Completa la terna de novedades que Planeta ha presentado este mes relacionadas con Robert Kirkman el cuarto (y último) tomo de “El asombroso Hombre-Lobo”, entretenidísimo spin off de “Invencible” que llegó hasta los 25 números.
Nos encontramos ante una trepidante entrega en la que los sucesos se precipitan. Gary Hampton, El Hombre Lobo, infiltrado en el grupo del Semblante descubrirá al fin su misterioso plan maestro y, para limpiar ante todos su nombre, se enfrentará a espeluznantes monstruos abisales encerrados bajo Stonehenge. Sin embargo, cuando la vida por fin parece que le vuelve a sonreír y ha encauzado su relación con su díscola hija, sus ansias de venganza le llevan a pergeñar un plan para acabar de una vez por todas con su odiado enemigo el vampiro Zacarías mientras que El Antiguo, el Hombre Lobo primigenio, le buscará para que finalmente se enfrente a él y reciba el legado para el que está predestinado.
A estas alturas, Kirkman y Howard debían ser conscientes que la serie iba a ser cancelada y tuvieron el detalle de cerrar todas las tramas planteadas de una manera bastante apañada en una saga que se desarrolló a lo largo de los últimos cinco números. Kirkman deja constancia que tenía buenas ideas para haber podido continuar con la serie y que algo más pulidas podrían haber dado bastante de sí. Concentradas en un único arco, queda todo algo embarullado y algunas de las reacciones de los personajes resulten un tanto forzadas pero el ritmo frenético que el equipo creativo imprime a la historia en su recta final es tal que esas cuestiones quedan en segundo plano y uno se rinde ante el divertimento sin complejos propuesto por los autores en un fin de fiesta que reune a la mayor parte de los personajes que han ido apareciendo a lo largo de toda la serie.
No quiero dejar de destacar una vez más el gran trabajo de Jason Howard, tanto en este último tomo como a lo largo de la serie. Howard se adapta como pocos al estilo narrativo ágil y directo que Kirkman imprime a sus series superheroicas sin necesidad de recaer en las irritantes repeticiones de viñetas que tanto le gustan al guionista. En esta entrega, a sus muchas cualidades ya comentadas en anteriores entradas une una clara evocación kirbiana con esos monstruos antediluvianos tributarios de The King.
Como resumen final, recalcar que me ha encantado por su simplicidad “El asombroso Hombre-Lobo”, una alegre serie de superhéroes sin más pretensión que divertir y hacer pasar el rato al lector algo que debería ser el abecé del género y en muchas ocasiones se olvida. A fe mía que los desgastados multiversos de las dos grandes deberían tomar buena nota de la alegría contagiosa que desprenden los desacomplejados superhéroes Image, ideados en su mayor parte por Kirkman, en sus próximos relanzamientos.
Más sobre esta serie aquí, aquí y aquí.
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