viernes, 9 de abril de 2010

“Northlanders 2: La cruz + El martillo”, de Brian Wood y Ryan Kelly.


Nueva entrada de la serie de Vikingos del sello Vertigo que reúne los números 11 a 16 de la serie regular – los números 9 y 10 se incluyen en el tercer tomo en la edición americana--, que recoge un nuevo arco argumental más salvaje y sangriento si cabe que el anterior.

En los territorios conquistados por los vikingos de la Irlanda del siglo XI, asistimos a una mortal caza del hombre en la que un grupo de vikingos capitaneados por el implacable e inteligente Ragnar Ragnarsson persiguen a Magnus, un desquiciado guerrero irlandés dispuesto a derramar sangre vikinga allá por donde pase en un intento de fomentar la rebelión contra el invasor, mientras protege a su hija que viaja con él. ¿Se sublevarán los irlandeses? ¿Atrapará Ragnar a Magnus o el cazador será cazado? Tendrán que leerse el tebeo para averiguarlo.

Entretenido divertimento el que nos ofrecen Brian Wood y Ryan Kelly en este nuevo arco argumental cuyo mayor interés se encuentra en disfrutar de la habilidad gráfica de Kelly un dibujante que me ha sorprendido por su fluidez narrativa y capacidad para plasmar la crueldad y salvajismo de las luchas medievales. Wood escribe un guión bastante flojo y poco creíble en el marco de un hecho histórico real –los sucesivos asentiamientos vikingos en Irlanda desde el siglo IX- que sirve únicamente para permitir que Kelly despliegue todo su arsenal de recursos. Wood parece haberse basado en “El lobo solitario y su cachorro” para establecer la relación entre Magnus y su hija en una historia que no sorprende ni tan siquiera en el giro final resuelto de una manera bastante absurda, dejando una sensación de “ya leído” bastante decepcionante. El enfrentamiento psicológico entre Magnus y Ragnar resulta nulo, siendo este último caracterizado como una especie de Grisson escandinavo cuya relación con el rey de Irlanda al que informa de sus progresos – lo que sirve al tiempo para contextualizar la obra introduciendo como subtrama los preparativos de aquel de la Batalla de Clontarf que supuso el inicio del fin de la ocupación vikinga (lo que por desgracia no se aclara en el cómic ya que hubiera ayudado a reforzar el paralelismo entre ambas)- resulta confusa, tratándole a veces de hermano (¿?) y otras de amigo (¿?). Wood adapta el vocabulario de los personajes a la actualidad y en ocasiones parece olvidarse que está narrando una historia enclavada en un tiempo concreto. De ese modo, la historia queda un tanto contextualizada y uno casi piensa que está releyendo un tebeo de “Conan, El Bárbaro” (que el bueno de Roy Thomas despachaba en menos de veinticuatro páginas) que una historia de vikingos interesantes.

Ryan Kelly, en mi opinión, es el que salva el tebeo. Con un estilo con detalles de Corben y Buscema realiza una estupenda caracterización de los personajes mediante un dibujo de trazo grueso y detallado muy adecuado a una trama que derrocha adrenalina y testosterona, abusando para mi gusto de la mera sucesión de combates y rellenando el álbum con splash page espectaculares sí, pero que no aportan demasiado a una historia inflada en exceso.

En definitiva, “La Cruz + El Martillo” es un tebeo que no pasa de entretenido y hasta cierto punto cuestiona la necesidad de una serie sobre vikingos si no va a indagar en su historia y cultura más allá de convertirla en una mera sucesión de casquería. Ustedes deciden.

Más “Northlanders” en El lector impaciente:

El retorno de Sven

Astiberri echa un borrón.



¡ Por Crom, Tutatis y todos los dioses del Cómic! Que la niña bonita de las editoriales españolas ha echado un borrón y a nadie parece importarle. Y es que, señores, publicar “En Carne Viva”, la última obra de ese maravilloso dibujante que es Rubén Pellejero en un formato reducido me parece un gran error, sobre todo cuando el PVP del mismo es de unos respetables 19 Euros, nada económico.

El formato reducido no es una opción ideal para hacer justicia a dibujantes contrastados como Pellejero que tienen un público –reducido, sí- pero fiel, aunque sí que resulta aceptable cuando se trata de publicar obras de autores europeos que en su formato natural probablemente no se venderían. Autores como Leo, Stassen o incluso Swolfs en ediciones integrales como las que Glénat, Dibbuks y Planeta sacan que intuyo tienen buena acogida entre los aficionados. Sin embargo, Astiberri con “En Carne Viva” parece que ha querido adentrarse en este formato y, en mi opinión, ha errado con la elección de la obra escogida y puede haber dañado su imagen asociada a la calidad .

No les hablaré de la obra en su conjunto (esto lo dejamos para la semana que viene) pero estoy seguro que el núcleo de seguidores fieles de Pellejero iban a comprar este álbum tanto por 19 Euros como si les hubiera costado 25 en un formato que hiciera justicia a la calidad del artista pero creo que poca gente se va a atrever a probar con el autor a un precio nada asequible de 19 Euros. De este modo, se sigue condenando a Pellejero a seguir siendo un autor minoritario más valorado en el resto de Europa que aquí Y es que es una lástima disfrutar de Pellejero en un formato reducido que no le hace justicia en comparación con las ediciones de Glénat de sus anteriores obras.

Hasta el mejor maestro hecha de vez en cuando un borrón y en mi opinión Astiberri esta vez se ha equivocado. ¿Y vosotros qué pensáis?

jueves, 8 de abril de 2010

“Arzak Rhapsody 7"

Vuelen en líneas Arzak de la mano de Moebius. Repeitrán viaje, seguro.

¿Este blog merece la pena?

…O al menos eso opinan los amigos Corsariosinrostro y Carlos al alimón. Yo no soy muy amigo de estos anillamientos encubiertos pero como sí que hay un montón de blogs que valen la pena. Ahí van mis diez seleccionados.

Fo Fo Fo

999

El Cuarto Mundo

Un Mundo Peculiar.

Fort Navajo.

El hijo del relojero.

Mis 15 artistas preferidos (continuación…)

Bueno, en relación con la anterior lista de quince artistas preferidos, que confeccioné en respuesta a la convocatoria de Mo Sweat, hay que poner esta segunda en la que recojo otros quince artistas imprescindibles. Queda pendiente una tercera lista con veinte nombres que publicaré en breve. ¿Mejores, más influyentes, peores estos que los otros? Para mí, no. Opinad vosotros:

Neal Adams: Apabullante dibujante de comics de superhéroes adelantado a su tiempo en un par de décadas y todo un genio con genio. Deadman.

Enrique Breccia: Por herencia genética fue bendecido con una buena dosis del infinito talento del padre. Alvar Mayor.

John Buscema: El auténtico motor de la Marvel dorada y un magnífico artista capaz de armonizar la épica kirbiana con el respeto a la anatomía humana. Los Vengadores.

Yves Chaland: Extraordinario dibujante belga llamado a llevar la Línea Clara al siglo XXI. Adelantado a su tiempo. Freddy Lombard.


Guido Crepax: Muchos lo han intentado pero pocos han dibujando mujeres tan bellas. Valentina.

Robert Crumb: El mago del “Underground”. Talento desbordante no siempre bien dirigido. El Gato Fritz.

Hal Foster: El clasicismo llevado a su máxima expresión en las manos de un narrador único. Príncipe Valiente.

Víctor de la Fuente. La insatisfacción hecha dibujante de cómic siempre a la búsqueda de originales soluciones gráficas. Haxtur.

Carlos Giménez: El dibujante español más representativo con un talento inigualable para la narración en viñetas. Sabor a Menta.

Hergé: El padre de la Línea Clara y de buena parte del cómic europeo. Hacia fácil lo difícil. Tintin.

Joe Kubert: Leyenda viviente del cómic americano, fundador de una dinastía de talentosos dibujantes, pocos han conseguido igualar su capacidad para impactar mediante el dibujo. Fax from Sarajevo.

José Múñoz: Un maestro del blanco y negro que interpreta como nadie la música en viñetas. Alack Sinner.

George Perez.: La armonía hecha trazo. Wonder Woman.

Albert Uderzo: Muchos le conocen únicamente por “Asterix” pero Uderzo fue un dibujante capaz de dominar todos los estilos y géneros. Umpa-pa.

Wally Wood: La versatilidad que dejó huella allá por donde pasó. Siempre en el sitio justo en el momento adecuado para hacer historia. T.H.U.N.D.E.R. Agents.

Otro día seguimos...

miércoles, 7 de abril de 2010

Nuevo trailer de “El equipo A”, de Joe Carnahan


Pues nada, se siguen empeñando en cargarse la infancia de los treinteañeros. Lo siento, por Liam Neeson pero paso…Comparen, comparen.

¿¿¿Tendrá un cameo...ELLA???

Brrrr....

“Air: Cartas de Países Perdidos”, de G. Willow Wilson y M. K. Perker.

Llevaba un tiempo decepcionado con el sello Vertigo de DC, no tanto porque no siguieran apareciendo nuevas series e historias de calidad casi siempre superior a la media del “mainstream” norteamericano sino porque me parecía haber perdido esa inquietud por contar historias con un planteamiento novedoso y original. Por ese motivo, la lectura de este primer arco argumental de “Air” publicado por Planeta en el que se reúnen los cinco primeros números de la serie regular me ha parecido un soplo de aire fresco en muchos sentidos dentro del anquilosamiento rico en testosterona que veníamos padeciendo. Les cuento.

En “Air” se nos cuentan las aventuras y desventuras de Blythe, una particular azafata acrofóbica y filósofa, que se enamorará de un misterioso pasajero a lo largo de sus viajes. El novio de Blythe, Zayn, que cambia sorprendentemente de apariencia y personalidad la irá incorporando a un misterioso mundo irreal en el que la buena de Blythe se convertirá en el centro de asombrosas conspiraciones en países desaparecidos, atentados aéreos protagonizados por grupos creados para perseguir el terrorismo aéreo y luchas entre curiosas multinacionales que buscan controlar nuevas fuentes de energía. ¿Alguien da más en apenas cinco números? Es difícil.

Neil Gaiman rastrea co referencias en “Air” a la obra de Pynchon y Rushdie. Salvando las distancias algo de razón lleva, porque el planteamiento inicial de la guionista en algo se asemeja al comienzo de “Los Versos Satánicos” y la obra tiene mucho de la heterodoxia mixtura de referencias de las novelas de Pynchon pero, además, el producto final de G. Willow Wilson resulta más divertido que el truñaco de Rushdie evitando toda pretenciosidad y sumergiéndonos en un alocado viaje a un wonderland aéreo rico en referencias cruzadas que van desde “Las Mil y Una Noches” a comedias románticas de aventuras tipo “Tras el corazón verde” pasando por la mitología azteca o el budismo que el lector va descubriendo al tiempo que la encantadora protagonista, una Alice vestida de azafata. G. Willow Wilson maneja entre todo ese eclecticismo multicultural con habilidad para plantear un tebeo a medio camino entre la realidad y la fantasía, dando un enfoque original a problemas contemporáneos del transporte y la industria aérea como el terrorismo o el espionaje industrial, alejado de los convencionalismos propios del medio, quizás debido a que la autora, periodista especializada en el mundo árabe, maneja registros ajenos a otros escritores de cómics. Los personajes de Willow Wilson van apareciendo sin pausa apenas esbozados alejados de la lógica habitual en medio de tramas que esperan ser explicadas en sucesivas entregas.

En el aspecto gráfico, el turco M.K. Perker ser muestra como un dibujante interesante. Con una dilatada carrera en su país y tras debutar en EEUU con “Cairo” – interesante novela gráfica del sello Vertigo en la que empezó a colaborar G.Willow Wilson y que incomprensiblemente continua inédita en nuestro país-, Perker traslada a imágenes las fantasías de la guionista mediante un dibujo pulcro, elegante y estilizado reflejando con habilidad tanto los elementos fantásticos de la historia como los más cotidianos, aunque en ocasiones resulte un tanto rígido a la hora de resolver las situaciones de acción.

En definitiva, Air es una serie inteligente y diferente por la que hay que apostar en la que se introduce con unas décadas de retraso la primera heroína del sello Vertigo. Historias protagonizadas por una mujer y contadas con una sensibilidad femenina disfrutables por todos. Yo la daría una oportunidad.

Para conocer mejor el trabajo de M.K. Perker, aquí.

martes, 6 de abril de 2010

Nuevo trailer de “Salt”, de Phillip Noyce.



¿Cuándo ven este trailer no les recuerda poderosamente a esto?...

...¿¿O a esto??...

¡¡Olé la imaginación!! Lo siento por la Jolie que está muy jolie pero creo que esperaré a que la echen por la tele.

“The Clash Of Titans”, de Louise Leterrier.

Louise Leterrier cuando se hizo cargo de “The Clash of Titans” asumió un reto difícil. Un “remake” de una película “de culto” – la “The Clash of Titans” original con dirección del discreto Desmond Davis y magistrales efectos especiales del gran Ray Harrihausen-, película que muchos treintañeros y cuarentones aficionados a esto del cine y la fantasía tenemos en un rinconcito de nuestro corazón y amamos a pesar de sus defectos, película que descubrimos en esas tardes de primera sesión de programa doble o en los cines de la catequesis con descanso a la mitad. Leterrier se arriesgaba a despertar las iras del friquismo extremo y lo cierto es que se ha preparado con ahínco para su examen aprovechando los adelantos técnicos para conseguir unos efectos especiales espectaculares (algo que a estas alturas se da casi por sobreentendido en una película de género) y un grupo de actores de campanillas encabezado por Liam Neeson y Ralph Phiennes. A pesar de toda esa preparación, e intentado ser objetivo, el resultado no va más allá del aprobado raspado porque esta adaptación entretener, entretiene, sí, pero no admite la comparación con la de su predecesora (y, sobre todo, está muy mal montada). Les cuento.

The Clash of Titans” adapta de manera libre el mito de Perseo, el semidiós hijo rebelde de Zeus que en el marco de las guerras entre hombres y dioses, debe llevar a cabo una peligrosa misión: buscar un medio para vencer al casi invencible Kraken, un monstruo primigenio hijo de Hades (en la original, hijo de Poseidon, cosa mucho más lógica teniendo en cuenta que es un monstruo marino) que amenaza destruir la ciudad de Argos si su rey no sacrifica a su hija Andrómeda en el plazo de diez días. Perseo, junto a una partida de intrépidos y variopintos guerreros, partirá a consultar a las Brujas sorteando los múltiples peligros que Hades interpondrá en su camino para que no pueda cumplir su misión.

Louise Leterrirer es un discretísimo director de cine. Tiene una “virtud”, apreciable en el cine actual, como es un gran sentido del ritmo a la hora de diseñar las secuencias de efectos especiales que rueda a un ritmo trepidante más propio de los videojuegos que del cine y paren ustedes de contar porque luego es incapaz de dotar de la mínima hilazón a una historia con lo que sus películas –que tampoco requieren de muchas sutilezas- avanzan siempre a trompicones. En ese sentido, “The Clash of Titans” no es una excepción, la película se mantiene bastante fiel al argumnto de la original (que no al Perseo mitológico) aun cuando se note la mano del guionista en algunos cambios insustanciales y el consabido guiño con la original imprescindible en estos casos para lograr la complicidad de la muchachada para sumirse sin más en la puesta al día de los efectos especiales de Harrihausen. Y lo cierto es que en ese sentido hay que reconocer que se ha hecho una gran labor, con monstruos y seres espectaculares que si bien no logran hacer olvidar las entrañables criaturas del mago Harrihausen adaptan bien aquellas para disfrute de las nuevas generaciones palomiteras con algunas secuencias realmente espectaculares. Me quedo sobre todo con el excelente trabajo de Ralph Phiennes – con una puesta en escena sobrecogedora cada vez que aparecen en escena- y Liam Neeson que disfrutan como enanos haciendo de dioses destacan frente al resto de un elenco correcto que hacen lo que pueden con unos personajes burdamente desarrollados.

En fin, que si buscan en el cine pasar un rato entretenido con la nueva “The Clash of Titans” lo lograrán aunque yo aconsejo que esperen a la versión extendida, pero si quieren además disfrutar de un estupendo clásico de aventuras háganse con el original. Esa seguro que no les defraudará.

Otras películas de Louise Leterrier en El lector impaciente:

Hulk 2

lunes, 5 de abril de 2010

“Arzak Rhapsody 6"


Seguimos con un nuevo capitulo de la poesía visual animada de "Arzak"...
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“El carro de hierro”, de Jason.

Nueva obra del noruego Jason habemus de la mano, como no, de la mano de la editorial Astiberri. En realidad nueva, no, ya que “El Carro de Hierro” es una de las primeras obras del noruego Jason publicada inicialmente en 2003, lo que se nota tanto en el desarrollo de la historia como en la peculiaridad de tratarse de la única obra en la que el autor no ha trabajado sobre una idea propia sino que en esta ocasión adapta un clásico policíaco de un escritor noruego decimonónico para mí desconocido, Stein Riverton. Les cuento.

En una pequeña y tranquila localidad de recreo, un escritor se ha retirado a pasar sus vacaciones. Sin embargo, la tranquilidad se rompe cuando aparece el cuerpo de Blinde, el guardabosques del lugar en medio del páramo, aparentemente asesinado. Los más supersticiosos achacan la aparentemente inexplicable muerte a la leyenda local que señala que quien oye el sonido del fantasmal carro de hierro en el páramo morirá asesinado. A pesar de ello, nuestro escritor junto a un agudo detective llegado de la capital para intentar resolver el asesinato intentarán descifrar el misterio de un crimen que se convierte en la clave para descubrir toda la red de misterios que envuelve la granja Gjaernes.

Más allá de la más que evidente influencia de “El perro de los Baskerville” de Conan Doyle procedente de la novela original en el argumento, el cómic de Jason presenta muchas de las características que el noruego puliría en su obra posterior. Así, nos reencontramos con sus característicos personajes antropomórficos, su hierático dibujo y su sutil esquematismo narrativo, pero en esta ocasión Jason no es capaz de mantener el interés por una obra que no se ajusta a su estilo, simplificando en exceso el original de modo que los personajes carecen de profundidad y no logra atrapar al lector en una trama en la que los escasos giros argumentales no están bien resueltos ni mantienen la intriga imprescindible en una obra de género que se precie al adivinarse casi desde el inicio quién es el culpable.

Aunque la obra en su conjunto no funcione hay tramos salvables e incluso brillantes, percibiéndose al gran autor en el que se acabará convirtiendo el noruego, momentos como la introducción de secuencias mudas y oníricas o el irónico sentido del humor con que describe la Noruega rural y las formas de su encorsetada burguesía con soluciones gráficas más que interesantes. Precisamente es en el aspecto gráfico se encuentra el gran acierto de la obra mediante el uso de un bitono agresivo buscando un acusado contraste entre el rojo y el negro en el que desarrolla la mayor parte de la ambientación del cómic y sirve al autor para caracterizar de este modo los escenarios nocturnos y abiertos en los que se desarrolla la mayor parte de la trama. A pesar de estos aciertos puntuales, la obra falla, básicamente en mi opinión, como consecuencia de la necesidad del autor de incorporar extensos y atropellados diálogos en otros tramos que permitan avanzar una trama en la que Jason acaba ahogándose.

En definitiva, “El carro de hierro” es una curiosidad dentro de la producción de Jason atractiva únicamente para los completistas del autor noruego y se presenta como un interesante experimento –fallido- de un autor en la búsqueda de un estilo y sentido narrativos propio que encontraría en su obra posterior. En mi opinión, lo más flojo de Jason.

domingo, 4 de abril de 2010

15 artistas fundamentales

El amigo Mo Sweat nos ha prouesto otro de sus retos para mantenernos entretenidos esta Semana Santa: elegir 15 artistas fundamentales de la Historia del Cómic, 15 nombres y por lo demás tema libre a la hora de justificar cada cuál sus gustos lo cuál enriquece a mí entender la propuesta. Les adelanto que yo no creo en las listas aunque reconozco que tienen su finalidad pero he puesto especial empeño en esta en la que me he centrado en dibujantes, obviando a los guionistas que merecen su propia lista y hay varios autores completos (que también los hay). Con todo, para llegar a esta lista al final he hecho una selección de 50 nombres que para mí serían los fundamentales pero como la única regla del juego la ha establecido Mo Sweat creo que está a bien respetarla por lo que estos 15 de hoy son sólo 15 de mis 50 preferidos y los que hoy por hoy (y algunos desde hace ya mucho tiempo) más disfruto y aguantan sin problemas relecturas. Ahí van los 15 elegidos (si existe interés ya iré indicando quiénes son los 35 restantes).

Jordi Bérnet: Uno de los dibujantes españoles con más talento, versátil y dominador tanto del dibujo más realista como la caricatura."Torpedo 1936".

Christophe Blain: De la última hornada de jóvenes (ya no tan jóvenes) autores franceses mi preferido, un dibujante que a cada nueva obra crece. Y del que ya he comentado largo y tendido por aquí. "Gus".




Alberto Breccia: Uno de los más grandes maestros que ha dado el cómic, dibujante sobresaliente, toda su carrera es producto de la ambición y la exploracíón de nuevos límites. “Mort Cinder”.

Milton Caniff: Otro de los grandes maestros indiscutibles. Su uso del blanco y negro es característico pero, aparte de su talento compositivo, ha sido un verdadero maestro de la narración con viñetas. "Terry y los piratas"


Gene Colan: Cuando empecé a leer cómics de superhéroes el primero que para mí tuvo un estilo reconocible fue el maestro de las sombras. Una leyenda viviente que estamos reivindicando por aquí. "The tomb of Dracula".

Richard Corben: Su estilo es inconfundible y su capacidad para dotar de profundidad y textura a sus personajes única.


Will Eisner: El genio que se reinventó dos vecesy probablemente la personalidad más notoria en el mundo del cómic. Su “The Spirit” es otra obra maestra pero cuando parecía que debía estar acabado sorprendió a propios y extraños con una serie de “novelas gráficas” que no sé si bien o para mal han marcado la estela a mucho de lo que vendría después. "The Spirit".

André Franquin: Es el Dr. Jekill y Mr Hyde. Si llevó hasta el infinito su “Spirou” o "Gastón" a base de perfeccionismo me ganó definitivamente con sus obsesivas “Ideas Negras”.


Hermann Huppen. El belga rebelde es uno de los mejores autores europeos de los sesenta hasta la actualidad, no lo suficientemente reconocido. También he hablado bastante de él por aquí. "Comanche".

Jack Kirby. The King of Comics”. Sin la épica y grandiosidad de Kirby el único género nacido dentro del Cómic no habría visto la luz por falta de dioses. "Silver Surfer"

Hugo Pratt: Corto Maltes”. La complicidad absoluta con el lector.




Alex Raymond: Siempre nos quedará la duda de dónde estaba su techo pero hasta donde llegó dejó patente su influencia en el medio.


Jacques Tardi: El maestro del “polar” francés, minucioso, detallista y antibelicista. Pocos autores logran hacer “hablar” a sus personajes como él. “Adèle Blanc-Sec”.


Osamu Tezuka. El mago del manga. Lo complejo lo hacía fácil. En toda su obra orbita la preocupación por el ser humano aparte de ser un maestro de la narración y la caricatura. "Adolf"



Jean Giraud/Moebius. Si Eisner se inventó dos veces, Giraud son dos maestros cohabitando en un único cuerpo. El detallista y minucioso Giraud frente al fantástico y libre Moébius. Un alfa y omega en el que se encierra buena parte delmejor cómic francés de los años sesenta y setenta. "Bluberry"/"Arzak"

sábado, 3 de abril de 2010

“Arzak Rhapsody 5"

miércoles, 31 de marzo de 2010

Segundo trailer de “Sorcerer’s apprentice”




De la batería de películas con que Disney pretende asaltar nuestras carteras este año, esta es la que de momento más me atrae (aunque tampoco se crean que las tengo todas conmigo)…¿Habrán caracterizado así a Nicholas o es su actual aspecto tras sus problemillas? Ánimo, Nic.

martes, 30 de marzo de 2010

“Arzak Rhapsody 4”


Proseguimos con una nueva entrega de los fantásticos viajes de "Arzak"...

“Paquidermo”, de Frederick Peeters.

Frederick Peeters es un autor que ama incomodar al lector. Toda su obra está encaminada a crear desasosiego al lector sobre las distintas significaciones que dar a aquello que está leyendo, inseguridades sobre su nivel de inteligencia y preocupación por perderse en el marasmo de posibilidades que el simbolismo de Peeters encierra. Si en “RG” habíamos disfrutado del Peeters más convencional en una obra de espionaje (la intriga es una constante en la mayor parte de su obra) en “Paquidermo”, su última obra publicada con esmero por Astiberri, nos encontramos con una obra ambiciosa en la que da rienda suelta a todas sus obsesiones y simbolismos.

En la Suiza de los años 50, Clarice debe llegar a una clínica privada en la que está internado su marido quien acaba de sufrir un accidente sin embargo un elefante atropellado en medio de la carretera la impide llegar a su destino. Poca cosa para la preocupada esposa quien monte a través llegará a su destino para descubrir que el pintoresco hospital está poblado por extraños y peculiares personajes que la sumergirán en una rocambolesca historia de espías en la que está juego su propia vida.

Frederick Peeters no es un autor convencional apegado a formulas de éxito preestablecidas sino que en cada nueva obra pretende dar una vuelta de tuerca más a su habilidad narrativa en una decisión que le honra como artista pero que, en ocasiones, no están a la altura de las expectativas generadas. Eso ocurre con “Paquidermo", un tebeo que nos devuelve al Peeters más oscuro y hermético en su particular homenaje al “Recuerda” hitchcockiano y al universo surrealista de Boris Vian (por no irnos hasta “La Montaña Mágica” de Thomas Mann o los cuentos populares de los Hermanos Grimm) en un tebeo en el que nos propone un particular paseo por la mente inconsciente tan atractivo en su planteamiento como fallido en su resolución final aunque por el camino hayamos disfrutado de lo lindo de la mano de un autor que derrocha maestría a pesar de su juventud en su dominio de la narración gráfica.

Paquidermo” nos devuelve al mejor Peeters o al menos al que a mí más me gusta, un autor que mezcla con habilidad las certezas de la realidad con las fantasías oníricas en una obra en la que pretende dar una vuelta de tuerca a los arquetipos jungianos y demostrar que el velo entre unas y otras es tenue y engañoso y bajo la dura piel de paquidermo que es la mente Consciente existe todo un universo de ideas del Inconsciente dispuesto a ser exploradas y mostrarse a la menor oportunidad.

Peeters va construyendo una trama que se va enriqueciendo en la medida que va aportando piezas al lector para que solucione un rompecabezas del que poco a poco vamos conformando el dibujo para finalmente darnos cuenta que la pieza que debería dar sentido a todo el entramado nos ha sido hurtada por un autor que nunca se ha caracterizado por facilitar la vida a sus lectores o sencillamente ni él mismo la poseía esta vez, preso de su propia trampa, quedando algunas situaciones deslavazadas y sin explicar respecto a la trama principal que rodea a la protagonista, Clarice, una Cenicienta que intenta encontrarse a sí misma en medio de la elaborada fantasía propuesta por Peeters.

En el aspecto gráfico, nos encontramos con un Peeters en la mejor forma capaz de adaptar su estilo para trasladarnos con habilidad y elegancia toda la ambientación caduca propia de los años cincuenta (aunque en ocasiones juegue a retrotraerse un par de décadas más) con precisión realista e ir incorporando al tiempo los distintos símbolos que van apareciendo en la historia producto de la imaginación de la protagonista, fácilmente identificables y tomados directamente de series tan recomendables como “Ally McBeal” -aunque los bebés monstruosos de Peeters me receurden más a algún personaje de Charles Burns- o películas como “El resplandor” o “Big Fish”, símbolos que aparecen en la historia personajes que aparecen exagerados o caricaturizados para ir avisando al lector sobre lo inestable del terreno que pisa. Probablemente, las referencias cinematográficas sean más patentes en esta obra que en ninguna otra anterior de Peeters basándose en la caracterización de los personajes en actores como John Barrymore y Claudette Colbert, como bien señala Angux en El Hojeador, referencia, por otro lado, que el autor en ningún momento esconde –los personajes se llaman igual que los actores- y sirven para enriquecer aun más la obra. Por otro lado, Peeters da una auténtica lección tanto en el manejo de las elipsis y las transiciones logrando momentos de enorme belleza visual como en el tratamiento del color que, si ya sospechábamos excelente en las entregas de “RG", en “Paquidermo”, con un papel en condiciones, se muestra en todos sus matices.

En definitiva, “Paquidermo” se muestra brillante por momentos aun cuando el resultado final deja de resultar lo redondo que podríamos imaginar, quizás porque como otro maestro a la hora de intentar mostrar el lado inconsciente de nuestras mentes como es David Lynch, Peeters se pierde en su propia maestría, premeditadamente o no. Yo, pobre lector, no lo tengo nada claro. ¿Y vosotros?

Otras obras de Frederick Peeters en El lector impaciente:

Constellation
Lupus
RG 1: Riyard-sur-Seines