Aunque se veía venir, el levantarse con una noticia como esta hace que te recorra un escalofrío por la espalda. Ha muerto Luciano Pavarotti del cáncer de pancreas que padecía desde hace años. Pavarotti era uno de esos extraños personajes que caía simpático a todo el mundo, tanto aquellos aficionados a la ópera que disfrutaban de su voz privilegiada como de los que no lo eran tanto y no podían evitar una sonrisa ante la imagen de ese hombre rebosante de humanidad y en apariencia eternamente feliz. Pavarotti fue la tercera pata del taburete, que junto a Plácido Domingo y José Carreras hizo accesible el “bel canto” a aquellos que lo desconocían y lo consideraban coto cerrado de los cultistas o los privilegiados y, que a partir de sus actuaciones apasionadas, empezaron a berrear “I pagliacci” en la ducha aunque no supieran quién era Leoncavallo, ni falta que les hacía.
D.E.P.
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