Han desaparecido los baiji, la única especie de delfín que respiraba agua dulce y habitaban el río Yangtzé. Parece que la polución y el "progreso" humano ha sido demasiado para veinte millones de años de evolución. Hacia cincuenta años que no se extinguía una especie de mamífero. ¿Cuál será la próxima? ¿Nosotros, quizás? DEP.
jueves, 9 de agosto de 2007
“El curioso incidente del perro a medianoche” de Mark Haddon

Si hay un libro que me sorprendió el año pasado fue sin duda “El curioso incidente del perro a medianoche”. Ya en un primer momento, a simple vista, llama la atención con su complicado título y su particular organización en capítulos basada en los números primos, pero conforme empiezas a leerlo entiendes perfectamente su significado. “El curioso incidente del perro a medianoche” nos cuenta la historia de Christopher, un chico especialmente dotado para las matemáticas y aficionado a las novelas de Shelorck Holmes que vive junto a su padre divorciado en un suburbio de Londres. Ansioso por investigar sus propios misterios, piensa que su oportunidad ha llegado cuando el perro de su vecina aparece atravesado por un horca e inicia una investigación. Pronto, gracias a sus dotes deductivas, resuelve el misterio y embriagado por su éxito decide probar con un nuevo desafío: la búsqueda de su madre, divorciada. Probablemente, estas aventuras no puedan parecer excesivamente extraordinarias y piensen que están al alcance de cualquiera. Cierto, pero cuando el protagonista de la historia sufre sindrome de Asperger, una forma de autismo profundo que conlleva para quien lo padece dificultades extraordinarias para realizar las actividades más normales pero que, sin embargo, lo convierte en un genio en áreas muy concretas de conocimiento, la cosa cambia.
Mark Haddon con esta su primera novela supo llegar a la fibra sensible de todo tipo de lectores. La novela resulta tan tramposa como original pues ni Haddon ni nadie puede saber realmente lo que siente o padece un autista con síndrome de Asperger, pero sirve perfectamente para construir una trama entretenida y sólida así como para denunciar tanto las carencias de nuestras sociedades de gente “sana” y “razonable” como para acercarnos a la realidad cotidiana de un autista con sus limitaciones, esperanzas, sueños y miedos. Sin caer en la sensiblería simplona, Mark Haddon construye un personaje entrañable y complejo que despierta la simpatía del lector desde las primeras páginas acompañándole en su peregrinar por la gran metrópoli con un estilo tan sencillo como magnético que permitirá terminar el libro en una tarde.
Esta novela ganó el Premio de la Commonwealth al Primer Libro y el Premio Whitbread. Si la ven por ahí, no la dejen escapar. Les gustará.
Mark Haddon con esta su primera novela supo llegar a la fibra sensible de todo tipo de lectores. La novela resulta tan tramposa como original pues ni Haddon ni nadie puede saber realmente lo que siente o padece un autista con síndrome de Asperger, pero sirve perfectamente para construir una trama entretenida y sólida así como para denunciar tanto las carencias de nuestras sociedades de gente “sana” y “razonable” como para acercarnos a la realidad cotidiana de un autista con sus limitaciones, esperanzas, sueños y miedos. Sin caer en la sensiblería simplona, Mark Haddon construye un personaje entrañable y complejo que despierta la simpatía del lector desde las primeras páginas acompañándole en su peregrinar por la gran metrópoli con un estilo tan sencillo como magnético que permitirá terminar el libro en una tarde.
Esta novela ganó el Premio de la Commonwealth al Primer Libro y el Premio Whitbread. Si la ven por ahí, no la dejen escapar. Les gustará.
miércoles, 8 de agosto de 2007
“Las intermitencias de la muerte” de José Saramago

Hoy toca libro de José Saramago (Azinhaga, 1922) , lo que conlleva escribir sobre uno de los escritores más populares y respetados del panorama actual, más si cabe, desde que recibiera el Nóbel hace unos años.
En “Las intermitencias de la muerte”, Saramago plantea una parábola en torno a un país imaginario en el que la muerte decide dejar de actuar con el inicial entusiasmo de la población inmortal que pronto se torna en desesperación ante las dificultades que la novedad ocasiona ya que la gente que debería morir no muere, quedando en una especie de estado vegetativo, lo que ocasiona nuevos problemas tanto a la población como al gobierno que intenta buscar una solución mientras las diferentes iglesias ven peligrar las bases de sus religiones y los criminales se aprovechan para lucrarse. Una vez adaptados, la reaparición de la muerte no ayuda a que las cosas vuelvan a la normalidad. La muerte decide anunciar con siete días de antelación su visita a sus próximas víctimas lo que acarreará nuevos problemas tanto a la gente conocedora de antemano de su destino como a la propia muerte que sorprendentemente comete un error y deja vivir a un hombre que debería haber muerto. Ante semejante situación, una muerte consternada toma forma humana y decide conocer a semejante ser excepcional (por otro lado, un músico bastante anodino). Cuando el encuentro se produce, lo sorprendente ocurre.
“Las intermitencias de la muerte” es una obra típica del premio Nóbel portugués lo que supone a su vez su principal cualidad y defecto. Esta novela a nivel formal puede que incluso sea una de sus obras más logradas en la que pule hasta el extremo su estilo personalísimo basado en la enumeración y las perífrasis empezando y finalizando la novela con la misma frase (“Al día siguiente no murió nadie”) y haciendo gala de un humor ágil, blanco y accesible a todo tipo de lectores, capaz de abrir las mentes a la reflexión sobre situaciones no tan alejadas de nuestra realidad cotidiana. Pero, a nivel argumental, la novela se queda corta pudiendo detectarse casi dos obras relacionadas y que probablemente hubieran sido mejor tratadas como cuentos o relatos que en una novela única. La primera parte, en la que la población y sus instituciones deben hacer frente a las nuevas situaciones que acarrea la desaparición de la muerte recuerda a otras obras del autor como “Ensayo sobre la ceguera” o “Todos los nombres”, planteándose situaciones que le resultarán familiares al lector habitual de Saramago mientras que la segunda parte en la que la muerte busca y encuentra al músico que se resiste a morir resulta mucho más interesante y original. Saramago nos muestra una muerte cercana, cargada de anhelos y defectos humanos, que la llevarán a escapar de la soledad de su cometido.
“Las intermitencias de la muerte” es un buen libro para iniciarse en la lectura de la obra de Saramago y agradará a los incondicionales del autor portugués pero quizás decepcionará a los que esperamos algo más en la obra de un escritor tan dotado. Ya saben, prueben y luego me cuentan…
En “Las intermitencias de la muerte”, Saramago plantea una parábola en torno a un país imaginario en el que la muerte decide dejar de actuar con el inicial entusiasmo de la población inmortal que pronto se torna en desesperación ante las dificultades que la novedad ocasiona ya que la gente que debería morir no muere, quedando en una especie de estado vegetativo, lo que ocasiona nuevos problemas tanto a la población como al gobierno que intenta buscar una solución mientras las diferentes iglesias ven peligrar las bases de sus religiones y los criminales se aprovechan para lucrarse. Una vez adaptados, la reaparición de la muerte no ayuda a que las cosas vuelvan a la normalidad. La muerte decide anunciar con siete días de antelación su visita a sus próximas víctimas lo que acarreará nuevos problemas tanto a la gente conocedora de antemano de su destino como a la propia muerte que sorprendentemente comete un error y deja vivir a un hombre que debería haber muerto. Ante semejante situación, una muerte consternada toma forma humana y decide conocer a semejante ser excepcional (por otro lado, un músico bastante anodino). Cuando el encuentro se produce, lo sorprendente ocurre.
“Las intermitencias de la muerte” es una obra típica del premio Nóbel portugués lo que supone a su vez su principal cualidad y defecto. Esta novela a nivel formal puede que incluso sea una de sus obras más logradas en la que pule hasta el extremo su estilo personalísimo basado en la enumeración y las perífrasis empezando y finalizando la novela con la misma frase (“Al día siguiente no murió nadie”) y haciendo gala de un humor ágil, blanco y accesible a todo tipo de lectores, capaz de abrir las mentes a la reflexión sobre situaciones no tan alejadas de nuestra realidad cotidiana. Pero, a nivel argumental, la novela se queda corta pudiendo detectarse casi dos obras relacionadas y que probablemente hubieran sido mejor tratadas como cuentos o relatos que en una novela única. La primera parte, en la que la población y sus instituciones deben hacer frente a las nuevas situaciones que acarrea la desaparición de la muerte recuerda a otras obras del autor como “Ensayo sobre la ceguera” o “Todos los nombres”, planteándose situaciones que le resultarán familiares al lector habitual de Saramago mientras que la segunda parte en la que la muerte busca y encuentra al músico que se resiste a morir resulta mucho más interesante y original. Saramago nos muestra una muerte cercana, cargada de anhelos y defectos humanos, que la llevarán a escapar de la soledad de su cometido.
“Las intermitencias de la muerte” es un buen libro para iniciarse en la lectura de la obra de Saramago y agradará a los incondicionales del autor portugués pero quizás decepcionará a los que esperamos algo más en la obra de un escritor tan dotado. Ya saben, prueben y luego me cuentan…
martes, 7 de agosto de 2007
"52", el cómic y el marketing

Hace tiempo que, en mi opinión, DC desbancó a Marvel en innovación dentro del género de los superhéroes, tanto en la concepción de sus macrosagas como en la búsqueda de nuevas fórmulas de edición y el tratamiento de los personajes. Los motivos no los tengo muy claros aunque barrunto que buena culpa la ha debido tener la excesiva dependencia de la Marvel de los grandes estudios de cine a los que ha cedido los derechos de explotación de sus personajes a cambio de los golosos beneficios que ello le reporta. El último ejemplo de esta superioridad lo tenemos en “52”, la nueva colección que nos está ofreciendo Planeta y que ya va por su número once (probablemente a estas alturas ya habrá salido el doce). “52” es un buen producto de marketing, porque más allá de sus cualidades como historia que todavía están por ver resulta un producto novedoso y arriesgado dentro del anquilosado mercado del cómic “mainstream” yanqui. Los editores DC se han dado cuenta de la paulatina perdida de lectores veteranos y para volver a atraerlos y fidelizarlos a la enésima remodelación del Universo DC surgida tras la macrosaga “Crisis Infinita” (no confundir con “Crisis en las Tierras Infinitas” que era la buena de verdad) han optado por una opción basada en lo que debería ser el principal activo de una editorial de cómic: un cómic. Un cómic “barato” realizado por los guionistas estrellas de la editorial (Geoff Johns, Greg Rucka, Grant Morrison, Mark Waid) con una periodicidad semanal, algo bastante inusual en el mercado norteamericano pues “52” se ha convertido en la más larga en la historia del cómic yanqui con esta periodicidad.
El planteamiento es sencillo: los principales héroes de la editorial (Superman, Batman, etc.) han desaparecido y durante un año en tiempo real (las 52 semanas a las que hace referencia el título) otros personajes secundarios asumen el protagonismo de proteger el mundo y descubrir que ha pasado con sus compañeros a través de diversas tramas sin conexión aparente pero que con el paso de los números irán entrelazándose hasta llegar al desenlace que supondrá el regreso de los héroes desaparecidos (imagino). La historia hasta el momento es entretenida y asistimos a los inicios de las investigaciones de diversos personajes (René Montoya, el Hombre Elástico, Booster Gold, Acero) y de los malvados planes de varios supervillanos como Luthor y Black Adam. Sin embargo, avanza muy lentamente como consecuencia de la limitación temporal a las 52 semanas del año natural Pero, ¿cómo va a evolucionar? ¿Cuánto tiempo pueden alargar la trama sin que el interés de los lectores desaparezca? Pues estas cuestiones fundamentales realmente no importan, porque aquí entra en juego la gran jugada de los editores DC (y Planeta de paso): el precio. A mí no me importa gastarme el 1,75 semanal que cuesta el número de “52” para ver cómo va evolucionando el asunto y supongo que lo mismo le pasará a la mayoría, acostumbrados ya a pagar cantidades más elevadas con asiduidad, aunque la historia en sí misma no nos convezca demasiado. Porque uno de los peligros de “52” es precisamente uno de sus puntos más atractivos: su carácter eminentemente coral. Es coral tanto en el protagonismo de los personajes como en la realización de los guiones lo cuál supone que la serie pueda sufrir altibajos (aunque de momento todo parece bien encauzado). Muchas preguntas en el aire que por 1,75 a la semana veremos contestadas en 52 semanas. Jugada redonda para la editorial, esperemos que también lo sea para los lectores.
El planteamiento es sencillo: los principales héroes de la editorial (Superman, Batman, etc.) han desaparecido y durante un año en tiempo real (las 52 semanas a las que hace referencia el título) otros personajes secundarios asumen el protagonismo de proteger el mundo y descubrir que ha pasado con sus compañeros a través de diversas tramas sin conexión aparente pero que con el paso de los números irán entrelazándose hasta llegar al desenlace que supondrá el regreso de los héroes desaparecidos (imagino). La historia hasta el momento es entretenida y asistimos a los inicios de las investigaciones de diversos personajes (René Montoya, el Hombre Elástico, Booster Gold, Acero) y de los malvados planes de varios supervillanos como Luthor y Black Adam. Sin embargo, avanza muy lentamente como consecuencia de la limitación temporal a las 52 semanas del año natural Pero, ¿cómo va a evolucionar? ¿Cuánto tiempo pueden alargar la trama sin que el interés de los lectores desaparezca? Pues estas cuestiones fundamentales realmente no importan, porque aquí entra en juego la gran jugada de los editores DC (y Planeta de paso): el precio. A mí no me importa gastarme el 1,75 semanal que cuesta el número de “52” para ver cómo va evolucionando el asunto y supongo que lo mismo le pasará a la mayoría, acostumbrados ya a pagar cantidades más elevadas con asiduidad, aunque la historia en sí misma no nos convezca demasiado. Porque uno de los peligros de “52” es precisamente uno de sus puntos más atractivos: su carácter eminentemente coral. Es coral tanto en el protagonismo de los personajes como en la realización de los guiones lo cuál supone que la serie pueda sufrir altibajos (aunque de momento todo parece bien encauzado). Muchas preguntas en el aire que por 1,75 a la semana veremos contestadas en 52 semanas. Jugada redonda para la editorial, esperemos que también lo sea para los lectores.
lunes, 6 de agosto de 2007
“Houdini, el rey de las esposas”, de Jason Lutes y Nick Bertozzi

El resumen de “Houdini: el rey de las esposas” resulta muy sencillo: Jason Lutes y Nick Bertozzi nos muestran una actuación cotidiana del mayor escapista de todos los tiempos, su salto esposado desde el puente Cambridge en Boston ante una multitud y el truco que empleó – ó se supone que empleó – para escaparse. Así de simple.
Sí, simple en apariencia, porque con la excusa de esta cotidiana historia en la nada cotidiana vida de Harry Houdini, Lutes y Bertozzi hacen una demostración práctica de las posibilidades del cómic para hacer un retrato completo tanto de la persona como del personaje y, por extensión, de una sociedad y una época necesariamente más ingenua que la actual. Jason Lutes (“Berlín”, “Juego de manos”) hace en este álbum gala de su pericia como guionista a través de una radiografía milimétrica del personaje en el que muestra tanto la admiración como el recelo que Houdini despertaba en la sociedad de su tiempo, incapaz de comprender las capacidades de ese pequeño hombre para escaparse de los retos más arriesgados y espectaculares pasando, sin solución de continuidad, a acercarnos al Houdini persona enamorado de su esposa Bess y un aunténtico adicto al trabajo. La historia se ambienta en un momento muy concreto de la vida de Houdini en el que su popularidad está en todo su apogeo y todavía no había comenzado su campaña contra el espiritismo. El cómic está soberbiamente ambientado y se nota la preocupación de Lutes y Bertozzi en documentarse para que el retrato del Boston de principios del siglo pasado resulte lo más fiel posible, por otro lado, una nota característica fundamental en la obra de Lutes es su preocupación por la rigurosidad histórica. Respecto a Nick Bertozzi, un autor hasta ahora desconocido en España del que parece que Astiberri publicará próximamente una novela gráfica (“El Salón”) hay que comentar que su estilo realista se adapta bien a la historia, resultando quizás un poco estático pero haciendo un buen uso del bitono a la manera que ya utilizasen otros autores independientes como Seth.
Por último, destacar la excelente edición de Astiberri, realmente cuidada y con un artículo muy interesante que ayudará al desconocedor de la figura de Houdini a conocerla un poco mejor antes de introducirse en el meollo de la historia y un análisis de viñetas que servirá para profundizar un poco más en la historia y el contexto histórico. No se asusten, la historia es muy entretenida y realmente los artículos son accesorios pudiendo disfrutarse la historia sin necesidad de leerlos.
Sí, simple en apariencia, porque con la excusa de esta cotidiana historia en la nada cotidiana vida de Harry Houdini, Lutes y Bertozzi hacen una demostración práctica de las posibilidades del cómic para hacer un retrato completo tanto de la persona como del personaje y, por extensión, de una sociedad y una época necesariamente más ingenua que la actual. Jason Lutes (“Berlín”, “Juego de manos”) hace en este álbum gala de su pericia como guionista a través de una radiografía milimétrica del personaje en el que muestra tanto la admiración como el recelo que Houdini despertaba en la sociedad de su tiempo, incapaz de comprender las capacidades de ese pequeño hombre para escaparse de los retos más arriesgados y espectaculares pasando, sin solución de continuidad, a acercarnos al Houdini persona enamorado de su esposa Bess y un aunténtico adicto al trabajo. La historia se ambienta en un momento muy concreto de la vida de Houdini en el que su popularidad está en todo su apogeo y todavía no había comenzado su campaña contra el espiritismo. El cómic está soberbiamente ambientado y se nota la preocupación de Lutes y Bertozzi en documentarse para que el retrato del Boston de principios del siglo pasado resulte lo más fiel posible, por otro lado, una nota característica fundamental en la obra de Lutes es su preocupación por la rigurosidad histórica. Respecto a Nick Bertozzi, un autor hasta ahora desconocido en España del que parece que Astiberri publicará próximamente una novela gráfica (“El Salón”) hay que comentar que su estilo realista se adapta bien a la historia, resultando quizás un poco estático pero haciendo un buen uso del bitono a la manera que ya utilizasen otros autores independientes como Seth.
Por último, destacar la excelente edición de Astiberri, realmente cuidada y con un artículo muy interesante que ayudará al desconocedor de la figura de Houdini a conocerla un poco mejor antes de introducirse en el meollo de la historia y un análisis de viñetas que servirá para profundizar un poco más en la historia y el contexto histórico. No se asusten, la historia es muy entretenida y realmente los artículos son accesorios pudiendo disfrutarse la historia sin necesidad de leerlos.
sábado, 4 de agosto de 2007
Vuelve Popeye en español

Otra noticia de Planeta parece que "Pluto", la nueva obra de Naoki Urasawa ("Monster" , "20th Century Boys") se va a retrasar por problemas de derechos.
Si pincháis aquí podréis leer vosotros mismos la contestación de Planeta a la consulta del amigo Claudio.
ACTUALIZACIÓN 15/08/2007: Parece que Planeta tuvo un lapsus y la fecha de publicación del "Popeye" de Segar será finalmente Diciembre de 2007. Mejor para nosotros...
viernes, 3 de agosto de 2007
“El último deseo” de Andrzej Sapkowski

Intrigado desde hace tiempo y animado por las buenas críticas y la aclamación de los lectores acerca de las excelencias de Andrzej Sapkowki (Polonia, 1948) que apuntaban al autor como el gran renovador de la Fantasía de la Europa del Este (¿existía antes? porque aparte de Lem yo no conocía a ningún escritor polaco que cultivase este género y Lem más bien escribió ciencia ficción) me animé a iniciarme estas vacaciones en su obra con la primera novela de la saga de Geralt de Rivia.
Geralt de Rivia es un brujo adiestrado desde niño para ir de pueblo en pueblo acabando con los monstruos a cambio de una recompensa, un personaje atormentado y mortífero que aplica su propio código de honor a la hora de enfrentarse a los problemas. “El último deseo” es una novela en la que Sapkowski plantea a través de varios cuentos en los que Geralt se enfrenta a diversas situaciones la descripción del protagonista, su carácter y su entorno, sus amigos y enemigos. Geralt de Rivia es un antihéroe atípico que me recuerda poderosamente a un clásico de la literatura fantástica, el Elric de Melniboné de Michael Moorcock. Sapkowski coloca a su héroe en un ambiente medieval y mágico en el que debe enfrentarse a monstruos, hechiceros, elfos y hombres, estos últimos, en la mayoría de las ocasiones, peores que los primeros.
Sapkowski en “El último deseo” dota a su obra de un agudo sentido del humor y aprovecha elementos del folklore popular eslavo, de los cuentos infantiles e incluso del “western” para enriquecer el universo en el que se mueven sus personajes. Sin embargo, no todo me parecen excelencias en la obra. “El último deseo” es una obra irregular en la que no todos los relatos tienen el mismo interés y que deja abierto el interrogante acerca de las capacidades de Sapkowki para desenvolverse en una narración larga. Junto a relatos muy bien desarrollados como puede ser el que da título al libro o los titulados“El brujo” y “El confín del mundo” hay otros que resultan acelerados y confusos, historias que podrían haber tenido un mejor tratamiento como novelas independientes o divididas en dos libros en lugar de agrupadas en uno solo. Lo mismo ocurre con el relato parcelado que sirve de introducción al resto titulado “La voz de la razón”, un relato un tanto forzoso y en el que el autor parece priorizar presentar una serie de personajes que pueden tener su importancia en novelas posteriores a la propia historia que está narrando en ese momento. También es cierto que la edición de Bibliópolis no ayuda nada. Pase que debe ser difícil encontrar buenos traductores de polaco y estoy seguro que Sapkowski es un autor complejo que pierde especialmente con la traducción, lo que no me parece de recibo son las continuas erratas a lo largo de todo el libro y que deberían intentar corregir en posteriores ediciones (la mía es la quinta a ver si para las próximas lo consiguen). A pesar de todos estos fallos, “El último deseo” es una lectura entretenida que agradará a los aficionados al género y que deja más luces que sombras respecto a las potencialidades de Sapkowki. Creo que le daré una nueva oportunidad y continuaré leyendo otras obras suyas pero, eso sí, este señor no ha descubierto nada nuevo en el género fantástico, así que no dejen que les vendan ninguna moto.
Geralt de Rivia es un brujo adiestrado desde niño para ir de pueblo en pueblo acabando con los monstruos a cambio de una recompensa, un personaje atormentado y mortífero que aplica su propio código de honor a la hora de enfrentarse a los problemas. “El último deseo” es una novela en la que Sapkowski plantea a través de varios cuentos en los que Geralt se enfrenta a diversas situaciones la descripción del protagonista, su carácter y su entorno, sus amigos y enemigos. Geralt de Rivia es un antihéroe atípico que me recuerda poderosamente a un clásico de la literatura fantástica, el Elric de Melniboné de Michael Moorcock. Sapkowski coloca a su héroe en un ambiente medieval y mágico en el que debe enfrentarse a monstruos, hechiceros, elfos y hombres, estos últimos, en la mayoría de las ocasiones, peores que los primeros.
Sapkowski en “El último deseo” dota a su obra de un agudo sentido del humor y aprovecha elementos del folklore popular eslavo, de los cuentos infantiles e incluso del “western” para enriquecer el universo en el que se mueven sus personajes. Sin embargo, no todo me parecen excelencias en la obra. “El último deseo” es una obra irregular en la que no todos los relatos tienen el mismo interés y que deja abierto el interrogante acerca de las capacidades de Sapkowki para desenvolverse en una narración larga. Junto a relatos muy bien desarrollados como puede ser el que da título al libro o los titulados“El brujo” y “El confín del mundo” hay otros que resultan acelerados y confusos, historias que podrían haber tenido un mejor tratamiento como novelas independientes o divididas en dos libros en lugar de agrupadas en uno solo. Lo mismo ocurre con el relato parcelado que sirve de introducción al resto titulado “La voz de la razón”, un relato un tanto forzoso y en el que el autor parece priorizar presentar una serie de personajes que pueden tener su importancia en novelas posteriores a la propia historia que está narrando en ese momento. También es cierto que la edición de Bibliópolis no ayuda nada. Pase que debe ser difícil encontrar buenos traductores de polaco y estoy seguro que Sapkowski es un autor complejo que pierde especialmente con la traducción, lo que no me parece de recibo son las continuas erratas a lo largo de todo el libro y que deberían intentar corregir en posteriores ediciones (la mía es la quinta a ver si para las próximas lo consiguen). A pesar de todos estos fallos, “El último deseo” es una lectura entretenida que agradará a los aficionados al género y que deja más luces que sombras respecto a las potencialidades de Sapkowki. Creo que le daré una nueva oportunidad y continuaré leyendo otras obras suyas pero, eso sí, este señor no ha descubierto nada nuevo en el género fantástico, así que no dejen que les vendan ninguna moto.
jueves, 2 de agosto de 2007
“Los Muertos Vivientes 5: La Mejor Defensa” de Robert Kirkman y Charlie Adlard.

13 meses ha tardado Planeta en ofrecernos el quinto tomo recopilatorio de “Los Muertos Vivientes”, la estupenda serie de Robert Kirkman y Charlie Adlard., titulado “La Mejor Defensa” y que incluye los números 25 al 30 de la edición norteamericana. ¿A qué misteriosa decisión puede deberse el retraso de una colección tan respaldada por la crítica y el público? ¿se había alcanzado la edición yanqui? No creo, en Estados Unidos ya hay dos tomos más recopilados y van por el número 42. Supongo que nunca lo sabremos.
Bien, centrándonos en lo que realmente importa, debemos decir que Kirkman sigue manteniendo con buen pulso el desarrollo de la colección sin que se noten altibajos (lo cuál es realmente complicado en una historia lineal tan larga). En este quinto recopilatorio, los miembros de la pequeña comunidad formada en la penitenciaria siguen intentando mantener la unidad en su lucha por la supervivencia después de los trágicos acontecimientos del volumen anterior, pero las tensiones internas son cada vez más grandes y las fricciones entre los protagonistas no hacen sino aumentar en un grupo de personas encerradas y rodeadas de zombis por todas partes. Sin embargo, pronto descubren que podrían no ser los únicos seres humanos supervivientes de los alrededores e investigando la existencia de otro grupo de supervivientes cercano, Rick, Glenn y Michonne caen prisioneros del violento y sanguinario líder del mismo, el autoproclamado Gobernador, quién bajo tortura intenta sonsacarles la existencia de su refugio.
Robert Kirkman es capaz de dar una vuelta de tuerca más a la historia y número a número va haciendo que la existencia de los protagonistas de la serie sea cada vez más difícil y desesperada. Alternando los planteamientos clásicos del subgénero de zombis con un perfecto retrato de los personajes y sus personalidades, Kirkman es capaz de mostrarnos en este mundo que la verdadera crueldad no se encuentra en los monstruos sino en la propia condición humana encarnada en el sanguinario Gobernador. Kirkman pasa de la esperanza a la desesperación con habilidad y manteniendo la tensión e intriga intacta, demostrando una vez más ser uno de los mejores guionistas de la actualidad. En el aspecto gráfico Adlard no me acaba de convencer, pareciéndome un dibujante muy limitado aunque hay que reconocer su capacidad para hacer evolucionar a los personajes mostrando en lo demacrado de las expresiones de los personajes lo duro de la situación que viven.
Finalmente, como lo cortés no quita lo valiente, o eso dicen, también hay que felicitar a Planeta por la iniciativa de regalar el cómic “Girls: Concepción” junto al último volumen de “Los muertos…”. Es una inteligente medida para mejorar su imagen e intentar dar una nueva oportunidad a una serie que no ha calado aquí en lugar de saldarla directamente. Espero que no se quede en una anécdota y esta iniciativa se repita con frecuencia y sea imitada por otras editoriales.
Si quieres leer entradas relacionadas sobre Los Muertos Vivientes pincha aquí.
Bien, centrándonos en lo que realmente importa, debemos decir que Kirkman sigue manteniendo con buen pulso el desarrollo de la colección sin que se noten altibajos (lo cuál es realmente complicado en una historia lineal tan larga). En este quinto recopilatorio, los miembros de la pequeña comunidad formada en la penitenciaria siguen intentando mantener la unidad en su lucha por la supervivencia después de los trágicos acontecimientos del volumen anterior, pero las tensiones internas son cada vez más grandes y las fricciones entre los protagonistas no hacen sino aumentar en un grupo de personas encerradas y rodeadas de zombis por todas partes. Sin embargo, pronto descubren que podrían no ser los únicos seres humanos supervivientes de los alrededores e investigando la existencia de otro grupo de supervivientes cercano, Rick, Glenn y Michonne caen prisioneros del violento y sanguinario líder del mismo, el autoproclamado Gobernador, quién bajo tortura intenta sonsacarles la existencia de su refugio.
Robert Kirkman es capaz de dar una vuelta de tuerca más a la historia y número a número va haciendo que la existencia de los protagonistas de la serie sea cada vez más difícil y desesperada. Alternando los planteamientos clásicos del subgénero de zombis con un perfecto retrato de los personajes y sus personalidades, Kirkman es capaz de mostrarnos en este mundo que la verdadera crueldad no se encuentra en los monstruos sino en la propia condición humana encarnada en el sanguinario Gobernador. Kirkman pasa de la esperanza a la desesperación con habilidad y manteniendo la tensión e intriga intacta, demostrando una vez más ser uno de los mejores guionistas de la actualidad. En el aspecto gráfico Adlard no me acaba de convencer, pareciéndome un dibujante muy limitado aunque hay que reconocer su capacidad para hacer evolucionar a los personajes mostrando en lo demacrado de las expresiones de los personajes lo duro de la situación que viven.
Finalmente, como lo cortés no quita lo valiente, o eso dicen, también hay que felicitar a Planeta por la iniciativa de regalar el cómic “Girls: Concepción” junto al último volumen de “Los muertos…”. Es una inteligente medida para mejorar su imagen e intentar dar una nueva oportunidad a una serie que no ha calado aquí en lugar de saldarla directamente. Espero que no se quede en una anécdota y esta iniciativa se repita con frecuencia y sea imitada por otras editoriales.
Si quieres leer entradas relacionadas sobre Los Muertos Vivientes pincha aquí.
miércoles, 1 de agosto de 2007
El “Solitario” no está solo

Vamos, que esa es la percepción que tengo yo desde que los distintos canales de televisión y la prensa han decidido hacer de este asesino el personaje mediático del verano en lugar de dejarle pudrirse tranquilamente en una celda. Que si ahora sacamos a sus hijos en una entrevista, mañana un reportaje con su vecino explicando que él ya lo tenía calado y pasado a su compañero de pupitre contando lo malo que era en el colegio o que tenía un fúsil escondido en el sobaquillo. Escandaliza la falta de criterio de ciertos medios al ensalzar con su homenaje a un criminal al que se le achacan tres muertes y un número indeterminado de atracos y sonroja la falta de conciencia social al no asumir que con su actitud lo único que consiguen es reforzar el ego de semejante bestia y provocar que empiecen a surgirle imitadores por media España. Si el próximo Solitario mata a alguien, ningún medio entonará el “mea culpa” simplemente reiniciarán su diabólico y lucrativo negocio.
“Lucky you” de Curtis Hanson

¡Menuda cartelera que tenemos a finales de Junio (y primeros de Agosto)! Si no eres friqui, ó eres considerado como tal, es mejor que no te acerques al cine y te quedes remojándote en la bañera o en la piscinita más cercana porque entre “Harry Potters”, “Simpsons”, “Transformers” y equivalentes no hay casi nada que echarte a la vista. Incluso a mí que podría catalogárseme de friqui y me trago cualquier cosa se me hacía un panorama bastante duro con la resaca del viaje y ya me veía con la pareja de morros por habernos metido a ver otra chorrada cuando….oh, revelación divina nos decidimos por “Lucky you” y por una vez salimos los dos satisfechos.
“Lucky you” es una película estupenda y no por nada en especial, sino porque cuenta una historia interesante con oficio y de una manera lógica y entretenida. La película se centra en la vida de un jugador de póquer residente en Las Vegas interpretado por Eric Barna (después de “Hulk” había jurado no volver a ver una película de este hombre pero por suerte he abjurado y no me arrepiento), guapetón y brillante pero con fama de impetuoso entre sus colegas y perdedor vocacional frente a la alargada sombra de su padre, un mítico jugador de póquer ganador dos veces de las series mundiales, interpretado por el siempre solvente Robert Duvall, que es como la levadura, película en la que interviene, película que crece espectacularmente. Barna va malviviendo intentando ganar el dinero suficiente para la inscripción en los Campeonatos Mundiales de Póquer y poder derrotar a papá Duvall cuando se cruza en su camino una fotogénica y atractiva Drew Barrimore, de la que se enamora y que le enseña que el juego y sus fantasmas interiores no lo son todo.
Curtis Hanson (“L.A. Confidencial”, “La mano que mece la cuna” “8 Millas”) hace sin duda uno de sus mejores películas apoyado en el estupendo guión de Eric Roth (“Munich” “Ali”) mostrando las miserias de los jugadores de póquer de la gran ciudad del juego y sabiendo pasar del melodrama a la comedia con naturalidad en una trama clásica pero que funciona estupendamente. La película engancha desde el principio con un primer cuarto de hora en el que se nos presenta a Barna en una casa de empeños y mantiene el interés durante sus dos horas de duración. Un acierto, respecto a otras películas centradas en el mundo del juego, es que explican las reglas de la vertiente del póquer a la que juegan, lo que hace que los que no sabemos demasiado del tema podamos disfrutar incluso de las partidas en las que participan los protagonistas. El trío principal está a muy buen nivel, demostrando sentirse cómodos en sus personajes y del resto del reparto hay que destacar la presencia de varios jugadores profesionales de póquer que se interpretan a sí mismos. También me gustaría destacar la estupenda banda sonora con canciones de Springsteen, Dylan o Leonard Cohen que encajan como un guante con la historia.
Ya saben, si estas vacaciones quieren ir al cine a ver una buena película no dejen de ver “Lucky you” porque esta clase de cine está en vías de extinción. Eso sí, salvo que tengan mucha prisa por visitar el baño esperen hasta el final de los créditos que la película tiene sorpresita final.Si quieren echarle un vistazo al sitio oficial de la película pinchen aquí.
martes, 31 de julio de 2007
Respuesta "El Jueves"

A través de La Cárcel de Papel me entero de cuál es la respuesta de El Jueves a todo el tema del secuestro. Creo que no necesita ningún comentario adicional.
Michelangelo Antonioni (1912-2007)

Parece que dos genios del cine como Bergman y Antonioni se han puesto de acuerdo para dejarnos el mismo día. Dejan al cine en general y el europeo en particular bastante huérfano de ideas y sobre todo de ese algo indefinible que los dos supieron insuflar a sus películas, gustasen más o menos, y que solemos llamar “estilo”. Me gusta imaginarlos, si existe algo más allá de la muerte, en algún café bohemio y decandente discutiendo sobre sus concepciones del cine, del teatro y de la política. En definitiva, de la Vida.
Antonioni cultivó un Neorrealismo militante y un activismo político que le llevó a definirse como un “marxista intelectual”. Su película más emblemática (y mi preferida) fue “Blow Up”, basado en un cuento de otro genio, mi admirado Julio Cortázar, “Las babas del Diablo”.
D.E.P.
Antonioni cultivó un Neorrealismo militante y un activismo político que le llevó a definirse como un “marxista intelectual”. Su película más emblemática (y mi preferida) fue “Blow Up”, basado en un cuento de otro genio, mi admirado Julio Cortázar, “Las babas del Diablo”.
D.E.P.
“El Jueves”, la revista que sale los miércoles…ó cuando la dejan.

Estaba yo tan tranquilo disfrutando de la playita bajo la sombrilla y tirado en la hamaca cuando leí en el periódico la noticia del secuestro de “El Jueves”. Mi primera reacción, como supongo que la de todo el que tenga dos dedos de frente, fue dar un brinco (casi me caigo de la hamaca y tiro la sombrilla) ante semejante desvarío. “¿Dónde estaba mi blog? Se van a enterar estos, vaya desvarío. Hemos vuelto a los tiempos oscuros de la Dictadura”. Sin embargo, no tenía acceso al blog así que me tragué mi rabia solidaria con los miembros de “El Jueves” y seguí el tema por la prensa.
Ya de regreso a Madrid y con el ánimo más calmado lo único que se me ocurre, aparte de expresar de nuevo mi solidaridad, con el equipo de “El Jueves” es por un lado felicitarles porque gracias a este secuestro van a contar con la mayor operación de marketing gratuita que imaginarse pudieran lo que espero que sirva para que las ventas se equiparen a las de los tiempos en que el tema del secuestro de publicaciones era más frecuente y puedan seguir transgrediendo y explorando los límites de la libertad de expresión durante muchos años o, al menos, hasta que les dejen.
Por otro lado y, más allá de entrar a plantearme sobre los tiempos oscuros en que vivimos en que la limitación de derechos se está volviendo moneda, por desgracia, demasiado común, quisiera dejar una pregunta abierta: ¿por qué este tipo de medidas se toman siempre contra los dibujantes y los semanarios de humor gráfico? Ya pasó en otros países de Europa con los dibujos que pretendidamente ofendían al Islam. ¿Ofende más una imagen que una opinión o resulta más sencillo quitarle la pluma a un dibujante que cerrarle la boca a un periodista? No sé, todo esto me resulta tremendamente extraño y asqueroso.
Una última cosilla si como se sugiere por aquí quien levantó la liebre e hizo que el juez actuase de oficio fue el Tomate les sugeriría a los amigos de “El Jueves” una campaña activa contra semejante programa y logramos entre todos que desaparezca de la parrilla televisiva porque, como diría el otro, manda huevos que vean la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Al resto, les animo que se compren la revista. Yo ya lo he hecho.
Ya de regreso a Madrid y con el ánimo más calmado lo único que se me ocurre, aparte de expresar de nuevo mi solidaridad, con el equipo de “El Jueves” es por un lado felicitarles porque gracias a este secuestro van a contar con la mayor operación de marketing gratuita que imaginarse pudieran lo que espero que sirva para que las ventas se equiparen a las de los tiempos en que el tema del secuestro de publicaciones era más frecuente y puedan seguir transgrediendo y explorando los límites de la libertad de expresión durante muchos años o, al menos, hasta que les dejen.
Por otro lado y, más allá de entrar a plantearme sobre los tiempos oscuros en que vivimos en que la limitación de derechos se está volviendo moneda, por desgracia, demasiado común, quisiera dejar una pregunta abierta: ¿por qué este tipo de medidas se toman siempre contra los dibujantes y los semanarios de humor gráfico? Ya pasó en otros países de Europa con los dibujos que pretendidamente ofendían al Islam. ¿Ofende más una imagen que una opinión o resulta más sencillo quitarle la pluma a un dibujante que cerrarle la boca a un periodista? No sé, todo esto me resulta tremendamente extraño y asqueroso.
Una última cosilla si como se sugiere por aquí quien levantó la liebre e hizo que el juez actuase de oficio fue el Tomate les sugeriría a los amigos de “El Jueves” una campaña activa contra semejante programa y logramos entre todos que desaparezca de la parrilla televisiva porque, como diría el otro, manda huevos que vean la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Al resto, les animo que se compren la revista. Yo ya lo he hecho.
lunes, 30 de julio de 2007
Ingmar Bergman (1918-2007)

Ingmar Bergman fue uno de los directores europeos más influyentes en el mundo del cine y quién mejor supo, quizás el único que supo, entremezclar la técnica cinematográfica con la puesta en escena del teatro desarrollando un lenguaje personalísimo. Las mayorías de sus películas son frías y distantes, probablemente como consecuencia de su educación protestante, y al espectador le resulta difícil implicarse emocionalmente en ellas pero en sus manos la cámara se convertía en una auténtica ventana abierta a otras realidades, a otras historias. D.E.P.
(Creo que no había una imagen mejor para ilustrar esta noticia que la que ha elegido RM en Crisei así que se la he robado vilmente).
Ibiza, la isla neurótica

Así es amigos. El destino vacacional de este año ha sido la mayor de las islas pitiusas, la isla de los Pinos para lo griegos, Ibiza, acogedor refugio estival de lo más granado del revisteo del corazón nacional y de los más guapos y guapas del panorama discotequero europeo. Tras un trayecto en avión no más largo en duración que un trayecto en Metro de Avenida de América a Sol y que se desarrolló sin novedades (lo que no deja de ser noticia tras nuestras tribulaciones con la nefasta Alitalia que ya les conté por aquí) llegamos a la Isla Blanca, dispuestos a descansar en las calitas de agua cristalina y si era menester visitar alguna de esas discotecas que tanta fama tienen (según un amigo mío ir a Ibiza y no ir a una discoteca es como ir a Madrid y no visitar el Prado, ustedes juzguen).
La isla es pequeña y en veinte minutos se puede cruzar de un extremo a otro pues las carreteras son bastante buenas. La población se distribuye en torno a tres grandes poblaciones: Ibiza, San Antonio y Santa Eulalia del Río. Ibiza capital es una pequeña ciudad realmente bonita y en la que se pueden encontrar ofertas para todos los gustos, desde las últimas boutiques y las tiendas de cualquier pueblo del litoral mediterráneo concentradas en el puerto hasta el casco viejo construido en época de Felipe II que se yergue en la cima de una pronunciada colina que no es aconsejable visitar en las horas centrales del día si no quieren deshidratarse (como casi nos pasa a nosotros). San Antonio es el pueblo más turístico de Ibiza y se encuentra invadido por ese turismo adolescente y anglosajón que encuentra carta blanca en España en general y en las Baleares en particular para hacer aquello que por razones obvias no hacen en sus países de origen. Por suerte, este tipo de turismo se concentra en lo que es el pueblo porque el litoral de la bahía de San Antonio es mucho más tranquilo y en él se concentra un turismo nacional y familiar. Santa Eulalia del Río es una población mucho más pequeña y tranquila. Las calas y playas que visitamos están bastante bien y no se notó en ningún momento que los recientes vertidos hubiesen afectado a la calidad de las aguas. Sobre el otro punto fuerte de las islas que es su oferta discotequera pues no pude juzgar porque aunque íbamos dispuestos a seguir el consejo de mi amigo cuando nos enteramos de los precios de la entrada de los garitos y de las consumiciones pues como que se nos quitaron las ganas. Señores y señoras, la entrada a una discoteca 60 eurazos sin ninguna consumición y la consumición 18 euritos de nada. Así que hicimos cálculos y nuestra magra economía no daba para esos dispendios (aparte que a mí esas cosas ya me pillan un poco mayor). El movimiento hippy que hizo famosa la isla en la década de los sesenta ha desaparecido y lo único que quedan son algunos mercadillos de los que hay que destacar los de Es Caná, que es el más grande, y el de las Dalias, que es el más bonito. No esperen encontrar gangas ni nada especialmente original pero resultan bonitos de verse. Mi consejo si quieren visitar la isla es que si saben conducir alquilen un coche y lo hagan a su aire.
También visitamos en barco la pequeña de las Pitiusas, la isla de Formentera, que se encuentra en un estado bastante virgen en comparación con el resto de las islas del archipiélago balear y en la que destacan sus lagartijas endémicas, un pequeño paraíso muy tranquilo e ideal para desconectar del mundanal ruido de la ciudad. Tampoco vimos a ningún famoso de esos, debe ser que no frecuentamos los mismos circulos.
En definitiva, que voy a dejar de contarles las vacaciones que me pongo melancólico y me entran ganas de escaparme del trabajo y volverme para allá. ¿A ustedes no les pasa?
La isla es pequeña y en veinte minutos se puede cruzar de un extremo a otro pues las carreteras son bastante buenas. La población se distribuye en torno a tres grandes poblaciones: Ibiza, San Antonio y Santa Eulalia del Río. Ibiza capital es una pequeña ciudad realmente bonita y en la que se pueden encontrar ofertas para todos los gustos, desde las últimas boutiques y las tiendas de cualquier pueblo del litoral mediterráneo concentradas en el puerto hasta el casco viejo construido en época de Felipe II que se yergue en la cima de una pronunciada colina que no es aconsejable visitar en las horas centrales del día si no quieren deshidratarse (como casi nos pasa a nosotros). San Antonio es el pueblo más turístico de Ibiza y se encuentra invadido por ese turismo adolescente y anglosajón que encuentra carta blanca en España en general y en las Baleares en particular para hacer aquello que por razones obvias no hacen en sus países de origen. Por suerte, este tipo de turismo se concentra en lo que es el pueblo porque el litoral de la bahía de San Antonio es mucho más tranquilo y en él se concentra un turismo nacional y familiar. Santa Eulalia del Río es una población mucho más pequeña y tranquila. Las calas y playas que visitamos están bastante bien y no se notó en ningún momento que los recientes vertidos hubiesen afectado a la calidad de las aguas. Sobre el otro punto fuerte de las islas que es su oferta discotequera pues no pude juzgar porque aunque íbamos dispuestos a seguir el consejo de mi amigo cuando nos enteramos de los precios de la entrada de los garitos y de las consumiciones pues como que se nos quitaron las ganas. Señores y señoras, la entrada a una discoteca 60 eurazos sin ninguna consumición y la consumición 18 euritos de nada. Así que hicimos cálculos y nuestra magra economía no daba para esos dispendios (aparte que a mí esas cosas ya me pillan un poco mayor). El movimiento hippy que hizo famosa la isla en la década de los sesenta ha desaparecido y lo único que quedan son algunos mercadillos de los que hay que destacar los de Es Caná, que es el más grande, y el de las Dalias, que es el más bonito. No esperen encontrar gangas ni nada especialmente original pero resultan bonitos de verse. Mi consejo si quieren visitar la isla es que si saben conducir alquilen un coche y lo hagan a su aire.
También visitamos en barco la pequeña de las Pitiusas, la isla de Formentera, que se encuentra en un estado bastante virgen en comparación con el resto de las islas del archipiélago balear y en la que destacan sus lagartijas endémicas, un pequeño paraíso muy tranquilo e ideal para desconectar del mundanal ruido de la ciudad. Tampoco vimos a ningún famoso de esos, debe ser que no frecuentamos los mismos circulos.
En definitiva, que voy a dejar de contarles las vacaciones que me pongo melancólico y me entran ganas de escaparme del trabajo y volverme para allá. ¿A ustedes no les pasa?
domingo, 29 de julio de 2007
…Vacaciones finitas.

Como todo pasa y nada queda que dijo el poeta, se acabaron por ahora las vacaciones salvo que en agosto consiga un par de días. Traigo el cuerpo de jota tras los ajetreos playeros, las excursiones y las tentativas de atraco en los locales de moda que les explicaré en su momento y la perspectiva de la reincorporación matutina a los empujones del Metro, las rutinas laborales y este pegajoso calor madrileño que pega la ropa al cuerpo como un sudario hacen que este domingo vespertino sea incluso más melancólico que otros.
Parece que por aquí han estado entretenidos con el secuestro de “El Jueves”, el espía que surgió del frío a la española y convirtiendo a un asesino como “El Solitario” en una estrella mediática. También anuncian por ahí que vuelven los cómics de la Warren con la consiguiente colección de Archivos.
A partir de mañana comentamos sin prisas un poquito de todo esto.
Parece que por aquí han estado entretenidos con el secuestro de “El Jueves”, el espía que surgió del frío a la española y convirtiendo a un asesino como “El Solitario” en una estrella mediática. También anuncian por ahí que vuelven los cómics de la Warren con la consiguiente colección de Archivos.
A partir de mañana comentamos sin prisas un poquito de todo esto.
lunes, 16 de julio de 2007
Vacaciones, vacaciones…

Pues nada, ya saben lo que toca. Por fin me han llegado las vacaciones así que aprovecharé las próximas dos semanitas para desconectar de los calores y los agobios de los madriles por una islita en la que estar más tranquilo (o no).
No se preocupen que yo sin lecturas me altero así que durante este tiempo me dedicaré a leer algunas cosillas debajo de la sombrilla e intentar ponerme al día de otras (cosa que dudo) para contárselo a mi regreso.
Sean buenos pero si deciden no serlo por lo menos que no les pillen. Arrivederci.
No se preocupen que yo sin lecturas me altero así que durante este tiempo me dedicaré a leer algunas cosillas debajo de la sombrilla e intentar ponerme al día de otras (cosa que dudo) para contárselo a mi regreso.
Sean buenos pero si deciden no serlo por lo menos que no les pillen. Arrivederci.
“Zodiac” de David Fincher

Un poco cansados de tanta película fantástica y ante el aluvión de las que ya están aquí (“Transformers”) y las que se avecinan (“Los 4 Fantásticos 2”) fuimos a ver el sábado una de esas películas que llaman la atención en el momento del estreno pero que luego van quedando relegadas poco a poco sin saber muy bien por qué.
“Zodiac” es una película de carácter realista en la que David Fincher nos cuenta la historia real de uno de los peores asesinos en serie de los Estados Unidos, el llamado Asesino del Zodiaco, y de los intentos de tres hombres por intentar descubrir quién se esconde tras los misteriosos acertijos que el asesino envía a los periódicos retando a la policía en una investigación que duró tres décadas y que hoy en día todavía se mantiene como un caso abierto. La película se centra en las andanzas de Paul Avery, un periodista de sucesos interpretado por Robert Downey Jr, Robert Graysmith, un dibujante que trabaja en el mismo periódico que Avery y que interpreta Jake Gylenhaal ("Brokeback Mountain"), y del detective encargado de la investigación Dave Toschi interpretado por Mark Buffalo ("La última fortaleza"), de cómo la investigación de un asesino tan misterioso como sanguinario afectó a sus vidas personales y se convirtió en una obsesión para ellos.
David Fincher se ha basado para realizar la película en el best seller que escribió Graysmith y la película engancha desde el principio con la realista recreación de la doble agresión que iniciaría la criminal carrera de Zodiac. Fincher sabe moverse en este tipo de historias manteniendo la tensión dramática y el pulso de la investigación como ya demostró en la excelente “Seven” y en la pelín decepcionante “La habitación del pánico”, sin embargo en este punto “Zodiac” fracasa en parte debido a su excesivo metraje y la complejidad de la trama en la que múltiples pistas y posibilidades se entremezclan a lo largo de diferentes saltos temporales y sólo el buen hacer de los actores y lo interesante de por sí de la trama hace que la película no naufrague. Fincher recrea una película que tiene el mérito de recrear en su película la atmósfera de clásicos de los setenta del estilo a “Todos los hombres del presidente” o “Chacal”, historias en la que los hechos y el trabajo de los actores está por encima de efectismos y, en este sentido, la película resulta de agradecer frente el empacho de efectos especiales y argumentos infantiles que últimamente venimos padeciendo los espectadores. Los tres actores protagonistas sobre los que recae el peso de la película están soberbios destacando si cabe un Robert Downey Jr que llena la pantalla con su recreación de Paul Avery en un papel hecho a su medida y en el que recuerda a un Pacino rejuvenecido. El resto del reparto, mayoritariamente masculino, también mantiene el nivel alto logrando que la historia mantenga el interés a pesar de lo excesivo del metraje.
Si les interesan los acertijos y las historias truculentas de asesinos en serie ya saben cuál es la película que no deben perderse este año. Eso sí, no se obsesionen con el tema no vaya a llamarles Zodiac que lo mismo anda todavía por ahí suelto.
“Zodiac” es una película de carácter realista en la que David Fincher nos cuenta la historia real de uno de los peores asesinos en serie de los Estados Unidos, el llamado Asesino del Zodiaco, y de los intentos de tres hombres por intentar descubrir quién se esconde tras los misteriosos acertijos que el asesino envía a los periódicos retando a la policía en una investigación que duró tres décadas y que hoy en día todavía se mantiene como un caso abierto. La película se centra en las andanzas de Paul Avery, un periodista de sucesos interpretado por Robert Downey Jr, Robert Graysmith, un dibujante que trabaja en el mismo periódico que Avery y que interpreta Jake Gylenhaal ("Brokeback Mountain"), y del detective encargado de la investigación Dave Toschi interpretado por Mark Buffalo ("La última fortaleza"), de cómo la investigación de un asesino tan misterioso como sanguinario afectó a sus vidas personales y se convirtió en una obsesión para ellos.
David Fincher se ha basado para realizar la película en el best seller que escribió Graysmith y la película engancha desde el principio con la realista recreación de la doble agresión que iniciaría la criminal carrera de Zodiac. Fincher sabe moverse en este tipo de historias manteniendo la tensión dramática y el pulso de la investigación como ya demostró en la excelente “Seven” y en la pelín decepcionante “La habitación del pánico”, sin embargo en este punto “Zodiac” fracasa en parte debido a su excesivo metraje y la complejidad de la trama en la que múltiples pistas y posibilidades se entremezclan a lo largo de diferentes saltos temporales y sólo el buen hacer de los actores y lo interesante de por sí de la trama hace que la película no naufrague. Fincher recrea una película que tiene el mérito de recrear en su película la atmósfera de clásicos de los setenta del estilo a “Todos los hombres del presidente” o “Chacal”, historias en la que los hechos y el trabajo de los actores está por encima de efectismos y, en este sentido, la película resulta de agradecer frente el empacho de efectos especiales y argumentos infantiles que últimamente venimos padeciendo los espectadores. Los tres actores protagonistas sobre los que recae el peso de la película están soberbios destacando si cabe un Robert Downey Jr que llena la pantalla con su recreación de Paul Avery en un papel hecho a su medida y en el que recuerda a un Pacino rejuvenecido. El resto del reparto, mayoritariamente masculino, también mantiene el nivel alto logrando que la historia mantenga el interés a pesar de lo excesivo del metraje.
Si les interesan los acertijos y las historias truculentas de asesinos en serie ya saben cuál es la película que no deben perderse este año. Eso sí, no se obsesionen con el tema no vaya a llamarles Zodiac que lo mismo anda todavía por ahí suelto.
Para visitar el sitio web de la pelicula pinchad aquí.
domingo, 15 de julio de 2007
“Tintin racista ¿Estamos tontos o qué?”

Ajetreado fin de semana de Julio el que me ha tocado vivir ultimando las vacaciones, quedando con amigos y dejando la casa como los chorros del oro. Sin embargo, no ha dejado de llamarme la atención el eco que ha tenido en prensa la iniciativa de la Comisión Británica para la Igualdad Racial de exigir la prohibición en el Reino Unido de “Tintín en el Congo” (1931) tachando el álbum de racista. Dejando de lado lo absurdo de la acusación que no va más allá de dejar en evidencia la incultura de quién la ejerce, ignorantes efectistas que no deben ser conscientes de que se trata de una obra publicada por primera vez en 1931 en un contexto cultural y una situación política determinada y de cuyos contenidos el autor ya se disculpó (si de algo debía disculparse) en su momento, a mí lo que más me preocupa es el eco que suelen tener estas chorradas en los medios de comunicación en las fechas que corremos. Produce vergüenza ajena que en el período estival cuando al parecer las noticias escasean en todos los periódicos y en la mayoría de los telediarios se rellene espacio con cosas como estas. Si realmente les interesa “Tintin” y Hergé, que no creo, que escriban un artículo de fondo bien documentado sobre el personaje más allá de otorgar un trampolín de expresión a cenutrios como estos.
Este tipo de iniciativas no suelen dar resultado, más que nada gracias a que por lo general suele imperar el sentido común de los ciudadanos por encima del de sus representantes y en este caso, según el Daily Telegraph, vía Entrecomics, informa que desde que surgió la iniciativa las ventas del libro han aumentado en un 3800 por ciento y se ha colocado en la sexta posición de los mas vendidos en Amazon UK.
Esperemos que el asunto quede zanjado y que a partir de este momento la Comisión Británica para la Igualdad Racial se dedique a cosas más útiles y que los medios de comunicación se hagan eco de noticias menos sensacionalistas.
Este tipo de iniciativas no suelen dar resultado, más que nada gracias a que por lo general suele imperar el sentido común de los ciudadanos por encima del de sus representantes y en este caso, según el Daily Telegraph, vía Entrecomics, informa que desde que surgió la iniciativa las ventas del libro han aumentado en un 3800 por ciento y se ha colocado en la sexta posición de los mas vendidos en Amazon UK.
Esperemos que el asunto quede zanjado y que a partir de este momento la Comisión Británica para la Igualdad Racial se dedique a cosas más útiles y que los medios de comunicación se hagan eco de noticias menos sensacionalistas.
jueves, 12 de julio de 2007
Premios Con Sentido.

Llego tarde a casa y en diversas webs veo anunciado el Primer Premio Internacional de Novela Gráfica Fnac/Sinsentido. A mí me parece una medida acertada y realmente valida para promocionar el mundo del cómic más allá de franquicias cinematográficas huecas o una noticia llena de errores para rellenar en un medio de masas cualquiera.Una noticia que pone el dedo donde realmente duele: ofreciendo la oportunidad a nuevos talentos de publicar dignamente y darse a conocer. La existencia de un premio de estas características en nuestro país era una demanda y una necesidad dentro del parco mundo editorial español tan escaso, por otra parte, de premios y concursos y hay que felicitar a una pequeña editorial como Sin Sentido por haber asumido el reto. Me parece sensato que cuenten con el apoyo de una gran superficie como la Fnac para dotar de publicidad al evento y buscar una promoción más allá del endogámico mundillo comiquero que quizás de otro modo sería imposible.
Ahora lo ideal es que el resto de editoriales, muchas de ellas con más medios pero quizás con menos ilusión que Sin Sentido, recojan el guante y convoquen sus propios premios. Sería la mejor noticia posible a lo largo del año para el Cómic español y un síntoma de buena salud.
Ojalá el Premio sea un éxito y esta sea la primera de muchas ediciones.
Si quieren enterarse de las bases y participar aquí pueden bajarse las bases del concurso.
Ahora lo ideal es que el resto de editoriales, muchas de ellas con más medios pero quizás con menos ilusión que Sin Sentido, recojan el guante y convoquen sus propios premios. Sería la mejor noticia posible a lo largo del año para el Cómic español y un síntoma de buena salud.
Ojalá el Premio sea un éxito y esta sea la primera de muchas ediciones.
Si quieren enterarse de las bases y participar aquí pueden bajarse las bases del concurso.
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