Hulk, mucho más reciente, es también muy recomendable. Pero ya he dicho que es una debilidad...
Pacientes saludos.
Tristán,
Sí, el Hulk de Jones estaba bastante bien pero en sus últimos trabajos para DC no acaba de estar entonado del todo.
Impacientes Saludos.
Publicar un comentario