viernes, 26 de marzo de 2010
“Conan, el cimmerio”, de Tim Truman, Richard Corben y Tomás Giorello.


Desde que se hiciera con los derechos del personaje, Dark Horse está haciendo bien las cosas con Conan, logrando algo que parecía imposible, reactivar el interés por el personaje de Robert E. Howard. Así, si en el primer volumen, “Conan, la leyenda” fueron inicialmente Kurt Busiek (sí, ese tío tan malo que sólo sabe hacer superhéroes) y Cary Nord los encargados de actualizar un personaje que vivía sus horas más bajas tras las glorias pasadas contando las aventuras de sus primeros años de juventud, esta nueva etapa el guionista de la serie es Tim Truman (que ya se hiciera cargo de la anterior tras un breve paso por la misma de Mike Mignola) un autor más que correcto que a mí no me ha defraudado desde sus tiempos en “Scout” o “Hawkworld” y el gran Richard Corben que en las páginas que realiza en este número demuestra que incluso en sus trabajos alimenticios es un dibujante sobresaliente muy por encima de la media.


Por otro lado, también me gustaría destacar en el aspecto gráfico la labor de español José Villarrubia, que se adapta perfectamente con sus tonos mates y apagados a la caracterización buscada por Giorello logrando transmitir toda la intensidad del frío en la inhóspita y helada Cimmeria. Completa la grapa una portada de Frank Cho, la mar de chula.

En definitiva, que a mí esta nueva etapa de Conan me convence salvo por los engorrosos detalles extrínsecos a la serie como el formato elegido por Planeta (no tanto por la grapa como por la decisión de dejar cortada la primera aventura a la mitad lo que me hace recordar los peores momentos de Cómics Forum) como por el precio de la obra que me temo va a hacer replantearse las cosas a más de uno. Una lástima teniendo en cuenta las buenas expectativas que despierta el proyecto de Dark Horse.

Otras obras de Richard Corben en El lector impaciente:

Otras obras de Richard Corben en El lector impaciente:
jueves, 25 de marzo de 2010
Trailer de “Scott Pilgrim contra el mundo”, de Edgard Wright.
Bueno, pues ahí lo tenéis en todo su esplendor: el primer trailer de “Scott Pilgrim contra el mundo”. Ya hablé por aquí de las dos primeras entregas del cómic de Bryan Lee O’Malley y tengo pendiente de lectura las dos siguientes. El trailer me parece muy curioso y parece que la película logra trasladar parte de la locura del cómic.
Tengo que reconocer que ha desperado mi curiosidad respecto a una película que en principio no entraba en mis planes.
Un buen trailer de una película que llegará en el verano. Esperemos que para entonces nos hayamos puesto al día con la publicación de la obra en castellano.
Un buen trailer de una película que llegará en el verano. Esperemos que para entonces nos hayamos puesto al día con la publicación de la obra en castellano.
“Night Force”, de Marv Wolfman y Gene Colan.

A lo largo de los catorce números que duró la serie –y un número especial de dieciseis páginas a modo de presentación que apareció como complemento en un número de “The Teen Titans” un mes antes de su lanzamiento-, Wolfman y Colan demuestran su talento para pergeñar historias entretenidas de terror y magia protagonizadas por personajes carismáticos.

En esta serie, las tramas giran en torno al Baron Winters, un poderoso hechicero que lidera un variopinto grupo al que encarga distintas misiones de corte sobrenatural. Winters es un manipulador de tomo y lomo que sólo confía en su leopardo Merlín con el que vive confinado en su Mansión de Wintersgate Manor, una encrucijada espaciotemporal, de donde no puede salir por lo que no participa activamente en las misiones que encarga a sus numerosos agentes sin importarle demasiado sacrificar la integridad de sus subordinados. Los miembros habituales del equipo son la nieta de Abraham Van Helsing, Vanessa, una telekinetica con la capacidad de percibir amenazas sobrenaturales lo que provocó que pasase la mayor parte de su vida en un psiquiátrico, Jack Gold, un periodista perdedor, divorciado y alcohólico que pronto se sentirá atraído por Vanessa con el que se casará, el profesor Donovan Caine, un parapsicólogo que quedará tullido en el transcurso de una misión y Zadok Grimm, un caballero del tiempo del bíblico Rey David (sí, el de Góliath) que mantiene una misteriosa relación de complicidad con Winters.

En “Night Force”, la comparación con “La tumba de Drácula” es inevitable no sólo por por los entretenidos guiones de un Wolfman que tira de oficio para el desarrollo de tramas y personajes sino por el tratamiento gráfico de un Colan que no se estruja demasiado la imaginación a la hora de caracterizar los personajes, de tal modo que Winters y Drácula parezcan gemelos, pero cuenta con las manos libres para desplegar toda su habilidad en el desarrollo de ambientes cargados y misteriosos con un gusto de lo más cinematográfico en la recreación de los distintos entornos por los que se mueven los protagonistas dejando constancia de su maestría en el desarrollo de atmósferas opresivas y sombrías. Colan es entintando en esta serie por Dick Giordano y Bob Smith con los que no llega al mismo nivel de compenetración que con Tom Palmer pero que no desmerecen al menos la labor del dibujante.

Quizás a principios de los ochenta la fórmula sobrenatural estaba agotada y el fandom no respaldó de igual manera que años antes lo hiciera a “The tomb of Dracula” lo que provocó la conclusión de la serie en el número 14. A mediados de los noventa, “Night Force” sería retomada por Wolfman ya sin Colan (que realizó la portada del último número) en una maxiserie de doce números también inédita en España.

En España, “Night Force” ha sido repetidamente ignorada por las distintas editoriales que han publicado material de DC, salvo por –como no- Zinco que publicó un par de números como complemento de la primera maxiserie de “La Cosa del Pantano”.
En definitiva, “Night Force” sería un magnífico título a recuperar en una colección de Clásicos DC.
A continuación, todas las portadas de la primera serie:













miércoles, 24 de marzo de 2010
“Arzak Rhapsody 1”
¿Conocían esto?¿No? Creo que merece la pena mientras esperamos una buena edición del cómic en castellano. Mañana más…
“Julito, el cantante cojito”, de Hernán Migoya y Juaco Vizuete.


Julito a consecuencia de su cojera ha visto frustrada su prometedora carrera como lanzador de disco pero a cambio se ha convertido en un ídolo de masas, el mejor cantante melódico del país. A Julito lo que más le gusta son las mujeres con las que tiene mucho éxito y salir en los medios y, junto a su representante y hermano, urde todo tipo de estratagemas para estar siempre en el candelero al tiempo que sobrelleva a su peculiar familia repleta de hijos legítimos e ilegítimos.
En los años cincuenta, Bruguera plagaba sus páginas con múltiples personajes que a la par de entretener mostraban la radiografía de un país que empezaba a recuperarse de las consecuencias de la posguerra. A ese olimpo de tribuletes, tragacantos, gildas, carpantas y petras, personajes pícaros, populares y edificantes, Migoya y Vizuete añaden un personaje nuevo que completa el elenco un porrón de años después con lo que demuestran que tampoco hemos cambiado demasiado. Julito es un personaje inspirado abiertamente en "ya saben quién" y su variopinto familia que sirve a los autores, sin censura oficial mediante, no sólo para homenajear a los grandes autores que convirtieron a Bruguera en la editorial de referencia durante todos estos años sino también para construir historias en las que criticar directamente la estupidez de aquellos que hoy día han/hemos convertido en modelos a seguir a dudosos personajes cuyo hábitat natural son las revistas del corazón y los programas televisivos que pueblan la programación de las tardes. Migoya tomando como punto de partida las referencias biográficas más reconocibles de un conocido cantante se muestra mordaz y divertido en su aproximación viñeteril no dejando títere con cabeza en un tebeo que debería ser de lectura obligatoria y que dispara con bala a la conciencia de un público al que, por desgracia, no va destinado.

En el apartado gráfico, Vizuete muestra su versatilidad adaptando a la versatilidad el estilo compositivo de la Escuela Bruguera con lo que si no fuese por lo actual y lo reconocible de las tramas ideadas por Migoya uno pensaría que está leyendo un tebeo de aquella época, respetándose incluso la presentación apaisada y la horrible (pero entrañable) rotulación mecánica.

En definitiva, “Julito el cantante cojito” es un tebeo inteligente, edificante y cabroncete, recomendable a todos aquellos que se plantean con humor en qué mundo vivimos y qué mundo queremos mostrando una vez más como la realidad y la fantasía pueden ir perfectamente de la mano. La edición de De Pónent excelente.
Otras obras de Juaco Vizuete en El lector impaciente:
“El experimento”.
martes, 23 de marzo de 2010
Crónica anunciada de la muerte del coleccionista de cómics.

El viejo – no por edad sino por años acumulando y releyendo papel impreso- aficionado que se hacia todas las colecciones y estaba al tanto de todo lo que se publicaba en España es (somos) una raza en peligro de extinción. Un grupo reducido de exaltados treinteañeros (también los hay cuarentones, estos son los más peligrosos…) que tienen tebeos de Vértice, Grijalbo o Zinco, lectores que, como galos irreductibles, incomodan a propios y extraños en la aldea global de la blogosfera y en los salones frente a la perita en dulce del lector ocasional, ese lector confiado y poco exigente dispuesto a dejar gustoso su dinero con cualquier edición adquirida en unos grandes almacenes y con pocos conocimientos de autores y estilos, un mirlo blanco joven y poco exigente que compra, lee y olvida a la espera del próximo estreno cinematográfico, dispuesto a ser presa fácil de hábiles y sutiles campañas publicitarias y no dar demasiado la vara. No como los resabiados esos que saben distinguir un escaneado de un original y denuncian a los cuatro vientos que en la viñeta siete de la página cinco del cómic X el rotulista (¿ese quién es?) se ha comido una preposición “a”. Si es que con gente así no hay quién salve la industria del cómic en España…
No nos engañemos, el coleccionista de cómics se ha convertido en una presencia incómoda en un mercado que, sin embargo y paradójicamente, ayuda a mantener a pesar de sus cíclicas crisis (crisis sobre todo para los autores y los aficionados esos que se dejan los dineros y a los que no les llega para intentar estar al tanto de todo, pero, ya se sabe, a río revuelto…), un soldado fiel que, como los que retrata Pérez-Reverte en su Alatriste se deja sus dineros sirviendo a unos señores que le decepcionan y ningunean continuamente más preocupados en crear falsas expectativas sobre la última reedición de un mediocre tebeo de hace treinta años que en pagar un corrector que compruebe la ortografía.
Y es que el coleccionista que se pasaba las horas muertas junto al dependiente de la librería, mimetizándose con él hasta el punto que ya no se sabían quién era quién está abocado a desaparecer como los dinosaurios (el librero también pero eso daría para otra entrada), ahogado por la falta de espacio, los otros vicios más o menos confesables, los precios abusivos, las hipotecas, las buenas y malas mujeres, los hijos y los avances tecnológicos que harán de sus amadas ediciones en papel en pocos años un lujo.
Quizás cuando todos desaparezcamos, y el mercado empiece a echar a faltar nuestra presencia alguien se dará cuenta que los mirlos blancos son caprichosos y proclives a emigrar a otros campos mejor abonados y que esos desalmados que se sabían de carrerilla el nombre de todos los personajes que aparecían en la portada del número 1 de “Alpha Flight” (edición Forum, of course) y el título de corrido de todos los “Jeremiah” (de Grijalbo, claro) y ahora compran directamente a EEUU o Francia o se bajan los tebeos de Internet habrían merecido un mejor trato con unas ediciones con una correcta calidad-precio. Y ese alguien se lamentará porque se hizo algo realmente mal en la edición de cómic en España cuando este dejó de ser popular para convertirse en un bien de lujo, generalmente mal editado.
De momento, amigos míos, somos leyenda…
(Ánimo Frog2000 y a aguantar el tirón).
“Brothers”, de Jim Sheridan.

Treinta años y varias guerras después, el irlandés Jim Sheridan retoma el tema con “Brothers” en la que junto a otro trío de estupendos actores (Tobey Maguire, Nathalie Portman y Jake Gyllenhaal) aunque el resultado final quede lejos de aquella. Les cuento.
Tommy y Sam son dos hermanos muy unidos pero con vidas completamente distintas. Tommy es un bala perdida sin oficio ni beneficio que acaba de salir de la cárcel mientras que Sam es un “marine” ejemplar con una vida perfecta junto a Grace, su guapa esposa y sus dos hijitas. Sin embargo, las cosas se tuercen cuando Sam es destinado a Afganistán y en una misión es dado por muerto. Mientras, en Estados Unidos, toda su familia intenta superar la perdida, Sam realmente se encuentra prisionero de los talibanes y es sometido a todo tipo de torturas. Cuando finalmente es liberado y regresa a casa, tendrá que hacer frente al duro regreso a casa. Si quieren saber más, tendrán que ver la película.
Imaginaciones mías o no, la sombra de “El Cazador” planea sobre esta correcta cinta en la que Jim Sheridan demuestra como en otras ocasiones en su filmografía ser un perfecto funambulista que sabe moverse con habilidad en el delgado hilo del melodrama. En esta ocasión, si logra no estrellarse en el dramón de sobremesa es debido al buen hacer de unos actores que intentan hacer olvidar a emperatrices y arácnidos para mostrar otros registros interpretativos con los que dan sentido a un guión anodino, mal construido y cobarde, adaptado a la timorata mentalidad que impera en los Estados Unidos donde determinadas situaciones no estarían demasiado bien vistas. Entre los actores destacan unos sobresalientes Jake Gyllenhaal (este chico hace pocas películas pero en las que actúa lo borda, miedo me da en “Prince of Persia”) y Nathalie Portman junto a un secundario de lujo como Sam Shepard que eclipsa a los protagonistas en su pequeño papel de padre de los hermanos. Tobey Maguire también está bien y aprovecha su peculiar físico para realizar una notable actuación, aunque en su papel salga perdiendo en la comparación con otros “desquiciados” de cine, como Walken o de Niro (con todo, la película en la que más me ha gustado).
En definitiva, si “Brothers” funciona es gracias al trabajo de un director competente y unos actores implicados pero la historia peca de falta de ambición y deja con las ganas de haber visto la película que podría haber sido en lugar de la que se acaba de ver. Si van a verla, luego me cuentan. Yo me sigo quedando con “El Cazador”.
Concurso de Alhóndiga Kómic

“El concurso K.O. (Komik Online) de AlhóndigaKomik tiene como objetivo promover la creación y autoedición digital de cómics. A tal efecto, convoca un concurso para premiar el valor artístico de una pieza, y exhibir el trabajo de autores/as que utilizan el soporte digital como forma de autoedición.”
Más información, aquí.
(Una buena oportunidad para los nuevos valores. La fecha de inscripción es hasta el 16 de Abril).
lunes, 22 de marzo de 2010
Nuevo trailer de “Las extraordinarias aventuras de Adèle Blanc-Sec”, de Luc Besson.
Con el buen gusto mostrado en entregas precedentes, siguen llegando los trailers de la adaptación al cine de la estupenda obra de Tardi. En Francia, se estrena el 14 de Abril, aquí ya veremos…
Desvergonzado Pellejero.

R: Son muchas cosas. De entrada… es todo. Son parte de las 24 horas del día. A veces te vas pensando a la cama en la página que tienes a medio entintar. Nos ocurre a todos los que dibujamos. Son muchas cosas. No quiero hablar de lo que es la historieta en sí como medio de expresión. Para mí ha sido un arte con el cual he tenido la suerte de ganarme la vida, es un factor a tener en cuenta. Y pienso que hay que decirlo sin ninguna vergüenza, me gano la vida haciendo cómics. Que no sea un factor de menosprecio o vergüenza. Qué pasará cuando vayas a la Universidad o trabajes en algún sitio. Yo trabajo haciendo comics, al que no le guste pues lo siento. Este es un medio importante, en Francia y en el mercado francés esto lo tienen muy claro. Dibujante de comics es una profesión. Dentro de esta profesión hay muchos niveles. Hay el señor que dibuja y dibuja toda la vida lo mismo, hay comic alternativo… Pero todo es como una gran familia que va unida. Y en el público lo ves. Ves un aprecio, una naturalidad cuando se acercan al autor que dista mucho de ser el público que es ya de por sí fan del cómic. El público tiene muchos campos, por ejemplo, la mujer que está comprando en el mercado de al lado de un festival de cómic, se acerca a ver los cómics. Pienso que esto es lo bonito, lo interesante. Esta normalidad de que el cómic sea valorado como un arte. Como las demás artes.
(Extracto de una completa entrevista realizada a Rubén Pellejero en los I Encuentros de Cómic de Ávila celebrados en 2007 y publicada íntegra en EntreCómics. Pellejero es uno de los dibujantes españoles más interesantes y personales siendo toda su obra altamente recomendable y creo que tiene mucha razón en estas declaraciones. Muchas veces para que los demás valoren tu propio trabajo hay que reivindicarlo y no sentirse acomplejado, cosa que, al menos, en otros tiempos parecía que ocurría con los autores de cómics en España. La caricatura es de Paco Nájera).
sábado, 20 de marzo de 2010
Primer trailer –oficial- de “Predators”, de Nimrod Antal
Como lo prometido es deuda aquí tienen. Sobre el trailer samurai bueno, ejem…Ya hablamos.
viernes, 19 de marzo de 2010
Padres, distintas mentalidades, mismos sentimientos.
Hoy parece un buen día (Día del Padre en España, felicidades a todos nos y a los Josés, Josefas, Maria Josés y Josefinas) para acercarnos a esta figura tratada de mil modos en el cómic desde que este existe:
Ha habido padres buenos...,
Ha habido padres buenos...,

...Y padres malos...,

...Padres que compaginan trabajo con paternidad...,

Y otros que se mantuvieron alejados de sus hijos, por obligación,...

...o no...,

...Pero, lo que está claro, también es…

….Que todos los padres quieren a sus hijos (aunque muchas veces unos a otros no sepan demostrárselo), por lo que,

¡¡ FELICIDADES A TODOS!!

...Pero, lo que está claro, también es…

….Que todos los padres quieren a sus hijos (aunque muchas veces unos a otros no sepan demostrárselo), por lo que,

¡¡ FELICIDADES A TODOS!!
jueves, 18 de marzo de 2010
Un lector (impaciente) de tres años

Ejem....Bueno, pues vaya... que sabía que era por estas fechas pero como para estas cosas soy un poco desastroso no ha sido hasta hace un ratito que repasando entradas para lo de mañana que no me he dado cuenta que este pequeño rincón de blogosfera ha cumplido tres años. Tres años de muchas lecturas y buenos ratos así que mientras el cuerpo y las obligaciones lo permitan seguirá habiendo Lector Impaciente, un sitio en el que lo que más valoro siguen siendo vuestros pacientes comentarios más allá del impaciente ombliguismo de mis entradas por lo que muchas gracias a todos, a los seguidores, a los vecinos blogueros de los que tanto aprendo y a los lectores habituales u ocasionales, anónimos o identificados, que os pasáis por aquí ya que, todos juntos, vamos a por los cuatro años, ya hemos dejado la guarde y estamos preparadísimos para la Primaria. A por todas.
Impacientes Felicidades.
(Espero que a los papás del pequeño lector de la foto no les importe que me la haya apropiado pero no he podido resistirme).
“La búsqueda del pájaro del tiempo 6”, de Le Tendre, Loisel y Aouamri.

Según dicen, cualquier tiempo pasado fue mejor y, probablemente, esto sea aplicable por varios motivos a “La búsqueda del pájaro del tiempo”, cuyo primer arco tuvo una estupenda acogida (álbumes 1 al 4 que, al parecer, Norma ha anunciado su intención de recuperar en un integral) hace ya muchos años mientras el segundo arco –precuela de los anteriores en el que se explica el origen de los protagonistas- quedaba colgado tras la primera entrega hasta hoy, no por culpa en este caso de la editorial sino de unos autores que se embarcaron en otros proyectos para retomar la historia donde la dejaron nueve años después de la publicación de ese primer álbum (quinto en el orden de Norma).

El mes pasado aparecía en España la sexta entrega de Norma –segunda del segundo ciclo- titulada "El libro mágico de los dioses", en la que los protagonistas la princesa-hechicera, Mara, y el aprendiz de guerrero. Bragon, despiden a su buen amigo Javin, desaparecido en la anterior entrega. A pesar de sentirse atraídos el uno por el otro Mara y Bragon están separados por pertenecer a diferentes clases sociales y las responsabilidades de ella, así que Bragon parte en busca de Rilke legendario caballero del que espera convertirse en aprendiz mientras Mara recibe el encargo de buscar el libro mágico de los dioses, único instrumento mágico con el que cuentan los hechiceros para oponerse a la misteriosa Orden del Signo y el dios oscuro Ramor. Sin embargo, como el destino de los enamorados es encontrarse ambos volverán a coincidir en Aquamare donde juntos partirán a la búsqueda del mítico libro. Si lo encuentra o no, ya no se lo cuento.

Como les decía, el tiempo pasa y más allá de la explotación comercial no se encuentra mucha justificación a esta precuela en la que Le Tendre vuelve a hacerse cargo del guión mientras que Loisel aboceta la historia y Aouamri es el encargado del acabado. El problema de las precuelas es que pierden buena parte del elemento sorpresa puesto que los lectores conocen ya parte del futuro de los protagonistas con lo que es difícil mantener la atracción de los lectores, sobre todo en un género en el que resulta tan fácil caer en los tópicos como es el de la Fantasía Heroica. Aun con todo, estamos ante un tebeo de fantasía bien narrado con una trama un tanto trillada pero bien desarrollada y que se sustenta sobre todo en el esplendido dibujo. Es de agradecer que Le Tendre no se muestre especialmente interesado en explicar cada detalle del mundo de Akbar y las relaciones entre las distintas razas que lo habitan dejando que esa labor sea desarrollada por Loisel y a la imaginación del lector la labor de ir rellenado los huecos.

De este modo, en este álbum, los personajes transitan por distintos escenarios y viven múltiples aventuras, tanto conjunta como separadamente, sin que los autores se preocupen en exceso en su desarrollo en pos a una trama principal no del todo clara pero previsible para los que hayan leído el primer ciclo en un álbum que resulta bastante entretenido aunque no cuente con la frescura de antaño.

En definitiva, creo que el principal aliciente para leer este álbum es el factor nostalgia de los lectores por reencontrarse con unos personajes con los que muchos pasamos buenos ratos y la presencia de un dibujante sobresaliente como Loisel a los lápices pero antes de recomendar su compra a nuevos lectores interesados aconsejaría esperar al mencionado integral para ubicarse en la trama debidamente o al menos a la reedición del quinto álbum, primero del segundo ciclo. Ustedes deciden.
Otras obras de Regis Loisel en El lector impaciente:
“Peter Pan”

El mes pasado aparecía en España la sexta entrega de Norma –segunda del segundo ciclo- titulada "El libro mágico de los dioses", en la que los protagonistas la princesa-hechicera, Mara, y el aprendiz de guerrero. Bragon, despiden a su buen amigo Javin, desaparecido en la anterior entrega. A pesar de sentirse atraídos el uno por el otro Mara y Bragon están separados por pertenecer a diferentes clases sociales y las responsabilidades de ella, así que Bragon parte en busca de Rilke legendario caballero del que espera convertirse en aprendiz mientras Mara recibe el encargo de buscar el libro mágico de los dioses, único instrumento mágico con el que cuentan los hechiceros para oponerse a la misteriosa Orden del Signo y el dios oscuro Ramor. Sin embargo, como el destino de los enamorados es encontrarse ambos volverán a coincidir en Aquamare donde juntos partirán a la búsqueda del mítico libro. Si lo encuentra o no, ya no se lo cuento.

Como les decía, el tiempo pasa y más allá de la explotación comercial no se encuentra mucha justificación a esta precuela en la que Le Tendre vuelve a hacerse cargo del guión mientras que Loisel aboceta la historia y Aouamri es el encargado del acabado. El problema de las precuelas es que pierden buena parte del elemento sorpresa puesto que los lectores conocen ya parte del futuro de los protagonistas con lo que es difícil mantener la atracción de los lectores, sobre todo en un género en el que resulta tan fácil caer en los tópicos como es el de la Fantasía Heroica. Aun con todo, estamos ante un tebeo de fantasía bien narrado con una trama un tanto trillada pero bien desarrollada y que se sustenta sobre todo en el esplendido dibujo. Es de agradecer que Le Tendre no se muestre especialmente interesado en explicar cada detalle del mundo de Akbar y las relaciones entre las distintas razas que lo habitan dejando que esa labor sea desarrollada por Loisel y a la imaginación del lector la labor de ir rellenado los huecos.

De este modo, en este álbum, los personajes transitan por distintos escenarios y viven múltiples aventuras, tanto conjunta como separadamente, sin que los autores se preocupen en exceso en su desarrollo en pos a una trama principal no del todo clara pero previsible para los que hayan leído el primer ciclo en un álbum que resulta bastante entretenido aunque no cuente con la frescura de antaño.

En definitiva, creo que el principal aliciente para leer este álbum es el factor nostalgia de los lectores por reencontrarse con unos personajes con los que muchos pasamos buenos ratos y la presencia de un dibujante sobresaliente como Loisel a los lápices pero antes de recomendar su compra a nuevos lectores interesados aconsejaría esperar al mencionado integral para ubicarse en la trama debidamente o al menos a la reedición del quinto álbum, primero del segundo ciclo. Ustedes deciden.
Otras obras de Regis Loisel en El lector impaciente:
“Peter Pan”
miércoles, 17 de marzo de 2010
Kurt Busiek, aquellos maravillosos años.
R: Yo empecé a leer comics de chico, pero recién a los 14 años los empecé a seguir regularmente. Compré un número de Daredevil por casualidad, pero era una historia que continuaba y la seguí leyendo, y me empecé a expandir, a leer otros comics de Marvel. Y una vez, en un correo de X-Men, Chris Claremont contaba que su abuelo le decía "Qué bien, Chris, escribís historietas... ¿y con qué te ganás la vida?". Y ahí me di cuenta de que había gente que se ganaba la vida con esto, que esto era un trabajo, algo que la gente hacía por plata y eso me pareció muy copado, muy divertido, así que en ese momento decidí que lo que yo quería hacer era ser guionista de comics. Entonces lo convencí a un amigo de que dibujara un comic que yo había escrito y nos pusimos a hacer varias historietas juntos, hasta que eventualmente, para cuando terminé la secundaria, ya estaba mandando muestras de mis guiones a DC, y me llamaron para escribir algo. Mandé muestras a Marvel y también me llamaron, así que... ya estaba en camino!
P: Este amigo tuyo era Scott McCloud, no?
R: Sí, así es. Le cambié la vida para siempre.
P:En el artículo de presentación de Marvels comentas que no habías leído todas las obras a las que haces referencia, ¿Cómo conseguiste todas esas obras?
R: Ya tenía muchos de ellos, ya que llevo leyendo comics ininterrumpidamente desde 1974, y compré muchísimo material de la Silver Age por aquel entonces. Los que no tenía se los pedí prestados a Karl Kesel.
Los de la Edad de Oro los leí en microficha, gracias a unos pocos que yo tenía y a la colección de microfichas de un amigo mío y gran aficionado llamado Jeff Gelb.
P: ¿Podrías hablarnos del proceso de documentación previo que tuviste que hacer para colar tantas referencias? ¿Guardas algún tipo de notas de aquellas lecturas?
R:Mientras leía iba haciendo un listado de las cosas de las que la gente era testigo, y así pude hacerme una idea de lo que Phil sabía y de lo que iba ocurriendo de forma simultánea. Asi, si hacía referencia a Spiderman luchando contra el Hombre Gigante, y según mis notas ese mismo mes Thor luchó contra Cobra Mister Hyde, podía mencionar ambos sucesos en la misma escena, y dar un sentido más amplio al Universo Marvel. Tengo libretas llenas de listados detallando todos los sucesos públicos, cuándo ocurrieron, nombres de revistas y periódicos… cualquier detalle que pudiera ser útil.
(Ahí os dejo un par de extractos de unas excelentes entrevistas realizadas a Kurt Busiek en la que se repasa su trayectoria desde sus orígenes y, más concretamente, el proceso de elaboración de “Marvels”. La primera la realizó Andrés Accorsii para Tebeosfera y la podéis leer completa aquí y la segunda Raúl López para Zona Negativa está disponible aquí).
“Momentos estelares de la humanidad”, de Stefan Zweig.

Zweig a través de los catorce relatos independientes que conforman la obra realiza un recorrido apasionante por la Historia de la Humanidad desde el Imperio Romano hasta el Tratado de Versalles, personalizando grandes logros y algún que otro fracaso en las personas que los protagonizaron. Zweig en una narración a medio camino entre el mero relato histórico y la entusiasta apreciación subjetiva se acerca a figuras históricas y artísticas universales como Lenin, Wilson, Händel, Dostoyewski, Tolstoi o Goethe, junto a otros personajes menos conocidos protagonistas o testigos de momentos históricos claves como Núñez de Balboa (descubrimiento del Océano Pacífico), el capitán Scott (expedición –fallida- al Polo Sur), Ciceron (advenimiento del Imperio Romano), Mehmet (conquista de Constantinopla). Sin embargo, cuando la obra alcanza su máximo interés para mí es cuando los protagonistas son personajes casi olvidados pero cuyas decisiones u obras resultaron determinantes en momentos históricos trascendentales como Grouchy incapaz de desobedecer a Napoleón en Waterloo y decidiendo la batalla, el oscuro revolucionario Fouget creador de “La Marsellesa”, Cyrus Field, el precursor del primer cable trasatlántico que comunicó Estados Unidos con Inglaterra, o la Fiebre del Oro en California a través del caso Suter.
La diversidad de las historias y el entusiasmo que desprende Zweig en su explicación hacen del conjunto de la obra una lectura recomendable más allá de su despreocupación por el rigor histórico y la elección arbitraria de los mismos. El austriaco ofrece un primer acercamiento a los hechos en una obra indispensable para aquellos que les guste la Historia y la buena Literatura por parte de un autor capaz de fusionar ambas en una obra atractiva y equilibrada. Si la leen o la han leído, ya me cuentan algo.
martes, 16 de marzo de 2010
“Marvels: El ojo de la cámara”, de Kurt Busiek, Roger Stern y Jay Anacleto.

Vaya por delante por si alguien espere una critica destructiva de este cómic simplemente porque el autor es Kurt Busiek ya puede ahorrarse continuar leyendo porque no estoy nada de acuerdo como se ningunea la obra de Busiek por la blogosfera.
Desconozco la causa pero pero suelen restársele méritos al que para mí es el último gran guionista de superhéroes que ha trabajado para Marvel (con el permiso de Brubaker) y quién hasta cierto punto la salvó del proceso autodestructivo que había iniciado y ya a título personal el que consiguió que volviera a interesarme por el género.Busiek ha sido el último que respetaba y amaba el material con el que trabajaba, quizás porque antes que guionista fue lector y por ello fue capaz de valorar la labor de los que le precedieron y uno de los pocos capaz de hacer cómics de superhéroes entretenidos e interesantes sin insultar la inteligencia del lector como era la tendencia imperante en el mainstream de la época. Busiek (y Alex Ross) lograron con los cuatros números de “Marvels” recuperar buena parte del crédito perdido y recordar a los desmoralizados aficionados qué significaba el concepto de superhéroe y por qué se habían aficionado a esos tebeos a través de una estupenda miniserie que es una de los mejores reflexiones sobre el concepto de superhéroes escritos hasta la fecha.

El éxito de “Marvels” catapultó a Busiek en los noventa y le convirtió en el nombre a seguir con series como “Los Vengadores”, “Thunderbolts”, o “Astro City”, en los que incorporaba conceptos que, hoy en día, siguen siendo desarrollados por otros o remozar las fórmulas de siempre con oficio. Quizás a causa de ese desgaste fue pasando a un segundo plano con el cambio de siglo aun cuando todavía firme de vez en cuando obras destacables. Precisamente, Panini acaba de terminar de publicar la última de estas la tardia continuación de “Marvels” titulada “El ojo de la cámara”, en una decisión en la que la otrora Casa de las Ideas vuelve a mostrar el agotamiento de las mismas tras la explotación del concepto original de Busiek por otros que lo deslucieron en miniseries olvidables y esperando remozarlo en esta nueva entrega que tiene como punto atractivo la recuperación de Busiek aun cuando se eche a faltar la presencia de un Alex Ross sustituido por Jay Anacleto.

“El ojo de la Cámara” es una miniserie originalmente de seis números que Panini ha reducido a tres en la que nos reencontramos con el protagonista de “Marvels”, el fotógrafo Phil Sheldon, quién en sus últimos años prepara otro libro sobre los fenómenos. Sin embargo, los años han pasado y los superhéroes de “Marvels” que eran un ejemplo modélico y asombroso para los ciudadanos anónimos se han vuelto más ambiguos, complejos y oscuros. Sheldon intenta dar con el enfoque correcto a su obra al tiempo que inicia una lucha contra el tiempo por terminarla antes de morir.

Busiek vuelve a demostrar que es un excelente conocedor del universo Marvel en una historia que resume buena parte de los grandes acontecimientos superheroicos vividos por los personajes de la editorial en una historia en la que repite la misma estructura de la original interponiendo un narrador interpuesto – Phil Sheldon- cuya vida sirve de hilo conductor de la propia historia del Universo Marcel y procurando mostrar los acontecimientos sin una presencia directa de los superhéroes. Nada se puede a objetar al recorrido que, con la ayuda de Roger Stern a partir del tercer número, realiza Busiek de los años setenta y ochenta de la editorial desde la muerte de Gwen Stacy hasta la Caída de los Mutantes en la que es considerada la Edad de Bronce de la editorial. Busiek no ha omitido ningún acontecimiento relevante y el lector que conozca las historias y haya crecido leyéndolas mes a mes como yo no podrá evitar sentir como se le clava la garra de adamantium de la nostalgia al reconocer en cualquier viñeta algún acontecimiento o personaje de relleno que ya casi ni recordaba. Sin embargo, más allá de la nostalgia, también hay que reconocer que la historia personal del protagonista que sirve de armazón a todo este recorrido a pesar de estar narrada con oficio y cumplir su objetivo, resulta difícil de aceptar por el lector, con unos personajes secundarios demasiado planos y difíciles de aceptar así como situaciones paradójicas más allá de la lógica interna del cómic. Por otro lado, Busiek omite intencionada la posibilidad de darle un mayor contenido al cómic omitiendo cualquier referencia a acontecimientos históricos que sí tuvieron influencia en la evolución de los héroes que aparecen mencionados, con lo que el cómic queda un poco pobre de contenido más allá del afán compilador del autor y la posible nostalgia del lector.
Por otro lado, el punto más flojo de esta obra es, en mi opinión, el dibujo del filipino Jay Anacleto, un autor en la línea fotorrealista de Ross pero que no alcanza el nivel de este ni el propio demostrado en su obra más conocida, “Aria”. Me parece criticable y un flaco favor a Anacleto la insistencia en el fotorrealismo. Dudo mucho que este fuese el estilo ideal para reflejar el cambio de actitud de los héroes de los setenta y ochenta, aunque quizás haya primado la intención de ofrecer una coherencia gráfica entre las dos obras por otra parte innecesaria.

Anacleto cumple y se muestra como un buen narrador logrando algunas páginas espectaculares que es lo que se espera de él en las que reinterpreta momentos estelares contados ya por otros sin embargo, sus personajes son vacíos e inexpresivos y carece de la épica de Ross, limitándose a cumplir como un buen sustituto de este pero sin llegar a su nivel.
En definitiva, “Marvels: el ojo de la cámara” es un tebeo entretenido de superhéroes sin superhéroes y un buen resumen de lo que fueron aquéllos maravillosos años para los que crecimos disfrutándolos que, sin embargo, no se sitúa entre lo mejor de la producción de Busiek quizás porque llega demasiado tarde y peque de la ausencia de ambición y reivindicación de la obra original. 

Vaya, al final, sí me he metido con Busiek, pero sólo un poco…
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