lunes, 19 de enero de 2009

“La Clase” de Laurent Cantet


Ayer fui a ver “La Clase”, película ganadora de la espiga de oro en el Festival de Cannes y una de las más firmes candidatas en su momento (aunque va a ser que no) a estar entre las nominadas a mejor película extranjera en la ceremonia de los Oscar de este año. Y salí del cine sin saber muy bien a que carta quedarme ya que aunque a la película no se la puede negar sus méritos como documento social para mí no pasa de ser un buen documental.

Existe en el cine todo un subgénero que se ha acercado con mayor o menor fortuna al mundo de las aulas y los estudiantes conflictivos. Hay tenemos por ejemplo películas tan buenas como “Rebelión en las aulas” o tan malas como “Mentes Peligrosas”, pasando por más que honradas películas realizadas por nuestros vecinos franceses como “Ser y tener”, que podría considerarse precedente inmediato de esta “Entre le murs”, que por los caprichos del traductor, a nosotros ha llegado transformada en “La Clase” para que todos tengamos mascadito de que va desde el principio. Casi todas esas películas que tienen como marco las relaciones entre profesor y alumnos adolecen por su tono más o menos paternalista o por su abuso del melodrama, vienen a pecar del mismo vicio, dar una visión sesgada de la problemática en las aulas que acaban convirtiéndolas en historias predecibles e intercambiables entre sí. Algo de eso le pasa también a “La Clase” aunque Laurent Cantet logra, como principal aliciente de la cinta, cierta objetividad a la hora de resumir durante dos horas y cámara al hombro el particular microverso que es una clase de instituto en un barrio de París durante todo un curso, reflejando sin partidismos las frustraciones del profesor François (François Bégaudeau) a la hora de enseñar a adolescentes inmigrantes procedentes de diferentes culturas. La película se centra de una manera bastante honrada en trasladar al espectador las vivencias de primera mano que se viven en una clase para que sea él mismo quién saque sus propias conclusiones aunque se eche a faltar un esqueleto argumental más sólido que dé coherencia y trabazón a las experiencias mostradas por Cantet en un cine carente de todo artificio y con clara vocación testimonial.

Ya saben, si se cansan de las ficciones huecas que nos llegan del otro lado del charco, “La Clase” puede ser una buena oportunidad para darse de bruces con una realidad mucho más cercana de lo que podamos creer. Y, si no, al tiempo.

3 comentarios:

tristan dijo...

No he visto La Clase pero una película que a mi me pareció espléndida en este sub-género y que también es francesa es Ça commence ajour-d'hui (Hoy empieza todo) de Bertrand Tavernier donde aunaban la vocación documental con la ficción. Me pareció un peliculón en la línea del maestro francés como con L627, L'appat (La Carnaza) u otras.
Pacientes saludos.

el tio berni dijo...

Creo que la falta de ese esqueleto argumental es precisamente uno de los puntos fuertes de la peli, un acierto. Es una forma más de no dirigir al espectador, ni a llegar a unas conclusiones determinadas, ni tan siquiera a juzgar el problema en función de un curso de acción artificioso. Me pareció una película excelente y me mantuvo pegado al asiento de principio a fin, no eché nada en falta.

PAblo dijo...

Tristán,

"La Carnaza", peliculón pero "Hoy empieza todo" no la he visto aunque me fio de tu criterio. Tavernier me suele gustar.

Berni,

Está claro que la endeblez argumental es un recurso de Cantet con el que a mi entender busca hacer más participe al espectador de los sentimientos que el profesor vive en la clase. Yo creo que lo consigue sólo a medias y a partir de la segunda mitad la película va perdiendo fuelle. De todos modos, me parece muy honrado y valiente por parte de Cantet construir de este modo la historia.
Es la pelicula menos maniquea y partidista que he visto sobre la enseñanza actual.