martes, 21 de diciembre de 2010

Alix no fue al Expocómic.

¡Nueva polémica con el Expocómic habemus!

A través de Entrecómics me entero de este asunto.

Es la versión de una sola de las partes y habría que estar pendientes -si se producen- de las explicaciones de la organización del evento porque ya se sabe que el que alla otorga y, de primeras, a uno se le cae el alma a los pies doblemente leyendo estas cosas. Por un lado, porque si un Salón del Cómic no se dedica precisamente a promover las iniciativas que, en principio, deberían ser su principal función no llego a entender para qué sirve; y, por otro, porque resulta un tanto triste que prácticamente todos los años no haya una edición del Expocómic que no haya tenido su dosis de polémica y nunca podamos decir lo bien que se ha desarrollado todo.

Alix” es una longeva serie de carácter histórico de la que es autor Jacques Martin. La serie, que nunca llegó a cuajar en España aunque sea un clásico de la BD, cuenta con un pequeño pero resistente grupo de seguidores que se hicieron con los derechos a través de la editorial NetCom2 y ellos mismos se han encargado de la traducción, distribución y difusión de la misma primero a través de su web y posteriormente, además, de un grupo de librerías seleccionadas de todo el país.

A pesar de las dificultades, las cosas no deben irles del todo mal y habían pensado en usar el Expocómic como una plataforma para dar a conocer sus proyectos entre los que destacan la recuperación de otras series de Martin, como “Lefranc”.

No me entra en la cabeza que una mano negra (tampoco me entraba lo del “Príncipe Valiente” de Caldas y mira al final lo que pasó) pueda tener interés en que iniciativas como esta no prosperen pero ojalá que “Alix, el intrepido” y el resto de obras de Martin logren acomodo en España. Sería una buena noticia para todos los aficionados al cómic.

“Hellboy: La Cacería Salvaje”, de Duncan Fegredo y Mike Mignola.

Voy a ir al grano: he disfrutado como un enano de la última entrega de “Hellboy”. El llevar unas cuantas lecturas de tebeos a cuestas hace que en muchas ocasiones mi capacidad de sorpresa y maravilla ante un tebeo de género desaparezca. Se le ven las costuras a la historia, resultan predecibles los argumentos, se identifican tópicos que, con acierto o no, me recuerdan a otras lecturas anteriores…Lo tengo asumido como cosas de la edad y la acumulación de lecturas variadas pero de vez en cuando me encuentro tebeos como esta última entrega de “Hellboy”, publicada por Norma Editorial en dos ediciones difrentes, que me dejan anhelando una nueva entrega como cuando era chavalillo. Os cuento.

Hellboy es convocado de su retiro en la campiña italiana para trasladarse a Inglaterra para formar parte en la cacería salvaje que desde tiempos inmemoriales llevan a cabo los nobles ingleses contra los gigantes que de vez en cuando resucitan para reclamar las tierras que antaño les pertenecieron. Sin embargo, en esta ocasión, una siniestra amenaza se cierne sobre todos y, especialmente, sobre nuestro endemoniado protagonista que deberá enfrentarse a su destino en una historia que se remonta a los tiempos del Rey Arturo e incluso más allá.

Mike Mignola ofrece en esta miniserie una atractiva historia a pesar de no hacerse cargo de los lápices realizando interesantes revelaciones sobre el misterioso origen de Hellboy y añadiendo elementos a desarrollar en futuras entregas que dejan al lector con ganas de más. Mignola a partir de un ecléctico uso de referencias que tienen como base principal el folklore celta de las islas británicas y los mitos artúricos ha creado en su “opera prima” un universo rico y atractivo para el lector al que poco a poco va dotando de una mayor cohesión a través de las aventuras en que su personaje fetiche no deja de crecer en matices.


A pesar de no hacerse cargo de los lápices a cargo del ya habitual en la serie Duncan Fegredo eso no afecta a la calidad artística de la historia ya que el estilo del dibujante británico, colaborador habitual de guionistas como Grant Morrison o Peter Milligan, encaja perfectamente con el universo gótico y tenebroso de “Hellboy” y en estas entregas realiza uno de los mejores trabajos de su carrera, perfectamente secundado por un Dave Stewart que en obras como esta demuestra el por qué está considerado como uno de los mejores coloristas que actualmente trabajan en el cómic norteamericano reforzando con su uso del color la capacidad narrativa de Fegredo que en otras obras es su punto más débil.

En definitiva, me lo he pasado pipa con este nuevo “Hellboy”, una serie que no solo mantiene el nivel sino que poco a poco va a más conforme Mignola mejora sus capacidades como guionista. Ojalá no se demore demasiado la próxima entrega.

Más “Hellboy” en El lector impaciente:

El hombre retorcido”.
Hellboy y el Ejército Dorado”.

Otras obras de Duncan Fegredo en El lector impaciente:

“Kid Eternity”.

lunes, 20 de diciembre de 2010

“Los superhéroes y la Filosofía”, de VVAA.


A simple vista, los superhéroes del Cómic, y últimamente el cine, y la Filosofía son temas que difícilmente pueden encontrar puntos de conexión entre sí, pero cualquiera que realice una lectura atenta y sin prejuicios de algunas de las principales obras del género superheroico será consciente que más allá de la cerril mirada de una industria y unos autores que se limitan a repetir cíclicamente las mismas estructuras argumentales subyace la fuerza icónica de unos personajes con todas las características de los mitos modernos lo que les convierten en el crisol perfecto desde el que abordar algunas de las preguntas fundamentales que el ser humano ha venido formulándose desde el principio de los tiempos y que son la base del amor a la Sabiduría.
Precisamente, el conjunto de ensayos que recoge el nuevo libro de la joven editorial Blackie Books trata de profundizar precisamente en el tratamiento de esos temas y en la concepción de “nuevos mitos” de los superhéroes analizando algunos de los principales personajes y obras del género y su relación con temas e ideas que aunque no aparezcan explicitados en los cómics subyacen desde sus inicios como una manifestación más del concepto de Meme que menciona Denny O’Neill en su ensayo.
Articulados alrededor de cuatro temas fundamentales - la imagen, la identidad, el deber moral y la visión del mundo-, profesores y escritores especializados en Filosofía y autores de cómics de la talla de Mark Waid, Jeph Loeb o Denny O’Neil profundizan en la personalidad y simbología de algunos de los principales personajes de Marvel y DC explicando su carácter cambiante a lo largo de los años de una manera seria y amena que hace del libro una lectura accesible, entretenida e interesante para cualquiera.
Entre los ensayos, se abarcan todo tipo de temas diversos desde los que se acercan a la figura de Superman y su motivación para desarrollar acciones heroicas a los que profundizan en la religiosidad de Daredevil, pasando por otros que intentan desentrañar lo que se esconde realmente tras una máxima tan conocida como “un gran poder conlleva una gran responsabilidad” o los que analizan los valores filosóficos subyacentes manejados por Moore y Miller en obras tan paradigmáticas dentro del género como “Watchmen” o “Dark Knight”.
En definitiva, “Los superhéroes y la filosofía” para los aficionados a los cómics –o a las películas- de superhéroes es una obra que permitirá ver reforzados algunos de los argumentos que siempre hemos manejado frente a aquellos que consideraban el género como algo necesariamente superficial e infantil mientras para los que no se hayan interesado hasta ahora – o desde hace muchos años- en los mismo supondrá un nuevo punto de vista que puede hacer variar su opinión.
La edición es bastante cuca pero hay que ponerle algún pero a la traducción, ya que a pesar del esfuerzo realizado por los autores de la misma para encontrar la equivalencia correcta o más usada entre las traducciones de los nombres de los personajes (que incluyen además útiles referencias) hay algunos nombres que no se ajustan para nada a cómo son conocidos en castellano y debería ser corregida en futuras ediciones. En concreto, en el ensayo “El poder y la gloria” se hace constante referencia al Observador (The Watcher) para referirse al Vigilante que es como es conocido el personaje en España y, ante la duda, quizás debería haberse optado por no traducir el nombre como se ha hecho con el Dr. Doom (mayoritariamente conocido en España por la incorrecta traducción de Dr. Muerte). Con todo, “Los superhéroes y la filosofía”, por su carácter divulgativo y desprejuiciador, es una lectura que merece la pena.

Tercera Encuesta Impaciente.

Antes que las comilonas navideñas hagan estragos en nuestros organismos y obliguen a que la sangre concentrada en nuestros estómagos amodorre nuestros cerebros paso a plantearos una nueva encuesta de estas que tanto nos divierten.

Una pregunta de esas que a los aficionados a los cómics nos encanta plantearnos pero a la que, generalmente, somos incapaces de dar una respuesta satisfactoria: La pregunta es:

¿Quién es para ti el mejor guionista en la historia del cómic?

Toma castaña. Ya, ya sé que es imposible dar un único nombre pero como esto es un juego os invito a participar indicando un único autor que en el momento de votar penséis que se encuentra por encima de los demás. Yo por de pronto hago una primera criba orientativa de cinco nombres (aquí hay otro listado algo más extenso) y os dejo la opción de votar en los comentarios de la entrada por cualquier otro que os apetezca hasta el 30 de Enero del 2011.
Hala, a votar todos.

Alan Moore

Jean Michel Charlier


H. G. Oesterheld.



Stan Lee.


Víctor Mora.

domingo, 19 de diciembre de 2010

V, Watchmen y Moore.

Nunca está de más escuchar a un autor analizar su obra. Y si el que lo hace es un Moore reflexivo comentado V de Vendetta y Watchmen, uno se sienta y aprende. Un testimonio indispensable.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Frank Le Gall, ¿guitarra o tebeos?

“Cuando iba al colegio, hacia 1968 o 1969, había dos cosas que nos fascinaban el cómic, sobre todo Tintin, Asterix y Lucky Lucke, y esa música eléctrica venida de Inglaterra ¡sobre todo los Beatles! Me pareció más fácil dibujar vaqueros y caballeros en los cuadernos que intentar comprarme una guitarra eléctrica, un sueño inaccesible. Y, además, el dibujo tiene un impacto inmediato en los compañeros, ¡ya seas bueno o malo!”.

(Me ha hecho gracia esta anécdota de Frank Le Gall relatada en los extras del primer integral de “Theodore Poussin” que me ha recordado la novela de Lars Saabye Christensen ¿qué pensáis vosotros y vosotras es más fácil dibujar bien o tocar la guitarra eléctrica? A mí las dos cosas se me antojan realmente complicadas).

viernes, 17 de diciembre de 2010

Blake Edwards (1922-2010)

Un año horrible para el mundo del séptimo arte en el que no acabamos de digerir la perdida de un director, guionista o actor mayúsculo para darnos de bruces con la perdida del siguiente.

El día 15 le tocó al gran Blake Edwards, director y guionista de algunas de las películas más inteligentes y divertidas de las décadas de los sesenta y los setenta. Maestro de la ,que supo adaptar prácticamente a cualquier género, entre sus obras destacan títulos como “La Carrera del siglo”, “El Guateque”, “La Pantera Rosa” o “10, la mujer perfecta”. Pero, siendo estas maravillosas películas (sobre todo las dos primeras) yo me quedo con sus gran incursión en el drama con “Días de Vino y Rosas” y, sobre todo, a partir de la adaptación libre de un relato de Truman Capote con Desayuno con Diamantes” en la que encumbró todavía más a la por siempre deslumbrante Audrey.

D.E.P.

(El/la que no llore no es persona humana).

“Las aventuras de Spirou y Fantasio: Atrapados en el pasado”, de Frank LeGall.

¡¡ Menuda decepción me he llevado con “Atrapados en el pasado”!! Enfrascado estos días en la lectura del integral de “Theodore Poussin” y recordando lo que me gustó la anterior entrega publicada por Planeta de “Las aventuras de Spirou y Fantasio” realizada por Émile Bravo, me hice con este álbum pensando que era un valor seguro a pesar de su elevado precio. Y me he llevado un chasco morrocotudo.

La trama se desarrolla entre el presente y el año 1865 al tener que viajar el barón de Champignac, Spirou y Fantasio al pasado en una expedición de rescate del ambiguo Zorglub. A través de una falla en el tiempo, los amigos llegan al populoso barrio parisino del Marais para verse atrapados en el pasado junto a Zorglub. Mientras intentan esquivar a una banda de delincuentes, Spirou y sus amigos intentarán volver a su tiempo mientras Pip, en el presente, inicia su propio intento de rescate.

Frank Le Gall es uno de los grandes nombres del cómic francobelga actual pero desgraciadamente zozobra en su particular versión de “Spirou y Fantasio” en esta historia en la que se limita a cumplir con el encargo. Le Gall, al contrario que Bravo, no aprovecha el caramelo que se le ofrece y solo se queda en la superficie ofreciendo una versión juvenil de Spirou y Fantasio alejada físicamente de la clásica que lo asemeja más físicamente a Tintin que al botones de Jijé y Franquin y que para mi gusto no acaba de funcionar. Más allá de esos meros cambios externos, la trama tampoco entusiasma con una una típica historia de paseos en el tiempo y paradojas temporales llena de tópicos y resuelta con excesiva precipitación. Lo más interesante del álbum quizás sea comprobar la evolución artística de Le Gall hacia un estilo más realista y estilizado alejado de los maestros de la línea clara más clásicos cuya infuencia era más patente en los primeros álbumes de “Theodore Poussin”. Sin duda, en mi opinión, "Atrapados en el pasado" es la obra más floja que he leído protagonizado por Spirou en los últimos años.

No quiero dejar de mencionar el tema del precio. Me parece excesivo por parte de Planeta ofertar un álbum de apenas 56 páginas a 14,95 cuando tan solo apenas un año antes publicaron otro álbum de la misma serie –el mencionado “Diario de un ingenuo” de Émile Bravo- de 72 páginas por 10,95. Desconozco cuáles serán las razones pero dados los tiempos que corren y la cantidad de oferta que hay, pronto encontraremos este álbum saldado en grandes almacenes.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Más allá del mosqueo de Joan.


Joan Navarro, santo y seña de Glénat España, anda cabreado con Random House Mondadori porque va a publicar el último gran trabajo (hasta el momento) del maestro Carlos Giménez 36-39 Malos Tiemposy acusa sin nombrarla directamente de falta de ideas a la editorial por aprovecharse, a su entender, de su labor editora durante años apoyando a Carlos Giménez y tantos otros autores españoles.

Motivos se le acumulan en los últimos años para el pataleo a Joan Navarro porque no es la primera vez que le ocurre ya que los de Random House han editado anteriormente otra obra de Giménez que permaneció en exclusiva en el catálogo de Glénat durante años como “Paracuellos”.

Sin embargo y, entendiendo el mosqueo de Navarro, quizás no estaría mal intentar analizar el tema fríamente para buscar las causas de que pase esto. En otra entrada, Joan Navarro señala que cuando llegó a Glénat modificó el modelo de contrato leonino importado de Glénat Francia que firmaban los autores ya que consideraba que los emolumentos que podía ofertar la editorial no se ajustaban a su entender a las obligaciones de esos contratos y no le parecía justo “esclavizar” a un autor de por vida por cuatro perras a su editorial.

Me parece un gesto que le honra pero de cuyas consecuencias probablemente imprevisibles en ese momento vienen estos lodos. Quizás en aquella época Navarro ni nadie pudo imaginar que una editorial mayorista como Random House iba a tener interés por incorporarse al raquítico mercado español del cómics aprovechándose en buena medida de la decisión de Joan Navarro.

La ausencia de esa exclusividad permitió a Random House proponerle a Carlos Giménez la nueva edición y este accedió. No creo que se pueda reprochar a Giménez ingratitud por intentar sin cortapisas legales que interfieran sacar el máximo provecho económico de su trabajo y Navarro parece pensar igual. Pero, tampoco parece acertada la acusación de falta de ideas a Random House por aprovechar una oportunidad que se les presentó.

Seguramente Joan Navarro tuvo, en su momento, la oportunidad de realizar ediciones integrales y de bolsillo de esas obras y por los motivos que fuesen no las hizo. No parece justo que se enfade porque otros las realizan con el consentimiento de los autores. Y quizás eso sea precisamente lo que más molesta a Joan Navarro, el no haber aprovechado esa oportunidad cuando dispuso de ella.

Estoy seguro que los integrales de Random House se venderán bien a pesar de no ser ediciones tan buenas como las de Glénat ya que están dirigidas a un público más popular que no le importa demasiado la calidad del formato y prefiere tener la obra completa a un precio más barato de lo que le costaría hacerse con las series álbum a álbum más allá de detalles como la calidad de la edición .Cuando Random House Mondadori no se había introducido en el cómic, Glénat era la única que fijaba el precio y la forma de editar esas obras y era la única beneficiaria de la única edición que existía sin competencia, ahora hay que competir y de ahí viene la queja. Sin embargo, la coexistencia de ambas ediciones no es una mala noticia ni para los aficionados, que podrán elegir entre dos ediciones y decidir cuál es la que prefieren con lo que seguramente la difusión de la obra sería mayor, ni para el autor, que podrá cobrar dos veces por un mismo trabajo.

La entrada de nuevas editoriales en el mercado del cómic ha cambiado seguramente las formas y las reglas del juego. Quizás Joan Navarro se enfada porque añora los buenos viejos tiempos pero a mí entender un aumento de competencia no ha de ser una mala noticia aunque obligue a todas las editoriales y no solo a Random House a avivar el ingenio y poner en practica nuevas ideas para mantener o aumentar su pedazo del pastel.

Con su experiencia y conocimiento en cuanto se le pase el enfado Joan Navarro destacará en ese sentido. Estoy seguro.

“Crossed”, de Jacen Burrows y Garth Ennis.

A la estela de “Los Muertos Vivientes” de Robert Kirkman, ha surgido un aluvión de cómics que han intentado aprovechar el actual revival del género zombi con poco acierto, por lo general. Una de las editoriales que más se ha distinguido en ese sentido ha sido Avatar quién ya publicara en su momento “Black Gas”, de Warren Ellis, que ya comentamos en su momento, y ahora nos presenta su penúltima propuesta de la mano de un Garth Ennis y Jacen Burrows con “Crossed”, serie limitada de diez números que Glénat ha publicado en un tomo unitario. ¿Habría que dejar pasar esta obra dada la cantidad de novedades que se agolpan en los estantes de las librerías en estas fechas? En mi opinión, no, porque “Crossed” es un cómic que se sitúa bastante por encima de la media de productos similares.

Crossed” no es un cómic de zombis propiamente dicho sino que como “Black Gas” toma como punto de partida las premisas de George E. Romero en otra de sus películas posapocalípiticas “The Crazies” (que ha tenido un remake hace poco tiempo) y brillantemente desarrolladas por Danny Boyle en “28 Días” y sus secuelas. La principal diferencia se sitúa en que los afectados en lugar de volver a la vida para comerse a los vivos se convierten en locos rabiosos dispuestos a hacer todo lo posible para acabar con los pocos supervivientes cuerdos.

Ennis, como Ellis, parte de esa premisa inicial pero a diferencia de este no se limita a desarrollar un tebeo cafre que encuentre en el exceso de violencia la única fórmula para mantener el interés del lector en una trama que por otro lado se antoja previsible sino que sin renunciar a la violencia –pocos como Ellis para desarrollar cafradas en viñetas- se muestra como un autor mucho más sutil a la hora de desarrollar los matices que hacen de “Crossed” una historia interesante.

Tras un titubeante inicio que narrael primer encuentro del protagonista con los cruzados –los infectados a los que se refiere el título humanos señalados por un característico estigma en forma de cruz capaces de llevar a cabo actos de implacable y salvaje maldad irracional- desarrolla la historia con el clásico desarrollo de una “road movie” en la que un grupo de supervivientes (del que protagonista forma parte) viajan por Estados Unidos tratando de encontrar un lugar seguro mientras intentan esquivan y son acosados por distintas partidas de infectados.


Ennis, siendo consciente que uno de los puntos inevitables de un cómic de estas características es mostrar los desmanes de los cruzados no los evita sino que incluso los exalta con ferocidad, mostrando todo tipo de imágenes truculentas (algunas de las más fuertes que he leído en un cómic en mi vida) justificadas en función a la libertad de prejuicios de la que gozan los cruzados pero al mismo tiempo contrasta toda esa exaltación de la violencia en el desarrollo de los personajes supervivientes a los que dota de reacciones mucho más complejas de las que habitualmente suelen ofrecerse en el género. De este modo, el astuto Ennis a través del narrador interpuesto -un tipo anodino antes de la crisis que incluso después no asume un papel de liderazgo dentro de los supervivientes- pasa de puntillas sobre el tema del origen de los cruzados (aunque baraje varias posibilidades) para centrarse en la realidad cotidiana de la lucha por la supervivencia. Ennis a través de flashbacks muestra el desarrollo de los hechos y unos personajes que van asumiendo poco a poco su condición de supervivientes (el que no lo logra, no sobrevive) al tiempo que plantea inteligentes cuestiones acerca de la condición humana y su evolución a partir de los conflictos a los que enfrenta a sus personajes (memorables el encuentro con los niños y el soldado) y las introspectivas, lucidas y fatalistas reflexiones del narrador que en ocasiones evocan directamente a Matheson y su “Soy leyenda”. Al mismo tiempo, Ennis no solo muestra la evolución de los cuerdos sino también la de los cruzados a los que no deja de lado como una amenaza latente como últimamente hace Kirkman con sus zombis sino que muestra su evolución constantemente a través del grupo que los persigue, mostrándolos como seres capaces de ir desarrollando astutas argucias para hacerles sufrir más con sus maldades en contraposición con las maldades que en pos de la supervivencia han de realizar los cuerdos, siendo al final la amistad, el remordimiento y la carga compartida lo único que diferencia a los cuerdos de los locos más que su capacidad para la violencia extrema (por otro lado, temas estos recurrentes en la obra de Ennis).
En el aspecto gráfico, es donde para mí “Crossed” flaquea dado el gusto de Ennis por trabajar con dibujantes clónicos de su amigo Steve Dillon. Jacen Burrows como Dillon es un buen narrador pero incapaz con su hierático dibujo y su uniformización de todos los rasgos faciales de reflejar buena parte de las sutilezas de Ennis, aun cuando la historia se remate con un hermoso final abierto.
En definitiva, “Crossed” es un gran tebeo en su género y uno de los mejores de un Garth Ennis inspirado. Si os apetece leer una inteligente historia de terror posapocalíptica autoconclusiva no la dejéis pasar.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Papá, ¿y por qué te gusta Moebius?

Cuando mi peque me haga esa pregunta, creo que directamente la pondré este video y luego la dejaré los tebeos.

Felicidades a su autor por la exquisita elección musical y de ilustraciones (y a Moebius, claro).

Fredericks Peeters y los guionistas.

P: Y ahora que estás hablando de gente que te escriba guiones, en Koma tienes un guionista, Pierre Wazem. ¿Cómo llevas la interacción con un guionista? ¿Te adaptas bien a trabajar con otra gente? ¿Cómo surgió este proyecto?

Peeters: Cada caso es distinto. En el caso de Koma, quien me escribió el guión en realidad es un amigo. Yo llegué con un dibujo de una niña con un monstruo, se lo enseñé sin más, y al cabo de poco tiempo me dijo que ya tenía un guión. Como este amigo también es dibujante, me hacía los guiones, me los mandaba, y yo los recibía y los planificaba y, no se sabe cómo, pero eran 46 páginas. De todas formas hay que decir que una tarde previa nos reunimos alrededor de una botella y ahí, en esa tarde, definimos lo que iban a ser los personajes, lo que iba a ser el universo, y a partir de esa tarde el guión fue todo suyo. De todas maneras, era la primera vez que me daban un guión hecho, terminado. Lo mismo que en Castillo de arena, el resto no. Luego tenemos el tema de RG con el policía. Él me iba contando cosas. Yo escribía y el me iba relatando anécdotas que muchas veces no tenían ningún interés.

P: Como acabas de decir, para hacer RG te reuniste con un policía que te contaba cosas sobre su trabajo, sobre los casos en los que trabaja, y tu eso lo conviertes en un cómic. Escribes el guión, haces el dibujo e incluso aquí aplicas tú el color. Pero da la sensación de que aunque estás haciendo una historieta de género, te alejas bastante de los clichés de la novela negra y del cine negro. Hay un policía muy poco heroico, no hay demasiada acción… ¿Cómo te planteaste esto? ¿Todo esto es intencionado por tu parte?

Peeters: Todo es una cuestión de equilibrio. Es como cuando te metes en la cocina. Me dicen que quieren un pisto y me dan los ingredientes del pisto pero ni siquiera me han lavado el tomate, con lo cual, a partir de ahí tengo que crear. El problema de la policía es que hoy en día viven inmersos en estereotipos que vienen o de la novela negra o del cine. No quiero generalizar, pero en este caso concreto diría que los policías casi juegan a ser policías. Cuando me cuenta una historia, me la está contando tal y como él se vería en su cabeza, como si estuviese es una película, como actuando. Y mi trabajo consistía precisamente en que me contara la verdad, el día a día de un policía en París. Era muy difícil, porque ahora mismo la vida de un policía es muy aburrida y muy banal. Con lo cual era un pulso. Era un pulso entre él, que quería ser él héroe, y el dibujante, que quería la realidad. La verdad es que lo complicado es que no puedes hacer un buen libro con lo que es la realidad, la vida real de un policía. Entonces, resulta que tras mogollón de horas con él, me di cuenta de que podía haber hecho el libro yo solo. Lo que pasa es que desde los años treinta o cuarenta, en las películas siempre tienen de asesor a un policía que les dice si tal cosa es así o no es así. Con lo cual al final te encuentras con que los de la realidad sueñan con la ficción, y en la ficción te encuentras con que tienes un policía real que te dice si esto es así o no. Así que después de haber visto todas las películas, después de haber leído novela negra, el álbum lo podía haber hecho yo solo. Y ya como anécdota, contar que he ido muchas veces a varias comisarías de París, y en todas esas comisarías lo que tienen es un montón de pósteres de películas. ¡Y encima son de las malas!

(Imprescindible para los que nos gusta la obra de Peeters la transcripción que de la charla que el suizo dio en el pasado Salón de Getxo han realizado los chicos/as de Entre Cómics y podéis leer completa aquí).


martes, 14 de diciembre de 2010

Trailer de “Piratas del Caribe 4” en castellano.

... O Sparrows navega de nuevo.Supongo que será más de lo mismo, pero lo anterior a mí me pareció muy entretenido.

Moebius y el futuro.


P: Con algunos de sus dibujos y láminas cotizados por sumas muy importantes en subastas, ¿se considera a si mismo más como artista o como dibujante?

M: Sobre todo me considero dibujante por encima de todo. Sin embargo como dibujante me puedo permitir dotar a mis trabajos de una calidad sencilla o de un toque que me acerque a esa cofradía (risas) exclusiva del Arte con mayúsculas. Son nociones muy fluctuantes y nada precisas. Son clasificaciones con las que tener cuidado, desde luego.


P: Ahora que se habla tanto, en Francia especialmente, del futuro del cómic con la llegada de tecnologías como el Ipad o las nuevas pantallas flexibles, ¿qué opinión tiene de esa misma tecnología que, por un lado facilita la labor del dibujante pero también supone un riesgo de perder el control o derechos de su obra en un medio mucho menos controlable como es internet?

M: Sinceramente no tengo ni la más mínima idea. Encuentro el tema extremadamente
interesante, pero no puedo dedicar mi tiempo a ese tema, sobre todo porque es un campo que no acabo de controlar. Soy de otra generación. No me opongo para nada a estos avances. Utilizo mucho el ordenador para trabajar, retocar e incluso colorear con Photoshop, sobre todo los fondos.

(De una reciente entrevista realizada por Rolo para “LH Magazine” y que podéis leer completa aquí).

lunes, 13 de diciembre de 2010

Enrique Morente (1942-2010)

¿El mejor cantaor tras Camarón? Probablemente. ¿El más renovador y arriesgado de las últimas décadas? Sin duda.

D.E.P.

Expocómic 2010, una valoración personal.

Se clausuró ayer el Expocómic 2010 y creo que se pueden sacar algunas conclusiones de una edición que ha tenido algunas novedades esperanzadoras pero en la que se han repetido vicios y situaciones que deslucen año tras año un Salón que debería ser una referencia en España.

Por un lado, el cambio de ubicación me parece un acierto. El Pabellón de Convenciones se había quedado pequeño y el Pabellón de Cristal a pesar de encontrarse un poco más escondido dentro del Recinto Ferial y alejado del Metro resulta mucho más amplio y cómodo con lo que la sensación de agobio que existía en anteriores ediciones se ha superado. Al principio, acostumbrado al anterior recinto, te sientes un tanto desorientado y cuesta identificar los distintos puestos que más o menos respetaban sus ubicaciones de año en año en el Pabellón de Convenciones, pero a los cinco minutos esa sensación se supera. Por ese lado bien, otra cosa son detalles del propio Pabellón que no sé si dependen de los organizadores o del Ayuntamiento como puede ser la redundante megafonía que no se entiende y la escasa iluminación que le daba un aire un tanto desangelado debido también, al menos el viernes, a la poca gente que andaba por ahí.

Yo finalmente acudí solo el viernes por la tarde y me sorprendió la escasa afluencia de público (conseguí números para la firma de Hermann cuando pensaba que estarían todos agotados y había de sobra para casi todos los autores). Comentándolo con algún compañero bloguero que acudió más días me dijo que el viernes fue el día más tranquilo ya que el sábado y domingo los otakus tomaron a la fuerza el Pabellón y el jueves la iniciativa del 2x1 fue un éxito y se llenó de colegios y gente que aprovechaba la oferta con lo que hubo más ambientillo.

Vamos con los peros… La sensación de improvisación que hay en el Salón respecto a las actividades es absoluta. Quizás esté todo muy organizado pero los usuarios nos solemos enterar tarde, mal o nunca de muchas de ellas. Hay que reconocer que los chavales que dan la cara hacen lo que pueden pero eso no sirve de mucho cuando las modificaciones se producen en los últimos momentos, se anuncian cambios de programación y los invitados en la web los días previos (ausencia de Golden y cambio de ubicación de las exposiciones) y los horarios no pueden tomarse en serio. Especialmente sangrante me pareció el tema de la organización de las firmas el viernes por la tarde que empezó tarde y terminó pronto para cuatro gatos que éramos porque la organización tenía que llevarse a los dibujantes a no sé qué compromiso en autobús. Total que de la hora y media prevista solo estuvieron disponibles poco más de una hora aproximadamente con el consiguiente mosqueo de los que nos quedamos con la miel en los labios (yo entre ellos que me quedé con las ganas de un dibujito de Juan Giménez al que no llegué por los pelos). Que yo sepa nada se puede criticar a los dibujantes en este sentido que son unos mandados que van donde los mandan pero la organización tenía que hacerse valer y mantener los horarios que establece y no justificarse en letras pequeñas que no ayudan a su imagen o como se hace en los grandes salones norteamericanos más o menos calcular hasta que persona en la cola va a dar tiempo a atender y entregarle un cartelito que le señale como último al inicio de la sesión de firmas.

Tampoco parece que la organización en paralelo por otra entidad de actividades relacionadas con el Salón ayude. En este caso la competencia no me parece para nada positiva porque se solapan esfuerzos y en lugar de concentrar todos los eventos en un mismo lugar obliga a los aficionados a estar de un lado para otro ya que básicamente los dibujantes invitados por una y otra organización son los mismos. Sería interesante quizás que uno de los dos eventos, las Jornadas de la Fnac o el Expocómic, cambiaran de fechas para evitar el solapamiento de las actividades relacionadas con el cómic en la capital y doblar realmente esa oferta para el aficionado a lo largo del año.

Para próximas ediciones del Expocómic quizás sería interesante igualmente que las exposiciones estuvieran más a la vista y no medio escondidas como ha ocurrido este año y se potenciara la relación entre los aficionados y los autores que tanto se publicita con un mayor respeto al tema de horarios. El reparto de números en las firmas ha supuesto un avance pero el intentar respetar los horarios también ayudaría.

A nivel personal, me lo pasé bastante bien el único día que acudí. Pasé un buen rato con Juan José Ryp, que compensa su tranquilidad dibujando con su gracejo y su retahíla de sabrosas anécdotas sobre su experiencia en el mainstream norteamericano en el puesto de Glénat y logré también un par de dedicatorias de Paco Roca, que se mostró muy amable en el puesto de Astiberri. Allí coincidían también Alfonso Zapico y Borja Crespo pero como no me enteré hasta verles sentados y no llevé mis ejemplares de sus obras no pude pedirles una dedicatoria (otra vez será…). Por otro lado, conseguí mi objetivo principal de este Expocómic: el encuentro con el gran Hermann, que igualmente se mostró bastante cordial (una lástima no haber aprovechado su presencia para haberle rendido un homenaje a su trayectoria con alguna exposición) y amablemente me hizo un dibujillo en un ejemplar de “Las Torres de Bois Maury”.

Un placer igualmente fue ponerle por fin cara tras el encuentro frustrado del año pasado a Angux que acompañado de su familia andaba por ahí y me comentó sus próximos proyectos (este hombre siempre está ocupado…) y la principal decepción que me lleve, achacable exclusivamente a mi persona, fue no haber podido coincidir en algún momento durante el fin de semana (al final el domingo no pude ir al Salón) con Bruce y Jaime Sirvent que se desplazaron hasta Madrid ni con José Maria Beroy para agradecerle personalmente el gran detalle que tuvo hace unos días.

En definitiva, mi percepción final del Expocómic es de aprobado raspado. Se intenta mejorar pero por dos pasos que se avanza parece que se retrocede uno lo que en ocasiones resulta un tanto desconcertante. Una mejoría que sabe a poco pero mejoría al fin y al cabo y que augura quizás maravillosos salones para nuestros nietos. Ojalá que no tengamos que tardar tanto.

Miguel Ángel Martín, el freak

P: Eres capaz, también, de convertir lo anormal, lo raro, en normal y cotidiano, sin que chirríe en ningún momento lo que estamos viendo, rompiendo así la norma de lo preestablecido y de lo (falsamente llamado) "políticamente correcto". Por ejemplo, a las pocas páginas de estar leyendo "Brian the Brain", uno olvida por completo que su cerebro está al aire libre y lo acepeta como algo totalmente plausible. ¿Por qué esa predilección por lo freak, por lo extraño? (predilección que, por otra parte, comparto).

-M.A.M.: Me fascina lo original, lo distinto. Me aburre enormemente lo convencional, por obvio. Artísticamente no me interesan nada los productos que dicen a la gente lo que quieren oir y la reafirman en su puta mierda de valores. Entiendo que unos valores son una puta mierda cuando necesitan reafirmación continúa: el amor, la amistad, la pareja, la familia, la soledad, la simpatía por el débil (la hipocresía elevada a la enésima potencia), el punto de vista de la víctima, el lado humano de las cosas (glups!), el bien, el mal; el yin, el yan; el patatín y el patatán, ha ,ha!

P:¿Cómo ves el panorama del comic hoy en día?. ¿Crees que está tan muerto como dicen algunos profetas que creen tener la verdad absoluta?. ¿Cuales son los autores que te interesan actualmente si es que hay alguno?.

-M.A.M.: Siempre he sido más de literatura que de comix, y, la verdad, es que últimamente leo muy pocos. No obstante procuro estar un poco al tanto de lo que va pasando y, desde luego, no creo en absoluto que el comic esté muerto ni mucho menos. Es más, en mi opinión, nunca había estado tan bien. Como medio de expresión está siendo muy influyente en los demás medios. Cada vez goza de mayor prestigio artístico e intelectual, incluso reconocimiento institucional (Premio Nacional de Historieta) y en el mercado puedes encontrar todo tipo de géneros y estilos: superhéroes, manga, independiente, humor, novelas gráficas (odio el concepto, ha ,ha!). Soy optimista sino, no dibujaría comix. Y no aguanto a los llorones, ni en la ficción ni en la vida real!
Los últimos comix que he leído son ‘Tú me has matado ‘ de David Sánchez y ‘Show’ de los italianos Maicol y Mirco.

(El amigo Crowley, de Tengo boca y no puedo gritar, realizó una completa entrevista a Miguel Ángel Martín probablemente el más underground de los autores de cómic españoles de su generación. El autor de "Brian, The Brain" se explaya y dice unas cuantas cosas con sentido y, como suele ser habitual, contracorriente. La entrevista completa, aquí).

domingo, 12 de diciembre de 2010

El nuevo trailer de “Thor” (por si todavía hay algún despistado que no lo ha visto).

Me aventuro a apostar a que si la película tiene un mínimo ritmo estará entretenidal El nuevo trailer no aporta demasiado respecto al anterior. Yo de momento me quedo entre tanta explosión con la Natalie Portman que eclipsa a cualquier dios del trueno (las armaduras de los asgardianos siguen sin convencerme),

sábado, 11 de diciembre de 2010

A Joe Satriani le gusta John Byrne.



Y aparentemente le gustaba tanto que no tuvo mejor idea que apropiarse del dibujo de Silver Surfer para la portada de su segundo disco, “Surfing with the Alien” de 1987que Byrne realizó con Stan Lee en 1982.


Satriani aseguraba en alguna entrevista que él había pagado los derechos a Marvel por utilizar ese dibujo pero, por otro lado, parece ser que Byrne nunca vio un dólar de ese trabajo.


La verdad o la mentira probablemente nunca la sabremos pero hay queda una muestra de las virguerías con la guitarra eléctrica de las que es capaz el músico neoyorkino. El que quiera imitarle que practique con el “Guitar Hero”.


viernes, 10 de diciembre de 2010

“Hiram Lowatt y Plácido: Los Ogros”, de David B. y Christophe Blain.

Tras la sorpresa que supuso “La rebelión de Hop-Frog”, el primer álbum de “Las aventuras de Hiram Lowatt y Plácido”, estábamos prevenidos ante la creatividad desplegada por el tandem creativo compuesto por David B. y Christophe Blain en su reinvención del Far West y esperábamos impacientes este segundo álbum. Y, en cierto modo, “Los ogros” no es un álbum tan original y sorprendente como aquél pero solo hasta cierto punto porque en otros aspectos lo supera .

El periodista Hiram Lowatt y su amigo el jefe de los Tonkawas, el taciturno Placido, acuden a una remota región del Yukon a dar un ciclo de conferencias. Allí son recibidos por el juez local quién les advierte de la seria amenaza de una tribu de indios, Los Cazadores de Fieras, que se atreven a asaltar a los blancos incluso en los núcleos urbanos. Sin embargo, Lowatt y Plácido pronto empezarán a desentrañar el misterio que guardan los imponentes y terroríficos lugareños que viven en los imponentes bosques del Yukon.

Como decía, “Los ogrosquizás no es un álbum que tenga las dosis de sorpresa que pudo producir la anterior entrega pero lo compensa con la excelente historia pergeñada por David B para construir un cuento gótico de terror más cercano al expresionismo alemán que a las convenciones del género western “Los ogros” es una historia de intriga y misterio sobre la condición humana en una curiosa mezcolanza de referencias que van desde un cuento gótico europeo como “La Bella y la Bestia” a las novelas de Jack London o Arthur Conan Doyle, punto de partida del que se sirve David B. para entretener al lector al tiempo al que orprende con las conexiones extrañas y desconcertantes que es capaz de imaginar .

A pesar de lo atractivo de esas premisas, el álbum se quedaría en poca cosa sin el talento gráfico desplegado por un Christophe Blain que convierte la tétrica ambientación de la obra a partir de tonos oscuros y trazos enérgicos y económicos en el verdadero hilo conductor del relato dando un giro de trescientos sesenta grados a la presentación estética de “La rebelión de Hop Frog” en la que los colores vivos e intensos aplicados directamente poca relación tienen con “Los Ogros”. Esa cuidada ambientación refuerza la caracterización de unos personajes hábilmente presentados aun cuando pueda parecer a primera vista que el estilo de Blain naif y descuidado no sea el más adecuado para una historia de terror. Sin embargo, conforme avanza, el discurso narrativo va ganando en intensidad y obliga a la imaginación del lector a rellenar con sus propios miedos las sombras que se esconden en lo más profundo del bosque logrando que poco a poco logre asuma el juego propuesto por el autor y se deje sobrecoger por su relato.

“Los Ogros” es un álbum intenso y emocionante que en su desarrollo recuerda más a las pautas de una tragedia operística que a las habituales y tópicas convenciones del Western capaz de sorprender al más descreído lector, y aunque es una lástima que la asociación David B.-Christophe Blain no siguiera ofreciendo nuevas obras ya que se trata de dos autores que se entienden a las mil maravillas resultando perfectamente complementarios los dos álbumes que componen esta serie se me antojan capitales para entender su posterior evolución pues muchos de los hallazgos estilísticos con los que Blain nos sorprendió en “Isaac, el pirata” ya se pueden encontrar en su plenitud en estos álbumes. En mi opinión, unos tebeos imprescindibles.