jueves, 22 de abril de 2010

"Los Perdedores”, de Andy Diggle y Jock.



Antes del estreno de la película, le he dado esta Semana Santa un repaso a “The Losers”, la serie del sello Vertigo en la que se inspira y que fuera publicada en España inicialmente por Norma y Planeta -al perder Norma los derechos a favor de Planeta, la primera publicó los primeros dos arcos arguméntales y la segunda los tres últimos- y que Planeta acaba de reeditar de manera unitaria en un único tomazo que debe reunir la serie original completa.

En esta serie asistimos a las peripecias de un grupo de comandos de operaciones especiales del ejército estadounidense supuestamente asesinados por sus superiores cuando se mostraron demasiado independientes en el curso de una misión secreta. Los perdedores viven en la clandestinidad intentando descubrir quién los traicionó para lo que intentan desmantelar las operaciones encubiertas de un grupo secreto que existe dentro de la misma la CIA. En el fruto de sus operaciones, descubrirán que el poder en la sombra que casi acabó con ellos en Afganistán no es otro que Max, un misterioso y ubicuo agente que parece ser el centro de todas las conspiraciones desde hace más de cincuenta años, planeando todas las operaciones sucias que han provocado guerras y asesinatos desde la Guerra Fría hasta nuestros días. Los Perdedores irán descubriendo las claves del plan maestro de Max para asegurar la supremacía norteamericana durante el próximo milenio, un delirante plan que puede poner en peligro la estabilidad mundial y desencadenar la III Guerra Mundial. Si queréis saber si lo consiguen o no, tendréis que leeros el tebeo.

En 2003, Diggle y Jock tomaron un grupo de personajes de guerra de la II Guerra Mundial que vegetaban en el trastero de DC y los relanzaron en un cómic moderno de acción desenfrenada en el que firmaron el que probablemente haya sido el mejor trabajo de ambos hasta la fecha. Si en el primer arco argumental, la historia quizás resulte un tanto deslavazada (al principio la serie se planificó como una miniserie de seis episodios para prolongarse debido a su éxito hasta los 31 finales) es a partir del séptimo número en el que los autores empiezan a mostrar las distintas piezas de un puzzle que no acaba de encajar perfectamente hasta los últimos números gracias a una original narración que huye de la linealidad y facilitar la lectura a los lectores. Diggle y Jock utilizan múltiples referencias cinematográficas y televisivas de éxito probado que van desde “El Equipo A” hasta “Sospechosos Habituales” mezclada en un cómic de acción que se desarrolla a un ritmo frenético sin olvidar por ello ir profundizando progresivamente en las motivaciones de los principales personajes.

Andy Diggle se muestra como un guionista muy competente e informado ambientando perfectamente la acción de la historia en el bullicioso panorama mundial de la primera década del milenio cuando conflictos como los de Afganistán o Irán estaban en plena ebullición dando verosimilitud a las increíbles aventuras de sus personajes. Diggle se beneficia de la ausencia de continuidad y contar con mano libre sobre los personajes para hacer lo que le da la gana y describir todo tipo de traiciones, engaños y enfrentamientos en una trama compleja de espionaje y conspiraciones de la que los protagonistas son meros instrumentos.

Si bueno es el guión de Diggle, el punto fuerte de la serie es el apartado gráfico donde brilla con luz propia el británico Jock quién a través de una agresiva composición de página y forzadas perspectivas aportar originalidad a un género en el que todo está inventado logrando ir equilibrando sus complicadas composiciones con el sentido narrativo de una historia en la que nada queda al azar. El estilo de Jock es enérgico, minimalista y conciso centrando el desarrollo de las escenas de acción en el uso de onomatopeyas y reduciendo el uso de fondos en la medida de lo posible para trasladar al lector toda la fuerza de las acciones de los personajes jugando con el ritmo de lectura sabiamente. Jock gusta de usar de colores desvaídos y fríos que dan a toda la historia una atmósfera oscura que casa bien con el espíritu y los tiempos en los que se desarrolla la historia. Jock mama de Steranko, Mignola y Miller y demuestra haber asimilado muy bien sus lecciones. Jock realizó, además, todas las portadas de la serie, una faceta en la que es uno de los mejores artistas del momento.

En fin, esperemos que la película esté a la altura de este estupendo cómic. Crucemos los dedos.


Los arcos de la serie son:

Doble o Nada.
No va más.
Trifecta.
Cuerpo a Cuerpo.
Fin del Juego.

Otras obras de Jock en El lector impaciente:
Faker

2 comentarios:

Cinemagnificus dijo...

Habrá que meterle mano.

Intereseting.

PAblo dijo...

Cinemagnificus,

Si te animas, ya nos cuentas.

Impacientes Saludos.