miércoles, 12 de mayo de 2010

“Durango 3”, de Yves Swolfs.




Parece que Planeta se está poniendo las pilas con la serie “Durango” de Yves Swolfs y si hace cosa de pocos meses comentábamos la publicación del segundo integra,l hoy toca el tercero que como los anteriores incluye tres álbumes de la edición original, “Loneville”, “Une raison pour mourir” y “L’or de Duncan”. Un nuevo ejemplar que no sé porque motivos presenta mínimas diferencias de edición respecto a los dos anteriores (no se traducen los títulos y las portadas aparecen al final y no separando cada uno de los álbumes) que no me acaban de convencer. ¿Respecto al contenido? Os cuento.

En la primera historia, “Loneville”, el amnistiado Durango llega a la ciudad que da nombre al álbum y debe enfrentarse a una banda de desalmados que está sembrando el terror en la misma aprovechando el aislamiento del lugar. Durango se enfrentará a los forajidos y de paso descubrirá los motivos de su misterioso jefe para intentar acabar con todos los habitantes de la ciudad.




Se trata de un álbum de transición entre el arco argumental que copó el anterior volumen que transcurría en tierras mexicanas y el nuevo que se desarrolla en los dos álbumes que completan este tercer volumen. Es una historia entretenida que a nivel gráfico permite a Swolfs cambiar de registro localizándola en un ambiente urbano y nevado frente a las extensiones desérticas en que se desarrollaban los álbumes precedentes y aunque la historia resulte un tanto tópica sorprende finalmente incorporando ciertas notas de crítica social en los motivos del jefe de los bandidos que dan un toque original a la historia.



Los dos álbumes que completan el volumen conforman un nuevo arco argumenta,l aunque se puedan leer de manera independiente, y en ellos Swolfs añadea la solitaria figura de Durango una ambigua acompañante, la misteriosa Lucy. Si en "Une raison pour morir", Durango es víctima de los encantos de la dama que, conchabada, con un forajido se dedica a robar bancos y acabar con la vida de molestos maridos, en "L'or de Duncan" la ayudará a rehabilitarse encontrando el oro que su padre la ha dejado en herencia para lo que tendrán que sortear la a unos temibles forajidos que también lo ambicionan.



Probablemente, en líneas generales este arco no está tan bien resuelto como el de “Amos” y Swolfs demuestra que antes que guionista es dibujante fallando en la justificación de las reacciones de los personajes, especialmente de la amoral Lucy, aun cuando como en el resto de la serie, el autor se mantiene fiel a los patrones del Western crepuscular de los años setenta con lo que logra que la historia resulte entretenida y recomendable para los amantes del género aun cuanto abuse demasiado de los deus ex machina. En el aspecto gráfico, son dos de los mejores álbumes de la serie con impresionantes localizaciones en Las Rocosas y una caracterización de los personajes cuidada y carismática que no oculta las referencias cinematográficas usadas por el autor.




En definitiva, este tercer volumen de “Durango” ofrece más de lo mismo: buenas historias de género, entretenidas y bien narradas aun cuando pequen de escasa originalidad y un desarrollo un tanto repetitivo. Con todo, se trata de una serie muy recomendable para los aficionados del Western que espero Planeta se dé prisa en completar con los dos tomos que presumo faltan.

Más obras de Yves Swolfs en El lector impaciente:


Durango 1


Durango 2


El príncipe de la noche

Rubén Pellejero, innovando con causa.

Toni Boix: ¿En qué apartados de tu propuesta gráfica te permites innovar y en cuáles prefieres mantenerte dentro de unos registros clásicos que favorezcan la narratividad del dibujo?
Rubén Pellejero: No me planteo innovar porque sí. Aquí está la diferencia con aquél que busca sobre todo que su estilo sea fácilmente reconocible. La innovación en mi trabajo la he ido destilando poco a poco sin que fuese a veces muy perceptible pero que con el tiempo ha sido evidente. Podría decir que me mantengo estable en cuanto a cierta composición clásica de la página, sín estridencias compositivas de viñetas y un cierto naturalismo en la actitud tanto de los personajes como de las escenas en sí. El hecho de colaborar con guionistas que también ellos han estructurado las secuencias de un modo bastante tradicional ha ayudado a que yo me mantenga fiel a este tipo de enfoque de la narración, digamos, más tradicional. Si bien he de decir que yo siempre he tomado mis propias iniciativas en el campo narrativo, no es tan fácil ni evidente la experimentación en ese terreno como en el caso del que realiza sus propios guiones. El apartado innovador yo lo centraría mucho más en el propio grafismo del dibujo y en el aspecto general de cada uno de mis álbumes: el color, el tipo de atmósfera a crear, la técnica a emplear, etc.

(De obligatoria lectura la entrevista que Toni Boix realizó a Rubén Pellejero para Zona Negativa hace unos días con motivo de la publicación deEn Carne Vivadel que ya comenté por aquí. En ella, Pellejero demuestra ser un autor inteligente y con las ideas muy claras sobre su propio trabajo que analiza muy objetivamente dejando algunas ideas sobre las que no está de más que muchos autores jóvenes se pararán a meditar.Pero mejor me callo y os dejo que leáis la entrevista completa aquí. A propósito, poco días después de la publicación de esta entrevista le fue otorgado a Rubén Pellejero el Gran Premio del Salón de Barcelona. Completamente merecido, en mi opinión).

martes, 11 de mayo de 2010

“Iron Man 2”, de Jon Favreau.

Me ha fastidiado bastante el tener que ir aplazando la segunda entrega del “Iron Man” de Jon Favreau, una de las películas que esperaba con más ganas de las anunciadas para este año dado el buen sabor de boca que me dejó la primera parte. Las expectativas eran altas y, como suele suceder siempre que se crean expectativas, las posibilidades de sentirme decepcionado se incrementaban notablemente. Pues bien, ayer pude por fin acudir al cine y la verdad es que disfruté como un enano. Les cuento.

Esta segunda entrega, retoma la acción unos meses después del momento en que finalizó la anterior con un Tony Stark que debe compadecer ante una comisión gubernamental que le presiona para que comparta sus secretos con el ejército y a la que debe demostrar estar capacitado para llevar la armadura. Tony se encuentra en su peor momento, con su corazón más débil que nunca, su empresa en una perpetúa crisis en la que debe competir con Justin Hammer, proveedor favorito del ejército, y sobrellevar su alocada vida de playboy para consternación de sus amigos. Para complicarlo todo un poquito más, con ganas de venganza llega desde Rusia con amor, el hijo de un antiguo socio de su padre poseedor de una tecnología similar a la de su armadura que puede llegar a acabar con el Hombre de Hierro. Cuando todos estos problemas se juntan, quizás ni el mismísimo Hombre de Hierro será capaz de solucionarlos.

Iron Man 2” confirma que el género superheroico trasladado al cine ha alcanzado su madurez como ya apuntara la primera parte y a los más críticos debería convencer que el entretenimiento no está reñido con una buena historia con muchos efectos especiales. Jon Favreau demuestra inteligencia explotando las virtudes de la primera entrega de las que sobresale la interpretación del elenco de actores que repite, encabezado por Robert Downey Jr. (que ha dado una nueva dimensión al soso de Tony Stark), actores que parecen disfrutar en sus roles y estar pasándoselo bien, a los que se añaden otros de categoría como Samuel L. Jackson que como Nick Furia da el contrapunto a Robert Downey Jr en una aportación mayor que el cameo de la primera entrega, la perturbadora Scarlett Johansson que despeja todas las dudas sobre su idoneidad como Viuda Negra y un Mickey Rourke que ya lleva algún tiempo convenciéndonos de que hay vida después de la muerte.

Como buena adaptación que es, la historia es fiel a la esencia de los personajes sin tener por ello que ofrecer una adaptación literal de los mismos realizando una adecuada labor de síntesis que resume bastante bien su idiosincrasia y modifica lo que no le vale con coherencia como ocurre con el personaje de Hammer o la redefinición que hace de Látigo dando un nuevo enfoque a este personaje más complejo que el del matón tontorrón del cómic y logrando hacernos creer que es un tipo capaz de hacerle sudar la gota gorda a Iron Man para vencerle. La película poda muchos de los aderezos de Bendis y Millar que en el cómic funcionan con dificultad pero en el cine ganan, y si a ello se le suma una narración ágil y moderna con ciertos guiños a los videojuegos (Favreau ha sacado conclusiones interesantes de los aciertos de esa joyita denostada que es “Speed Racer”), unos efectos especiales logrados y ajustados a la historia y un medido uso de recursos tradicionales bien aplicados, como la estupenda banda sonora, “Iron Man 2” se convierte en una versión mejorada de la anterior entrega y un entretenimiento altamente recomendable para cualquier cinéfilo sin perjuicios, independientemente de su edad y conocimiento previo de los personajes.

En definitiva, “Iron Man 2” es una excelente película que deja con ganas de mucho más pero, también, una pieza más de un proyecto mucho más ambicioso que permitirá trasladar al cine lo mejor del Universo Marvel aprovechando los mismos recursos que Lee, Kirby y cia demostraron efectivos hace décadas. Lo que llevamos visto hasta ahora no decepciona a la espera de lo que pueda hacer Branagh en “Thor”. Impaciente espero.
Sobre la primera parte, aquí.

Frank Franzetta (1928-2010)

Me desayuno con la noticia de la muerte de Frank Franzzetta, probablemente el dibujante e ilustrador cuya obra más influencia ha tenido en el género fantástico en su rama fantasía heroica (o espada y brujería o como quieran llamarlo…).

Franzzetta abandonó pronto el mundo del cómic en los años sesenta donde se inició siendo un adolescente dibujando historias de animales que firmaba como Fritz para volcarse en su faceta de ilustrador (cobraba mucho más) influyendo en multitud de artistas posteriores, tanto de cómic como de cine siendo su trabajo fuente de inspiración para multitud de películas.

En el mundo del cómic, Franzetta trabajó para todas las grandes editoriales desde Magazine Enterprizes, EC, DC o Warren. Franzetta y prácticamente abordó todos los géneros colaborando con leyendas como Al Capp, Dan Barry, Harvey Kurtzman o Will Elder.

Su dominio de la anatomía, las poses de sus adustos y fieros guerreros, sus bellas y sensuales mujeres y sus monstruos prehistóricos han sido imitadas e imitadas hasta la extenuación por muchos de los que vinieron después.

D.E.P.






lunes, 10 de mayo de 2010

“Fahrenheit 451”, de Tim Hamilton y Ray Bradbury.

451 grados Fahrenheit es la temperatura en que el papel entre combustión, dato este que muchos ignoraríamos sino fuera porque Ray Bradbury lo utilizó para dar título a una de las novelas de ciencia ficción más importantes de la segunda mitad del siglo pasado que, además, pocos años después fuera adaptada por François Truffaut con su maestría habitual. Dos obras maestras de la ciencia ficción que han marcado a muchos devoradores de Ciencia Ficción (o simplemente aficionados al buen cine y a la buena literatura) y a mí personalmente en momentos claves de mi vida. Primero, en la inocente niñez, a través del visionado de la película en aquellos sábados matutinos en que en la televisión pública anónimos a los que nunca estaremos suficientemente agradecidos se dedicaron a ensuciar para siempre las mentes de mi generación programando joyitas como esta; y; después, en la culposa adolescencia, a través de la novela que leí con avidez en una edición de batalla que todavía conservo de cuando a la ciencia ficción se podía acceder en ediciones de batalla. Hoy, adulto y descreído de tantas cosas pero no de Bradbury ni de Truffaut, me enfrenté a la adaptación al cómic de Tim Hamilton a través en un coqueto tomito que la novedosa 451 Editores (otros convencidos presumo por el nombre de la titular) acaba de publicar.

No sé si a estas alturas de la fiesta es necesario pero por si acaso se lo resumo. En unos EEUU decadentes a punto de entrar en una nueva guerra atómica, la mayor parte de la población vive anestesiada en la fútil búsqueda de la felicidad a través de los entretenimientos masivos del deporte y la televisión. En una sociedad en que poca gente se atreve a pensar por sí misma y los libros y la gente que los lee se han ido convirtiendo poco a poco en parias incómodos a los que arrinconar, el cuerpo de bomberos se ha transformado en censor del “status quo” quemando los libros (y no necesariamente sólo los libros) que puedan provocar cualquier atisbo de pensamiento crítico u original. En este contexto, un bombero, Guy Montag, a raíz de conocer a la joven Clarice empezará a replantearse su existencia y la del mundo tal y como lo conoce.

Muy difícil se me antojaba la tarea acometida por Tim Hamilton, ya que alcanzar el nivel de dos talentos como Bradbury y Truffaut está al alcance de muy pocos. Sin embargo, tras leer el cómic, creo que Hamilton realiza un trabajo digno y honrado que no desmerece las anteriores obras aun cuando no alcance sus cotas de brillantez (apreciación totalmente subjetiva de PAblo adulto), un trabajo que puede tender un excelente puente a una nueva generación de lectores hacia las otras obras.

Hamilton se muestra como un narrador sobrio y respetuoso –quizás en exceso- con el original, puede que contando con el conocimiento previo de la obra por parte del lector para no profundizar demasiado en el tratamiento de los personajes que aparecen difusos y borrosos en medio de una sociedad gris y opresiva bien reflejada a través de su dibujo. Hamilton realiza una adaptación muy fiel a la que quizás la falte algo de la belleza de las anteriores obras aun cuando se muestre como un artista competente, especialmente brillante en sus elegantes composiciones de página y en el tratamiento que da al fuego en la historia, un personaje más nervioso, hipnótico y vibrante. Quizás donde la adaptación tenga su punto más flojo sea en los diálogos entre los personajes, acaso demasiado simplificados o mermados por la traducción, que no alcanzan los niveles del original sin que la parte gráfica, a pesar de su atractivo, sirva para rellenar del todo los huecos que se generan.

En definitiva, “Fahrenheit 451” creo que es una adaptación bastante digna de una obra maestra con las dificultades que ello conlleva y probablemente los pocos defectos que le encuentro sean debidos más a mi condición de lector resabiado, demasiado apegado al original de Bradbury, que al digno trabajo de Hamilton. Con todo, es un libro muy recomendable, (además, por contar con una excelente introducción de Bradbury sobre el origen de la novela), sobre todo para el lector virgen que no sabe lo que le espera. Cochina envidia que me da.

Max y la novela gráfica: inteligente, sencillo, claro.


P: ¿Qué te parece el uso del término novela gráfica? ¿Un tipo de "nombre científico" de los tebeos, o algo necesario?

MAX: Etiqueta comercial basicamente. Pero nos está ayudando mucho a ampliar la base de lectores. A mi no es que me disguste, lo que pasa es que los autores, siempre que hablamos entre nosotros, nos decimos: "Estoy haciendo un cómic nuevo" o "un tebeo", pero nunca decimos "Estoy haciendo una novela gráfica".

P: No me creí ni una sola de las justificaciones del cierre de NOSOTROS SOMOS LOS MUERTOS: vuestro hueco no esta cubierto ¿Volvereis? Las ilustraciones de "EL CABALLERO, LA MUERTE Y EL DIABLO" se me quedaron para siempre grabadas en la memoria. ¿conoce a otro ilustrador a la altura de los mas grandes: Anke Feuchtenberger y usted?

MAX: Pues eran ciertas. Solo compraban nuestra revista los propios dibujantes, era demasiado experimental para el público. Sí veo que se empieza a cubrir el hueco: atención a la revista LA CRUDA, va por el nº 4. Gracias por lo de "El caballero, etc." Es mi mejor trabajo como ilustrador. Ilustradores grandes hay muchos más, por citar a uno cercano: Arnal Ballester.


(Ahí arriba les dejo dos contestaciones a las preguntas que los internautas de “El País” le realizaron a MAX hace unos días. Las contestaciones no tienen ningún desperdicio y sirven para conocer mejor a uno de los mejores dibujantes patrios. ¿Están de acuerdo con su definición de “novela gráfica”? Yo creo que lo clava. El resto de la entrevista la pueden leer aquí).

Vía: EntreComics.

domingo, 9 de mayo de 2010

“Arzak Rhapsody 11”



Nos acercamos al final de la adaptación que el mismo Moebius realizó de una de sus más emblemáticas series.

sábado, 8 de mayo de 2010

Nuevo trailer de “Inception”, de Christopher Nolan.

Bueno, mientras se decide o no a acometer una nueva entrega de Batman, Nolan va a estrenar este curioso thriller con apuntes fantásticos que realmente apunta buenas maneras. Habrá que echarle un ojo y esperar que DiCaprio nos quite el sabor de boca de su última interpretación en la fallida “Shutter Island”, de Scorsese. En Julio se estrena en EEUU y supongo que para Septiembre en las Españas.

viernes, 7 de mayo de 2010

“Las Águilas de Roma II”, de Enrico Marini.

Me decepcionó tanto la primera entrega de esta serie en la que el suizo Marini ha realizado su debút a los guiones que cuando me enteré que Norma iba a publicar esta segunda entrega a punto estuve de dejarla en el expositor de la librería. Craso error hubiera cometido, porque si bien el primer álbum de “Las Águilas de Roma” muestra todos los vicios del guionista primerizo en esta nueva entrega Marini enmienda la plana y ofrece un entretenido peplum que nada tiene que envidiarle a clásicos del género como “Murena”.

Marini demuestra unos recursos narrativos insospechados en este nuevo álbum en el que se hace desde el principio con el lector situando la acción varios años en el futuro respecto el punto en que acabó la primera entrega presentado a Marco, uno de los protagonistas que en la primera entrega dejamos casi adolescente, como un curtido soldado que, a su regreso a Roma tras una dura campaña, se dedica a la conquista de las mujeres de los senadores engañando a su propia mujer. Tras este impactante inicio, Marini inicia un largo flashback en el que retoma la acción donde la dejó al final de la primera entrega para mostrar a Marco y Arminio en la tumultuosa Roma de su juventud en la que intentan labrarse una carrera de éxito. Mientras el ambicioso Arminio pretende progresar dentro del ejército, Marco conocerá a una joven noble y se enamorarán locamente a pesar de ser estar prometida a uno de los hombres más ricos y ambiciosos de la ciudad por su padre. La aventura amorosa de Marco acabará mal y le generará peligrosos enemigos para el futuro, provocando, además, el distanciamiento definitivo con Arminio. Años más tarde, el emperador Tiberio encarga al Marco adulto una peligrosa misión que le obligará a reencontrarse con su viejo amigo Arminio tras cinco años de distanciamiento en la revuelta Germania y con el amor del que fue separado.

Marini sorprende en esta nueva entrega de “Las Águilas de Roma” rectificando buena parte de los errores de la primera entrega para ofrecer un álbum entretenido y muy bien construido a pesar de no transitar dentro de premisas poco originales. A lo largo de sus cincuenta y seis páginas, la narración está perfectamente hilvanada y los personajes se muestran bien construidos más allá de lo manido del género al que se adscribe la historia. Se nota que Marini se ha preocupado especialmente en documentarse para que los personajes reaccionen y se comporten como es de suponer que lo harían y refleja la obra un cuidadoso estudio de las tradiciones e instituciones de la Antigua Roma. Marini ,tras el álbum de la presentación, plantea emocionantes tramas que confluyen en el personaje de Marco el cuál asume todo el protagonismo quedando, sin embargo, en suspenso su resolución hasta próximas entregas.

Si la historia mejora a nivel argumental y en el desarrollo narrativo, en el apartado gráfico, auténtico punto fuerte de Marini, me atrevería a decir que el autor se supera. Marini recrea perfectamente los distintos ambientes de la ciudad de Roma desde las villas hasta el Hipódromo, pasando por el palacio imperial o los barrios más humildes con maestría y sentido al tiempo que caracteriza perfectamente a los distintos personajes cuidando todos los detalles, desde la indumentaria hasta los más mínimos rasgos, con un detallismo que pocos alcanzan hoy día, resultando un placer demorarse en las grandes viñetas en las que el autor no ha dejado nada al azar.

En definitiva, el segundo álbum de “Las águilas de Roma” es el mejor trabajo que he leído de Enrico Marini hasta la fecha y deja con ganas de más, mostrando a un autor maduro que cuando quiere es capaz de realizar trabajos a la altura de los mejores manteniéndose, eso sí, fiel a las reglas de los géneros más comerciales en los que se mueve.
Si quieren leer un tebeo escaso de originalidad pero bien construido, entretenido y adictivo prueben con este.

Otras obras de Marini en El lector impaciente:

La estrella del desierto”.
Las águilas de Roma I”.

jueves, 6 de mayo de 2010

“Kick-Ass”, de Mark Millar y John Romita Jr.

Mark Millar es probablemente el guionista que mejor conoce actualmente el mainstream norteamericano, el que mejor conecta con la amplia masa de los aficionados y quién mejor sabe qué demandan actualmente en un tebeo. Esto lo saben sus seguidores que compran sus obras religiosamente, lo saben los editores que lo miman, lo sabe el propio Millar que se deja mimar y lo saben los productores que le compraron los derechos para la película de “Kick-Ass” incluso antes de tener publicado un episodio en el sello adulto de Marvel, Icon, lo que ya de por sí generó una enorme expectación hacia el tebeo del que acaba de publicar Panini los ocho primeros episodios en un tomito muy apañado. ¿Merece la pena “Kick-Ass”? Yo creo que sí.

Dave es un adolescente que pasa sin pena ni gloria sus días en el instituto haciendo el friqui al tiempo que anda enamoriscado de una compañera de clase y tiene fantasías palilleras con las profesoras. Todo muy normal, hasta que no se le ocurre mejor idea para destacar que convertirse en uno de los superhéroes sobre los que lee y vivir así emocionantes aventuras. Tras comprarse un traje de neopreno por ebay, el bueno de Dave saldrá a patrullar por la ciudad para ir descubriendo a tortas que ser un superhéroe en la vida real es mucho más duro de lo que parece en los cómics.

Flaco favor hace Millar en “Kick-ass” a los que abogan por la normalización del cómics y a sus aficionados a los que no deja para nada bien parados. No nos engañemos, más allá de la gracia que puedan hacernos las burradas y ocurrencias gruesas de Millar en este tebeo autoreferencial en el que más de uno puede sentirse reflejado en el soberbiamente construido protagonista, el escocés ofrece una visión triste y deprimente de los aficionados a los cómics de superhéroes como una especie de inadaptados sociales que canalizan sus complejos a través de las lecturas superheroicas que explota todos los tópicos.

Para mí, “Kick-ass” como la mayor parte de la obra de Millar se sitúa en la frontera de género de superhéroes, siendo en este caso “Kick-ass” más bien un irónico e hiperbólico acercamiento a las frustraciones de la adolescencia y las tonterías que en ella se cometen aunque el pretendido realismo de la historia –esto de que Millar hace tebeos “realistas” es uno de los grandes bluffs que circulan por ahí- se centra en el tratamiento de las reacciones del protagonista y la construcción del entorno por el que se mueve acertando especialmente en el tratamiento de tecnologías como Internet o los móviles que ya forman del día a día pero que en muchas ocasiones todavía su inclusión se ningunea en los cómics. Más allá de esta reflexión, no hay que restarle méritos a Millar quien desarrolla la historia de “Kick-Ass” en un largo flashback bastante tópico en el que vuelve a dejar en evidencia sus habituales influencias cinematográficas sacando partido de los excelentes diálogos que sabe construir y dan visos de verosimilitud a la ambientación de la increíble y salvaje trama.

Buena parte del atractivo de “Kick-Ass” corresponde al apartado gráfico en el que John Romita Jr. realiza un fantástico trabajo, potenciado por el gran Tom Palmer. Romita Jr. demuestra una vez más su talento para la narración gráfica reflejando las ideas de Millar, con el que ya había colaborado anteriormente en “Lobezno”, a través de impactantes viñetas y ofreciendo siempre la mejor solución gráfica. Romita Jr. escapa de los tópicos y poses habituales del género para reflejar las peleas y la casquería que desprende la historia de Millar con una crudeza que hace aconsejable no dejar este tebeo a los más pequeñajos.

Nos guste más o nos guste menos, no hay que restarle méritos a Millar al que me atrevería a calificar como el Tarantino de los cómics, y hay que saber reconocer que es un gran guionista que conecta perfectamente con un amplio segmento de los actuales consumidores de cómics, siendo quizás “Kick-ass” su proyecto más ambicioso hasta la fecha, aunque me quede la duda sobre su legibilidad dentro de veinte años. El resultado es un tebeo más complejo de lo que parece y que cumple sus objetivos desde el mero entretenimiento cafre hasta la reflexión más pausada sobre la adolescencia en un “totum revolotum” en el que el escocés es especialista. Yo no me lo perdería y tampoco me perderé la película. Ya les contaré.

Genies y la penuria del cómic

P: Alfredo, ALEX MAGNUM ha sido tu primera obra importante y casi tu canto de cisne al mismo tiempo en el mundo de la historieta. ¿Por qué no seguiste en los cómics, por qué nos hemos pasado dos décadas sin saber de ti?

G- Bueno, después de MAGNUM, intenté buscar otras cosas, otros personajes, y no surgieron. Tuve unos encuentros con el guionista Antonio Segura, para ver si encontrábamos un personaje. La cosa no cuajó. Como yo también tengo otras posibilidades, dentro del mundo del grafismo, la pintura, publicidad, etc., como no vería claro lo del cómic en aquel momento, preferí lanzarme por otros caminos. Lo dejé. Al ver que no había una idea clara ni un producto claro, lo dejé.

P: Esto a mí me sorprende mucho. Hablando con otros autores de tu generación que tomaron esa misma decisión, prácticamente en una época donde los dibujantes estaban acostumbrados a vivir de su trabajo, al contrario que la generación posterior, me asombra esa determinación a abandonar su vocación. Desde la perspectiva de un fan, los artistas son multimillonarios, viven en mansiones y llevan una vida plena de reconocimiento, fama y maravilla: no percibimos las penurias que puede pasar un autor de cómic. Eso me ocurría cuando yo os leía de chaval: para mí, vosotros estabais viviendo un momento de éxito. ¿Tan frágil era o es la profesión como para
que en un único momento dado un autor joven y talentoso como tú decida tirar la toalla sin mirar atrás?

G- Sí. Yo lo que recuerdo es que no era tanta la percepción de éxito que yo tenía. Era la de ir tirando mes a mes. Hubo un momento en que nuestro editor, Josep Toutain, nos planteó que había que dejar la serie. A partir de ese momento, pensé que había que buscar otra cosa. Pero como no la vi clara, pues preferí tirar por otros caminos. Yo pienso que Toutain fue un poco injusto, porque él tuvo una época de esplendor, que fue la revista 1984. Coincidió que cambió el título de la revista con que los grandes autores que habían trabajado para él se habían ido. Y hubo un reciclaje de autores nuevos, que no eran tan conocidos: entre ellos yo. Enrique (Abulí) sí era conocido, pero yo no. Y entonces el ZONA 84, su sustituta como revista, dio un bajón. Y Toutain, en vez de promocionarnos a nosotros como nuevas estrellas, como nuevos bastiones de la revista, nos dejó totalmente tirados. No hubo ninguna ayuda de promoción ni de darnos publicidad ni de nada. Y entonces, claro, el ALEX MAGNUM la verdad es que pasó sin pena ni gloria, un poco injustamente, porque fue un producto que en aquella época tuvo una cierta coherencia con las películas del momento.Pero nadie le hizo mucho caso.

(Extracto de una jugosísima entrevista que Alex Migoya realizó a los autores deAlex Mágnum”, Enrique Sánchez Abulí y Alfredo Sommer "Genies", publicada en el integral recientemente editado por Glénat que reseñé el otro día y que pueden leer completa aquí).

miércoles, 5 de mayo de 2010

Trailer “ilegal” de “Machete”, de Robert Rodríguez y Ethan Maniquis.

Aquí les dejo el trailer que se han montado el amigo Robert Rodríguez junto a Ethan Maniquís para promocionar su última frik…digo, película, protagonizada por Danny Trejo. Si estos nombres, no les dicen ya lo suficiente en el reparto también andan gente tan sospechosa como Steven Seagal, Don Johnson y Robert de Niro que debía pasar por allí junto a beldades como Lindsay Loham, Jessica Alba y Michelle Rodríguez.

Si “Planet Terror” y “Death Proof” no fueron suficiente ataros los machos que “Machete” promete superarlas a partir de Septiembre.

Almas sensibles, abstenerse. Sólo recomendable para auténticos amantes del cine cafre.

“Nadie”, de Jeff Lemire.

La nómina de personajes vendados dentro de DC en la que se figuran algunos tan carismáticos como El Soldado Desconocido y El Hombre Negativo de la Patrulla Condenada (¡y la Mujer Negativa!) se ha ampliado con el protagonista de “Nadie”, la última obra que Jeff Lemire, autor canadiense que goza de buena reputación merced a su obra “Essex County”, publicó dentro del sello Vertigo y Planeta acaba de publicar en España en un tomito bastante apañado. Les cuento.

En un monótono pueblecito pesquero llamado Large Mouth la rutinaria vida de sus habitantes se ve alterada con la llegada de un forastero completamente vendado de pies a cabeza. El forastero se convierte pronto en el centro de todas las habladurías por su extraña apariencia y su esquivo comportamiento manteniéndose aislado del pueblo salvo por la relación de amistad que entabla con una chica agobiada por el asfixiante ambiente del lugar. Cuando en el pueblo desaparece una chica todas las sospechas recaen en el misterioso forastero quién tendrá que recurrir al misterio que se oculta tras sus vendas para sobrevivir.

Irregular irrupción la de Jeff Lemire en España a través de una obra en la que deja muestras de conocimiento del medio aun cuando la historia se encuentra lastrada por un desarrollo dubitativo en el que el autor no explota en profundidad todas las posibilidades que enuncia su historia. Lemire propone una historia de intriga en la que intenta actualizar el mito de “El Hombre Invisible” ofreciendo una visión del mismo un tanto alejada del original literario de H.G. Wells y más cercana si cabe a la estupenda versión cinematográfica de la Universal al tiempo que la sazona con las neuras y depresiones propias de la adolescencia, que Charles Burns supo reflejar con mayor habilidad en “Black Hole” o Lapham en "Silver Fish", a través del personaje de la camarera y una galería de personajes corales que recuerdan a los de David Lapham –quizás el autor con el que Lemire tiene más coincidencias- en sus “Balas Perdidas” o "Mátame". Quizás el elemento mejor desarrollado en la obra sea la descripción costumbrista que realiza el autor de la vida en un pequeño pueblo norteamericano –dato este que da igual puesto que esas conductas son propias de cualquier pueblo pequeño en cualquier lugar del mundo donde llega un extraño- en el que el chismorreo es la única valvula de escape de la rutina de unos personajes anónimos que bien podría haber figurado en cualquier película de los hermanos Cohen.
En el apartado gráfico, probablemente es en el que “Nadie” destaca más, descubriéndose Lemire como un más que correcto narrador gráfico en la línea de David Lapham mostrando un gran dominio de las perspectivas y la composición de página que utiliza para dosificar los tempos de una historia acaso demasiado ligera. Lemire es un dibujante de trazo grueso y feista que sabe sacar partido del elegante bitono azul y negro para dar una apariencia elegante a una historia que de otro modo hubiera recordado en exceso a autores como el propio Lapham o Burns, con los que no aguanta la comparación.

En definitiva, “Nadie” es un cómic ligero que se lee con agrado gracias a su fluida narración aun cuando la historia que nos cuente peque de resultar poco original y su desarrollo acaso demasiado predecible. Con todo, sirve para pasar el rato si no se tiene nada mejor que hacer ya que su anodino protagonista no consigue desbancar al Hombre Negativo como mi personaje vendado favorito. Si lo leéis, ya me contáis.

Exposición y venta de ejemplares de Javier Olivares en Universal Cómics.

Ferrán, de la librería Universal Cómics de Barcelona, avisa que del 7 al 15 de Mayo han montado una exposición en la librería con venta de originales del “El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr Hyde” de Javier Olivares y Santiago Garcia. De este tebeo ya comenté por aquí y Olivares me parece uno de los dibujantes más talentosos de este país así que no estaría de más que él que pudiera se diese un garbeo por ahí para disfrutar de su trabajo.

Más información aquí.

martes, 4 de mayo de 2010

“Alex Magnum”, de Enrique Sánchez Abulí y Geníes.

Calentito anda todavía en las librerías el recopilatorio en el que Glénat ha reunido las historias que para la revista “Zona 84” realizarán uno de nuestros mejores guionistas patrios, Enrique Sánchez Abulí, junto al hijo de uno de nuestros mejores dibujantes, Manfred Sommer, que tampoco le iba a la zaga, Alfredo Sommer, Genies, a mediados de los ochenta. Historias que leídas hoy, tras un cuarto de siglo de su primera publicación, conservan buena parte del descaro y aromas de la libertad creativa con la que fueron concebidas. Les cuento.

Alex Mágnum, o Maremágnum como también es conocido, es un policía posapocalíptico que vive con su madre mientras se mueve entre los restos ruinosos de la sociedad. Mágnum patrulla por el gueto de Metropolis y alrededores imponiendo suorden a la fuerza y haciendo gala de su particular sentido de la justicia en compañía de compañeros novatos o veteranos entre los que se erige siempre como el más chulo y cafre del lugar. En su día a día, Mágnum evita suicidios con su particular estilo y resuelve -o no - casos rocambolescos de asesinos de heladeros mientras mantiene tempestuosas relaciones con femmes fatales cyberpuntk tan autodestructivas como Destroyer o directamente que no son lo que parecen como Heleno. Pequeñas muestras de cómo Mágnum pone orden en el caótico futuro visionado por Sánchez Abulí y Genies.

Alex Mágnum” es un tebeo cafre, golfo y fresco en el que Sánchez Abulí, con la complicidad necesaria de un inspirado Genies demasiado pronto perdido para la causa de los tebeos, ofreció su versión autóctona –o kañí, como escribiría Abulí- del cyberpunk que empezaba a extenderse en aquellos días a la estela de películas como “Blade Runner” o “Mad Max” pero, además, suponía la oposición frontal frente al héroe clásico de ciencia ficción que venía haciéndose en esos años en España de la mano de autores como Antonio Segura o Carlos Trillo. La visión cyberpunk de Sánchez Abulí rebosa cinismo, ironía y humor negro frente al academicismo de “Kraken” o la crítica social "light" de “Custer” (ambas obras soberbiamente dibujadas por Jordi Bérnet). No, Sánchez Abulí se regodea en mostrar el lado más sórdido y oscuro del ser humano desparramando a través de las aventuras de un antihéroe amoral más a su medida incluso que el mismísimo Luca Torelli, Alex Mágnum, un policía cuya principal misión es servirse a sí mismo antes que al ciudadano. En las historias de extensión variable que recoge este volumen, Sánchez Abulí no muestra demasiado interés por ofrecernos una descripción precisa del gueto decadente en que se desarrollan convirtiéndose en un mero escenario difuso y rico en referencias a las películas arriba mencionadas y a otras como “The Warriors”en las que situar la acción de unas historias basadas en unos magníficos diálogos de género negro e impactantes y agresivas situaciones aprendidas en las novelas de Ed McBain que Sánchez Abulí sabe aplicar brillantemente. “Alex Mágnum” es ciencia ficción, sin moralina y ni falta que hace, pero también es el lado más oscuro y salvaje de un guionista maduro y sin complejos, que se siente libre para hacer lo que le da la gana.

En el apartado gráfico, un joven Genies se muestra brillante tanto en la construcción del personaje principal – Alex Mágnum es como Alice Cooper pero con una apariencia más sanota- como en el desarrollo de los distintos secundarios que van coprotagonizando las historias abiertamente marcados por las referencias cinematográficas mientras que va ganando pulso narrativo aprovechando la libertad que le deja el guionista a la hora del desarrollo de las historias. El dibujo de Genies es potente y efectivo y su blanco y negro es perfecto para reflejar la suciedad del gueto sacando partido incluso de sus imperfecciones y, aunque el dibujante señale como una de sus principales influencias la de Hugo Pratt creo que esta, junto a la de Caniff, le llegan a través de la obra de su padre, el gran Manfred Sommer, pudiendo rastrearse otras influencas menos evidentes como la de José Múñoz y su “Alack Sinner” o el mismo Jordi Bérnet.

En definitiva, “Alex Mágnum” es una joyita olvidada del “boom” del cómic patrio en los ochenta cuyo destino hubiera sido, si su irrupción no hubiera coincidido con el declive de la “industria” del momento, en convertirse en un “Nathan Never” a la española. No está de más recordarlo ante tanto subproducto anglosajón y reivindicar una excelente generación de autores desconocida para muchos jóvenes aficionados aunque, probablemente, al final, como dice uno de los personajes, lo mismo dará por delante que por detrás. Pues eso.