lunes, 16 de julio de 2007

Vacaciones, vacaciones…



Pues nada, ya saben lo que toca. Por fin me han llegado las vacaciones así que aprovecharé las próximas dos semanitas para desconectar de los calores y los agobios de los madriles por una islita en la que estar más tranquilo (o no).
No se preocupen que yo sin lecturas me altero así que durante este tiempo me dedicaré a leer algunas cosillas debajo de la sombrilla e intentar ponerme al día de otras (cosa que dudo) para contárselo a mi regreso.
Sean buenos pero si deciden no serlo por lo menos que no les pillen. Arrivederci.

“Zodiac” de David Fincher


Un poco cansados de tanta película fantástica y ante el aluvión de las que ya están aquí (“Transformers”) y las que se avecinan (“Los 4 Fantásticos 2”) fuimos a ver el sábado una de esas películas que llaman la atención en el momento del estreno pero que luego van quedando relegadas poco a poco sin saber muy bien por qué.
“Zodiac” es una película de carácter realista en la que David Fincher nos cuenta la historia real de uno de los peores asesinos en serie de los Estados Unidos, el llamado Asesino del Zodiaco, y de los intentos de tres hombres por intentar descubrir quién se esconde tras los misteriosos acertijos que el asesino envía a los periódicos retando a la policía en una investigación que duró tres décadas y que hoy en día todavía se mantiene como un caso abierto. La película se centra en las andanzas de Paul Avery, un periodista de sucesos interpretado por Robert Downey Jr, Robert Graysmith, un dibujante que trabaja en el mismo periódico que Avery y que interpreta Jake Gylenhaal ("Brokeback Mountain"), y del detective encargado de la investigación Dave Toschi interpretado por Mark Buffalo ("La última fortaleza"), de cómo la investigación de un asesino tan misterioso como sanguinario afectó a sus vidas personales y se convirtió en una obsesión para ellos.
David Fincher se ha basado para realizar la película en el best seller que escribió Graysmith y la película engancha desde el principio con la realista recreación de la doble agresión que iniciaría la criminal carrera de Zodiac. Fincher sabe moverse en este tipo de historias manteniendo la tensión dramática y el pulso de la investigación como ya demostró en la excelente “Seven” y en la pelín decepcionante “La habitación del pánico”, sin embargo en este punto “Zodiac” fracasa en parte debido a su excesivo metraje y la complejidad de la trama en la que múltiples pistas y posibilidades se entremezclan a lo largo de diferentes saltos temporales y sólo el buen hacer de los actores y lo interesante de por sí de la trama hace que la película no naufrague. Fincher recrea una película que tiene el mérito de recrear en su película la atmósfera de clásicos de los setenta del estilo a “Todos los hombres del presidente” o “Chacal”, historias en la que los hechos y el trabajo de los actores está por encima de efectismos y, en este sentido, la película resulta de agradecer frente el empacho de efectos especiales y argumentos infantiles que últimamente venimos padeciendo los espectadores. Los tres actores protagonistas sobre los que recae el peso de la película están soberbios destacando si cabe un Robert Downey Jr que llena la pantalla con su recreación de Paul Avery en un papel hecho a su medida y en el que recuerda a un Pacino rejuvenecido. El resto del reparto, mayoritariamente masculino, también mantiene el nivel alto logrando que la historia mantenga el interés a pesar de lo excesivo del metraje.
Si les interesan los acertijos y las historias truculentas de asesinos en serie ya saben cuál es la película que no deben perderse este año. Eso sí, no se obsesionen con el tema no vaya a llamarles Zodiac que lo mismo anda todavía por ahí suelto.
Para visitar el sitio web de la pelicula pinchad aquí.

domingo, 15 de julio de 2007

“Tintin racista ¿Estamos tontos o qué?”


Ajetreado fin de semana de Julio el que me ha tocado vivir ultimando las vacaciones, quedando con amigos y dejando la casa como los chorros del oro. Sin embargo, no ha dejado de llamarme la atención el eco que ha tenido en prensa la iniciativa de la Comisión Británica para la Igualdad Racial de exigir la prohibición en el Reino Unido de “Tintín en el Congo” (1931) tachando el álbum de racista. Dejando de lado lo absurdo de la acusación que no va más allá de dejar en evidencia la incultura de quién la ejerce, ignorantes efectistas que no deben ser conscientes de que se trata de una obra publicada por primera vez en 1931 en un contexto cultural y una situación política determinada y de cuyos contenidos el autor ya se disculpó (si de algo debía disculparse) en su momento, a mí lo que más me preocupa es el eco que suelen tener estas chorradas en los medios de comunicación en las fechas que corremos. Produce vergüenza ajena que en el período estival cuando al parecer las noticias escasean en todos los periódicos y en la mayoría de los telediarios se rellene espacio con cosas como estas. Si realmente les interesa “Tintin” y Hergé, que no creo, que escriban un artículo de fondo bien documentado sobre el personaje más allá de otorgar un trampolín de expresión a cenutrios como estos.
Este tipo de iniciativas no suelen dar resultado, más que nada gracias a que por lo general suele imperar el sentido común de los ciudadanos por encima del de sus representantes y en este caso, según el Daily Telegraph, vía Entrecomics, informa que desde que surgió la iniciativa las ventas del libro han aumentado en un 3800 por ciento y se ha colocado en la sexta posición de los mas vendidos en Amazon UK.
Esperemos que el asunto quede zanjado y que a partir de este momento la Comisión Británica para la Igualdad Racial se dedique a cosas más útiles y que los medios de comunicación se hagan eco de noticias menos sensacionalistas.

jueves, 12 de julio de 2007

Premios Con Sentido.



Llego tarde a casa y en diversas webs veo anunciado el Primer Premio Internacional de Novela Gráfica Fnac/Sinsentido. A mí me parece una medida acertada y realmente valida para promocionar el mundo del cómic más allá de franquicias cinematográficas huecas o una noticia llena de errores para rellenar en un medio de masas cualquiera.Una noticia que pone el dedo donde realmente duele: ofreciendo la oportunidad a nuevos talentos de publicar dignamente y darse a conocer. La existencia de un premio de estas características en nuestro país era una demanda y una necesidad dentro del parco mundo editorial español tan escaso, por otra parte, de premios y concursos y hay que felicitar a una pequeña editorial como Sin Sentido por haber asumido el reto. Me parece sensato que cuenten con el apoyo de una gran superficie como la Fnac para dotar de publicidad al evento y buscar una promoción más allá del endogámico mundillo comiquero que quizás de otro modo sería imposible.
Ahora lo ideal es que el resto de editoriales, muchas de ellas con más medios pero quizás con menos ilusión que Sin Sentido, recojan el guante y convoquen sus propios premios. Sería la mejor noticia posible a lo largo del año para el Cómic español y un síntoma de buena salud.
Ojalá el Premio sea un éxito y esta sea la primera de muchas ediciones.
Si quieren enterarse de las bases y participar aquí pueden bajarse las bases del concurso.

miércoles, 11 de julio de 2007

“Sleeper 2 (o 3 y 4)” de Ed Brubaker y Sean Phillps.



Releyendo la entrada que hace unos meses le dediqué a la primera serie de Sleeper creo que poco más puedo aportar a lo dicho para referirme a la segunda temporada que acabo de terminar de leer.
La segunda serie de “Sleeper”, como el mismo Brubaker apunta en el artículo que se publica al final del segundo tomo (o del cuarto siguiendo la numeración de Norma, vamos), parte con un hándicap de entrada y que suele arruinar tantas series mainstream: la ambición del editor de turno que quiere alargar los beneficios que aporta una serie sin importarle gran cosa si su calidad se va a ver afectada o no. Esto es lo que pasa con “Sleeper”, la serie fue concebida inicialmente por Brubaker en doce números que englobarían la primera temporada pero como se vendieron mejor de lo que cabía suponer Jim Lee y Scott Dunbier decidieron con el beneplácito de Brubaker alargarla una temporada más de otros doce capítulos. ¿Qué pasa? Que la serie se resiente. No mucho, la verdad, porque el guionista en este caso es un Brubaker que cuenta con oficio y capacidad para hacer de “Sleeper 2” un producto entretenido, pero sin la capacidad de sorpresa que tenía la primera temporada.
Si al final de “Sleeper” dejábamos al protagonista, Holden Carver asumiendo que a fin de cuentas no estaba tan mal ser malo tras la manipulación de sus jefes, Lynch y Tao, en esta segunda temporada nos encontramos con que Lynch se ha recuperado del coma en el que se encontraba sumido tras el atentado a su vida (ver “Point Black”) y quiere recuperar a Carver en su lucha contra Tao y su organización criminal ofreciéndole lo único que le puede tentar, la cura para su incapacidad para sentir. Sin embargo, Carver, harto de manipulaciones, decide tirar por la calle de en medio y tratar de jugársela a los dos ayudado por su novia la ambigua Miss Misery. Al final, Carver logra su objetivo y se libra de los dos, aunque no quede muy bien parado.
Si “Sleeper” era un tebeo en el que la historia estaba concebida para mantener en vilo la atención del lector mes a mes acerca de las peripecias de Carver para sobrevivir dentro de la organización de Tao e intentar mantener intacta su personalidad, en “Sleeper 2” esa tensión argumental se pierde en buena medida. Brubaker ya ha mostrado sus cartas al finalizar la primera temporada, por lo que la única solución que encuentra es intentar retorcer un poco más la trama, haciendo que la atención del lector se centre en dos aspectos: averiguar en qué va a consistir el plan de Carver para escapar de la influencia de sus jefes y la complejidad de su relación con Miss Misery, un auténtico bellezón completamente pirado que aumenta su vitalidad conforme más mala es. De este modo, la serie se deja leer y entretiene hasta llegar al descubrimiento del plan de Carver para engañar a sus jefes que en el fondo no deja de ser un plan un poco tonto y que como un auténtico perdedor que es no podía salirle completamente bien. El otro hilo argumental centrado en la relación sentimental de Carver y Misery se resuelve eficazmente a través de un triángulo a tiros en el que también intervine la antigua novia de Carver que deja al pobre compuesto y sin novias. Hasta la conclusión asistimos a una serie de doce números muy entretenidos en los que Brubaker se dedica a hacer sufrir –suponiendo que pudiera, claro- a Carver obligándole a ver como va perdiendo a todos sus seres queridos en una serie de misiones bien resueltas pero que no aportan nada a lo que ya se vio en la primera temporada salvo fastidiar a Carver, el auténtico Ecce Homo de Brubaker (seguro que en el colegio había un chico muy grande que abusaba de él y que se llamaba Holden Carver…).
A nivel gráfico Sean Phillips realiza un buen trabajo, aunque quizás sea un autor demasiado hierático en las escenas de acción, pero el tono oscuro de la serie y la composición de página le viene bien para ocultar sus carencias realizando un trabajo bastante correcto.
Esperemos que a ningún editor avispado se le ocurra la genial idea de despertar a “Sleeper” de nuevo y le dejen dormir en paz que después de 24 episodios se ha merecido el descanso.
Para leer la entrada sobre “Sleeper 1” (o 1 y 2, según Norma) pinchad aquí.

martes, 10 de julio de 2007

“Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay” de Michael Chabon

Si hay una novela recomendable este verano para cualquier aficionado al cómic que haya abjurado orgulloso de leerse un libro sin viñetas o para aquellos lectores que desde su niñez no se han acercado a un tebeo, esta no es otra que “Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay” de Michael Chabon, una obra por la que el autor ganó el premio Pulitzer en el año 2001.
En “Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay” Chabon construye una novela rica, entretenida y variada, en la que entremezcla desde mitos hebreos como el Golem hasta el escapismo, todo ello ambientado en la América de las oportunidades anterior a la II Guerra Mundial y la boyante industria del Cómic anterior al Comic Code, cuando el Cómic parecía llamado a convertirse en un medio de masas y entretenimiento similar al Cine. Pero, sobre todo, es la historia de dos amigos y sus peripecias, Josef Kavalier y su primo Sammy Clay, de cómo evolucionan sus vidas y su amistad. Kavalier es un joven judío que se ve obligado a huir de la Praga invadida por los nazis a Nueva York donde ayudado por su primo y otros parientes intenta reunir el dinero para que sus padres y hermano puedan reunirse con él en América. Josef, que estudio bellas artes en Praga, y Sammy, un apasionado del pulp y los cómics, encuentran el medio para ello a través de la incipiente industria del cómic creando un superhéroe de gran éxito, el Escapista, dispuesto desde sus páginas a luchar contra los nazis y contribuir al esfuerzo de guerra.
En esta novela, un Chabon empapado de las vivencias de genios del medio como Will Eisner, Jack Kirby o Stan Lee realiza un detallado recorrido por la Edad Dorada del Cómic yanqui y la sociedad norteamericana de los años cuarenta, con sus luces y sombras. Chabon construye una novela sólida en la que las peripecias de sus imaginarios protagonistas se entremezclan con un escenario histórico apasionante en el que cualquier cosa podía pasar. El estilo de la novela es sencillo y directo, más preocupado en la narración de las aventuras de sus protagonistas que en excesos estilísticos. Los personajes de Chabon están dotados de una personalidad llena de virtudes y defectos que en parte los humaniza y conquistará a los lectores quiénes devorarán las más de setecientas páginas de la novela y se quedarán con ganas de más.

lunes, 9 de julio de 2007

“La Mazmorra: Después de la lluvia” de Sfar, Trondheim y Blain



Aprovechando la publicación de un nuevo álbum por Norma Editorial vamos a acercarnos a “La Mazmorra”, una de las colecciones europeas que mayor éxito de ventas y críticas está teniendo en los últimos años. ¿En qué radica el éxito de la serie? Por un lado, en la mezcla de fantasía y humor que derrocha en cada uno de sus números y que recuerda bastante a lo que ya comentaba el otro día sobre Pratchett (para mí la influencia más directa de Sfar y Trondheim en la serie) y su Mundodisco; y, por otro, el que se trate de una serie coral, desarrollada a través de varios arcos argumentales distintos que, si bien, permiten disfrutar de la lectura individual de cada álbum y arco con distintos protagonistas y situaciones, se enriquece con la lectura conjunta al entrecruzarse referencias constantes en los argumentos de las distintas series que componen la colección.
“Después de la lluvia” se enmarca dentro de “Amanecer”, el arco argumental en el que se narra el origen de la Mazmorra y protagoniza Jacinto de Cavállere, un atribulado estudiante de día y el terrible justiciero “El Camisón” por las noches. Han pasado varios años de los acontecimientos narrados en el anterior episodio y Jacinto ha heredado la fortuna de su tío convirtiéndose en el hombre más rico de Antipolis, la ciudad más poblada y sucia de la Tierra Amata, pero ha perdido a su esposa, asesinada por su amante Alexandra, lo que le hace caer en una depresión. Victima de un accidente, Jacinto pierde la movilidad de las piernas y mientras es cuidado por Alexandra y el profesor Cormor, las obras del Metro que está socavando los cimientos de la ciudad avanzan a buen ritmo. ¿Podrán impedir Jacinto y sus amigos que el Metro destruya Antipolis? ¿Perdonará a Alexandra? ¿Recuperará el uso de sus piernas? Ya no les cuento más, cómprense el tebeo, hombre.
“Después de la lluvia” ofrece una rica, variada y entretenida lectura en el que para mí es el mejor arco argumental de los que componen “La Mazmorra”. En “Amanecer” Sfar, Trondheim y Blain realizan su personal homenaje a las historias clásicas de justicieros de capa y espada, convirtiendo a Jacinto de Cavállere en uno de los personajes más interesantes de toda la serie. Si en los primeros albumes Jacinto era un joven e ingenuo estudiante perdido en la gran ciudad en este último se ofrece una visión más oscura y adulta del personaje tras los años transcurridos. Es difícil pedirle más a un álbum de 48 páginas. A partir de un comienzo bajo la lluvia – de ahí el título – los hechos se van precipitando y el ritmo se incrementa con lo que el álbum se lee en un suspiro administrando los guionistas las pausas y la acción admirablemente a lo largo de todo el argumento. Mención aparte merece la aportación de Christophe Blain (“Isaac el pirata”), dibujante fijo de “Amanecer”, que realiza una labor gráfica espectacular dejando su impronta y sello de calidad en cada una de las páginas. A través de unos escenarios esbozados y difusos siguiendo la senda que iniciara Blutch en “Mi hijo el asesino” (álbum de la serie “La Mazmorra: Monstruos”), los personajes se mueven con soltura, dejando patente que para este autor, a nivel narrativo, no existe ningún limite y que resulta posible unir experimentación y entretenimiento si se cuenta con el talento para ello. En este álbum Blain usa una paleta de colores más oscura para resaltar el cambio producido en la personalidad de los personajes principales y la decadencia de Antipolis sin necesidad de recurrir a un exceso de textos explicativos y enriqueciendo el guión de Sfar y Trondheim.


miércoles, 4 de julio de 2007

“El Color de la Magia” de Terry Pratchett



Antes de que J.K. Rowling y sus Harry Potters entrarán como elefante en una cacharrería en el género de la fantasía convirtiéndose en un auténtico fenómeno de masas, la fantasía británica tenía un señor indiscutible asentado sobre cuatro elefantes y una tortuga y este no era otro que Terry Pratchett y su serie de novelas sobre el Mundodisco.
El color de la Magia” es la primera de una serie de veintidós novelas (y subiendo) ambientadas en el Mundodisco, un mundo completamente plano, sostenido sobre cuatro elefantes inmóviles que se apoyan sobre el caparazón de una tortuga gigante y en el que Pratchett sitúa a los personajes de sus novelas para poner en entredicho y reírse de los conceptos y situaciones tópicas y típicas de la Fantasía pretendidamente seria entreteniendo de paso al personal.
“El Color de la Magia” está formado por cuatro relatos protagonizados por dos personajes importantes dentro del universo de Pratchett, el mago – por decir algo - Rincewind, incapaz de pronunciar ningún hechizo y buscavidas por profesión, y Dosflores, un ingenuo y bonachón turista sin más ilusión en el mundo que fotografiar todo aquello que se ponga a tiro de su cámara seguido y perseguido allá donde vaya por su fiel e “inofensivo” baúl mágico. Estos Sancho y Quijote en versión pratchettiana son capaces de provocar desastres y desaguisados allá por donde pasan provocando el caos y arrasando ciudades cuán figuras de un juego de rol en un inmenso tablero, llegando incluso a poner de los nervios a la mismísima Muerte.
Pratchett a lo largo de esta novela se divierte parodiando a personajes clásicos de la Fantasía Heroica como el Conan de Robert E. Howard o Fafhrd y El Ratonero Gris de Fritz Leiber y de paso subvertir los cánones del género haciendo que las Espadas Encantadas sean condenadamente pesadas o que los supuestos héroes y protagonistas de sus aventuras sean absolutamente desastrosos y cobardes en un mundo fantástico que, sin embargo, no deja de resultar atractivo e interesante y, en buena medida, un espejo distorsionado de nuestra realidad. Donde otros tardan trescientas páginas en construir un mundo fantástico coherente, Pratchett se despacha en cuatro páginas a través de una imaginación desbordante en lo que prima es la narración y la broma antes que el estilo y el formalismo en una obra que no tiene más fin que el de entretener y hacer pasar un buen rato a quién la lea. Así que ya saben si buscan una lectura ligera para la playita prueben con esta o cualquier otra novela del Mundodisco, seguro que no les desfraudará.

martes, 3 de julio de 2007

“100 Balas: Corrupto”, de Brian Azzarello y Eduardo Risso.



Este último mes Planeta nos ha ofrecido un nuevo recopilatorio de “100 Balas”, la multipremiada serie de Brian Azzarello y Eduardo Risso. El tomo recoge los números 68 al 75 de la edición norteamericana con lo que se han cubierto tres cuartas partes de la serie ya que los creadores anunciaron que la colección finalizaría en su número 100. 75 números y los lectores todavía no sabemos por donde van a ir los tiros (excusen el juego de palabras) de una serie en la que cada vez aparecen más personajes y resulta más difícil colocar las piezas del complicado rompecabezas creado por Risso y Azzarello.
En este último recopilatorio se recogen tres arcos “Sleep, Walter”, “A Wake” y “Amorality Play”. En ellos, asistimos a la muerte del jefe de la familia Nagel y como su desaparición abre un vacío de poder dentro del “Trust”, la poderosa organización criminal que secretamente controla todo. Mientras sus miembros intrigan entre sí en una lucha cruel y silenciosa para hacerse con el control que tendrá como principales víctimas a los herederos de Nagel, Lono se afianza como jefe de los Milicianos y se van activando los últimos Milicianos para el enfrentamiento final entre Graves y el Trust.
En “100 Balas: Corrupto” asistimos a una nueva demostración del talento para la serie negra de la que, probablemente, es una de las mejores parejas artísticas que hay actualmente en el cómic internacional. El éxito de la serie no se podría entender si los guiones secos, duros e irónicos de Azzarello (“Hellblazer” “Batman”) no fuesen ilustrados por los sabios lápices del argentino Eduardo Risso (“Parque Chas”, “Caín” “Chicanos”) un dibujante que bebiendo de las enseñanzas de grandes del cómic argentino como José Múñoz (“Alack Sinner”) es capaz de dotar de una riqueza a la composición de página al alcance de muy pocos. De este modo, Risso añade sordidez y sensualidad a las tramas planteadas por Azzarello desarrollando pequeños dramas mudos y cotidianos que son observados por los fríos y duros personajes que pueblan el cruel universo de “Cien Balas”. Azzarello desarrolla sus historias en dos escenarios bastante diferentes, los suburbios, clubs de alterne y bares de perdedores que frecuentan los antiguos milicianos, y el mundo de lujo en el que viven los jefes de las Familias del Trust. Azzarello se mueve como pez en el agua a través de unos diálogos secos y sin cortapisas pero sorprendentemente creíbles que recuerdan a los grandes del género negro como Raymond Chandler o Dashiel Hammett, modernizando el género sin dejar por ello de ser fiel a sus principios.
El planteamiento inicial de la serie ha evolucionado desde el maletín con 100 balas indetectables que Graves ofrecía en los primeros números a una historia de conspiraciones secretas y venganzas. Sin embargo, los seguidores veteranos de la serie debemos sufrir al haberse alcanzado prácticamente la periodicidad norteamericana (actualmente el último número aparecido en EEUU es el 83) y a la irregularidad en la aparición de nuevos episodios por lo que tendremos que esperar otro año para la aparición de un nuevo recopilatorio, con lo que resulta bastante complicado realizar una lectura continuada de la serie y poder hacer un análisis global. Más sencillo lo tienen los nuevos seguidores que pueden engancharse con la nueva edición que está haciendo Planeta de dos números yanquis mensuales desde hace algún tiempo y podrán asistir al final de la misma al tiempo que el resto.

lunes, 2 de julio de 2007

“Shrek tercero”: Por favor, que lo depongan ya.



Por un problema con el proveedor de Internet no he podido conectarme hasta ahora, pero una vez resuelta la incidencia aquí les dejo unas reflexiones sobre la última película de la saga “Shrek”.
Shrek Tercero” nos devuelve de nuevo al Reino de Muy, muy Lejano, donde Shrek y Fiona, los ogros enamorados, realizan tareas de regencia ante la enfermedad del padre de Fiona, el Rey Sapo. Cuando el Rey Sapo muere, Shrek debe partir junto a sus fieles Burro y Gato a la búsqueda de su heredero, un joven y torpe Artie Pendragon, dejando a la embarazada Fiona al cargo del reino. Su ausencia es aprovechada por el Príncipe Encantado para conquistar el reino ayudado por los personajes malvados de los cuentos. A su regreso, Shrek pone las cosas en su sitio para regresar a su añorada ciénaga y asumir su paternidad.
En “Shrek Tercero” asistimos al final de un clásico moderno del cine de animación, una franquicia que da patentes muestras de agotamiento. Si con “Shrek” y “Shrek 2” la parodia y el humor inteligente eran capaces de atraer a los adultos más incluso que a los niños a las que se suponía estaban destinadas, en “Shrek Tercero” se pincha completamente en hueso, con una película apresurada en la que los gags carecen del ácido humor que caracterizaba las anteriores entregas y que aburre más que entretiene. La falta de originalidad es la característica fundamental de esta película que debería haberse cuidado algo más por parte de los guionistas y productores de DreamWorks. La película carece de ritmo y todo su desarrollo es deslavazado e inconexo. Los personajes nuevos carecen del encanto y la mala leche de los habituales de anteriores entregas y a estos ya les tenemos bastante vistos. Es una lástima que un planteamiento que en un principio debería haber dado mucho juego, la paternidad de Shrek, sea resuelto tan mal. Shrek pasa de estar preocupado a estar encantado con la situación sin un mal gag que arranque una sonrisa.
En fin, una película de la que se sale con un encogimiento de hombros y con la sensación de haber asistido a la muerte de un viejo amigo. Ya saben, si quieren seguir divirtiéndose con Shrek vuelvan a ver en DVD las dos anteriores partes.
Si a pesar de esta entrada todavía tienen curiosidad les dejo aquí un enlace al sitio oficial de la película. Ustedes verán…

viernes, 29 de junio de 2007

“Naruto versus Don Miki”, ¿Quién ganará?



La mayoría de ustedes ya estarán enterados desde hace unos días de que Planeta DeAgostini se ha hecho con los derechos de los cómics Disney en España, pues era una noticia relativamente esperada y que Planeta confirmó esta semana en su página web siendo, además, debidamente publicitada en la blogosfera tebeil, despertando la ilusión de los ya talluditos aficionados que recuerdan con añoranza sus tiempos de lectores del “Don Miki”, “Dumbo”, “Jóvenes Castores” y demás. Estos mismos lectores en sus comentarios demuestran su interés por la recuperación de los grandes nombres clásicos de los cómics Disney (Gottfredson, Carl Barks , Rosa, etc.) en cuidadas ediciones integrales. Me parece muy bien y yo también secundo su deseo. Sin embargo, temo que el interés de Planeta por publicar estos títulos no tiene tanto que ver con satisfacer los deseos de sus lectores más fieles como más bien intentar buscar nuevos clientes entre un público joven que ahora mismo se le está escapando, ya que se siente más atraído hacia los mangas tipo “Naruto” o “Bola Dragón” que hacia los clásicos Disney recordados por sus padres. ¿A dónde quiero ir a parar con todo esto? Que el fondo de Disney es muy amplio y Planeta lo que va a priorizar – imagino - es el material más reciente, aquél protagonizado por los personajes de las últimas películas Disney (“Toy Story” o “Los Increíbles”) que los críos reconocen sobradamente y recuperar las historias de Miki más recientes realizadas por autores italianos (ojo, no digo que estas historias sean malas pero a lo mejor no son las que esperan la mayoría). De hecho, las dos novedades que anuncia Planeta van en esa línea:
Alias”, basada en la popular serie de televisión, y el manga de “Pesadilla antes de Navidad”, quedando también anunciada para un futuro incierto una línea de clásicos de “Don Miki”. Así que tranquilo el gallinero que los clásicos que todos queremos ver publicados probablemente no van a llegar pronto y tendremos que continuar esperándolos un tiempo.
(Todo ello no quita para que debamos felicitarnos porque la oferta de cómics publicados aumente y que se llene el tremendo hueco que ha dejado durante años la falta de publicación de los cómics Disney en España).

jueves, 28 de junio de 2007

“Tonto, muerto, bastardo e invisible” de Juan José Millás



No, no se crean que me he levantado levantisco y con ganas de insultar a todo el planeta empezando por ustedes, sino que se trata del último libro que he leído en mis tranqueteos matutinos en el metropolitano de Madrid en variopinta compañía. “Tonto, muerto, bastardo e invisible” no es lo último de Juan José Millás (creo que lo último es “Laura y Julio”, que todavía está pendiente) pero sí se trata de una buena muestra del universo particular de este autor, uno de los más originales y personales de los que publican actualmente en España.
“Tonto, muerto, bastardo e invisible” se publicó en 1995 y en esta novela Millás narra la historia de Jesús, un atribulado director de Personal de una importante papelera del sector que de la noche a la mañana se ve en el paro a causa de las prácticas socialdemócratas y, a partir de esta interesante premisa, que en la pluma de otro escritor menos talentoso sería carne de melodrama, Millás construye una novela divertida y entretenida en la que la locura del protagonista se convierten en el motor de la narración. Así desde la primera persona de Jesús, el protagonista, vemos como este va construyendo un mundo paralelo a la realidad (¿o quizás más real que en el que nos movemos los cuerdos?) en el que su imaginación y frustraciones infantiles se convierten en su razón de vivir. Jesús abandona su tranquila vida cotidiana de padre de familia y la aburrida “normalidad” para convertirse en un héroe en busca de sus padres verdaderos.
En esta novela Millás muestra una vez más su gusto por la novela psicológica aderezada de elementos surrealistas y fantásticos, de una manera que me recuerda poderosamente, y salvando las distancias, a las novelas de Boris Vian (“Que se mueran los feos”, “El lobo hombre”) en la que la cotidianeidad y el mundo acelerado en el que nos movemos se convierten en objeto de crítica a través de la mirada alucinada de sus personajes. Probablemente “Tonto, muerto, bastardo e invisible” no sea la mejor novela de Millás. Se trata de una novela irregular en la que la estructura se resiente como consecuencia de la enorme cantidad de ideas y propuestas que nos plantea el autor. Geniales resultan los cuentos que Jesús le cuenta a su hijo sobre Olegario, o la tórrida relación que mantiene con la china del “sex shop” pero en las fantasías del protagonista hay un momento en que el lector se encuentra perdido en medio del juego de Millás. No importa, porque cualquier novela de este hombre siempre es una oportunidad de leer algo diferente, que sugiere con humor e ironía lo absurdo de nuestra existencia y valores, en una apuesta contracorriente del realismo ramplón que tan de moda está hoy en día. Una novela que no le da todo hecho al lector y desde su gusto por lo simbólico le ofrece una oportunidad para la reflexión sin que deba aburrirse por ello.
Ya saben, si quieren disfrutar de literatura inteligente y divertida, busquen la obra de Millás en sus librerías o en los kioscos, que este hombre lleva años escribiendo los viernes una columna semanal en “El País”.

martes, 26 de junio de 2007

“Período Glaciar” de Nicolas de Crécy



Hará cosa de un año Ponent Mon nos trajo “Período Glaciar”, la última obra publicada de Nicolas de Crécy, un autor que ya se había dado a conocer en España con “León de Came”.

Período Glaciar” arranca como una historia de ciencia ficción de corte clásico para convertirse en un delirio en el que la imaginación, el humor y el arte copan y se sobreponen sobre la historia inicial de una manera bastante diferente a la que el lector podría imaginarse en principio. Crécy sitúa la acción en un futuro incierto a miles de años de nuestro presente en el que Europa se ha convertido en un continente helado en el que la nieve condiciona la vida de los seres humanos. Un grupo de arqueólogos se encuentra en plena expedición intentando descubrir cualquier indicio de la vida de sus antepasados (nosotros) para lo que utilizan el superdesarrollado olfato de unos híbridos genéticos, cruce de perros con cerdos que, curiosamente, poseen la capacidad de hablar y reciben el nombre de los antiguos héroes de la Marvel, como Hulk o Spiderman. Precisamente, el ¿perricerdo? Hulk descubre un acceso al museo del Louvre y, junto al resto de los miembros de la expedición inicia su exploración. A partir de este punto “Período Glaciar” se convierte en un curiosa y surrealista confrontación entre las interpretaciones que los modernos exploradores hacen de los objetos y obras de arte que van encontrando y las interpretaciones que realizan las mismas obras de arte, animadas por la imaginación de Crécy, acerca de esos extraños personajes que, después de tanto tiempo, invaden su hogar.

Crécy escribe una obra de calidad sorprendente que no será del gusto de la mayoría de los aficionados pero que, sin duda, a aquellos aficionados al arte les hipnotizará y cautivará. Crécy desarrolla una obra llena de ironía y humor a través de las divagaciones de Hulk, el verdadero nexo de unión entre las dos claras y definidas partes en las que Crécy estructura la historia, demostrando, además, que conoce perfectamente el Louvre y sus colecciones, dotando de protagonismo tanto a las obras inmortales que a cualquiera le pueden venir a la memoria como pequeñas joyas que muchas veces al turista le pasan desapercibidas ante tanta belleza acumulada.

Período Glaciar” es una obra coeditada en Francia por el Museo del Louvre y puede adquirirse en su librería por lo que imagino que debe ser una obra de encargo para la promoción del Museo. Si efectivamente es así, Crécy ha sido capaz de ir más allá de la mera catálogación fácil de obras de arte para crear una historia con momentos excelentes llenos de belleza y fantasía, arriesgada e innovadora, demostrando que es posible realizar obras personales incluso desde los trabajos de encargo.

Si les gusta el arte y no pueden visitar próximamente el Louvre, aprovechen y háganse con “Período Glaciar”. Les gustará o no, pero lo que es seguro es que no les dejará indiferente.

lunes, 25 de junio de 2007

“La Leyenda del Navegante” de Rafael Marín



Ya saben ustedes que Rafael Marín es un escritor admirado por estos lares por bastantes cosas, entre las que no es la menos importante su gusto por el género fantástico, la ciencia ficción y los cómics más allá de los vaivenes de la moda y el gusto consumista.
Hoy voy a escribir acerca de “La leyenda del Navegante”, una novela, de “fantasía renacentista” en palabras del autor, que ya vio la luz hace quince años en tres entregas y que el año pasado publicó Minotauro en un tomo unitario tal y como el autor la concibió inicialmente.
En esta obra Marín nos relata las peripecias de Salther Ladane, el capitán de “El Navegante”, príncipe que por amor a la aventura renunció a un trono y se convirtió en pirata y comerciante, junto a Taileisin, una intrépida marinera de armas tomar oriunda de Crisei, la más pujante ciudad del Mar de las Espadas. Salther es un héroe predestinado a acabar con la magia del mundo y a través de la narración de Taileisin somos participes de cómo se cimienta su leyenda.
Marín construye con humor e inteligencia una novela de fantasía atípica, llena de referencias y homenajes en la que sus personajes se convierten en el contrapeso racional a los fantásticos peligros que el Mar de las Espadas esconde y, a base de ingenio, sortear las tribulaciones en las que se ven envueltos. Las referencias confesas de Marín por el cine, la literatura y el cómic resultan más que evidentes. De este modo, el personaje protagonista, Salther, es una mezcla del Errol Flynn más aventurero de las películas de piratas de los cuarenta y del “Principe Valiente” de Foster. Un antihéroe que a base de ingenio es capaz de escapar de las situaciones más apuradas sin desdeñar por ello el combate, y la relación que mantiene con su mujer la encantadora y arisca Taileisin recuerda a la que mantienen desde hace años Valerian y Laureline. Es este gusto por la inteligencia y el recurso ingenioso para escapar de las penalidades lo que más me ha gustado de esta novela frente a la tendencia acusada y facilona en el género fantástico de solucionar cualquier conflicto con una batallita en la que el héroe de turno haga gala de su testosterona y el autor de su escasez de ideas. “La leyenda del Navegante” es una novela original que se aleja de los caminos más trillados de la fantasía heroica para buscar nuevas vías sin dejar por ello de renunciar a cierto clasicismo y es de agradecer el esfuerzo que realiza el autor a lo largo de las más de quinientas cincuenta páginas de la obra de construir una novela personal y del gusto de todos los públicos. Marín en esta novela lleva su estilo de escritura a un barroquismo exagerado repleto de diálogos grandilocuentes que casan bien con la atmósfera de la obra en los que se intuye que ha disfrutado tanto escribiéndola como yo leyéndola. Así que ya saben no la dejen pasar y enrólense en la tripulación de “El Navegante”. Seguro que no se arrepentirán.
Otras obras de Rafa Marín en “El lector impaciente” aquí.

sábado, 23 de junio de 2007

“Las Olivas Negras 1” de Guilbert y Sfar.



Parece que desde hace dos semanas en casa somos incapaces de tener un sábado tranquilo como cualquier hijo de vecino trabajador para dedicarlo al goce del rencuentro ininterrumpido con la almohada sin la condena del despertador y el consabido madrugón.
Este sábado nos hemos metido en la aventura de la instalación del aire acondicionado en previsión de los calores con los que nos amenazan a diario los meteorólogos y que este año parece que no llegan. A medio día ya estaba terminada la instalación sin embargo la casa la teníamos completamente patas arriba e invadida por un polvo rojizo y pesado que calaba en los bronquios y congestionaba nuestra respiración. Armados de escoba, fregona y aspiradora nos enfrentamos a nuestro enemigo y tras más de cinco horas de desigual lucha al fin nuestro esfuerzo ha tenido su recompensa y hemos dejado la casa como los mismísimos chorros del oro (¿de dónde vendrán estas frases hechas?). Sin embargo, el esfuerzo ha sido tremendo, nuestros cuerpos extenuados exigían su ración de descanso y su encuentro aplazado con la cama. Sin embargo, yo no puedo acostarme sin dejar de comentarles mi último gran descubrimiento: “Las olivas negras” de Guilbert y Sfar.
Emmanuel Guilbert (“La guerra de Alan”, “El fotógrafo”) y Joann Sfar (“La Mazmorra”, “El gato del rabino”,etc) nos ofrecen un verdadero soplo de aire fresco (no acondicionado) en el mundo de la Bandée Desinée a través de una hermosa parábola sobre el antimilitarismo y la religión hebrea, dos temas recurrentes en la obra de estos autores. La historia se ambienta en la Judea de hace dos mil años dominada por los romanos en la que el movimiento de los zelotes parece la única alternativa de resistencia. Un padre y su hijo pequeño acuden al Templo en Jerusalén para realizar el tradicional sacrificio de la Pascua. Sin embargo, se ven envueltos en un altercado y son separados por los romanos que consideran al padre un alborotador peligroso al que buscan mientras retienen al niño. El padre logra rescatar a su hijo y acompañado por la joven Tsiporah y los desertores romanos Camulos y Cotus intentan escapar juntos de la ciudad pero al ser descubiertos los hechos se precipitan (¿no pensarían que les iba a contar toda la historia, verdad?).
Sfar en este primer tomo de “Las olivas negras” realiza probablemente uno de sus mejores trabajos hasta la fecha. A través de una historia cargada de sensibilidad, humor e imaginación se pregunta acerca de las paradojas de su religión con momentos impagables como el diálogo entre el padre y el hijo acerca del sacrificio de Abrahám o la circuncisión de Camulos y Cotus en el campamento zelote. En ocasiones a través desde los ojos ingenuos del niño o a través de la sorpresa de los extranjeros Camulos y Cotus, Sfar deja preguntas abiertas sobre las paradojas del judaísmo, unas paradojas que hoy como hace dos mil años continúan vigentes. Son preguntas sin respuesta en la que el autor no se decanta por ningún posicionamiento dejando las respuestas a la reflexión del lector.
Mención aparte merece el trabajo gráfico de Guilbert, un autor en el que a través de un aparente clasicismo demuestra un conocimiento del medio y un dominio de la narración gráfica sobresaliente. Guilbert es capaz de encauzar a través de una narración contenida el aluvión de ideas de Sfar administrando los tempos de la historia con maestría única. Guilbert nos hace observadores a través de estudiados planos intermedios de las peripecias de los personajes con una construcción de página a seis viñetas soberbiamente aprovechada. Guilbert es capaz de desarrollar a partir de estas premisas escenas llenas de dramatismo, como las de el altercado en el Templo, humor, como las conversaciones de mujeres en el campamento zelote, y ternura, en la relación padre e hijo
Pocos autores son capaces de contar tantas cosas y tan bien contadas en tan sólo cuarenta y ocho páginas y pocas veces he leído un cómic tan medido e inteligente para aunar reflexión y diversión dejando pendiente en el entrañable “continuará…”, tan perdido hoy en día en el Cómic, las ganas de seguir disfrutando de la peripecia de unos personajes tan sabiamente construidos.
Esperemos que Kraken Ediciones no se demore mucho en la publicación de los dos tomos que completan la serie y siga demostrando tan buen criterio como hasta ahora a la hora de recuperar grandes obras del cómic europeo.
Me voy a la cama que estoy roto. Eso sí, con aire acondicionado.

jueves, 21 de junio de 2007

¿¿Barha Party?? ¿¿¿Pero esto qué es???


Pues es una fiesta organizada por los abnegados voluntarios y colaboradores de Mundo Cooperante (ahí a la derecha tenéis un bonito “banner”) en colaboración con el programa “New Light” para recaudar fondos a favor de las familias marginadas del barrio rojo de Kaligath en Calcuta, uno de esos sitios pobres que nos parecen tan ajenos a los afortunados occidentales donde la miseria más absoluta convive con la alegría de vivir más absoluta y que la mayoría hemos conocimos por “La ciudad de la Alegría” de Dominique Lapierre .
El programa “New Ligth” pretende la creación de una serie de centros de acogida para que los hijos de las prostitutas reciban asistencia médica, alimento y protección. Se trata de dar una oportunidad a las hijas de las prostitutas para que puedan salir de la condena a la que se verán inmersas de adultas: convertirse en prostitutas como sus madres.
La Barha Party tendrá lugar el próximo 30 de junio en Aranjuez (Madrid), más concretamente, en la finca “Los Pinos”, a unos treinta minutos de la capital. La entrada / donativo es tan sólo de 20 euros y por tan módica cantidad se podrá disfrutar de música en directo, dj’s, proyecciones, barbacoa, barra libre, comida vegetariana, danza, humor, mercadillos de comercio justo, exposiciones, actividades infantiles, sorteos, subastas y fuegos artificiales. El modo de adquirir las entradas por Internet es a través de info@mundocooperante.org, aunque también hay otros medios que se indican en la página de la fiesta.
Ustedes hagan lo que quieran pero tengan en cuenta que por el precio de un cómic o un libro que quizás nos vaya a defraudar se puede hacer una buena acción. Siéntanse superhéroes por un día y pásense por la Barha Party (o háganles un donativo si no pueden o les da pereza).

Si quieren saber más sobre la Barha Party pinchen aquí.
Si quieren saber más sobre la vida de los cooperantes y el barrio de Kaligath lean esto.

miércoles, 20 de junio de 2007

“Gotham Central 5: la muerte de Robin” de Rucka, Brubaker, Kano y Gaudiano



Con un poco de retraso vamos a ocuparnos del penúltimo tomo publicado por Planeta de la serie “Gotham Central”, en concreto el que engloba los números 33 a 36 de la numeración americana y el arco titulado “La muerte de Robin”:
¿Qué pasa en EEUU cuando una serie baja alarmantemente sus cifras de venta y ya no resulta rentable para la editorial? Cerrarla, obviamente, pero antes se le suele dar una oportunidad a los guionistas para que la intenten reflotar de la mejor manera que se les ocurra y si estos no tienen tiempo o ideas la opción más socorrida es “matar” a uno de los protagonistas principales. Por esta opción es por la que se decantaron en estos números Brubaker y Rucka, matando a Robin, el chico maravilla, el compañero infatigable de Batman. De este modo, en el primer número del arco y la portada se nos mostraba a un Robin roto caído en el suelo al que le salía sangre por la cabeza y rodeado de policías. Los detectives de la UCM de Gotham no saben si están ante el verdadero Robin o no, dado lo esquivo del personaje, e inician la investigación para tratar de aclarar el homicidio con dos focos de sospecha principales, los enemigos del Hombre Murciélago y el propio Batman. La investigación parece encontrarse en un punto muerto para los policías de Gotham tras el interrogatorio a los Titanes, incapaces de determinar si el cadáver aparecido es o no Robin y la aparición de un segundo Robin no les facilita las cosas. Finalmente, logran encontrar un sospechoso en la figura de Simon Lippman, un periodista aparecido anteriormente en otros arcos argumentales de la serie, pero el caso se resuelve de la manera más sorprendente posible.
“La muerte de Robin” no deja de ser una historia entretenida y bien desarrollada aun cuando la forma de resolverla sea un poco apresurada y fácil. Sin embargo, a la historia le falta la tensión dramática que fue el sello de la colección en sus primeros números por un motivo fundamental: el lector cuenta con más información que los detectives ya que sabe que Robin no ha muerto y los asesinados no pueden ser él. La búsqueda de realismo resulta patente y no se puede negar la habilidad de los guionistas para hacer que los planteamientos de los detectives en su investigación resulten lógicas y sus diálogos plausibles. En el aspecto gráfico, destaca la vuelta a los lápices del español Kano (“Superman Action Comics”, “Hero”) tras su colaboración entintando el tomo anterior junto a Gaudiano. Sin embargo, Kano hace un trabajo muy marcado por la referencia de Michael Lark y no acaba de aportar el grado de originalidad que puede esperarse de él.
Tras esta historia Brubaker abandonó la serie quedando Rucka al frente del guión en el último arco argumental del que me ocuparé próximamente. Sigan atentos.
Para leer anteriores entradas relacionadas con “Gotham Central” pincha aquí.

martes, 19 de junio de 2007

Tribulaciones en Verona

El anterior fin de semana, por motivos de trabajo de mi señora (perdón, de mi pareja), viajamos a la evocadora ciudad de Verona con la idea de disfrutar de un romántico fin de semana en la ciudad de Romeo y Julieta aprovechando la oportunidad antes de enfrentarnos a la dura realidad diaria.
El planteamiento era excelente pero empezó a torcerse el mismo viernes de nuestra partida cuando en el mostrador de facturación una bella y displicente azafata de Alitalia nos indicó que nuestro vuelo venía con retraso debido a la climatología e íbamos a tener el tiempo justo para realizar la conexión Roma-Verona. “¿Qué hacemos?” la exhortamos cuán oráculo pues, previamente, nos había indicado que por mal tiempo Alitalia no reintegra el billete si no se viaja. “Todo el mundo se arriesga”, sentenció desde su bella displicencia, impaciente al otear la cola que se formaba a nuestras espaldas. Esperanzados en su vaticinio y tras pagar el consabido tributo en forma de maleta, embarcamos rumbo a Roma. El viaje se dio bien, teníamos viento de cola y un piloto arrojado dispuesto a batir todos los “records” a su alcance cuán pionero aéreo. Llegamos a Roma a tiempo para enlazar con el avión a Verona pues, además, el vuelo a Verona se había retrasado. Sin embargo, cuál no sería nuestra sorpresa cuando al llegar al mostrador de Alitalia para solicitar la tarjeta de embarque un atribulado azafato con un parecido asombroso con el protagonista de “Doctor en Alaska” nos indicaba que por “overbooking” no podíamos volar ya que en nuestras plazas habían recolocado a todos los retrasados de los vuelos anteriores. Compasivamente, Alitalia nos ofrecía volar en el primer avión a Verona del día siguiente y a hospedarnos en un hotel durante esa noche. Juramos y perjuramos en arameo y latín contra todo el panteón romano, la sacerdotisa del embarque, el doctor en Alaska y los mafiosos de Alitalia sin lograr más que la mirada de conmiseración. Inasequibles al desaliento pero vencidos sin haber librado batalla, todos los pasajeros víctimas de las prácticas ilegales de la compañía desfilamos cabizbajos hacia los tres autocares, TRES, que la compañía fletó para llevarnos a un hotel en medio de ninguna parte de Roma.
Sin maleta, nuestro gozo ya se encontraba en un pozo profundo y nuestro romanticismo inicial se había evaporado por una sensación de cabreo profundo y rabia contenida que nos capacitaba para emular las hazañas del Gran Capitán. En el hotel, por mediación de Madrid, conseguimos contactar con el hotel veronés y asegurarnos que nos mantenían la reserva y hundidos, a las tantas de la madrugada, nos dejamos vencer por el cansancio.
Con los maitines y el desayuno en la boca, nos pusimos de nuevo en pie al día siguiente y partimos esperanzados hacia Fiumichino. ¡Por fin íbamos a llegar a Verona! Todavía tendríamos un día para recorrer la ciudad y disfrutar del amor, de sus paisajes y gastronomía tras un rápido cambio de ropa y un aseo merecido en el hotel… Sin embargo, la realidad de Alitalia y sus prácticas mafiosas nos guardaba una nueva sorpresa. “No package”, nos espetó cuán una sentecia siciliana un barrigudo empleado en el aeropuerto de Verona. La mitad de las maletas del pasaje se habían perdido… No, no puede ser… No puede pasarnos esto… Sin embargo los hechos nos golpeaban de nuevo con toda la crueldad que la desorganización y caóticas prácticas de las que Alitalia había demostrado ser capaz. Señores y señoras, la maleta no apareció hasta el domingo por la mañana. Casi lloramos de felicidad.
No les aburriré con nuestra estancia en Verona. Eso queda para nuestra privacidad y la de los amigos que nos hicieron amablemente de cicerones. Simplemente comentarles que la ciudad merece la pena más allá del falso balcón de los falsos Romeo y Julieta y es perfectamente visitable en un día. No dejen de entrar en la Arena ni en el Duomo. Quizás no tan espectaculares como los de Roma o Florencia pero con un encanto especial. Probablemente, ese sea lo más destacable de la ciudad: su encanto y la tranquilidad que se respira en sus calles, no tan abarrotadas de turistas como otras ciudades italianas.
Tampoco les contaré nada de mis tribulaciones a la vuelta porque aunque también las viví no fueron nada frente a las anteriores y ya tenía costra formada. Será otra historia para otra ocasión.
Ahora a mí me toca empezar a reclamar a Alitalia unas indemnizaciones que probablemente nunca veré y a ustedes empezar a fantasear con viajar a Verona. Eso sí, si se deciden, no viajen con Alitalia.

lunes, 18 de junio de 2007

“Ideas negras” de André Franquin.



¿Las enfermedades de los genios influyen en su percepción del mundo? ¿Artistas como Van Gogh, Tolouse Lautrec o Goya hubieran pintado sus obras si no hubieran pasado por períodos de locura y depresión? Los científicos parecen confirmar ahora lo que sus admiradores ya intuíamos y resulta un tanto agridulce pensar que gracias a sus padecimientos nosotros podemos regocijarnos en la contemplación de sus pinturas.
Todo esto viene porque esta reflexión es perfectamente aplicable a uno de los más grandes Genios (sí, con mayúscula) que ha dado el cómic europeo y a, probablemente, la mejor de sus obras. Se trata de André Franquin y sus “Ideas Negras”.
Franquin cuando empezó a dibujar en 1977 en el suplemento “Le Trombone Ilustré” de la revista “Spirou” era ya un artista consagrado y ampliamente reconocido como el creador de “Tomas el Gafe” y el gran revulsivo de “Spirou y Fantasio”, sin embargo no era feliz. De carácter reservado y perfeccionista hasta lo obsesivo, Franquin se encontraba sumido en una depresión que marcó completamente esta obra Las “Ideas Negras” están alejadas tanto en su contenido como en su continente de sus anteriores trabajos pero de alguna manera lo complementan y completan. En “Ideas Negras” la infelicidad y el progresivo pesimismo de Franquin encontraron su cauce ideal de expresión a lo largo de las 65 historias que forman la serie, historias a una página en las que el autor, a través de un humor negro descarnado y sin concesiones, pasó revista a todos los miedos y miserias de su tiempo: los abusos de los poderosos, el egoísmo, la ambición, el miedo al holocausto nuclear, la pena de muerte… A través de unos pocos trazos Franquin levanta lúcida denuncia de los horrores grandes y pequeños a los que se enfrentaba – y se enfrenta – el hombre contemporáneo. Porque esa es otra de las grandezas de “Ideas Negras”: por desgracia no pasan de moda. Su temática es tan actual como lo era hace treinta años y el lector no puede dejar de esbozar una sonrisa nerviosa al releerlas y verse reflejado en muchas de ellas. Pero esta serie de historias no sólo tienen en común su temática sino que también a nivel estético cuentan con similitudes ya que Franquin en su concepción quiso homenajear a un dibujante del “Saturday Evening Post” que realizaba sus ilustraciones únicamente a través de siluetas negras De este modo en estas historias el negro y el blanco lo llenan todo siendo cada una de ellas un “más difícil todavía” en el que Franquin deja gala de toda su genialidad dotando de personalidad y dramatismo únicos sus historias y siendo palpable una evolución en su estilo evidente de las primeras a las últimas. Cuando Franquin superó su depresión en 1982, dejó la serie y se dedicó a otros proyectos. Sin embargo, su obra nunca llegaría a alcanzar las cotas anteriores y se dedicó a trabajos menores.
Las “Ideas negras” se recopilaron en dos volúmenes que la editorial Dolmen unificó en uno para su edición en España en 2003. Esta vez no puedo dejar a ninguno de ustedes a animarles que lo busquen, le echen una ojeada y se lo lleven a su casita para disfrutar de una obra única y sorprendente. Parafraseando al protagonista de la última idea negra de Franquin “el que quiera que me siga” en admirar esta obra. Espero que a mi se siga alguien más que a él…

jueves, 14 de junio de 2007

“Choque de Reyes” de George R.R. Martin (“Canción de Hielo y Fuego 2”)


Releyendo la entrada que publiqué por aquí sobre “Juego de Tronos”, el anterior volumen de “Canción de Hielo y Fuego”, sólo puedo confirmar que la mayoría de las cosas que escribí en su momento al respecto son aplicables a “Choque de Reyes”.
En “Choque de Reyes”, Martin no se aparta del guión prestablecido y sigue la pauta marcada en su anterior novela que tan buenos resultados le dio, sabedor que ha dado con una fórmula para hacer literatura de fantasía “adulta” con la que conectar con un amplio espectro de público que encuentra en sus novelas cargadas de hechos, referencias y acción un divertimento excelente.
En esta la segunda novela del ciclo, Martin se muestra como un autor con las ideas muy claras y un proyecto definido, en la que ningún personaje por importancia aparente que pueda tener en la trama, resulta imprescindible. Esta es la grandeza sin duda de una obra en la que el reparto coral de personajes hace que estos sean desarrollados por igual por el autor lo que le permite mantener abiertos varios arcos en los que cada uno de ellos es el protagonista, al tiempo que la trama principal avanza enriquecida dejando hechos paralelos en el tiempo apenas esbozados a la imaginación del lector. Al profundizar de este modo en los personajes y sus motivaciones el maniqueísmo lastrante del género se rompe logrando una saludable y “adulta” (ya salió otra vez la palabrita) ambigüedad moral en las reacciones y actitudes de los personajes que los hace cercanos al lector que sufre y padece prisionero en la diabólica trama dispuesta por Martin, incapaz al mismo tiempo de dejar de devorar las páginas para saber más de las penalidades que el destino depara a su personaje (o personajes) favorito. De este modo, en esta segunda novela personajes secundarios en la primera, como Theon Greyjoy, o novedosos, como Davos Seaworth, se unen al elenco de “Juego de Tronos” para convertirse en los narradores de los hechos desde los bandos Greyjoy y Baratheon., añadiendo más referencias, lugares y personajes a la ya complicada trama política en la que se encuentra imbuido el Reino de Poniente mientras que la magia regresa paulatinamente al mundo desde el Norte y el Este.
Probablemente, el quid de la cuestión será comprobar hasta que punto es capaz Martin de seguir con su huida hacia delante en el desarrollo de esta enorme bola de nieve que está creando y saber si podrá desenvolver la enorme madeja que está liando. Hasta ahora, el autor ha dado notables muestras de su capacidad y parece tenerlo todo bien atado sin embargo el parón en la publicación tanto en Estados Unidos como en España (¿Para cuándo Gigamesh publicará el cuarto tomo? Llevan más de un año traduciéndolo) me hace temer que Martin esté en un atolladero y quizás no sea capaz de seguir añadiendo madera a la locomotora de la serie. Habrá que seguirlo atentos.