jueves, 10 de marzo de 2011

Alcatena, los superhéroes y Conan.

P: Usted dijo en un reportaje del 96:”Al dibujante argentino no le gusta dibujar superhéroes, le interesa sólo por la paga”. Es resaltante, que dentro de su variada temática de sus publicaciones, se encuentren los superhéroes más destacados de la Marvel y la DC, incluyendo también la fantasía heroica encarnada en Conan el Bárbaro ¿Cual es el balance personal de su desempeño en el exigente mercado norteamericano? ¿Se siente satisfecho con lo realizado? ¿A qué se debe su fascinación por el personaje de Conan?

Alcatena: Cuando yo dije eso fue el 96. Todavía, comparativamente, había pocos dibujantes argentinos de superhéroes. Entonces hablaba desde la perspectiva de mi generación. A los dibujantes mayores que yo, no les interesaban los superhéroes, quizá los que vinieron después sí. Varios, realmente, no sé si les gustan mucho, pero ellos se educaron más con los superhéroes y se esfuerzan mejor por dibujar esos personajes. Hasta mi generación, yo era uno de los pocos que leía superhéroes. A los historietistas mayores no les interesaban para nada, no les entusiasmaban. Salvo Silvestre Szylagyi que era la solitaria mosca blanca, un lector fanático y la única excepción.

Yo me formé con las Novaro y más tarde descubrí las Marvel y me encantaron. Hasta ese momento no había interés por superhéroes en Argentina. A mi si me gustó dibujarlos y disfruté mucho algunos de los trabajos que hice para ellos. Fue un poco el sueño del pibe, dibujar a Batman, el personaje que uno ha leído de chico, dibujar Los Cuatro Fantásticos. Era gratificante pero fue un tiempo y ya está, no me interesaría volver a hacerlos, es más, porque la forma de hacer superhéroes que a mí me gusta, no es la que está en boga. El tratamiento que hoy en día se le da a ese género no me resulta interesante. No me gusta siempre la temática “realista” o “madura”. Para mí los superhéroes deben tener una cuota de ingenuidad, pues es absolutamente para chicos. Ahora lo veo muy adulto y el superhéroe para adultos, no me lo creo mucho. Salvo Watchmen que es una obra maestra, pero es otra cosa. Entonces fue una época de dibujante que disfruté. Es un mercado severo, pero no más que otros. Exigente en la medida que es muy riguroso con el cumplimiento de los tiempos de entrega, pero no les interesa que el trabajo sea superlativo, sino que esté a tiempo.

Conan es diferente porque es otra cosa, tiene que ver más con mis gustos permanentes. Cuando lo descubrí en el comic de Barry Smith el 70-71, fue descubrir la fantasía heroica, poco después también descubrí las novelitas de Conan, con las famosas tapas de Frazzetta, que me deslumbraron totalmente. Me gustaba porque el género de la fantasía heroica, de espada y brujería me resultaba muy cautivante. El hecho de mezclar la antigüedad, que siempre me había fascinado, con lo sobrenatural, con lo mítico, pero en clave de invento: Capas y espadas con brujería, era un coctel irresistible por todas las imágenes que suscitaban, pues está muy imbricado con toda la literatura de la épica: El rey Arturo, La Ilíada, los cuentos fantásticos de Las mil y una noches. Todo eso se encontraba en Conan.

Fue un personaje que me encantó. Me agradó mucho lo que se hizo en el comic, el trabajo de Barry Smith, de John Buscema. Eso sí, disfruté enormemente cuando hice mi temporada de Conan a principios de los noventas, porque ahí me sentía más a mis anchas. Era el universo en que a mí me gustaba moverme, no tanto el ámbito urbano de los superhéroes, sino este mundo más antiguo de espada, pues disfrutaba recreándolo. Conan es un personaje que me sigue cautivando. No haría esa fantasía del héroe musculoso si no me interesara tanto. Las cosas que hacemos con Eduardo Mazzitelli están inscritas en la fantasía también.
(Como parece que el trabajo de Enrique Alcatena nos gusta a unos cuantos y es un autor a reivindicar en España, enlazo la entrada anterior con un extracto de una de las más interesantes exhaustivas y recientes entrevistas que circulan por la blogosfera del dibujante argentino. Se trata de una extensa entrevista dividida en tres partes realizada por Gabriel Zárate para la FIL 2010 de Lima. Podéis leer la entrevista completa la podéis leer aquí, aquí y aquí).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vigila a los arropieros madrileños de la segunda mano que en la Coruña han aparecido álbums de Thalos (El libro secreto de Marco Polo) de saldo. ¡Y no los compra nadie!
Tuve que donar yo el de Marco Polo.

Ismamelón

PAblo dijo...

Ismaelón,

Gracias. Me pongo a husmear cuan sabueso londinense.

Impacientes Saludos.