miércoles, 27 de julio de 2011

“El Peregrino de las Estrellas”, de Enrique Breccia y Carlos Trillo.


Hay ocasiones que la genialidad de una obra y un equipo creativo eclipsa el resto de su producción que queda relegada a la espera que en algún momento sea reivindicada por generaciones posteriores. Eso es lo que le ha ocurrido a este “El Peregrino de las Estrellas”, de Enrique Breccia y Carlos Trillo publicada serializada a finales de los setenta en la mítica revista argentina "Skorpio" que vio como quedaba olvidado ante la otra gran obra fruto de la colaboración de Breccia hijo y Trillo, la recomendabilísima “Alvar Mayor”. Nada tiene que envidiar una a la otra e incluso las tramas de una y otra podrían ser intercambiables, sin embargo, mientras “Alvar Mayor” es un título de referencia del cómic argentino El Peregrino de las Estrellas” pasó a dormir el sueño de los justos hasta que la editorial argentina Doedytores lo recuperara hace algunos años en una mejorable edición de la que por fortuna se distribuyeron algunos ejemplares de la obra en España (y aun así pasó bastante desapercibida).
En pleno siglo XVIII, el capitán Conrad y su levantisca tripulación transportan en su navío, El Peregrino, un cargamento de oro cuando se ven irremediablemente atraídos hacia un extraño agujero que ha aparecido en medio del océano. La tripulación escapa con el oro abandonando al capitán junto a un viejo marinero y un joven grumete a una muerte segura que, sin embargo, no se produce ya que el agujero era un portal dimensional que envía barco y marinos al espacio desconocido por el que navegarán viviendo diversas aventuras para intentar volver al tiempo y lugar del que fueron arrancados.
Bajo esta premisa inicial que pronto quedará en segundo plano, Enrique Breccia y Carlos Trillo desarrollan una obra que escapa a toda clasificación de género más allá de acabar convertida en un alegato apologético de la aventura por la aventura encontrando en “La Odisea” de Homero y “Los Viajes de Gulliver”, de Swift, sus principales referentes, aun cuando quizás Trillo no pudo dejar de realizar continuos guiños a clásicos de las aventuras marítimas como Conrad, Stevenson o Melvillle transponiendo el mar que en otros tiempos era la frontera de lo desconocido a un espacio de fantasía en el que sin más límites que la imaginación de sus autores todo es posible.
Un inspirado Carlos Trillo escribe ingeniosos guiones totales en los que no solo hay hueco para la aventura sino también para el humor, la poesía y la magia, mientras que Enrique Breccia es capaz de hacer creíble lo que en buena lógica resultaría hasta absurdo para el lector merced gracias a su maestría en el dibujo que logra con naturalidad en las mismas viñetas convivan los personajes más salvajemente caricaturizados con otros de corte más realista.
El Peregrino de las Estrellas” es un tebeo excesivo que requiere de la complicidad de un lector entregado que asuma su ausencia de lógica más allá sustentado exclusivamente en el inmenso talento de sus creadores quienes se pasaron las mediocres reglas y convenciones de género por donde se imagináis, en un constante salto mortal sin red que acabó siendo probablemente el motivo de la cancelación de la serie, prefiriendo los lectores de la época las más asumibles y cercanas aventuras de “Alvar Mayor”, no antes, sin embargo, que Trillo y Enrique Breccia nos dejasen un puñado de hermosas historias que hoy me apetecía recordar mientras la tripulación de El Peregrino sigue su viaje sin fin por las estrellas.

martes, 26 de julio de 2011

“Ex Machina: Abajo con lo viejo”, de Brian K. Vaughan, Tony Harris y John Paul Leon.






Ahora que Norma acaba de publicar la última entrega de “Ex Machina”, subsano mi dejadez y comento la penúltima, el noveno recopilatorio que, bajo el subtítulo de “Abajo con lo viejo” reúne los números 40 a 44 de la serie regular y el Especial número 4 dibujado por John Paul Leon. Reconozco que este tebeo lo he ido dejando ya que las entregas inmediatas de la serie me habían resultado decepcionantes, con un Brian K. Vaughan al que notaba distraido y falto de ideas en una serie cuyo planteaimento inicial era de lo más atractivo que el género superherócio ha ofrecido en los últimos tiempos. Sin embargo, la lectura de este tomo me ha reconciliado con Vaughan y ha logrado despertar mi curiosidad por ver como cierra la serie.



Lo mejor del tomo es el divertido episodio autoconclusivo, “Implacable”, que lo abre y en el que presenta ingeniosamente a los creadores de la serie, Brian K. Vaughan y Tony Harris incorporados al elenco de la misma intentando hacerse con el trabajo de la adaptación al cómic de la vida de Mitchell Hundred. No voy a adelantar quiénes son los que se hacen al final con el encargo, pero sí diré que es un número inteligente y divertido que basa su fuerza cómica en la representación dispar de Tony Harris y el propio Vaughan que por lo que sé se ajusta bastante a la realidad.



La siguiente entrega es el cuarto especial de la serie –lo que en otras épocas imagino se correspondería con un Annual- en el que el alcalde de NY y antiguo superhéroe debe bregar con un periodista crítico a sus planes y los delirios obsesivos de un lunático. Se trata de una historia tópica de la serie, resuelta con oficio por Vaughan. He de reconocer que John Paul Leon ("The Winter Men") que no es precisamente un dibujante que me entusiasme, realiza un trabajo bastante correcto.



El grueso del volumen lo compone el arco de tres números que da nombre al tomo en el que Vaughan empieza a desvelar los misterios que envuelven el origen de Mitchell y su futuro político que culminarán en la décima entrega con la que concluirá la serie. Se nota que Vaughan tenía bastante planificada de antemano la conclusión de la serie con lo que es de esperar que la próxima entrega no decepcione ya que cuando pone interés ha demostrado ser un guionista hábil y con ideas e inquietudes mayores de lo que habitualmente acostumbramos a leer en el cómic mainstream. En el aspecto gráfico, Tony Harris sigue mostrando su talento para el dibujo realista y, aunque no me guste tanto como en “Starman”, realiza una excelente labor demostrando un buen entendimiento y complicidad con el guionista.


lunes, 25 de julio de 2011

“La Espada Leal”, de George R.R. Martin, Ben Avery y Mike S. Miller.

Veloces han estado los de Mondadori para publicar “La Espada Leal” la adaptación al cómic de la novela de mismo título que a modo de precuela realizase George R.R.Martin de su exitosa saga de fantasía heroica “Canción de Hielo y Fuego”, tras “El Caballero Errante”, que ya comenté aq y aquí.

La Espada Leal” se sitúa dos años después de los hechos narrados en “El Caballero Errante” y cuenta con los mismos protagonistas, Ser Duncan El Alto y su Escudero Egg que en esta ocasión sirven a Ser Eustace, un anciano noble de un empobrecido feudo que ha vivido tiempos mejores. Cuando las hostilidades con la poderosa vecina de su señor, Lady Rohanne, se desatan Dunk tendrá que apelar a toda su astucia, nobleza y fuerza para salir indemne de esta aventura.

Esta segunda adaptación de las novelas de R.R.Martin cuenta exactamente con las mismas virtudes y defectos que la anterior, tanto en la edición como en la adaptación. Se sigue obviando a los autores de la adaptación en la portada –aunque en el interior aparezcan debidamente acreditados- que son los mismos que se encargaron de adaptar “El Caballero Errante”, novela que conviene haber leído antes de probar con esta La Espada Leal” al menos para conocer a los protagonistas de la historia. La adaptación al cómic por parte de Avery de la entretenida novela original es más que correcta y resulta a pesar de su sencillez más conseguida incluso que “El Caballero Errante”. Martin se maneja como nadie adaptando las claves medievales para la recreación de su mundo de ficción y, en esta ocasión, se centra en los conflictos entre los pequeños señores feudales en una trama que va ganando en interés conforme enfrenta a Ser Dunk a distintos conflictos para mantener la lealtad hacia su señor.

En el aspecto gráfico, no hay nada nuevo que contar. Miller es un más que correcto narrador que acierta en la ambientación de la historia y la caracterización de los personajes, pero cuenta como principal defecto su incapacidad para dotar de personalidad propia a los personajes, pareciendo que todos son primos y hermanos por tener la misma cara, un defecto que tienen muchos dibujantes pero que otros disimulan mejor que Miller al que se le nota en exceso.

En definitiva, “La Espada Errante” cumple sobradamente como adaptación de la novela original de George R.R. Martin y encantará a la creciente legión de seguidores de la saga principal mientras llegan las nuevas entregas de la serie.

domingo, 24 de julio de 2011

Amy Winehouse (1983-2011)

Cuando me he enterado esta mañana de la muerte a los veintisiete años de Amy Winehouse lo único que se me ha ocurrido preguntarme es si la habrá merecido la pena sacrificar su salud, su vida y su talento para unirse a la selecta y maldita lista de artistas atormentados que decidieron un buen día dedicar su vida a “vivir deprisa, morir joven y dejar un bonito cadáver”, que personalmente siempre he pensado que era una gilipollez justificativa tan mala como cualquiera. En fin...

De Amy nos quedarán un puñado de buenas canciones y la duda de hasta donde podría haber llegado. Ya es un mito.

“You know I’m no good”.

Una pena, la verdad.

D.E.P.

sábado, 23 de julio de 2011

Buscando la inspiración para mujeres con cuernos.

Cuando vi la foto en el muro de la red social de un amigo, no pude dejar de hacer la asociación con la portada del séptimo álbum de la serie “Djinn”, de Ana Miralles y Jean Dufaux, aparecido en 2007. Está claro que una está inspirada en la otra, lo que no sé cuál de las dos fue la primera. Si alguien tiene más datos, que comente.

viernes, 22 de julio de 2011

“Fire: Una Historia de Espías”, de Brian Michael Bendis.


Sí, amigos míos, es cierto que todo el mundo tiene un pasado. Y el de Brian Michael Bendis, más odiado que amado tras los últimos años como capo di capi de Marvel, fue el de un joven y prometedor autor que quería especializarse en el género negro que dejó para el recuerdo unas cuántas prometedoras aportaciones a ese género en pequeñas editoriales como Caliber e Image. La primera de esas historias, publicada inicialmente como una miniserie de dos comic books por Caliber y posteriormente revisada y corregida por el autor para su edición en un formato unitario por Image, fue Fire: Una Historia de Espías”, que publicase hace unos años en España Planeta.


Tomando como partida supuestos hechos reales ocurridos durante la administración Reagan, Bendis nos cuenta en primera persona la experiencia como agente de la CIA de Benjamín, desde su reclutamiento como agente del Proyecto Fire hasta sus sucias misiones, que le llevarán a plantearse la dimisión. Pero, claro, ya se sabe que de la Compañía no resulta fácil salir.


Fire: Una Historia de Espías” es la carta de presentación de un bisoño Bendis como autor completo quién a partir de una trama trillada y excesivamente convencional trata de sorprender al lector a través de un planteamiento formal atrevido, con una arriesgada y artificiosa elipsis inicial resuelta con habilidad con la repetición de las páginas iniciales en el tramo final de la historia y su innato talento para concatenar diálogos atractivos con los que engatusar al lector aun cuando en ocasiones, abuse de ellos. Sin embargo, más allá de estos prometedores inicios, se trata de un cómic lleno de tópicos que adolece de ritmo y falta de desarrollo con un elenco de personajes poco creíbles que se deja leer sin entusiasmar en exceso.


En el aspecto gráfico, Bendis se muestra como un dibujante discreto al que la pobre reproducción –y eso que en el epílogo de la historia explica que para esa edición retocó casi todos los dibujos y la rotulación- de la historia quizás incluso favorezca, bastante influido en su estilo sombrío y sucio, con sugerentes composiciones de página y un buen manejo de las onomatopeyas, por autores como Howard Chaykin y Frank Miller, aunque no llegue a la altura de ninguno de ellos.


En definitiva, en “Fire: Una Historia de Espías” se pueden encontrar latentes las principales características sobre las que Bendis erigió su existosa carrera posterior y ha convertido casi en su seña de identidad, el artificio y la falta de originalidad (el descompressive storytelling llegaría un poco más tarde). Al parecer hay proyecto de adaptación cinematográfica. Yo no digo más.

jueves, 21 de julio de 2011

Encuesta: ¿Quién ha sido el mejor entintador del cómic norteamericano?




Los entintadores generalmente han sido los grandes ninguneados del cómic norteamericano.

Cualquier aficionado puede decir de carrerilla qué guionistas o qué dibujantes son sus preferidos, pero la labor del entintador suele pasar mucho más desapercibida y solo suele ser recordada negativamente, cuándo se cargaron el trabajo de tal o cuál dibujante estrella. Sin embargo, el acabado de los entintadores –auténticos y callados artesanos del pincel- muchas veces salvó muchos cómics potenciando las cualidades de muchos dibujantes o ayudando a disimular sus defectos.

En esta encuesta elegiremos entre todos al que para nuestro gusto es o ha sido el mejor entintador del cómic norteamericano. Como siempre, yo aporto una selección orientativa con unos cuantos nombres pero en los comentarios podéis votar por quién queráis aportando razones y argumentos.




Joe Sinnott.





Tom Palmer.





Frank Giacoia.






Wally Wood.





John Severin.





Dick Giordano.





Klaus Janson.





Ya sabéis, un voto por persona. La encuesta permanecerá abierta hasta el 15 de Agosto que comentaremos los resultados.




¡¡A votar todos!!

miércoles, 20 de julio de 2011

“Djinn: El pabellón de los pláceres”, de Jean Dufaux y Ana Miralles.

Porque yo lo valgo, me salto el comentario de siete álbumes de momento y directamente comento la décima –y, por el momento, última- entrega de “Djinn”, la serie de Dufaux y Miralles que en España viene publicando Norma Editorial. Una nueva entrega que inicia un nuevo arco argumental localizado en la India, subcontinente en el que se centrarán durante esta y las dos siguientes entregas las aventuras de Jade y compañía.

En esta nueva entrega, la madre del Maharajá de Eschnapur encarga a Jade la instrucción de la futura esposa de su joven hijo, joven probritánico, al que pretende posicionar en contra del Imperio a través de su prometida, hija de Radjah Sigh, un líder rebelde. Mientras tanto, los ingleses pretenden reforzar su influencia sobre el Maharajá capturando a Radjah y en el harén del palacio, el Pabellón de los Placeres, Jade adiestra a la joven prometida al tiempo que debe hacer frente a las intrigas del harén y los fantasmales secretos que se ocultan en el palacio.

Tras diez álbumes y dos arcos argumentales –Asia y África- concluidos, resultaría inevitable pensar que la serie estaba agotada. Sin embargo, Dufaux tiene el suficiente oficio y habilidad como para trasladar a los principales personajes de la serie, manteniendo intacto su atractivo, a un nuevo marco histórico idóneo en el que plantear una nueva trama que reúna los elementos característicos de la serie - erotismo, intrigas políticas y oscuros secretos- capaz de enganchar de nuevo a cualquier lector que busque un más que correcto tebeo de género histórico aun cuando no se conozcan los pormenores de las anteriores entregas.

En el aspecto gráfico, Ana Miralles sigue dejando muestras de su buen hacer en una serie pensada a su medida. Especialmente notable resulta en este álbum el trabajo de documentación para recrear la magnificencia de la India de los maharajás de las primeras décadas de los años veinte, cuidando al detalle la ambientación de la historia, para lo que no dudo que habrá echado un ojo a novelas como la “Pasión India” de Javier Moro.

En definitiva, la última entrega deDjinn” no decepcionará a los seguidores de la serie que encontrarán una nueva aventura que no desmerecerá con las entregas anteriores al tiempo que ofrece la oportunidad a los nuevos lectores de engancharse con Jade, uno de los personajes femeninos más atractivos de los aparecidos en el cómic en los últimos tiempos.

martes, 19 de julio de 2011

“The Beats”, de Harvey Pekar ,Ed Piskor y VVAA.

Los autores que conforman la generación, movimiento o como queráis llamarlo, Beat conforman una de las manifestaciones culturales más interesantes, influyentes y significativas dentro de la cultura norteamericana –y por tanto mundial- del siglo pasado.

Y, a pesar de su interés y atractivo, curiosamente poco se sabe y pocas obras son accesibles de la mayor parte de estos autores que se calificaron como beatniks más allá de la inevitable referencia a la santísima trinidad formado por Ginsberg, Kerouac y Burroughs y sus obras más significativas. Precisamente, el conjunto de historias que acaba de publicar 451 Editores bajo el título “The Beats” es una buena oportunidad para adentrarse en ese pintoresco, rico y extraño universo que conforman los autores beats.

Aunque en la faja se califica la obra de novela gráfica creo más acertado el subtitulo de “Graphic History” original, ya que efectivamente la voluntad de la obra es documental, ser una Historia Gráfica de la generación Beats a través de la biografía de sus autores presentada a partir de una recopilación de historias de extensión variable y distinta autoría -aunque la mayor parte de los guiones los firme Harvey Pekar- independientes entre sí

La obra, en su mayor parte, despierta interés por su marcado carácter divulgativo, que la hace idónea como consulta rápida acerca de la Generación Beats (una especie de quién es quién) a lo que ayuda el estilo de Pekar, que da mucho peso, en la mayor parte de las historias, al texto escrito y otorga al dibujo un rol secundario que se limita a complementar e ilustrar los interesantes textos e introducir puntualmente las características opiniones propias de Pekar, indicando si tal o cuál autor merecería mayor reconocimiento, que ayudan a romper la monotonía. Es especialmente notable la limitación del potencial gráfico de la obra en las historias dibujadas por Ed Piskor, que son la mayoría. Un dibujante, en mi opinión, discreto que ya colaborara con Pekar en las últimas etapas de “American Splendor” y que deja la mayor parte del peso de la historia al guionista de Cleveland.

Sin embargo, no todas las historias incluidas en el libro son así y, no solo por la información que aportan, mis favoritas son otras firmadas por autores más frescos, dinámicos y atractivos visualmente. Historias como “Beatniks Chiks”, de Joyce Brabner (guión) y Summer McClinton (dibujo) que quizás es la que mejor equilibra texto y dibujo para analizar el papel de las autoras beatniks, aunque también resultan destacables por romper con la sobriedad de las dibujadas por Piskor las de Tuli Kupferger de Jeffrey Lewis, la de Diane Prima de Mary Fleener o la de Gary Snyder dibujada por Peter Kuper (dejando claro estas últimas que cuando quería Pekar era capaz de amoldarse al dibujante y no tenía que ser siempre al revés necesariamente).

En definitiva, “The Beats” se me antoja una obra referencial dada la escasez de títulos en nuestro país sobre el tema que refuerza las posiciones de aquellos que creemos en el potencial divulgativo del Cómic aunque, en ocasiones prime el fondo respecto a la forma que en un cómic deberían ir a la par. Con todo, muy interesante.

lunes, 18 de julio de 2011

A McFarlane le gusta Disturbed.

A través de su compañía McFarlane Entertainment el creador de “Spawn”, y con la colaboración de Greg Capullo, diseñó la cubierta de dos – el tercero y el cuarto- de los cinco discos de la banda de Heavy Metal, “Ten Thousands of Fists” (2005) e “Indestructible” (2008).

Os dejo con una de las canciones más famosas del grupo, “Stricken”:


domingo, 17 de julio de 2011

Herman Huppen cumple 73 años.

Hoy el maestro belga Hermann Huppen cumple años.

Sirva esta entrada aparte de homenaje a tan gran autor para recordar a las editoriales españolas que la mayoría de las principales obras de este maestro se encuentran inexplicablemente descatalogadas en nuestro país.

¿Qué fue de los anunciados proyectos para publicar “Bernard Prince” o “Jeremiah”? ¿Qué fue del integral de “Las Torres de Böis Maury”? Si los dos álbumes de su serie más reciente, “El Diablo de los Siete Mares”, está inexplicablemente todavía inédita ya ni me atrevo a plantear la posibilidad de recuperar otros clásicos como “Yugurta”o“Caatinga”.

En fin, al menos los aficionados no le olvidamos...

¡¡ Muchas felicidades, Hermann!!


sábado, 16 de julio de 2011

Grateful Dead Comix.

Continuando con la serie de entradas, aquí y aquí, dedicadas a la relación entre el legendario grupo Grateful Dead y los cómics, ha llegado el momento de hablar de los nueve cómics, publicados en dos volúmens entre 1991 a 1993 por Kitchen Sink , bajo el título "Grateful Dead Comix".
La idea nació básicamente del empeño de Jerry Garcia, alma del grupo y gran aficionado al cómic, de trasladar las canciones y las anécdotas del grupo en sus giras a viñetas, contando con colaboradores de auténtico lujo como Tim Truman, Dean Amstrong, Dan Steffan, Rand Holmes, Gilbert Shelton, Nina Paley o el mismísimo Moebius, algunos de los cuáles ya había colaborado anteriormente con el grupo.
A pesar que del primer número se llegaron a imprimir 50.000 ejemplares la relación entre la editorial y el grupo nunca fue buena debido a la negativa del grupo a ceder los derechos de los cómics.y los constantes problemas con la distribución de los mismos, con lo que en 1993 la serie llegó a su fin.
Para finalizar, “Ripple”.

viernes, 15 de julio de 2011

“¡Si Asgard pereciera…!”, de Len Wein y John Buscema.

Entre el aluvión de títulos publicados por Panini protagonizados por el Dios del Trueno a la estela de la reciente película, no hay que dejar de destacar este tomo que recoge uno de los mejores momentos de la longeva vida de las colecciones de Thor, el de la incorporación a la serie formando equipo junto al talentoso John Buscema –que se había hecho cargo de la serie en el número 182 - de Len Wein, uno de los mejores guionistas de la década de los setenta creador de personajes tan importantes como Lobezno o La Cosa del Pantano, quienes harían las delicias de los aficionados durante una corta etapa conjunta que llegaría hasta el número 259 de la serie. Este tomo en concreto recoge la primera parte de esa etapa con los números 242 al 253 de la serie “The Mighty Thor” , una buena muestra del Thor setentero en el que se recogen varias aventuras protagonizadas por Thor junto a los Tres Guerreros y la novia de Thor, una Jane Foster “poseída” por el espíritu de Lady Sif.

Len Wein realizó un excelente debút en la serie con un grupo de entretenidas aventuras supeheroicas en la que mezclaba su conocimiento de las señas de la identidad del personaje desarrolladas anteriormente por Kirby y Lee con su afición a la Ciencia Ficción e interés por la realidad contemporánea logrando que no chirriasen para el lector conceptos tan dispares como los dioses nórdicos made in Marvel, los viajes en el tiempo y los alienígenas, intervenciones en imaginarias repúblicas bananeras o viajes a Asgard para acabar con conspiraciones para hacerse con el Trono Dorado que se desarrollan sin dar respiro para el lector, manteniendo el carácter marcadamente superheróico de la serie. Historias sencillas y bien desarrolladas a pesar de su tono grandilocuente por las que ha pasado el tiempo razonablemente bien.

En el aspecto gráfico, el tomo es una buena oportunidad para disfrutar del arte del hombre milagro de la Casa de las Ideas, un John Buscema que en estos números se muestra más kirbiano (palabro) que nunca, asumiendo el desmesurado colosalismo barroco establecido por The King en su serie más personal para Marvel, pero matizado con su sobresaliente y dinámico tratamiento de la anatomía humana y fluida narrativa con lo que los tebeos con un coloreado bastante más respetuoso que el perpetrado en la reciente Relatos de Asgard” se vuelve una delicia para el aficionado. Buscema en estos números cuenta con dos entintadores históricos, Joe Sinnott y Tony de Zuñiga, bastante diferentes entre sí en su tratamiento de los lápices de Big John –mucho más respetuoso Sinnott respecto a un de Zuñiga que se toma más libertades- pero logrando ambos espectaculares resultados.

Los números recogidos en “¡Si Asgard pereciera…! son estupendos tebeos de superhéroes pensados por y para entretener que pasado los años y las décadas siguen cumpliendo sobradamente su objetivo. No es poca cosa.