P: Alfredo, ALEX MAGNUM ha sido tu primera obra importante y casi tu canto de cisne al mismo tiempo en el mundo de la historieta. ¿Por qué no seguiste en los cómics, por qué nos hemos pasado dos décadas sin saber de ti?
G- Bueno, después de MAGNUM, intenté buscar otras cosas, otros personajes, y no surgieron. Tuve unos encuentros con el guionista Antonio Segura, para ver si encontrábamos un personaje. La cosa no cuajó. Como yo también tengo otras posibilidades, dentro del mundo del grafismo, la pintura, publicidad, etc., como no vería claro lo del cómic en aquel momento, preferí lanzarme por otros caminos. Lo dejé. Al ver que no había una idea clara ni un producto claro, lo dejé.
P: Esto a mí me sorprende mucho. Hablando con otros autores de tu generación que tomaron esa misma decisión, prácticamente en una época donde los dibujantes estaban acostumbrados a vivir de su trabajo, al contrario que la generación posterior, me asombra esa determinación a abandonar su vocación. Desde la perspectiva de un fan, los artistas son multimillonarios, viven en mansiones y llevan una vida plena de reconocimiento, fama y maravilla: no percibimos las penurias que puede pasar un autor de cómic. Eso me ocurría cuando yo os leía de chaval: para mí, vosotros estabais viviendo un momento de éxito. ¿Tan frágil era o es la profesión como para
que en un único momento dado un autor joven y talentoso como tú decida tirar la toalla sin mirar atrás?
G- Sí. Yo lo que recuerdo es que no era tanta la percepción de éxito que yo tenía. Era la de ir tirando mes a mes. Hubo un momento en que nuestro editor, Josep Toutain, nos planteó que había que dejar la serie. A partir de ese momento, pensé que había que buscar otra cosa. Pero como no la vi clara, pues preferí tirar por otros caminos. Yo pienso que Toutain fue un poco injusto, porque él tuvo una época de esplendor, que fue la revista 1984. Coincidió que cambió el título de la revista con que los grandes autores que habían trabajado para él se habían ido. Y hubo un reciclaje de autores nuevos, que no eran tan conocidos: entre ellos yo. Enrique (Abulí) sí era conocido, pero yo no. Y entonces el ZONA 84, su sustituta como revista, dio un bajón. Y Toutain, en vez de promocionarnos a nosotros como nuevas estrellas, como nuevos bastiones de la revista, nos dejó totalmente tirados. No hubo ninguna ayuda de promoción ni de darnos publicidad ni de nada. Y entonces, claro, el ALEX MAGNUM la verdad es que pasó sin pena ni gloria, un poco injustamente, porque fue un producto que en aquella época tuvo una cierta coherencia con las películas del momento.Pero nadie le hizo mucho caso.
(Extracto de una jugosísima entrevista que Alex Migoya realizó a los autores de “Alex Mágnum”, Enrique Sánchez Abulí y Alfredo Sommer "Genies", publicada en el integral recientemente editado por Glénat que reseñé el otro día y que pueden leer completa aquí).
G- Bueno, después de MAGNUM, intenté buscar otras cosas, otros personajes, y no surgieron. Tuve unos encuentros con el guionista Antonio Segura, para ver si encontrábamos un personaje. La cosa no cuajó. Como yo también tengo otras posibilidades, dentro del mundo del grafismo, la pintura, publicidad, etc., como no vería claro lo del cómic en aquel momento, preferí lanzarme por otros caminos. Lo dejé. Al ver que no había una idea clara ni un producto claro, lo dejé.
P: Esto a mí me sorprende mucho. Hablando con otros autores de tu generación que tomaron esa misma decisión, prácticamente en una época donde los dibujantes estaban acostumbrados a vivir de su trabajo, al contrario que la generación posterior, me asombra esa determinación a abandonar su vocación. Desde la perspectiva de un fan, los artistas son multimillonarios, viven en mansiones y llevan una vida plena de reconocimiento, fama y maravilla: no percibimos las penurias que puede pasar un autor de cómic. Eso me ocurría cuando yo os leía de chaval: para mí, vosotros estabais viviendo un momento de éxito. ¿Tan frágil era o es la profesión como para
que en un único momento dado un autor joven y talentoso como tú decida tirar la toalla sin mirar atrás?
G- Sí. Yo lo que recuerdo es que no era tanta la percepción de éxito que yo tenía. Era la de ir tirando mes a mes. Hubo un momento en que nuestro editor, Josep Toutain, nos planteó que había que dejar la serie. A partir de ese momento, pensé que había que buscar otra cosa. Pero como no la vi clara, pues preferí tirar por otros caminos. Yo pienso que Toutain fue un poco injusto, porque él tuvo una época de esplendor, que fue la revista 1984. Coincidió que cambió el título de la revista con que los grandes autores que habían trabajado para él se habían ido. Y hubo un reciclaje de autores nuevos, que no eran tan conocidos: entre ellos yo. Enrique (Abulí) sí era conocido, pero yo no. Y entonces el ZONA 84, su sustituta como revista, dio un bajón. Y Toutain, en vez de promocionarnos a nosotros como nuevas estrellas, como nuevos bastiones de la revista, nos dejó totalmente tirados. No hubo ninguna ayuda de promoción ni de darnos publicidad ni de nada. Y entonces, claro, el ALEX MAGNUM la verdad es que pasó sin pena ni gloria, un poco injustamente, porque fue un producto que en aquella época tuvo una cierta coherencia con las películas del momento.Pero nadie le hizo mucho caso.
(Extracto de una jugosísima entrevista que Alex Migoya realizó a los autores de “Alex Mágnum”, Enrique Sánchez Abulí y Alfredo Sommer "Genies", publicada en el integral recientemente editado por Glénat que reseñé el otro día y que pueden leer completa aquí).
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