lunes, 16 de mayo de 2011

“Penny Century”, de Jaime Hernández.

Los lectores habituales de cómics nos quejamos habitualmente, con resabio justificado, de la repetición de clichés y tópicos que inundan las librerías de obras de autores que una vez sí y otra también nos ofrecen “más de lo mismo” en una sucesión de convenciones que acaban por aburrir al más convencido. Precisamente por ese motivo, no deja de ser un grave error dejar de conocer la obra de Jaime Hernández, creador de un universo propio rico en referencias pero al mismo tiempo tremendamente original, y, más allá del interés que pueda suscitar sus temas y obsesiones, uno de los autores de cómics más completos y sólidos que ha dado el medio en los últimos cuarenta años del que cualquier proyecto de historietista puede y debe aprender.

A partir de las extraordinarias experiencias de sus fascinantes personajes femeninos, las historias de Jaime giran en torno a las relaciones de amor y desamor de sus protagonistas y la libertad, optimismo y alegría con la que viven sus vidas. A esa moraleja principal, Jaime le da un envoltorio sorprendente alejado de convencionalismos, ya que las protagonistas de sus historias son mecánicas y luchadoras de lucha libre, multimillonarias y chicanas punkies que juntas y revueltas protagonizan historias en las que el autor coquetea con habilidad y sin prejuicios con díspares y eclécticos elementos de culebrón, terror, ciencia ficción y humor, manteniéndose siempre uno o varios pasos por delante de un lector al que no deja de recordar que es un invitado y personaje curioso más en su fascinante universo de ficción. Un universo evocdaor de una estética retro realista inspirado en el cine y la televisión de las décadas de los cincuenta y sesenta y los sueños de sus más desbordantes fantasías, maceradas en los cómics y las sesiones de wrestling de su infancia o la rebeldía de los conciertos punk de su juventud, que este hijo de emigrantes dota de una personalidad sincrética, vigorosa y saludable que traslada a su original obra.

Jaime Hernández es un consumado maestro del blanco y negro. Un artista pulcro, elegante e inteligente que sabe dar siempre con el encuadre perfecto para contar sus historias en la siempre exigente composición de dos por tres viñetas por página que maneja como pocos el ritmo de la narración. Jaime se muestra como un maestro, lleno de recursos que sorprende con la profundidad de sus composiciones y ligereza de sus personajes, pasando con toda naturalidad del dibujo más realista a la caricatura evocadora de otros grandes como Charles Schultz y sin obviar guiños a otro gran autor de la escena del cómic independiente norteamericano, Charles Burns.

El último recopilatorio que acaba de publicar La Cúpula, con historias que a pesar de contar con más de diez años de antigüedad se mantienen frescas y divertidas, es una buena oportunidad para adentrarse en tan particular universo. En realidad, una oportunidad tan buena como otra cualquiera porque aunque todo se interrelaciona en el mundo de Penny, Maggie y Hopey, cada una de las historias tiene una entidad propia que permite leerlas sin conocer anteriores (la trilogía “Locas”) o posteriores (“La Educación de Hopey Glass”) entregas con lo que cada reencuentro con las protagonistas es único e inigualable.

En fin, la obra de Jaime Hernandez está llamada a ser una obra maestra del noveno arte si no lo es ya por derecho propio que como los buenos vinos gana solera y bouquet conforme pasan los años. No la dejéis de conocer.

Comparando portadas.

A lo mejor son cosas mías, pero en la portada del último libro de Rebeca Rus, “Díez maneras de ser Laura”, parece haber un homenaje a cierto cómic fantasmal de Clowes. ¿Qué opináis?


domingo, 15 de mayo de 2011

Solano López en “El Eternauta”, un dibujante en evolución.

En mi caso personal, debo decir que no estaba atento al éxito de la historia, sino más bien al transcurso de esa historia en lo que atañe a lo que producía Héctor con respecto a mis capacidades, a mis posibilidades. Yo me sentí siempre cómodo, con independencia de si estaba o no estaba en un nivel de popularidad al que nunca presté atención. Le presté atención a cómo funcionaba la historia con respecto a mi propia capacidad para resolverla, y estuve siempre en una buena dosis disconforme con los resultados, porque me daba cuenta de que tenía mucho que aprender. Y desde el punto de vista profesional, siempre consideré El Eternauta como una etapa evolutiva de mi trabajo, que venía realizando desde cuatro años atrás, que comencé a trabajar con la editorial Abril y la otra, la editorial Columba. De manera que en cada etapa en esas editoriales, yo fui evolucionando con mi estilo, sobre todo con lo que ocurrió en la editorial Abril y Bull Rocket, que me planteó un problema, porque tenía un estilo muy definido heredero del estilo de Milton Caniff, que lo adoptó Paul Campani, que fuel el dibujante que me precedió en esta historia. Lo que yo tuve que hacer fue un esfuerzo técnico para adaptar mi propio estilo al estilo de ese dibujante italiano porque era una exigencia editorial, donde se tenía que notar lo menos posible el cambio de manos por parte del ilustrador. Así que conseguí eso con Bull Rocket, y cuando empecé a trabajar con Oesterheld, el estilo y el ritmo de las historias que Oesterheld me proponía, no eran para mí adaptables al estilo que había absorbido con el dibujante italiano, eso había que cambiarlo.

Y coincidió la circunstancia de que a los pocos meses, al tener en mis manos un guión de una historia de ciencia ficción al estilo de lo que hicimos con El Eternauta, había que cambiar la técnica con respecto a Bull Rocket. Así que, progresivamente, los primeros meses lo fui dejando de lado, pero después tenía que sustituir un estilo sólido, bien acreditado y muy eficaz, como era el estilo de Paul Campani, por mis propios recursos, que aún no sabía muy bien cuáles eran [ríe]. Es decir, que fui modificando mi estilo esde mi perspectiva, para adaptarlo al nuevo clima historietístico que me imponía Héctor Oesterheld en El Eternauta, con relación a las historietas clásicas de estilo norteamericano, que era lo que utilizaba como referencia.

(Interesantísima la charla con Solano López que las gentes de Entrecomics han publicado hace unos días y podéis leer aquí. Parece que el maestro argentino se encuentra delicado de salud. Le deseo una pronta recuperación).

ACTUALIZACIÓN: Entrada publicada originalmente el día 12 que por la caída masiva de Blogger se perdió en el Eter.

jueves, 12 de mayo de 2011

Superman le vuelve a poner ojos tiernos a las barras y estrellas.

¡ Qué poco le ha durado el espíritu universal a Superman! Como no podía ser de otra manera, Superman vuelve a tener el pecho henchido de patrioterismo más ramplón y casposo al que parecía haber renunciado hacía poco junto con la nacionalidad norteamericana. En concreto, este alegato se lo ha marca en “Superman #711”.

En fin, no sé si DC y JMS han recibido presiones del “entorno”, las ventas descendieron o simplemente todo era una “astuta” operación de marketing tontorrón de las que acostumbran, pero con chorradas burdas como esta no se cubren de gloria precisamente. en el resto del mundo. Ay, Superman para lo que has quedado...

(Fuente: Nuestros Cómics).

miércoles, 11 de mayo de 2011

Treinta años sin el alma del Reagge: Bob Marley en Cómics.



Treinta años ya sin el padre del Reagge y una de las figuras más carismáticas de la música popular del siglo XX, el inigualable -aunque imigadores no le falten- y legendario Bob Marley quién también ha protagonizado unos cuantos cómics.

Por un lado, Marvel publicó a mediados de los noventa, las dos primeras partes de una trilogía sobre su vida, tituladas “Iron” y “Lion”, realizadas por el excelente Charles E. Hall. Sin embargo, se “olvidó” de publicar la tercera parte, “Zion”.

Por otro lado, en Francia, Roland Monpierre, un gran fan de Marley, ha publicado varias obras sobre su figura. Primeramente, a finales de los ochenta, publicó “Reagge Rebel: La vie de Bob Marley” (arriba) y hace unos años “La Légende des Wailers” y “La Légende du Lion”, en los que a través de la historia de The Wailers, el grupo de Marley, realizaba un atractivo acercamiento al desarrollo de la música jamaicana.

Desengañaos, que estos tebeos no creo que los vayamos a ver en España. Así que consolémonos, con la música de Marley y temas como “Iron-Lion-Zion”.

“Amaníaco: Especial Fans”, de VVAA.

Ayer me pillasteis con el punto pesimista con las posibilidades del tebeo popular y el notición de las colecciones de Signo Editores. Sin embargo, realmente creo que todavía hay esperanza mientras haya guerrilleros bregados como Jordi Coll y los chicos de “Amaníaco”, revista que lleva veinte años –primero como fanzine y después como revista- apostando por el humor y el formato revista de historietas de toda la vida. “Amaníaco” ha llegado al meritorio decimosexto número con una revista dedicada al fenómeno fans, analizado desde las más variadas perspectivas junto a nuevos entregas de sus series regulares.

Siguiendo en cuanto a estructura y modelo la señera “El Jueves” que es, por tradición y difusión, el espejo en que se miran este tipo de revistas, el presente número de “Amaníaco” reúne las colaboraciones de algunos autores consolidados como Manel Fontdevila o Jan junto a otros habituales, quizás menos conocidos por el gran público, que encuentran en sus páginas una vía de publicación regular como Pere Mejan, Josep Busquet, Kalitos, C. Ponsí, Manolito Rastamán, Carmelo Manresa, Víctor Araque, José Orcajo. Autores de distintas procedencia y trayectoria que aglutinan variadas influencias y estilos, que van desde Bruguera al underground, estadounidense y patrio, sin olvidar incluso la BD.

Realizar humor es siempre lo más difícil o, al menos a mí lo me parece… Sin embargo, leyendo este número y, en general cualquiera de la revista, siempre hay algún chiste o historieta que logra el objetivo de hacer esbozar una sonrisa cuando no una carcajada y evadirse de los problemas mundanos. Ese, junto a la difusión de sus colaboradores, son los puntos fuertes de una revista excelentemente facturada, cuyo único defecto sea un precio quizás algo elevado a pesar de su periodicidad trimetral, 6 Euros. Claro que, teniendo en cuenta como está el patio a más de uno puede resultarle incluso barato…

martes, 10 de mayo de 2011

Si este es el signo de los tebeos, parad el tren que me bajo.

Señores, señoras, aficionados y aficionadas al tebeo en todas sus denominaciones, el futuro por fin nos ha alcanzado. Desechad vuestros asquerosos tebeos acumulados durante años de coleccionismo y mirad las estupendas “ediciones definitivas” que de series que en otros tiempos menos afortunados se denominaban populares como “Mortadelo y Filemón” o “Capitán Trueno” está ofreciendo a un ajustado precio Signo Editores. Por 1.890 € de nada por colección, podréis haceros con unas ediciones que vuestros amigos envidiarán. Daros prisa que se las quitan de las manos.

Bromas aparte, era cuestión de tiempo que aparecieran ediciones para coleccionista a precios desorbitados que vinieran a hacer bueno el ya de por sí caro precio medio de cualquier tebeo que aparece cualquier mes en nuestras librerías y que todos sabemos que de menos de veinte euros no va a bajar, pero resulta sonrojante –por lo menos a mí me lo parece y a los dirigentes de la editorial también ya que de ayer a hoy han hecho desaparecer el precio de la web- exhibir semejantes lujos en la difícil situación económica que estamos casi todos y que todavía haya quién se felicite de ello porque a mí este tipo de ediciones lo único que me demuestran es que la batalla por un tebeo popular y accesible para cualquiera y que el Cómic pierda una de sus señas de identidad - su caráceter popular - se está perdiendo (si no se ha perdido ya).

No tengo nada contra la editorial ni las colecciones que a esos precios han de garantizar ser magníficas. Si desde Signo han detectado que en los tiempos que corren hay mercado para estas colecciones el “bussiness is the bussiness” y es muy respetable su decisión porque ellos corren el riesgo de su negocio, pero sinceramente soy incapaz de hacerme a la idea de quién tiene capacidad para gastarse dos mil euros en tebeos de una tacada... ¿Quizás mafiosos rusos instalados en Levante que leyeron de peques “Mortadelo y Filemón” en cirílico o presidentes de clubes de fútbol que crecieron con las aventuras del “Capitán Trueno? ¿Políticos corruptos de uno y otro signo con mucho dinero negro? Decididamente, juegan en una Liga que no es la mía...

En fin, parece que el último clavo del ataúd en el que quieren enterrar el tebeo popular con el que hemos crecido la mayoría parece que se ha clavado en la caja para confirmar que los tebeos “de toda la vida”, los llamados a hacer cantera de nuevos lectores van a convertirse en superlujo para las estanterías de los snobs que muestran sus mansiones en la tele y raramente los abrirán. Y si no, al tiempo.

(ACTUALIZACIÓN: Ah, acabáramos... A través de Entrecómics, la editorial realiza una aclaración que me deja mucho más tranquilo. Lo que pasa es que tal y como están las hipotecas, pinta complicado...)

lunes, 9 de mayo de 2011

“XIII Mystery: Irina”, de Eric Corbeyran y Phillipe Berthet.

La serie “XIII Mystery” –ya sabéis, el spin off de la excelente "XIII” de Van Hamme y Vance- que viene publicando Norma Editorial cede el protagonismo en su segundo álbum a Irina Svetlanova, la mortífera asesina tuerta que a las órdenes de la Mangosta –este ya protagonizó el primer álbum de la serie- se las hacía pasar canutas al misterioso XIII en la serie original.

En este segundo álbum, los veteranos Eric Corbeyran y Phillipe Berthet son los encargados de desvelarnos el pasado de la ambigua Irina desde un aislado hospicio perdido de la estepa rusa hasta el momento en que La Mangosta la recluta para su organización criminal en una existencia marcada por la obsesiva venganza hacia el misterioso agente ruso que mató a su amiga de juventud.

Más allá de la discutible decisión de “expansionar” algunas de las principales series de entretenimiento del tebeo europeo al menos es de desear que se realice con el buen oficio que demuestran los autores de este álbum. Corbeyran –prolífico guionista del que aquí nos han llegado dos o tres obras nada más- demuestra conocer la serie principal y las teclas que ha de pulsar para desarrollar un buen tebeo de intriga de modo que la lectura de este álbum resulta amena y absorbente. Claro que buena culpa de ello la tiene el belga Phillipe Berthet, al que conocimos en España gracias a “Pin Up” y que personalmente es un dibujante que me encanta, cuyo estilo de línea clara especializado en bellas mujeres se ajusta como anillo al dedo a esta historia en la que capta perfectamente la esencia sensual y letal de la fría protagonista.
En definitiva, “Irina” es un entretenido tebeo de género que se puede leer con agrado incluso sin tener conocimientos previos de la serie troncal aunque, claro está, si se conoce esta mejor que mejor. Y, seguramente, si no se conoce resulte el reclamo ideal para que nuevos lectores piquen. A propósito, en las Galias hay una edición de luxe de este tebeo con ex libris tan chulos como el de abajo.

Carlos Trillo (1943-2011)

Inesperada noticia la del fallecimiento de Carlos Trillo, uno de los mejores guionistas del cómic en castellano a este y aquél lado del Atlántico. Todo un clásico vivo que en la década de los ochenta concentró lo mejor de su obra, con maravillas como “Alvar Mayor” –uno de mis tebeos preferidos- junto a Enrique Breccia, sus imprescindibles obras con Horacio Altuna (¿qué ha pasado con la colección de Planeta que recuperaba estas obras?) como “El loco Chavez”,o Jordi Bérnet con “Clara de Noche”, ya en la década de los noventa.

Trillo tocó prácticamente todos los géneros y recibió los más prestigiosos premios del mundo del Cómic a nivel nacional e internacional.

Si por algo destacaba era por su prolijidad que le llevó a reunir una extensa obra, con fructíferas y largas colaboraciones con estupendos dibujantes (aparte de los ya mencionados, no hay que olvidar sus trabajos con Madrafina, Risso, Alberto Breccia, Carlos Meglia o Lucas Varela).

D.E.P.

domingo, 8 de mayo de 2011

Chris Ware y 5ive Style.


El teórico, dibujante y divulgador del cómic en todas sus facetas y virtudes Chris Ware también ha hecho sus pinitos como portadista para grupos musicales. De este modo, en 1995 realizó esta preciosa portada -con Jimmy Corrigan incluido- para el grupo 5ive Style del sello Subpop. Se trata de un single con dos canciones: Waiting on the Eclipse y Summer Salt.
Y si os estáis preguntando, tras esta sesuda explicación como sonaba este grupo, os dejo con un video de una de las canciones “Summer Salt”.

sábado, 7 de mayo de 2011

Severiano Ballesteros (1957-2011).

Se me ha ocurrido que la vida y muerte de Severiano Ballesteros sería buen material para esos biopic de superación que tanto aman los anglosajones sobre sus deportistas de leyenda y, quizás precisamente por eso los medios informativos han dado un protagonismo tan relevante durante este sábado lluvioso a su figura.

No me gusta el golf. Me parece un deporte elitista y aburrido que necesita de una superficie y unos recursos exagerados para que, por mucho que se empeñen con que es un deporte con cada vez más practicantes, solo unos pocos privilegidos disfruten. Sin embargo, la historia de este cántabro hecho a sí mismo siempre me ha parecido interesante (igual que me gustan las películas de boxeo aunque no me entusiasme pegarme con nadie),

Por edad y desinterés, no recuerdo al Ballesteros triunfador que todo el mundo ensalza hoy pero sí al Ballesteros que no pasaba los cortes y se enfadaba porque su cuerpo no le respondía y al hombre frágil que durante tres años le ha plantado cara a un tumor cerebral.

Y quizás, más allá de sus victorias por la manera de afrontar esa derrotas merezca la pena rmantener vivo el recuerdo de Severiano Ballesteros.

D.E.P.


viernes, 6 de mayo de 2011

El nuevo trailer de “Green Lantern”.

Supera con mucho todas mis expectativas. Eso sí, no sé que se van a aguardar para la película. Crucemos los dedos.

“Thor”, de Kenneth Branagh.

En una apuesta decidida por la calidad y la búsqueda de nuevos públicos más allá de los adolescentes ávidos de blockbusters palomiteros y los aficionados a los cómics de superhéroes, desde Marvel Studios han ido puliendo película a película una fórmula que sin descuidar a esos sectores busca atraer a otros públicos que, en principio, no estarían interesados por estas temáticas haciendo hincapié en el prestigio de sus directores. Ya hubo un primer y fallido intento en ese sentido con la incorporación de Ang Lee a la primera película de “Hulk”, que falló básicamente por la incapacidad del director chino para entender el material con el que trabajaba y que fue rápidamente corregido en la segunda película protagonizada por ese personaje con la elección de un Louis Leterrier, que a todos los niveles se encuentra en las antípodas del chino (para bien y, generalmente, para mal). La cosa se encauzó con la elección para las dos películas de “Iron Man” de un Jon Favreau que ha sabido entender como pocos que las películas de superhéroes ante todo han de entretener y respetar la idiosincrasia propia de cada personaje. Demostrando haber aprendido de los aciertos y errores anteriores, le ha llegado el turno en la planificación de los estudios al tercer gran vengador, Thor, un personaje complejo que por sus peculiaridades requería situar al frente del proyecto un director que reuniera todas esas características. El elegido ha sido un Kenneth Branagh que, vista la película, ha resultado ser el director ideal.

Supongo que el argumento ya lo conoceréis pero por si acaso hay algún despistado…Odín y sus muchachos viven retirados en Asgard tras milenios de lucha contra los gigantes de hielo con los que mantienen una inestable tregua. Cuando el orgulloso heredero al trono de Odin, su vástago Thor, desobedece a su señor padre este le manda a aprender humildad, despojado de poderes, a la Tierra, donde entablará contacto, por un lado, con un grupo de científicos que estudian los fenómenos atmosféricos y, por otro, con los agentes de Shield interesados en desentrañar los misterios de su martillo. Mientras Thor se adapta a la vida en la Tierra e intenta recuperar a Mjolnir, en Asgard, Odín ha caído en uno de sus períodos de sueño y Loki, el hermanastro de Thor, actúa de regente e intenta por todos los medios que Thor se quede para siempre entre los mortales.

Branagh, actor y director de prestigio alcanzado principalmente por sus muy recomendables adaptaciones de la obra de Shakespeare a la gran pantalla, ha sabido llevarse la película a su terreno – en unas declaraciones le leí que el teatro de Shakespeare y los personajes Marvel tenían mucho en común, y creo que no le falta razón, especialmente en el caso de Thor- captando toda la grandiosidad excesiva de Kirby y Lee en la recreación de Asgard y los aspectos mitológicos del personaje y autoconteniéndose lo suficiente como para no caer en el ridículo en su traslación a la pantalla. En la parte terrenal de la historia desarrollada en un pueblecito de Nuevo México, Branagh ha sabido ir la mano de J. M. Straczinsky que recicla en el argumento de la historia algunos aspectos interesantes de su etapa como guionista de la serie regular para buscar el contrapunto cómico explotando el choque cultural entre el divino Thor y los simples mortales. Branagh muestra solvencia y comedimiento en el complejo terreno de los efectos especiales y maneja hábilmente otros recursos clásicos que nunca deberían desaparecer, como la banda sonora, para reforzar el clímax de algunos de los momentos más logrados de la película al tiempo que sabe guiar y aprovechar el trabajo de un grupo muy solvente de actores encabezado por un Chris Hemsworth, que parece nacido para interpretar a Thor (versión ultimate), y un Anthony Hopkins que realiza un más que notable Odín, sin olvidar a un sibilino Tom Hiddleston en su correcto Loki, y una solvente Natalie Portman a la que se la queda pequeño el papel de “novia del héroe”.

Es cierto que hay personajes que se echan de menos y la caracterización de otros es discutible pero, al final, son detalles que solo sirven para que los aficionados podamos pasar el rato discutiendo y, en líneas generales, el “Thor” de Branagh cumple con las expectativas generadas, ajustándose al previsible guión durante sus dos horas de duración y garantizando entretenimiento sin apartarse de una formula que ha demostrado que funciona. Veremos si la cosa cambia más allá de la película de “Los Vengadores”, preparada con mimo y que promete ser la guinda de un pastel cuidadosamente cocinado.

jueves, 5 de mayo de 2011

Primer trailer de “Conan, The Barbarian”

Da un poco de pereza, ¿no? Ya lo daba la presentación que vimos hace unos meses pero este trailer lo confirma.

“Cuerpo a Tierra”, de Jacques Tardi y Jean-Patrik Manchette.

Buena parte de la prolífica producción de Jacques Tardi se ha centrado en la adaptación al cómic de algunos de los principales autores del polar francés como Léo Málet o Jean-Patrick Manchette. De una novela de este último, “Balada de la Costa Oeste” es precisamente una de las adaptaciones de Tardi que más me gustan por lo que, cuando Norma Editorial anunció la publicación de “Cuerpo a Tierra”, adaptación de otra novela de Manchette –“La Position du Tireur Couché”-, actualmente descatalogada en España-, empecé a frotarme las manos. Sin embargo, tras su lectura, me temo que “Cuerpo a Tierra es el tebeo más decepcionante de los que he leído del francés.

Christian es un avezado asesino profesional capaz de solventar cualquier encargo con diligencia y pulcritud. Sin embargo, Martin Terrier, el alter ego de Christian, está asqueado de su trabajo y, tras un último encargo, decide volver al pueblecito donde se crió para reencontrar a su novia de juventud, Alice. Sin embargo, la cosa se lía de mala manera cuando Terrier descubre que ni sus antiguos jefes ni los familiares de una de sus víctimas están dispuestos a dejarle ir tan fácilmente y le siguen los pasos mientras que Alice no quiere saber nada de él y se ha casado con uno de sus viejos amigos.

Sin haber leído la obra original, he de decir que “Cuerpo a Tierra” es uno de los tebeos más embarullados y confusos que he leído del autor francés. Embarullamiento imagino que debe proceder en parte del original (ya se avisa en el prólogo que el mismo Manchette no se tomó demasiado en serio una la novela que calificaba como un mero “ejercicio técnico”) y que lastra la labor de un Tardi que no se nota especialmente inspirado en esta obra. El protagonista, Martin Terrier, émulo de Steve MacQueen, es un mero vehículo para concatenar una serie de peripecias absurdas cuyo objeto no es otro que satirizar las convenciones del género. Y es que Tardi se muestra torpón para trasladar al cómic el marcado carácter paródico e irónico con que Manchette, intuyo, debió escribir la novela y el desarrollo que realiza resulta esquemático y excesivamente literario, yendo la traslación de la historia de más a menos, entorpecido por los largos diálogos de Manchette y abusando en demasía de los “cabezones parlantes” y los cuadros de texto, que en la última parte de la obra se muestran como prácticamente los únicos recursos para acelerar la conclusión de la obra.


En definitiva, ni Manchette ni Tardi parecen demasiado interesados en “Cuerpo a Tierra” y es una lástima porque es una historia de género que, en mi opinión, hubiera ganado con un planteamiento dramático, un tratamiento más serio de los personajes y un mejor acabado siendo el resultado final una obra decepcionante. Y es que todo maestro hecha un borrón de vez en cuando.

miércoles, 4 de mayo de 2011

“Dreadstar: La Odisea de la Metamorfosis y otras historias”, de Jim Starlin.

Solo los más viejos del lugar recordarán el anterior intento de publicación en España de “La Odisea de la Metamorfosis”. Fue allá por 1982 serializada en la revista “Epic” y los que se hicieron con esos números se quedaron con la miel en los labios de saber como concluía la historia ya que la revista no pasó del tercer número. Para los que conocimos a Dreadstar unos años más tarde a partir de la edición de Forum de la colección regular posterior, “La Odisea de la Metamorfosis” se convirtió en un título legendarios, uno de esos tebeos de los que los enteradillos hablaban y los neófitos ansiábamos leer, aunque finalmente los años pasaron y nunca vimos por los kioscos. Y es que han tenido que pasar la friolera de 28 años para que podamos leer por primera vez “La Odisea de la Metamorfosis” junto al resto de historias que Starlin realizara para Epic Illustrated sobre el personaje –“El Precio”, “Dreadstar” y una pequeña historia de complemento- en una edición digna.

En “La Odisea de la Metamorfosis”, Starlin plasma todo su aprendizaje en el universo cósmico Marvel en series como “El Capitán Marvel” o “Warlock” en una obra de envergadura sin las limitaciones que por aquel entonces –principios de los ochenta- todavía se sufría en el género superheroico. “La Odisea de la Metamorfosis” es una epopeya cósmica en la que se nos narra la destrucción de la Vía Láctea precisamente por su inductor, el trascendente y espiritual orsirosiano Aknaton, quién para evitar que esta caiga en poder de sus rivales, los malvados y materialistas zygoteanos, pergeña un ambicioso plan escondiendo un arma de destrucción masiva –el cuerno del infinito- en un planeta inhóspito como último recurso. Cuando, tras miles de años, los orsirosianos claudican, Aknaton reunirá una compañía con los tres elegidos para hacer funcionar el cuerno junto a su guardián, el díscolo Vanth Dreadstar quien no se mostrará entusiasmado respecto a los planes del cuasidivino Aknaton.

La Odisea de la Metamorfosis” es un cómic de su tiempo. Un tiempo de Ciencia Ficción imaginativa y espectaculares “Space Opera” a la estela de “Star Wars” y “El Señor de los Anillos” en el que desde “Metal Hurlant”, Europa (bueno, Francia) llevaba la cabecera dentro del género. “La Odisea de la Metamorfosis”, como contenido pensado para “Epic”, la respuesta yanqui a “Metal Harlant”, reúne las mejores y peores características del género, pero Starlin la impregna de una imaginería romántica que ha logrado que haya envejecido mejor que otras obras de similares características. Basada en una estructura serializada es un tebeo arrítmico en el que, en mi opinión, las partes funcionan mejor que el todo y dado su carácter coral la caracterización de los personajes –algunos muy interesantes como ZA- queda en un segundo plano en pos a la grandeza de unos hechos narrados que entroncan con la épica de las grandes historias fantásticas. Gráficamente, el tebeo es una maravilla en la que Starlin despliega toda su imaginación para desarrollar atractivos mundos de fantasía y personajes fatalistas y atormentados al tiempo que experimenta con el tratamiento visual de la historia pasando progresivamente del blanco y negro inicial al color directo.

A mí la historia que me parece más lograda e interesante del volumen y la que mejor ha resistido los años es “El Precio”, en la que Starlin magistralmente sitúa la acción varios miles de años en el futuro respecto a los hechos narrados en “La Odisea de la Metamorfosis” para, a partir del origen del carismático Zyzygy Darcklock exponer el nuevo escenario en el que se van a desarrollar las nuevas aventuras cósmicas de Dreadstar. Starlin en “El Precio” da continuidad a “La Odisea de la Metamorfosis” en una atractiva historia con mayores posibilidades que su limitada precursora. Si en “La Odisea de la Metamorfosis”, Starlin presenta unos personajes con escasa libertad de albedrío, en “El Precio” evolucionan en una línea mucho más interesante resultando más ambiguos y complejos. De este modo, Zyzygy –un émulo de Aznaton- pasa a convertirse en el nuevo mentor de un Dreadstar que intenta llevaba una vida retirada y que procurará por todos los medios evitar que la historia se repita.

En esa interesante línea, completa el volumen “Dreadstar”, la historia que enlaza ya con la serie regular. En esta última historia, Vanth Dreadstar y Zyzygy intentarán poner fin a la enquistada e interesada guerra civil entre la monarquía y la Instrumentalidad al tiempo que Dreadstar lleva a cabo un regicidio para vengar la muerte de sus seres queridos.

En estas dos últimas entregas, Starlin evoluciona progresivamente hacia una narración menos confusa y barroca abandonando el tono grandilocuente de “La Odisea de la Metamorfosis” en pos de la aventura per se, que acabaría de plasmarse en plenitud en los primeros números de la serie regular que, en mi opinión, son los mejores protagonizados por un Dreadstar que asume un mayor protagonismo que en estas historias.
En definitiva, “La Odisea de la Metamorfosis y otras historias” es un tomo que llega quizás demasiado tarde a los aficionados españoles y viene a suplir una importante laguna dentro del mercado español que permitirá a los lectores valorar y reconocer la gran labor de Starlin en la creación, a lo largo de estas historias, de un atractivo universo en el que la Ciencia Ficción y la Fantasía lo nutren por igual. Nunca es tarde si la dicha es buena como se suele decir aunque en la correcta edición de Planeta quizás se eche a faltar únicamente algún artículo introductorio que contextualizase la obra para los nuevos lectores.

Y la mejor muerte superheróica es...

Pues sí, ya tenemos respuesta a la pregunta sobre cuál es la mejor muerte en el género superheroico.

La elegida por la mayoría ha sido la de Rorscharch, de “Watchmen”, con un tercio de los votos (treinta de noventa) seguida a cierta distancia por las del Capitán Marvel –mi preferida- con 21 votos. El tercer puesto ha estado muy disputado por las dos grandes muertes de la Marvel de los ochenta –Elektra y Fénix- con 15 y 14 votos, respectivamente, mientras que la del representante DC, Flash/Barry Allen ha logrado nueve votos por el único voto testimonial de la muerte de Guardián/Vindicator al que habría que añadir otras destacadas en los comentarios de la entrada como la de Lobezno en “Días de Futuro Pasado”, la del Thor de Simonson, El Vigilante, Gwen (sin duda, un momento clave dentro del género)…

Junto a las mencionadas, podríamos haber considerado muchas otras porque la muerte en el género superheroico nunca es el final y es un recurso sobreexplotado en los últimos tiempos y ya no hay personaje que se precie que no haya muerto al menos una vez. Con todo, creo que la elección de la mayoría enmarcada en una obra maestra del género como “Watchmen” es bastante acertada. ¿Qué opináis?

En unos días, una nueva encuesta.

martes, 3 de mayo de 2011

Abriendo La Caja de Pandora.


No, si al final ha tenido que ser el amigo Crowley el que nos ha mostrado que dentro de la dichosa caja no se ocultaban ni males terribles ni esperanzas vanas, sino una nueva revista digital de periodicidad cuatrimestral “sobre cine y otras artes” en la que, a base de ilusión, perseverancia y mucha paciencia, ha logrado enrolarnos a unos cuantos blogueros.

Este primer número, exquisitamente maquetado y con colaboraciones de nivel, gira en torno al tema del Holocausto. Por mi parte, he contribuido con un artículo sobre el tratamiento del mismo en el Cómic norteamericano. Espero que os guste.

La revista la podéis descargar desde aquí.


Ernesto Sabato (1911-2011).


“ ¿Cuándo empezó esto que ahora va a terminar con mi asesinato? Esta feroz lucidez que ahora tengo es como un faro y puedo aprovechar un intesísismo haz hacia vastas regiones de mi memoria: veo caras, ratas en un granero, calles de Buenos Aires o Argel, prostitutas y marineros; muevo el haz y veo cosas más lejanas: una fuente en la estancia, una bochornosa siesta, pájaros y ojos que pincho con un clavo. Tal vez ahí, pero quién sabe: puede ser mucho más atrás, en épocas que ahora no recuerdo, en períodos remotísimos de mi primera infancia. No sé. ¿Qué importa, además?”

Sirva ese párrafo, con el que se inicia el conocido “Informe sobre Ciegos” de “Sobre Héroes y Tumbas”, y estas pocas imágenes de la adaptación que del mismo hiciera el gran Alberto Breccia de homenaje a uno de mis escritores favoritos, Ernesto Sabato. Tres novelas tan solo –“El Túnel”, “Sobre héroes y tumbas” y “Abaddón, el exterminador”- pero tres obras maestras que se engloban en la etapa más fructífera de las letras argentinas.

D.E.P.

viernes, 29 de abril de 2011

“Vicio Propio”, de Thomas Pynchon.

Entre las muchas cualidades que tiene mi vastaga, destaca su excelente gusto literario como ha quedado patente con los regalitos que me hizo por el Día del Padre. Aparte del último Murakami con el que estoy ahora (a los de Facebook, hay que estar más atentos a las pistas), he devorado en poco tiempo la última obra del escurridizo Thomas Pynchon, con la que me lo he pasado muy bien.

En el psicodélico Los Ángeles de los sesenta, Coy Sportello es un detective “sui generis” que pasa en el dulce letargo del fumador compulsivo de marihuana en todas sus variedades. Sin embargo, cuando su antigua novia Shasta, acude para que le ayude a encontrar a su actual amante, el multimillonario especulador inmobiliario Mickey Wolfmann, el bueno de Coy no podrá negarse.

Pynchon en “Vicio Propio” juega con las estructuras clásicas de la novela negra, masca la trama y regurgita una brillante novela en la que disecciona con ironía y mala baba los mitos propios de la cultura popular que han conformado la contradictoria cultura californinana, en un brillante viaje en el tiempo en el que la música, las drogas y el sexo no dejan de estar muy presentes. Coy Sportello es un personaje brillante a medio camino entre el escepticismo desencantado de Marllowe y la ingenuidad astuta de Mrs Marple, pero es solo la punta de un iceberg de una historia en que las variadas tramas se solapan y lían en encuentros y desencuentros absurdos que recuerdan al mejor Vian, cuya sombra puede intuirse entre las muchas y variadas referencias de la caleidoscópica novela de Pynchon. La trama criminal pronto pierde interés porque realmente nunca fue el propósito del escritor que tuviera demasiada importancia, más preocupado en mostrarnos la rica y variada fauna de personajes que rodea y conoce Sportello.

Vicio Propio” es una estupenda novela dentro de la producción de Pynchon en la que vuelve a mostrarnos su capacidad para ofrecernos la visión más esperpéntica y, quizás por ello más certera, de la cultura americana de los últimos tiempos que, no nos olvidemos para bien o para mal, no deja de ser también un poco la nuestra.