miércoles, 12 de septiembre de 2007

“El club de los suicidas” de Roberto Santiago.



El cine patrio tan escaso de mordiente en muchas ocasiones para atraer público por la calidad de sus tramas gusta para suplir esta carencia incorporando a actores que han demostrado su tirón mediático en la televisión. Una vez más esta situación se repite en “El club de los suicidas”, la última película de Roberto Santiago (“Hombres felices”, “El penalti más largo del mundo”) y su protagonista, Fernando Tejero, archiconocido por la comedia “Aquí no hay quién viva”.
Probablemente, “El club de los suicidas” tiene más cualidades para atraer al espectador más allá del tirón de su protagonista. Una comedia negra razonablemente divertida en la que un grupo de desgraciados que acuden a una terapia de la seguridad social para eliminar sus tendencias suicidas deciden pasar de la terapia y siguiendo, el modelo del relato de Stevenson de mismo título, ayudarse unos a otros a suicidarse. La cosa va funcionando mal que bien hasta que Antonio, el personaje encarnado por Tejero, se enamora de Ana, interpretado por Lucia Jiménez.
“El Club de los suicidas” es una película que se deja ver y ayuda a pasar el rato con algunos momentos cómicos realmente graciosos (generalmente aquellos en los que aparece el chino) hecha a mayor gloria de Fernando Tejero, un actor del que ya todos conocemos sus registros cómicos y que en esta película no incorpora nada nuevo a lo ya conocido y, en muchas ocasiones, resulta redundante, por lo que hubiese sido más interesante haber dado mayor cancha a personajes secundarios que hacen que la trama, escasamente planificada y con algunos gags no excesivamente originales pero eficaces, funcione. En este sentido, hay que destacar la labor de los excelentes Luis Callejo, Juanma Cifuentes y Cristina Alcázar, actores con una “vis cómica” impresionante y que nos hacen confiar en que la gran tradición de cómicos en nuestro país tiene mimbres para continuar. De Lucía Jiménez hay que decir que está bastante correcta en su papel de guapa de la película y a Tejero hay que recomendarle que busque papeles en un registro diferente - ¿por qué no probar con un papel dramático? - si quiere evolucionar en su carrera como actor que como Benito – perdón, Antonio, en este caso – ya está muy visto. Ah, a los que no les guste la película y piensen salir de la Sala antes de tiempo aconsejarles que no lo hagan porque el mejor chiste se encuentra al final. Así que, ya saben, ármense de paciencia.

martes, 11 de septiembre de 2007

Jane Wyman (1914-2007)


Probablemente, para los más jóvenes este nombre no significará gran cosa pero para aquellos que fuimos niños en los ochenta cuando la televisión se reducía a dos canales y nos apelotonábamos para verla en familia será por siempre la pérfida Angela Channing, la maquiavélica propietaria de los viñedos de “Falcon Crest”. Angela Channing es una de mis malvadas televisivas más queridas porque no había quién pudiera resistirse a esta señora de compostura inmaculada y medida ironía, que acompañada a todos lados de su criado chino Chu-li, se dedicaba a hacerle la vida imposible a los bobos – digo, a los buenos – de una de la series más horteras de todos los tiempos. Sin embargo, la carrera de Jane Wyman ya era larga cuando realizó a “Falcon Crest”. En su carrera cinematográfica figuran títulos como “Belinda”, por el que ganó un oscar a la mejor actriz, “No estoy sola” u “Obsesion”, y para televisión participó en otras series señeras como “Los ángeles de Charlie”, “Vacaciones en el mar” o “La doctora Quinn”. En lo personal, lo más destacable que se puede decir es que tuvo el buen gusto de divorciarse de Ronald Reegan antes que este iniciase su infausta carrera hacia la Casa Blanca. Toda una dama.

Adiós, Sra. Channing.

D.E.P.

“Ex Machina 4: En pie de guerra” de Brian K. Vaughan y Tony Harris



Del último recopilatorio de “Ex Machina”, que incorpora los números 17 al 20 del original, lo mejor que se puede decir es que mantiene la misma línea que las entregas anteriores sin sorprender al seguidor fiel de la serie pero que deja abierta la puerta en su última historia a que se produzca algún giro de los acontecimientos interesante.
“Ex Machina” es una historia atípica dentro del género de superhéroes donde la acción y los enfrentamientos épicos quedan en un segundo plano en busca de un tratamiento más realista y maduro del concepto de héroe. Mitchell Hundred, “La Gran Máquina”, debe capear las dificultades que conlleva ser el alcalde de Nueva York tras el 11S más allá de utilizar sus poderes para aporrear al villano de turno. Este planteamiento queda especialmente en evidencia en el primer arco argumental, “En pie de guerra”, donde Mitchell se ve en entredicho al haber autorizado una manifestación contra en el envío de tropas por parte del gobierno de EEUU a Irak, manifestación en la que participa un miembro de su gabinete, la antigua becaria Journal Moore. La protesta acaba mal cuando los manifestantes sufren un atentado con un arma biológica y una de las víctimas es Journal. De este modo, Mitchel, presionado y preocupado por la trascendencia del problema, usa sus poderes para capturar al culpable. En la segunda historia, “Vida y Muerte” Mitchel, agobiado por un periodista para que se posicione respecto a la pena de muerte, rememora su enfrentamiento con el archienemigo de su etapa superheroica, Pherson, un tipo con un poder parecido al suyo de control de las máquinas pero en su caso aplicado a los animales, un enemigo al que cree que mató pero que en las últimas viñetas de la historia Vaughan deja abierta la puerta a su resurrección.
En este nuevo libro Vaughan (“Y, el último hombre”, "Runaways") sigue demostrando su habilidad para incorporar argumentos realistas a la historia de este superhéroe metido a alcalde de NY aprovechando de este modo para analizar la realidad norteamericana (y global) tras el atentando del 11S. Vaughan, a través de Mitchell, realiza una completa radiografía de la psicosis a la que se enfrenta la sociedad norteamericana dividida respecto al envío de las tropas a Irak e incorpora elementos realistas como la muerte de un inocente en un registro policial en el metro (más o menos tal y como ocurrió en Londres tras sus atentando). Vaughan aporta distintos puntos de vista a través de sus personajes en una historia llena de grises para no tomar partido por ningún planteamiento dejando al lector que tome su propia postura sobre el tema. El segundo arco argumental me parece que va a ser importante en el desarrollo de la serie al introducir a Pherson, el archienemigo que todo superhéroe que se precie requiere y desvela algo más del pasado de la Gran Máquina, lo que abre la puerta a nuevas posibilidades argumentales. Por otro lado, Vaughan sigue manteniendo la misma estructura, por otro lado común a sus dos series: narrar la historia del protagonista a través de continuos flashbacks lo que le permite mantener la atención del lector durante toda la historia intacta.
Del dibujo hiperrealista de Tony Harris tampoco se puede comentar nada nuevo. Es un dibujo correcto que se ajusta bien a la historia de Vaughan pero al que se le nota cierto acomodamiento, quizás en este último tomo más que en los anteriores, un hieratismo en las figuras preocupante y una propensión por el encuadre cinematográfico que en ocasiones hace que chirríe a mis ojos. Sin embargo, a pesar de ello, tanto “Ex Machina” como “Y, el último hombre” son obras que tanto por su temática como por el tratamiento bien documentado de Vaughan están bastante por encima de los productos “mainstream” que se suelen publicar actualmente. De momento, Vaughan tiene mi voto de confianza y mi atención aunque espero que en sus próximos proyectos opte por una estructura narrativa distinta porque los saltos temporales ya ha demostrado que los domina.
Aquí podéis leer sobre anteriores entregas de "Ex Machina" en El Lector Impaciente.

lunes, 10 de septiembre de 2007

Rubén Sosa



A través del correo me enteró de la muerte de Rubén Sosa, dibujante radicado durante más de treinta años en Italia y que, recientemente, había regresado junto a su familia a su Argentina natal. Sosa dibujó algunos de los personajes más emblemáticos de la historieta argentina colaborando con el gran Héctor Oesterheld, que fácilmente nos vienen a la cabeza a todos los aficionados de este lado del charco, como “Ernie Pike” o “El Eternauta” ( ¿Para cuándo una edición digna de "El Eternauta" en España?). Un derrame cerebral acabó con su vida el pasado día 7 de Septiembre.


Aquí os dejo un enlace a una entrevista que Mariano Chinelli le realizó para “Continuum 4”.

D.E.P.

“Hoy, Júpiter” de Landero.



Pocas novelas me han llenado tanto en los últimos años como la última obra de Luis Landero, “Hoy Júpiter”, no tanto por la riqueza de la trama, la perfección de su construcción o la hondura de los personajes, que de todo ello anda sobrada, como de la habilidad artesanal de Landero para la elección de la palabra justa, de la frase concreta, en un castellano rico y conciso, como muy pocos novelistas contemporáneos son capaces de hilvanar en sus obras y convirtiendo su lectura en un raro placer para el lector que, aparte del fondo, desee disfrutar de la forma.
En “Hoy, Júpiter”, Landero nos narra la historia de dos personajes, Dámaso Méndez y Tomás Montejo, dos vidas paralelas de individuos inadaptados e incorfomistas, a primera vista sin nada en común entre sí, pero cuyos destinos confluyen y se entremezclan en el desenlace de la historia. Tomás Montejo, es un profesor de instituto que ha llenado su insustancial vida con la ilusión de la gloria literaria, ilusión que le lleva primero a despreciar la relación con su mujer y posteriormente a engañarla con una alumna en busca de la adulación soñada. Dámaso Méndez, es un hombre de campo victima de los delirios de grandeza de un padre soñador y frustrado, que al no cumplir las expectativas del mismo ve como su cariño y su lugar en la familia son usurpados por Bernardo, un joven aparentemente poseedor de todas las cualidades de las que él carece y que se hace merecedor del cariño del padre. Eso provocará el nacimiento de un odio ciego en Dámaso al que dedicará su vida, odio que le consumirá y que le llevará a perseguir a Bernardo, el culpable de todas sus desdichas y desgracias.
Landero construye una novela en la que la persecución de la ilusión se convierte en una pulsión destructora que paulatinamente socava la vida de los personajes dejando, como único contenido de las mismas, el vacío y el remordimiento ante lo dejado de vivir y como última opción de supervivencia el refugio en la ficción. Alternando la historia de cada uno de los protagonistas, Landero construye una novela que partiendo del relato intimista desemboca en una última parte en que descubre los misterios, grandes y pequeños, que se han ido planteando a lo largo de la narración. Landero nos acerca a las pequeñas grandes cosas que conoce tan bien, la visión bucólica de la vida campesina y el compromiso total con la literatura como opción vital en un desdoblamiento que quizás nos acerque a sus propios anhelos, miedos y demonios.
Si tienen ocasión, léanla, no les decepcionará.

domingo, 9 de septiembre de 2007

Benedicto XVI que estás en los cielos.



Me resulta escandaloso y sonrojante que Benedicto XVI, el sumo representante de su religión en la Tierra, mantenga una actitud tan retrograda y alejada de lo que es el discurrir de los tiempos que le han tocado vivir. No entiendo, por poner sólo un ejemplo, su actitud cerril por ejemplo, respecto al uso del preservativo en África.
Ahora anda por Austria intentando mantener el orden en sus filas y mantener viva la fe en su figura entre unos fieles que a la fuerza se alejan de una Iglesia en la que no encuentran reflejo para sus problemas terrenales, predicando sobre cómo deben vivir los demás su vida y adoctrinando sobre cosas de las que no entiende ni entenderá. Mientras tanto, la diócesis de San Diego pagará la simbólica cantidad de 122 millones de euros (198 de dólares) para evitar que las víctimas de los abusos de sus sacerdotes les lleven a juicio aprovechando que la legislación norteamericana no parece entender que, de determinados delitos, es víctima toda la sociedad y no sólo aquellos que los padecen.
Supongo que Benedicto XVI sobre este tema no dirá nada y escurrirá el bulto con una mirada al cielo y una oración. Suma y sigue.

Para leer más al respecto aquí y aquí.

“Príncipe Valiente 3” de Manuel de Caldas: una distribución difícil.


A través de Crisei y La Cárcel de Papel me entero de las dificultades que ha encontrado Manuel de Caldas para distribuir en España su excelente edición de “Príncipe Valiente” de Hal Foster. Al parecer, a causa de unas nuevas condiciones contractuales de King Features Syndicate, la distribución de la edición de Caldas sólo puede realizarse en España a través del correo y no por el medio más lógico, el de las librerías especializadas.
La edición de la obra de Caldas en España ha estado marcada por las dificultades desde el principio, no sólo las inherentes a que un aficionado con más ilusión que medios lleve a cabo una tarea de esa envergadura como por el hecho a que su edición haya coincidido en el tiempo con la publicación en España de otra edición realizada por Planeta, una de las editoriales de mayor tradición en la publicación de cómics en España y con una gran influencia dentro de la “industria”.
No voy a entrar en la polémica sobre cuál edición es mejor o peor porque a cualquier aficionado que haya podido comparar una y otra la respuesta le saltará a los ojos por sí sola por evidente y cada cuál debe ser libre para optar por una u otra. Lo que es una lástima es que se prive a Caldas del canal lógico de distribución de su obra entre los aficionados para que la competencia sea ciertamente justa. Y aún es más triste que, al parecer, no puedan cohabitar las dos ediciones en el mercado español cuando - creo - son perfectamente compatibles. La edición de Planeta es más popular y económica lo que puede atraer a nuevos lectores a este clásico del cómic mientras que la de Caldas está dirigida más bien a un público que ya conoce la obra y busca un tratamiento más cuidado que realce el genial dibujo de Foster.
En definitiva, los mayores perjudicados de toda esta historia somos los aficionados al Cómic.

viernes, 7 de septiembre de 2007

“Death Proof” de Quentin Tarantino.



Aprovechando el día del espectador, el miércoles me acerqué a ver “Death Proof”, la película que Quentin Tarantino realizó para el proyecto a pachas con su colega Robert Rodríguez, “Grindhouse”. Ya saben, los dos amigos decidieron homenajear las sesiones dobles de los años sesenta y setenta en que proyectaban películas de serie Z, casquería y cine cutre en general, que en España por el capricho de las distribuidoras y productoras decidieron separar para ver si así lograban mayor tirón entre el público.
Vista la película se puede decir que cumple perfectamente las condiciones de la serie Z en la que la acción y las persecuciones juegan un papel importante y con imaginación intentar paliar la falta de recursos y, al mismo tiempo, es una película completamente “tarentiniana”, incluso, en cierto modo, es posible que sea en la que mejor se aprecia buena parte de los trucos de este tipo tan genialmente peculiar, si acaso los más fáciles y efectistas. Y es que en “Death Proof” tenemos los diálogos delirantes que atrapan al espectador más allá de lo que está viendo como en “Reservoir Dogs” o “Pulp Fiction” (ojo a las conversaciones en el coche que dura su buena media hora) y tenemos mujeres exuberantes de armas tomar como en “Kill Bill 1 y 2” o “Jackie Brown” (las ocho protagonistas en ese sentido cumplen sobradamente aunque yo destacaría a Vanesa Ferlito y su bailecito sexy) además de una banda sonora selecta basada en clásicos olvidados de los 60 y 70 que también conoce y sabe utilizar el director. Y, a estas alturas, se preguntarán ¿merece la pena “Death Proof? Pues “Death Proof” señores y señoras es una macarrada. La película see divide en dos partes (esto es también muy tarentiniano): una primera parte en la que las chicas pasan buena parte del tiempo charlando intrascendentemente sobre sexo, drogas y coches hasta que el malvado Especialista Mike (estupendo Kurt Russell) aparece para cargárselas y, una segunda parte, en la que otro grupo de chicas distintas pero que se dedican a hablar más o menos de lo mismo mientras comen hamburguesas y se compran un coche hasta que son también acosadas por el Especialista Mike aunque en esta segunda ocasión el malo da con la horma de su zapato. Y, esto es todo, un argumento de “cartoon”… todo para cualquiera que no esté en la misma onda de Tarantino pues la película está repleta de bromas, referencias cinematográficas y violencia exagerada y gratuita que hará disfrutar al público fiel del director, que encontrará exactamente aquello que espera y desesperará a aquellos que no les guste su cine, pero a estas alturas de la fiesta, todo el mundo sabe lo que hay en las películas de Tarantino. “Death proof” no es ni de lejos la mejor película de Tarantino y es de esperar que en algún momento este decida madurar y ofrecernos un proyecto completamente original y no homenajes a los géneros que le gustan (aunque lo haga tan bien) pero, mientras tanto, se divierte y nos divierte a todos los que disfrutamos de su cine exagerado y gamberro. Por otro lado, la película cumple sobradamente con las condiciones del proyecto “Grindhouse”, la atmósfera setentera está lograda aunque luego los personajes no paren de usar los móviles y saquen algún cartel de películas posteriores como “Scary Movie” e imita bastante bien la cutrez de esas películas llenas de granulado y cortes. Pero todo se perdona porque forma parte de la gamberrada.
No esperen entrada sobre la primera parte de “Grindhouse” dirigida por Rodríguez, “Planet Terror" ya que es un director que no me llama demasiado la atención si exceptuamos las excelentes “Abierto hasta el amanecer”y “Sin City” (aunque en estas películas siempre me queda la duda donde empieza su mérito y acaba el del propio Tarantino ó el de Frank Miller).
Ya me contarán que les parece...

jueves, 6 de septiembre de 2007

Luciano Pavarotti (1935-2007)

Aunque se veía venir, el levantarse con una noticia como esta hace que te recorra un escalofrío por la espalda. Ha muerto Luciano Pavarotti del cáncer de pancreas que padecía desde hace años. Pavarotti era uno de esos extraños personajes que caía simpático a todo el mundo, tanto aquellos aficionados a la ópera que disfrutaban de su voz privilegiada como de los que no lo eran tanto y no podían evitar una sonrisa ante la imagen de ese hombre rebosante de humanidad y en apariencia eternamente feliz. Pavarotti fue la tercera pata del taburete, que junto a Plácido Domingo y José Carreras hizo accesible el “bel canto” a aquellos que lo desconocían y lo consideraban coto cerrado de los cultistas o los privilegiados y, que a partir de sus actuaciones apasionadas, empezaron a berrear “I pagliacci” en la ducha aunque no supieran quién era Leoncavallo, ni falta que les hacía.

D.E.P.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

“Un viejo que leía novelas de amor” de Luis Sepúlveda.



Hay novelas que llegan tarde. Entiéndame lo que quiero decir. Hay novelas que probablemente escritas unos años antes (los años póngalos ustedes) se hubieran convertido por mor de las modas, de los contextos históricos o por váyase a saber el motivo, en novelas referenciales para una generación o un movimiento literario, respuestas fáciles para un concurso de cultura general o una encuesta de opinión. Y esa es la impresión que me produce cada vez que leo o releo “Un viejo que leía novelas de amor” de Luis Sepúlveda (“Mundo del fin del mundo”, “Nombre de torero”), una novela publicada por primera vez en 1989 y en estas tierras de España en 1993 por Tusquets Editores, una novela que reúne todos los elementos para haberse convertido en una pieza clave del “realismo mágico” latinoamericano si se hubiera escrito cincuenta años antes y que, sin embargo, ha pasado bastante desapercibida.
“Un viejo…” narra la historia de Antonio José Bolivar Proaño, un anciano habitante de El Idilio, un remoto puesto perdido en la Amazonía habitada por los shuar (popularmente conocidos como jíbaros) sin otra distracción en su solitaria y dura vida que leer novelas de las “que hablan del amor con palabras tan hermosas que a veces le hacían olvidar la barbarie humana” que le lleva dos veces al año su amigo el dentista Rubicundo Loachamín y dedicarse a la caza del tigrillo, procurando mantenerse alejado de las ambiciones y locuras de sus convecinos blancos. Sin embargo, se ve requerido por el avaricioso, corrupto y asqueroso alcalde del pueblo para dar caza a un tigrillo que ha matado a varias personas. Durante la caza, Antonio José descubrirá los verdaderos motivos que llevaron al animal a convertirse en un matahombres y le llevará a sentir una mayor comunión con el animal que con sus congéneres.
En esta novela corta, Sepúlveda incorpora y homenajea a los grandes de la literatura americana del último siglo. Desde el “Realismo Mágico” militante del mejor Garcia Márquez y el “Indigenismo” de Ciro Alegria hasta el Hemingway de “El viejo y el Mar” ó el Steinbeck de “La perla”, todos están muy presentes en esta obra para conformar la personalidad de José Bolivar, el protagonista del que se sirve Sepúlveda para denunciar los problemas a los que se enfrenta la selva amazónica. La novela está escrita en un estilo sencillo y directo accesible a todas las edades, que seducirá a un lector fascinado por la caza del tigrillo y la humanidad de José Bolivar. Lo dicho: publicada treinta años antes esta novela hubiera sido cabeza de león de un movimiento de denuncia del Amazonía, pero en 1989 no deja de ser cola de ratón de la novela latinoamericana. Si les gustó “El viejo y el Mar” o “El mundo es ancho y ajeno” ya están tardando.

martes, 4 de septiembre de 2007

“Batman” de Grant Morrison y Andy Kubert: buenas sensaciones.



Publicados ya tres números del Batman de Grant Morrison (“Doom Patrol”, “Los Invisibles”) por Planeta Agostini las sensaciones son positivas. Morrison, un guionista de mucho recorrido ya en el mundillo, parece que ha decidido tomar el toro por los cuernos y sin dejar de lado la senda abierta por Miller y su Año Uno hace ya muchos años sabe imprimirle un nuevo toque de humor que le sienta bastante bien a la historia al tiempo que dota a la trama de la suficiente espectacularidad como para que Andy Kubert (“1602”, “X-Men”) pueda desarrollar su enorme potencial a los lápices.

(Posible SPOILER)
Para empezar, Morrison está intentando profundizar la puerta que dejó Mike W. Barr en su excelente “Batman: hijo del Demonio” y que en su momento no le dejaron desarrollar incorporando al universo batmaniano al hijo que tuvo con Talia, la hija de Rash Al Ghul, un niñito “encantador” entrenado por los mejores maestros de la Liga de los Asesinos, al que Talia deja a cargo de papá Batman para que asuma sus obligaciones parentales. Un encargo envenenado en el que no queda claro si las intenciones de Talia son que el hijo finiquite al padre o el padre al hijo, o ambos entre sí dejándola a ella el campo libre para desarrollar sus planes. Por otro lado, la relación entre Damian (la elección del nombre no ha sido muy original, no) y Robin parece que va a ser cuanto menos tensa.
(Fin del Posible SPOILER)

En definitiva, parece que Morrison sabe a lo que juega y está poniendo las bases para hacer un Hombre Murciélago innovador y, al mismo tiempo, fiel al trabajo de los mejores guionistas anteriores. De momento, el tebeo es entretenido y equilibrado entre el humor y la acción dosificando el protagonismo de Batman con la intervención de los secundarios y recuperando para la causa a Alfred y a Bruce Wayne, el alter ego de Batman.
En el aspecto gráfico Andy Kubert está en su línea construyendo un cómic rico en detalles con el único pero de cierta confusión en la composición de algunas viñetas de acción.
Discutible es la elección del formato por parte de Planeta publicando un episodio yanqui de "Batman" con un episodio de “Detective Comics”, guionizado por Paul Dini y dibujado por diferentes dibujantes. En “Detective Comics” se supone que se centran en historias autonclusivas en las que predomina el elemento detectivesco de Batman. Dini cumple sin pena ni gloria en unas historias que se olvidan tan fácilmente como se leen y que los amigos de Planeta meten de relleno aprovechando el tirón que tiene el dúo dinámico Morrison-Kubert.
De momento, este Batman tiene mi voto de confianza. Esperemos que Morrison y Kubert desarrollen una nueva etapa inolvidable en la saga del Hombre Murciélago.

lunes, 3 de septiembre de 2007

“Caótica Ana” de Julio Medem

Dentro del vapuleado y ninguneado cine español hay un nombre que destaca sobre los demás por ser poseedor de uno de los universos más ricos, cautivadores y sugestivos, como no se ha visto en mucho tiempo, quizás desde el mismísimo maestro Buñuel. Un universo que refina y perfecciona en cada nuevo proyecto con algún lamentable borrón (“La pelota vasca”) y que, al mismo tiempo, me da la sensación su cine no recibe el reconocimiento que merece en comparación con otros más artificiosos pero con más capacidad para seducir a los medios. Me refiero, a Julio Medem (“Tierra” “Lucia y el sexo”, “Los amantes del circulo polar”) y su última película, “Caotica Ana”.
En esta pelicula, Médem nos cuenta, como ya es habitual en él, una historia entre la realidad y la fantasía, el consciente y el inconsciente, el realismo y la abstracción. La joven e inocente Ana es una talentosa pintora que conoce a Justine, una rica mecenas que la propone abandonar su Ibiza natal y trasladarse a Madrid dejando a su padre y su isla para incorporarse a una escuela de jóvenes talentos. Allí conocerá a Linda, encarnada por una creíble Bebe, que se convertirá en su mejor amiga y a Sahib, un joven pintor saharaui con el que vivirá una apasionada historia de amor. Sin embargo, Ana sufre un extraño ataque que provocará la repentina huida de Sahib. Con la ayuda de un hipnotizador Ana descubrirá a través de la regresión que es la última de una cadena antiquísima de reencarnaciones de mujeres que murieron jóvenes y asesinadas, mujeres que deben cumplir una misión: recuperar el poder para la mujer frente a nuestra sociedad patriarcal. En Nueva York, Ana se rencontrará con Sahib, descubrirá el motivo de su huida y se enfrentará finalmente a su destino.
Utilizando a la jovencísima Ana, una debutante Manuela Vellés, una joven que mezcla la ingenuidad más pueril con la sensualidad más arrebatadora, Médem realiza una película alegato que es crisol de historias e inquietudes, reflejo de la personalidad del autor. Por un lado, nos encontramos ante un alegato de la sociedad matriarcal frente a la patriarcal, en opinión del director causa de las guerras y desgracias del mundo y un posicionamiento ante la causa saharaui, un pueblo sin país olvidado de todos en el desierto argelino. Por otro, una historia de amor en su doble vertiente, la pasión que siente Ana por Sahib y la hermosísima relación que mantiene con su monstruo, su padre, interpretado por un lacónico Mattias Habich. Y, además, el homenaje que el director rinde hacia su hermana Ana, fallecida en la juventud como consecuencia de un accidente automovilístico, autora de las pinturas de la Ana de ficción en la película. Todas estas tramas se entremezclan en la mente de Medem para hacer una película densa cargada de simbolismos freudianos (una constante en el cine de Medem, cuya primera vocación fue la medicina y la psiquiatría) que se desarrolla y amalgama a través de la doble hipnosis a la que el joven Asier Newman somete a la protagonista y a la que Medem somete a los espectadores, que asisten sojuzgados al viaje iniciatico de Ana hasta su sorprendente final a través de la magnífica actuación de un reparto internacional, formado por actores insultantemente jóvenes y semidesconocidos junto a otros contrastados (Charlotte Rampling no ha perdido nada de su elegancia) que funciona como una maquinaria perfecta para levantar este artificio a la imaginación de Medem y sus exploraciones de la mente humana. Una película inteligente que no dejará a nadie indiferente y que, en mi opinión, es la mejor del autor hasta el momento.
Para saber más sobre “Caotica Ana” pinchad aquí.

domingo, 2 de septiembre de 2007

12 millones para un perro…¿Estamos locos o qué?

Descubro pasmado que aquí la amiga Leona Helmsley, una multimillonaria de los EEUU no excesivamente popular, como si del argumento de la una película de Disney se tratase, no se le ocurrió mejor idea que desheredar a dos de sus nietos y dejar 12 milloncejos de dólares a su querida perrita Trouble. No sabemos si los nietos eran muy traviesos y le daban mala vida a tan respetable anciana o que encantos ocultos tenía la perrita pero lo que no parece de recibo es que ninguna legislación, incluso una tan paranóica y absurda en muchos casos como la norteamericana, prime estas extravagancias sobre el sentido común y la lógica. Espero que los nietecitos (o nietazos que no sabemos si ya serán hombres o mujeres hechos y derechos) recurran la última voluntad de su chocha abuelita y dejen sin dineros a Trouble. Eso sí, si lo consiguen, alimenten a la perrita que la pobre no tiene la culpa.
Más información sobre el asunto, aquí.

viernes, 31 de agosto de 2007

El día del Blog…


…Ó Blogday, que dicen los anglosajones, y que no tiene más sentido que recomendar cinco blogs cualquiera. Yo como esto esta tradición la desconocía y lo de recomendar blogs ajenos es algo que hago con relativa frecuencia no les voy a recomendar cinco sino algunos más. Por ejemplo, todos los que ven ustedes en esa columna tan maja a su derecha. Pero, si aun les quedan ganas de leer de más, ahí van otros cinco:

- “Predicando en el desierto” o el blog de Micko en el que un españolito autoexiliado nos acerca desde hace años a las cosas tan raras que hacen y les pasan alos japonesitos.
- “De tripas corazón” o el blog de David Rubín, un autor a seguir
- “El blog ausente” o el cajón desastre de la cultura pop de derribo. Hay sitio para todo.
- “Ni libre ni ocupado” o las anécdotas de un taxista en su peregrinar diario. Este blog fue premiado como el mejor blog por el diario “20 Minutos”.
- Y, por último, pero no menos importante…”Papel en blanco”, para estar al tanto de lo que se cuece en el mundillo literario.

Que los disfruten.

La Fiscalía va a por “El Jueves”.


Pues nada, que el procedimiento que provocó el secuestro de la revista “El Jueves” sigue su curso y la fiscalía de la Audiencia Nacional ha solicitado una multa de 3600 euros para Manel Fontdevila y Guillermo Torres a razón de una cuota diaria de doce euros durante diez meses por un delito de injurias al sucesor de la Corona fuera de su función institucional con menoscabo del prestigio de esta.
Ahora quedará en manos de la Defensa presentar sus alegaciones y al juez decidir al respecto, pero lo que está claro para la mayoría que la medida ejemplarizante que adoptó en su momento el juez Del Olmo no ha hecho más que popularizar todavía más la revista y hacerla una campaña de publicidad estupenda. Imagino que si finalmente Grande-Marlaska, al que tengo por más liberal que el juez del Olmo, resuelve el caso la multa sea inferior,
Por otro lado, sería interesante que en el futuro la Audiencia Nacional se dedicase a perseguir otros delitos mucho más graves que la delimitación subjetiva de hasta donde debe llegar la libertad de un medio para expresarse.
De todos modos, viendo la portada de la semana pasada, los de “El Jueves” siguen en su línea. (Y me parece muy bien).
Si quieren leer más detalles de la noticia pinchen aquí

jueves, 30 de agosto de 2007

Recerca sin Xavier Morell

Como esta semana parece que abundan las malas noticias, a través de La BD y Entre Cómics me entero del agravamiento de la situación que venía viviendo la Editorial Recerca y que parece poner en peligro la continuidad de la misma, aun cuando Xavier Morell señala la posibilidad en el comunicado de su supervivencia con un cambio en su dirección.

Lo que sí parece claro es el abandono de Morell de la dirección de la misma, lo cuál no deja de ser una lástima a nivel humano aunque espero que su nuevo trabajo esté relacionado con el mundo del cómic y le permita sentirse tan realizado como en el anterior. Xavier Morell ha sido un ejemplo de sinceridad y transparencia en su comunicación con los lectores y espero que las nuevas cabezas pensantes de la editorial sepan continuar su labor.

Mucha suerte, Xavier.

“Ghost World” de Daniel Clowes.



Cansado ya de tantos fallecimientos, ayer me dediqué a retomar la rutina semanal con la relectura de un buen cómic que llegó a tener una adaptación cinematográfica protagonizada por Scarlett Johansson("Lost in Translation", "Match Point") y Thora Birch ("American Beauty") y dirigida por Terry Zwigoff ("Crumb"). Se trata de “Ghost World” de Daniel Clowes, una historia en la que el autor nos acerca a la existencia de dos amigas adolescentes, Enid y Rebecca , desde su personalísimo prisma.
Enid y Rebecca, son dos adolescentes típicas de cualquier barriada norteamericana de una ciudad pequeña de los EEUU de los noventa, chicas automarginadas y con un universo propio y secreto desde el que atisban el mundo que las rodea con una mirada crítica y corrosiva pero no exenta de la ingenuidad de la juventud falta de experiencia. El despertar al sexo, los cotilleos, la aceptación del propio cuerpo y el miedo al futuro, la identificación con los amigos como medio para reforzar la propia identidad, todos los elementos que configuran la personalidad adolescente - y no tan adolescente - son sabiamente hilvanados por Clowes en los ocho episodios que configuran esta novela gráfica cuya primera aparición seriada se produjo en la revista que autoedita, “Eightball”.
Clowes desde la mediocridad de un ambiente urbano y carente de oportunidades realiza un retrato profundamente humano del paso de la adolescencia a la madurez y de las renuncias, autoengaños y justificaciones que ello conlleva. El autor se erige en narrador de las ilusiones, desesperanzas, decepciones y traiciones de las dos amigas en un tono menos corrosivo que el usado para retratar a otros protagonistas de sus cómics pero también más triste y desencantado, en lo que se convierte en un fiel retrato generacional de buena parte de una juventud completamente perdida respecto a lo que el futuro les depara. Probablemente, “Ghost World” sea el cómic que más me haya gustado hasta el momento de lo que he leído de la obra de Daniel Clowes porque dejando en parte (sólo en parte) los elementos surrealistas y experimentos narrativos que aparecen en otras obras, en “Ghost World” se centra en el tratamiento de los personajes y la historia que cuenta, sin hacer concesiones al lector y dejando que éste saque sus propias conclusiones en lo que ya se ha convertido una seña de identidad de la obra de este autor. Clowes utiliza perfectamente los medios del cómic no sólo para acercarnos a la historia de las dos amigas sino también para expresar sus sentimientos y emociones de una manera pocas veces vista en personajes de papel y en los que en muchos despertará el recuerdo de sus propias emociones en los “raros” años de su propia adolescencia.
Esta obra entre otros premios fue ganadora del Premio a la Mejor Obra Extranjera en el Salón del Cómic de Barcelona 2001.
Para leer sobre otras obras de Clowes en El Lector Impaciente pinchad aquí.

miércoles, 29 de agosto de 2007

Antonio Puerta (1984-2007)



Vaya por delante que me gusta el fútbol, más allá de lo absurdo que me parece la maximización que se hace de todo aquello que le rodea, aunque deplore por regla general la actitud endiosada de los futbolistas, personajes idolatrados hasta el paroxismo por muchos que los consideran modelos que emular cuando no dejan de ser más que chicos que le “pegan bien a un balón”. Eso no quita que haya sentido la muerte repentina de Antonio Puerta, el jugador del Sevilla fallecido ayer, por lo dramático de su muerte en el terreno de juego, que no ha sido la única ni será la última, y por tratarse de un chico joven, más joven que yo, lo que inevitablemente lleva a plantearte lo frágil de la existencia propia. A Antonio Puerta le dio tiempo a disfrutar de aquello que le gustaba y a ayudar en los recientes éxitos deportivos de su equipo de toda la vida. Por lo que he leído en las glosas de los diversos medios debió ser un tipo simpático (para ser futbolista, claro). No es poca cosa, pero la muerte nos llega a todos, incluso a los “triunfadores”.

D.E.P.

martes, 28 de agosto de 2007

Francisco Umbral (1935-2007)



Si ayer nos enterábamos de la muerte de Emma Penella, hoy nos hemos levantado con la de Paco Umbral, un escritor más familar para la mayoría por los exabruptos sin cortapisas y polémicas de su personaje que por sus calidades literarias.
Conocí al Umbral verdadero a través de la lectura de “Mortal y Rosa” hace ya muchos años. Una lectura conmovedora, alejada de la imagen polémica que transmitía a través de las pantallas, en la que el autor exorcizaba sus demonios tras la muerte de su hijo con la prosa más pura jamás escrita en los últimos cincuenta años y que mostraba una persona profundamente humana y sufriente. Me emocionó profundamente y, a partir de entonces, me convertí en “umbralista”, defensor ultranza de su obra y su verbo acerado frente aquéllos que no iban más allá de la anécdota para la mofa fácil. Me fascinaba pasear por las calles de su Madrid de posguerra tan cercano al mío e imaginar a sus personajes caminando a mi alrededor, tan próximos y lejanos al tiempo. “Las ninfas” fue pasado el tiempo una revelación, la sorpresa de que podía haberse escrito en España de una manera tan libre en unos tiempos en que la libertad era tan cara y que tan bien describe Rafael Marín en Crisei.
Tenemos que estar tristes porque se ha ido no sólo un gran escritor, sino también uno de los últimos (sino el último) bohemios que entendieron la literatura como un compromiso de por vida, más allá de los oropeles y los premios, un vividor sin pelos en la lengua ni más obligación hacia la vida que los dictados de su imaginación a su pluma.

D.E.P.

“Mátame” de David Lapham



Todo buen género se rige por unas normas rígidas, una serie de convenciones que el aficionado al mismo espera encontrar en todas sus obras, y que, en ocasiones, impide su evolución Esto es especialmente notorio en el llamado género Negro, donde quizás se hayan escrito y filmado algunas de las mejores obras del pasado siglo de la mano de los grandes autores que lo hicieron grande como Dashiel Hammett, en la literatura o Howard Hawks o Fritz Lang, por poner sólo los ejemplos más notorios, en el cine. Respecto al cómic, probablemente hasta la llegada de David Lapham y su “Balas Perdidas” no había existido un autor norteamericano dispuesto a renovar el género desde los ya míticos cómics de E.C. Cómics siendo al mismo tiempo fiel a las convenciones del mismo. Sin embargo, la obra que hoy nos ocupa,“Mátame” se puede entender dentro de la obra de Lapham como una obra de transición, un ejercicio de estilo en el que el autor no va más allá del homenaje a los clásicos y que encantará a los incondicionales del género negro pero que defraudará en parte las expectativas que despierta Lapham como renovador del mismo.
En “Mátame”, Lapham nos cuenta una historia típica y tópica de mujeres fatales y hombres débiles presas de sus encantos. La historia tiene un principio prometedor con la muerte de una rica heredera colgada de un ventilador de la que resulta principal sospechoso su marido Steven, un pianista débil y soñador que, a pesar de ser inocente, se considera culpable por omisión de la muerte de su mujer. Para intentar escapar de su sentimiento de culpa, Steven cae en los brazos de un antiguo amor de adolescencia, la sensual Tara, una mujer de turbio pasado que le conducirá a su perdición.
Lapham es un hábil guionista y domina perfectamente la historia que cuenta realizando un tebeo agradable de leer pero que resulta excesivamente predecible en una historia que a la mitad ya se sabe cómo va a terminar. El homenaje a las películas de los años cuarenta y cincuenta es más que evidente con personajes y situaciones que por más manidos que estén siempre funcionan dentro de un engranaje bien engrasado aunque alguno personajes como Barbara resultan innecesarios en el desarrollo de la trama. Como dibujante, Lapham resulta más que aceptable para este tipo de historias resultando lo mejor del cómic las escenas de acción mudas, donde el peso de la narración cae en el dibujo y que el autor resuelve con mucha habilidad. Más discutible parece la elección de las grandes viñetas dobles del último capítulo en el que rompe la estética y el discurso narrativo de toda la historia para ensalzar la explicación de la muerte de y que, para mi gusto, chirría.
En definitiva, “Mátame” es una obra entretenida dirigida a los incondicionales del género pero que no aporta nada novedoso al mismo y una buena oportunidad para conocer la obra de Lapham. Sin embargo, mi consejo es que si quieren conocer al mejor Lapham se dejen de pasos intermedios y ataquen directamente “Balas Perdidas” de la que próximamente escribiré por aquí.

lunes, 27 de agosto de 2007

Emma Penella (1930-2007)


Muchos la recordarán por ser una presencia habitual en las comedias televisivas de las distintas televisiones privadas desde hace años. Sin embargo, Enma Penella fue mucho más que eso. Muchas veces de la mano de su marido el productor, Emiliano Piedra, con más ilusión que medios se dedicaron a hacer películas en un país donde eso podía ocasionar más de un disgusto trayendo a algunos de las grandes estrellas de Hollywood cuando ser una estrella de Hollywood significaba algo y dando oportunidades a actores actualmente contrastados. Participó en esa joya del cine español, “El Verdugo” de Berlanga, demostrando una solvencia interpretativa que no la abandonó nunca en una carrera en la que se reinventaba constantemente pasando de “La Regenta” a “La estanquera de Vallecas” con la naturalidad de aquellos que de su oficio hacen su pasión. Hoy nos deja debido a las complicaciones ocasionadas por la diabetes que llevaba años padeciendo. Su obra no nos abandonará nunca.

D.E.P.

“Hasta que te encuentre” de John Irving.



Leí este novelón de más de mil páginas el verano pasado y hasta ahora no he encontrado las fuerzas para decidirme a escribir sobre él. En esta novela, Irving (“El mundo según Garp”, “Príncipes de Maine”) de la mano de su gran referente, el clásico Charles Dickens se transmuta en Jack Burns para volver a relatarnos una historia sobre padres ausentes y mujeres dominantes y manipuladoras. Jack Burns vive, desde su infancia hasta su madurez, marcado por la ausencia de su padre, un organista protestante obsesionado por los tatuajes, que abandonó a su madre una tatuadora y desequilibrada dispuesta a perseguir al padre de Jack por medio mundo durante un año para hacerle sentir culpable de su falta. Nos narra la infancia de Jack por internados y colegios donde pronto descubre su sexualidad y las chicas e inicia una carrera como actor, que le acabará convirtiendo en una estrella del “star system” hollywoodiense ganadora de un oscar, incluso a pesar de sí mismo. Pero, a pesar de su aparente éxito la vida de Jack va cuesta abajo y los recuerdos y los demonios le llevan a realizar un nuevo viaje por Europa para rencontrar al padre perdido y una versión de la historia, su historia, que le fue arrebatada.
“Hasta que te encuentre” es una novela ambiciosa y que tiene casi todo para cautivar y mantener la atención del lector de principio a fin: grandes personajes, una ambientación exótica por medio mundo, el “glamour” hollywoodiense contado por alguien que conoce sus entresijos, pero que, sin embargo, aburre. ¿Por qué? En mi opinión, por el personaje protagonista, un Jack Burns que es una tabula rasa en la que Irving vuelve a contarnos sus obsesiones de siempre, un personaje plano por el que el lector –al menos yo- no siente en ningún momento simpatía ni complicidad y que, en ocasiones, no se puede dejar de pensar que es un imbécil. Y, este punto es importante, porque el edificio en que se sustenta toda la novela de Irving es Burns y su penosa existencia a lo “Oliver Twist” que parece que no va a terminar nunca. Irving necesita un remozado urgentemente y cambiar el chip porque esta historia de un modo u otro ya nos la ha contado en otras ocasiones y cansa. ¿Mis razones para no abandonar esta obra? Un cierto masoquismo que me obliga a no abandonar ningún libro que empiezo por malo que me parezca y el encontrarme en la maravillosa isla de Cuba, donde iba a tener graves dificultades para encontrar alguna otra cosa con la que saciar mi dosis de lectura. Para incondicionales de John Irving.

viernes, 24 de agosto de 2007

“Brooklyn Follies” de Paul Auster



Hoy toca escribir sobre una novela de Paul Auster (“El libro de las ilusiones”, “La Trilogía de Nueva York”), un novelista que ya saben los habituales de este sitio es especialmente del gusto de este lector, y, en concreto, su penúltima obra, “Brooklyn Follies”.
En “Brooklyn Follies”, Auster nos cuenta la historia de Nathan Glass, un agente de seguros sesentón que acaba de sufrir un vuelco en su vida al divorciarse tras treinta y tres años de matrimonio y superar aparentemente un cáncer de pulmón. Glass, cargado de pesimismo y cinismo, vuelve al barrio de su infancia en Nueva York, Brooklyn, para esperar el desenlace de su vida en lo que prevé sean unos pocos meses. Sin embargo, el tiempo pasa y, para ir llenando las horas, el descreído de Nathan decide escribir una gran obra literaria, “El libro de las locuras de los hombres”, en la que pretende reflejar una serie de anécdotas y situaciones disparatadas y ridículas sobre las decisiones equivocadas en su vida y en las de otros. El estudiado plan de Nathan para vivir sus últimos días se va desmoronando poco a poco a raíz del rencuentro con su sobrino Tom, un prometedor universitario que acaba trabajando de taxista y mantiene su afición por la literatura ayudando al misterioso Harry Brightman a clasificar los libros de su vieja librería mientras vive un callado enamoramiento por la “Hermosa Madre Perfecta”, Nancy Mazzuchelli,. A través de estas nuevas amistades y las peripecias, cotidianas y extraordinarias, que con ellos comparte, Nathan irá recuperando la ilusión perdida por la vida.
Una vez más, Auster vuelve al Brooklyn de sus amores para ambientar esta novela, en la que entreteje, con su ya consabida habilidad, las diversas historias de los personajes que van a apareciendo a lo largo de la narración, convirtiendo lo que parecía iba a ser una lectura deprimente en una historia cargada de optimismo y entusiasmo por la vida a través de las pequeñas historias domésticas de las personas que conviven con Nathan, historias sorprendentes algunas, dramáticas o cómicas otras, absorbentes todas. De esta manera, Auster construye una novela entretenida, que no defraudará a los incondicionales del autor y servirá de entrada al universo Auster para aquellos que todavía no lo conozcan. En esta novela, se encontrarán con un Auster en plena facultades que hace de la sencillez estilística un recurso más para cautivar al lector con la más simple de las moralejas: el "carpe diem” latino.
Pues eso digo yo también, “carpe diem”, que llega el fin de semana.

jueves, 23 de agosto de 2007

“Planetary” de Warren Ellis y John Cassaday



Acabo de terminar el primer recopilatorio de Norma Editorial sobre “Planetary”, la obra de Warren Ellis y John Cassaday que engloba los doce primeros números de la colección y, a falta de la publicación del resto de la serie, me parece que estamos ante uno de los mejores cómics “mainstream” de lo que llevamos de milenio y sin duda el mejor de Warren Ellis (“Transmetropolitan” “The Authority”), un guionista de gran talento pero que, en ocasiones, sus historias resultan confusas y deshilvanadas.
“Planetary”, es el nombre de una misteriosa organización autodefinida como los "arqueólogos de lo imposible" dedicada a desentrañar todos los misterios, las relaciones ocultas, las organizaciones y conspiraciones secretas que han conformado el mundo tal y como es. La organización liderada por un misterioso Cuarto Hombre cuenta con recursos ilimitados para su labor y está encabezada por un grupo de campo compuestos por tres metahumanos: Jakita Wagner, dotada de fuerza y agilidad extraordinarias y virtualmente invulnerable, “The Drummer”, que puede comunicarse con cualquier tipo de máquina y aparato electrónico, y Elijah Snow, un tipo nacido el uno de Enero de 1900 capaz de congelar todo aquello que le rodea. De la mano de Snow, recién incorporado al grupo, a lo largo de los doce episodios, nos hacemos una idea de las misiones a las que se enfrenta Planetary, misiones que les llevan desde una isla en Japón habitada por monstruos radioactivos hasta China para enfrentarse al fantasma de un policía pasando por una cueva refugio de los héroes más pulp o las ruinas de una ciudad que no figura en los mapas donde se realizaron terribles experimentos genéticos A través de su deambular por el mundo, Snow descubrirá la existencia de los Cuatro, una organización incluso más misteriosa que Planetary encargada de hacer del mundo un lugar mediocre y, para su sorpresa, comprenderá que nada es lo que parece, ni siquiera él mismo.
“Planetary” es una colección en la que se ofrece un recorrido por la mitología de lo que venimos a llamar friquismo realizando al mismo tiempo homenaje y apología del mismo en una historia trepidante, que mantiene enganchado al lector desde la primera a la última página. Sin hacer mención directa a los personajes que homenajea, pero apareciendo perfectamente caracterizados, para el disfrute del lector avezado, por sus páginas desfilan desde la Sombra o Doc Savage hasta James Bond, sin olvidarnos de superhéroes como Superman, Wonder Woman, Linterna Verde ó los 4 Fantásticos, ni de mitos del cine como las películas chinas de fantasmas, las japonesas de monstruos radioactivos o las de serie B norteamericanas. Todos estos elementos Ellis los dosifica como un buen alquimista para crear una mixtura original sobre guerras secretas y misterios ocultos, física cuántica y guerra fría, en una historia original que hundiendo sus raíces en los orígenes en la cultura de masas o popular moderniza el cómic superheroico y demuestra que todo está por hacer si se le dan oportunidades a gente con ganas de contar cosas y talento suficiente para hacerlo bien.
Precisamente, el hecho de ir dirigida quizás a un público “entendido” sea el único pero – por poner alguno – que se pueda poner a la serie.
John Cassaday (“The astonishing X-Men”) un dibujante hiperrealista en la línea de Bryan Hitch (“The Authority” “The Ultimates”), realiza un trabajo soberbio con una narración fluida y detallada caracterizando perfectamente las múltiples referencias que Ellis utiliza y haciéndola perfectamente reconocibles para el lector sin que ello afecte a la narración complementándose perfectamente con la labor del guionista.
Esperemos que Norma Editorial se dé prisa en publicar el resto de la colección inédita en castellano ya que en Estados Unidos ha salido este mismo año el último número, el 27 y que podamos disfrutar en una edición digna de este gran cómic (Planeta al perder los derechos interrumpió la publicación en grapa en el número ocho del segundo volumen correspondiente al 20 USA).

miércoles, 22 de agosto de 2007

“Ratatouille”


La octava película del estudio Pixar que ya nos regaló historias tan fantásticas como “Los Increíbles” o “Toy Story” da una vuelta de tuerca más a las posibilidades del cine de animación y demuestra que es a este género al que se ha trasladado toda la creatividad e innovación del cine norteamericano.
Ratatouille” narra la historia de Remy, una pequeña rata francesa con un saludable afán de superación que desea emular las hazañas culinarias de su ídolo de los fogones, Auguste Gusteau. Para ello y debido a una azarosa fuga que lo separa de su familia, se traslada del campo a París. Allí, conocerá al joven Lingüini, un apocado pinche que trabaja en el restaurante de Gusteau, víctima de las iras de su nuevo dueño, que, con la ayuda de Remy, se convertirá en el chef del mismo y, gracias a un plato de ratatuille preparado por Rémy devolverán el prestigio al restaurante hasta su precipitado cierre. Sin embargo, Rémy y sus amigos finalmente conseguirán hacer realidad todos sus sueños.
“Ratatouille” ha sido dirigida por Brad Bird, el director de maravillas de la animación como “El gigante de hierro” o “Los Increíbles” (esta última también para Pixar) y es algo que se nota en la sobresaliente hilazón de situaciones que mantendrán embelesado al emocionado espectador durante las dos horas que dura la película. A través de un guión lúcido e inteligente se construye una verdadera película “para todos los públicos” capaz de entretener igualmente al niño como al adulto con abundancia de giros que permitirán que la atención no decaiga en ningún momento al tiempo que transmite valores tan necesarios como el poder de la amistad o la confianza en uno mismo frente a las adversidades con inteligencia, grandes dosis de humor y ausencia de paternalismos. A nivel técnico la película es una joya llena de situaciones espectaculares y una recreación de la naturaleza alucinante que a más de uno le hará dudar de la irrealidad de las situaciones que está presenciando. Las secuencias de acción están rodadas al milímetro y nada se deja al azar para recuperar algunos gags clásicos de las comedias e incluso del cine mudo norteamericano que nunca fallan rodadas con un ritmo prodigioso. La recreación de París es asombrosa y los tópicos sobre Francia y los parisinos funcionan perfectamente recreando la esencia de la Ciudad de las Luces de una manera inteligente y amable.
Esperemos que la reciente compra de Pixar por parte de Disney no menoscabe la calidad de las historias que han hecho de esta compañía el referente mundial de la animación y nos sigan asombrando película tras película hasta el infinito y más allá.
La pelicula la emiten junto al corto "Abducido". Divertidísimo.

martes, 21 de agosto de 2007

“Los mejores sketches de los Monty Python: Flying Circus”



Aprovechando el festivo santero de la semana pasada nos acercamos hasta el teatro Alfil para ver el montaje que las compañías Imprebis e Yllana han hecho sobre algunos de los más famosos sketches de los Monty Python y lo cierto es que el espectáculo merece la pena.
Los Monty Python desde su aparición a finales de la década de los sesenta supieron subvertir y criticar a través de un humor surrealista, absurdo y tremendamente inteligente la mayoría de las instituciones sociales mostrando a través de sus parodias, genuinamente británicas, buena parte de sus paradojas y miserias, convirtiéndose en un grupo de fama mundial, tanto por sus series de televisión como por sus películas que cuenta con admiradores en todo el mundo y que llegaron a estar prohibidos en este país nuestro en tiempos menos felices. Y, precisamente, esos eran para mí los dos grandes retos a los que se enfrentaban los cinco miembros de Imprebis e Yllana al preparar este montaje: la inevitable comparación con el original y su capacidad para adaptar un humor tan corrosivamente genial como el de los Monty Python a todos los paladares. Sin embargo, los actores superan con nota estas dificultades en un montaje en el que logran una completa complicidad con el público al que hacen participe desde el primer momento del espectáculo, aprovechando las facilidades que da en ese sentido un pequeño teatro como el Alfil, ofreciendo un espectáculo frenético en el que durante una hora y media no paran de cantar, bailar y bromear partiendo de la base de los sketches originales y adaptándolos a la realidad contemporánea española y logrando llegar a hacer olvidar a los pythons originales. La elección de los sketches es de lo más adecuada incorporando algunas de las más famosas parodias para el cine y la televisión y haciendo un repaso cínicamente mordaz por la iglesia, la judicatura, el ejército, las agencias de viajes, las funerarias, etc… Los actores hacen un trabajo descomunal en un escenario sin decorado que sólo se llena a través de unas hilarantes actuaciones que lograrán arrancar una carcajada incluso a aquellos que no les guste este tipo de humor.
En el lado negativo, sólo apuntar la nula ventilación del teatro Alfil que convierte la sala en una caldera de la que más de uno(a) tuvo que salir antes de tiempo. Quizás fuera algo puntual o fuese un medio para incentivar el consumo en la pequeña barra del teatro pero en pleno mes de Agosto no resulta de recibo
Ya saben, si están por los madriles y quieren echarse unas risas pásense por la sala Alfil. Eso sí, procuren no sentarse en las primeras filas no vayan a llevarse un tartazo.

lunes, 20 de agosto de 2007

“Los 4 Fantásticos y Silver Surfer” de Tim Story.


¡Madre mía, qué pereza me da escribir algo sobre esta película! Pero bueno, como no estoy en la playa, llevo retrasándolo dos días y tampoco tengo ahora nada mejor que hacer allá voy.
Empieza a resultar habitual que antes de empezar una película de superhéroes me pongan el trailer de la misma. Me ocurrió con “Spiderman 3” y ha vuelto a suceder con esta y visto lo visto en ambos casos tras el trailer podría haberme levantado y marchado a hacer algo más útil porque en las películas no hay mucho más que rascar.
“Los 4 fantásticos y Silver Surfer” es una película ñoña y anódina a más no poder que tomando como base algunas de las mejores historias originales de la edad de oro del cómic de la etapa en que Stan Lee y Jack Kirby escribían parte de la historia del medio realizan un deshilachado y confuso batiburrillo. Si en las historias originales la épica y la tensión dramática dejaban sin aliento a miles de lectores que esperaban mes a mes el desenlace de las aventuras de sus héroes favoritos, en esta película como en la anterior de la saga, se opta por el humor facilón y la bromita tonta en lo que no deja de ser una parodia más que un homenaje al original. Y, sin embargo, hasta eso sale mal dada la incapacidad de los actores para interpretar con un mínimo de credibilidad sus papeles, más preocupados, caso de Chris Evans ("Sunshine") y Jessica Alba (“Sin City”), en lucir el palmito (que, eso sí, tienen buena materia prima y saben mostrarla) que en resultar creíbles. Michael Chiklis (“Combate letal”) , el actor que interpreta a La Cosa, tiene sus minutitos de gloría en algunas escenas en que sale sin caracterizar (a pesar de ello es de largo el actor humano que más mérito tiene) y el que se lleva la guinda es Ioan Gruffudd (“King Arthur” “102 Dálmatas”) que en ningún momento se hace con un papel que le queda muy grande dejando a Reed Richards a la altura de Jerry Lewis en “El profesor chiflado” (aunque ya le gustaría al Gruffudd tener un poco del talento de Lewis) y demostrando una total ausencia de vis comica. En definitiva, que de los actores el que mejor está y realmente resulta verdadero motor de la historia es la recreación por ordenador de Norrin Radd, el por siempre conocido por estos lares como Estela Plateada aunque en la película siguiendo un dudoso criterio hayan optado por no traducir el nombre (luego a Doom sí lo traducen por Muerte ¿?), una recreación que en las dos frases que tiene en la película demuestra mayor talento interpretativo que el resto del reparto y me hace preguntarme el porqué de no recrear a todos los personajes por ordenador vistos los resultados,
Está claro que las adaptaciones no tienen que ser fieles al original y deben dejar un espacio para las aportaciones de los adaptadores pero cuando subvierten completamente la esencia del mismo en aras al producto ramplón y el beneficio fácil los espectadores no podemos dejar de lamentarnos. Aquí no hay ningún tipo de esfuerzo ni siquiera por hacer un producto de entretenimiento digerible por un espectador mínimamente crítico. Simplemente se ha tratado de crear un endeble armazón argumental para sustentar la traca de efectos especiales y dejar las interpretaciones y la dirección para mejor ocasión. Firme candidata a los premios Razzie de este año.

domingo, 19 de agosto de 2007

30 años sin Groucho.




Amigo Groucho, hace ya treinta años que te bajaste del mundo (“Paren el mundo que me bajo”) y ya nadie felicita los cumpleaños como tú (“Si sigues cumpliendo años, acabarás muriéndote”) ansiosos como estamos en obviar lo inevitable disfrazando nuestros años bajo la apariencia más juvenil que el bisturí permita. Ha pasado de moda tu indumentaria desgarbada de ejecutivo venido a menos y no se llevan los grandes bigotes en aras a la metrosexualidad y el artificio. Casi nadie fuma grandes puros porque en la mayoría de los lugares públicos están prohibidos y no está la cosa como para ir pagando multas así como así. Sin embargo, todos añoramos esos aforismos con los que desarmabas al adversario de turno y, sin saberlo o sabiéndolo, retratabas buena parte de las incongruencias del siglo pasado (“Estos son mis principios si no le gustan tengo otros”). Echamos de menos tu ingenio e inteligencia ante tanto humorista chabacano de risa enlatada más preocupado en hacer leña del árbol caído que de crear algo original por sí mismo. Tus películas, que deberían ser de obligada reprogramación en las parrillas televisivas, ya casi no se emiten y probablemente la gente más joven dentro de unos años ya no sabrá distinguirte del resto de tus hermanos. No importa, ya que siempre nos quedarán tus frases, como ramalazos de conciencia frente a la mediocridad, y aunque tú no supieses que significaba humor (“Humor es posiblemente una palabra. La uso constantemente y estoy loco por ella. Algún día averiguaré su significado”) nos los descubriste a unos cuántos (millones).
He procurado citarte mal en toda la entrada (“Citadme diciendo que me han citado mal”) aunque quizás no lo haya logrado e intentaré mantenerme alejado el máximo tiempo posible del único club en el que te han admitido como socio (“Jamás admitiría pertenecer a un club que aceptase como miembro a alguien como yo”), aunque cuando finalmente me admitan espero ocupar un lugar cerquita tuyo para escucharte desbarrar acerca del matrimonio (“El matrimonio es una gran institución si te gusta vivir en una institución”), la política (“La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnostico falso y aplicar una solución equivocada”) o la humanidad (“La humanidad partiendo de la nada con su sólo esfuerzo ha llegado a alcanzar las más altas cotas de misería”). Eso sí, de pies los dos (“Nunca te sientes en una fiesta. No se sabe quién se puede sentar a tu lado”).
Ah y no te preocupe si en tu lápida no pone realmente aquello de “Perdone, que no me levante”. Ya nos levantamos los demás.

Groucho Marx (1890-1977)

sábado, 18 de agosto de 2007

¡¡No más toros!!...en TVE al menos.


Vaya por delante que a mí me gustan los toros, o al menos, no me disgustan y no comparto ninguno de los argumentos que dan desde distintos foros para criticar la llamada Fiesta Nacional.
Ahora resulta que TVE se suma al movimiento antitaurino eliminando de su parrilla los festejos taurinos después de 51 años de feliz idilio, dejando de lado los gustos e intereses de una buena parte de los españolitos a los que prestan servicio (al parecer las retransmisiones deportivas son más de interés público que las corridas) y las buenas audiencias que estos espectáculos tradicionalmente tienen. Quizás sea porque a los actuales mandamases no les salen las cuentas ahora que parece que llegaron las vacas flacas a la tele de todos para contratar los JJOO o la españolizada “Premier League” o se prefiera, como apuntan en el artículo enlazado, no hacer la competencia directa a otro programa de la “Casa”, pero no parece de recibo dejar a todos esos aficionados repartidos por la piel de toro ibérica y que no pueden acceder a los grandes festejos sin su dosis de muletazos y estocadas, de sangre y arena.
Esperemos que recapaciten y nos acaben ofreciendo alguna buena tarde de toros. Y a ser posible con José Tomás.
Aquí pueden enterarse de qué va la cosa con más detalle.

viernes, 17 de agosto de 2007

“Plataforma” de Michel Houellebecq

Michel Houellebecq (1958) se ha convertido en el niño terrible de las letras francesas por derecho propio con una literatura en el que alcanza la justa medida de provocación con cierta curiosidad humanística por desentrañar y denunciar los problemas del europeo contemporáneo. Y “Plataforma” es un buen ejemplo de ello.
“Plataforma” nos cuenta la historia de Michel, un cuarentón funcionario del Ministerio de Cultura descreído, apático y mordaz. Tras la muerte de su padre, decide hacer un viaje de placer a Tailandia, dispuesto a practicar un sano turismo sexual. En el viaje, conoce a Valérie, una ejecutiva de una cadena de agencias de viaje, de la que se enamora y el único ser humano capaz de hacerle sentir vivo y dichoso. De regreso a Francia, junto al jefe de Valérie, deciden poner en práctica un ambicioso proyecto: un nuevo producto turístico consistente en crear una serie de complejos repartidos en los principales destinos en los que el sexo sea el reclamo fundamental, permitiendo la entrada de prostitutas en los hoteles y dejando que el sexo se practique sin ningún tipo de limitaciones. El éxito de su iniciativa es inmediato y la vida parece sonreír a Michel y Valérie, más enamorados que nunca, sin embargo, la desgracia volverá a cruzarse en su camino para arrancar la última esperanza de felicidad de la vida de Michel.
“Plataforma” es sobre todo una novela ambiciosa escrita por un novelista ambicioso que no se limita a hacer de la escritura un ejercicio convencional sin que por ello el resultado tenga que dejar de ser entretenido. Michel Houellebecq a través de la mirada irónica y desesperanzada de su protagonista nos ofrece un retrato de Francia y por extensión del hombre europeo descarnado y polémico. El autor no tiene miedo de analizar y reflexionar sobre las miserias contemporáneas y los temas más candentes tanto de la política como de la sociedad occidental con valentía y sin ningún tipo de recato. El Islam, la política interior francesa, o el negocio turístico no escapan de la aguda pluma de Houellebeq que no deja títere con cabeza al tiempo que construye una novela sólida en la que los acontecimientos se desarrollan sin tregua para el lector, que asiste absorbido a la hermosa historia de amor de Michel y Valérie. El estilo directo de Houellebeq no exento de mordacidad y cinismo enganchará a todo tipo de público que estará de acuerdo o no con las conclusiones a las que el autor llega pero que en ningún caso quedará indiferente. No se la pierdan.

jueves, 16 de agosto de 2007

“Freddy Lombard” de Yves Chaland

Ediciones Glénat se ha animado a publicar la obra completa de Yves Chaland (1957-1990), probablemente el dibujante más influyente de su generación en el panorama europeo que vio frustrada su prometedora carrera por un accidente automovilístico. En este primer tomo de la obra se recogen tres álbumes, ya publicados anteriormente en castellano pero actualmente inencontrables, protagonizados por el que quizás sea su personaje más emblemático: Freddy Lombard, una versión actualizada y perdedora del “Tintin” de Hergé con el que guarda más de una semejanza pero también grandes diferencias. Si Tintin es un héroe clásico infalible en un mundo de blancos y negros definidos en el que el sexo no tiene cabida, Freddy es un antihéroe alejado de maniqueísmos, un pícaro impulsivo que se desenvuelve en un mundo donde los comportamientos y motivaciones de los personajes no son tan claras y donde el erotismo y la sexualidad son tratados con mayor naturalidad.
En Freddy Lombard partiendo de un tratamiento de la acción clásico a la manera en que Hergé construía sus historias, Lombard evoluciona hacia un grafismo innovador experimentando con el tratamiento de página y el color logrando unos resultados asombrosos para la época en que se dibujaron estos álbumes aglutinando al mismo tiempo las enseñanzas de las dos grandes escuelas de línea clara, Bruselas y Charleroi, con una naturalidad, exenta de complejos y en constante evolución gracias a un dominio de la técnica y un perfeccionismo pocas veces visto. Evolución gráfica que se puede apreciar perfectamente a lo largo de las tres historias que conforman la recopilación de Glénat alcanzando su máxima expresión en la última de ellas, “El cometa de Cartago”, una obra ambiciosa que Chaland sitúa en una comunidad aislada donde la aparición de un cadáver flotando en la playa sirve como catalizador de emociones reconcentradas frente al contrapunto de las inclemencias climáticas. En “El testamento de Godofredo de Bouillon” queda de relieve otro de los elementos característicos de los cómics de Chaland, su sentido del humor y fina ironía, al ser contratados Freddy y sus amigos para encontrar la herencia de Godofredo por su descendiente alcohólico, Chaland juega con los cánones de la historieta clásica llegando a un desenlace tan original como divertido. Lo mismo se puede decir de “El cementerio de Elefantes” donde de una primera parte naif y divertida en la que los protagonistas viajan a África se pasa a una segunda con un punto más siniestro pero igualmente graciosa en la que han de resolver una serie de asesinatos.
Hay que felicitar a Ediciones Glénat por lo acertado de la edición dándole a la obra el tratamiento que merece y ahora sólo queda esperar que las ventas acompañen lo suficiente para que podamos ver publicadas el resto de la obra de este malogrado genio del Cómic inéditas en castellano.

miércoles, 15 de agosto de 2007

Palabras, palabras, palabras…


El amigo Darthz quiere ser escritor. En su bitácora juega con las palabras, aliadas y enemigas con las que flirtea y combate en un revoltijo de ideas sentimientos y emociones para crear, quizás, algo bello.

Un día de fiesta. Una buena oportunidad de conocerle y disfrutarle. El amigo Darthz ya es escritor y quizás todavía no lo sabe.

No sean perezosos y échenle un vistazo a su blog. Les gustará.

martes, 14 de agosto de 2007

“Tokio Blues” de Haruki Murakami



A nadie se le escapa que hay canciones que nos marcan para siempre y pasan a formar parte de nuestra vida y de nuestra generación. Esa es la premisa de la que parte “Tokyo Blues”, la novela que ha popularizado a Haruki Murakami (Kioto, 1949) en Occidente y le ha convertido en lo que se viene a denominar un autor “de culto”.
Watanabe al llegar a Hamburgo escucha por casualidad “Norwegian Wood”, una vieja canción de los Beatles, que le lleva a rememorar su juventud en el Tokio bullicioso y convulso de los años sesenta. Watanabe, un joven muchacho de diecinueve años solitario y reconcentrado, vive obsesionado por el suicidio de su mejor amigo de adolescencia. Cuando se reencuentra con Naoko, la antigua novia de aquél, se enamora irremediablemente de ella, en lo que se convierte en una relación imposible macada por el recuerdo del amigo y las dificultades de Naoko para superar la pérdida. Durante el ingreso de Naoko en un sanatorio mental la aparición de Midori, una chica activa, alocada y sincera, llevará a Watanabe a replantearse sus sentimientos e iniciar el camino que lleva de la adolescencia a la madurez.
“Tokio Blues” es una novela inusualmente densa, bella y conmovedora. Murakami a los acordes del “Norwegian Woods” de los Beatles escribe una historia sobre el amor y el desamor, la muerte y la memoria, que no dejará indiferente a nadie. Los personajes de Murakami destilan una humanidad herida en un mundo que no comprenden, en el que navegan en busca de una salvación, una esperanza, que para algunos les resultará imposible de alcanzar y para los que el suicidio y la muerte se convertirá en la única salida. Sólo la presencia de Midori, un personaje entusiasta y vitalista dispuesto a luchar para salir adelante a toda costa y la experiencia vital de Reiko abren una rendija de esperanza en el oscuro existencialismo de Watanabe, obsesionado por su no correspondido amor hacia Naoko. Murasaki es un hábil narrador, capaz de construir personajes poderosos e inolvidables de los que destaca poderosamente Midori, un personaje femenino a la altura de la Maga cortaziana de la que resultará imposible no enamorarse. Murakami es un hábil artesano de las palabras que engarza con facilidad para reflexionar acerca de sus obsesiones y las de un tiempo y lugar que la memoria recupera transformado por el transcurso del tiempo. La banda sonora de los discos y las lecturas de Watanabe ayudan a completar el absorbente contexto en el que se mueven los personajes.
Un libro recomendable para todo aquel que mantenga intacta su capacidad para sentir y emocionarse que ahora puede disfrutarse también en edición de bolsillo. Tullidos emocionales, abstenerse.